Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street

“I can guarantee the closest shave you'll ever know”

Sweeney Todd es un legendario personaje del Londres Victoriano del siglo XIX, cuya veracidad no ha sido probada.
Una de las primeras noticias inglesas sobre Sweeney Todd, fue su aparición en una publicación llamada “The People's Periodical”, en el #7, fechado el 21 de noviembre de 1846.
La historia del diabólico barbero, que degollaba a sus víctimas en el Londres de finales del siglo XVIII, es una especie de “Leyenda Urbana” que ha llegado a nuestros días, después de que un escritor llamado Thomas Peckett Prest, publicara en 1948, un relato titulado “The String Of Pearls: A Romance”; la cual narraba, cómo un maléfico barbero degollaba a sus clientes, los cuales, caían por una trampilla al piso de abajo, y su carne triturada, servía de relleno para las empanadas que preparaba y vendía su cómplice, Nellie Lovett.
Thomas Prest, creó además, otros villanos espantosos en diferentes relatos; solía basar sus cuentos de terror, en sucesos del mundo real, a veces buscando inspiración, en artículos sobre crímenes aparecidos en The Times.
De ahí que se afirme, que la leyenda de Sweeney Todd, está basada en hechos reales, pero esto jamás ha sido demostrado.
De todos modos, en 2007, el periodista Peter Haining, publicó el libro “Sweeney Todd: The Real Story Of The Demon Barber Of Fleet Street” donde asegura, haber encontrado dichas pruebas, que confirman incluso, la mayor parte de los datos de la historia, tales como la situación de la barbería, y la existencia de la cercana pastelería.
Según el cuento, Todd fue procesado por sus crímenes en el Old Bailey, y fue ahorcado en Tyburn, en enero de 1802, frente a una gran multitud.
Sin embargo, no se encuentra ningún documento sobre el juicio, ni en los archivos del Old Bailey, ni en el Newgate Calendar.
Tampoco existen reportajes de prensa contemporánea sobre el proceso, o la ejecución.
Ya en 1878, un colaborador del Notes and Queries, señaló esta ausencia de fuentes verídicas.
Si bien, Peter Haining presenta la historia como un hecho real, no ofrece ningún dato específico, o comprobable.
Como curiosidad, muchos años antes, el médico valenciano, Jaume Roig, recoge el argumento de la obra, en unos versos de su “Espill” o “El Espejo”, también conocida como “Llibre de Les Dones” o “Libro de Las Mujeres” que compuso hacia 1460.
He aquí una prueba del origen folclórico de la historia, que explica cómo unas taberneras de París, daban a sus clientes carne humana para comer.
Ese motivo folclórico, es la trama argumental del musical “Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street” de Stephen Sondheim en 1979.
Un éxito un tanto insólito, en cuanto la historia, que tenía como protagonista, nada menos que a un barbero que se convertía en asesino en serie, así como a una pastelera que lo encubría, haciendo pasteles con la carne de los cadáveres.
En efecto, no podemos afirmar, que el asesinato en serie y el canibalismo, sean temas recurrentes, en las a menudo edulcoradas producciones de Broadway.
De hecho, su historia, sirvió de argumento al largometraje inglés del mismo nombre de 1936, dirigido por George King, con Tod Slaughter y Stella Rho.
Basado en la pieza teatral de Christopher Bond, la historia sirvió de inspiración al musical de Stephen Sondheim, del mismo nombre.
Dirigido por Harold Prince, y protagonizado por Angela Lansbury, en uno de los mejores roles de su carrera, y Len Cariou, fue uno de los mayores éxitos de Broadway, en la década de 1980, tanto que ganó 8 premios Tony, el de Mejor Musical incluido, y un Grammy.
Con Sweeney Todd, Sondheim logró uno de los musicales más famosos de Broadway, y sin duda, el más sangriento de todos.
Un musical que parecía predestinado, a que algún día fuera llevado a la pantalla, por un director tan personal como Tim Burton.
“At last!
My arm is complete again!”
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es un musical de terror, dirigido en el año 2007, por Tim Burton.
Protagonizada por Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Sacha Baron Cohen, Timothy Spall, Jamie Campbell Bower, Ed Sanders, Jayne Wisener, Laura Michelle Kelly, entre otros.
El guión es de John Logan, sobre la obra homónima de Stephen Sondheim, Christopher Bond, y Hugh Wheeler; con la música de Stephen Sondheim.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street obtuvo un Oscar como Mejor Dirección Artística, y 2 nominaciones:
Mejor actor (Depp) y diseño de vestuario.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es la 6ª colaboración de Depp con Burton:
“Pero él, confesaba Burton, es diferente cada vez, es como si se tratase de actores distintos.
Eso es lo que más me gusta de Johnny, que siempre aporta algo nuevo”
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una adaptación cinematográfica, del musical homónimo de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler, y a su vez, inspirado en la pieza teatral de Christopher Bond.
Estamos ante la primera incursión del realizador en el género musical, lo que ha supuesto, en sus propias palabras:
“Una experiencia muy estimulante, por el hecho de tener música integrada en el set de rodaje.
Ver al reparto reaccionar ante ella, ha sido muy especial”
El director, fue cautivado por las cualidades cinematográficas del musical de Sondheim, mientras todavía era un estudiante.
Burton contempló llevar a cabo la versión cinematográfica, desde principios de los 80.
Sin embargo, no fue hasta 2006, que tuvo la oportunidad de consumar su ambición, cuando DreamWorks anunció su nombramiento, para reemplazar al director Sam Mendes, quien había estado trabajando sobre tal adaptación.
Tras la contratación de Burton, entre él y Logan, reelaboraron el guion:
“Trasladar una obra de 3 horas, a una película de 2, requiere algunos cambios.
Algunas canciones se acortaron, mientras que otras fueron retiradas por completo”
Christopher Lee, Peter Bowles, Anthony Head, y 5 actores más, estaban listos para interpretar a narradores fantasmas, pero sus actuaciones fueron suprimidas.
Según Lee, estas supresiones se debieron a la falta de tiempo, provocada por una ruptura en la filmación en marzo de 2007, mientras la hija de Depp se recuperaba de una enfermedad.
Burton y Logan, redujeron también, la importancia de otros elementos secundarios, como:
El romance entre Johanna y Anthony, permitiendo a Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, centrarse en el triángulo entre:
Todd, Mrs. Lovett, y Toby.
El rodaje comenzó el 5 de febrero de 2007, en los Pinewood Studios, y terminó el 11 de mayo, a pesar de una breve interrupción en el rodaje, cuando la hija de Depp se puso enferma.
Burton optó por rodar en Londres, donde se sentía “como en casa” desde su trabajo en “Batman” (1989)
El Diseñador de Producción, Dante Ferretti, recreó un Londres más oscuro, más siniestro, adaptando la Calle Fleet y alrededores.
En un principio, Burton planificó usar poco decorado, y rodar delante de una pantalla verde, pero finalmente hizo lo contrario, declarando que los decorados físicos, ayudan a los actores a entrar en un estado de ánimo musical:
“Solo con gente cantando delante de una pantalla verde, todo parecía más deshilvanado”
Burton insistió, en que Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street debía ser sangrienta, tal y como sintió en las versiones teatrales, donde la reducción del derramamiento de sangre, le privaría de fuerza.
Para él:
“Todo es tan íntimo con Sweeney, que la sangre supone su liberación emocional”
Este tono macabro, puso a algunos estudios nerviosos, hasta que Warner Bros, DreamWorks, y Paramount, se marcaron para el proyecto, un presupuesto de $50 millones.
Burton dijo:
“El estudio se quedó helado con ello, y aceptaron porque sabían qué clase de espectáculo podría llegar a ser.
Cualquier película es un riesgo, pero es agradable, ser capaz de hacer algo que no encajaría en el musical, o en películas de cuchillos”
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street sigue a Benjamin Barker/Sweeney Todd (Johnny Depp), un hombre encarcelado 15 años injustamente, en el otro lado del mundo; escapa y vuelve a Londres con la promesa de vengarse, junto a su obsesiva y devota cómplice, la Mrs. Nellie Lovett (Helena Bonham Carter)
Adoptando el disfraz de Sweeney Todd, Barker regresa a su antigua barbería, encima del local de empanadas de carne de la Mrs. Lovett, y fija sus miras en el juez Turpin (Alan Rickman) que, con la ayuda de su vil secuaz, Beadle Bamford (Timothy Spall), le mandaron lejos con una acusación falsa, y así poder robarle a su esposa, Lucy Barker (Laura Michelle Kelly), y a su hija bebé Johanna (Jayne Wisener)
La Mrs. Lovett, le cuenta a Todd, que su mujer se suicidó con veneno, después de que el juez Turpin se aprovechara de ella.
Pero cuando un barbero rival, el flamante italiano, Adolfo Pirelli/Davy Collins (Sacha Baron Cohen), amenaza con descubrir la verdadera identidad de Sweeney, Todd le mata, cortándole la garganta.
Al no saber qué hacer con el cuerpo, la Mrs. Lovett ve esta circunstancia, como una potencial solución para su debilitado negocio, y sugiere usar la carne humana para el relleno de sus empanadas de carne…
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una retorcida historia de venganza, con muchos tintes violentos, y personajes malvados como el mismísimo protagonista, Sweeney Todd, y el lujurioso y perverso Juez Turpin.
A través de una fotografía impresionante, y un sentido de la estética, que sólo Burton quizás la tenga, Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street se nos presenta mediante conversaciones cantadas, detalle tratado con sumo cuidado, con el que no cae en interpretaciones novelescas, ni infantilmente mal dramatizadas, como podría suceder; desarrollando una tragedia basada en el amor, la venganza, y sobre todo, la violencia.
Violencia que el director no escatima en censurar, a la hora de mostrar la crueldad de los asesinatos, y la frialdad del barbero.
Y sin duda, Burton lo logró de nuevo.
Luego del hipnótico travelling digital inicial con el que se nos introduce tras los créditos, nos saca, y nos invita a un mundo nuevo, esta vez, no de fantasía, y sin personajes oníricos, sino a través de una tragedia clásica inglesa, que nos deja más de alguna lección.
“Por fin mi brazo está completo de nuevo” dice Barker al reencontrarse con su navaja luego de 15 años.
“May the good Lord smile on you”
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una película 100% Burton.
Cada encuadre, la manera que tiene Burton de mirar el cine, y a sus personajes, es preciosa; cada escena, cada travelling, hay algunos preciosos, pero el inicial sobre Londres es en sí mismo, una joya; o cada plano, llevan la firma del director, y con ella, todos los elementos característicos de su cine:
Esos colores fuertes, que en ciertos momentos recuerdan a su admirada Hammer Films; esos personajes solitarios y atormentados; y sobre todo, ese tono como de cuento, que suele bañar casi todas sus películas.
La dirección de Tim Burton funciona a la perfección, dándole a Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, una estética muy parecida a la usada en otro films anteriormente, con una fabulosa y deliciosamente gótica ambientación, con calles oscuras, pobladas mayormente de neblina, edificios que parecen oscuros espectros, inclinándose sobre las calles, árboles torcidos en diversas poses maniacas, y cosas por el estilo que hacen el toque de Burton, algo muy reconocible.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street juega cuidadosamente con todos sus elementos, sin descuidar mucho ninguno de sus poses narrativas, ejecutando bien el aspecto serio, haciéndonos tomar completamente como un hecho, de que el personaje principal ha sido mal pagado por la vida, a causa de este malévolo personaje, el Juez Turpin, al mismo tiempo, balancea el horror y suspenso con comedia, bien lograda dentro de su universo, y la música resulta ser muchas veces pegajosa, y bien orquestada en la mayoría de las escenas, y consigue amplificar la emoción en algunas otras.
Los actores, además de actuar, usaron naturalmente sus propias voces para interpretar estas canciones, y debo decir que lo hicieron muy bien.
Johnny Depp encarnando a un barbero llamado Benjamin Barker, encarcelado injustamente durante 15 años.
A su regreso, tramará su venganza, volviendo a su antigua barbería, pero cambiando su identidad por Sweeney Todd.
Para Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, Depp creó su propia imagen de Todd:
El maquillaje púrpura y marrón, fue aplicado alrededor de sus ojos, para sugerir una fatiga y una rabia, como si “nunca hubiese dormido”
Él solo está obsesionado en vengar la muerte de su esposa; pero hay algo muy importante, que Mrs. Lovett no le cuenta…
La complicidad insana, con el dueto Sweeney-Lovett, se corresponde con una evolución de folletín decimonónico, que encarrila los descensos de una tragedia shakesperiana, aunque haya algo de burlesco en el solapamiento de catarsis griega, y la ópera-pop.
Helena Bonham Carter es la solitaria Mrs. Lovett, dueña del local de pasteles de carne, emplazada bajo la barbería de Todd, que se convertirá en cómplice de él, buscando mejorar su negocio.
“El problema central de la Mrs. Lovett, es que está enamorada de Todd, el cual nunca se ha fijado en ella”, dice Bonham Carter.
“Él ni siquiera la mira, excepto cuando llega con la genial idea, de cómo desembarazarse de los cuerpos, y de pronto, ella es visible”, concluye la actriz.
Alan Rickman, interpreta al Juez Turpin, que envío a Benjamin Barker a Australia durante 15 años, con una falsa acusación, con el objetivo de quedarse con su esposa e hija pequeña.
Rickman vende muy bien su papel de juez mano dura, que simplemente no tiene misericordia, para alguien que “no sigue sus reglas”, además de tener su lado despiadado.
Timothy Spall es Beadle Bamford, el secuaz del juez Turpin, que lo ayuda a alcanzar su objetivo.
Sacha Baron Cohen, encarna David Collins, ex trabajador de la barbería de Benjamin Barker, quien adopta el nombre de Signore Adolfo Pirelli, un barbero rival.
Ed Sanders es Toby, el muchacho que ayuda a Pirelli en su barbería, y que luego asistirá a Mrs. Lovett en su local.
Jayne Wisener interpreta a Johanna Barker, la hija de Sweeney Todd, cautiva por el juez Turpin, y enamorada de Anthony Hope.
Laura Michelle Kelly, personifica a Lucy, la esposa de Benjamin Barker.
Jamie Campbell Bower es Anthony Hope, un marinero joven que salva a Benjamin Barker de las aguas del océano, y le ayuda en la misión de rescatar a su hija Johanna, aunque se enamora de ella, sin saber la verdad que hay detrás.
Desde luego, no es que el cine de Burton se haya caracterizado siempre por explorar temas, tan inequívocamente sórdidos, de una manera tan poco soslayada, pero no cabe duda, de que había los suficientes elementos, como para predecir una “obra burtoniana” en toda regla.
La existencia de un antihéroe atormentado, tal vez más antihéroe, y más atormentado que nunca antes lo fue nadie en la obra de Burton, aparentemente extravagante pero, sin embargo, con un componente más humano que otros personajes más “normales”
Pero la búsqueda de verosimilitud que encara Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, obedece a un enfoque vinculado más con la concepción de una estética, que de una narrativa.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street tiene sangre, aunque no a borbotones, pero tiene la medida exacta para hacer de ella un musical no convencional, que tiene una historia que la hace sobresalir, y además, de ser muy disfrutable, y original.
Sobre el final, es cierto que, el hecho de que la mendiga sea la mujer de Todd resulta previsible, si se hubiesen currado algo más la caracterización, nos habríamos llevado una gran sorpresa, aunque el resto me dejó de piedra.
No creo que nadie se imaginara que sería Sweeney, el que acabaría con la vida de su esposa, y que a punto estuviera de asesinar también a su hija.
Y ese es otro aspecto destacable, la forma de cometer los asesinatos del personaje de Depp.
Es muy significativa; y no me refiero a que use las cuchillas, sino a la forma de ejecutarlos.
Especialmente impactantes, resultan los crímenes que Burton se toma la molestia de ofrecernos con mayor detenimiento y preparación.
Los otros, los que ocurren en un par de segundos, resultan cómicos, y ese es el efecto buscado.
Pero el primero, y los 2 últimos asesinatos que comete Todd, son impresionantes:
El primero y el último por sorprendentes, y el penúltimo por bestial. Afortunadamente, Burton se rebela con estas escenas, realmente gore, en las que no escatima en litros y litros de sangre.
Una sangre que a pesar de su cantidad, es presentada como si de un cómic se tratase, decisión bastante arriesgada por otro lado.
No obstante, los momentos de navaja, por así decirlo, son de lo mejor de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street.
Y es que, como digo, Burton, en esta ocasión, se ha dejado de remilgos en lo que a sangre se refiere.
Lo cierto es que Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street lo pedía a gritos; sin esa violencia, la obra se quedaría en paños menores; pero al final; todo queda perfectamente mezclado:
Terror, musical, comedia, gore no gratuito, drama, romance...
Todo al más puro estilo Burton.
“Until a man of power stole his freedom, destroyed his family and banished him... for life.
And in his sorrow, a new man was born”
Bajo el aura de un retablo Post Victoriano, hipertrófico e hiperbólico, el debut en las arenas del musical de Tim Burton, transcurre desde la mecánica de un juego de espejos, en el que se despliegan los atrezos, los pictóricos horizontes del Londres lúgubre y sombrío, de una cierta literatura decimonónica.
Un Londres coreografiado desde la pantalla plana de un teatro de sombras chinescas, fabulesco, negro como negras son las añejas Leyendas Urbanas, avivadas por el romanticismo vil del boca a oreja, en unos bajos fondos de luces mortecinas, y noches de impenetrable espesura.
Burton se sabe en una encrucijada estética.
El prestigio que precede al musical de Sondheim, la existencia de una idea preconcebida, acerca de la poesía de tinieblas, forjada por una superposición de memorables representaciones en escenarios de medio mundo, exigía que su Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, discurriera por los pasillos de una bacanal de esteticismo gótico, a la altura del prestigio del personaje, que acertará a la hora de encontrar los matices del negro, para reubicar la oscuridad tremebunda del texto de Sondheim, en una negritud más intensa si cabe, más explícita, más exuberante, y por consiguiente, a la fenomenal altura del imaginario pesadillesco de el director
En ese punto, radica el éxito de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, en la exploración estética del mito, desde una óptica inédita de tinieblas, la contextualización del drama cantado, en torno a una puesta en escena de texturas materiales, referidas a un cierto ideal de representación teatralizada, pero, y he ahí la paradoja fascinante, limpiamente cinematográfica.
Pues bien, Burton consigue esculpir un cine de facciones teatrales, que remite no a un modelo de representación de teatro filmado, en la línea del 95% de los musicales cinematográficos, sino a los ecos de un teatro de máscaras, carnavalesco, que desvirtúa la realidad para citarla, para referirse a ella.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, construye su identidad fabulesca, y operística, cantando al amor y a la muerte, a la venganza, al significado del perdón, a las deformidades del amor paterno filial exacerbado.
Una tragedia gigantesca, esculpida a ritmo de teatro lírico, acerca de un hombre capaz de vender su alma al diablo, con tal de obtener la miel de un acto de venganza.
Sin embargo, sinceramente, ya es hora de cambiar la estrategia de Burton, siempre más de lo mismo, aunque la puesta en escena es siempre adecuada, la originalidad se va perdiendo con el tiempo, y la nota crítica decae.
No es una obra maestra del Séptimo Arte, solo porque parece que hay más estilo musical, que diálogos de libreto, mas teatro que cine, más estética que narrativa, y para mí eso le resta un poco de nota.
Creo que Burton ignora los aportes narrativos que hizo Edwin S. Porter al cine a fines del siglo XIX, y por el contrario, sobrevalora en demasía, la esencia de la ciencia ficción que nos heredo Georges Méliès; y una conclusión final, de que todo el mundo es malo.
Tim Burton nos propone un cuento, en el cual nos advierte:
“No te fíes de nadie… ni siquiera de la persona que crees que nunca te podrá hacer daño”
Deja a la deriva, la historia de amor de los jóvenes…
Notable es que deje en el aire esa cuestión de Johanna, ignorante testigo de la matanza de su verdadera identidad, de un modo que impide cualquier conocimiento paterno, esa eterna cuestión, que tanto inquieta al autor.
Y el asesinato de las otras personas, se desconocen los motivos… y quiénes eran ellos…
O la muerte de Sweeney Todd:
¿Un niño de 10 años, aproximadamente, es capaz de matar a una persona, sin que le tiemble la mano?
Y algunas incoherencias del guión, como que la chica le tire la llave por la ventana, a cualquier persona que pase por allí, no se lo cree nadie; o que al chico le importe un comino, que su jefe no se aparezca más, a pesar que lo agredía, bien lo mantenía…
Por otro lado, la campaña de “marketing” de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, fue muy criticada; ya que en los trailers no se hacía referencia a que fuese un musical.
Michael Halberstam de Writers' Theatre dijo:
“Restando importancia a lo que hicieron en el trailer, es posible que los productores fueran condescendientes con nosotros, una táctica que al final, solo provoca lágrimas”
En El Reino Unido, parte de la audiencia abandonó las salas donde se emitía Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, al darse cuenta que en realidad era un musical, emitiendo quejas, por publicidad engañosa, tanto a The Advertising Standards Authority, como a The Trading Standards Institute.
Señores:
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es un musical, por favor no lo critiquen porque canten.
Porque vale que canten, pero lo hacen con una naturalidad impropia en esta clase de producción, no hay bailes, ni nada por el estilo, y eso se agradece.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una historia truculenta:
Sangre y venganza en el corazón de un Londres mórbido.
Una historia que podría haberse articulado, en infinidad de escenas explícitas, con mucha más sangre, y mucha más venganza.
Pero eso lo hemos visto mil veces.
Lo mejor de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, es que Burton opta por otro camino, por contárnosla de otra manera.
 “La música es muy importante” dice el productor Richard D. Zanuck.
“La historia está contada a través de las canciones.
Estábamos decididos, a que cada miembro del reparto, utilizara su propia voz.
Son ellos mismos los que cantan” señala.
Y sin embargo, aparte de Laura Michelle Kelly, que hace de la mujer pordiosera, ningún miembro del reparto de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, era cantante profesional.
Las canciones se grabaron durante un periodo de 6 semanas, a lo largo de noviembre y diciembre de 2006, en los estudios Air Studios, y Eden Studios, de Londres.
Y la banda sonora de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, fue lanzada en una “Edición de Lujo” el 18 de diciembre de 2007.
La forma de cantar de Johnny Depp, fue descrita por un crítico del New York Times como “áspero y tenue, pero increíblemente poderoso”
Otro crítico añade, que aunque la voz de Depp “no tiene tanto peso o poder, su oído es, obviamente, excelente, porque su tono es perfecto...
Más allá del buen nivel mostrado, la expresividad de su canto es crucial para la representación.
A pesar de la tonalidad de Sweeney, exteriormente, es un hombre malhumorado, consumido por una furia asesina que amenaza con estallar cada vez que respira, y se prepara para hablar.
Sin embargo, cuando canta, su voz cruje, y se rompe con la tristeza”
Johnny Depp había sido en su día, guitarrista de un grupo llamado “The Kids”, pero se limitaba a hacer coros en los estribillos.
Nunca se había dedicado en serio a cantar.
Depp, que desconocía su habilidad para cantar, tomó lecciones en la preparación para su papel.
Sin embargo, el funcionamiento vocal de Depp, satisfizo a una parte de la crítica; quienes también destacaron las dotes musicales de Alan Rickman.
Tampoco habían cantado, casi nunca:
Helena Bonham-Carter, Alan Rickman, Sacha Baron Cohen, ni Timothy Spall; mientras que en los casos de la romántica pareja juvenil, formada por Jamie Campbell Bower (Anthony) y Jayne Wisener (Johanna), fueron reclutados entre estudiantes de arte dramático, y se nota que, a pesar de ser debutantes, saben cantar.
Lo mismo se puede decir del más pequeño, ENORME Ed Sanders, que interpreta a Toby, y que se ha hecho con los premios de las asociaciones de críticos de Los Angeles y Phoenix, en categorías de Actor Joven.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, es la 2ª película dirigida por Burton, no orquestada por Danny Elfman, la primera fue “Ed Wood” (1994)
Burton quiso evitar los diálogos interrumpidos por las canciones:
Eliminó el famoso número de apertura del espectáculo teatral, “La Balada de Sweeney Todd”, explicando:
“¿Por qué tienen un coro que canta sobre de la historia de Sweeney Todd, cuando simplemente, se podría avanzar, e ir asistiendo a ella?”
Otras canciones fueron también cortadas, y Sondheim notó que había muchos cambios, adiciones, y tachaduras.
Para crear algo más grande, más cinematográfico, Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street fue orquestada de nuevo, por el creador de la música original, Jonathan Tunick, que aumentó la orquesta de 27 músicos a 78.
En lo que respecta a las canciones, encuentro que hay muchas geniales, unas de las que acaban enganchando, y en la que describen momentos imprescindibles:
Una es la repetición de “Johanna”, que van cantando por un lado el personaje de Anthony, que recorre como un zombie la noche londinense en busca de su amada; y por otro, Johnny Depp, rajando gaznates, y arrojando por la trampilla de su barbería, a sus clientes degollados.
El contrapunto entre las imágenes brutales y la melodía romántica de la canción, es de lo mejor de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street.
Otra es “My Friends”, que canta el personaje de Depp, cuando recupera “sus amigas”, las navajas con mango labrado en plata, que ha guardado durante 15 años, su ex casera.
El actor borda la canción, con una voz tan amenazante, como los acordes que la sostienen.
“Cuando Johnny coge la primera navaja y la sostiene, es un genuino acto de amor”, señala Logan.
“Y cuando les canta a sus navajas de afeitar, es una canción de amor, y las sostiene de una forma muy cercana.
Las guarda en una funda especial, en una cartuchera especial, durante todo el metraje”, concluye.
“Not While I'm Around” una sorpresa, que interpreta Toby, mostrando el amor que siente por Mrs. Lovett, es más que destacable.
Digo “sorpresa” porque esta canción, la conocí de primera mano por Barbra Streisand, sin saber que pertenecía a este musical, y sobre todo, porque ella se la dedica siempre a su hijo, Jason Emanuel Gould Streisand.
También, el dúo de Depp y Rickman en “Pretty Women”, mientras el juez está sentado en el sillón del barbero; y todo el desarrollo de la “Final Scene” es antológico.
Hasta las “canciones-anuncio” a cargo de Toby para vender el “Pirelli's Miracle Elixir”, o “A Little Priest”, el vals en el que la pareja protagonista, dialoga sobre las ventajas e inconvenientes que pueden tener como materia prima para empanadas, los distintos tipos de personas, sean curas, poetas, políticos, o abogados.
Por todo lo dicho, Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street tenía que llevarse al cine, y nadie mejor que Tim Burton para plasmar la esencia de esta terrorífica historia, combinando fantasía y realismo, sin bailes ni nada similar.
El resultado global es sobresaliente, y la música de Sondheim brilla y crea adicción, por lo que se hace imprescindible en la discografía de cualquier aficionado, los amantes del musical, seguro que la tienen desde hace años, y al cine en general.
“This is the tale of an ordinary man, who had everything...”
Toda la vida he sentido curiosidad, por conocer los motivos que pueden impulsar a alguien, a cometer no sólo uno, sino toda una serie de horribles crímenes.
El caso es que, cuando supe de Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, que venía en forma de musical, y de la mano de Tim Burton, tuve claro que no me podría resistir demasiado.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una historia muy apasionada, sobre un hombre que es vilipendiado, y busca venganza.
Y en el proceso para alcanzar la venganza, se vuelve loco.
También, es sobre una mujer que está enamorada de él, que lo anhela, pero que no puede tener una relación con él.
Y también, es sobre una jovencita, criada por un padrastro brutal, que trata de encontrar el amor y la felicidad.
Todos esos caudales emocionales, colisionan en Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street, y el hecho de estar acrecentado por la música y las canciones, lo hace todo mucho más exuberantemente romántico.
Pero, en el fondo, es una historia de amor, oscura y muy apasionada.
Probablemente la mejor película de Burton hasta entonces, la adaptación del musical de Sondheim, es obra de madurez de un virtuoso, de un poeta del horror, que vierte ríos de sangre, con esmerado sentido de la estética, en un éxtasis de liturgia mortuoria.
Y es que nunca tanta sangre, lució tan hermosa como luce en Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street.
Un Burton romántico, fúnebre incurable, lóbrego fabricante de entelequias, que arranca de Johnny Depp, una de sus interpretaciones más intensas y logradas, que remueve las entrañas desde las tripas, con un vendaval de hemoglobina que, he ahí la naturaleza de la magia, conmociona y toca fibra, con o sin canciones, siendo o no amante o simpatizante del musical.
Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es cine grande, independientemente del color de los ropajes que la visten.
Creo que el motivo de que Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street haya aguantado el paso del tiempo, durante 150 años, se debe realmente, a que es una buena historia...
Una historia muy emocionante, una historia sobre la venganza, y sobre cómo esa venganza se devora a sí misma; mezclando nuestros impulsos más violentos, con nuestra mayor ternura; y de la colisión de estas cualidades, es de donde surge su abrumadora fuerza.
En ese sentido, Sweeney Todd: The Demon Barber Of Fleet Street es una tragedia, en la clásica tradición sobre alguien que quiere vengarse, y termina destruyéndose a sí mismo.

“Alright!
You, sir?
How about a shave?”



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