Angela's Ashes

“If I were in America I could say:
“I love you, dad”
The way they do in the films.
But in Limerick they'd laugh at you”

En cuanto a la historia de Irlanda, la cuestión es muy simple:
Fue Inglaterra, la que invadió Irlanda a sangre y fuego, despojó a los irlandeses de sus tierras, y finalmente, los redujo a vivir poco más que de patatas.
De ahí, La Gran Hambruna, cuyas cifras de muertos, creo que superan proporcionalmente a las del “Holodomor Ucraniano”, aunque en este caso fuera un genocidio deliberado, y en el de Irlanda, un “genocidio por negligencia”
Los intentos por exculpar, o disculpar la actitud de los gobernantes ingleses, chocan contra este dato irrefutable:
Un pueblo condenado a subsistir de patatas, como alimento esencial, y una masa increíble de muertos por hambre y enfermedades, derivadas de ella, al pudrirse la cosecha.
Limerick, en irlandés “Luimneach”; es una ciudad capital del Condado de Limerick en la provincia de Munster, en el oeste de La República de Irlanda; es la tercera ciudad más poblada del país; y la principal industria en Limerick, solía ser el cemento y un molino de harina.
Ahora lo son, la industria electrónica e informática, y el aluminio, junto con un comercio y un turismo en crecimiento.
En los últimos años, Limerick ha visto ampliada su oferta hotelera, con la construcción de varios hoteles de renombre internacional.
Hace mucho, justo fuera del centro, no lejos de O'Connell, en los callejones de chabolas, y en las veredas del rio, se hacinaban en condiciones infrahumanas, los desempleados y los mal pagados, pero aun en estos lugares, había rentas que pagar, y bocas que alimentar.
Los callejones, auténticos laberintos, no eran más que un tugurio, y un enjambre de pobreza, donde el olor a humedad, orina, y suciedad, eran constantes.
Cada una de las casas de los callejones, se componía de una pequeña entrada, un dormitorio, y una sala con cocina, y en ellas, podían vivir hasta 12 personas, de una misma familia.
Habían muchísimos niños, en la mayoría de las familias, porque se alentaba a las mujeres a tener hijos, sin considerar la falta de medios para proveer por ellos.
En lo distritos más pobres, las familias se apiñaban en cabinas, con suelo de tierra, y había gran miseria, suciedad, concentración de enfermedades, y una elevada tasa de muerte infantil.
El trabajo en Limerick, y en Irlanda en general era escaso.
Muchos ya comenzaban a emigrar a Inglaterra, Francia, y posteriormente a Estados Unidos, pero incluso, aquellos que tenían la suerte de trabajar, recibían un salario paupérrimo, que raras veces llegaba a final de mes.
De cualquier modo, la actitud de la sociedad, con las familias pobres, dejaba bastante que desear, puesto que se preocupaban más por la salud del espíritu, que por la del cuerpo.
Pero incluso, los pobres necesitan un momento de solaz, y esta venia cada jueves o viernes, con el cobro del tan esperado beneficio de desempleo, o de asistencia.
Así pues, los pubs se llenaban de clientes sedientos, e historias que contar durante horas, degustando una buena pinta o whiskey.
Curioso era que se culpaba al hombre de acudir a los bares, pero muchos lo hacían por no poseer una casa cómoda y cálida, mientras en los pubs, no solo encontraban el calor de la chimenea, sino el calor humano, el brillo de la luz eléctrica, y la alegría que proporciona unas cuantas cervezas.
Pero la bebida, no era el único mal de los pobres.
Aparte de las enfermedades propias de vivir en condiciones infrahumanas, en medio de suciedad y heces, había una enfermedad mayor:
La Tisis.
Y es que Limerick era la ciudad eternamente mojada, donde el agua cala los huesos de la gente, y el frío corta la respiración.
Era una ciudad oscura, con su cielo siempre encapotado, salvo cuando se abre para ver eclipses de luna.
Era una ciudad de pobres, miserables, y borrachos, y de niños que se mueren en los brazos de sus madres, por no tener para comer, ni para calentarse, y otros que casi se quedan ciegos, trabajando con carbón.
Era una ciudad dominada por curas, y beatos, por el temor de dios, y por el sentimiento de culpa, la ciudad en la que vomitar después de haber comulgado, significa que Dios está en tu jardín, y que tendrás que limpiar el vómito con agua bendita.
Era la ciudad de la que todo el mundo querría escapar, y a la que nadie querría nunca volver, era una ciudad de pesadilla.
“In Limerick you are only allowed to say you love God, and babies, and horses that win.
Anything else is softness in the head”
Angela's Ashes es una película dramática, dirigida en el año de 1999, por Alan Parker.
Protagonizada por Emily Watson, Robert Carlyle, Joe Breen, Clara Owens, Michael Legge, Ronnie Masterson, Pauline McLynn, Liam Carney, Kerry Condon, entre otros.
El guión es de Laura Jones y Alan Parker, basados en el libro homónimo de Frank McCourt.
“Angela's Ashes” es un libro de memorias, escrito por el autor irlandés-estadounidense, publicado en 1996, el cual obtuvo El Premio Pulitzer y el National Book Critics Circle Award.
El autor, que nació en 1930, cuenta como su padre lo abandonó, a él y a sus hermanos; cómo dejó la escuela a los 13 años; y se graduó en la Universidad de New York, y obtuvo un máster en el Brooklyn College en 1958.
Fue, hasta su éxito como escritor, un humilde profesor de lengua y literatura, que llegó a tener más de 11.000 alumnos, a lo largo de su vida.
Al igual que el niño de la ficción, el autor sufrió tifus y conjuntivitis aguda, en su infancia.
Frank McCourt, escribió una continuación a “Angela's Ashes”:
“'Tis” (1999)
Luego publicó su tercera obra:
“Teacher Man” (2005), en la que cuenta sus vivencias como docente y, por último:
“Angela and The Baby Jesus” (2007), con una dulce historia de la niñez de su madre.
Sus obras, han vendido más de 30 millones de libros; todos, son textos autobiográficos, donde describe las desdichas de su pasado:
Enfermedad, cáncer de piel, y meningitis.
Pero la muerte le llegó, el 19 de julio de 2009, en una residencia para enfermos terminales de New York.
Nunca se pudo librar de un apelativo, el de ser “cómplice de la miseria humana”
Muchos no se explican, la razón por la cual, el autor dio este nombre “Angela's Ashes” a su obra, dado a que Ángela, no es el foco principal de la misma.
En varias entrevistas, McCourt confesó, que la obra completa, fue pensada para ser publicada en un solo libro, que terminaba con la muerte de su madre; sin embargo, decidió fragmentar su relato en 2 obras independientes, bautizando la segunda como “'Tis”, ya que ésta es la frase, o palabra, con la que el autor concluye “Angela's Ashes”
Otros atribuyen su nombre, a las cenizas que derramaban los innumerables cigarrillos que Ángela fumaba, sumida en la preocupación.
Otros, en cambio, consideran que se debe a los restos dejados por la chimenea que se encendía en invierno.
Una teoría más profunda, dicta que “Angela's Ashes” recibió su nombre, por los 3 hijos que esta mujer perdió.
Por su parte, Alan Parker es un maestro de la atmósfera, y del establecimiento de situaciones, y con este excelente elenco, inmediatamente nos sumerge en la vida de esa familia.
Angela's Ashes estuvo nominada al Oscar como mejor banda sonora original, para el genial John Williams.
Angela's Ashes es la historia del regreso de una familia, los McCourt, desde unos EEUU en plena Gran Depresión, a una Irlanda, absolutamente pauperizada.
En 1935, son tiempos de emigración a América, pero esta familia, hace el camino contrario.
Malachy (Robert Carlyle), un alcohólico, y su mujer Ángela (Emily Watson), deciden huir a Limerick, Irlanda; con sus 4 hijos, después de ver fallecer a su hija, con tan sólo 7 semanas; pero la vida en Irlanda, va a ser muy dura.
El hijo mayor, Frank (Joe Breen/Ciaran Owens/Michael Legge), tendrá que ponerse a trabajar, pero no va a ser suficiente.
Es una historia, que cuenta el drama de ese niño, que crece más rápido de lo que debería, gracias a la situación que le ha tocado vivir.
Un niño que le encanta estudiar, pero que su familia no se puede permitir pagarle los estudios.
Un niño que tiene tanta hambre cada día, que lame los papeles de periódico, para poder saborear el aceite de las patatas fritas.
Un niño que solo sueña con volver a New York, y tener una vida mejor, esa búsqueda del “Sueño Americano”
Angela's Ashes es la representación, de varios aspectos en los que se desenvuelve la vida humana:
Los religiosos, los políticos, los económicos, todos mezclados, vividos y sufridos, por una familia, en la cara de un niño, Frank.
Así, Angela's Ashes refleja con franqueza, y una pizca de humor, lo peor de la Irlanda de los años 30 y 40:
La humedad, la pobreza,  el hambre, las enfermedades, la religión católica y su hipocresía, el alcoholismo, el paro, el IRA…
Pero también, es la historia de un superviviente, de una esperanza en un futuro mejor, y sobre todo, es una oportunidad para conocer, cómo era la vida para una familia de clase baja, en una época en la que la gente, literalmente se moría de hambre.
La vida de Frank, es sumamente difícil, si se agrega a las problemáticas típicas que pasa el ser humano a través de su niñez, pubertad, y adolescencia:
Las burlas de sus compañeros de escuela, el aprendizaje sobre la sexualidad, enfermedades, hambre, suciedad, el abandono, entre otras situaciones.
A pesar de todo, esta familia vive el amor en gran medida, pues la madre de Frank, haría lo que fuera por sus hijos, hasta rogar como mendiga, para obtener muebles, ropa, o comida.
Así las cosas, Angela's Ashes se convierte, en uno de los homenajes, y de las críticas a la clase trabajadora, más sugestivas de los últimos años.
Una hija aventajada de los postulados naturalistas, y del clásico drama hollywoodense.
Un punto importante, a tener en cuenta, es la muestra de la cruda realidad, además de las distinciones entre las clases sociales, mirando por encima del hombro, ante el poder de la sociedad inglesa, la maternidad, el trabajo de las mujeres…
Al igual que la búsqueda de un trabajo desde la infancia, para mantener a su madre y familia, cuyo rechazo realiza el padre, malgastando el subsidio en el alcoholismo, como un juego, además de mostrar el orgullo, rechazando la mendicidad, y otra serie de ayudas.
Vemos los papeles del padre, orgulloso e inconsciente; de la madre, joven, con poca reacción; y del hijo, en cultivar su mente, su inocencia, y ganas de trabajar.
Como secundarios, la familia de la madre, la prestamista, los profesores, los clérigos... todos observando el rechazo social entre ellos mismos, y su pequeño corazón.
También, vemos el instinto de la adolescencia, mostrado en la masturbación, en la imagen de las ovejas, y su posterior confesión.
Sin lugar a dudas, estamos ante una historia de superación personal, de las que tanto gustan, pues sabemos de antemano, que Frank logró viajar a Estados Unidos y estudiar, de modo que todo ese sufrimiento en su niñez, se vio compensado con lo que vino después.
“Could you tell Jesus that we're hungry?”
Como Angela's Ashes es una película, basada en la historia real de Frank McCourt, la trama está narrada desde su perspectiva.
Como el narrador nos dice desde el principio:
“Mi niñez fue horrible, pero supongo que una niñez feliz, no sería de interés para ustedes”
Nos cuenta la infancia del propio autor, Frank McCourt, desde su nacimiento en Brooklyn, New York en 1930, como primer hijo de Malachy y Angela McCourt.
A la familia, pronto se le sumaron varios hijos más:
Malachy en 1931; los gemelos Oliver y Eugene, en 1933; y una hermana, Margaret, en 1934.
Tras la muerte de la pequeña Margaret, con tan sólo unas semanas de vida, sus padres deciden volver a su nativa Irlanda.
Pero allí mueren también los gemelos, y nacen otros 2 hijos:
Michael (1936) y Alphie (1940)
La vida en Irlanda, y especialmente en Limerick, no era fácil en aquella época, eran los años 30 y 40, y la obra la recoge con crudeza.
La familia McCourt, vive en una casucha minúscula, en una callejuela sucia, con una sola bombilla, y conviviendo con las pulgas y los chinches, y comparten una única letrina con sus demás vecinos.
El padre, vago y alcohólico, apenas logra mantener ningún trabajo, y cuando lo hace, es sólo para poder comprar más bebida.
Así, la familia se ve obligada a vivir de la caridad, subsistiendo principalmente, a base de té y pan.
El padre de Frank, consigue finalmente un empleo durante La Segunda Guerra Mundial, en una planta de defensa en Coventry, Inglaterra; pero pronto deja de enviar dinero a su familia, que depende únicamente de lo que logra obtener la madre de Frank, sin trabajo, y con escasa ayuda de sus familiares, que no aprueban su matrimonio con un norirlandés.
Los hermanos mayores, Frank y Malachy, comienzan a ayudar en lo que pueden, recogiendo trozos de carbón o madera de las calles, hasta que el joven Frank cae enfermo, con tifus, y conjuntivitis.
Poco después, la familia se ve obligada a abandonar su casa, e irse a vivir con un familiar lejano, que no siente ninguna simpatía por ellos.
Frank consigue, poco después, sus primeros trabajos como repartidor de telegramas, y comienza a soñar con la posibilidad de volver, algún día, al lugar donde nació, los Estados Unidos.
De hecho, Angela's Ashes termina, cuando Frank consigue ver cumplido este sueño, embarcándose para allá, la edad de 19 años.
En Angela's Ashes se da gran importancia al tema religioso, pues en Irlanda, es un aspecto bastante importante, debido a los conflictos entre católicos y protestantes.
Hay muchos antivalores, expuestos:
Deshonra del padre y la madre, incluyendo una escena de violencia; adulterio, relaciones prematrimoniales, robo, mentiras, y negligencia en las responsabilidades de familia.
El alcoholismo, está presente durante todo el metraje, aunque se dejan claras sus consecuencias.
En otra parte, Frankie y sus amigos, son descubiertos espiando a unas jovencitas desnudas, y después hay otra escena en la que se masturban.
Estas secuencias, enfatizan las dificultades de protagonista, y su esfuerzo por luchar contra ellas, sin embargo, su crudeza y realismo, podrían perturbar a los espectadores.
No obstante, en Angela's Ashes, sólo falta una cosa que sí está en el libro:
El sentido del humor de Frank.
Todos esos terribles episodios de su infancia en Limerick, están narrados en la novela, con un increíble tono cómico, que es sustituido por un profundo dramatismo en la versión cinematográfica.
Se intenta, pero no se puede; las imágenes son demasiado tremendas, y el puñetazo en el estómago que te dan, no deja lugar al humor.
Quizás, los que no hayan leído el libro, sea lo único que se pierdan de Frank, y no es poco; pues Angela's Ashes posee buena ambientación, para una película que intenta removerte, y que te compadezcas, pero que al final, consigue cansarte un poco con tanta miseria.
Hay hasta tramos de hermosura prosaica, entre tanta tragedia, y tanto drama, extraídos de los paisajes de la verde y frondosa Irlanda.
Pero le faltan momentos más ligeros, para compaginar con los duros momentos de los chicos.
Eso sí, las actuaciones de los niños, son muy acertadas.
Emily Watson, da vida a Ángela, esa madre sufridora, que intenta mantener a flote a su familia, pero dentro de los roles que imponía el papel de la mujer en esa época.
Una mujer obligada a ser ama de casa, y a ser madre y esposa, pero nada más.
Su trabajo es impresionante; tal y como nos tiene acostumbrados en todos los trabajos que ha realizado.
Junto a ella, el gran Robert Carlyle, da vida a ese padre, borracho y orgulloso, que solo sueña con un trabajo digno.
Un hombre que no es capaz de ver que su familia se muere de hambre, y no es capaz de rebajarse, con tal de llevar un poco de dinero a casa.
Un hombre que se gasta el poco dinero del subsidio en la taberna, emborrachándose a base de pintas.
Y los niños, siempre tienen la cualidad de ver el lado positivo de las cosas, aun cuando no lo haya.
El personaje de Frank, es interpretado por 3 maravillosos actores:
Joe Breen, Ciaran Owens, y Michael Legge.
Los 3 son muy buenos, y su aspecto físico es similar, por lo que Angela's Ashes resulta bastante creíble.
Frank, no es una persona particularmente extraordinaria, pero dadas las situaciones que soporta a través de su vida, se le puede considerar como un héroe.
Por supuesto, también realiza cosas reprochables, pero éstas, son balanceadas por sus actos de cortesía y nobleza.
El protagonista, es un personaje realista, con fracasos y sueños genuinos, y con una meta muy bien planteada:
Regresar a Estados Unidos, para triunfar en la vida.
Por otro lado, no entiendo por qué, si una película muestra las grandes miserias humanas con crudeza, sinceridad, sentimiento, y sentido del humor, siempre tiene que haber alguien que la tache de “tramposa”, “engañosa”, “mentirosa”, y cualquier calificativo que la denigre, como si la historia que desarrolla, no fuera digna de nuestra consideración.
Como controversia; los habitantes de Limerick, en Irlanda, han llamado al autor Frank McCourt, desde “estafador” hasta “caradura”, y afirman que fue capaz incluso, de “prostituir” a su propia madre, en su afán por alcanzar el estrellato literario, al hacer de ella, una ramera de la peor calaña que, según el libro, habría incurrido en incesto.
Los habitantes de Limerick, horrorizados ante la descripción degradante de su ciudad, han contado un total de “117 mentiras o inexactitudes” en las 426 páginas del libro, que van desde algunos detalles de difícil comprensión, hasta la injusticia de acusar a un hombre de la localidad, de ser un mirón.
La gente de Limerick, hizo un llamamiento a que se boicoteara la película Angela's Ashes.
Paddy Malone, un conductor de autobús retirado, que aparece en la ajada fotografía de la escuela que figura en la portada original de la novela, se cuenta entre los más furibundos detractores de McCourt.
El locutor de televisión de Limerick, Gerry Hannan, encabezó una campaña contra Angela's Ashes; se enfrentó a McCourt en un programa de televisión, y lo llamó mentiroso.
Aunque es demasiado joven para recordar la época sobre la que escribe McCourt, Hannan está convencido, de que exageró lo que cuenta de Limerick, para que su libro resultara más escandaloso:
“Por lo que a mí respecta, es un estafador, y un caradura”, afirma Hannan.
“Sabía qué era lo que tenía que escribir, para conseguir el resultado que andaba buscando.
En televisión, despliega todo su encanto.
Ha sacado ese bonito acento irlandés, y ha puesto a funcionar toda su simpatía.
¡Ojo, no me malinterprete!
El libro está magníficamente escrito.
Lo único que ocurre, es que no se corresponde con la verdad” dijo.
Su crítica principal al libro, dejando aparte la infinita miseria absoluta que describe, consisten en el retrato de un chico de Limerick, Willy Harold, como un mirón que espiaba a su hermana, cuando ella se quedaba desnuda...
Resulta que el señor Harold, que ya falleció, no tenía hermanas, cosa que el propio McCourt reconoció tiempo después.
También, se ha puesto en duda, el relato que hace de sus relaciones sexuales con Teresa Carmody, cuando él no tenía más que 14 años.
Por aquella época, la chica se estaba muriendo por culpa de una tuberculosis, y los ciudadanos de Limerick, se sintieron ofendidos de que él ensuciara su memoria.
Frank Prendergast, ex Alcalde de Limerick, e historiador local, que se crio a menos de 200 metros de la casa de McCourt, sostiene que si sufrió lo suyo, fue porque tuvo un padre irresponsable.
“Si la pobreza que padeció fue extraordinaria, se debió a que su padre era un alcohólico”, afirma el señor Prendergast.
“No porque viviera en Limerick.
En cualquier caso, ha denigrado a personas e instituciones muy queridas para los que somos de Limerick” concluyó.
Frank McCourt, declaró al respecto:
“No me puedo sentir preocupado por estas cosas.
Hay personas en Limerick, que tienen interés en mantener vivas estas polémicas.
Yo he contado lo que yo viví.
He escrito sobre mi situación, sobre mi familia, sobre mis padres, ésas fueron las experiencias por las que yo pasé, y lo que yo sentí.
Algunos de ellos saben, que las cosas eran así.
Ellos han optado por sentirse agraviados.
En otras palabras, se están engañando a sí mismos” dijo el autor.
El tiempo dirá, si perdura este relato impresionista de una infancia cruel.
No obstante, esté o no embellecida, no cabe duda de que ha dejado huella en la ciudad de Limerick, y en la propia literatura.
“Miles de turistas han venido aquí, en los últimos años, solo por Angela's Ashes”, dice el guía turístico, Michael O'Donnell.
Calcula que desde 1997, ha guiado a unos 3.000 visitantes, irlandeses y extranjeros, en tours por los lugares de “Angela's Ashes”, a 3 o 4 libras por persona.
Hoteles y restaurantes, se han beneficiado también de este “boom”
Para Alan Parker, director de la versión cinematográfica, esas críticas suponen malinterpretar la intención de McCourt.
El libro, dice, es una “obra de arte”, que se ajusta a la definición de autobiografía dada por Gore Vidal:
“Unas “impresiones” de una vida, más que unas memorias”
Tras el estreno de la película en 2 pantallas de un multicine de Limerick, El Alcalde Jack Bourke la calificó de “brillante”; pero Michael O'Kelly, Presidente del Consejo del Condado de Limerick, la parte rural de la jurisdicción, dijo que era exagerada.
O'Kelly discrepa especialmente, del modo como la película presenta a la sociedad de San Vicente de Paúl, y al clero del lugar…
El ayuntamiento, y la cámara de comercio de Limerick, así como Shannon Development, organismo que promueve inversiones extranjeras en la zona, hicieron campaña para que la película se estrenara en Limerick, además de en Dublín.
En ambos estrenos, se recaudaron miles de libras, con destino a beneficencia.
Algunos seguirán discutiendo, sobre el rigor histórico de la película, y del libro.
Otros, en cambio, subrayan las consecuencias económicas, que la repentina celebridad internacional, ha traído a Limerick.
Para estos, Angela's Ashes es una oportunidad de aumentar la fama, que el libro ya había dado a la ciudad.
Por su parte, Frank McCourt, en defensa de su aportación a la “penosa industria del niño”, puede alegar, además de haber ayudado económicamente a Limerick, su contribución a un nuevo programa de becas en la Universidad de Limerick, con destino a los menos favorecidos.
No serán “las becas McCourt”, sino que se llevarán el nombre del músico irlandés, Paddy Clancy.
En realidad, Alan Parker retrata la pobreza, el abandono, la miseria de los protagonistas, y de la sociedad que les rodea.
Sabe mezclar, con lo difícil que es, el drama con la comedia, pasando del llanto a la risa, con suma facilidad.
Aprovecha para atacar “El Sueño Americano”, pone de vuelta y media a la sociedad irlandesa, el nacionalismo delirante, el ultra catolicismo, el clasismo, y gracias a la magnífica música de John Williams, y a su pericia profesional, consigue dotar a ciertas secuencias, de una potencia digna de alabar.
“It's poor I am.
It's unlucky I am.
But it's useless I am not”
Han sido escasísimas las veces, en que un libro se ha abierto, con unas frases tan impactantes:
“Cuando recuerdo mi infancia, me pregunto cómo he podido sobrevivir.
Desde luego, fue una infancia desdichada; es francamente difícil, que las infancias felices merezcan la atención de alguien.
Peor, que una infancia desdichada cualquiera, es una infancia desdichada irlandesa, y peor todavía, es una infancia desdichada irlandesa católica”
Así es como Frank McCourt, que murió a los 78 años de edad, después de luchar contra un cáncer de piel, lanzó al mundo, un nuevo género literario:
“Las Memorias de La Pobreza”
Tras las suyas, se publicaron docenas de ellas, tantas que en la actualidad, se las llama genéricamente, “mis-lit” en inglés o “literatura de la miseria”
Estos relatos de infancia desgraciada, han llegado a ser muy rentables económicamente.
Llamadas también entre los editores “memorias conmovedoras”, la literatura de la miseria, representa en la actualidad, el 9% del mercado británico del libro, pues vende casi 2 millones de ejemplares al año, y genera unos ingresos de más de 27,75 millones de euros.
Y a base de vivir en la pobreza…
¿Qué tal?

“When I look back on my childhood, I wonder how my brothers and I managed to survive at all”



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