Amy - The Girl Behind The Name
“I cheated myself like I knew I would
I told you I was trouble, you know that I'm no good”
Irreverencia, talento, autenticidad… Amy Winehouse fue la más grande revelación de los últimos años.
Su música, era el reflejo de su alma y su vida personal, el de una forma de entender el arte; la que habla de una senda espinosa, la del camino del exceso por el que muchos artistas han optado a lo largo de las décadas.
Amy Winehouse era una artista en mayúsculas.
Su muerte supone la pérdida de una de los iconos más importantes en la música popular de la primera década siglo XXI, cuyo gran mérito ha sido, el de devolver el “soul” al gran público, y allanar el camino al éxito comercial de artistas como Adele.
El otro gran logro de Amy Winehouse, sin embargo, recae en la unanimidad generada por su figura.
Venerada por igual, por los admiradores de la música negra, los consumidores de productos más comerciales, y el siempre sectario público “indie”, Amy fue producto de la gente que quería crear un “Golpe de Estado” a la música comercial.
El lado positivo, es que al familiarizar al público con esta música, Amy Winehouse desempeñó un papel introductorio para los demás; y revitalizó el género, mediante la superación del aspecto “vintage”; siendo acreditada, como una influencia detonadora en el ascenso de la popularidad de mujeres dedicadas a la música, de la música “soul” en especial, y por fortalecer a la música británica en general.
De familia judía, conocida por sus mezclas de diversos géneros musicales, incluidos entre ellos el jazz, R&B, soul y ska, Amy Winehouse conocida por su contralto, registro vocal que fue descrito como “acústicamente poderoso”, y capaz de expresar “profundamente sus emociones”; como profesional, obtuvo el récord de ser la primera mujer en ganar la mayor cantidad de reconocimientos, en una sola noche, por un solo disco:
“Back To Black”
Y ser la primera artista británica, ganadora de 5 Premios Grammy.
A su vez, esto provocó que Winehouse estuviera en la mira de los medios, involucrándose con su agitada vida personal; y es que recibió esa atención, por causas ajenas a su voz, o a su música.
En sus inicios, Amy dio una nueva oportunidad a un género, que parecía encapsulado en los años 60 y 70, y en la historia del “motown”, el sonido clásico del “rhythm & blues” y el “soul”, combinado con esa esencia de jazz de cabaret, para el que esta cantante acudió a las mejores herencias de Sarah Vaughan y Billie Holiday, a quienes había escuchado a través de los discos de su padre.
Y su aporte personal, fue su estilo distintivo, sus tatuajes, y su peinado, la convirtieron en motivo de inspiración para algunos diseñadores de modas.
En primer lugar, su peinado cardado a lo alto, al más puro estilo años 50, se convertirá, sin duda, en su gran seña de identidad.
Normalmente, Amy lo decoraba con motivos florales y diademas, y fue tal su éxito, que incluso Karl Lagerfeld, en el año 2007, hizo que sus modelos desfilaran por la pasarela de Chanel, con provocativos cardados emulando a la diva.
Segundo, su llamativo y extremo uso del “eyeliner”
La cantante llevó este instrumento de belleza, a un nuevo nivel, poniendo de moda una mirada ultra felina, que extendía la línea del ojo hasta el final de las cejas.
Este tipo de maquillaje, propio de los años 60, complementaba a la perfección su excéntrico peinado, y su estilo retro a la hora de vestir.
Tercero, las zapatillas de ballet.
Mientras la mayoría de las “celebrities” se empeñan en subirse a altísimas plataformas, y glamurosos tacones, Amy Winehouse siempre se ha decantado por el calzado plano.
De hecho, se había confesado una enorme seguidora de Fred Perry, y en 2010, hizo una colaboración con una de las colecciones de la firma.
Por último, sus excéntricos tatuajes.
Durante su carrera musical, Winehouse se sumergió de lleno en el mundo de la tinta inyectada sobre la piel, llegando incluso a tener 13 tatuajes alrededor de todo su cuerpo.
Los más importantes, un ángel, una herradura, un ancla, y el nombre de su ex marido en pleno pecho.
Todos, y cada uno de ellos, símbolos de la buena suerte que no parece haberla acompañado a lo largo de su corta vida, que alternó con períodos de anorexia y bulimia, bebiendo cada noche, y saliendo sin parar.
Siendo aún su manager, Nick Godwyn, alertó a los padres de la cantante, del peligro que corría, si no se la alejaba de su desordenado modo de vida.
La respuesta de Amy fue, una violenta negativa a dejarse ayudar.
En 2006, volvió a los estudios con una apariencia bien distinta, de la de 3 años atrás:
Con 6 tallas menos, y un rostro visiblemente demacrado.
Paradójicamente, su talento y su carisma, parecían haber crecido.
Todos los demonios que hervían en el interior de la artista, tuvieron salida en unas letras más oscuras que las del álbum precedente:
“Frank”
Fue “Black To Black”, producido por Mark Ronson, y triple Disco de Platino, a las pocas semanas de su aparición, puso de acuerdo a la crítica más severa, y al gran público.
El gran logro del disco, recayó en dejar a Amy, volcar los sentimientos personales de amor, desamor, y desesperanza, sin alterar la sinceridad y la autenticidad de su discurso, y adornarlo todo con el espíritu del “soul” más clásico.
La tortuosa relación de amor con el que fue su marido, Blake Fielder-Civil, impregnó su música de una resonancia emocional muy intensa.
Con “Back To Black”, Amy Winehouse abrió su corazón al público, evidenció que la sinceridad, formaba una parte elemental de su proceso creativo.
Su nuevo look, tatuajes, piercings, un maquillaje cuidado al detalle, y un peinado imposible, al que los ingleses denominan “beehive” o “colmena”, inspirado en las “pin-ups” y los grupos de chicas de la factoría de Detroit, detonaba la imagen de una chica dura, pero su música desprendía una vulnerabilidad que la hacía terrenal, más próxima al público.
Arropada con una sobrecogedora producción de carácter retro, inteligentemente puesta al día, Amy desgranaba en su mejor disco, 10 temas compuestos por ella misma.
Y en el álbum, se alternan bombazos de tremenda potencia rítmica:
“Rehab” o “You Know I'm No Good”, con sutiles baladas de aire “Motown” como “Me And Mr. Jones”
En las letras, Amy Winehouse reflejaba su cínica visión de las relaciones afectivas, y su particular inmersión en el submundo de las drogas, y el alcoholismo.
Así, en el single “Rehab”, dejaba bien claro, que no iba a ser fácil reconducirla por la senda de la templanza:
“Ellos tratan de que vaya a rehabilitación / pero yo digo “no, no, no”
O también:
“Bien sé que voy a perder a mi chico / así que siempre tengo una botella cerca”
Amy Winehouse, no era el mejor ejemplo para los millones de adolescentes, que muy pronto iban a consumir su música; y por este disco, la cantante consiguió 6 nominaciones a Los Premios Grammy, de las cuales, ganó 5, entre ellas:
Canción del Año, Grabación del Año, y Mejor Artista Nuevo.
Y es que hacer callar a cualquiera durante una rueda de prensa, pedir 47 botellas de whisky por actuación, y asegurar tranquilamente a la prensa, que “padezco desórdenes alimentarios continuos”, eran los típicos comportamientos de una diva en llamas.
Con 25 años recién cumplidos, se decía que la británica, estaba inmersa en la composición del que sería su tercer álbum, pero sus constantes problemas legales, su adicción a las drogas y al alcohol, y sus complicaciones médicas, derivadas de su comportamiento autodestructivo, fueron fuente de titulares desde 2007.
Ni el tercer disco, ni los hijos queridos, habían nunca de llegar...
Su música, lo que verdaderamente interesa, y quedará de Amy Winehouse, en cambio, fue ganando a medida que sus excesos eran más evidentes.
Su voz, más melancólica y profunda, se desprendía del rudo acento “cockney” del norte de Londres, como el humo de un viejo club cuando subía al escenario.
La intensidad con la que vivía cada una de sus canciones, como una parte de la propia alma, le hacía, a menudo, olvidar sus propias letras, y romper en lágrimas.
Amy Winehouse, fue el arte como una forma de vida, una senda como en muchos otros casos, destinados a un final trágico, que nadie fue capaz de impedir.
Por desgracia, Amy no pudo gozar de la longevidad de las estrellas del jazz que idolatró desde pequeña, porque fue encontrada muerta, en su apartamento, el 23 de julio de 2011, tras sufrir un colapso ante el síndrome de abstinencia.
Esto se reveló meses después de su muerte, que en un principio fue asociada a sus múltiples adicciones.
“The time they spend thinking about their life, I just spend drinking”
Amy - The Girl Behind The Name es un documental del año 2015, escrito y dirigido por Asif Kapadia.
Protagonizado por Amy Winehouse, Mitchell Winehouse, Blake Fielder, Salaam Remi, Nick Shymanksy, Yasiin Bey, Mos Def, Tony Bennett, Mark Ronson, Janis Winehouse, entre otros.
El guión relata los inicios de la carrera de Amy Winehouse, su consagración y su trágica muerte a los 27 años.
Ganó El Premio Oscar al Mejor Documental:
“Es una película muy complicada y sensible.
Aborda un montón de cosas sobre la familia, y los medios de comunicación, la fama, la adicción, pero lo más importante, captura el corazón de lo que ella sería, una persona increíble, y un verdadero genio de la música”, señaló El Jefe de Universal, David Joseph.
Pero a medida que la producción llegaba a su fin, menos le gustaba a Mitch Winehouse, el padre de la artista.
Así, Amy - The Girl Behind The Name, presenta las virtudes y decadencias de esta artista, con respeto y dignidad, sin basarse en el morbo.
El director, sabiendo el pasado, y la turbulenta vida y carrera de la cantante, sabe cómo introducirnos a su vida, con videos caseros que demuestran la inocencia y felicidad de una joven niña, que soñaba ser cantante, y de cómo este sueño, poco a poco se convirtió en realidad, pero con muy pobre supervisión, y más libertinaje que libertad.
Eventualmente, estos factores pueden obligar al individuo, a tomar malas decisiones, o por no decir malas, caemos en el juicio de nuevo, decisiones que afectarán de forma no positiva en su vida, como ocurrió con esta fabulosa intérprete.
Y la recompensa fue que, Amy - The Girl Behind The Name, se convirtió en la película documental británica, más taquillera de todos los tiempos, teniendo £ 3 millones en la taquilla, en su primer fin de semana.
En los 128 minutos de duración, Asif Kapadia, logra construir una imagen humana, sobre un manoseado nombre.
El sueño musical, y las adicciones de una judía inglesa, quedan plasmados en el documental, que recopila material exclusivo, mostrando imágenes, filmaciones, y canciones inéditas de la artista.
Muestra el ascenso, y la inmediata caída de una de las artistas más mediáticas y honestas, aparecidas en la escena musical de los últimos años; desde los inicios de una carrera efímeramente exitosa, pero por sobre todo, escandalosa y perjudicial, para quien logró a través de una grave y maravillosa voz, posicionarse entre las mejores artistas del mundo.
El documental, se centra en la vida de la cantante, desde sus inicios en el mundo de la música, hasta su consagración como “diva del soul” y su trágica muerte; y utiliza la voz de la artista, para contar su vida en primera persona.
En las imágenes, se puede escuchar y ver a una Amy Winehouse, contando su sueño de cantar:
“La música siempre ha sido importante para mí, pero nunca pensé que iba a poder convertirme realmente en cantante.
Sólo pensé que soy muy afortunada de poder hacer algo que me apasiona”
Y es que Amy, se vio desde muy joven, afectada por el divorcio de sus padres; tenía un talento natural para el jazz y el soul, y una voz prodigiosa, que pronto la hizo una estrella mundial, a pesar de lanzar sólo 2 discos, pero la fama, la prensa sensacionalista, los intereses de la industria, y de su entorno, y su turbulento amor con el que fue su pareja, Blake Fielder-Civil, la condujeron finalmente a su trágico destino, en su piso de Camden, Londres.
Con todo, Amy - The Girl Behind The Name es la primera producción cinematográfica oficial sobre la cantante, aunque ya no cuenta con el apoyo, ni con el visto bueno de la familia, que piensa iniciar acciones legales contra el documental.
En lo profesional, la cantante inglesa, Amy Winehouse, se convirtió, desde “Back to Black”, su 2º álbum, en una celebridad internacional.
Fue la primera artista británica, en ganar 5 premios Grammy en una sola noche, y se convirtió en icono de influencia para otros artistas, e incluso, para el mundo de la moda.
Lamentablemente, más allá de su música, su vida fue bastante mediática, debido a los escándalos provocados por sus adicciones.
Todo ello hace de Amy - The Girl Behind The Name, una mirada íntima y desgarradora sobre la vida de una estrella, que con una voz extraordinaria, y una calidad interpretativa excepcional, se apagó cuando apenas tenía 27 años de edad.
“Mamá, siempre hago lo que quiero.
Deberías ser más ruda conmigo”, le decía una pequeña Amy a su madre…
Ella lo único que quiso durante su vida, fue que alguien contuviera esa energía desbordada que traía consigo.
Lástima que nos diéramos cuenta de eso demasiado tarde...
Amy era una estrella destinada a apagarse; sin embargo, el mundo no la ha olvidado.
“They tried to make me go to Rehab
I said no, no, no”
El documental Amy - The Girl Behind The Name, se centra en la vida de “La Diva del Soul” Miss Amy Winehouse, desde sus comienzos en el mundo de la música, hasta su consagración en el mismo, como talento innato del soul, y su trágica muerte.
Un esperado proyecto cinematográfico, seguramente deseado por sus miles de seguidores, que incluye además, varias canciones inéditas de la cantante, como:
“Detachment”, “We're Still Friends” y “You Always Hurt The Ones You Love”
El documental, está elaborado a partir de fotografías y vídeos cedidos por el entorno cercano de Amy, y muestran su lado más personal.
Develan el mito, y nos ofrecen intimar con Amy.
Todo discurre a medio camino entre la declaración de amor, y el más escrupuloso trabajo de documentación; y por esas razones, impresiona.
Son las palabras de Amy, su música, sus mensajes de voz, sus videos caseros, sus amigos, su familia, sus verdugos, y su incandescencia atemporal, en los que uno mira, escucha, y llora.
Todos los entrevistados, aparecen siempre “en off”, dándole un toque de misterio y mucha emoción, centrando el relato, físicamente en Amy.
También, evita el tópico de los documentales, que son un rosario de entrevistas que terminan haciéndose tediosas.
La gran cantidad de grabaciones que existen de Amy Winehouse, hace que el producto audiovisual, resulte variado y más digerible para el espectador.
La narración es lineal, salvo un par de incursiones a la niñez de Amy, en forma de fotografías, y se nos muestra su relación familiar, algo turbulenta, con unos padres separados desde que Amy era pequeña, y su relación con ambos.
Así, Amy - The Girl Behind The Name, nos introduce en su vida, sin darnos respiro, sufrimos con ella la heroicidad de salir a la calle, siendo literalmente ametrallada por los “flashes” de los periodistas que hacían guardia en la puerta de su casa.
Asimismo, somos testigos de la innecesaria crueldad con que era tratada por parte de los presentadores de los “talk shows” televisivos, machacando a golpe de “gag”, de dudoso gusto las debilidades de Amy Winehouse.
Así, la cantante se ajusta perfectamente a la expresión “juguete roto”
Insegura, y necesitada de afecto, su cohorte de “chupasangres” la fue exprimiendo y manipulando, hasta dejarla a la deriva.
Siempre rodeada de gente, y siempre sola.
Sintiendo el vértigo del que está en la cima, y le falta el oxígeno para respirar a tanta altura.
Es fácil pensar, que no hay nada nuevo que contar sobre la vida de una artista como Winehouse, sometida al continuo escrutinio de la prensa, y de los medios de comunicación en general.
Sin embargo, lo que el espectador descubre en los primeros minutos, es que lejos de la hagiografía, Amy - The Girl Behind The Name pretende mostrar una imagen honesta, de una chica de Londres, que aprendió a cantar escuchando a Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, y Billie Holiday, y que utilizaba la música como válvula de escape, en una vida marcada por un padre ausente, y por una madre sobrepasada.
Una grabación de la infancia de Amy, abre el documental que se subtitula:
“La Chica Detrás del Nombre”, apoyado mayormente por grabaciones caseras, muchas hechas desde celulares, que nos muestra el lado desconocido de Amy, la jovencita que con solo 16 años, comienza una carrera emulando a los antiguos músicos de jazz que siempre admiró, con una facilidad natural para este tipo de música, Amy comenzó un rápido ascenso en el mundo musical que la rodeó de éxito, pero también de malas influencias, y una sobre exposición que nunca aprendió a controlar.
Es ese video casero, donde Amy saca a relucir su gran voz al momento de cantar “Cumpleaños Feliz”
Toda una paradoja para el futuro incierto…
A partir de este instante, vemos cómo gracias a las gestiones de su manager, logra sacar su primer disco:
“Frank” (2003)
Lo que le permite independizarse de sus padres, y llevar a cabo, una vida en solitario.
Confiesa la misma cantante, que durante todo el día, aprovechaba de fumar marihuana, mostrándonos ya, una incipiente forma de adicción a las drogas.
En “Amy, My Daughter”, su padre, Mitch Winehouse, recuerda al principio de su narración, la imagen de una joven “con un cuaderno de notas para apuntar frases para canciones”
“En cualquier momento”, prosigue, “pedía un segundo para desaparecer, y escribir”
Esas frases que parecían el inicio de un poema, se convertirían en la clave de su éxito.
“No había nada nuevo que me representara, así que empecé a escribir”, dice una joven artista.
Y esas mismas letras, tan personales que hieren, que sirven de catarsis y de terapia personal, son las que vertebran el documental, al tiempo que se muestran en pantalla, intentando hacer hincapié en el desgarro de las mismas.
No obstante, y alejado de toda polémica, Amy - The Girl Behind The Name, es claro al evidenciar el talento musical que poseía la joven británica, al ver cómo con una excelente, y a la vez infantil caligrafía, escribía en un cuaderno de notas, varias de las letras de sus mayores éxitos musicales, así como también la impronta que tenía su voz, al momento de cantar y grabar sus discos.
En este sentido, vemos a una Amy deseosa por componer, y contactar a los productores musicales para que escucharan sus nuevas canciones, tras cada período de inspiración que vivía, luego de haber dejado las drogas.
Desde la producción, no obstante, la dificultad de la narración de Amy - The Girl Behind The Name, residía en la ausencia de una historia unificada sobre su complicada existencia.
Al parecer, Winehouse tenía una vida social y familiar compleja, dando diferentes versiones de sí misma, en los ámbitos familiares y amistosos, de modo que, muchas veces, los relatos de cada uno de ellos tomaba una dirección diferente, incluso contradictoria.
Con esto como telón de fondo, y que muchos de sus allegados no querían hablar sobre la joven, el documental comenzaba a complicarse…
“Había pasado poco tiempo, y aún había mucha culpabilidad en el entorno”, considera Kapadia.
El equipo del director británico sabía, que tenía que ganarse la confianza de 3 personas clave para Winehouse:
Sus 2 amigas desde la infancia, Juliette Ashby y Lauren Gilbert; y el primer manager de la cantante, Nick Shymansky.
Tal vez, su peso y poso en el documental, pase por poder alimentar la narración con historias de la real Amy, de cuando era más joven, más desconocida, más libre…
Libre de drogas, de alcohol, de problemas.
Una Amy feliz y dicharachera.
En un esbozo, un boceto de aquella Amy que se consideraba “afortunada” de poder cantar cuando quisiera.
La Amy del principio, la inocente, la desconocida y vivaz.
Todo este material inédito y de archivo, recrean su espina dorsal.
Otro mérito muy importante de Amy - The Girl Behind The Name, es que da la posibilidad al espectador, de oír a la propia Amy.
Se ha hablado mucho de ella, y el documental no se corta al mostrar cómo las adicciones, y los trastornos alimenticios de Winehouse, se convirtieron en chistes recurrentes de personas que, aparentemente se ganan la vida con la comedia.
Pero no hemos tenido muchas ocasiones de oír a la cantante, hablar sobre su proceso de escritura, sobre cómo descubrió que podía escribir música, y sobre su amor por el jazz.
Quizás, el momento clave del documental, que deja asombrado al espectador, es el que recoge la grabación de la canción “Back to Black”, junto al productor Mark Ronson, quien no duda en defender su profesionalidad y su genio.
Vemos a una artista, completamente centrada en lo que le interesa, inmersa en el trabajo y disfrutando.
En una pequeña cabina, se crea una de las canciones más influyentes del último medio siglo.
Y como suele ocurrir con los grandes artistas, Amy Winehouse consigue que algo tan difícil, como crear un álbum de la talla de “Back to Black”, parezca extremadamente sencillo.
Esas escenas, por sí mismas, justifican la realización de Amy - The Girl Behind The Name.
Ahora bien, además de hacer un exhaustivo repaso a la carrera de Winehouse, en la que queda muy clara su obsesión por crear música “real”, que Amy opone a otros productos discográficos, como Spice Girls, que sacrifican lo artístico por el “marketing”, el documental utiliza el caso de Winehouse, para hacer un análisis de trastornos mentales como la depresión y la bulimia, y asimismo de la adicción como enfermedad.
Amigos íntimos, relatan su impotencia para ayudar a Amy, y apartarla de personas que sólo acentuaban el lado autodestructivo de la artista, como su marido Blake Fielder.
También, se enumeran los intentos fallidos de rehabilitación, y en este sentido, quizás, tras conocer más a fondo esta historia, resulte muy difícil volver a escuchar “Rehab” de la misma manera.
En lugar de seguir profundizando en los detalles más personales de su vida, presentes en el documental de Kapadia, me gustaría hacer hincapié, en el valor musical de Amy - The Girl Behind The Name.
El realizador, trata con especial cuidado las composiciones de Winehouse, y las letras de las canciones aparecen en pantalla, junto a una muy buena selección de actuaciones, y fondos.
En definitiva, se consigue lo que pretende:
Hacer un retrato sincero, compasivo pero no hagiográfico, de una artista que con solo 2 discos, se convirtió en referente de la cultura moderna.
Escuchen las palabras que le dedican los demás profesionales que trabajaron con ella, y no se pierdan la admiración con la que hablan de Amy, a la que definen como una persona “humilde, ingenua y vulnerable”, a pesar de su talento descomunal.
Esa es la imagen con la que Amy Winehouse merece pasar a la historia.
Para el resto, tenemos su música.
No quiero olvidarme de Tony Bennett, ídolo de Amy, con quien interpretó a dúo “Body & Soul”
Después de alabar su talento, el veterano “crooner” dice que, tal vez con el tiempo, Amy Winehouse habría podido aprender a sobrellevar la fama y el éxito, y habría encontrado refugio fuera de las drogas y el alcohol.
Y ese es el sabor agridulce con el que el espectador termina el visionado:
Por un lado, por fin se consigue hacer algo de justicia, a una artista única en su tiempo, pero por otro, es inevitable quedarse con la sensación de que Winehouse se merecía más tiempo.
Mientras lo ves, no puedes parar de buscar culpables mientras escuchas relatos de sus allegados, aderezados de su música y sus letras que cobran otro significado:
¿Víctima de un hogar roto, de un padre más preocupado en amasar dinero, que en el bienestar de su propia hija?
¿De un amor que no conviene?
¿De un entorno imposible?
¿De una sociedad que la quería ver convertida en un juguete roto?
¿De dar demasiado de sí misma, y hartarse de todo?
¿Víctima de sí misma?
Es desolador ver a un ser humano en caída libre, y que a las “personas” que la rodean, solo les importe el “clack” de la caja registradora.
Sobre todo, cuando algunos de ellos, son sus propios padres, parejas, o personas en las que confiaba, y que realmente quería.
Ese es el mensaje más potente de Amy - The Girl Behind The Name, y el motor de una narración que apunta directamente con el dedo, y busca amargamente, un porqué al egoísmo, y la autodestrucción humana.
Al fin y al cabo, Amy solo necesitaba a alguien más fuerte que ella.
Según los realizadores, su mayor disgusto sería, encontrase con un espectador que al salir de la película dijese:
“Yo ya he visto esto en los medios”
Y es que bailamos o escuchamos muchas veces sus canciones, sin tener conciencia alguna de lo personales y profundas que eran sus letras.
Y Amy - The Girl Behind The Name, es una película sobre ella, y la escritura de sus éxitos, y nos muestra cuánto de ella hay en todas sus canciones.
Lo suyo era jazz en bruto.
El lado humano del documental, nos presenta así, a una jovencita bulímica, con diagnóstico de depresión desde la adolescencia, y un gran gusto por la marihuana.
No obstante, la familia Winehouse, ha dado a conocer su rechazo a la exhibición del documental, porque creen que “se les hace ver como padres despreocupados y motivados por el dinero…” es que es innegable que, dentro del film, Amy es presentada como una víctima, con un padre que abandona el hogar, pero luego se ve muy beneficiado con el trabajo y éxito de su hija, tanto así, que como dice la canción “Rehab”:
“Trataron de llevarme a rehabilitación, pero papá dice que estoy bien”
En ese momento, Amy debía cumplir con una gira internacional, y su padre creyó que no era necesario internarla.
Entretanto, su padre gestionaba su carrera, obligándola a participar de extensas giras, donde se acentuaban sus problemas, y por otro lado, sus amigas más cercanas, y su ex manager, intentaban que Amy llevara una vida más tranquila.
Todo lo anterior, sucedía con la prensa acechándola constantemente, como gran telón de fondo.
Luego, enamorada de su futuro marido, el drogadicto Blake Fielder-Civil, la incursiona en la cocaína, la heroína, y el alcohol, sentenciando así su adicción.
Vaya amor…
El tal Blake, quien con su abandono en la primera parte de la relación, la hace caer en total estado de depresión, una depresión tan profunda, que da como resultado el exitoso “Back to Black” de 2006, con el que Amy alcanza fama mundial, y “recupera a su novio”, por razones evidentes, mucho dinero y fama, pero esta fama no duraría mucho, solo 5 años después, llenos de malas decisiones y despreocupación por sí misma, el corazón de Amy se detuvo para siempre.
Ahora bien, Nick Shymansky, ex manager de Amy, y por quien la cantante sentía un especial cariño, es categórico al decir, que hubiese sido preferible que Winehouse se internara en un proceso de rehabilitación de drogas, antes que haber vivido una serie de situaciones que la llevaron a crear el éxito mundial “Back to Black”
Por su parte, Mitchell, el padre, parecía indiferente ante los problemas de su hija, argumentando que para él, no era posible obligarla a internarse en un proceso de recuperación, si es que ésta no lo quería.
Incluso, cuando Amy estuvo varios meses recluida en una isla, Mitchell sin ningún reparo, llevó a este lugar un equipo de su “Reality Show” que estaba registrando su vida como padre de la cantante, alterando el apacible entorno que Amy había construido a su alrededor, en aquel entonces.
“Nunca pensé que Amy viviría más allá de los 30 años”, confesó Janis Winehouse, la madre, en el 2º aniversario de la muerte de una de las cantantes con mayor proyección que dio el Reino Unido.
Su prematura muerte a causa de una intoxicación voluntaria de alcohol, el 23 de julio de 2011, conmocionó a los melómanos.
Y Amy - The Girl Behind The Name concluye con su amiga Juliette Ashby, hablando de su última llamada telefónica con Winehouse, con imágenes del cuerpo de la cantante, mientras es sacado de su casa, y Tony Bennett declarando:
“La vida te enseña realmente cómo vivirla, si vives lo suficiente”
Y a continuación, muestra escenas de 3 días después, material de archivo desde el funeral de Winehouse en El Cementerio de Edgwarebury, y el crematorio Golders Green, en el norte de Londres.
Varios clips terminan el documental, con videos de Winehouse desde sus primeros años hasta su muerte, con la composición musical de Antonio Pinto:
“Amy Forever”
En definitiva, el documental Amy - The Girl Behind The Name, muestra el detrás de las canciones, su voz, su personalidad única, como debe ser, y pone el dedo en la llaga, desmitificando las razones que la llevaron a la muerte:
Un padre vividor y un amor nocivo.
Amy curiosamente adoraba a los 2 hombres que la habían abandonado... así como la falta de afecto real, y la fama.
Es que nunca, una artista había sido tan sincera como Amy Winehouse, y los medios de comunicación fueron implacables contra ella, quienes la alabaron un día, la destruyeron al siguiente.
Amy fue una artista que solo sabía escribir enormes canciones, queriendo siempre vivir a la sombra de las luces, y nosotros perdimos para siempre el talento natural de una gran cantante.
Y nos cuenta que “nunca intentó ser una estrella ni nada más que un músico”
Ya lo dijo ella misma:
“No creo que vaya a ser una estrella, no podría soportarlo, creo que me volvería loca”
“Gracias Amy por tu maravillosa música, y por ser tan original”
Eso es lo que queda tras el visionado de este documental, al que auguro:
¡OSCAR YA!
Llorada más hijueputa, y corrí a poner sus discos adquiriendo...
¡Otra dimensión!
Así pues… la controversia.
A pesar de haber cedido tantísimo material a la dirección de Asif Kapadia, la familia, a través de la figura de su padre, quien custodia la Amy Winehouse Foundation, confiesa a través de un comunicado, “sentirse engañado, y no concede ninguna representatividad en Amy - The Girl Behind The Name, a la vida de Amy”
A Mitch Winehouse, no le gustó absolutamente nada de lo que vio, y no sólo amenaza con demandar a los productores del documental, sino que les ha quitado el apoyo a los realizadores.
“Amy estaría furiosa.
Esto no es lo que ella hubiera querido”, afirmó Mitch, quien no vio reflejado la batalla de la diva, por salir de las drogas, ni el constante apoyo que tuvo durante todo el proceso de su familia”
Primero, le irritó que no se resaltaran más los problemas con su ex yerno, Blake Fielder-Civil, se quejó de que prácticamente se le acuse de iniciar a su hija en el mundo de las adicciones, y está totalmente en desacuerdo con el resultado del proyecto, al que considera “un drama artificial al estilo Hollywood”
“Tenían una idea muy clara de lo que querían hacer, y no tenían ninguna intención de permitir que sus amigos, o la verdad, se interpusieran en su camino”
Y Reg Traviss, prometido de la cantante a su muerte, que no aparece en el documental, expresa sentirse inseguro, por cómo va a salir retratada la artista.
Traviss y Mitch, pidieron al equipo de filmación, editar el documental, ya que, en resumidas cuentas, retrata el padre de Winehouse como un villano, y no contiene nada sobre Traviss.
Sin embargo, ya que los editores detrás de la película se negaron su petición, Mitch Winehouse y Traviss, tienen la intención de crear una nueva película sobre Winehouse, para corregir todos los errores y omisiones que se encontraban en Amy - The Girl Behind The Name.
Por su parte, Traviss estaba en una relación con Amy, desde principios de 2010 hasta su muerte, el 23 de julio de 2011.
Un amigo en común de la pareja, les había presentado el uno al otro en 2009.
Mitch Winehouse escribió en su libro “Amy, My Daughter”:
“Amy y Reg se conocieron en un bar propiedad de la familia de Reg”
No hay ninguna mención de un amigo en común que los presentase...
Según informes de prensa, y una biografía escrita por el padre de Winehouse, Traviss y Winehouse, habían planeado casarse con la intención de tener hijos.
Según sus declaraciones, el documental no muestra la lucha de la diva del soul contra las drogas, ni el apoyo de su familia.
“Cuando salga la película, podemos demandar por difamación o calumnia.
Nuestros abogados van a ver la película, y se reservan el derecho de hacerlo”, comentó.
Para Mitch Winehouse, el mal ya está hecho, y su forma de remediarlo será realizar su propio documental sobre la vida de Amy.
“Esperamos poder comenzar a trabajar en poco tiempo.
Será más que una simple cinta.
Estamos hablando con Phil Griffin, que era buen amigo de Amy, y que dirigió el vídeo de “Rehab” y el de “Back To Black”, para colaborar con él.
Tenemos ya, ideas sobre las que vamos a hablar.
Estamos entusiasmados.
No puedes ignorar lo que le pasó a Amy, eso sería estúpido, pero hay muchas más cosas que le pasaron a Amy, además de eso”, declaró.
Por su parte, el equipo del documental, Amy - The Girl Behind The Name, sacó un comunicado, donde afirma que durante el rodaje, contó con el total apoyo de la familia, y que además, la película está realizada con objetividad.
“Durante el proceso de producción, hicimos 100 entrevistas a personas que conocían bien a Amy, incluyendo amigos, familiares, y miembros de la industria de la música.
Cualquiera que vea Amy - The Girl Behind The Name, comprobará que no está diseñada para reventar taquillas.
Somos críticos con la gente que rodeaba a Amy, porque el hecho de que una chica muera a los 27 años, plantea muchas preguntas.
¿Cómo pudo ocurrir?
Él es el padre.
Es él quien tiene que vivir con lo que sucedió, y quien necesita justificarse a sí mismo para mantenerse cuerdo”
Es un hecho que al final de sus días, el aspecto decrépito de Amy, causaba mucha lástima y resignación, porque se sabía que su muerte estaba cerca.
Creo que su familia y amigos pudieron hacer mucho más por ella, por ejemplo, no dejándola sola aquella mañana de verano de 2011, en su apartamento de Londres.
Así de simple…
Por otra parte, una escena que fue descartada de Amy - The Girl Behind The Name, salió a la luz.
El fragmento inédito, muestra a Amy junto a su manager, Nick Shymansky, paseando por New York, y hablando de cosas casuales.
En el clip, la cantante habla con distintos acentos en forma de broma, y expresa interés por un restaurant temático de la WWE, la asociación de Lucha Libre Profesional, que funcionó en Times Square, entre 1999 y 2003.
Entre otras cosas, menciona a la luchadora femenina Chyna, y a The Rock, el actor Dwayne Johnson.
Concluyo diciendo que Amy - The Girl Behind The Name, es una película para fanáticos y no fanáticos, que sin llegar a objetiva muestra el corto ascenso de una persona común, que debido a sus dependencias afectivas, dejó que otros manipularan su vida, una mujer que a pesar de tener una imagen fuerte, resultó ser tan humana y débil como cualquier otro, que fue lastimada por la prensa, víctima de burlas, en el momento en que nuestra sociedad, decidió que reírse de alguien bulímico y drogadicto era aceptable, una mujer destruida por sus adicciones, pero más que las drogas y el alcohol, adicta a un amor enfermizo, que siempre pronosticó un trágico final, no fue suficiente con que sus amigos de la infancia intentarán ayudar, no sirvió de nada tratar de estar limpia.
Amy se había podrido desde adentro.
Lo único que sabemos, es que antes de morir, reiteró su intención de volver al jazz, con el que aprendió a cantar y a amar la música.
Ahí reside la última virtud de Amy - The Girl Behind The Name:
Lejos de añadir toque romántico alguno a la muerte de la artista, deja al espectador, preguntándose lo mucho que perdió el mundo de la música con la prematura muerte de Amy Winehouse.
¿El único consuelo?
Volver a escuchar la escasa, pero inmensa discografía que nos dejó como legado, y tras el visionado de Amy - The Girl Behind The Name, sacar a relucir la verdadera intencionalidad de sus desgarradoras letras.
“I literally woke up one day and was like:
“I don't want to do this anymore”
Como dato, “The 27 Club”, o “Forever 27 Club” o simplemente “Club 27”, es una expresión utilizada para referirse a un grupo de músicos populares que fallecieron a la edad de 27 años.
Por lo general, se trata de casos relacionados con el abuso de alcohol y drogas.
La lista original, incluye al músico de blues, Robert Johnson, considerado el primer miembro del grupo, a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, y Jim Morrison.
A esta lista, se le agregó el caso de Kurt Cobain, que fortaleció la leyenda urbana, de que las muertes de músicos a esta edad, son inusualmente comunes.
A partir de esta lista, se han confeccionado otras que incluyen artistas de varios géneros musicales, o no tan célebres.
Y Amy Winehouse entra en esta lista, trascendiendo como una de las más logradas y fugaces artistas de todos los tiempos.
Confieso que me cuesta un poco hablar del documental Amy - The Girl Behind The Name.
Amy siempre fue una artista que admire mucho, por lo mismo, me choca de sobremanera, que ella siempre tuvo mucho talento, era una voz única, y aunque suene repetitivo, fue una artista única e inigualable, por lo mismo, molesta que en cierto punto, importe más su vida privada, o las malas decisiones que haya podido tomar, que el propio talento vocal que ella poseía.
Su álbum “Back To Black”, posteriormente se convirtió en el álbum más vendido del siglo XXI del Reino Unido.
En 2012, Amy Winehouse, fue incluida en el #26, en el listado de las “100 mejores mujeres en la música” de la cadena VH1.
La última grabación de Winehouse, fue un dueto con el cantante estadounidense Tony Bennett, por su último disco, “Duets II”, el cual fue lanzado el 20 de septiembre de 2011.
El single del álbum, “Body & Soul”, fue lanzado el 14 de septiembre de 2011, en MTV y VH1, para conmemorar lo que hubiera sido su cumpleaños número 28 de la cantante.
Su padre, Mitch Winehouse, creó The Amy Winehouse Foundation, con el objetivo de crear conciencia y apoyo a las organizaciones que ayudan a los adultos vulnerables, jóvenes con problemas como la adicción; por lo que las ganancias de “Body & Soul”, beneficiarán al Amy Winehouse Foundation.
La canción, póstumamente recibió el Grammy como Mejor Artista Pop Dúo / Grupo de rendimiento en Los Premios Grammy del 12 de febrero de 2012.
El padre de Winehouse, Mitch, recogió el premio en la ceremonia, con su esposa Janis, diciendo:
“No deberíamos estar aquí.
Nuestra querida hija debería estar aquí.
Estas son las cartas que te reparten”
También agrego al final del discurso:
“Amy, Etta, Whitney, grandes mujeres están en el cielo” ya que Etta James había fallecido semanas antes, y Whitney Houston un día antes de los Grammy...
Amy Winehouse, fue el Nirvana de toda una nueva generación de mujeres, entre las que se encuentran:
Lady Gaga, Adele, Duffy, Florence And The Machine, La Roux, y Little Boots.
La joven diva del soul, no dejó testamento, por lo que sus padres y su ex marido, Blake Fielder-Civil, entraron en una disputa legal, para decidir quién se quedaría con su fortuna de más de 3,5 millones de euros.
Finalmente, el patrimonio de Winehouse fue para sus familiares.
Y como otras leyendas de la música, Amy Winehouse entró a formar parte del exclusivo club ícono de influyentes músicos que murieron a la edad de 27 años.
Ahora tristemente, aprecio más su música, sus letras, su voz de jazz, tan parecida a Billie Holiday o Dinah Washington.
Letras que vienen inspiradas de sus entrañas, de su sufrir, y que de alguna forma, eran un grito de ayuda, que ya no sirve de nada, porque lamentablemente, el eco de dicho grito, llegó tarde hasta los oídos correctos.
Amy era una estrella que quería ser niña, quería ser amada por lo que es, no por lo que hacía.
¿Acaso no es lo que quieren todos?
Ella no era la excepción.
Descansa en paz Amy Winehouse, fuiste víctima de un mundo carente de comprensión.
“My heart is sad and lonely
For you I sigh, for you, dear, only
Why haven't you seen it
I'm all for you, body and soul”
I told you I was trouble, you know that I'm no good”
Irreverencia, talento, autenticidad… Amy Winehouse fue la más grande revelación de los últimos años.
Su música, era el reflejo de su alma y su vida personal, el de una forma de entender el arte; la que habla de una senda espinosa, la del camino del exceso por el que muchos artistas han optado a lo largo de las décadas.
Amy Winehouse era una artista en mayúsculas.
Su muerte supone la pérdida de una de los iconos más importantes en la música popular de la primera década siglo XXI, cuyo gran mérito ha sido, el de devolver el “soul” al gran público, y allanar el camino al éxito comercial de artistas como Adele.
El otro gran logro de Amy Winehouse, sin embargo, recae en la unanimidad generada por su figura.
Venerada por igual, por los admiradores de la música negra, los consumidores de productos más comerciales, y el siempre sectario público “indie”, Amy fue producto de la gente que quería crear un “Golpe de Estado” a la música comercial.
El lado positivo, es que al familiarizar al público con esta música, Amy Winehouse desempeñó un papel introductorio para los demás; y revitalizó el género, mediante la superación del aspecto “vintage”; siendo acreditada, como una influencia detonadora en el ascenso de la popularidad de mujeres dedicadas a la música, de la música “soul” en especial, y por fortalecer a la música británica en general.
De familia judía, conocida por sus mezclas de diversos géneros musicales, incluidos entre ellos el jazz, R&B, soul y ska, Amy Winehouse conocida por su contralto, registro vocal que fue descrito como “acústicamente poderoso”, y capaz de expresar “profundamente sus emociones”; como profesional, obtuvo el récord de ser la primera mujer en ganar la mayor cantidad de reconocimientos, en una sola noche, por un solo disco:
“Back To Black”
Y ser la primera artista británica, ganadora de 5 Premios Grammy.
A su vez, esto provocó que Winehouse estuviera en la mira de los medios, involucrándose con su agitada vida personal; y es que recibió esa atención, por causas ajenas a su voz, o a su música.
En sus inicios, Amy dio una nueva oportunidad a un género, que parecía encapsulado en los años 60 y 70, y en la historia del “motown”, el sonido clásico del “rhythm & blues” y el “soul”, combinado con esa esencia de jazz de cabaret, para el que esta cantante acudió a las mejores herencias de Sarah Vaughan y Billie Holiday, a quienes había escuchado a través de los discos de su padre.
Y su aporte personal, fue su estilo distintivo, sus tatuajes, y su peinado, la convirtieron en motivo de inspiración para algunos diseñadores de modas.
En primer lugar, su peinado cardado a lo alto, al más puro estilo años 50, se convertirá, sin duda, en su gran seña de identidad.
Normalmente, Amy lo decoraba con motivos florales y diademas, y fue tal su éxito, que incluso Karl Lagerfeld, en el año 2007, hizo que sus modelos desfilaran por la pasarela de Chanel, con provocativos cardados emulando a la diva.
Segundo, su llamativo y extremo uso del “eyeliner”
La cantante llevó este instrumento de belleza, a un nuevo nivel, poniendo de moda una mirada ultra felina, que extendía la línea del ojo hasta el final de las cejas.
Este tipo de maquillaje, propio de los años 60, complementaba a la perfección su excéntrico peinado, y su estilo retro a la hora de vestir.
Tercero, las zapatillas de ballet.
Mientras la mayoría de las “celebrities” se empeñan en subirse a altísimas plataformas, y glamurosos tacones, Amy Winehouse siempre se ha decantado por el calzado plano.
De hecho, se había confesado una enorme seguidora de Fred Perry, y en 2010, hizo una colaboración con una de las colecciones de la firma.
Por último, sus excéntricos tatuajes.
Durante su carrera musical, Winehouse se sumergió de lleno en el mundo de la tinta inyectada sobre la piel, llegando incluso a tener 13 tatuajes alrededor de todo su cuerpo.
Los más importantes, un ángel, una herradura, un ancla, y el nombre de su ex marido en pleno pecho.
Todos, y cada uno de ellos, símbolos de la buena suerte que no parece haberla acompañado a lo largo de su corta vida, que alternó con períodos de anorexia y bulimia, bebiendo cada noche, y saliendo sin parar.
Siendo aún su manager, Nick Godwyn, alertó a los padres de la cantante, del peligro que corría, si no se la alejaba de su desordenado modo de vida.
La respuesta de Amy fue, una violenta negativa a dejarse ayudar.
En 2006, volvió a los estudios con una apariencia bien distinta, de la de 3 años atrás:
Con 6 tallas menos, y un rostro visiblemente demacrado.
Paradójicamente, su talento y su carisma, parecían haber crecido.
Todos los demonios que hervían en el interior de la artista, tuvieron salida en unas letras más oscuras que las del álbum precedente:
“Frank”
Fue “Black To Black”, producido por Mark Ronson, y triple Disco de Platino, a las pocas semanas de su aparición, puso de acuerdo a la crítica más severa, y al gran público.
El gran logro del disco, recayó en dejar a Amy, volcar los sentimientos personales de amor, desamor, y desesperanza, sin alterar la sinceridad y la autenticidad de su discurso, y adornarlo todo con el espíritu del “soul” más clásico.
La tortuosa relación de amor con el que fue su marido, Blake Fielder-Civil, impregnó su música de una resonancia emocional muy intensa.
Con “Back To Black”, Amy Winehouse abrió su corazón al público, evidenció que la sinceridad, formaba una parte elemental de su proceso creativo.
Su nuevo look, tatuajes, piercings, un maquillaje cuidado al detalle, y un peinado imposible, al que los ingleses denominan “beehive” o “colmena”, inspirado en las “pin-ups” y los grupos de chicas de la factoría de Detroit, detonaba la imagen de una chica dura, pero su música desprendía una vulnerabilidad que la hacía terrenal, más próxima al público.
Arropada con una sobrecogedora producción de carácter retro, inteligentemente puesta al día, Amy desgranaba en su mejor disco, 10 temas compuestos por ella misma.
Y en el álbum, se alternan bombazos de tremenda potencia rítmica:
“Rehab” o “You Know I'm No Good”, con sutiles baladas de aire “Motown” como “Me And Mr. Jones”
En las letras, Amy Winehouse reflejaba su cínica visión de las relaciones afectivas, y su particular inmersión en el submundo de las drogas, y el alcoholismo.
Así, en el single “Rehab”, dejaba bien claro, que no iba a ser fácil reconducirla por la senda de la templanza:
“Ellos tratan de que vaya a rehabilitación / pero yo digo “no, no, no”
O también:
“Bien sé que voy a perder a mi chico / así que siempre tengo una botella cerca”
Amy Winehouse, no era el mejor ejemplo para los millones de adolescentes, que muy pronto iban a consumir su música; y por este disco, la cantante consiguió 6 nominaciones a Los Premios Grammy, de las cuales, ganó 5, entre ellas:
Canción del Año, Grabación del Año, y Mejor Artista Nuevo.
Y es que hacer callar a cualquiera durante una rueda de prensa, pedir 47 botellas de whisky por actuación, y asegurar tranquilamente a la prensa, que “padezco desórdenes alimentarios continuos”, eran los típicos comportamientos de una diva en llamas.
Con 25 años recién cumplidos, se decía que la británica, estaba inmersa en la composición del que sería su tercer álbum, pero sus constantes problemas legales, su adicción a las drogas y al alcohol, y sus complicaciones médicas, derivadas de su comportamiento autodestructivo, fueron fuente de titulares desde 2007.
Ni el tercer disco, ni los hijos queridos, habían nunca de llegar...
Su música, lo que verdaderamente interesa, y quedará de Amy Winehouse, en cambio, fue ganando a medida que sus excesos eran más evidentes.
Su voz, más melancólica y profunda, se desprendía del rudo acento “cockney” del norte de Londres, como el humo de un viejo club cuando subía al escenario.
La intensidad con la que vivía cada una de sus canciones, como una parte de la propia alma, le hacía, a menudo, olvidar sus propias letras, y romper en lágrimas.
Amy Winehouse, fue el arte como una forma de vida, una senda como en muchos otros casos, destinados a un final trágico, que nadie fue capaz de impedir.
Por desgracia, Amy no pudo gozar de la longevidad de las estrellas del jazz que idolatró desde pequeña, porque fue encontrada muerta, en su apartamento, el 23 de julio de 2011, tras sufrir un colapso ante el síndrome de abstinencia.
Esto se reveló meses después de su muerte, que en un principio fue asociada a sus múltiples adicciones.
“The time they spend thinking about their life, I just spend drinking”
Amy - The Girl Behind The Name es un documental del año 2015, escrito y dirigido por Asif Kapadia.
Protagonizado por Amy Winehouse, Mitchell Winehouse, Blake Fielder, Salaam Remi, Nick Shymanksy, Yasiin Bey, Mos Def, Tony Bennett, Mark Ronson, Janis Winehouse, entre otros.
El guión relata los inicios de la carrera de Amy Winehouse, su consagración y su trágica muerte a los 27 años.
Ganó El Premio Oscar al Mejor Documental:
“Es una película muy complicada y sensible.
Aborda un montón de cosas sobre la familia, y los medios de comunicación, la fama, la adicción, pero lo más importante, captura el corazón de lo que ella sería, una persona increíble, y un verdadero genio de la música”, señaló El Jefe de Universal, David Joseph.
Pero a medida que la producción llegaba a su fin, menos le gustaba a Mitch Winehouse, el padre de la artista.
Así, Amy - The Girl Behind The Name, presenta las virtudes y decadencias de esta artista, con respeto y dignidad, sin basarse en el morbo.
El director, sabiendo el pasado, y la turbulenta vida y carrera de la cantante, sabe cómo introducirnos a su vida, con videos caseros que demuestran la inocencia y felicidad de una joven niña, que soñaba ser cantante, y de cómo este sueño, poco a poco se convirtió en realidad, pero con muy pobre supervisión, y más libertinaje que libertad.
Eventualmente, estos factores pueden obligar al individuo, a tomar malas decisiones, o por no decir malas, caemos en el juicio de nuevo, decisiones que afectarán de forma no positiva en su vida, como ocurrió con esta fabulosa intérprete.
Y la recompensa fue que, Amy - The Girl Behind The Name, se convirtió en la película documental británica, más taquillera de todos los tiempos, teniendo £ 3 millones en la taquilla, en su primer fin de semana.
En los 128 minutos de duración, Asif Kapadia, logra construir una imagen humana, sobre un manoseado nombre.
El sueño musical, y las adicciones de una judía inglesa, quedan plasmados en el documental, que recopila material exclusivo, mostrando imágenes, filmaciones, y canciones inéditas de la artista.
Muestra el ascenso, y la inmediata caída de una de las artistas más mediáticas y honestas, aparecidas en la escena musical de los últimos años; desde los inicios de una carrera efímeramente exitosa, pero por sobre todo, escandalosa y perjudicial, para quien logró a través de una grave y maravillosa voz, posicionarse entre las mejores artistas del mundo.
El documental, se centra en la vida de la cantante, desde sus inicios en el mundo de la música, hasta su consagración como “diva del soul” y su trágica muerte; y utiliza la voz de la artista, para contar su vida en primera persona.
En las imágenes, se puede escuchar y ver a una Amy Winehouse, contando su sueño de cantar:
“La música siempre ha sido importante para mí, pero nunca pensé que iba a poder convertirme realmente en cantante.
Sólo pensé que soy muy afortunada de poder hacer algo que me apasiona”
Y es que Amy, se vio desde muy joven, afectada por el divorcio de sus padres; tenía un talento natural para el jazz y el soul, y una voz prodigiosa, que pronto la hizo una estrella mundial, a pesar de lanzar sólo 2 discos, pero la fama, la prensa sensacionalista, los intereses de la industria, y de su entorno, y su turbulento amor con el que fue su pareja, Blake Fielder-Civil, la condujeron finalmente a su trágico destino, en su piso de Camden, Londres.
Con todo, Amy - The Girl Behind The Name es la primera producción cinematográfica oficial sobre la cantante, aunque ya no cuenta con el apoyo, ni con el visto bueno de la familia, que piensa iniciar acciones legales contra el documental.
En lo profesional, la cantante inglesa, Amy Winehouse, se convirtió, desde “Back to Black”, su 2º álbum, en una celebridad internacional.
Fue la primera artista británica, en ganar 5 premios Grammy en una sola noche, y se convirtió en icono de influencia para otros artistas, e incluso, para el mundo de la moda.
Lamentablemente, más allá de su música, su vida fue bastante mediática, debido a los escándalos provocados por sus adicciones.
Todo ello hace de Amy - The Girl Behind The Name, una mirada íntima y desgarradora sobre la vida de una estrella, que con una voz extraordinaria, y una calidad interpretativa excepcional, se apagó cuando apenas tenía 27 años de edad.
“Mamá, siempre hago lo que quiero.
Deberías ser más ruda conmigo”, le decía una pequeña Amy a su madre…
Ella lo único que quiso durante su vida, fue que alguien contuviera esa energía desbordada que traía consigo.
Lástima que nos diéramos cuenta de eso demasiado tarde...
Amy era una estrella destinada a apagarse; sin embargo, el mundo no la ha olvidado.
“They tried to make me go to Rehab
I said no, no, no”
El documental Amy - The Girl Behind The Name, se centra en la vida de “La Diva del Soul” Miss Amy Winehouse, desde sus comienzos en el mundo de la música, hasta su consagración en el mismo, como talento innato del soul, y su trágica muerte.
Un esperado proyecto cinematográfico, seguramente deseado por sus miles de seguidores, que incluye además, varias canciones inéditas de la cantante, como:
“Detachment”, “We're Still Friends” y “You Always Hurt The Ones You Love”
El documental, está elaborado a partir de fotografías y vídeos cedidos por el entorno cercano de Amy, y muestran su lado más personal.
Develan el mito, y nos ofrecen intimar con Amy.
Todo discurre a medio camino entre la declaración de amor, y el más escrupuloso trabajo de documentación; y por esas razones, impresiona.
Son las palabras de Amy, su música, sus mensajes de voz, sus videos caseros, sus amigos, su familia, sus verdugos, y su incandescencia atemporal, en los que uno mira, escucha, y llora.
Todos los entrevistados, aparecen siempre “en off”, dándole un toque de misterio y mucha emoción, centrando el relato, físicamente en Amy.
También, evita el tópico de los documentales, que son un rosario de entrevistas que terminan haciéndose tediosas.
La gran cantidad de grabaciones que existen de Amy Winehouse, hace que el producto audiovisual, resulte variado y más digerible para el espectador.
La narración es lineal, salvo un par de incursiones a la niñez de Amy, en forma de fotografías, y se nos muestra su relación familiar, algo turbulenta, con unos padres separados desde que Amy era pequeña, y su relación con ambos.
Así, Amy - The Girl Behind The Name, nos introduce en su vida, sin darnos respiro, sufrimos con ella la heroicidad de salir a la calle, siendo literalmente ametrallada por los “flashes” de los periodistas que hacían guardia en la puerta de su casa.
Asimismo, somos testigos de la innecesaria crueldad con que era tratada por parte de los presentadores de los “talk shows” televisivos, machacando a golpe de “gag”, de dudoso gusto las debilidades de Amy Winehouse.
Así, la cantante se ajusta perfectamente a la expresión “juguete roto”
Insegura, y necesitada de afecto, su cohorte de “chupasangres” la fue exprimiendo y manipulando, hasta dejarla a la deriva.
Siempre rodeada de gente, y siempre sola.
Sintiendo el vértigo del que está en la cima, y le falta el oxígeno para respirar a tanta altura.
Es fácil pensar, que no hay nada nuevo que contar sobre la vida de una artista como Winehouse, sometida al continuo escrutinio de la prensa, y de los medios de comunicación en general.
Sin embargo, lo que el espectador descubre en los primeros minutos, es que lejos de la hagiografía, Amy - The Girl Behind The Name pretende mostrar una imagen honesta, de una chica de Londres, que aprendió a cantar escuchando a Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, y Billie Holiday, y que utilizaba la música como válvula de escape, en una vida marcada por un padre ausente, y por una madre sobrepasada.
Una grabación de la infancia de Amy, abre el documental que se subtitula:
“La Chica Detrás del Nombre”, apoyado mayormente por grabaciones caseras, muchas hechas desde celulares, que nos muestra el lado desconocido de Amy, la jovencita que con solo 16 años, comienza una carrera emulando a los antiguos músicos de jazz que siempre admiró, con una facilidad natural para este tipo de música, Amy comenzó un rápido ascenso en el mundo musical que la rodeó de éxito, pero también de malas influencias, y una sobre exposición que nunca aprendió a controlar.
Es ese video casero, donde Amy saca a relucir su gran voz al momento de cantar “Cumpleaños Feliz”
Toda una paradoja para el futuro incierto…
A partir de este instante, vemos cómo gracias a las gestiones de su manager, logra sacar su primer disco:
“Frank” (2003)
Lo que le permite independizarse de sus padres, y llevar a cabo, una vida en solitario.
Confiesa la misma cantante, que durante todo el día, aprovechaba de fumar marihuana, mostrándonos ya, una incipiente forma de adicción a las drogas.
En “Amy, My Daughter”, su padre, Mitch Winehouse, recuerda al principio de su narración, la imagen de una joven “con un cuaderno de notas para apuntar frases para canciones”
“En cualquier momento”, prosigue, “pedía un segundo para desaparecer, y escribir”
Esas frases que parecían el inicio de un poema, se convertirían en la clave de su éxito.
“No había nada nuevo que me representara, así que empecé a escribir”, dice una joven artista.
Y esas mismas letras, tan personales que hieren, que sirven de catarsis y de terapia personal, son las que vertebran el documental, al tiempo que se muestran en pantalla, intentando hacer hincapié en el desgarro de las mismas.
No obstante, y alejado de toda polémica, Amy - The Girl Behind The Name, es claro al evidenciar el talento musical que poseía la joven británica, al ver cómo con una excelente, y a la vez infantil caligrafía, escribía en un cuaderno de notas, varias de las letras de sus mayores éxitos musicales, así como también la impronta que tenía su voz, al momento de cantar y grabar sus discos.
En este sentido, vemos a una Amy deseosa por componer, y contactar a los productores musicales para que escucharan sus nuevas canciones, tras cada período de inspiración que vivía, luego de haber dejado las drogas.
Desde la producción, no obstante, la dificultad de la narración de Amy - The Girl Behind The Name, residía en la ausencia de una historia unificada sobre su complicada existencia.
Al parecer, Winehouse tenía una vida social y familiar compleja, dando diferentes versiones de sí misma, en los ámbitos familiares y amistosos, de modo que, muchas veces, los relatos de cada uno de ellos tomaba una dirección diferente, incluso contradictoria.
Con esto como telón de fondo, y que muchos de sus allegados no querían hablar sobre la joven, el documental comenzaba a complicarse…
“Había pasado poco tiempo, y aún había mucha culpabilidad en el entorno”, considera Kapadia.
El equipo del director británico sabía, que tenía que ganarse la confianza de 3 personas clave para Winehouse:
Sus 2 amigas desde la infancia, Juliette Ashby y Lauren Gilbert; y el primer manager de la cantante, Nick Shymansky.
Tal vez, su peso y poso en el documental, pase por poder alimentar la narración con historias de la real Amy, de cuando era más joven, más desconocida, más libre…
Libre de drogas, de alcohol, de problemas.
Una Amy feliz y dicharachera.
En un esbozo, un boceto de aquella Amy que se consideraba “afortunada” de poder cantar cuando quisiera.
La Amy del principio, la inocente, la desconocida y vivaz.
Todo este material inédito y de archivo, recrean su espina dorsal.
Otro mérito muy importante de Amy - The Girl Behind The Name, es que da la posibilidad al espectador, de oír a la propia Amy.
Se ha hablado mucho de ella, y el documental no se corta al mostrar cómo las adicciones, y los trastornos alimenticios de Winehouse, se convirtieron en chistes recurrentes de personas que, aparentemente se ganan la vida con la comedia.
Pero no hemos tenido muchas ocasiones de oír a la cantante, hablar sobre su proceso de escritura, sobre cómo descubrió que podía escribir música, y sobre su amor por el jazz.
Quizás, el momento clave del documental, que deja asombrado al espectador, es el que recoge la grabación de la canción “Back to Black”, junto al productor Mark Ronson, quien no duda en defender su profesionalidad y su genio.
Vemos a una artista, completamente centrada en lo que le interesa, inmersa en el trabajo y disfrutando.
En una pequeña cabina, se crea una de las canciones más influyentes del último medio siglo.
Y como suele ocurrir con los grandes artistas, Amy Winehouse consigue que algo tan difícil, como crear un álbum de la talla de “Back to Black”, parezca extremadamente sencillo.
Esas escenas, por sí mismas, justifican la realización de Amy - The Girl Behind The Name.
Ahora bien, además de hacer un exhaustivo repaso a la carrera de Winehouse, en la que queda muy clara su obsesión por crear música “real”, que Amy opone a otros productos discográficos, como Spice Girls, que sacrifican lo artístico por el “marketing”, el documental utiliza el caso de Winehouse, para hacer un análisis de trastornos mentales como la depresión y la bulimia, y asimismo de la adicción como enfermedad.
Amigos íntimos, relatan su impotencia para ayudar a Amy, y apartarla de personas que sólo acentuaban el lado autodestructivo de la artista, como su marido Blake Fielder.
También, se enumeran los intentos fallidos de rehabilitación, y en este sentido, quizás, tras conocer más a fondo esta historia, resulte muy difícil volver a escuchar “Rehab” de la misma manera.
En lugar de seguir profundizando en los detalles más personales de su vida, presentes en el documental de Kapadia, me gustaría hacer hincapié, en el valor musical de Amy - The Girl Behind The Name.
El realizador, trata con especial cuidado las composiciones de Winehouse, y las letras de las canciones aparecen en pantalla, junto a una muy buena selección de actuaciones, y fondos.
En definitiva, se consigue lo que pretende:
Hacer un retrato sincero, compasivo pero no hagiográfico, de una artista que con solo 2 discos, se convirtió en referente de la cultura moderna.
Escuchen las palabras que le dedican los demás profesionales que trabajaron con ella, y no se pierdan la admiración con la que hablan de Amy, a la que definen como una persona “humilde, ingenua y vulnerable”, a pesar de su talento descomunal.
Esa es la imagen con la que Amy Winehouse merece pasar a la historia.
Para el resto, tenemos su música.
No quiero olvidarme de Tony Bennett, ídolo de Amy, con quien interpretó a dúo “Body & Soul”
Después de alabar su talento, el veterano “crooner” dice que, tal vez con el tiempo, Amy Winehouse habría podido aprender a sobrellevar la fama y el éxito, y habría encontrado refugio fuera de las drogas y el alcohol.
Y ese es el sabor agridulce con el que el espectador termina el visionado:
Por un lado, por fin se consigue hacer algo de justicia, a una artista única en su tiempo, pero por otro, es inevitable quedarse con la sensación de que Winehouse se merecía más tiempo.
Mientras lo ves, no puedes parar de buscar culpables mientras escuchas relatos de sus allegados, aderezados de su música y sus letras que cobran otro significado:
¿Víctima de un hogar roto, de un padre más preocupado en amasar dinero, que en el bienestar de su propia hija?
¿De un amor que no conviene?
¿De un entorno imposible?
¿De una sociedad que la quería ver convertida en un juguete roto?
¿De dar demasiado de sí misma, y hartarse de todo?
¿Víctima de sí misma?
Es desolador ver a un ser humano en caída libre, y que a las “personas” que la rodean, solo les importe el “clack” de la caja registradora.
Sobre todo, cuando algunos de ellos, son sus propios padres, parejas, o personas en las que confiaba, y que realmente quería.
Ese es el mensaje más potente de Amy - The Girl Behind The Name, y el motor de una narración que apunta directamente con el dedo, y busca amargamente, un porqué al egoísmo, y la autodestrucción humana.
Al fin y al cabo, Amy solo necesitaba a alguien más fuerte que ella.
Según los realizadores, su mayor disgusto sería, encontrase con un espectador que al salir de la película dijese:
“Yo ya he visto esto en los medios”
Y es que bailamos o escuchamos muchas veces sus canciones, sin tener conciencia alguna de lo personales y profundas que eran sus letras.
Y Amy - The Girl Behind The Name, es una película sobre ella, y la escritura de sus éxitos, y nos muestra cuánto de ella hay en todas sus canciones.
Lo suyo era jazz en bruto.
El lado humano del documental, nos presenta así, a una jovencita bulímica, con diagnóstico de depresión desde la adolescencia, y un gran gusto por la marihuana.
No obstante, la familia Winehouse, ha dado a conocer su rechazo a la exhibición del documental, porque creen que “se les hace ver como padres despreocupados y motivados por el dinero…” es que es innegable que, dentro del film, Amy es presentada como una víctima, con un padre que abandona el hogar, pero luego se ve muy beneficiado con el trabajo y éxito de su hija, tanto así, que como dice la canción “Rehab”:
“Trataron de llevarme a rehabilitación, pero papá dice que estoy bien”
En ese momento, Amy debía cumplir con una gira internacional, y su padre creyó que no era necesario internarla.
Entretanto, su padre gestionaba su carrera, obligándola a participar de extensas giras, donde se acentuaban sus problemas, y por otro lado, sus amigas más cercanas, y su ex manager, intentaban que Amy llevara una vida más tranquila.
Todo lo anterior, sucedía con la prensa acechándola constantemente, como gran telón de fondo.
Luego, enamorada de su futuro marido, el drogadicto Blake Fielder-Civil, la incursiona en la cocaína, la heroína, y el alcohol, sentenciando así su adicción.
Vaya amor…
El tal Blake, quien con su abandono en la primera parte de la relación, la hace caer en total estado de depresión, una depresión tan profunda, que da como resultado el exitoso “Back to Black” de 2006, con el que Amy alcanza fama mundial, y “recupera a su novio”, por razones evidentes, mucho dinero y fama, pero esta fama no duraría mucho, solo 5 años después, llenos de malas decisiones y despreocupación por sí misma, el corazón de Amy se detuvo para siempre.
Ahora bien, Nick Shymansky, ex manager de Amy, y por quien la cantante sentía un especial cariño, es categórico al decir, que hubiese sido preferible que Winehouse se internara en un proceso de rehabilitación de drogas, antes que haber vivido una serie de situaciones que la llevaron a crear el éxito mundial “Back to Black”
Por su parte, Mitchell, el padre, parecía indiferente ante los problemas de su hija, argumentando que para él, no era posible obligarla a internarse en un proceso de recuperación, si es que ésta no lo quería.
Incluso, cuando Amy estuvo varios meses recluida en una isla, Mitchell sin ningún reparo, llevó a este lugar un equipo de su “Reality Show” que estaba registrando su vida como padre de la cantante, alterando el apacible entorno que Amy había construido a su alrededor, en aquel entonces.
“Nunca pensé que Amy viviría más allá de los 30 años”, confesó Janis Winehouse, la madre, en el 2º aniversario de la muerte de una de las cantantes con mayor proyección que dio el Reino Unido.
Su prematura muerte a causa de una intoxicación voluntaria de alcohol, el 23 de julio de 2011, conmocionó a los melómanos.
Y Amy - The Girl Behind The Name concluye con su amiga Juliette Ashby, hablando de su última llamada telefónica con Winehouse, con imágenes del cuerpo de la cantante, mientras es sacado de su casa, y Tony Bennett declarando:
“La vida te enseña realmente cómo vivirla, si vives lo suficiente”
Y a continuación, muestra escenas de 3 días después, material de archivo desde el funeral de Winehouse en El Cementerio de Edgwarebury, y el crematorio Golders Green, en el norte de Londres.
Varios clips terminan el documental, con videos de Winehouse desde sus primeros años hasta su muerte, con la composición musical de Antonio Pinto:
“Amy Forever”
En definitiva, el documental Amy - The Girl Behind The Name, muestra el detrás de las canciones, su voz, su personalidad única, como debe ser, y pone el dedo en la llaga, desmitificando las razones que la llevaron a la muerte:
Un padre vividor y un amor nocivo.
Amy curiosamente adoraba a los 2 hombres que la habían abandonado... así como la falta de afecto real, y la fama.
Es que nunca, una artista había sido tan sincera como Amy Winehouse, y los medios de comunicación fueron implacables contra ella, quienes la alabaron un día, la destruyeron al siguiente.
Amy fue una artista que solo sabía escribir enormes canciones, queriendo siempre vivir a la sombra de las luces, y nosotros perdimos para siempre el talento natural de una gran cantante.
Y nos cuenta que “nunca intentó ser una estrella ni nada más que un músico”
Ya lo dijo ella misma:
“No creo que vaya a ser una estrella, no podría soportarlo, creo que me volvería loca”
“Gracias Amy por tu maravillosa música, y por ser tan original”
Eso es lo que queda tras el visionado de este documental, al que auguro:
¡OSCAR YA!
Llorada más hijueputa, y corrí a poner sus discos adquiriendo...
¡Otra dimensión!
Así pues… la controversia.
A pesar de haber cedido tantísimo material a la dirección de Asif Kapadia, la familia, a través de la figura de su padre, quien custodia la Amy Winehouse Foundation, confiesa a través de un comunicado, “sentirse engañado, y no concede ninguna representatividad en Amy - The Girl Behind The Name, a la vida de Amy”
A Mitch Winehouse, no le gustó absolutamente nada de lo que vio, y no sólo amenaza con demandar a los productores del documental, sino que les ha quitado el apoyo a los realizadores.
“Amy estaría furiosa.
Esto no es lo que ella hubiera querido”, afirmó Mitch, quien no vio reflejado la batalla de la diva, por salir de las drogas, ni el constante apoyo que tuvo durante todo el proceso de su familia”
Primero, le irritó que no se resaltaran más los problemas con su ex yerno, Blake Fielder-Civil, se quejó de que prácticamente se le acuse de iniciar a su hija en el mundo de las adicciones, y está totalmente en desacuerdo con el resultado del proyecto, al que considera “un drama artificial al estilo Hollywood”
“Tenían una idea muy clara de lo que querían hacer, y no tenían ninguna intención de permitir que sus amigos, o la verdad, se interpusieran en su camino”
Y Reg Traviss, prometido de la cantante a su muerte, que no aparece en el documental, expresa sentirse inseguro, por cómo va a salir retratada la artista.
Traviss y Mitch, pidieron al equipo de filmación, editar el documental, ya que, en resumidas cuentas, retrata el padre de Winehouse como un villano, y no contiene nada sobre Traviss.
Sin embargo, ya que los editores detrás de la película se negaron su petición, Mitch Winehouse y Traviss, tienen la intención de crear una nueva película sobre Winehouse, para corregir todos los errores y omisiones que se encontraban en Amy - The Girl Behind The Name.
Por su parte, Traviss estaba en una relación con Amy, desde principios de 2010 hasta su muerte, el 23 de julio de 2011.
Un amigo en común de la pareja, les había presentado el uno al otro en 2009.
Mitch Winehouse escribió en su libro “Amy, My Daughter”:
“Amy y Reg se conocieron en un bar propiedad de la familia de Reg”
No hay ninguna mención de un amigo en común que los presentase...
Según informes de prensa, y una biografía escrita por el padre de Winehouse, Traviss y Winehouse, habían planeado casarse con la intención de tener hijos.
Según sus declaraciones, el documental no muestra la lucha de la diva del soul contra las drogas, ni el apoyo de su familia.
“Cuando salga la película, podemos demandar por difamación o calumnia.
Nuestros abogados van a ver la película, y se reservan el derecho de hacerlo”, comentó.
Para Mitch Winehouse, el mal ya está hecho, y su forma de remediarlo será realizar su propio documental sobre la vida de Amy.
“Esperamos poder comenzar a trabajar en poco tiempo.
Será más que una simple cinta.
Estamos hablando con Phil Griffin, que era buen amigo de Amy, y que dirigió el vídeo de “Rehab” y el de “Back To Black”, para colaborar con él.
Tenemos ya, ideas sobre las que vamos a hablar.
Estamos entusiasmados.
No puedes ignorar lo que le pasó a Amy, eso sería estúpido, pero hay muchas más cosas que le pasaron a Amy, además de eso”, declaró.
Por su parte, el equipo del documental, Amy - The Girl Behind The Name, sacó un comunicado, donde afirma que durante el rodaje, contó con el total apoyo de la familia, y que además, la película está realizada con objetividad.
“Durante el proceso de producción, hicimos 100 entrevistas a personas que conocían bien a Amy, incluyendo amigos, familiares, y miembros de la industria de la música.
Cualquiera que vea Amy - The Girl Behind The Name, comprobará que no está diseñada para reventar taquillas.
Somos críticos con la gente que rodeaba a Amy, porque el hecho de que una chica muera a los 27 años, plantea muchas preguntas.
¿Cómo pudo ocurrir?
Él es el padre.
Es él quien tiene que vivir con lo que sucedió, y quien necesita justificarse a sí mismo para mantenerse cuerdo”
Es un hecho que al final de sus días, el aspecto decrépito de Amy, causaba mucha lástima y resignación, porque se sabía que su muerte estaba cerca.
Creo que su familia y amigos pudieron hacer mucho más por ella, por ejemplo, no dejándola sola aquella mañana de verano de 2011, en su apartamento de Londres.
Así de simple…
Por otra parte, una escena que fue descartada de Amy - The Girl Behind The Name, salió a la luz.
El fragmento inédito, muestra a Amy junto a su manager, Nick Shymansky, paseando por New York, y hablando de cosas casuales.
En el clip, la cantante habla con distintos acentos en forma de broma, y expresa interés por un restaurant temático de la WWE, la asociación de Lucha Libre Profesional, que funcionó en Times Square, entre 1999 y 2003.
Entre otras cosas, menciona a la luchadora femenina Chyna, y a The Rock, el actor Dwayne Johnson.
Concluyo diciendo que Amy - The Girl Behind The Name, es una película para fanáticos y no fanáticos, que sin llegar a objetiva muestra el corto ascenso de una persona común, que debido a sus dependencias afectivas, dejó que otros manipularan su vida, una mujer que a pesar de tener una imagen fuerte, resultó ser tan humana y débil como cualquier otro, que fue lastimada por la prensa, víctima de burlas, en el momento en que nuestra sociedad, decidió que reírse de alguien bulímico y drogadicto era aceptable, una mujer destruida por sus adicciones, pero más que las drogas y el alcohol, adicta a un amor enfermizo, que siempre pronosticó un trágico final, no fue suficiente con que sus amigos de la infancia intentarán ayudar, no sirvió de nada tratar de estar limpia.
Amy se había podrido desde adentro.
Lo único que sabemos, es que antes de morir, reiteró su intención de volver al jazz, con el que aprendió a cantar y a amar la música.
Ahí reside la última virtud de Amy - The Girl Behind The Name:
Lejos de añadir toque romántico alguno a la muerte de la artista, deja al espectador, preguntándose lo mucho que perdió el mundo de la música con la prematura muerte de Amy Winehouse.
¿El único consuelo?
Volver a escuchar la escasa, pero inmensa discografía que nos dejó como legado, y tras el visionado de Amy - The Girl Behind The Name, sacar a relucir la verdadera intencionalidad de sus desgarradoras letras.
“I literally woke up one day and was like:
“I don't want to do this anymore”
Como dato, “The 27 Club”, o “Forever 27 Club” o simplemente “Club 27”, es una expresión utilizada para referirse a un grupo de músicos populares que fallecieron a la edad de 27 años.
Por lo general, se trata de casos relacionados con el abuso de alcohol y drogas.
La lista original, incluye al músico de blues, Robert Johnson, considerado el primer miembro del grupo, a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, y Jim Morrison.
A esta lista, se le agregó el caso de Kurt Cobain, que fortaleció la leyenda urbana, de que las muertes de músicos a esta edad, son inusualmente comunes.
A partir de esta lista, se han confeccionado otras que incluyen artistas de varios géneros musicales, o no tan célebres.
Y Amy Winehouse entra en esta lista, trascendiendo como una de las más logradas y fugaces artistas de todos los tiempos.
Confieso que me cuesta un poco hablar del documental Amy - The Girl Behind The Name.
Amy siempre fue una artista que admire mucho, por lo mismo, me choca de sobremanera, que ella siempre tuvo mucho talento, era una voz única, y aunque suene repetitivo, fue una artista única e inigualable, por lo mismo, molesta que en cierto punto, importe más su vida privada, o las malas decisiones que haya podido tomar, que el propio talento vocal que ella poseía.
Su álbum “Back To Black”, posteriormente se convirtió en el álbum más vendido del siglo XXI del Reino Unido.
En 2012, Amy Winehouse, fue incluida en el #26, en el listado de las “100 mejores mujeres en la música” de la cadena VH1.
La última grabación de Winehouse, fue un dueto con el cantante estadounidense Tony Bennett, por su último disco, “Duets II”, el cual fue lanzado el 20 de septiembre de 2011.
El single del álbum, “Body & Soul”, fue lanzado el 14 de septiembre de 2011, en MTV y VH1, para conmemorar lo que hubiera sido su cumpleaños número 28 de la cantante.
Su padre, Mitch Winehouse, creó The Amy Winehouse Foundation, con el objetivo de crear conciencia y apoyo a las organizaciones que ayudan a los adultos vulnerables, jóvenes con problemas como la adicción; por lo que las ganancias de “Body & Soul”, beneficiarán al Amy Winehouse Foundation.
La canción, póstumamente recibió el Grammy como Mejor Artista Pop Dúo / Grupo de rendimiento en Los Premios Grammy del 12 de febrero de 2012.
El padre de Winehouse, Mitch, recogió el premio en la ceremonia, con su esposa Janis, diciendo:
“No deberíamos estar aquí.
Nuestra querida hija debería estar aquí.
Estas son las cartas que te reparten”
También agrego al final del discurso:
“Amy, Etta, Whitney, grandes mujeres están en el cielo” ya que Etta James había fallecido semanas antes, y Whitney Houston un día antes de los Grammy...
Amy Winehouse, fue el Nirvana de toda una nueva generación de mujeres, entre las que se encuentran:
Lady Gaga, Adele, Duffy, Florence And The Machine, La Roux, y Little Boots.
La joven diva del soul, no dejó testamento, por lo que sus padres y su ex marido, Blake Fielder-Civil, entraron en una disputa legal, para decidir quién se quedaría con su fortuna de más de 3,5 millones de euros.
Finalmente, el patrimonio de Winehouse fue para sus familiares.
Y como otras leyendas de la música, Amy Winehouse entró a formar parte del exclusivo club ícono de influyentes músicos que murieron a la edad de 27 años.
Ahora tristemente, aprecio más su música, sus letras, su voz de jazz, tan parecida a Billie Holiday o Dinah Washington.
Letras que vienen inspiradas de sus entrañas, de su sufrir, y que de alguna forma, eran un grito de ayuda, que ya no sirve de nada, porque lamentablemente, el eco de dicho grito, llegó tarde hasta los oídos correctos.
Amy era una estrella que quería ser niña, quería ser amada por lo que es, no por lo que hacía.
¿Acaso no es lo que quieren todos?
Ella no era la excepción.
Descansa en paz Amy Winehouse, fuiste víctima de un mundo carente de comprensión.
“My heart is sad and lonely
For you I sigh, for you, dear, only
Why haven't you seen it
I'm all for you, body and soul”
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