Zoo

“Enumclaw Horse Sex Case”

El fenómeno de las relaciones sexuales con animales, no es nuevo.
Las instancias de este comportamiento, han sido encontradas en La Biblia, así como en una cueva al norte de Italia, en los valles de La Val Camonica, donde se muestra una pintura de un hombre a punto de penetrar en un animal; la cual es interpretada, como una demostración del poder de un jefe tribal.
Lo que no sabemos es, si esta práctica era entonces, más aceptable, y si la escena representada era habitual o inusual, o si fue simbólica o imaginaria...
El especial deseo sexual por los equinos, y el placer que estas bestias pueden generar al contacto con las personas, que acostumbradas a vivir desde muy temprana edad con estos animales, comienzan a verlos, no sólo como simples animales útiles para el trabajo de la granja, sino también, como parte fundamental e integral de sus vidas, proporcionándoles valores que nunca encontrarán en un ser humano como ellos.
Como en una burbuja hermética, estos hombres construyen, lo que para ellos se convierte en un grupo de personas completamente “normales”, donde trascienden los estereotipos sociales impuestos por una sociedad de consumo, donde conforman una amistad, más allá de un grupo de alfas y omegas saltando por ahí, donde no hay jerarquías, y los inunda la felicidad por la “libertad” y sus gustos y deseos carnales por estos mamíferos.
Asunto normal a los ojos de sus familiares, porque no dejan de ser padres, hermanos y parientes, pero con una clara orientación sexual, que únicamente es y será comprendida por las personas que viven, o han vivido en contacto con este tipo de “vida al natural”
Kenneth Pinyan (22 de junio de 1960 – 2 de julio de 2005) fue un ingeniero estadounidense, que residía Gig Harbor, y trabajaba en la empresa aeronáutica Boeing.
Se hizo conocido, cuando falleció después de recibir sexo anal de parte de un caballo, algo que él hacía constantemente, junto a un amigo no identificado, y un hombre llamado James Michael Tait, que vivía en un remolque, a un costado de la granja donde ocurrieron los hechos.
Estos actos sexuales, eran grabados en video, los cuales Pinyan distribuía informalmente, con el seudónimo zoófilo de “Mr. Hands”
La granja de 40 acres, estaba ubicada en el Condado de King, Estado de Washington, cerca de la ciudad de Enumclaw.
Fue durante un encuentro sexual con un semental árabe en el 2005, que Pinyan sufrió la perforación de su colon, falleciendo posteriormente por sus heridas.
Según los fiscales, el animal, que era llamado “Big Dick” por los participantes, no sufrió ningún tipo de daño durante la relación sexual, sin embargo, la perforación que causó en el colon del hombre, le provocó a este, una aguda peritonitis que culminó con su muerte.
La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana serosa que recubre parte de la cavidad abdominal y las vísceras.
La peritonitis puede ser localizada o generalizada, y puede resultar de la infección, a menudo, debido a la ruptura de un órgano hueco, como puede ocurrir en el traumatismo abdominal, o apendicitis; o de un proceso no infeccioso.
En el caso de las peritonitis agudas, suelen manifestarse con dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, hipotensión, taquicardias, y sed.
La peritonitis, puede provocar una deshidratación en el paciente, y provocar fallo orgánico múltiple, o multisistémico, lo cual siempre lleva a la muerte.
Otros factores relacionados con la muerte, aparentemente que Pinyan, preocupado por aparecer en un hospital con una lesión interna inusual, y el efecto en su seguridad como ingeniero para la compañía aeroespacial Boeing, al parecer, le había negado a sus amigos, llevarlo al hospital tras varias horas después de haber sido consciente, de que estaba herido internamente.
Anónimamente, Pinyan fue dejado en el hospital de la comunidad Enumclaw, el 2 de julio de 2005, cuando un hombre solicitó al personal del hospital, asistencia médica para su compañero.
Momentos después, Pinyan fue declarado muerto en la sala de emergencias.
El hombre que lo trajo al hospital había desaparecido, pero el personal del hospital, al tiempo, llegó a ponerse en contacto con él.
La muerte de Pinyan, fue considerada como accidental.
Los medios de comunicación en el momento del juicio, sugieren que a pesar de la incautación, y examinar cuidadosamente una gran cantidad de este tipo de videos de la propiedad, no se encontró evidencia de daño a los caballos, excluyendo los cargos de crueldad animal, y la demanda hacia uno de los sospechosos, James Michael Tait, fue subestimada por falta de fundamento, y de cualquier otro asunto.
La policía no encontró evidencia de maltrato animal en los muchos videos que recogieron de su casa.
Así como la falta de alguna ley contra un humano teniendo sexo con un caballo, los fiscales por tanto, sólo podrían ir contra Tait, con el allanamiento de los animales.
El tercer hombre no fue acusado, ya que no era visible en los videos incautados por los investigadores.
Tait se declaró culpable, y el juez David Christie, le dio una suspensión con una multa de $300, y un día de servicio a la comunidad.
Además, el juez ordenó a Tait, nunca visitar la granja de nuevo.
Después que Pinyan murió, las autoridades utilizaron el carné de conducir del fallecido, para encontrar conocidos y familiares.
Las noticias anteriores, señalaron que las autoridades habían utilizado imágenes de cámaras de vigilancia para localizar al compañero de Pinyan.
Fue por el uso de los contactos, que las autoridades encontraron la granja donde ocurrió el incidente.
La policía localizó la granja en el área rural de Enumclaw, el cual era conocido en salas de chat zoófilas de Internet, como un destino para las personas que quieren tener relaciones sexuales con animales de granja, y se apoderó de cientos de horas de cintas de vídeo, de los hombres que tienen relaciones sexuales anales receptivas con los caballos.
Uno de los videos, muestra a Kenneth Pinyan, poco antes de su muerte, el 02 de julio de 2005.
La historia fue publicada por The Seattle Times, y fue una de las más leídas de ese periódico ese año.
Este caso fue bautizado informalmente, como:
“Enumclaw Horse Sex Case”
La zoofilia, del griego “zoon”, que significa animal, y “philia”, afinidad; o bestialismo, o bestialidad, o incluso zoosexualidad, es una parafilia que consiste en la atracción sexual, o incluso, la realización del acto sexual entre un ser humano y otra especie.
Las personas que sienten esta afinidad, o atracción sexual, son conocidas como zoófilos, o zoofílicos, zoosexuales, o simplemente “zoos”
La zoofilia, es también conocida como zoosexualidad.
Entre la comunidad zoófila, o zoofílica, el término “bestialismo” ha adquirido una connotación negativa, pues da a entender, un mero afán egoísta de satisfacer sus propios deseos sexuales, sin mostrar ningún interés, o preocupación por el consentimiento, bienestar, y placer del animal.
Esto ha llevado a algunos zoófilos, a querer distinguir entre la zoofilia, una relación en donde existe amor, y el simple acto sexual, o bestialismo.
Otros se definen a sí mismos como zoófilos, y como bestialistas…
Para mayor claridad, en este artículo se utilizará el término “zoofilia” para la atracción sexual, y el término “bestialismo” para el acto sexual.
La zoofilia es considerada en muchas ocasiones, como antinatural, y el acto sexual con otros animales, como un abuso de éstos, o como un “crimen contra la naturaleza” o un “delito nefando”
Algunas personas, por ejemplo, el filósofo y autor, Peter Singer, involucrado en movimientos por Los Derechos de Los Animales, defienden que esto no es así.
Aunque la investigación de la zoofilia se muestra optimista, y apoya a los zoófilos en su mayor parte, la cultura general se muestra hostil al concepto de la sexualidad animal-humana.
La actividad, o el deseo sexual zoófilo, es considerado como F65.9 Parafilia no especificada por la 4ª Edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Los Trastornos Mentales - DSM-IV (TR), de La Asociación Psiquiátrica Estadounidense.
Unos críticos alegan, que dichos comentarios en el DSM-IV no dicen nada sobre la salud mental y física del animal, que tome parte en actos sexuales con personas; sin embargo, defensores de este tratado, sostienen que la relación entre un humano y otro animal, puede ir más allá del mero acto sexual, que los animales son capaces de formar una relación amorosa duradera con otro animal, o con un humano, y que tal relación, no es funcionalmente diferente de ninguna otra relación sexual, o amorosa.
Para los que no conozcan realmente este mundo, diré que la zoofilia no solo consiste en el sexo con animales; un verdadero zoófilo/zoosexual ama realmente a los animales, desde lo más profundo de su ser.
Se trata de amor puro e incondicional.
Un autentico zoófilo nunca dañará a un animal ni lo matará por deporte, diversión o crueldad... tan propio de los humanos, por desgracia...
De hecho, no se sabe con exactitud, la frecuencia con la que ocurren sentimientos de atracción sexual hacia animales; primero, debido a que sentimientos de este tipo, sin un comportamiento externo, no pueden ser registrados con facilidad.
Otro punto es que, a causa de la imprecisa diferencia entre un comportamiento zoófilo, y uno de cariño corriente hacia la mascota; y tercero, a consecuencia también de la contención por parte de muchas personas de ligeros sentimientos zoófilos.
Por ello, la mayoría de las investigaciones se centran más en las características propias de la zoofilia, y no en cuantificar los casos en los que ocurre.
Encuestas científicas, y otras informales estiman, que un 1-2% o incluso, hasta un 8-10% de la población sexualmente activa, ha tenido alguna experiencia sexual destacable, con un animal alguna vez en su vida.
Un mayor número de personas, entre un 10 y un 30%, según la zona, han tenido alguna fantasía sexual, o experiencia corta de este tipo.
Las tendencias zoófilas latentes, pueden ser comunes; un frecuente interés y excitación sexual en ver a animales copulando, es una prueba de ello.
¿Hay gente así?
¿Cómo alguien va a abusar de un caballo?
¿Quién sodomiza a quién?
“King County sheriff's detectives are investigating the owners of an Enumclaw-area farm after a Seattle man died from injuries sustained while having sex with a horse boarded on the property”
Zoo es un documental del año 2007, dirigido por Robinson Devor.
Protagonizado por Jenny Edwards, John Paulsen, Richard Carmen Paul Eenhoorn, Russell Hodgkinson, entre otros.
El guión fue escrito por Robinson Devor y Charles Mudede.
Devor ha sido capaz de crear un relato fílmico ficticio y objetivo, con las dificultades que puede comportar, no entrar en el campo subjetivo de los prejuicios, y visiones de rechazo.
No es así, ha sabido transmitir con gran sutileza, un mensaje grotesco, impregnando una sensación estrictamente documental, seria, y para nada comercial, que directamente hará aborrecer a los morbosos inmundos del auto placer masturbador, a los perturbados voyeurs cibernéticos, y pervertidos antisociales, amantes de lo escabroso.
Zoo nos muestra una recreación de los sucesos, narrados por los mismos testimonios, haciéndonos descubrir la otra visión, la de ellos, la que se desmarca de lo que imaginamos con estereotipos.
Zoo cuenta los últimos momentos de Kenneth Pinyan, conocido como “Mr. Hands”, alguien “totalmente normal”, padre de familia con hijos, aunque divorciado, con trabajo estable, y económicamente estable también, que dedicaba sus fines de semana, a reunirse con gente conocida por Internet, en un establo de Seattle, para conversar, tomar unas cervezas, hablar de la vida, y también, profundizar en lo que les ha llevado allí realmente:
Practicar sus actos zoofílicos con caballos.
Pinyan, y un hombre llamado James Michael Tait, que vivía en un remolque junto a la granja, además de otro hombre no identificado, a menudo visitaba la granja para mantener relaciones sexuales con los caballos.
En una de tantas veces, “Mr. Hands” fallece de peritonitis, debido a una perforación en su colon, luego de relacionarse sexualmente, con un caballo que lo penetró analmente, desatándose así, el escándalo mediático del país.
La historia de “Mr. Hands”, sirve a Robinson Devor, de punto de inicio para explorar una comunidad secreta de zoófilos.
Y Zoo resulta entonces, una propuesta radical, tanto por su tema, como por su forma, pues se adentra en el universo conflictivo de estos individuos, mediante imágenes bellas, y una fotografía exquisita.
Sus personajes se basan en personas reales, que ponen su voz, pero no muestran su rostro, y que están interpretados, todos menos 2, Coyote y H, por actores; en una combinación que hace de Zoo, un curioso documental ficcionado.
Todo empieza con la muerte de Kenneth Pinyan, en un hospital de Seattle, con el colon desgarrado.
La investigación posterior reveló, que la causa había sido, el practicar sexo con un caballo, en una granja cercana.
Allí se encontraron vídeos y más información, y así salió a la luz, que había todo un grupo de hombres que contactaban a través de la web, y se reunían en ese lugar, para practicar la zoofilia.
Zoo, es uno de los documentales más polémicos de los últimos tiempos, una aproximación a la zoofilia, un estudio “de los límites y las fronteras” que algunos eligen cruzar; y Robinson Devor es perspicaz, al profundizar en la figura central de Zoo, “Mr. Hands”, regalando una semblanza prudente, de su vida pública, la cual desarrolla tanto desde el método investigativo de la crónica periodística, como desde la secuencia del documental.
En efecto, se conoce en Zoo, que “Mr. Hands” era un destacado ingeniero de una importante compañía espacial norteamericana, Boeing, que estaba felizmente casado, y que contaba con un hijo, y que no obstante, conservaba en el más recóndito secreto, su doble personalidad de amante literal de equinos.
Cabe decir que en Zoo, en ningún momento en Zoo, se menciona el nombre de su familia, ni su verdadero nombre de “Mr. Hands”, eso ocurrió tiempo después de la realización del documental.
Zoo además, cuenta la historia de un ejemplar trabajador, que durante 30 años ha cuidado los caballos de unos ricachones, cuya opinión de 30 años de él, cambia por conocer que participo en actividades de la granja en cuestión.
El debut público de Zoo, fue en El Festival de Cine de Sundance, en el año 2007, donde se convirtió en una de las ganadoras de entre 856 candidatas.
Tras Sundance, Zoo fue seleccionada como una de las 5 películas estadounidenses, presentadas en la prestigiosa sección “Directors' Fortnight” del Festival Internacional de Cine de Cannes, del año 2007.
Como dato, nombre original de Zoo era “In The Forest There Is Every Kind Of Bird” en español, “En El Bosque Hay Cualquier Clase De Pájaro”, pero fue reemplazado por “Zoo”, que hace referencia a la zoofilia, es decir, la atracción sexual de un humano por un animal.
Zoo fue escrita por el columnista de “The Stranger”, Charles Mudede, y el cineasta Robinson Devor.
El personaje de Pinyan, fue interpretado por el actor Adam T. McLain, y fue realizada con la ayuda de los amigos de Pinyan, y los 2 hombres que lo socorrieron con el objetivo de explorar su vida y su muerte, más allá de los reportes de prensa.
También, participaron otras personas que acudían a la granja, por razones similares.
A líneas generales, Zoo es extraña, atrayente…
Recordemos que estamos hablando de zoofilia, de un caso real, de una muerte… se hace incluso duro de asimilar antes de ver Zoo; pero Robinson Devor ha sido capaz de hacer sutil lo grotesco, de solamente sugerirnos la morbosidad, sin mostrar casi nada, y darnos una pequeña lección, sobre realización cinematográfica, que en eso, Zoo se merece un 10.
Y al ser este un hecho real, creo que comprendo las dificultades de tratar dicho tema, ya que podría quedar todo esto, simplemente como un filme morboso, o ser algo ofensivo para el espectador, sin embargo, estamos ante un trabajo de buen gusto, que en ningún momento busca el morbo fácil, desarrollándose por un camino poético de gran tristeza.
Una melancolía visible, gracias a su gran fotografía, banda sonora, e interpretaciones a flor de piel.
Zoo difícilmente se distribuirá fuera de festivales especializados, y que terminará por perderse en el olvido, una de las propuestas para mi, más a contracorriente del cine actual.
Con este panorama Zoo retrata a un grupo de individuos, que han optado por auto-apartarse de los márgenes expuestos por la sociedad, la que ha definido lo que está bien y lo que está mal, y los cuales, encuentran en su fraternidad, una forma diferente de incluirse, a una sociedad que no les acepta, y que les inculpa por sus propios gustos, o “aberraciones”
Robinson Devor, es ágil, al escapar del morbo que directamente conlleva este espinoso tema, y en especial, en la propia circunstancia de la muerte de “Mr. Hands”, y se centra en el análisis de las incidencias sociales y éticas de un tema tabú como la zoofilia, o el bestialismo.
Irónicamente, Zoo es un documental tan bien hecho, que aborda las prácticas marginales de ciertas personas, quizás quedará también, condenado a la marginalidad.
En realidad, Zoo es muy recomendable por su forma, y su contenido; y alrededor de este sórdido tema, Devor presenta con elegancia, con muy buen gusto en la fotografía, en la música, y en el acercamiento a las historias de estas personas, varias cuestiones que, sin juzgarlas, dejan una veta de amplio debate sobre el tema como:
El supuesto libre albedrío con el que los animales se incorporan a las prácticas, la persecución por parte de la ley en algunos estados, y el vacío en otros, el papel del internet, la soledad, la marginalidad, etc.
Y Zoo es afortunado, al lograr que el grupo de individuos que hacía parte de la cofradía zoofilica que visitaba “Mr. Hands”, presten sus “voces en off”, por supuesto, y que incluso, uno de ellos se personifique asimismo, Coyote, además de 2 veterinarios, y 2 de los zoófilos protagonistas; los demás personajes que aparecen, son actores.
A través de ellos, nos explicarán los motivos que les condujeron a la ejecución de estos actos, incluso como entrenaban a los caballos, por qué lo hacían, qué sentían, etc., intentando “normalizar” lo “anormal”, entrando en campos como los sentimientos, la pasión, y lo aislados que se sienten del mundo “normal”
Para acabar, llegando a un terreno mucho más dramático, como es la muerte de un compañero, “Mr. Hands”, y la posterior persecución mediática de la prensa, acechándoles constantemente.
Ellos se dan cuenta, de la deshumanización que ha desarrollado la sociedad, frente a la muerte de “Mr. Hands”, al olvidar la tragedia, y potenciar burlas y menosprecio.
Incluso, les atacan al acusarles de abuso a animales, desarrollando así a nuestros implicados, una sensación de incomprensión.
Zoo contiene imágenes explícitas de bestialidad, pero solo se ven en la pantalla de un pequeño televisor; y son las del matrimonio que son los dueños del caballo “homicida” mientras son obligados por investigadores de la policía, a mirar un vídeo donde se practica sexo con su animal.
Devor utiliza inteligentemente, un travelling circular, y fugazmente vemos al caballo montando al hombre en la pantalla.
El hombre y la mujer quieren irse, pero los policías les obligan a ver las imágenes, hasta que al final les preguntan:
“¿Es ese su caballo?
Sí, solloza la mujer…”
OMG
Curiosamente, en otras latitudes, las fotos que circularon por todos los medios, del actor de “Harry Potter” Daniel Radcliffe, desnudo junto a un caballo, en la obra de teatro “Equus” de Peter Shaffer, recuerdan los momentos gloriosos equinos de “Mr. Hands” y nadie montó en cólera divina.
“It was too gruesome”
Zoo ha recabado el calificativo de controvertido en Estados Unidos, al humanizar a unos protagonistas proscritos en la sociedad, aunque la mayor parte de la crítica, ha destacado el valor artístico, y cinematográfico de Zoo.
La controversia, es que intentan justificar los motivos que les llevaron a mantener relaciones sexuales con caballos, basándose en 2 principios razonables:
Un amor en el plano afectivo, y desmedido por los animales; y el derecho innegable de llevar la libertad individual hasta sus extremos.
Ese derecho les hace rechazar cualquier tipo de arrepentimiento, más allá del lógico que deben mostrar ante la muerte de un compañero.
El gran acierto del director de Zoo, es dejar que sean ellos quienes hablen sin ninguna voz extradiegética que dirija la narración, y a través de la suma de visiones subjetivas, la de cada uno de los implicados, construir un relato objetivo.
Aunque ya digo, tiene su truco.
Porque sin el truco, es inadmisible una película como Zoo.
Estamos pues, ante una película que se acerca tanto a la realidad, a una realidad desagradable, y que acaso no queremos conocer, que debe alejarse de ella…
Pues debe ser manifiestamente fílmica.
Por eso, Zoo es formal y estilísticamente una película bella, con una cuidada fotografía, y un montaje que nos invita a compenetrarnos con la naturaleza.
Creo que hay una escena que ejemplariza este hecho:
En ella, después de la muerte de “Mr. Hands”, los 2 hombres que se han encargado del rancho durante esos años, contemplan en la TV, un documental que transcurre en una base espacial, en una escena anterior, contemplaban un paseo lunar; puede que Devor quiera simbolizar, lo alejados del mundo que están esos hombres, como si su enfermedad les convirtiese en “marcianos”, “alienígenas”… y  junto al televisor, hay un amplio ventanal, en el que se puede contemplar La Luna, ascendiendo sobre la silueta de la montaña.
Belleza y sordidez, naturaleza y humanidad, considerada ésta en el sentido más peyorativo, imaginable.
Así, como si se tratase de un manual cinematográfico, el director marca de forma premeditada, la diferencia en los 3 planos principales de Zoo:
Narración, imagen, y música.
Si la sordidez de la historia, se enfrenta a la belleza de las imágenes, la música “Neptune” de la obra “The Planets” de Gustav Holst, introduce un tercer elemento discordante, que se enfrenta a los otros 2 planos, de forma que el resultado final es desconcertante, y consigue que parece que no el conjunto, es de completa objetividad.
Pero no es así:
Devor hace un retrato sórdido, mordaz, y crítico de las convenciones sociales, y de la hipocresía moral, un retrato que no debe limitarse a la sociedad estadounidense.
Zoo es una historia, que debe hacernos pensar a todos.
Una sociedad estadounidense, u occidental en general, hipócrita, que prohíbe el bestialismo en el Estado de Washington tras este accidente, pero no se prohíben las armas tras la matanza de Newtown.
Un escándalo sexual, acaba con la carrera de un político o ciudadano en general, pero no el uso de armas de fuego.
Es la moral protestante, la que queda reflejada en Zoo, da igual que sea legal, si es inmoral, tiene el mismo efecto.
En “El País de Las Libertades” hacer algo legal, pero inmoral, está perseguido por la ley.
Si ese mismo caballo hubiera pateado hasta la muerte al mismo hombre, nadie habría procesado al dueño de la granja, sería un simple accidente.
Y hablan los políticos de defender a los animales, que se supone que habrían sido maltratados, por realizar sexo con hombres; pero alguien mata a un chico desarmado, y nadie se plantea prohibir las patrullas ciudadanas, o la tenencia de armas.
Y eso es sólo un ejemplo comparativo de situaciones.
Cada país, y cada sitio tienen lo que merece.
En EEUU nadie morirá accidentalmente por bestialismo, pero morirán unos cuantos por armas de fuego, quizá no accidentalmente.
Y adivinen qué:
Sigue pasando, en ambos casos, y en muchas ocasiones ni nos damos cuenta.
 “2 Guys 1 Horse”
Los zoófilos tienden a ver menos diferencias, entre los animales y los humanos, que el resto de la gente, e incluso, en muchas ocasiones, ven en los animales, algunas virtudes de las cuales los humanos carecen, por ejemplo, la honestidad.
Los zoófilos tienden a pensar, que la sociedad humana no comprende la zoofilia, y que está mal informada sobre ella.
Aunque algunos se sienten culpables por sentir atracción sexual hacia los animales, otros no se ven influenciados en su vida privada, por morales ajenas.
La mayor dificultad que encuentran muchos zoófilos, es la incapacidad de poder hablar libremente con amigos, familiares o conocidos, sobre sus relaciones con animales, y el miedo a ser rechazados, agredidos, o a que hagan daño a sus compañeros sentimentales, si se llegara a saber su condición.
Otros problemas comunes, son la extrema soledad, por la imposibilidad de dar a conocer su condición, o por creer que son los únicos, y las repetidas muertes de los animales, a quienes consideran compañeros del alma, debido a que la mayoría de los animales, tienen un período de vida más corto que el de un humano, y a que no pueden expresar sus sentimientos de pérdida con nadie.
Como dato, los zoófilos no citan a creencias religiosas como mayor preocupación, quizá porque, aunque muchas religiones condenan la zoofilia, ésta no es un tema del que se hable con frecuencia.
Las relaciones sexuales zoófilas, varían según la persona, o el momento, y pueden estar basadas en relaciones similares a las parejas entre humanos, en particular, parejas monógamas, en relaciones amorosas entre animales, ambos participantes hacen sus elecciones en cuanto a pareja sexual se refiere, y el humano permanece como protector, y en variaciones de las mismas.
Como se conoce, los zoófilos pueden tener, o no tener pareja humana, o familia.
Algunos zoófilos, sienten atracción hacia los animales, como segunda opción, después de la atracción hacia humanos.
Otros zoófilos sienten lo contrario.
En algunos casos, la familia y los amigos son conscientes de las relaciones que mantiene un zoófilo; en otros casos, no.
Esto puede llevar a sentimientos de culpa, es decir, el zoófilo no consigue decidir, a cuál de sus múltiples relaciones será fiel, o celos en los amantes humanos.
A veces, los zoófilos inician relaciones humanas, para evitar sospechas sobre su orientación, o a causa de querer cumplir expectativas más tradicionales.
Otros, eligen formar relaciones menos serias con otras personas, como compañeros de piso, o relaciones con otros zoófilos, o vivir solos.
No obstante, el contacto sexual con animales, está asociado a varios riesgos significativos para la salud.
Esto es similar a los riesgos sexuales en las interacciones de humano a humano, ya que los seres humanos son animales.
Las áreas de preocupación posible, son infecciones, lesiones físicas, y reacción alérgica.
Curiosamente, a excepción de los primates, los animales no humanos, no pueden transmitir el virus VIH a los seres humanos.
Todos los estudios significativos sobre el tema, muestran principios y conclusiones comunes:
El aspecto principal a estudiar, son los sentimientos, las relaciones, y las causas de todo ello, no únicamente el acto sexual aislado, o el deseo impulsivo.
La mayoría de los zoófilos tienen relaciones humanas.
Las relaciones zoosexuales, implican generalmente a perros y/o caballos.
La sociedad en general, está mal informada sobre la zoofilia.
Los sentimientos y el cariño de los zoófilos por los animales, pueden ser auténticos, y dentro de las capacidades del animal, recíprocos.
Al contrario de lo que piensa la gente, hay un cierto interés por la zoofilia “latente” en la sociedad, en forma de fantasías, cópula entre mascotas, o de forma real y consciente.
La zoofilia y el zoosadismo, no son lo mismo, y están diferenciados claramente en cada uno de los estudios científicos realizados.
Muchos de ellos afirman, que se está haciendo un daño social significativo, al pensar que la zoofilia implica zoosadismo:
“Esto destruye la vida de muchos ciudadanos”, concluye la mayoría.
Curioso es la norma que la zoofilia no bestialista, o amor no sexual por los animales, es normalmente tolerada y aceptada por la sociedad.
Una de las principales críticas hacia la zoofilia, es que la actividad de bestialismo es dañina para los animales, y necesariamente abusiva, porque los animales son incapaces de dar, o negar su consentimiento; sin embargo, los animales no humanos, no pueden expresar un consentimiento legalmente válido, a nada en nuestra sociedad, por lo que toda interacción humana con animales, por ejemplo bañar a un perro, podría considerarse igualmente dañina y abusiva, salvo que se piense que el sexo por sí solo, ya es siempre dañino y abusivo.
Los defensores de zoofilia dicen, que los argumentos en contra de la zoofilia son irracionales, porque esperan el consentimiento informado de los animales para la actividad sexual, pero no esperan su consentimiento para el sacrificio, la eutanasia, procedimientos quirúrgicos, incluida la castración y mutilación estética, experimentación potencialmente letal, caza, y actividades peligrosas.
Igualmente, si los animales no pueden dar su consentimiento, entonces se deduce, que no deben tener relaciones sexuales entre sí.
Los zoófilos dicen, que la zoofilia es más apropiada que la castración, porque la castración está hecha para la conveniencia humana, en lugar del bienestar de los animales.
El profesor de bioética, Brian Cutteridge, declara lo siguiente, en relación con este argumento:
“La autonomía sexual del animal, es violada regularmente para que el humano gane dinero a través de procedimientos tales como la inseminación artificial.
Estos procedimientos, son probablemente inquietantes físicamente, y psicológicamente para los animales, más inquietante que actos de bestialismo, sin embargo, el consentimiento del animal, nunca se plantea en el debate a tales procedimientos.
Limitar el “derecho” de los animales, solo a los actos de zoofilia, es hacer una ley contra zoofilia, basada no en la razón, sino en el prejuicio moral; las leyes violan los derechos constitucionales de los zoófilos al debido proceso e igualdad ante la ley.
Las leyes que tipifiquen como delito la zoofilia, basándose en repugnancia social de tales actos, pero no en los daños reales causados por tales actos, son una infracción injusta e inconstitucional en la libertad individual”
La mayoría de la gente puede decir, si un animal no le gusta cómo es ser acariciado porque se alejan.
Un animal que gusta ser acariciado, empuja contra la mano, y parece disfrutarlo.
Los que defienden la zoofilia, ven esto como una forma en la que un animal da su consentimiento, o el hecho de que un perro puede menear la cola…
Como las relaciones sexuales se producen entre diferentes especies en la naturaleza, la cópula interespecie, y como los humanos son animales, los críticos argumentan, que es injusto llamar bestialismo “contra natura”
También, individuos de distintas especies, como los delfines, parecen ser atraídos sexualmente a los seres humanos; y a esto se le conoce como “bestialismo inverso”
Algunos animales, han sido vistos copulando por placer, y no para fines de reproducción; esto contradice la noción, de que los animales sólo tienen relaciones sexuales a fin de reproducir.
De acuerdo con el Científico Estadounidense, la mayoría de los zoófilos no es cruel con los animales:
“En otras encuestas recientes, la mayoría de los zoófilos se burlaron de la noción de que eran abusivos hacia los animales, lejos de eso, dijeron.
De hecho, muchos zoófilos son activistas de Los Derechos Animales”
Tal vez, el acercamiento que realiza el director de Zoo, Robinson Devor, está demasiado centrado en la doble moral estadounidense, que sobre el propio tema, como si quisiera universalizar el tema del cuál arranca.
La zoofilia que se plantea en Zoo, es amor a los animales, y que internet y las redes sociales de todo tipo, pueden ser un arma de doble filo.
Plantea también el vacío legal que existe sobre el tema, y el debate social.
Zoo tampoco deja de lado los coletazos jurídicos y éticos, ocurridos en la sociedad estadounidense tras la muerte de “Mr. Hands” que fuera de explotar el innegable morbo del suceso, debatió fuertemente, sobre la necesidad de legislar en contra de este tipo de prácticas sexuales, y sobre los vacíos legales existentes sobre el tema.
La muerte de Kenneth Pinyan, provocó rápidamente, la creación de un proyecto de ley, que prohibió tanto mantener relaciones sexuales con animales, como video grabarlas.
Bajo la ley actual de Washington, la bestialidad es un delito Clase C, penado con hasta 5 años de prisión.
Pam Roach, miembro del Senado del Estado de Washington, y Republicana de Auburn, elaboró el proyecto de ley, que prohibió la bestialidad en ese estado.
La SB 6417, hizo de la bestialidad, un delito grave de clase C, aprobado el 11 de febrero 2006, con los 36 senadores a favor.
La bestialidad, había sido legal en el Estado de Washington por 117 años, hasta la aprobación de esta ley.
Charles Mudede de “The Stranger” dijo:
“Fue una ley casi cómicamente fácil de pasar”
La bestialidad no tenía apoyo político en el Estado de Washington, y ningún grupo en el estado, abogó por la bestialidad.
La Ley es “RCW 16.52.205. Animal Cruelty In The First Degree”
Mudede dijo, que la lectura de RCW 16.52.205 “es muy parecido a la lectura de porno duro”
Además, la ley prohíbe “grabar en vídeo, a una persona involucrada en un acto sexual, o en contacto sexual con un animal”, “vivo o muerto”
Debido a la disposición contra la grabación en vídeo, Mudede dijo que la ley “señala con el dedo, directamente a James Michael Tait”
La verdad es que hay que tener una mente, lo suficientemente abierta para aceptar cosas de tal calado, pero nos debe quedar claro, que si con “desviaciones” como estas, y otras que deben existir por ahí, el hombre está buscando desde su intimidad, un poco de libertad, y sin estar de acuerdo con éste tipo de actividades, el ser humano se atrevería a buscar comprender un poco más, muy adentro en los recovecos mentales, de que se trata la libertad que tanto ha buscado.
Yo considero, que ninguno de los humanos es ajeno a mí, y el sexo entre hombres y animales sucede de verdad.
Entonces, también es parte de lo que somos.
Zoo lo muestra todo bajo una lente imparcial, no pretende hacer juicios, ni tampoco tolerar, simplemente, expone lo que sucedió, y las posteriores reacciones que se dieron, al hacerse pública la noticia.
Zoo es quizás, más polémica por la forma elegida para mostrar lo que cuenta, que el contenido en sí.
Es un retrato sobre la búsqueda de lo racional en lo irracional, salvar lo insalvable, y de recordarnos que, nos guste o no, somos humanos al fin y al cabo.
Para finalizar decir que, en el año 2009, James Michael Tait y otras 2 personas, fueron encarceladas en el condado de Maury, Tennessee, acusados de participar en actos de bestialidad.
En enero del año 2010, Tait se declaró culpable en un tribunal de Tennessee, a participar en actos sexuales con animales, y fue puesto en libertad condicional.
Mientras el video de Kenneth Pinyan, “Mr. Hands”, teniendo actos sexuales con el caballo, circula por la libre en internet, aun después de la muerte de Pinyan; mientras que el caballo llamado “Strut” conocido en el video como “Big Dick” fue castrado.

“An understanding view of something almost impossible to understand”



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