Prefontaine

“You're too small, Pre.
You're not fast enough, Pre.
Give up your foolish dreams, Steve!”
But you know what, they forgot something:
I have to win.
There's no fallback here, no great stride, no long legs nothing!”

No son muchas las incursiones del mundo del cine en el deporte del atletismo.
Al menos, en cuanto a películas de ficción, pues los documentales son un caso aparte; que hayan trascendido por su calidad, y su éxito comercial.
Así pues, bastó con que un accidente de circulación, acabara con la vida, en 1975, de uno de los grandes atletas del fondo mundial.
Con tan sólo 24 años de edad, Steve Roland Prefontaine, todo un ídolo por su coraje y determinación, se encontraba en la cima de su popularidad, pero sus mejores años como deportista, debían estar aún por llegar.
Su prematura muerte, le convirtió en una leyenda del atletismo.
Y es que en aquellos momentos, el atletismo era un deporte minoritario, y absolutamente enfocado a la competición.
No existía la costumbre de correr por diversión, salud, o entretenimiento, como hoy la conocemos.
Steve Roland Prefontaine, nació el 25 de enero de 1951, en Coos Bay, localidad del estado de Oregon, EEUU.
Comenzó a practicar atletismo, cuando estudiaba secundaria en la Marshfield High School, donde ya destacó como uno de los mejores corredores de su edad.
En 1970, se matriculó en la Universidad de Oregón, atraído por la “oferta” del célebre entrenador Bill Bowerman:
“Si vienes a esta universidad, podrás ser el mejor corredor de larga distancia del mundo”, le dijo quién sería fundador, años después, de la compañía Nike.
Efectivamente, Bowerman sacó lo mejor del joven Steve, logrando mezclar su enorme capacidad de sacrificio y ética de trabajo, minuciosa y perfeccionista, con ciertas mejoras en su forma de entrenar y correr, para que dosificara esfuerzos.
En su etapa universitaria, ente 1970 y 1973, ningún corredor de EEUU le pudo ganar.
Fueron años de continuos éxitos, en los que Prefontaine dio muestras de sus enormes posibilidades, en el panorama del fondo internacional.
En 1973, Prefontaine se graduó en la Universidad, y durante esta etapa, permaneció imbatido por corredores de su país.
Durante aquellos años, fue inmensamente popular, ganando la atención de los medios de comunicación.
Tal fue su repercusión, que llegó a aparecer en la portada de la revista “Sports Illustrated”
Cuando corría, los aficionados gritaban:
“Pre! Pre! Pre!”, y muchos, también llevaban camisetas con la inscripción:
“Go Pre”
Prefontaine ganó 2 títulos de Campeón Nacional absoluto, en los 5.000 metros, entre 1971 y 1973; y 7 títulos de Campeón Nacional Universitario:
4 en los 5.000 metros en pista: años 1970, 1971, 1972 y 1973; y 3 en Cross-country, en 1970, 1971, y 1973.
Sus récords, perduraron durante muchos años, en todas las distancias que van desde los 1.500 metros, hasta los 10.000.
Además, durante estos años, lideró la rebelión de los atletas estadounidenses contra su federación, la American Athletic Union (AAU), a la que acusó de no ayudarles:
“Nos exigen medallas, pero nuestro país no nos da nada a cambio”, dijo.
En aquella época, las reglas establecían, que los atletas profesionales, no podían competir en Los Juegos Olímpicos, y en ese aspecto, la AAU se mostraba especialmente estricta, así que Prefontaine renunció a grandes cantidades de dinero, en busca de su sueño olímpico.
En 1978, la AAU dejó esta normativa, y fue abolida.
En 1971, Prefontaine participó en Los Juegos Panamericanos, celebrados en Calí, Colombia, logrando la medalla de oro, en los 5.000 metros.
El 9 de julio de 1972, durante las pruebas de selección de su país, para Los Juegos Olímpicos de Múnich, celebradas en Eugene, estableció un nuevo récord de Estados Unidos, en los 5.000 metros, con 13:22,8.
Ya en los Juegos de Múnich, se clasificó para la final, y estuvo cerca de lograr una medalla.
Tras ir de líder, durante buena parte de la prueba, en pugna con el finlandés Lasse Virén, finalmente se tuvo que conformar con la 4ª posición.
Su temprana muerte, ocurrió el 30 de mayo de 1975, cuando sólo tenía 24 años, y todo indicaba, que estaba iniciando una carrera deportiva memorable.
Todo sucedió, cuando regresaba de una fiesta, perdió el control de su automóvil y chocó, falleciendo en el acto.
Sin embargo, aún existen ciertas dudas, sobre las circunstancias del accidente, como por ejemplo:
Si había bebido o no alcohol, o si hubo un segundo coche implicado en el accidente, etc.
Y es que Prefontaine, tenía solo 24 años, y estaba considerado, uno de los grandes favoritos para los próximos Juegos Olímpicos de Montreal, que se iban a disputar al año siguiente.
Su muerte, causó una gran conmoción entre los aficionados al atletismo, ya que era un verdadero ídolo, y tenía miles de fans.
Tanto que junto a Frank Shorter, y a Bill Rodgers, se le considera el responsable del gran auge de las carreras de fondo, en Estados Unidos, durante la década de los 70.
Prefontaine ganó 120, de las 153 carreras que disputó en su vida, un 78%; y fue el primer atleta de clase mundial, en utilizar zapatillas “Nike”, originalmente denominadas “Blue Ribbon”, inspiradas en modelos japoneses, siendo los mejores fabricantes de zapatillas de “running” del mundo, compañía que lanzó la marca Nike, en 1972.
Nike, hizo su parte del trabajo, desarrollando en 1973, un calzado específicamente para Prefontaine:
Las Nike Pre Montreal.
Incluso su diseño y colores, los de la bandera de EEUU, se decidieron pensando ya en la gloria que esperaban alcanzar en aquellos juegos.
Sin embargo, el destino quiso que Steve Prefontaine falleciese en un accidente de tráfico, cuando estaba en la cima de su popularidad, de manera que no pudo utilizar su propio calzado.
Así las cosas, desde 1975, se celebran cada año en Eugene, una prueba atlética con su nombre, “The Prefontaine Classic”, donde se dan cita, algunos de los mejores atletas del mundo.
En el Parque Alton Baker, de Eugene, hay una senda de unos 6 kilómetros llamada “Pre's Trail”, que es utilizada por muchos aficionados al atletismo.
El 31 de mayo, y 01 de junio 2013 en Eugene, Oregon, se realizara el torneo llamado “Prefontaine” en honor al legendario Steve Prefontaine, el más grande corredor de Estados Unidos.
Esa edición sería la #39 que contara con el patrocinio de la marca Nike, por 30 años consecutivos.
Por eso, en 2013, en el 40º Aniversario del lanzamiento de esta fantástica zapatilla, Nike reedita el modelo como “Nike Pre Montreal Racer”, incluyéndolo en los mismos colores, que en su primera versión.
El atleta Steve Roland Prefontaine, fue a menudo reconocido por su bigote, y sus largos mechones de pelo, que se movían libremente mientras corría; así como su gran atractivo físico y sexual...
Los logros atléticos de Steve Prefontaine, han sido documentados en varias películas:
El documental “Fire On The Track” (1995), y “Without Limits” (1998), nombrada como una de los 10 mejores películas del 1998, por la revista Time, y el New York Times.
“Looks like needless wind resistance to me”
Prefontaine es una película dramática, del año 1997, dirigida por Steve James.
Protagonizada por Jared Leto, R. Lee Ermey, Ed O'Neill, Breckin Meyer, Lindsay Crouse, Amy Locane, Laurel Holloman, Brian McGovern, Kurtwood Smith, entre otros.
El guión es de Steve James y Eugene Corr; y relata la vida del mediofondista estadounidense, Steve Prefontaine (Jared Leto), un carismático atleta, que fue 4° clasificado en los 5.000 metros, de Los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, y que falleció en un trágico accidente de coche, con solo 24 años, y en la cima de su carrera.
Prefontaine, es el típico “biopic” de esfuerzo y superación, que siempre deja buen sabor de boca, ya que explora la calidad de los atletas aficionados estadounidenses, las condiciones, y la falta de recursos que estos atletas tuvieron que soportar, en sus intentos de competir con los mejores atletas del mundo, y que recibieron todo lo que necesitaban, para entrenar y competir a un nivel superior; del trato con la presión de sus fans, que esperaban lo mejor de ellos.
La mayor parte de Prefontaine, fue filmada en la Universidad de Puget Sound campus en Tacoma, Washington; y es relatada, desde el punto de vista de Bill Dellinger (Ed O'Neill), el entrenador asistente, que estaba con él, día a día; Bill Bowerman (R. Lee Ermey), y Nancy Alleman (Amy Locane), novia del corredor, en el momento de su muerte.
Es una historia auténtica y edificante, que nos narra la lucha formidable de un hombre, por lograr la medalla de oro en Los Juegos Olímpicos.
Pero Steve Prefontaine es engreído, carismático, y duro.
Desafía las reglas, extrema los límites, y derriba récords, para transformarse en uno de los más grandes corredores de larga distancia de la historia.
A pesar que su camino a la victoria, está plagado de tragedias, controversias, y heridas, este joven, estrella deportiva, cautiva el corazón del público con su determinación incontenible.
Una historia cautivadora, con espectacular elenco, que nadie debe dejar de ver.
Para el papel de Steve Prefontaine, Jared Leto se sumergió en la vida del corredor, tras reunirse con los miembros de la familia y amigos.
Él posee un asombroso parecido con el verdadero Prefontaine, también destaca la adopción de voz, y estilo de correr, erguido, del atleta.
La transformación fue tan completa, que cuando la hermana del corredor, Linda, primero lo vio en carácter, ella rompió a llorar.
Su interpretación es notable, y su caracterización, es perfecta.
En muchos momentos, parece el propio Prefontaine, el que corre por la pista, en imágenes sacadas de archivo.
Curiosamente, se planteó la posibilidad de que Tom Cruise, productor de Prefontaine, fuera el protagonista, pero lo rechazó, alegando que era demasiado mayor para interpretar al atleta.
Como dato; y que se maneja muy sutilmente en Prefontaine; es mezquino pensar, que la agresividad de Steve en la pista, derivaba del miedo, o del ansia de libertad...
Pues el comportamiento violento, según las primeras teorías freudianas, las primeras y únicas válidas, por cierto, aquellas que orbitan alrededor del sexo reprimido; es parte constituyente del instinto sexual del hombre.
El ser humano, busca sin medida el placer, y para conseguirlo, arrasará con todo lo que se lo impida.
¿Por qué, entonces, los narradores de la vida de nuestro simpar corredor, han obviado los aspectos sexuales de Prefontaine?
¿Cómo se explica, su manera de correr, si no indagamos en su sexualidad?
Hay una entrada, en el diario adolescente de Steve Roland Prefontaine, con fecha del 11 de marzo de 1964, que nos ayuda a entender, la faceta sexual del héroe.
Cuenta el joven Prefontaine, de 13 años, que “nuevamente, ha sido perseguido por sus compañeros de clase.
Para zafarse de sus insultos, ha tenido que correr hasta refugiarse en el hueco más oscuro que ha encontrado en el bosque.
Entre 2 rocas, todavía jadeante, cubierto de sudor y barro, el muchacho comprueba atemorizado que, por primera vez en su vida, tiene una erección:
“Empecé a notar que algo gordo se hinchaba en mi bragueta.
Mi pene, habitualmente macilento, empezó a crecer y crecer, hasta volverse duro y vertical”
En ulteriores asientos del diario, este muchacho señala que solo siente excitar su sexo, tras la práctica deportiva, especialmente, después de correr.
No es coincidencia, por tanto, que un año más tarde de experimentar su primer empinamiento, se una al equipo de “cross” del instituto Marshfield.
Ya en las primeras pruebas, demuestra ser un corredor excepcional.
Con apenas entrenamientos, y casi sin experiencia en competición, fija su mejor marca personal del año, en 5 minutos la milla, esta marca, la conseguiría bajar hasta los 3:54, tiempo logrado en 1973.
Y es que se creía que Steve follaba como corría.
Cuentan sus amantes de la época, que el joven fondista, adoptaba en la cama, la misma táctica que desarrollaba en la pista:
Envites violentos, caderas veloces, bufidos agónicos, y algún mordisco.
Por supuesto, sus mejores faenas, las desempeña tras una gran victoria.
Una de sus novias de aquella época, Carolina Ninnils, dijo de Steve, al respecto:
“Llegaba al vestuario, todavía jadeante por la carrera, recién rompía a transpirar.
Con el cuerpo cubierto de sudor, y con el pene amorcillado, apartaba hacía un lado la gasa interior del pantalón, y sin bajárselo, me hacía el amor, con el balanceo frenético de sus riñones.
Cuando acababa, él estiraba glúteos, y cuadrado femoral; a mí me dejaba cubierta de sudor, y dolorida, un poco desorientada, sin saber con certeza, qué había pasado, y por qué estaba sin bragas, encima de una mesa”
Muchachas dispuestas a dejarse cubrir por este deportista, no faltan…
Pre es un chico atlético, rubio, y de ojos azules, melena arrogante, mostacho poblado, músculos prietos, algo menudo y cabezón, pero indudablemente atractivo.
En el año 1972, con edad para comprar alcohol, este dato es importante que no se olvide; Pre se encuentra en la cumbre de su carrera, como atleta en los Estados Unidos; pero él anhela el reconocimiento internacional, la fama eterna, y ésta solo se consigue, con una medalla en las olimpiadas.
Como dato interesante, la banda sonora de Prefontaine la conforma Creedence con “Fortunate Son”; Hendrix con “Crosstown Traffic”; “Baba O’Riley” de The Who;
“Tuesday Gone” de los Skynyrd; y “I Shall Be Released” de The Band, son algunos de los grupos, y temas que aparecen durante el metraje.
Pero quizás, el más sorprendente de todos, fue la toma que se incluyó del “Love The One You’re With” de Stephen Stills.
Y digo esto, porque no se empleó la original que abría el álbum homónimo de 1970, sino que se utilizó una nueva versión, una mucho más acorde con la forma que durante la década de los 90, Stephen interpretaba el tema en directo.
“Why does some kid from Coos Bay with one leg shorter than the other win races?”
Eugene, Oregon; está considerada, “la meca del atletismo en Estados Unidos”, especialmente, en lo referido a las carreras de fondo.
Esta reputación, se debe sobre todo, a Bill Bowerman, quien fuera entrenador de atletismo, de la Universidad de Oregon, entre 1949 y 1973, y por cuyas manos pasaron multitud de atletas olímpicos, incluido Prefontaine.
La mítica Hayward Field, de la Universidad de Oregon, es sin duda, la pista de atletismo, más famosa de Estados Unidos, y ha acogido numerosas veces, los “trials” olímpicos, y los campeonatos nacionales.
Allí, consiguió Prefontaine, algunos de sus triunfos más memorables; hasta la noche del 30 de mayo de 1975, cuando acudió a una fiesta en la localidad.
De regreso a casa, tras dejar a su amigo, y gran maratoniano, Frank Shorter, perdió el control de su MGB azul, mientras conducía por Skyline Boulevard, y chocó contra una roca.
El coche volcó, y el atleta quedó atrapado bajo él.
Un vecino de la zona, se acercó, y le encontró aún con vida.
Al ver que no podía sacarle, corrió a buscar ayuda; cuando regresó, minutos después, el peso del coche, había aplastado el pecho de Prefontaine.
No obstante, jamás se esclarecieron ciertas incógnitas, que planearon sobre las circunstancias del accidente, como:
Si había bebido o no alcohol, o si hubo un segundo coche implicado en el mismo, se llegó a decir, que se salió de la carretera, al intentar esquivar a otro vehículo que venía de frente...
Aunque sus biógrafos defiendan, que la causa del accidente de tráfico, que causó su muerte esa noche, al ídolo del atletismo no está segura, y que la hipótesis que dice que, Pre condujo con muchas copas de más, no está demostrada; los que creemos que pilotar bajo los efectos del alcohol, no es moralmente reprobable, y además, es muy divertido, podemos asegurar que sí, que Prefontaine iba ciego, y que no solo fueron los vapores etílicos, los que no le dejaron ver aquella curva cerrada, que rodea el parque Hendricks, en Eugene...
Porro y farlopa, se consumieron en abundancia en aquella fiesta, según dicen los invitados.
Y, como recuerdan los amigos del automovilista:
“Pre no era de los que decía que no, a una rayita más”
Sea como fuere, aquel accidente, ponía fin a la vida de uno de los mejores corredores de fondo, que jamás haya tenido los Estados Unidos; de hecho, llegó a poseer al mismo tiempo, los récords nacionales, en todas las distancias que van desde los 2.000 a los 10.000 metros, una hazaña jamás lograda, antes ni después de él.
Con sus historias de vida, muchas personas influyeron sobre el desarrollo del “running”
Sin dudas, una de ellas fue, Steve Prefontaine, “Pre”, tal como lo apodaron, fue especialista en carreras de 1500 a los 10.000 metros, donde batió todos los récords de Estados Unidos.
Además de sus capacidades deportivas, se destacó por su gran carisma, y su estilo agresivo a la hora de competir, con una personalidad, fuerte y rebelde.
Muchos afirman, que corría de la misma manera que transitaba por la vida:
“Siempre al ataque, sin límites”
Su muerte, causó una gran conmoción entre los aficionados al atletismo, entre los que Prefontaine era un verdadero ídolo, debido a su carisma, a su estilo agresivo a la hora de competir, y a su fuerza de voluntad.
“Rendirse no es una opción”, solía decir.
Esa era su filosofía en la vida, y en el atletismo.
Talentoso, entusiasta, carismático, su amor por el atletismo era infinito, y su ética de trabajo, intachable:
“Dar algo menos que lo mejor de ti, es sacrificar el don”, dijo en una ocasión.
Le gustaba forzar sus límites; entrenaba duro 2 veces al día, para acostumbrarse al dolor y al cansancio, para aguantar niveles de fatiga, que ningún otro atleta pudiera aguantar.
Con sus carreras, sus frases memorables, su determinación, y su infinito deseo de ganar, ha servido, y sigue sirviendo de inspiración, a deportistas de todo el mundo.
En el lugar del accidente, se erigió en 1997, un memorial llamado “Pre's Rock” y que contiene una placa con su foto, y esta inscripción:
“Por tu dedicación y lealtad, a tus principios y creencias...
Por tu amor, cariño y amistad.
Por tu familia y amigos...
Mucha gente te echa de menos, y nunca serás olvidado...”
Tanto que Nike, utiliza material de archivo de vídeo, en un comercial titulado “Pre Lives” que anuncia su espíritu para su producto.
En el 30° aniversario de su muerte, Nike colocó un monumento en “Sports Illustrated”, y salió al aire, un comercial de televisión en su honor.
La sede de Nike, tienen un edificio que lleva su nombre.
Aun hoy, Steve Prefontaine sigue siendo un icono, un ídolo, y una fuente de inspiración, para muchos corredores.

“Pre turned distance running into a blood sport.
You wanna know what he meant to folks around here?
What was it”



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