Lions For Lambs

“Ich habe noch nie solchen lowen gesehen die solche lamer gefuhrt werden”
(En ningún lugar he visto a tales leones conducidos por tales corderos)

La educación ha sido tratada, en reiteradas ocasiones por el cine, por lo cual, esas películas pueden ser un buen punto de partida, para entablar un diálogo serio sobre la educación, y sin duda, un motivador medio de aprendizaje.
Las palabras, parafraseando al poeta, son armas cargadas de futuro; no son las armas de destrucción masiva que muchos buscaban bajo las arenas del desierto asiático, pero a fin de cuentas, siguen siendo nuestra mejor munición.
Sólo a través del diálogo y el entendimiento, podremos construir algo.
Lo demás, sólo lleva al caos, y a la destrucción.
El bombardeo de ideas, sustituye a otro tipo de bombardeos, mucho más perversos.
Y hay un gran número de películas, que tratan el tema de la educación y el compromiso, una de las últimas, y con la cuestión tan de actualidad, como La Guerra de Afganistán como centro.
Hay numerosos ejemplos, tanto en el cine de Hollywood, como en el europeo sobre esta temática.
Pero, pocas producciones, tratan con tanta profundidad, seriedad, y respeto, la idea del “compromiso”
¿En qué consiste el compromiso, y la obligación real de un profesor con su alumno?
Son varias las obligaciones del profesor:
Transmitir conocimiento, generar saber, despertar el interés por la ciencia y la cultura.
La obligación de un profesor, consiste en sacar lo mejor de sus alumnos, explotar su potencial, y ponerles un espejo delante de sí mismos para que mejoren, para que den lo mejor de cada uno de ellos, en cada uno de sus actos.
Su obligación consiste, en hacerles despertar del letargo, vencer su pereza e inmovilidad.
Hay que hacerles sentirse útiles en esta sociedad, y ayudarles a encontrar su camino en el mundo:
“Es mejor intentarlo y fracasar, que no intentarlo”
Las decisiones que tomes ahora, no podrán cambiarse en un futuro con facilidad.
Y con el paso del tiempo, dejarás de ser quien has sido, y serás una persona diferente.
Eres un adulto.
Lo malo de ser adulto, es que empieza antes de que te des cuenta.
En estos momentos, ya has tomado más de una docena de decisiones…
Las decisiones que tomes ahora, son tu responsabilidad para siempre, y de nadie más.
Pues resulta, por ejemplo, que 3,555 soldados estadounidenses, han muerto desde que inició La Guerra en Irak.
¿Qué está sucediendo con la política bélica de EEUU, y por qué demonios, la sociedad ya no se interesa por ello?
¿Qué es el riesgo?
¿En qué consiste el valor?
¿A qué llamamos compromiso?
Y:
¿Qué significa realmente, adoptar una postura, cuando se trata de nuestros medios de comunicación, nuestros políticos, y nuestra juventud?
¿Qué compromiso más grande puede existir, que merezca dar la vida a cambio?
¿Qué entrega es mayor, que dar la propia vida por unos ideales, por un país, y por un futuro mejor?
Albert Einstein dijo una vez:
“El mundo no está amenazado por las personas malas, sino por aquellas que consienten la maldad”
“Do you want to win the War on Terror?
Yes or no?”
Lions For Lambs es una película dramática, de 2007, siendo la 7ª película dirigida por Robert Redford.
Protagonizada por Tom Cruise, Robert Redford, Meryl Streep, Derek Luke, Michael Peña, Andrew Garfield, Peter Berg, Tracy Dali, Louise Linton, Rustee Rutherford, entre otros.
El guión es de Matthew Michael Carnahan; y cabe decir, que no es una película de guerra, es una película sobre los motivos y consecuencias de muchas guerras.
Antes de continuar, hay que aclarar una cuestión simple, pero sumamente importante:
Nadie que esté de acuerdo con la actual política exterior de los Estados Unidos, disfrutará ni un solo minuto de Lions For Lambs, por el contrario, el mensaje que Redford trata de transmitir, es absolutamente todo lo contrario, esto es una clara autocrítica hacia la política exterior de su país, en los últimos 6 años.
Robert Redford, que ha analizado diferentes aspectos de la cultura estadounidense en sus películas, aborda polémicas como:
La guerra, la manipulación de los medios, o la pasividad de los jóvenes ante los problemas.
De hecho, el guionista Matthew Carnahan, escribió el guion, al darse cuenta de que cambiaba de canal cuando salían noticias sobre Irak.
Todo ello se muestra, a través de 3 escenarios paralelos, en los que la acción transcurre en tiempo real, con los sentimientos a flor de piel.
Se trata de un drama muy crítico, que se sitúa en la sociedad estadounidense contemporánea, para denunciar no sólo los problemas actuales, sino también los estructurales.
Lions For Lambs ayuda a reflexionar sobre un tema de vital importancia, haciéndolo de forma muy entretenida y nada maniquea.
Fomenta el pensamiento libre, y la integridad personal, frente a “los lobos que amenazan a los confiados corderos”
Lions For Lambs, cuenta la historia de varios individuos, en distintas situaciones personales vinculadas entre sí:
El senador y aspirante a la presidencia de Estados Unidos, Jasper Irvig (Tom Cruise) intenta tejer una de las últimas “estrategias exhaustivas” alrededor de Janine Roth (Meryl Streep), una periodista de una agencia de noticias, que le ayudó en su carrera política.
Ella está harta, de que el poder la manipule, pero va a recibir una noticia bélica de gran alcance.
Lejos de allí, en Berkeley, el catedrático idealista, Stephen Malley (Robert Redford), intenta convencer a uno de sus alumnos más prometedores, Todd Hayes (Andrew Garfield), de la necesidad de cambiar el curso de su vida.
Aun más lejos, en plena Guerra de Afganistán, los soldados:
Ernest Rodríguez (Michael Peña) y Arian Finch (Derek Luke), ex alumnos de Malley, y cuya necesidad de vivir una vida con cierto sentido, les llevó a enrolarse en el ejército de EEUU y en La Guerra de Afganistán, se encuentran heridos en territorio enemigo, y luchan por sobrevivir en una misión secreta.
Como dato, Redford y Cruise, no coinciden en pantalla, y exponen durante una hora sus argumentos opuestos:
Redford cree en el respeto y la comprensión, aunque no exista acuerdo; mientras que Cruise, enlaza ambos conceptos de tal forma, que sin coincidencia de pareceres, no hay compasión posible.
Redford nos lo narra en 3 vertientes, 3 fases complementarias:
La de un chico, estudiante en una Universidad, que gracias a los acontecimientos mundiales que continuamente suceden, ha perdido la ilusión en un mundo mejor, donde la paz y la justicia imperen, desmarcándose de la lucha personal, que podría aportar su granito de arena en solucionarlo.
La segunda vertiente, la forman los 2 soldados, antiguos y muy brillantes estudiantes de dicha Universidad, que teniendo un futuro halagüeño, ganado a pulso, gracias a su esfuerzo, prefieren tomar partido, alistándose en una guerra en la que no creen, pero que consideran deben tomar parte, en un acto de responsabilidad social para con su patria.
Y la tercera, la del senador y la periodista, donde vemos con claridad, las perversas conexiones entre la política y la prensa, con los políticos, intentando ganarse sus favores, para así tener su connivencia, y tener más fácil, el beneplácito de sus confiados ciudadanos, a los que con toda seguridad, mangonearán sin ningún rubor.
En un duelo dialéctico e ideológico brutal, la periodista Janine Roth intenta comprender el funcionamiento de la ideología bélica republicana, por medio de una entrevista con el sibilino senador Jasper Irving, al tiempo que intenta afrontar la cada vez más extendida pasividad del “no nos metamos en líos” de su propia profesión.
El profesor Stephen Malley, en la segunda historia, intenta comprender por medio de un diálogo con uno de sus alumnos más aventajados, Todd Hayes, por qué jóvenes académicos como él, se desinteresan cada vez más y más de los problemas, al tiempo que otros optan por el alistamiento en el ejército, movidos por un patriotismo absurdo.
Y en la tercera historia, en medio de toda lucha ideológica, y lejos de sus casas, tenemos 2 de esos jóvenes convertidos a soldados:
Michael Peña  y Derek Luke, quienes, heridos, intentan sobrevivir en las montañas de Afganistán, sintiéndose abandonados por un gobierno que no duda en aprovecharse de ellos en su política del “a cualquier precio”
Desde el principio de la conversación, Cruise/Streep, se denota la oposición ideológica de ambos personajes.
La entrevistadora muestra una actitud escéptica ante el funcionario público y al partido republicano, critica las medidas tomadas en los últimos años, con respecto a la política externa del país, e intenta llegar a aquello, a lo que el senador hábilmente escapa a responder.
Irving, durante un fragmento de la reunión, increpa a Janine, reclamándole que admita la importante responsabilidad que tuvieron los medios de comunicación, al momento de llevar al pueblo a una guerra.
También le pide, que una vez más, desde el poder que tiene ella, los ayuden a que las nuevas estrategias militares tengan apoyo popular.
En ambas reacciones, se puede ver que el periodismo es una molestia necesaria para el político, el tono que se le dé al discurso en el título de un diario, o en el de un noticiero, influirá directamente sobre el pensamiento de la masa.
Culminada ya la entrevista, la periodista tiene una reunión con su editor, que muy entusiasmado, esperaba los resultados del encuentro.
Ella le cuenta las intenciones que ve detrás de las palabras de Irving, es decir, seguir con la guerra hasta las últimas consecuencias.
Al ver las dudas de su reportera estrella, el editor le ordena, que se limite a publicar la información brindada por el funcionario.
Janine entra así, en un dilema ético:
Puede afectar los intereses del medio y el poder político, o asegurar su puesto de trabajo, e ir contra sus convicciones.
El periodista político, se encuentra haciendo equilibrio constante con sus distintos grupos de presión, siempre estará negociando, tanto con sus fuentes, como con su empleador, o hasta con él mismo.
El senador intenta convencer, de la importancia de continuar con la guerra, mediante inteligentes verborreas de encantador de serpiente y sonrisas carismáticas.
Por otro lado, la periodista se siente sola ante una administración, que busca sus objetivos según ese “a cualquier precio” y una profesión ahogada en su propia domesticación…
El profesor ve, cómo sus enseñanzas pedagógicas, caen en saco roto ante una juventud desinteresada de cualquier ideología, y cada vez más convertida en una sociedad de zánganos, que han perdido el interés de mirar más allá…
Y mientras todo esto sucede, mientras senadores de gran popularidad, se llenan la boca con idealistas palabras consolidadas con brillantes dotes de orador, mientras gremios periodísticos, tan sólo se preocupan en extender sumisas sus manos, y recibir sus cheques, a cambio de no complicar sus atareadas vidas con la persecución de la verdad, mientras millones y millones de jóvenes prometedores, pero carentes de estímulos, se dejan llevar por las manos de la indiferencia intelectual, o las garras de patriotismos manipuladores, mientras todo esto sucede, más y más soldados estadounidenses perecen en los campos de guerra de Oriente Medio, como meros peones sobre un tablero de juego.
Y ellos son, al final, los que más solos se acaban por sentir.
“You're your own man, and the decisions you make now are yours and yours alone from here until the end”
Lions For Lambs conserva la decencia a nivel de debate.
El autor dice en última instancia, lo que quiere decir, pero por lo menos, no trata a sus oponentes de retrasados mentales, e intenta arrojar algo de luz, sobre un tema tan candente, cómo es la intervención de EEUU en Oriente Medio.
Redford se erige en embajador oficial del Hollywood progresista, y procede a diseccionar los claroscuros de la doctrina Bush, reflexionando sobre esto y sobre aquello, condensando en una representación, meramente contingente y circunstancial, y por tal motivo, irrelevante, preguntas sin respuesta a diestro y siniestro, sobre la insoportable levedad del ser del estadounidense medio con conciencia.
Lo más negativo de Lions For Lambs, continuando tradiciones muy arraigadas en Hollywood desde La Guerra de Vietnam, el problema político apenas aparece más que como una circunstancia brumosa y externa, que no merece la pena afrontar, salvo desde los intereses más directos de la praxis inmediata.
Al contrario de lo que a algunos les pudiera parecer, una película puede ser calificada como buena o mala, independientemente de la bondad o perversidad intrínseca de sus planteamientos políticos; y aquí tenemos un buen ejemplo de ello.
Lions For Lambs no fue recibida con buenas críticas en Estados Unidos; la tildaron de monótona, y de llevar argumentos que giraban sobre si.
¿Cuál es el por qué de estas críticas?
Simple, a nadie le gusta que le recalquen sus fallas.
¿Cuáles son estas fallas?
Las principales son:
Las deficiencias en la educación, las faltas de oportunidades para unos grupos sociales, y los pocos que si logran conseguir unas oportunidades, de esos grupo sociales, son tronchados por una razón u otra; los que si tienen oportunidades no las aprovechan, y la falta de interés o sentido de importancia para esforzarse para mejorar estas faltas; y en caso de Estados Unidos, su política externa.
Sobre todo, en el segmento de los soldados, tiene un final que se veía venir, y es tal vez, la razón más grande que tendrán en los Estados Unidos, para criticar Lions For Lambs, y tacharla de liberal y antiestadounidense.
Para algunos críticos, Robert Redford hace las preguntas, y también da las respuestas, sin que quede lugar a la discusión:
El Gobierno de Estados Unidos, busca réditos electorales, y miente respecto a La Guerra en Afganistán, mientras que los periodistas, y medios de comunicación por extensión, son corresponsables de la reproducción de estos intereses, y hasta falacias en algunos casos.
Redford toca muchos palos, y Lions For Lambs es extremadamente polisémica:
Habla de las sociedades occidentales opulentas, que construyen ciudadanos satisfechos, pasivos, e indiferentes.
Habla de cómo los poderes fácticos, utilizan esa indolencia para erosionar la democracia, tanto domésticamente, como en el marco internacional.
Habla de La Caída de Roma, metáfora para hablar de La Caída de los EEUU como único súper poder.
Habla de los bárbaros que sitian Roma/Occidente, unos individuos brutales, medievales, e inhumanos, que sin embargo, no hacen mejores a la clase dirigente romana/occidental.
Habla de las diferencias de clases sociales en los EEUU.
Habla de políticos que saben, que pueden engañar al pueblo, y que lo hacen de forma constante.
Habla de una prensa sumisa al poder y a las grandes empresas, que es incapaz de contar la verdad, aunque la tenga en frente de su cara.
Habla de la cultura del ocio, que entontece y embrutece.
Habla de los transmisores de conocimiento y consciencia social, que tienen serias dificultades para hacerlo, incluso, en el marco universitario.
Habla de jóvenes inteligentes, que se niegan a hacerse preguntas, pues saben que las respuestas pueden alterar su bienestar, al menos a corto plazo.
Habla de jóvenes valientes que dan un paso al frente, en defensa de los valores en los que creen, y que son engullidos, literalmente por el sistema...
Uno termina el visionado de Lions For Lambs, y durante más de media hora, uno queda con la mente dando vueltas; pero una vez que empezamos a hablar, ya no pudimos parar.
“Whatever it takes”
Desde el punto de vista de la factura, Lions For Lambs prima por encima de todo, su carácter teatral, cediendo la importancia absoluta a los diálogos, magníficos; y las actuaciones, con una puesta en escena simple y sosegada, “televisiva”, se suele decir, que no despiste y ayude a mantener la concentración en lo que el espectador escucha.
En lo protagónico, Tom Cruise es capaz de dotar de categoría íntima a un personaje, que afortunadamente, no es presentado ni como un fanático histérico, ni como un cristiano recalcitrante, aunque claro, es el republicano, y aunque sutilmente, es el malo, y por tanto, el que quiere engañar a la periodista buena y honesta.
Pero con todo, hasta el personaje de la reportera, es capaz de asumir que los liberales también se equivocan, e incluso, en ocasiones, hasta lloran.
Que revelador seria ver, lo que puede conseguir un político con el físico de Tom Cruise en la vida real…
La parte de Robert Redford, haciendo de mentor ya flojea más, porque en última instancia, responde a un cliché que gusta mucho al bueno de Sundance:
Ese hombre liberal y maravilloso, iluminando las mentes de sus alumnos, y atrayéndoles al bien.
Muy interesante la composición de Andrew Garfield, en su mejor papel hasta el momento, como el brillante pero desmotivado estudiante, todo un signo de interrogación acerca de lo que puede ser Estados Unidos en el futuro, y por extensión, la sociedad occidental.
El joven político, enredado en unas contradicciones que ha hecho propias, como digno representante de la posmodernidad más recalcitrante, a mi juicio, el personaje más complejo e interesante que “desaparece” demasiado pronto, una lástima.
Y los 2 brillantes estudiantes, que se alistan porque quieren contribuir de alguna manera, al futuro y al progreso, y que se pasan todo el metraje; heridos, sangrando, y animándose mucho, el uno al otro.
Determinados a morir valientemente, ambos hombres se ayudan a levantarse mutuamente, antes de ser baleados a muerte.
En Lions For Lambs, las escenas de guerra no sólo no carecen de un fundamento en el conjunto, sino que además, no destacan por su pericia técnica.
Lo mejor del guión es, la ironía de que un mexicano y un negro, sean los que realmente creen y defienden los valores morales que EEUU tiene por bandera.
Las vidas que se pierden, y que importan, son únicamente las estadounidenses, en ningún momento hay una reflexión sobre las causas, motivos, antecedentes, presente, y futuro de los países afectados, y menos, sobre sus ciudadanos y las famosas víctimas civiles, o daños “colaterales”; quizás no sea ese el objeto de Lions For Lambs, pero es que ni tan siquiera, hay una imagen para algo que no sea estadounidense, de hecho, los únicos no estadounidenses que aparecen en Lions For Lambs, son unos talibanes que no se ven, voces extrañas sin rostro, manchas oscuras en una pantalla de televisión por satélite...
Para colmo, son estos 2 crédulos de descendencia extranjera, que con el fin de ser políticamente coherentes, y socialmente comprometidos, se enrolan en el ejército, los que en la secuencia de la acción militar, la que da título a Lions For Lambs, “como leones mandados por corderos”, finalmente caen bajo las balas talibanas, mientras desde la distancia, y la seguridad del Cuartel General, son contemplados por televisión, por sus ineficaces mandos; mientras el político que ha tenido la idea que los ha llevado a la muerte, ha conseguido convencer, venderse con éxito, a los medios, y a la sociedad.
Las mejores escenas:
Cuando los 2 soldados están en la clase de Redford.
Ellos, los futuros soldados de a pie, que en su mayor parte forman parte de minorías raciales, y salen de barrios desfavorecidos, son los que terminan dando la vida por los políticos de Washington, y sus compatriotas nacidos legalmente.
Ver morir a 2 genios por coraje, compromiso, y principios intachables, sin duda es el mensaje más duro que muestra Lions For Lambs, y a la vez, del que más deberíamos aprender como sociedad conformista que somos.
Este sentimiento de respeto, y homenaje a todos los caídos, se ve en la que es probablemente, el momento más bello, emotivo, y significativo de Lions For Lambs:
La escena final, que resume un sentimiento, y en la que Meryl Streep contempla el pasado y el presente de su país, a través de la ventana de un taxi, que recorre las calles de la capital federal, paseando frente a los numerosos monumentos, cementerios, y homenajes a los militares fallecidos.
Y por último, la escena cuando Garfield ve la televisión...
Casi al final, Malley regaña a los estadounidenses acomodados, por refugiarse en la seguridad de su riqueza, mientras, según dice, “Roma se está quemando”
Asegura que en su mayoría, son los menos privilegiados, quienes eligen luchar por su país, y motiva a Hayes, a pensar en cómo usar sus dones para servir a su país, en vez de servirse egoístamente a sí mismo.
Posteriormente, mientras Hayes mira una noticia en la televisión, sobre una estupidez de Britney Spears, con sobretítulos de una nueva iniciativa militar, se infiere, que está considerando enlistarse.
¿Será un punto de partida, o el comienzo de otro ciclo repetitivo?
Una segunda lectura, podría revelarnos no sólo el fiasco y la amargura de buena parte de la sociedad, también cómo la torpe maquinaria bélica, comienza a oxidarse, y los intentos desesperados de engrasarla de nuevo, con propaganda en los institutos y universidades.
No obstante, encontramos 2 reflexiones, no por conocidas menos sugestivas:
La certeza de que en la sociedad post-tecnológica, la guerra se ha convertido en otro producto más, que es necesario vender/envolver, y actualizar, cada cierto tiempo, con nuevos planes, estrategias, y despliegues o repliegues, para evitar el hastío de la sociedad/consumidores/votantes.
Y una crítica directa a los medios de comunicación de masas, hoy convertidos en meros altavoces serviles y acríticos con el poder, grandes corporaciones sin alma, fieles únicamente, a la audiencia, al entretenimiento, y a la cuenta de resultados.
En un momento determinado, tiene lugar esta escena, que muestra esta lucha por la verdad.
“¿Por qué hemos enviado 150,000 soldados a Irak, que no nos atacó, y tan sólo la décima parte al país que sí nos atacó?”, pregunta la periodista.
“¿Hasta cuándo van a estar haciendo esa pregunta?”, responde el senador.
“¡Hasta que nos den una respuesta!”, zanja contundentemente la periodista.
Esta determinación, sin embargo, no llega hasta sus últimas consecuencias, al final de Lions For Lambs, la periodista con una dilatada carrera, al borde de los 58 años de edad, y con 40 años de experiencia como periodista a sus espaldas, con una madre mayor enferma, que necesita cuidado 24 horas al día, se ve en la obligación de acatar todas las órdenes de su jefe de redacción, y cumplir con las pautas de su cadena de televisión, más interesada en contenidos vacíos, huecos, comerciales, y carentes de “compromiso social”
La periodista que se enfrenta al senador y a su editor, porque no quiere ser una mera pieza en el engranaje de la transmisión de noticias del poder a la sociedad a través de la televisión, termina cediendo y publicando la exclusiva que le ha dado el senador, aunque no crea en ella, ni haya podido corroborarla por otras vías, o con otras fuentes.
El título de Lions For Lambs, fue inspirado por una escena, durante la cual, el profesor universitario, Dr. Stephen Malley, ataca la apatía del público estadounidense, hacia los eventos mundiales, y de manera específica, La Guerra Contra El Terrorismo.
El Dr. Malley argumenta:
“El problema no es con la gente que inició esto.
El problema es de todos nosotros que no hacemos nada”
Para ilustrar su punto, el Dr. Malley dice que “durante La Primera Guerra Mundial, miles de soldados británicos murieron, en un inútil ataque en contra de soldados alemanes, que se hallaban bien atrincherados.
Los soldados alemanes llegaron a admirar tanto a sus contrapartes, que escribieron poemas e historias, alabando su heroísmo.
También criticaron la arrogante incompetencia de los oficiales del Ejército Británico, quienes desde la seguridad de la retaguardia, tomaban el té, mientras los jóvenes eran sacrificados de manera inútil”
En una de tales composiciones, se incluye la observación:
“En ningún lugar he visto a tales leones conducidos por tales corderos”
Aunque el origen de esta cita, se ha perdido en la historia.
La mayor parte de los expertos, están de acuerdo que fue escrita durante La Batalla del Somme, uno de los encuentros más sangrientos en la historia de La Guerra Moderna.
Mientras que algunos historiadores militares, acreditan como autor, a un infante anónimo; otros arguyen, que la fuente no es otro, que El General Max von Gallwitz, Comandante Supremo de Las Fuerzas Alemanas.
En cualquier caso, es aceptada generalmente, como una derivación de la proclamación de Alejandro Magno:
“Nunca le he temido a un ejército de leones, que sea conducido por un cordero; mas le temo a un ejército de corderos, conducido por un león”
“Nowhere else have I seen such lions led by such lambs”
Así las cosas, Lions For Lambs, apoyada en las 3 historias que narra, y especialmente, en los magníficos finales, abiertos de 2 de ellas, se descubre como una película destinada a que los estadounidenses reflexionen acerca de su propia situación, e intenten encontrar por sí mismos, las claves de por qué las cosas están como están.
Los tejemanejes de la política estadounidense, en cuanto a la actuación de sus tropas en el conflicto armado Irak/Afganistán, a la que ya se puede añadir con toda intención a Irán/Siria y porque no Corea del Norte, y su aparentemente real amenaza nuclear, quedan manifestadas de forma creíble y veraz, tomando datos pasados y presentes, que ponen de manifiesto, los oscuros y bastardos intereses económicos del Gobierno estadounidense.
Más que una película, Lions For Lambs es una declaración de principios, un compendio de propuestas argumentales para un debate sosegado y constructivo, en torno a la cuestión Medioriental, y la estrategia de EEUU, en La Guerra Global Contra El Terror.
El pretexto narrativo es lo de menos, de lo que se trata fundamentalmente, es de consensuar algo así como, la postura oficiosa del Hollywood liberal-demócrata, en torno a la peliaguda cuestión, disparando a discreción, contra la alta política republicana, la maleable posición de la prensa pro-demócrata, que según sople el viento de norte o sur, vende o no su condescendencia al poder, a costa de mirar para otro lado, y el mismísimo papel, en última instancia, de la sociedad civil, su complicidad o no, con las artimañas republicanas, y su grado de compromiso pacífico o militar, con según qué ideal estadounidense de convivencia o confrontación con el vecino.
Y bajo dicha reflexión, además, parece subyacer, un llamamiento a las gentes de a pie, a quienes el realizador considera, como los únicos que podrían ayudar a cambiar las cosas, si decidieran abandonar sus prisiones de apatía, y tomar partido pensando por sí mismos.
Una situación que se hace más interesante, cuando es irremediablemente comparada, con los famosos tiempos de La Guerra de Vietnam, años en los que hasta “el tato” se manifestaba y luchaba por algo, y que contrastan de manera preocupante con nuestros días, en los que ya no existe la reflexión crítica, y tan sólo hay pasividad y ombliguismo.
Quizás porque, como hábilmente señalan en Lions For Lambs, los Estados Unidos llevan innumerables años en guerra con los países del Oriente Medio, mientras que, paradójicamente, La Segunda Guerra Mundial “tan sólo” duró 6 años.
Y a todo esto la gente se habitúa…

“Who never says anything even though he never stops talking”



Comentarios

Entradas populares