Interior. Leather Bar.

“I don't like the fact that I feel I've been brought up to think a certain way.
I don't like thinking that”

Resulta que William Friedkin, director de cine y televisión, productor y guionista estadounidense, ganador del Premio Oscar por su película “The French Connection” (1971); es uno de los más influyentes del cine moderno.
Esta afirmación, ni siquiera debería ser puesta en duda, pues sus películas, desde principios de los 70, sentaron las bases icónicas de toda una vasta red de films posteriores que, si bien no plagiaron de forma descarada sus obras, como mínimo supusieron una fuerte inspiración.
Títulos de la categoría de “The Exorcist” (1973)  no debe, a estas alturas, ser ya reivindicada, pues su contundencia, y su intachable legado, continúan resonando en nuestros días.
El veterano director, siempre se ha caracterizado por el narcisismo de sus propuestas, donde primaba la virulencia de la sordidez humana, la violencia innata, y la perversión en sus más amplias, y extendidas formas.
Su película “Cruising” (1980), del director en cuestión, levantó ronchas en la comunidad homosexual de la época, al hacer ver al mundo gay, como uno lleno de sádicos, psicópatas sexuales, y libidinosos; una imagen “alejada” de la realidad de entonces; tanto, que fue condenada por la comunidad LGTB.
Curiosamente, el año próximo del estreno del film, los funcionarios de salud federal de EEUU, identificaron una nueva enfermedad:
El SIDA.
Los hombres que podrían haber protestado contra “Cruising”, se movilizaron contra El SIDA, y la falta de acción del gobierno ante la pandemia; y mientras que la discriminación sigue siendo, por supuesto, el tema más público los derechos de los homosexuales, ahora es la igualdad del matrimonio…
“I don't like realizing that my mind has been twisted by the way that the world has been set up around me.
And what that is straight, normative kind of behavior.
And it's fucking been installed into my brain”
Interior. Leather Bar. es un falso documental estadounidense, dirigido en el año 2013, James Franco y Travis Mathews.
Protagonizado por James Franco, Travis Mathews, Val Lauren, Christian Patrick, Brenden Gregory, Brad Roberge, Colin Chavez, A.J. Goodrich, Robby Ackien, Osblado Daniel Alvarez, Andres Barcelo, Nick Buda, Jol Devitro, Jonathan Howard, Caleb James, Michael Lannan, Loc Le, Tyson C. Lenard, Matthew McKellligon, Joel Michaely, Chervine Namani, Adrian Pena, Ben Phen, Jake Robbins, Scott Schwenk, Jay Sosnicki, Lane Stewart, Rob Vincent, Keith Wilson, Eva Lauren, entre otros.
El guión es de Travis Mathews; y producida por Rabbit Bandini Productions, una productora independiente, creada por James Franco.
Estrenada el 19 de enero de 2013 en El Festival de Cine de Sundance; Interior. Leather Bar. es un interesante y novedoso trabajo, que camina entre el mundo del “metacine” y de la “docuficción”; además, hay que recordar, que la historia que recuperan, es de 1980, y en estos 34 años, a nadie se le había ocurrido profundizar sobre este hecho, de clara censura.
Interior. Leather Bar. tiene una clara vocación de denuncia del sistema patriarcal, que influye en toda producción artística.
Rodada en 1979, “Cruising” de William Friedkin, basada en la novela homónima de Gerald Walker, levantó mucha polémica, se rumora que 40 minutos del metraje, fueron cortados.
Según la documentación, el director William Friedkin editó “Cruising” y, según Warner Bros., se han perdido los 40 minutos, donde probablemente, el personaje interpretado por Al Pacino, mantenía encuentros sexuales con otros hombres, simulando practicar sexo; y es que para la década de inicio de los 80s, era escandaloso proyectar en las pantallas de los cines comerciales, el interior de un bar gay, y descubrir las pasiones de los hombres homosexuales; y si a esto le agregamos que el protagonista de esta secuencia, era el actor Al Pacino, imagen de virilidad y hombría de aquellos años, suena a que ocurrió lo que tenía que ocurrir:
La censura.
Así pues, 3 décadas más tarde, los cineastas, Travis Mathews y James Franco, se preguntan:
¿Cómo podría ser este material que quedó fuera?
Interior. Leather Bar. arranca con la introducción al proyecto, para luego dar paso a la libre recreación de aquellas escenas que fueron eliminadas.
Estos 40 minutos, son la excusa para que Franco y Mathews, realicen un experimento que ocupa de pretexto filmar, lo que pudo haber contenido ese lapso de tiempo.
Pero este mediometraje, va más allá, no sólo muestra lo que ocurrió dentro del bar gay, sino lo que probablemente, ocurrió con un actor heterosexual, Al Pacino, al interpretar a un personaje gay, y enfrentarse en el set, a las pasiones que desatan los hombres homosexuales en la oscuridad.
“Cruising” (1980), narraba la historia de un policía, que tiene que infiltrarse en el mundo del “bondage” y de los bares de cuero gays, del distrito de Meatpaicking, para intentar atrapar a un asesino en serie.
Sin embargo, lo más recordado, es algo que ya no existe; para pasar la censura de EEUU, que la había clasificado como pornográfica, el director, suprimió 40 minutos de metraje, en los que había sexo homosexual explícito.
A pesar de lo informado por la prensa, cuando el proyecto fue anunciado, Interior. Leather Bar. no es una recreación del material borrado, aunque sí, incluye unas breves escenas de sexo.
Por el contrario, utiliza la idea de recrear el material, como punto de partida para explorar el proceso de realizar un filme de esas características, mostrando problemas como la incomodidad de los actores, el conflicto entre la libertad creativa y la censura, y la manera en que la representación cinematográfica de la diversidad sexual, ha evolucionado desde el estreno de “Cruising” (1980)
Solo así, se puede entender una película como “Cruising” (1980), donde Friedkin se introduce en los fondos más bajos y oscuros de New York, donde el escenario protagonista, son los clubes homosexuales clandestinos, donde tienen cabida, como templo de profanación de la carne, el sadomasoquismo, el fetichismo más variado, y los juegos perversos de dominación-sumisión, con alto contenido explícito, y erótico; donde estos actos cobraban especial relevancia, y visceralidad.
El director, incluso, llegó a ser amenazado de muerte durante el rodaje.
Así pues, el siempre avezado James Franco, interesado por este tipo de temas controversiales, junto al realizador Travis Mathews, recrea en Interior. Leather Bar.
Para ello, acude a una suerte de falso documental, donde experimenta una construcción del lenguaje, que cabalga a medias, entre la realidad y la ficción.
Para ser exactos, entre el proceso de creación de dichas escenas en los clubs, que incluye castings, pases de texto, conversaciones actorales, llamadas telefónicas, y planes de trabajo, y la filmación de las mismas, donde ambos directores no han escatimado a la hora de bucear por el imaginario de Friedkin, allá por 1979, a la hora de radiografiar la depravación y lo lascivo.
De hecho, las prácticas sexuales en este proyecto-película, contienen dosis puntuales de sexo, abiertamente pornográfico.
La idea de entrada, suena tentadora.
La anécdota cuenta que, James Franco, quedó tan prendado de “Cruising” que por eso, quiso realizar esa secuencia “borrada”, re-imaginándola a su manera.
Y es que en 1980, el tema gay era tabú, y la secuencia “perdida” de “Cruising” involucra una escena de sexo homosexual explícito.
Montada y narrada de forma inteligente, Interior. Leather Bar. en su forma es una transgresión genérica:
Presentada como un “making of”, Interior. Leather Bar. llevará al espectador a preguntarse, si es un falso documental, un documental, o una ficción.
Interior. Leather Bar. dura apenas una hora, y la mayor parte de ese tiempo, lo ocupan las conversaciones y titubeos, guionizados hasta el último detalle, a propósito de lo que se estará filmando, su sentido, su valor, el riesgo que implica.
Interior. Leather Bar. se abre con una charla entre James Franco, Val Lauren y Travis Mathews, donde se postula el matrimonio universal, como un dispositivo de normalización de la sexualidad, la pérdida de la “queerness” propia de la homosexualidad, y donde se plantea la hipótesis, de que el sexo sin sentido, o “meanless sex”, sigue siendo intolerable para la civilización capitalista.
“La heteronormatividad es funcional al capitalismo, porque tiñe de afectividad y familiariza lo que es sólo una actividad física” dijo el realizador.
Mathews, además de un fino observador del mundo gay, es psicólogo, lo que lo convierte en un manipulador privilegiado.
Más adelante, en una de las escenas clave, luego de que James ha alabado la sexualidad entre varones, criticando la censura, levantando su dedo acusador en contra de la heteronormatividad hollywoodense, se lo verá haciendo “mute” por el foro, y desconectando su celular, para no volver a atender a Val Lauren.
De modo que, Interior. Leather Bar. recrea el proceso de “tortura psicológica” al que fue sometido en su momento Al Pacino, poniendo al heterosexual, en el lugar de incomodidad, y de la imposibilidad de identificación.
Pero no elige como víctima sacrificial al actor Val Lauren, que sabe muy bien lo que está haciendo, aunque diga lo contrario; sino a James Franco.
Después de 3 escenas algo calentorras, la primera y tercera, importantes, la segunda, totalmente gratuita; Interior. Leather Bar. termina, con una escena de despedida afectuosa, entre Travis Mathews y los 2 actores que han tenido sexo realmente en la película, una pareja encantadora, vistos desde la perspectiva de un Val Lauren, atrincherado en su auto, y con James Franco, totalmente ausente.
Acá, se ha mostrado, muy brevemente, escenas de sexo explícito entre varones, con la excusa de una reconstrucción arqueológica, y ha puesto en el centro mismo de la escena, a una estrella de Hollywood, cuya sonrisa, antes de desaparecer por completo, se congela en un rictus del que desaparece toda la condescendencia propia del heterosexual amigable, esclarecido, y liberal.
No obstante, Interior. Leather Bar. posee una sublime compaginación de imagen y discurso, resultan de principal interés, los fragmentos en que los diversos actores conversan entre sí, sobre la “película que está realizando James”, sus respuestas van, desde los comentarios sinceramente inocentes, hasta aquellos cargados de un humor involuntario.
El interés aumenta, cuando sabemos que el elenco está compuesto por heterosexuales y homosexuales.
Con escenas de sexo explícito, a favor de la narración, pero principalmente, para subrayar eso que “James Franco quiere decir”, como bien lo resalta en varios momento, el protagonista y amigo de Franco, Val Lauren.
Y es que Interior. Leather Bar. quiere romper, rasgar, derrumbar los conceptos moralistas, y los prejuicios homofóbicos, y aplaude las distintas formas de amar, y la diversidad sexual.
La cámara, se revela entonces, como un dispositivo sádico, que pone desde Pacino hasta Val Lauren, y James Franco, no tanto en el lugar de la humillación personal, sino en el lugar de la humillación cultural, de la sanción definitiva.
En contra de lo que Interior. Leather Bar. enuncia, y la crítica acepta complaciente, el tema no es la exposición de sexo explícito entre varones, sino el lugar de la cámara, como operador de distancia, y de jerarquización, de allí la diferencia, mínima, que se subraya en relación con el porno.
El arma contundente de Franco es, el sexo homosexual explícito, y ojo en este punto, el discurso es para aplaudirse de pie, así como los argumentos que tiene Franco para realizar Interior. Leather Bar., mismos que el espectador podrá conocer, ya que esto forma parte de una secuencia, en la que Franco conversa con Lauren.
Los diálogos pronto, se transforman en debates acerca del conservadurismo del cine, de los complejos de los actores, de la heteronormatividad reinante en la sociedad occidental, de la censura, del proceso creativo, y hasta del valor artístico de Interior. Leather Bar.
Mathews, ha declarado en entrevistas, que un aspecto de “Cruising” (1980) que le interesó, fue el contraste entre algunos análisis que sugieren, que las escenas eliminadas, constituían propaganda homofóbica, y otros que proponen que se trataba naturalmente, de un documental.
Mathews también ha notado, que la crisis del VIH/SIDA, surgió en la comunidad homosexual, poco después de que “Cruising” fuera producida.
Así pues:
Friedkin, Mathews y Franco; directores de diferentes épocas y diferente, quizás, modo de ver el cine, pero si en algo coinciden los 3, es en el método de hacerlo posible.
Un cine punzante y electrizante, que fustiga y abofetea las mentes de los más acartonados y conservadores, mientras lanza un grito de reivindicación, hacia un colectivo que nunca ha dejado de ser el centro de los ataques y las calumnias de una sociedad encerrada en su propia miseria moral.
“Are you comfortable with physical contact with other dudes?”
Por Interior. Leather Bar. desfilan actores gays, actores heterosexuales, que buscan la fama, a costa de la popularidad de Franco, y actores que no están convencidos del todo, sobre el futuro del proyecto.
Incluso, uno le cuestiona al protagonista, como puede filmar algo de estas características, y a la vez, ser la cara de Disney.
Sin dudas, un desafío interesante e inusual, para una estrella del “mainstream” hollywoodense.
Y es que Interior. Leather Bar. no debería considerarse, realmente, como una película, sino más bien como un extra de DVD, una pieza de “making of”
¿Qué pretende James Franco, recreando las escenas prohibidas de “Cruising”?
Lo primero que viene a la cabeza, es el escándalo, el golpe de efecto, la llamada de atención.
El sexo sin tapujos, como la vía más fácil para lanzar un mensaje.
Franco no escurre el bulto, y traslada a la platea, el debate sobre la utilidad de su obra.
El propio protagonista de este experimento sin precedente conocido, el actor que debe ponerse en la piel de Al Pacino, le plantea a los directores, sus dudas sobre el valor artístico del proyecto.
Lo bueno es que, aparentemente, ni los propios realizadores, le encuentran el sentido a Interior. Leather Bar.
Pero tras esa apariencia de anarquía e improvisación, se evidencia un gran ejercicio de “metacine” y una clara voluntad de denuncia.
El hecho de observar, en vivo, en el set de filmación, a una pareja homosexual manteniendo relaciones sexuales, es para Franco, la ruptura total del aberrante paradigma homofóbico, la ruptura del paradigma heterosexual moralizante, que ha existido en la sociedad desde hace siglos, y es a su vez, su grito de lucha, su tratado de libertad, a la diversidad sexual, así, la idea que impulsó la realización de Interior. Leather Bar. pasará momentáneamente, a un segundo plano, para centrar la atención, en el verdadero nudo argumental del mediometraje:
La necesidad que siente un hombre heterosexual, por eliminar la moral mojigata, mostrar sin censura, la diversidad en las formas de amar, y mostrar que hay muchas más imágenes posibles de felicidad, que aquella de la “familia feliz” integrada por un hombre, una mujer, hijos, y la mascota.
Sí hay sexo homosexual, sí hay sexo explícito, sin embargo, la polémica que ha suscitado Interior. Leather Bar. va más allá que las propias escenas en sí, que se reducen a una felación, y a un acto sexual, que al estar rodado por una pareja en la vida real, termina siendo una escena explícita, pero de amor.
Y es que en Interior. Leather Bar., las escenas sexuales, no buscan excitar al espectador, sino sacudir sus principios.
Por otro lado, vemos el “casting” de los actores que estarán en el bar, la mayoría de ellos, gays, muchos de los cuales piensan, que James Franco saldrá desnudo al igual que ellos, pero aquí, él es el director.
El “casting” nos muestra los estúpidos prejuicios que llevan consigo muchos actores.
Travis Mathews afirma, que hizo varios grupos de chicos, desde los que estaban dispuestos a cualquier cosa para conseguir el papel, hasta los que solo estaban dispuestos a quitarse la camisa.
En cuanto al trabajo actoral, casi toda la atención se centra en el actor Val Lauren, quien interpretará al personaje que Pacino realizó en “Cruising” (1980)
Esta centralización en Lauren, es porque él encarna esa apertura a medias, y el miedo a mostrar algo que sabemos que ocurre, pero que preferimos mantenerlo en las sombras.
Así Lauren, quien al mostrarse dubitativo para realizar escenas sexuales gays, y en su participación en un filme “porno gay” pero que a la vez acepta y apoya los argumentos de Franco para realizar Interior. Leather Bar., materializa una de las ideas principales de Franco:
La hipocresía de la sociedad, el falso espejismo de la “apertura mental”, una sociedad que glorifica y normaliza ciertas conductas, mientras otras, las condenan; una sociedad que es capaz de normalizar la violencia, y satanizar la homosexualidad.
Es que durante Interior. Leather Bar. vemos a Val sufrir, y no comprender “el por qué debe presenciar las secuencias”, en las que otros actores tiene sexo oral por ejemplo; en un bar muy sexual y libertino, en donde el sexo es el protagonista, y el encuentro entre 2 o más hombres, es el triunfo de la noche.
Un protagonista desconcertado, por un papel que no logra comprender.
Su pánico, a involucrarse en una propuesta con actores homosexuales, dispuestos a desnudarse, morrearse, y follarse por la buena causa, por los fines artísticos, es un claro tirón de orejas al gremio de actores, más inclinado a la seguridad de los guiones, que a la experimentación de nuevas formas de expresión.
¿Acaso el buen intérprete debe auto-limitar el talento a sus convicciones personales?
Entre orgías, azotes, y bozales de cuero, el actor va desprendiéndose de sus recelos.
Los diálogos que mantiene con James Franco, sobre la explicitud de las imágenes sexuales, a pesar de su obviedad, no dejan de ser brillantes.
¿Por qué la violencia en el cine, escandaliza menos, que el primer plano de 2 penes?
Interior. Leather Bar. no busca la provocación, persigue el debate.
No es una película homosexual, sino para amantes del cine.
La transgresión del género ficción y documental, es lo más aplaudible; pues destaca el buen manejo de las escenas sexuales, y sobresalen los destellos de angustia, en la personificación del protagonista.
Si bien, Interior. Leather Bar.  ha sido proyectada en El Festival de Cine LGTB de Toronto, Canadá, entre otros, La  Junta de Clasificación Australiana, le otorgó una categoría que le impidió ser exhibida en El Festival de Cine Gay de Melbourne, y en El Festival de Cine Gay de Brisbane, argumentando que Interior. Leather Bar. “contiene escenas detallas y prolongadas de actividad sexual”
Ante esto, Franco se descargó por medio de su página de Facebook, y sostuvo que la medida es “hipócrita”
“Esto es una gran decepción, me parece todo muy absurdo.
El sexo es una gran parte de nuestras vidas... es como creamos niños, es como conectamos...
No creo que estuviéramos teniendo esta conversación, si hiciéramos una película violenta”, declaró el artista, no sin justa razón.
Después de todo, Franco, que podría vivir instalado en su particular burbuja de estrella del cine, demuestra con su trabajo, que es una persona concienciada, preocupada por los problemas de colectivos minoritarios, y un ardiente defensor de la libertad en el proceso creativo.
“Would you kiss another guy?”
Es sabido por todos, que el polifacético James Franco, se ha visto rodeado de rumores, que dan por un hecho que es homosexual, supuestamente, sin ser él nada de eso.
Pero James dice, que le dan igual las habladurías de la prensa a estas alturas de su vida, porque lleva ya muchos años, siendo etiquetado como gay, incluso desde antes de ser famoso.
En una entrevista con MTV, Franco contó cómo cuando estaba en el instituto, un grupo de “mean girls” decidieron difundir el rumor de que era gay, y que además, tenía una relación con uno de sus mejores amigos.
“Si la gente piensa eso, por mí bien”, dijo.
¿A quién le importa lo que él haga, y a quién le importa lo que él diga?
A mucha gente, pero bravo por su actitud ante estos rumores.
Y se cuestiona:
¿Por qué las escenas sexuales, que aparecen en el cine comercial, se ocupan de una única vía sexual?
¿Por qué escandaliza menos la violencia explícita, que una escena de sexo entre 2 hombres?
¿Por qué no se puede mostrar una historia completa, recurriendo al sexo?
Por ello, Interior. Leather Bar. es un canto a la libertad artística, un debate necesario, en un mundo cada vez más encorsetado, por lo políticamente correcto.
Monopolio del placer y el dolor, como contraataque hacia la censura, y las mentes puritanas y cuadradas, podría inferirse de una obra que carece de esquema narrativo, para allá de servir de espiritual “making of” moderno a una película ochentera, que podría haber sido, incluso, mucho más contundente y valiente, de lo que ya de por sí se la recuerda.
Más que una provocadora propuesta de sexo homosexual y explícito, Interior. Leather Bar. es una lúcida y sugerente reflexión, sobre el mundo del cine.
Y por ello, yo mismo me cuestioné acerca de:
¿Hasta dónde un actor/actriz es capaz de arriesgar sus principios, sea morales, religiosos, éticos, sexuales, en pos de seguir, o mantener una visión artística, impuesta por la producción de la obra?
En cine, recordemos a Tom Hanks, haciendo de gay de “Philadelphia” (1993); o el elenco secundario, completo, de “Casablanca” (1942); que siendo exiliados, refugiados, judíos, etc.; aceptaron hacer el papel de nazis, bajo la dirección del afamado Michael Curtiz.
La pregunta la realice en mi Facebook, sobre el alcance de la aceptación de un papel en particular, por mantener la calidad artística, la cual también incluye a la ópera, pues recuerdo que Maria Callas, con la voz “destruida” a finales de los 60’s, estaba perfecta para interpretar a “Salomé” de Richard Strauss, pero la rehusó, porque no aceptaba la idea de “La Danza de Los Siete Velos”, y por su naturaleza romántica como artista, cuando muchos críticos decían, que podía inclusive, llegar superar a todas sus “Normas”
Resumiendo, que es gerundio:
¿Usted actor, o no actor, bajo un buen guión, una buena producción y dirección, haría un papel en contra, u opuesto, a lo que sus reglas/fundamentos/razonamientos de vida le indican?
Recordar que hemos visto suficiente muerte por asesinato, suicidio, guerras, violencia, en la grande, y pequeña pantalla, se ha “permitido suavizar el impacto” pues ya nada sorprende; el nivel de tolerancia ha bajado muchísimo; y ahora vemos de todo; qué sucede en el caso del sexo; aquí, sexo homosexual…
No obtuve una solo respuesta.

“Dicks are out.
Balls are out.
People are paddling each other in the ass.
There are bruises.
There are fucking welts.
Sucking.
Fucking.
Armpits.
Balls.
Assholes.
Everything is out, dude”



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