One Hour Photo

“There's no sense of reverence for the service they're providing for people.
I process these photos as if they were my own”

Las fotografías familiares, las que vienen a engrosar nuestro álbum de recuerdos, siempre sesgados por nosotros mismos, que somos quienes decidimos cuándo disparar la cámara, o cuándo conservar, y mostrar dichas fotos, tienen un valor que va mucho más allá de la simple captación de una imagen, que acabará encerrada en un trozo de papel satinado tamaño “standard”
Estas fotografías, son una forma de memoria permanente, que representan una falsa realidad, puesto que siempre retratamos momentos felices, u ocasiones especiales.
Nadie hace fotos de las cosas desagradables, o de los detalles cotidianos más insignificantes.
Y aquéllas que no nos gusta cómo han quedado, las ocultamos, o rompemos.
La vida, es un lugar extraño.
Uno escucha desde pequeño, lo que lo hará feliz, y ante la desolación de los días, busca en las certezas ajenas, la seguridad de esa satisfacción, por eso tratamos de vivir como nos enseñan a hacerlo, aunque en ocasiones, las promesas no se cumplan.
El ansia por participar de la normalidad satisfecha, es común, y su búsqueda a través de la familia tradicional, el medio habitual para tratar de alcanzarla.
La desviación se produce, al vivir esa normalidad, a través de otros, convertido en un apéndice, como un parásito que se alimenta de sus logros sociales, para dar sentido a su existencia, y corroborar que es cierto, que la vida y la felicidad, no son incompatibles.
Ante los inadaptados, fascinados por la perfección de sus vidas, los seres felices se conmueven hasta la compasión condescendiente, de desearles menos tristeza.
No saben que en ellos, habita la determinación de mantener ese estado, y que en su celo, no tolerarán síntomas de corrupción, o se volverán implacables.
La exagerada dedicación, el servilismo, provoca soledad a corto/medio plazo.
Su dedicación continua, es ya un trabajo para los organismos del orden y la justicia.
¿Hasta qué punto puede alguien, introducirse en nuestra vida, a partir de una simple relación?
“He knows you name, He knows your life, He knows where you live”
One Hour Photo es una película estadounidense, de suspense, del año 2002, escrita y dirigida por Mark Romanek.
Protagonizada por Robin Williams, Connie Nielsen, Michael Vartan, Gary Cole, Eriq La Salle, Dylan Smith, entre otros.
Mark Romanek demostró, ser mucho más que un excelente director de clips musicales, dotando a One Hour Photo, de una extraña atmósfera, y un ritmo excelente; que huye de convencionalismos, pues no es el típico film de acosadores, ni de psicópatas.
Es un interesante drama de suspense, sobre la soledad, en la sociedad moderna.
El mayor acierto de Romanek, es mostrar una sociedad actual, o casi actual, totalmente deshumanizada.
Las relaciones interpersonales, se han tornado frías y superficiales, y eso que aún no existían Facebook, ni whatsapp.
Así pues, hubo una época, no hace mucho, en la que las cámaras fotográficas, necesitaban un carrete que debía ser revelado en un laboratorio.
Antes de La Era Digital, las familias llevaban sus fotos, a revelar a laboratorios de revelado, como en el que trabaja Seymour “Sy” Parrish (Robin Williams), un técnico de un laboratorio fotográfico del centro comercial “SavMart”
El trabajo, es prácticamente su vida, ya que no tiene ningún familiar.
Es por esto que Parrish, se concentra exageradamente en las fotos, teniendo la idea de que, todas las fotografías que el revele, deben quedar perfectas.
Sy, conoce de memoria a todos sus clientes, sin embargo, se siente fascinado particularmente, por la familia Yorkin:
Nina (Connie Nielsen), Will (Michael Vartan), y su hijo Jakob Yorkin (Dylan Smith), de quiénes ha revelado sus fotos por años.
Con el tiempo, Sy ha desarrollado una obsesión exagerada por esta familia, a tal grado de liberar sus traumas del pasado, mediante fantasías en donde él, se siente miembro de la familia Yorkin.
Parrish admira, la felicidad que encuentra en las fotografías de los Yorkin, y los califica como “la familia perfecta”
Pronto, comienza a ilusionarse por el “amor” que según él siente por ellos, sin embargo, la familia no lo ve más que un fotógrafo, que tal vez se considere “un amigo”
Pero él trata de ir más allá de eso, él sueña con ser “El Tío Sy”, y trata de hacer todo por la familia.
En lo íntimo, Sy ha juntado todas las fotografías familiares, desde hace años, teniendo tapizada con ellas, la pared de su pequeño cuarto de TV, en su casa.
Luego, Sy comienza a espiar a la familia, creyendo que está logrando su objetivo.
Pero Bill Owens (Gary Cole), su jefe en “SavMart” lo despide, al descubrir que Sy ha impreso sus propias copias de fotografías de clientes.
Por lo que Sy intimida a Owens, fotografiando a la hija de este, y enviándole las fotos.
Como resultado, Owens mete una demanda en su contra.
Todo cambia completamente, cuando Sy descubre que el padre de la familia Yorkin, le es infiel a su esposa, con Erin (Erin Daniels),destruyéndose entonces, su concepto de “familia perfecta” y comenzando a querer hundir a este, persiguiéndolo en el hotel donde se encuentra con su amante, y obligándolos a dejarse fotografiar por él, mientras mantienen relaciones sexuales.
Sin embargo, gracias a la demanda de Owens, Sy es arrestado, y la familia Yorkin descubre la obsesión que Sy tenía hacia ellos.
Cuando Sy es entrevistado en la oficina de policía, confiesa que su padre lo obligaba a realizar pornografía infantil, por lo que desarrollo 2 traumas:
Hacia las fotografías, y hacia una familia perfecta.
No obstante, nunca se supo si, Sy fue liberado, o terminó preso por amenaza.
One Hour Photo es intensa, y promueve un clima opresivo, donde el avasallamiento de la privacidad, pone los pelos de punta, pero lo complejo y principal aquí, es el retrato de la soledad y la tristeza.
Las ansias de pertenecer a una familia, supuestamente ideal, es el anhelo, pero la vicisitudes de la vida, hacen que dicha alternativa, sea utópica.
Y es que todos empleamos las fotografías, como armaduras en nuestra lucha contra el paso del tiempo, y nos aseguramos que en ellas, aparezcamos felices.
Entonces, el hombre que positiva tus momentos más alegres, no sólo ve esos instantes, es capaz de reconstruir mundos paralelos, por los que colarse para acceder a sus vidas.
Te vive, porque en su imaginación, comparte tu vida, y habita tu casa.
Si bebe tu cerveza, mira tu televisor, usa tu baño, descansa en tu sofá, y juega con tu hijo, es posible que termine por sentirse parte de tu familia.
Y no solo aplica a quien revela tus fotos, sino a quien las ve, hoy en días del Facebook…
Y como un padre supervisor, será dulce y cariñoso, el día de tu cumpleaños, pero se irritará cuando lo decepciones.
En una hora, le habrás dado los momentos más felices de tu vida, a un individuo al que no conoces de nada, mientras comprabas y comprabas, mientras te vendían cosas que no necesitabas, mientras creías que tus problemas, se habían quedado aparcados junto al coche, mientras no querías pararte a pensar, que tu mayor satisfacción se basa en consumir, pero ese individuo, te va a demostrar que no eres la única persona infeliz, que cree tener lo que no tiene, porque ese tipo está peor que tú, está realmente sólo, vacío, y su único papel en la vida, es ir de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa; y lo que no sabes es que, a través de esas instantáneas concretas, ha recibido el afecto que nunca ha tenido, y ha ido formando en su mente, una vida de la que cree formar parte; una vida que es la tuya, unos momentos que son los tuyos.
Ese ser vacío y solitario, se ha apoderado de ti, sin tú saberlo, tan sólo faltará la chispa que prenda la mecha, para que finalmente, la realidad se imponga, y toda esa farsa se desmorone, como un castillo de naipes, y de paso al desequilibrio total.
Gran actuación de un siempre correcto Robin Williams, encarnando un personaje al que el pasado, le trae complejos, las apariencias de las fotos lo engañan, y la realidad no le es auspiciosa, en sus sueños de pertenecer, y ser querido por alguien.
En One Hour Photo hay suspense, temor, emociones diversas, extraña sensualidad, y no menos extraño, sentimiento de piedad, por este ser, sumamente peligroso.
Es difícil imaginar, algo peor en nuestra vida cotidiana.
Si de por sí, los celos son una enfermedad que no deja vivir, y atormenta al celoso y a su víctima, imagina esos celos, por alguien que ni siquiera conoces...
“According to The Oxford English Dictionary, the word “snapshot” was originally a hunting term”
One Hour Photo es una de esas películas en las que, luego de verlas, uno siente que en la vida, no todo es blanco o es negro, sino que es una escala de grises.
Nadie es completamente bueno, ni completamente malo, todos tenemos un poco de cada cosa, algunos más que otros.
Desde el comienzo de One Hour Photo, apreciamos una historia que puede suceder en cualquier lugar del mundo, guiada por el desprecio hacia aquellos que podemos considerar “extraños”
One Hour Photo dirige su atención, hacia el último eslabón del proceso fotográfico:
El revelador, también dependiente, de una laboratorio fotográfico, de una de esas cadenas de “Fotos en una hora” título original en español de la obra en cuestión, que se encuentra en las instalaciones de un gran centro comercial.
El entorno del centro comercial, en el que trabaja Parrish, y en el que transcurre buena parte de One Hour Photo, no puede ser más desalentador.
La fría iluminación del centro comercial, nos hace pensar, lo vacías que están las vidas de muchos seres humanos, como Sy Parrish.
Por sus manos, pasan cada día, las ilusiones, engaños, y secretos, de decenas de personas, que llevan sus carretes, para revelar, al establecimiento donde trabaja.
Ese revelador, es una figura que apenas llegamos a considerar nunca, sin importarnos que, parte de nuestra intimidad, sea conocida por él.
La casa de Parrish, es igualmente de apariencia fría, sin recuerdos, ni objetos, excepto la pared que tiene dedicada a los Yorkin.
La creación del universo psicológico del protagonista, así como de las atmósferas en que se mueve, están muy bien recreadas, y transmiten una contenida, pero constante sensación de angustia, y desolación.
One Hour Photo, parece darnos un mensaje, poco gratificante del consumismo:
Nos encerramos en nuestras casas, de las que sólo salimos para comprar.
El revelado fotográfico, es una responsabilidad que Sy Parrish se toma muy en serio.
No se limita a insertar de manera mecánica los negativos en una ranura, e imprimir las copias.
Hace su trabajo con gran esmero, de forma meticulosa; cuidándose de ver si, cada una de las imágenes, representa adecuadamente, un momento en la vida.
Como trabajador de uno de estos laboratorios fotográficos, Sy ve los momentos felices de los demás:
Los cumpleaños, las vacaciones, las fiestas… nadie se hace fotos en los momentos tristes, o cuando está solo.
Sy nunca se hace fotos, no tiene nada que celebrar, ni compartir con nadie.
Sy no tiene recuerdos felices, familia, ni amigos.
Es un tipo triste y solitario.
Su infancia, no fue feliz, ni su familia fue “la familia ideal”
Y es que Sy arrastra un trauma desde la infancia, que le imposibilita formar una familia.
Su existencia, está totalmente vacía.
En la escena final de One Hour Photo, ambientada en un cuarto de interrogación policial, el detective James Van Der Zee (Eriq La Salle), le pregunta a Sy, por qué él aterrorizó a los Yorkin.
Sy revela, indirectamente, que su padre le hizo hacer “cosas desagradables y enfermas, que ningún niño debería hacer nunca”
La implicación, confirmada por el director Romanek, es que el padre de Sy, lo explotó para pornografía infantil, y que esto provocó su soledad, y su obsesión con la fotografía.
Sy no puede entender como Will, “el padre perfecto”, estaba determinado a destruir a su familia.
Mientras el detective se prepara para tomar su confesión, Sy pide las fotos que tomó en el hotel, las que el detective describe como “pruebas”
Estas parecen ser fotos de objetos caseros, y decorados de interiores, que él tomó en un rollo separado, antes del incidente del hotel, posiblemente, una alusión a su declaración, al inicio de One Hour Photo:
“Las cosas pequeñas, son las que hacen la película de nuestras vidas”
Así las cosas, One Hour Photo cierra, con una fotografía de la familia Yorkin, junto a Sy.
Romanek dijo, en los comentarios del DVD, que la foto simboliza un final abierto, y que al público le corresponde decidir, si la imagen solo existe en la mente de Sy, o si la familia Yorkin, está agradecida con él, por haberlos salvado, al exponer el romance de Will.
La fotografía del final, muestra a los Yorkin y a Sy, abrazados como una verdadera familia, es obvio que esta fotografía solo existió en la imaginación de Sy, pero nos muestra lo que el realmente quería... una familia.
Porque al fin y al cabo, todos merecemos tener una familia, y ser amados, incluso aquel extraño y paranoico sujeto, que trabaja revelando fotografías, que de niño fue abusado por su propio padre.
La estética de One Hour Photo, es muy moderna, con predominio del azul, blanco, y rojo, y sin duda, uno de sus fuertes, ya que nos atrae desde el primer fotograma, y es un placer para la vista, contemplar unos colores tan limpios, y ordenados, aunque intriga y perturba.
También, el trabajo de iluminación, junto al diseño de producción, juega un papel determinante.
En las localizaciones del hipermercado en el que trabaja Sy, nos encontramos con un imponente, y cegador blanco, más nuclear, que el que promulgan los anuncios de detergentes para la ropa.
Esta ambientación, tan gélida, impersonal, inhumana, poco acogedora, contrasta con los interiores de la casa de la familia Yorkin, que, contrariamente, se podría describir como cálida, personal, humana, y acogedora.
En cambio, en la vivienda de Sy, domina una iluminación macilenta, sucia, enrarecida, como también ocurrirá en las habitaciones del hotel, que aparece en la última parte del metraje.
El carácter que se está imprimiendo, a cada uno de estos espacios, a través de los colores y la luz, además de otros elementos, como el material con que está hecho el mobiliario, y su distribución, es uno de los grandes logros de One Hour Photo, ya que transmite el clima que se respira en cada uno de ellos, y resalta la personalidad, y circunstancias vitales de sus personajes.
En One Hour Photo, se huye del concepto maniqueo de “malo”, del tópico “psicópata asesino” que suele darse en el género, dejando el terreno a este anodino personaje que, aunque aparentemente se trata de una persona con buenas intenciones, y educada, hay en su retraimiento, en su actitud solícita y cordial, un poso que se evidencia, enfermizo.
Me pareció muy bueno el plano, durante la escena en la que Williams se imagina viviendo en casa de los Yorkin, en el que aparece sentado en su baño; es algo “muy animal”, como marcar con orina o excremento, el lugar que le pertenece, a como lo hacen los perros, por ejemplo.
Lo mejor, One Hour Photo significó, todo un cambio de registro para Robin Williams, sus parlanchines y excesivos personajes cómicos, dejaron paso aquí, a una actuación comedida, llena de matices.
Su personaje es parco en gestos y palabras, pero aun así, Williams se las arregla para transmitir toda la tormenta que acontece en su interior.
Realmente, el actor consigue crear un personaje intrigante, que de su extrema amabilidad, causa desconfianza, y cuyos actos pueden causarnos cierto suspense.
Es curioso comprobar, como esas personas, pueden ser muy importantes para el personaje de Williams y, sin embargo, él no significa nada para ellos, simplemente es “el de las fotos”
Williams, no sólo nos enseña, cómo Parrish puede cambiar, cuando su “mundo” se derrumba.
Además de su mente psicópata, tratando de hacer daño a gente que lo merece, porque no valora lo que tiene, y puede romper a “su feliz familia”, el actor logra que empaticemos con un villano, mostrándonos hasta dónde puede alcanzar su soledad, su tristeza, y su deseo de mejorar las cosas.
De hecho, aunque sepamos que Parrish es un enfermo psicótico, hay momentos en los que incluso, llegas a pensar que no es tan malvado, y eso perturba aún más.
¿Es Sy Parrish, un psicópata, o sólo es una persona solitaria, en busca de afecto?
Los tipos como Sy, son cada día más comunes, marcados por una enfermedad llamada “Trastorno Obsesivo Compulsivo de La Personalidad”, y el hecho de que la mayoría de los que lo padecen, sean muy inteligentes pero tímidos, los hace pasar desapercibidos por decisión propia.
Lo cierto es que, se trata de personas que, pese a su inteligencia, y su particular visión del mundo, se ofenden fácilmente, y eso les trae problemas.
La sensación de tristeza que despide este encargado de fotografía, es abrumadora, con su hieratismo, sus buenas maneras, su lamentable, y enternecedora búsqueda de afecto, ante aquellos que directamente le olvidan, e ignoran.
One Hour Photo me dejó triste, pues además que la estoy viendo como un tributo al actor hoy desaparecido, Robin Williams, resulta increíble que los seres humanos podamos ser tan fríos y aislados, ante personas que necesitan de nuestra ayuda, como el actor mismo.
Con la muerte de Robin Williams, el mundo del cine pierde a uno de sus actores más polifacéticos.
El temor a que lo encasillaran en papeles cómicos, o de tipos comprensivos, también le animó a aceptar el desafío de ser un canalla en las pantallas, aunque el actor reconoce que es “la comedia, la que me transforma, y me permite olvidar mi mal genio, porque yo también tengo mi lado oscuro”
Y sí que lo tuvo...
Ganador de numerosos premios Grammy, Golden Globe, y un Oscar, Robin Williams era capaz de actuar, tanto en comedias, como en dramas.
En sus más de 3 décadas de carrera, se había labrado la reputación de ser un “niño grande” con mucho talento para la improvisación y la gestualidad, que conseguía hacer reír, casi sin proponérselo.
A lo largo de sus 42 años de profesión, Williams trabajó en cine, teatro, televisión, musicales, “stand-up comedy” y otros.
Entre sus películas más reconocidas están:
“Good Morning, Vietnam” (1987), “Good Will Hunting” (1997) y “The Fisher King” (1991)
Tras problemas de drogas y alcohol, el pasado 11 de agosto, del 2014, Williams fue encontrado muerto en su domicilio de Tiburón, California, en lo que aparentemente, podría haber sido un suicidio por asfixia, según el informe inicial del Departamento del Sheriff, del Condado de Marin.
El cuerpo sin vida de Williams, fue hallado poco antes del mediodía del lunes, por su asistente, quien tras llamar a la puerta de la habitación del actor, sin obtener respuesta, y dada la hora que era, se inquietó, y decidió entrar a la estancia, para comprobar qué pasaba.
El 12 de agosto, fue confirmado que el actor fue encontrado, ligeramente suspendido en el aire, con un cinturón atado a su cuello por un extremo, y el otro, enganchado a la parte superior de un armario en su dormitorio.
Según ha informado el agente, Keith Boyd, del condado de Marin, el actor intentó primero cortarse las venas, ya que sus muñecas presentaban varios cortes, y había un pequeño cuchillo, cerca del cuerpo sin vida del actor.
Su publicista explicó, que el intérprete había estado batallando en tiempos recientes, contra una “depresión severa”
La vida del actor, como la misma One Hour Photo, es un minucioso estudio sobre las miserias que pueden darse, dentro de una familia aparentemente feliz, y con todas las de ganar.
Nada es lo que parece.
“No one takes photographs of something they want to forget”
Aunque ahora nos parezca cosas del jurásico, One Hour Photo sólo tiene 10 años, y era una época donde los laboratorios de revelado en una hora, distribuidos por las tiendas especializadas en fotografía, pero también por muchos centros comerciales, eran negocios prósperos.
Esto no duró mucho.
Durante One Hour Photo, se menciona el interés de Will, de adquirir una de las nuevas cámaras digitales, que a la postre, tiraron por tierra muchos de estos negocios.
La gente hace muchas más fotos hoy en día, en su vida corriente, pero hace copias de un porcentaje mucho más pequeño de ellas.
Y prácticamente nunca, de todas las de una tarjeta, como antes hacía de todo el rollo de 12, 24, o 36 fotografías.
Inclusive podemos pensar, que este detalle, de la impresión de fotos en locales especializados, a revelarlas o poseerlas en los notebooks, o celulares, para compartir o no, implica también, el derecho a una intimidad mucho más controlada.
Pero One Hour Photo nos deja testimonio, de una forma de practicar la fotografía familiar, que ya ha pasado prácticamente a la historia.
En un territorio tan visual como es el del cine, no existen demasiadas películas que hayan tratado de manera, más o menos seria, aquellos conceptos que se engloban en algo tan habitual, como es el simple hecho de tomar una fotografía.
One Hour Photo es una película muy certera, que saca gran partido de sus piezas, y en la que confluyen ideas como el recuerdo, las apariencias, el anonimato, la intimidad, la soledad, o la vivencia de experiencias, y emociones ajenas, como propias... son signos de nuestra sociedad.
También, es de alabar que el peligro no surja de lo desconocido, lo improbable, lo obvio, sino de alguien con quien convivimos en nuestro día a día, lo cual se convierte en un riesgo mucho más amenazante, por posible, y real.
One Hour Photo, es una acertada crítica a la sociedad del siglo XXI, una sociedad de consumo, desamparada, y plagada de personas, como la familia que nos presenta su historia, y que no es tan distinta de nuestro revelador de fotos en una hora, Sy Parrish, un hombre que tras una apariencia dócil y bondadosa, esconde a un ser perturbado, que ha ido montando en su cabeza, a base de momentos muy concretos, que no le pertenecen, esa vida que le falta.
La reflexión postrera es que, en la actual sociedad, caracterizada por la omnipresencia de un instrumento como Internet, en el que volcamos parte de nuestra vida, en forma de blogs, redes sociales, etc., es realmente fácil aprender la vida de casi cualquier persona.
¿Habrá algún Sy, acechando mi vida?

“And if these pictures have anything important to say to future generations, it's this:
I was here.
I existed.
I was young, I was happy, and someone cared enough about me in this world to take my picture”



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