Shank

“His name's Cal.
He says he's nineteen”

El reconocimiento de la propia homosexualidad, se conoce habitualmente como:
“Salir del Armario”
Es importante recordar y tener en cuenta, que se trata de una experiencia específica de los gays, ya que los heterosexuales, no deben pasar por el acto de “autonombrarse” porque se da por supuesto, que son heterosexuales.
En ese momento de reconocimiento, de “salida del armario”, los adolescentes necesitan especial ayuda.
Este particular “rito de tránsito” puede ser muy duro y complicado.
Hay que procurar, que los jóvenes lo lleven a cabo, en un ambiente de libertad y confianza, que les permita desarrollar su personalidad y autoestima, sin que éstas se vean dañadas por experiencias traumáticas.
Es importante que tengan a mano, una dirección o un teléfono, en el que puedan compartir impresiones y experiencias con profesionales expertos, o con otros gays.
Los adolescentes gays, sienten atracción por personas de su mismo sexo, cuando descubren o intuyen esa atracción, tienden a ocultarlo por miedo al desprecio y la discriminación.
Por esto, cualquiera adolescente, de cualquier centro, y nivel educativo, puede estar ocultando su orientación gay.
Estos adolescentes, suelen vivir el descubrimiento de su orientación sexual, con sentimientos de soledad, angustia, y miedo.
Es muy común, que no tengan con quién hablarlo; por ello, necesitan un apoyo y un clima de confianza, que les permita afianzar una autoestima, que suelen tener muy dañada.
Los gays adolescentes, viven inmersos en un mundo que les niega su realidad.
Lo que ellos sienten en su interior, carece de reflejo o referente en la información que reciben del exterior.
No sólo nadie les ofrece modelos positivos, sino que temen buscarlos por miedo a caer bajo el estigma de “el marica” del instituto.
Temen el rechazo de la familia y los amigos, que podrían desposeerlos del apoyo afectivo y económico, que todas las personas necesitamos.
También temen el rechazo en el centro educativo, donde nada les hace suponer, que allí van a encontrar un refugio en el que poder hablar con alguien que les entienda y les acepte.
Una particularidad específica de los gays, que los diferencia de otras minorías marginadas, es que éstas reciben información desde la primera infancia sobre la identidad de su subcultura y de su grupo, a través de la familia y entorno inmediato.
En el caso de los gays, no sucede esto.
El silencio sobre su realidad, es tan opresivo, tanto dentro, como fuera de su familia.
Para empezar, a cambiar este prejuicio, se debe hacer un esfuerzo para conocer y comprender la problemática particular, que el joven está viviendo.
Nunca se debe decir, que los sentimientos que experimenta, son algo pasajero.
En algunos casos, lo son, pero en otros, no.
Siempre deben tener claro, que su orientación, sea la que sea, es válida, natural, respetable, y protegida por la ley.
Además, con cualquier orientación sexual va a poder desarrollar su identidad, y alcanzar la felicidad.
Los adolescentes, tienen el derecho a descubrir, en libertad y sin miedos, su propia orientación sexual.
Lo que, efectivamente, es pasajero es el sentimiento de duda, miedo, angustia, y soledad que seguramente están sufriendo.
En las manos de todos nosotros, está conseguir que dichos sentimientos negativos, desaparezcan más rápidamente.
Aquellos que se sientan muy alejados, o desconocedores de esta realidad, deben saber, que cuentan con numerosas librerías, bancos de datos, y asociaciones, en las que poder informarse.
¿Se fomenta la homosexualidad, al hablar de ella?
En modo alguno.
Al dar a conocer la realidad de los gays, se desmontan estereotipos, se eliminan miedos, y se facilita la vida, a quienes sufren a causa de su condición sexual.
Durante siglos de represión de la homosexualidad, ningún gay se ha convertido en heterosexual.
Se puede disimular la orientación sexual, más nunca transformarla.
Por otra parte, también está demostrado, que los prejuicios y la homofobia de los estudiantes, disminuyen cuando conocen personalmente a algún gay.
Por ello, es muy importante la colaboración de la comunidad educativa, con las asociaciones de gays, que suelen tener voluntarios para colaborar con los educadores, y dar a conocer la normalidad de su vida, con la finalidad de desmontar estereotipos y prejuicios, que hacen daño a todo el mundo.
“He's a scally, a rough little thug.
As for the drugs, I don't know what to say.
I needed an escape”
Shank es una película dramática, del año 2009, dirigida por Simon Pearce.
Protagonizada por Wayne Virgo, Marc Laurent, Alice Payne, Tom Bott, Garry Summers, Bernie Hodges, Christian Martin, entre otros.
El guión es de Darren Flaxstone y Christian Martin.
Shank, es una película de temática homosexual, que trata la vida de un barrio urbano de clase baja, donde los jóvenes se ven inmersos en las drogas y las batallas clandestinas entre bandas, donde sin duda, poco espacio hay sobre la vida gay de un joven.
Cal (Wayne Virgo), de 19 años y miembro de una banda, tiene pocas cosas en la vida, salvo las drogas, el alcohol, la violencia, y cierto secreto que esconde a sus duros amigos.
El sexo “on-line” con un desconocido, no logra saciar su deseo por Jonno (Tom Bott), su mejor amigo heterosexual.
Un tipo duro y confundido como Jonno, tampoco puede expresar su afecto por Cal.
Ambos, pasan muchas horas juntos, paseando, riendo, fumando porros...
Para Cal, estos son momentos “románticos”, mientras que Jonno, sólo los ve como momentos de camaradería, en apariencia…
Nessa (Alice Payne), es líder de la banda, y novia de Jonno, sospecha que puede estar pasando algo.
Manipulando las situaciones a la fuerza, Nessa se propone confirmar sus sospechas.
Pero por otra parte, aparece Olivier (Marc Laurent) un joven francés, que no oculta su homosexualidad, y con quién Cal iniciará una historia de amor...
El entorno urbano de Bristol, Inglaterra, es donde se sitúa la acción, con su luz encapotada, y sus fábricas y paredes graffiteadas, responde a una iconografía visual contemporánea, que da textura anímica, a un relato que muestra los demonios que fluctúan en ebullición, bajo el manto de una sociedad conservadora como la británica.
Y es que Shank, es hija de su tiempo, y como tal, responde a tensiones vitales que emergen en las urbes, donde la violencia vicia, deconstruye y trastorna nuestro futuro personificado en la adolescencia.
El término “shank” significa en “slang”:
Puñalada o navajazo.
Y con la rabiosa violencia con la que se realiza dicha acción, se presenta un largometraje contundente, y pretendidamente controvertido.
Estamos ante un film, que se arroja frontalmente a la audiencia desde sus inicios.
Shank se abre con una paliza, por parte de 3 jóvenes, a una víctima que aparece indefinida y borrosa, ensangrentada, y finalmente puesta en el suelo.
El motivo de que se nos muestre la imagen, mediante una figuración difusa e inestable, se debe a que la veamos desde la pantalla de un teléfono móvil, de uno de los agresores.
La agresión, está siendo grabada por ellos mismos.
Un inicio perturbador, nos conduce a una secuencia inestable, apresurada, e impetuosa, en la que somos testigos de una escena sexual de “cruising” o búsqueda de sexo en lugares públicos.
El sexo clandestino y frenético, avivado por la excitación de los 2 jóvenes en una situación de riesgo, acaba también, con un broche de violencia.
Uno de los amigos, con saña y rabia, golpea al otro, después de realizar el acto sexual con él.
Finalmente sus “amigos” saben qué es lo que hay detrás, y parecen no estar dispuestos a afrontarlo y aceptarlo.
Shank destila violencia, física y psíquica, y sobre todo, violencia sexual, pero lo que más me atrae, es la puesta de la violencia, con que están tratadas las imágenes, por el enfoque, por la rapidez, el encuadre, y la luz.
Un tratamiento muy acorde con el tema, que le permite al director, volcar todo su sentido cinematográfico, en buscar la imagen adecuada, para cada momento de la historia, sin forzar, sin pasarse, sin salirse del tono de la escena.
Parece una tontería, pero producen una enorme sensación de paz, esas camisas rosas de los protagonistas, su vestimenta en los buenos momentos, y una enorme desazón, cuando se manchan de sangre.
Ojo con el color de las ropas y el color rojo pasión del carro de Cal.
Shank es una historia de contrastes, que se configuran, según avanza la trama, entre la vida que tenía Cal con sus compañeros, marcada por la violencia, la crueldad, el miedo, y la delincuencia; y la nueva vida que se abre ante él, cuando conoce a Olivier, y se enamoran, con la que consigue ser feliz, pero que se ve amenazada por la intransigencia de sus “amigos”, que al final, son macarras de esos que, como se suele decir, “ni comen, ni dejan comer”
Y estos contrastes se distinguen a la perfección, por la tensión que impregna todo en la relación de Cal con sus amigos, para la que emplea música rap, y la tranquilidad, la ternura, y el verdadero afecto que llenan sus momentos con Olivier, previos y tras el fatídico encontronazo, entre las 2 realidades, y que amenizan las suaves notas del piano.
A pesar de ser bastante cruda en algunos momentos, Shank tienen escenas muy bonitas, y pese a lo que parezca en un inicio, Shank es una película interesante y diferente.
Con Shank, Simon Pearce sabe tomarle el pulso a la homofobia en la adolescencia, y adentrarse en sus raíces causales.
“Why?
You're a cute guy”
Shank es un dramón griego, ubicado en Inglaterra actual, con pandilleros “de closet”
Se nos muestra el descenso al infierno de los personajes, y deja entrever, una oportunidad de redención.
Si bien, no tiene actuaciones magníficas, esto no es impedimento para que la historia se malogre.
El interés se mantiene, prácticamente durante todo el metraje, gracias a la buena ejecución de la historia.
Se transmite correctamente, la emoción de escenas clave, como la sensualidad, la violencia, y la ternura.
Logra una gran intensidad dramática en el clímax; aunque quizás le faltó preparación en la narrativa, al ir aumentando poco a poco la tensión, para llegar a la gran explosión de las escenas finales:
El encuentro con la pandilla, y los últimos minutos.
Ello nos lleva, a que Shank, también responda a una de las grandes líneas de reflexión del cine contemporáneo:
El cuerpo y su representación ficcional en la pantalla.
Unos cuerpos masculinos emborronados, pero que además aparecen carnales, materia erótica en su contundente presencia.
La interpretación es muy correcta, dada la juventud de los actores, y del “embarazo” que seguramente deben sentir dichos actores, al tener que actuar en escenas de desnudos frontales, o de desnudos con violencia.
El director, sabe de la atracción que esos desnudos pueden producir en el espectador, y los contrasta con primeros planos, no menos atractivos.
Porque Shank exuda una evidente emulsión erótica, ante el torso de unos cuerpos masculinos que en su zarandeo, rezuman sexualidad, y pulsión desenfrenada.
Estamos ante una fulgurante belleza masculina, que hace despertar perturbadoras pasiones en los personajes, y porque no, en el espectador también.
Hay, por ello, una continua e intencionada voluntad de excitar, y agitar al espectador, ante un largometraje carnal y explosivo, en su combinación letal de sexualidad y violencia.
Sin embargo, es difusa, o no queda claro, que fue lo que encontró Olivier en Cal, para qué de primeras, luchara a su lado, solo alcanza a decir:
“Es que eres muy guapo, pero un poco raro”
Eso no lo dice alguien, que acaba de ser golpeado por miembros de la misma banda y que de pronto, esté a punto de, casi dar la vida por el otro.
Y sobre Jonno:
¿Era gay también?
Resulta que cuando estaban en el auto, y le pasa el humo de la mariguana, se nota que quiso besar a Cal, y justo sonó el teléfono; por eso, cuando intentó tener sexo con Nessa, Jonno quería que ella se ponga de espalda; una posición típica en los gays; y que da la impresión, que algo hubo entre ellos de manera, totalmente inocente, lamentablemente, el guión no dice más sobre ellos, y el tipo de amistad que los ha unido en el pasado; así como la ausencia de sus familias, trabajo, etc.
Por otra parte, Nessa descarga su furia con violencia contra Cal, por la muerte de su bebe... que resultó ser de Cal, y que se desconoce, cómo fue concebido:
¿Un trió casual entre Nessa, Jonno, y Cal?
No se sabe, porque el guión no da información.
Puede ser, y sospecho que así sea, que Nessa siempre supo de la homosexualidad de Cal, pero no la reciprocidad de Jonno; una negatividad que tenia Jonno con su propia aceptación como homosexual, y que no quería aceptar, se consume a modo de catarsis, y delante de todos, a gritos, en la escena final, climática de Shank.
Y es que Jonno reprime su homosexualidad hasta límite patológicos, y de ahí su disfunción psíquica y su violencia, fruto de su frustración; porque trata de reprimir algo que le supera.
Se sabe, que la represión de la homosexualidad, también actúa con esa violencia homofóbica, en muchos sujetos que no pueden procesarlo, por varias variables externas que le condicionan, o varios lastres educacionales y culturales, o su déficit.
Que se exponga de forma tan frontal, y con esa valentía que demuestra Simon Pearce, no es habitual verlo en pantalla.
Estamos además, ante  un ensamblaje que late a ritmo de “drum’n’bass” y rap, manifestaciones musicales que expresan el alucinaje de la vida urbana juvenil, la dureza de la calles, y el ritmo híper revolucionado de una vida inestable, en continuo movimiento sincopado.
Somos asimismo, testigos activos de una sociedad mestiza, en la que convivimos con multiplicidad de pantallas.
Y con ello, estamos expuestos al peligro, de que dichos mediadores electrónicos, acaben suplantando nuestra noción de lo real, por una simulación hiperrealista.
De esta manera, nuestra sensación de experiencia, acaba intercedida, y por tanto, hipertrofiada.
Así, Cal pedirá en sus citas a ciegas, ser grabado desde su móvil, mientras le penetran, para después, masturbarse viendo dichas grabaciones, en la soledad de su casa.
De esta manera, Shank  se nutre de pantallas bastardas, como las del móvil, integrando dicho dispositivo tecnológico, no solo como signo indicativo de nuestro tiempo, sino además, como recurso con plena funcionalidad narrativa.
Y es que si la banda sonora se nutre de una fuente musical, que tuvo su eclosión en los años 90, y donde recordemos que Bristol fue una de las cunas del “drum’n’bass”, Simon Pearce dotará a Shank, de una expresión visual, vinculada al cine digital, tal como se entendía en la década pasada.
“Well, I guess the difference between you and a “pussy” like me is that I don't patrol the streets with a gang of idiots attacking innocent people”
Hoy, resulta difícil ser gay.
El nihilismo descorazonado y amoral que muestran Jonno y Nessa, en Shank, es alimentado por unos traumas que impiden emerger en ellos, una existencia en la que puedan reconocerse.
Las fracturas emocionales que se irán desplegando a lo largo del largometraje, en clave de psicodrama, enquistan la emergencia de una personalidad estabilizada.
El vacío y el vértigo que él provoca, produce la negación de los sentimientos y de las pulsiones sexuales, conllevando a una irracionalidad cargada de rabia y frustración.
Jonno y Nessa solo saben responder a esa oquedad, que les obstruye y paraliza mediante virulencia y agresividad.
Están pidiendo a gritos, salir de una situación de bloqueo emocional, de la que nadie les ha ayudado a salir.
Y que además, ha sido retroalimentada, mediante los malogros de sus amigos, creándose entre ellos, un círculo vicioso, circulo como el metraje mismo.
Por tanto, no estamos dejando crecer de forma sana a nuestros jóvenes, cuando todavía para ellos, el sentimiento homosexual que anida en su interior, sea una problemática, y no un pleno reconocimiento de su ser.
Shank pone el aviso sobre ello.
En 2009, en determinados entornos degradados, pueden provocarse situaciones conflictivas como las que se dramatizan en Shank.
Y para ello, Simon Pearce nos presenta el largometraje, como un ecosistema cerrado y compacto, en el que todos los elementos y personajes, aparecen interrelacionados, adoptándose la figura geométrica perfecta:
El círculo, o bucle, a veces tomando dimensiones kármicas.
Así, inicio y final, se confrontan en un espejo, a través de una estructura circular, dotada de un centro gravitatorio:
Cal, como objeto de deseo de los personajes principales, Jonno, Olivier y Nessa; y como involuntario “ángel exterminador” que desencadena la espiral de violencia.

“So, tell me, how does a nice boy like you get to hang around with such a bunch of thugs?”



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