Love & Mercy
“God only knows what I'd be without you”
Los años de 1960, dejaron en la historia, y en el mundo de la música, un puñado de genios, cuya estela hoy sigue siendo imborrable.
La huella de artistas de la talla como:
The Beatles, The Rolling Stones, The Doors, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Bob Dylan, y otros recientes como Amy Winehouse, entre algunos más, continúa con fuerza, como referencia en la música actual.
Entre ese puñado de artistas, es de justicia incluir a un grupo californiano, juvenil, alegre, y pegadizo, que marcó un estilo propio:
The Beach Boys.
Este grupo tenía en Brian Wilson, al cerebro y genio compositor pensante, de cuya cabeza salieron melodías inolvidables como meritorias de encontrarse en la cultura y la historia popular de la música.
Pero Wilson, que aún vive, y sigue en activo, era en el fondo un humano más, con fantasmas y demonios interiores, a pesar del éxito y la fama que acompañaban a su grupo.
Brian Douglas Wilson, es un músico, compositor, y productor estadounidense, y miembro fundador del grupo The Beach Boys.
Dentro del grupo, además de actuar como vocalista, también desarrolló los roles de productor y arreglista.
Después de firmar con Capitol Records, a mediados de 1962, Wilson compuso y coescribió más de 2 docenas de éxitos para el grupo, que entraron en el Top 40 de las listas de sencillos de los Estados Unidos.
Los orígenes de la vida musical de Brian Wilson, se remontan a los suburbios al sur de Los Ángeles, en Hawthorne, en el estado de California, cerca del Océano Pacífico, donde él y sus hermanos, Dennis y Carl, eran hijos de Murry Gage Wilson, un compositor frustrado, y en ocasiones, un padre abusivo.
A lo largo del tiempo, han surgido muchas historias y relatos sobre los maltratos de Murry a sus hijos; y es un hecho que la sordera en un oído de Brian Wilson, es producto de un golpe que su padre le dio con una tabla de madera...
Bajo ese clima de agresión, los 3 hermanos ya armonizaban musicalmente sus voces, siendo aún muy jóvenes.
Muy a menudo, se unía a ellos su primo Mike Love, completándose finalmente el grupo, con la llegada de Al Jardine, un amigo de Brian Wilson en la escuela secundaria, y compañero suyo en el equipo escolar de fútbol americano.
Fue Mike Love, quien animó a Brian, a escribir canciones, y fue él quien le dio el primer nombre a la banda:
“The Pendletones”
A pesar de su habilidad musical, y todo deseo de educar a Brian, su padre era violento, daba críticas desalentadoras a sus hijos, además de abusar psicológicamente y físicamente de ellos.
A pesar de que Brian deseaba aprender a tocar piano cuando era niño, él estaba demasiado asustado para preguntar, e incluso demasiado asustado como para pulsar las teclas.
Pese a las adversidades, el grupo nació en el 8 de diciembre de 1961, con el éxito regional “Surfin”
La melodía pegadiza, llamó la atención de los adolescentes locales, llevándolo al 2º lugar en Los Ángeles, y haciendo que en febrero de 1962, llegue al puesto N° 118, para terminar en el Nº 75 en Billboard.
La banda, estuvo integrada en su fundación, por los hermanos Wilson:
Brian Douglas Wilson (compositor, voz, bajo y piano), Carl Dean Wilson (guitarra y voz), y Dennis Carl Wilson (batería, voz)
Junto con un primo de la familia, Michael Edward “Mike” Love (voz); y un compañero de estudio de Brian, Alan “Al” Jardine (guitarra y voz)
Bruce Johnston (voz, bajo y piano), se unió más tarde al grupo, para reemplazar a Brian Wilson en las actuaciones en vivo.
Al principio, sus composiciones se basaban exclusivamente en “el surf rock” y el pop de los años 60, con producciones y arreglos muy delicados de guitarras y armonías vocales, que dotaban de un sonido característico e inconfundible al grupo.
Durante la segunda mitad de la década, el grupo incursionó en el pop barroco y pop psicodélico.
The Beach Boys, se catapultó al éxito con el sencillo “Surfin' USA” de 1963, y fue el primero en entrar al Top 5.
Para ese momento, The Beach Boys ya habían grabado sus 2 primeros álbumes, el nuevo se llamó “Surfin' USA”, y llegó al 2º puesto en venta de álbumes en los Estados Unidos, y fue el primer álbum en alcanzar El Disco de Oro.
La política de Capitol era, que el grupo trabajara con un productor de estudio, Brian Wilson se hizo cargo de ese rol, con total éxito, y pronto comenzó a expandir el estilo del grupo, más allá del “surf rock”
El despido de Murry Wilson, y el hecho de que Brian Wilson se retiró de los recitales, para concentrarse en mejores producciones, dio sus frutos en poco tiempo, el primer álbum que Wilson grabó sin su padre, fue “The Beach Boys Today!”, el primero de 1965, además de ser un éxito, llegando al puesto Nº 4, y al Disco de Oro, siendo considerado, uno de los mejores álbumes de The Beach Boys, y el primero de gran calidad musical compuesto por Brian Wilson.
El álbum era innovador en los arreglos, basados en la obra de Phil Spector.
Así, Wilson había crecido como compositor, y abandonó las composiciones de “surf y coches”, las letras también eran sobre amor adolescente, pero en cambio, eran letras mucho más adultas.
Brian se casó con Marilyn Rovell, en Los Ángeles, pero las presiones y los abundantes recitales, habían sido demasiado para Wilson, por ello, mientras viaja en el avión en plena gira por el Sudoeste, sufrió su primera crisis nerviosa.
Llegó a actuar en el concierto de Houston, el 23 de diciembre, pero al día siguiente regresó a Los Ángeles.
Glen Campbell lo reemplazó momentáneamente, por el resto de la gira.
Y cuando el grupo se estaba por embarcar a las giras locales y europeas, Brian Wilson decidió no acompañar al grupo, y fue sustituido por Bruce Johnston, quien era integrante del dúo, Bruce & Terry, con Terry Melcher.
En enero de 1965, Wilson anunció oficialmente su retiro, y la banda de mala gana, estuvo de acuerdo con este cambio.
A mediados de la década, Wilson compuso y produjo “Pet Sounds”, considerado por la prensa musical, como uno de los mejores álbumes de todos los tiempos.
Y “God Only Knows” se convirtió en la 8ª canción del álbum “Pet Sounds”, y una de las canciones más célebres del grupo musical; y tiene la particularidad, de ser una de las primeras canciones pop, en las que se usa la palabra “Dios” en el título.
La canción, representa también una novedad técnica y sofisticada, en relación con la precedente producción de The Beach Boys, y de cualquier otro grupo pop de la época, en particular, por su estructura melódica, y por la armonización vocal de los coros.
El sucesor de “Pet Sounds”, “SMiLE”, fue cancelado por varios motivos, entre las que se incluyó, un creciente deterioro de la salud mental de Brian Wilson.
Fue en esta época, en donde empezaron las manías y paranoias en Brian, tales como tocar el piano sobre un cajón de arena, argumentando que le servía para sentir el mar en sus pies, pero allí compuso:
“Surf's Up”, “Heroes and Villains”, “Wonderful”, “Cabinessence”, y “Wind Chimes”; o de meter la cabeza dentro de peceras, fobia al fuego, etc., todas agrandadas por el consumo de sustancias alucinógenas como el LSD.
Durante la sesión para “Fire”, por ejemplo, Wilson obligó a los músicos de la suite de orquesta de cámara, a ponerse cascos de bomberos, mientras ejecutaban la pieza, y también puso en el estudio, unas brasas ardientes, para que generaran humo.
Así Wilson empezó a padecer de graves trastornos mentales, oía voces, y pensaba que Phil Spector lo espiaba, y le enviaba mensajes subliminales...
Debido a varias crisis nerviosas, las contribuciones de Wilson dentro de The Beach Boys disminuyeron, a medida que su comportamiento errático, provocó tensiones en el seno del grupo.
Psicológicamente abrumado por sus conflictos internos, Wilson comenzó a tener un papel creativo, cada vez menor.
Casi dejó de escribir canciones, y se volvió adicto a la cocaína.
Brian pasó la mayor parte de los siguientes años, en su dormitorio, durmiendo, tomando drogas, y comiendo demasiado.
La canción “Til I Die”, compuesta en este período, refleja su profunda depresión, y distanciamiento del mundo.
En octubre de 1975, Marilyn Wilson, decidió contratar al doctor Eugene E. Landy, para que tratara las adicciones, y problemas psicológicos de Brian.
Anteriormente, sus clientes habían sido los actores:
Rod Steiger y Gig Young, y el cantante Alice Cooper.
Landy tenía una controvertida forma de tratamiento, se centraba en un control total de la vida de su paciente, sin embargo, los resultados iniciales con Brian, fueron muy positivos.
En diciembre de 1976, Steve Love despidió al terapeuta, después de descubrir que sus honorarios se habían ido doblando mensualmente, desde los $10.000 iniciales.
Si bien, se notaron mejorías en Brian, el resto del grupo estaba preocupado por los métodos empleados por Landy.
Y fue contratado otro terapeuta, Steve Schwartz, pero murió al poco tiempo…
Entonces, fue el mismo Stan Love, quién se encargó de supervisar a Brian, ayudado por Steve Korthof, un primo de Brian; pero al tiempo volvió a sentirse depresivo, por la ausencia de su terapeuta.
Mientras Dennis, cada vez se sumergía más en las drogas y en su alcoholismo; Carl siguió los pasos de sus hermanos, y otra vez, Steve Love es despedido, y en su reemplazo, se encuentra Tom Hullett.
Definitivamente, fue el año 1983, el cual marco el tan esperado regreso, ya definitivo de Brian Wilson a los escenarios, pero también marco la muerte de Dennis, el 28 de diciembre.
Falleció mientras se encontraba buscando cosas que había arrojado de su barco, en Marina Del Rey, California, durante un ataque de rabia.
Su muerte ayudo a traer de nuevo al grupo, The Beach Boys, y continuaron con sus giras exitosas.
Como dato, aunque estaba prohibido sepultar civiles en el mar, con la ayuda del Presidente Ronald Reagan, se concedió un permiso especial, para que el cuerpo de Dennis Wilson, fuera enterrado en el mar.
Además, Dennis estuvo muy ligado al Clan de Charles Manson, si bien no participó en sus crímenes y delitos, si “financió” de manera, podría decirse que forzada, al financiamiento y sostenibilidad del clan, a cambio de drogas y sexo.
A mediados de los años 1980, Brian Wilson había mejorado constantemente, tanto mental, como físicamente… aunque el resto del grupo comenzó a sospechar de su terapeuta, el Dr. Eugene Landy.
Y es que Landy fue un psiquiatra poco fiable, que al parecer, hizo milagros con la vida de Brian, pero también, prácticamente se había hecho cargo de su vida.
El Dr. Landy, no solo colaboro con Brian en su autobiografía “Wouldn't It Be Nice”, sino también, fue el autor de la letra de varias canciones, y escribió el álbum solista “Brian Wilson” de 1988.
Según la autobiografía, él estaba de acuerdo, y aprobaba los métodos de su doctor, sin embargo, Wilson declaró, que él nunca había leído el borrador final del libro, y mucho menos escrito nada de eso.
Landy, había controlado todos los aspectos de la vida de Wilson, hasta su sentido musical…
Años más tarde, durante su segundo matrimonio, a Brian Wilson se le diagnosticó desorden esquizoafectivo, lo que le causó oír voces en su cabeza…
Y en 1989, se corrió el rumor, de que Brian había sufrido un accidente cerebrovascular.
Un biógrafo reportó, de que el problema era de que Landy le había recetado a Wilson, un fármaco neuroléptico, desde 1983, lo que le trajo a Wilson, discinesia, un trastorno neurológico, caracterizado por movimientos involuntarios y repetitivos, que se desarrolla en aproximadamente, el 20% de los pacientes tratados con ese medicamento, durante un largo periodo de tiempo.
Con ese “tratamiento”, Landy facturaba $35.000 al mes, como cuota básica, con miles de gastos más.
Y como resultado de varios juicios, se tomaron medidas en contra de la práctica profesional del Dr. Landy.
A finales de 1980, La Junta Médica de California, acuso a Landy con los cargos de violación en el código ético; recetar fármacos inadecuados, varias relaciones impropias personales, y profesionales con su paciente.
Landy perdió su licencia para ejercer la psicología, la cual accedido a entregar voluntariamente en California; y se convirtió en un socio de Wilson, también productor, socio financiero, y el beneficiario en todas las actividades profesionales de Wilson.
Aunque a Landy se le quitó su licencia de terapeuta, él seguía gestionando la vida de Brian Wilson, como también sus composiciones, pero esto terminó definitivamente, cuando se le prohibió acercarse a Wilson, en 1992, de esta forma, terminó la explotación de su “paciente estrella”
Pero desde la década de 1980, hubo muchas disputas legales, tanto personales de Brian, como entre los miembros del grupo, sobre las regalías, los derechos de autor, y el uso del nombre de la banda; y en abril de 1992, después de muchos años, Brian Wilson recupero los derechos de autor.
A pesar de muchos problemas y juicios, inclusive entre The Beach Boys, ellos continuaron haciendo giras durante los años 1990.
La influencia de esta agrupación es tan grande, que junto a otras bandas de los años 1960, sirvieron de inspiración a numerosos artistas del medio.
Grupos como Queen y ABBA, o el músico inglés Elton John, e incluso el conjunto de punk rock, Ramones, reconocieron la influencia de la banda californiana en sus composiciones.
Siendo apodados como “los Beatles estadounidenses”, The Beach Boys fueron frecuentemente citados, como “el mejor grupo musical de los Estados Unidos”
En 2010, el canal de televisión especializado en música VH1, los clasificó en el N° 15, en su lista de los “100 artistas más grandes de todos los tiempos”, y en 2011, la revista Rolling Stone, los clasificó en el N°12, en el listado de sus “100 artistas más grandes”
Allmusic, ha llegado a publicar:
“Frecuentemente, se olvida lo que hicieron The Beach Boys por la música.
La capacidad infalible de la banda para navegar por el éxito, y el desarrollo artístico, hizo de ella, el primer y el mejor conjunto de rock de los Estados Unidos”
En lo personal, además de su carrera como músico, Brian Wilson, también ha trabajado como actor ocasional, y como actor de doblaje, y ha aparecido en programas de televisión, largometrajes, y videos musicales de otros artistas.
Siempre se ha sabido, que la genialidad y la locura, suelen andar de la mano.
Aquí se nos muestra una vez más esta circunstancia.
Es difícil volar y tocar tierra a la vez.
Los genios creativos, emiten en otra frecuencia, viven en otro mundo, son distintos.
Los terrestres disfrutamos su obra, pero no nos gusta la excentricidad de la persona que la creó.
Nos interesa el personaje, más que la persona.
Los problemas de Brian Wilson para convivir a un tiempo, en su mundo, y en el nuestro, son asuntos que competen al amor y a la misericordia.
“I want you to leave, but I don't want you to leave me”
Love & Mercy es una película musical, del año 2015, dirigido por Bill Pohlad.
Protagonizado por Paul Dano, John Cusack, Elizabeth Banks, Paul Giamatti, Jake Abel, Joanna Going, Kenny Wormald, Dee Wallace, Erin Darke, Max Schneider, Nikki Wright, Michelle Lenhardt, Claudia Graf, Joanne Spracklen, Paige Diaz, Violet Paley, Kirstin Masters, entre otros.
El guión es de Oren Moverman, y Michael A. Lerner, sobre aspectos de la vida del cantante y compositor de The Beach Boys, Brian Wilson.
Bill Pohlad, como un reconocido productor de películas; con Love & Mercy da un paso más allá, y se coloca tras la cámara, para narrarnos la asombrosa evolución de un chico de coro, que llega a convertirse en un legendario icono de la música pop.
Su descenso a los infiernos y su redención, a ritmo del “California Sound”
La intención de Pohlad es clara, mostrar al mundo la calidad artística del protagonista, a pesar de tantas vicisitudes por las que tuvo que atravesar a lo largo de su vida.
Y nos muestra la figura del genio, en pleno éxtasis creativo, cuando trabaja en la composición, y en la dirección de los músicos en el estudio de grabación.
Love & Mercy no hace un repaso por toda su vida, sino toma 2 momentos concretos, y partituras esporádicas de lo que con antelación tuvo lugar, no resume, no juzga, no usa el convencionalismo lineal de “biopic de estrella”, la joven parte exhibida con más deleite y pasión/la adulta más densa y carcomida.
Con escenas evocadoras, efervescentes, deslumbrantes y motivadoras, es un filme interesante en su originalidad, psicodélico en su costumbre de andadura, enigmática en conjunto, no al modo de la biografía tradicional, y profundiza en la mente de un creador, en sus miedos, desequilibrios, y lucha interna; y deja sin cerrar muchas puertas abiertas, que no enturbian lo que realmente se desea contar, instantes puntuales de una realidad agónica, que parece por fin, logrando placidez y bonanza, y satisfacción en el espectador.
Así las cosas, la mente de uno de los mayores genios del pop no merecía otra cosa.
La historia se centra en el músico y compositor Brian Wilson (Paul Dano/John Cusack), el enigmático cantante, compositor, arreglista, y cofundador, junto a sus hermanos:
Carl (Brett Davern) y Dennis Wilson (Kenny Wormald); su primo Mike Love (Jake Abel), el compañero de estudio, Al Jardine (Graham Rogers), y Bruce Johnston (Nick Gehlfuss), que se unió un poco más tarde al grupo, para reemplazar a Brian Wilson en las actuaciones en directo, del grupo pop-surf:
“The Beach Boys”
Y nos habla sobre su influencia en la música, y sus problemas nerviosos que propiciaron la relación, específicamente de Brian con el controvertido terapeuta Dr. Eugene Landy (Paul Giamatti), y su posterior romance con Melinda Ledbetter (Elizabeth Banks)
Love & Mercy, es una película que logra profundizar en la mente de Brian Wilson, y examinar todas sus motivaciones, las luchas personales, sus miedos interiores, con un Bill Pohlad, altamente detallista, que ha contado con la ayuda del mismo músico y su esposa, Melinda Ledbetter, supervisando los momentos claves, como los rodajes en el estudio de grabación.
En definitiva, una gran película, bien filmada, con un extraordinario guión, con un gran elenco de actores, que están a la altura de las circunstancias.
Y poco a poco, nos vamos dando cuenta, de que Love & Mercy no sólo es un homenaje a este gran artista, sino que se trata de una ovación a la buena música, y una crítica a toda aquella que no es engendrada por una necesidad de expresión interior del artista.
Y así, Love & Mercy es uno de esos títulos que, a pesar de llegar sin hacer mucho ruido, sin una gran promoción, y en un momento del año en el que los grandes “blockbusters” se suelen repartir la taquilla que supone la cartelera veraniega, se convertirá en una de las grandes sorpresas de la temporada, y en una obra que merece ser vista, más de una vez.
“We're not surfers, we never have been, and real surfers don't dig our music anyway!”
Partamos nuevamente, que Love & Mercy no es un “biopic” al uso, primero porque el relato no es lineal, ya que constantemente salta del pasado al presente, centrándose en 2 periodos muy concretos de la vida Brian Wilson.
Tiene un guión muy bien trabajado, que no elude las cuestiones más incomodas, como los primeros contactos con las drogas, y la evidencia de que su salud mental empezaba a deteriorarse…
Bill Pohlad, el director, se aproxima al biografiado, como el mismo Wilson componía sus canciones.
El mérito de Love & Mercy, reside no sólo en las actuaciones, también en una dirección valiente, a intimista, en la que consigue equilibrar bien los tintes dramáticos de la historia, con la vitalidad que desprenden las canciones de The Beach Boys y, por ende, el cerebro tras ellas.
Y el resultado es todo un alegato a la vida y la esperanza.
De alguna manera, el metraje dedicado al joven Wilson, es la constatación de una hipótesis de dominio público:
La verdadera genialidad, suele venir acompañada de un respetable nivel de locura.
El director, dedica gran parte de este hilo argumental, a exponer la personalidad del compositor:
Apasionado de la música, dotado de un talento descomunal, y esclavo de sus inseguridades, éstas últimas, materializadas a través de la figura paterna, Murry Wilson (Bill Camp), y la de Eugene Landy; al mismo tiempo que los vemos como los antagonistas de toda la obra.
Ambos personajes, representan el nexo de unión entre las 2 épocas que abarca Love & Mercy, siendo el 2º, la trágica prolongación del patriarca de los Wilson, en materia de manipulación, maltrato psicológico, y envidia insana.
Así se presenta Love & Mercy, como un relato paralelo, que abarca 2 períodos concretos de tiempo, en la vida de Brian Wilson:
Por un lado, los años 60, con un joven Wilson, compositor y genio creativo, que ya ha alcanzado la fama con su grupo, The Beach Boys.
Después de un ataque de pánico en un avión, Wilson se aparta de las giras, para centrarse en la grabación de un disco, que considera la obra más grande jamás creada, donde volcará todo su talento creativo, a la vez, que empieza a perder el contacto con la realidad, y a escuchar voces en su cabeza, algo que se verá agravado por el consumo de drogas.
La tensa relación con su padre, un hombre estricto y violento con él cuando era niño, tampoco ayuda.
Y es que tras la publicación de “Rubber Soul” de The Beatles, Wilson quería hacer el mejor álbum posible, y superarlo.
Por eso, se centró durante años, en su obra “Pet Sounds” junto a The Beach Boys, que fue valorada con el paso del tiempo.
Más adelante, en solitario, Brian trataría de crear “SMiLE”, pero sería mucho después…
En la etapa juvenil, también quedaron traumas y fragmentos incurables en su mente, tras la dura infancia, que vivió junto a su padre, rígido, intolerante, y muy exigente con Wilson, y sus hermanos, a los que llegaba a golpear.
Y por otro lado, vemos a un Wilson de mediana edad, en la década de los 80, cuando conoce a Melinda, una guapa vendedora de coches, con la que intenta mantener una relación.
Pero la vida de Wilson está muy controlada por el Doctor Eugene Landy, el hombre que años atrás, consiguió que dejará las drogas, y que ahora es su tutor legal, controlando cualquier aspecto de su vida.
Pero Melinda comprueba, como el doctor medica en exceso a Brian, y le ha apartado de su familia, impidiendo que los vea, y tiene una relación de dependencia y sumisión con él, que no es sana.
Esa decadencia final, y salvación, es lo que retrata esta parte “moderna y más actual”
Y todo ello funciona en su conjunto, como retrato de una mente trastornada, y anima a descubrir a un grupo, normalmente reducido a “Surfin' USA”
La admiración de Pohlad hacia la figura de Wilson, es patente pero sin caer en una hagiografía barata, ni en una exaltación de virtudes gratuita.
Y no quiere ser la película más profunda o didáctica sobre la vida de Brian Wilson, o centrarse en los fans de The Beach Boys...
En sentido estricto, se decanta por dar a conocer el peligro que se esconde tras las bambalinas del éxito, la fama, el dinero, y todo lo que tiene que ver con triunfar en el mundo de la música, y el espectáculo en general.
La decadencia, puede llegarle a cualquiera, porque la magia y el talento pueden no ser suficientes.
¿De qué sirve crear hits coreados por millones de personas, cuando se es simplemente un humano atormentado más?
En lo técnico, todo funciona muy bien a nivel estético, tanto en la fotografía con tonos pastel, y con una imagen menos nítida en la década de los 60, inclusive granulado en partes, y otras estampas más brillantes durante los años 80.
En algunos momentos, con imágenes en blanco y negro, como en el vestuario, y en la dirección artística, que recrean perfectamente ambos periodos.
Inclusive el formato usado e intercambiado de momentos, le da mucha credibilidad.
Muy bien reflejada queda la soledad que debió sentir Brian, al no sentirse entendido y respetado por el resto del grupo, algo que le aisló más en su mundo interior, con esas voces que escuchaba en su cabeza.
Y me llama poderosamente la atención, que ningún miembro de la banda, formada por 2 de sus hermanos, un primo, y un amigo de la infancia, vamos, gente muy cercana y de la edad, no les pareció notar, que Wilson necesitaba ayuda, y estaban más preocupados en encontrar un tema que le devolviera al N°1 de las listas de ventas.
A ello, se suma un esmerado fondo musical espléndido; que dicho de otra forma, musicalmente, Love & Mercy es un milagro.
Otro de los aciertos, es la elección de 2 actores diferentes, para interpretar al mismo personaje:
Paul Dano para el joven Brian Wilson, y John Cusack para su versión adulta.
Son 2 actores distintos, para remarcar el hecho de que la personalidad de Wilson cambió tanto, que se convirtió en una persona distinta.
En contraste con la introspección de Cusack, Dano se deja llevar como Brian Wilson, ofreciendo la clase de interpretación para la que se han inventado los premios; pues tiene un rendimiento increíble, hasta llegó a engordar varios kilos para parecerse al personaje.
Y los 2 han sabido captar esos aspectos de la personalidad de Wilson, que le hicieron de él, un músico excepcional.
Pero Dano, que vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de la actualidad, desde la primera escena, se mete en el personaje, y nos creemos que es Brian Wilson, con unos gestos que expresan mucho, sin hacerlo de manera exagerada.
Le vemos sonreír, gritar, tocar el piano, componer, e incluso cantar, y todo eso con una gran naturalidad.
Frente al piano, cualquier nota se convierte no sólo en un hit, sino también en la respuesta visceral al abuso paterno.
El espectador entiende así, cuán liberadora y necesaria es la creación artística para el ser humano, como la secuencia en la que interpreta por primera vez, delante de su padre, “God Only Knows”, es maravillosa y espeluznante a partes iguales.
Y merece una nominación al Oscar, pero mucho me temo que al estrenarse tan pronto, los académicos se olvidarán de él...
Por contraparte, la femenina, Elizabeth Banks es el único personaje femenino destacable, como Melinda Ledbetter, la mujer que lucho por apartar al doctor de la vida de Wilson, que más tarde se convirtió en su segunda esposa, y con quien tendría 5 hijos.
Banks, como una mujer con personalidad, su Melinda va tomando forma progresivamente, hasta erigirse en la pieza clave.
Así, Melinda Ledbetter y Eugene Landy, protagonizan la eterna lucha entre el bien y el mal.
Lejos de recurrir a estereotipos, el enfrentamiento es desarrollado a fuego lento, y librado a lo largo de varios asaltos, que representan una primera toma de contacto entre los 2 contendientes:
La intimidación del favorito, la sólida defensa del aspirante, y la lucha definitiva, cuerpo a cuerpo, en la que los 2 buscan el “knock out” directo.
Durante este combate, el director realiza una exhibición de sus principales virtudes:
Construye unos personajes tan profundos e interesantes, que no necesita abusar de la figura de Brian Wilson, favoreciendo la entrada de diferentes puntos de vista, que enriquecen la narración.
Por cierto, que el título “Love & Mercy”, hace referencia al título de una canción escrita por Brian Wilson, y que apareció en su álbum en solitario, lanzado en 1988, canción que podemos escuchar durante los títulos de créditos finales, interpretada por el auténtico Brian Wilson.
Otro de los elementos que contribuyen, sin duda, a la calidad, es la generosidad con la que Brian y su esposa Melinda, han enfocado el proyecto Love & Mercy.
En un momento del filme, John Cusack dice.
“Soy un libro abierto”, y esa parece haber sido la máxima, con la que han llegado hasta el final, aunque la realidad fuera dolorosa.
El propio Wilson ha confesado, incluso, haber vuelto a sentir miedo al visionar algunas de las escenas de maltrato por parte del Dr. Landy.
De hecho, Oren Moverman y Michael Alan Lerner, autores del guión, consultaron con ellos, detalles de la historia, para darle la lograda veracidad y delicadeza.
Como antagonista, Paul Giamatti se encarga de dar vida al doctor Eugene Landy, un tipo cruel y manipulador, que se estuvo aprovechando durante años de su paciente.
Y sorprende mucho su trabajo, mostrando su lado más grosero y desagradable, que acaba rozando la caricatura diabólica.
Así las cosas, ellos son los 2 antagonistas de Brian:
Su padre y manager Murray, alcohólico y despótico; y el Dr. Landy, un ser pequeño en todos los sentidos; y me atrevo a agregar a otro antagonista, “menor”, o a la altura de Brian:
Jake Abel como Mike Love, quien le consigue dar la réplica, en las mejores escenas relacionadas con la discusión, acerca del nuevo giro que estaba dando el grupo, abandonando su origen “surfer”
En definitiva, Love & Mercy deja con ganas de mucho más, y como “negativo” para los fans de The Beach Boys, quizás critiquen la excesiva atención a la figura de Brian, en detrimento de sus hermanos:
Dennis y Carl, y del resto de componentes del grupo, que aparecen desdibujados con el fin de ensalzar al protagonista.
En realidad, Love & Mercy no es más que una excusa, para abordar temas tan interesantes, como la manipulación, el amor desinteresado, la cara y la cruz del talento, y la familia, usando a Brian como centro donde orbitan los demás.
No es para menos, que el visionado de deja un sabor agridulce en el paladar, resultante de la extraña combinación entre la amarga existencia de Wilson, y el placer que proporciona asistir al proceso creativo de un artista irrepetible.
En el haber de Pohlad, cabe destacar la proeza de empaquetar con optimismo, una vida repleta de calamidades, y cambiar la percepción consolidada sobre un mito viviente.
Actualmente, encontraremos pocos debuts tan arriesgados y estimulantes, como el de un director, que nunca pierde el respeto por un protagonista idóneo para la práctica del sensacionalismo más barato.
Y esto, amigos, es tener personalidad.
En cualquier caso, tanto si el espectador es seguidor de la banda californiana, como si no lo es, terminará con esas canciones, como una nana meciendo sus pensamientos, y con la agradable sensación de que la vida, siempre te da una segunda oportunidad.
La banda sonora, con temas grabados en directo, y otros de estudio, por cierto, filmada en los estudios reales de grabación del grupo, está muy trabajada por Atticus Ross.
“The Life, The Love and The Genius”
The Beach Boys, son considerados según los críticos, como uno de los grupos de rock estadounidense, más importantes en la evolución de la música popular.
Críticamente aclamada, y comercialmente exitosa, ellos dejaron un legado de ventas, que oscila entre los 100 y los 300 millones discos en todo el mundo.
Influyeron en una gran cantidad de artistas de diversos géneros y décadas.
Fue una de las pocas bandas, al lado de conjuntos como The Mamas & The Papas, por ejemplo, cuyo éxito no se vio perjudicado por la invasión musical británica.
Y es que existieron muchos grupos de “surf rock”, durante la primera mitad de la década de 1960, pero ninguna trascendió mundialmente como The Beach Boys.
Algunos artistas influenciados por ellos fueron:
The Beatles, George Martin, The Velvet Underground, Pink Floyd, The Who, Elton John, ABBA, Bruce Springsteen, Beck, R.E.M., Weezer, Radiohead, Daft Punk, entre muchos otros.
Y fueron uno de los primeros autores intelectuales del rock y pop psicodélico, rock ácido, art rock, art pop, rock progresivo, y sunshine pop; y además de The Beatles, The Beach Boys llegaron a llamar la atención de varios de sus contemporáneos del pop y del rock, durante la década de 1960, en los que se incluyeron:
The Rolling Stones, Harry Nilsson, Roger Waters de Pink Floyd, Lou Reed de The Velvet Underground, y Frank Zappa.
Lamentablemente, Brian es el único sobreviviente, de manera irónica, era el más “desequilibrado” pues sus 2 hermanos ya fallecieron:
Carl Wilson, murió de cáncer de pulmón, en febrero de 1998, 3 meses después de la muerte de su madre Audrey.
Sus restos se encuentran en El Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.
Después de años de tratamiento y recuperación, Brian comenzó una carrera en solitario, con la publicación de “Brian Wilson” en 1988, el mismo año que The Beach Boys fue introducido en El Salón de La Fama del Rock and Roll.
Desde entonces, Brian ha ofrecido conciertos con una nueva banda, y publicado varios trabajos de estudio, incluyendo “Brian Wilson Presents SMiLE”, que ganó un Grammy en la categoría de Mejor Interpretación Instrumental de Rock, por la canción “Mrs. O'Leary's Cow”
Léase el sarcasmo.
En diciembre de 2011, Wilson volvió a unirse a The Beach Boys, en una gira de reunión, con motivo del 50ª aniversario del grupo.
Y para entonces, la revista Rolling Stone, había situado a Brian Wilson, en el puesto N°52, en la lista de los “100 mejores cantantes de todos los tiempos”
En 2012, la publicación NME, clasificó al músico, en el puesto N°8 de la lista de los “50 mejores productores, y escribió:
“Pocos consideran, cómo de innovadoras fueron las técnicas de estudio de Brian Wilson, a mediados de la década de 1960”
Cuando veo este tipo de filmes busco sentir, llorar, pensar, y analizar.
Y así ha sido.
“Tony and I think that if you close your eyes you can see a place or something that's happening.
It's like being blind but because you're blind you can see more.
Don't you think it's a spiritual kind of thing?”
Los años de 1960, dejaron en la historia, y en el mundo de la música, un puñado de genios, cuya estela hoy sigue siendo imborrable.
La huella de artistas de la talla como:
The Beatles, The Rolling Stones, The Doors, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Bob Dylan, y otros recientes como Amy Winehouse, entre algunos más, continúa con fuerza, como referencia en la música actual.
Entre ese puñado de artistas, es de justicia incluir a un grupo californiano, juvenil, alegre, y pegadizo, que marcó un estilo propio:
The Beach Boys.
Este grupo tenía en Brian Wilson, al cerebro y genio compositor pensante, de cuya cabeza salieron melodías inolvidables como meritorias de encontrarse en la cultura y la historia popular de la música.
Pero Wilson, que aún vive, y sigue en activo, era en el fondo un humano más, con fantasmas y demonios interiores, a pesar del éxito y la fama que acompañaban a su grupo.
Brian Douglas Wilson, es un músico, compositor, y productor estadounidense, y miembro fundador del grupo The Beach Boys.
Dentro del grupo, además de actuar como vocalista, también desarrolló los roles de productor y arreglista.
Después de firmar con Capitol Records, a mediados de 1962, Wilson compuso y coescribió más de 2 docenas de éxitos para el grupo, que entraron en el Top 40 de las listas de sencillos de los Estados Unidos.
Los orígenes de la vida musical de Brian Wilson, se remontan a los suburbios al sur de Los Ángeles, en Hawthorne, en el estado de California, cerca del Océano Pacífico, donde él y sus hermanos, Dennis y Carl, eran hijos de Murry Gage Wilson, un compositor frustrado, y en ocasiones, un padre abusivo.
A lo largo del tiempo, han surgido muchas historias y relatos sobre los maltratos de Murry a sus hijos; y es un hecho que la sordera en un oído de Brian Wilson, es producto de un golpe que su padre le dio con una tabla de madera...
Bajo ese clima de agresión, los 3 hermanos ya armonizaban musicalmente sus voces, siendo aún muy jóvenes.
Muy a menudo, se unía a ellos su primo Mike Love, completándose finalmente el grupo, con la llegada de Al Jardine, un amigo de Brian Wilson en la escuela secundaria, y compañero suyo en el equipo escolar de fútbol americano.
Fue Mike Love, quien animó a Brian, a escribir canciones, y fue él quien le dio el primer nombre a la banda:
“The Pendletones”
A pesar de su habilidad musical, y todo deseo de educar a Brian, su padre era violento, daba críticas desalentadoras a sus hijos, además de abusar psicológicamente y físicamente de ellos.
A pesar de que Brian deseaba aprender a tocar piano cuando era niño, él estaba demasiado asustado para preguntar, e incluso demasiado asustado como para pulsar las teclas.
Pese a las adversidades, el grupo nació en el 8 de diciembre de 1961, con el éxito regional “Surfin”
La melodía pegadiza, llamó la atención de los adolescentes locales, llevándolo al 2º lugar en Los Ángeles, y haciendo que en febrero de 1962, llegue al puesto N° 118, para terminar en el Nº 75 en Billboard.
La banda, estuvo integrada en su fundación, por los hermanos Wilson:
Brian Douglas Wilson (compositor, voz, bajo y piano), Carl Dean Wilson (guitarra y voz), y Dennis Carl Wilson (batería, voz)
Junto con un primo de la familia, Michael Edward “Mike” Love (voz); y un compañero de estudio de Brian, Alan “Al” Jardine (guitarra y voz)
Bruce Johnston (voz, bajo y piano), se unió más tarde al grupo, para reemplazar a Brian Wilson en las actuaciones en vivo.
Al principio, sus composiciones se basaban exclusivamente en “el surf rock” y el pop de los años 60, con producciones y arreglos muy delicados de guitarras y armonías vocales, que dotaban de un sonido característico e inconfundible al grupo.
Durante la segunda mitad de la década, el grupo incursionó en el pop barroco y pop psicodélico.
The Beach Boys, se catapultó al éxito con el sencillo “Surfin' USA” de 1963, y fue el primero en entrar al Top 5.
Para ese momento, The Beach Boys ya habían grabado sus 2 primeros álbumes, el nuevo se llamó “Surfin' USA”, y llegó al 2º puesto en venta de álbumes en los Estados Unidos, y fue el primer álbum en alcanzar El Disco de Oro.
La política de Capitol era, que el grupo trabajara con un productor de estudio, Brian Wilson se hizo cargo de ese rol, con total éxito, y pronto comenzó a expandir el estilo del grupo, más allá del “surf rock”
El despido de Murry Wilson, y el hecho de que Brian Wilson se retiró de los recitales, para concentrarse en mejores producciones, dio sus frutos en poco tiempo, el primer álbum que Wilson grabó sin su padre, fue “The Beach Boys Today!”, el primero de 1965, además de ser un éxito, llegando al puesto Nº 4, y al Disco de Oro, siendo considerado, uno de los mejores álbumes de The Beach Boys, y el primero de gran calidad musical compuesto por Brian Wilson.
El álbum era innovador en los arreglos, basados en la obra de Phil Spector.
Así, Wilson había crecido como compositor, y abandonó las composiciones de “surf y coches”, las letras también eran sobre amor adolescente, pero en cambio, eran letras mucho más adultas.
Brian se casó con Marilyn Rovell, en Los Ángeles, pero las presiones y los abundantes recitales, habían sido demasiado para Wilson, por ello, mientras viaja en el avión en plena gira por el Sudoeste, sufrió su primera crisis nerviosa.
Llegó a actuar en el concierto de Houston, el 23 de diciembre, pero al día siguiente regresó a Los Ángeles.
Glen Campbell lo reemplazó momentáneamente, por el resto de la gira.
Y cuando el grupo se estaba por embarcar a las giras locales y europeas, Brian Wilson decidió no acompañar al grupo, y fue sustituido por Bruce Johnston, quien era integrante del dúo, Bruce & Terry, con Terry Melcher.
En enero de 1965, Wilson anunció oficialmente su retiro, y la banda de mala gana, estuvo de acuerdo con este cambio.
A mediados de la década, Wilson compuso y produjo “Pet Sounds”, considerado por la prensa musical, como uno de los mejores álbumes de todos los tiempos.
Y “God Only Knows” se convirtió en la 8ª canción del álbum “Pet Sounds”, y una de las canciones más célebres del grupo musical; y tiene la particularidad, de ser una de las primeras canciones pop, en las que se usa la palabra “Dios” en el título.
La canción, representa también una novedad técnica y sofisticada, en relación con la precedente producción de The Beach Boys, y de cualquier otro grupo pop de la época, en particular, por su estructura melódica, y por la armonización vocal de los coros.
El sucesor de “Pet Sounds”, “SMiLE”, fue cancelado por varios motivos, entre las que se incluyó, un creciente deterioro de la salud mental de Brian Wilson.
Fue en esta época, en donde empezaron las manías y paranoias en Brian, tales como tocar el piano sobre un cajón de arena, argumentando que le servía para sentir el mar en sus pies, pero allí compuso:
“Surf's Up”, “Heroes and Villains”, “Wonderful”, “Cabinessence”, y “Wind Chimes”; o de meter la cabeza dentro de peceras, fobia al fuego, etc., todas agrandadas por el consumo de sustancias alucinógenas como el LSD.
Durante la sesión para “Fire”, por ejemplo, Wilson obligó a los músicos de la suite de orquesta de cámara, a ponerse cascos de bomberos, mientras ejecutaban la pieza, y también puso en el estudio, unas brasas ardientes, para que generaran humo.
Así Wilson empezó a padecer de graves trastornos mentales, oía voces, y pensaba que Phil Spector lo espiaba, y le enviaba mensajes subliminales...
Debido a varias crisis nerviosas, las contribuciones de Wilson dentro de The Beach Boys disminuyeron, a medida que su comportamiento errático, provocó tensiones en el seno del grupo.
Psicológicamente abrumado por sus conflictos internos, Wilson comenzó a tener un papel creativo, cada vez menor.
Casi dejó de escribir canciones, y se volvió adicto a la cocaína.
Brian pasó la mayor parte de los siguientes años, en su dormitorio, durmiendo, tomando drogas, y comiendo demasiado.
La canción “Til I Die”, compuesta en este período, refleja su profunda depresión, y distanciamiento del mundo.
En octubre de 1975, Marilyn Wilson, decidió contratar al doctor Eugene E. Landy, para que tratara las adicciones, y problemas psicológicos de Brian.
Anteriormente, sus clientes habían sido los actores:
Rod Steiger y Gig Young, y el cantante Alice Cooper.
Landy tenía una controvertida forma de tratamiento, se centraba en un control total de la vida de su paciente, sin embargo, los resultados iniciales con Brian, fueron muy positivos.
En diciembre de 1976, Steve Love despidió al terapeuta, después de descubrir que sus honorarios se habían ido doblando mensualmente, desde los $10.000 iniciales.
Si bien, se notaron mejorías en Brian, el resto del grupo estaba preocupado por los métodos empleados por Landy.
Y fue contratado otro terapeuta, Steve Schwartz, pero murió al poco tiempo…
Entonces, fue el mismo Stan Love, quién se encargó de supervisar a Brian, ayudado por Steve Korthof, un primo de Brian; pero al tiempo volvió a sentirse depresivo, por la ausencia de su terapeuta.
Mientras Dennis, cada vez se sumergía más en las drogas y en su alcoholismo; Carl siguió los pasos de sus hermanos, y otra vez, Steve Love es despedido, y en su reemplazo, se encuentra Tom Hullett.
Definitivamente, fue el año 1983, el cual marco el tan esperado regreso, ya definitivo de Brian Wilson a los escenarios, pero también marco la muerte de Dennis, el 28 de diciembre.
Falleció mientras se encontraba buscando cosas que había arrojado de su barco, en Marina Del Rey, California, durante un ataque de rabia.
Su muerte ayudo a traer de nuevo al grupo, The Beach Boys, y continuaron con sus giras exitosas.
Como dato, aunque estaba prohibido sepultar civiles en el mar, con la ayuda del Presidente Ronald Reagan, se concedió un permiso especial, para que el cuerpo de Dennis Wilson, fuera enterrado en el mar.
Además, Dennis estuvo muy ligado al Clan de Charles Manson, si bien no participó en sus crímenes y delitos, si “financió” de manera, podría decirse que forzada, al financiamiento y sostenibilidad del clan, a cambio de drogas y sexo.
A mediados de los años 1980, Brian Wilson había mejorado constantemente, tanto mental, como físicamente… aunque el resto del grupo comenzó a sospechar de su terapeuta, el Dr. Eugene Landy.
Y es que Landy fue un psiquiatra poco fiable, que al parecer, hizo milagros con la vida de Brian, pero también, prácticamente se había hecho cargo de su vida.
El Dr. Landy, no solo colaboro con Brian en su autobiografía “Wouldn't It Be Nice”, sino también, fue el autor de la letra de varias canciones, y escribió el álbum solista “Brian Wilson” de 1988.
Según la autobiografía, él estaba de acuerdo, y aprobaba los métodos de su doctor, sin embargo, Wilson declaró, que él nunca había leído el borrador final del libro, y mucho menos escrito nada de eso.
Landy, había controlado todos los aspectos de la vida de Wilson, hasta su sentido musical…
Años más tarde, durante su segundo matrimonio, a Brian Wilson se le diagnosticó desorden esquizoafectivo, lo que le causó oír voces en su cabeza…
Y en 1989, se corrió el rumor, de que Brian había sufrido un accidente cerebrovascular.
Un biógrafo reportó, de que el problema era de que Landy le había recetado a Wilson, un fármaco neuroléptico, desde 1983, lo que le trajo a Wilson, discinesia, un trastorno neurológico, caracterizado por movimientos involuntarios y repetitivos, que se desarrolla en aproximadamente, el 20% de los pacientes tratados con ese medicamento, durante un largo periodo de tiempo.
Con ese “tratamiento”, Landy facturaba $35.000 al mes, como cuota básica, con miles de gastos más.
Y como resultado de varios juicios, se tomaron medidas en contra de la práctica profesional del Dr. Landy.
A finales de 1980, La Junta Médica de California, acuso a Landy con los cargos de violación en el código ético; recetar fármacos inadecuados, varias relaciones impropias personales, y profesionales con su paciente.
Landy perdió su licencia para ejercer la psicología, la cual accedido a entregar voluntariamente en California; y se convirtió en un socio de Wilson, también productor, socio financiero, y el beneficiario en todas las actividades profesionales de Wilson.
Aunque a Landy se le quitó su licencia de terapeuta, él seguía gestionando la vida de Brian Wilson, como también sus composiciones, pero esto terminó definitivamente, cuando se le prohibió acercarse a Wilson, en 1992, de esta forma, terminó la explotación de su “paciente estrella”
Pero desde la década de 1980, hubo muchas disputas legales, tanto personales de Brian, como entre los miembros del grupo, sobre las regalías, los derechos de autor, y el uso del nombre de la banda; y en abril de 1992, después de muchos años, Brian Wilson recupero los derechos de autor.
A pesar de muchos problemas y juicios, inclusive entre The Beach Boys, ellos continuaron haciendo giras durante los años 1990.
La influencia de esta agrupación es tan grande, que junto a otras bandas de los años 1960, sirvieron de inspiración a numerosos artistas del medio.
Grupos como Queen y ABBA, o el músico inglés Elton John, e incluso el conjunto de punk rock, Ramones, reconocieron la influencia de la banda californiana en sus composiciones.
Siendo apodados como “los Beatles estadounidenses”, The Beach Boys fueron frecuentemente citados, como “el mejor grupo musical de los Estados Unidos”
En 2010, el canal de televisión especializado en música VH1, los clasificó en el N° 15, en su lista de los “100 artistas más grandes de todos los tiempos”, y en 2011, la revista Rolling Stone, los clasificó en el N°12, en el listado de sus “100 artistas más grandes”
Allmusic, ha llegado a publicar:
“Frecuentemente, se olvida lo que hicieron The Beach Boys por la música.
La capacidad infalible de la banda para navegar por el éxito, y el desarrollo artístico, hizo de ella, el primer y el mejor conjunto de rock de los Estados Unidos”
En lo personal, además de su carrera como músico, Brian Wilson, también ha trabajado como actor ocasional, y como actor de doblaje, y ha aparecido en programas de televisión, largometrajes, y videos musicales de otros artistas.
Siempre se ha sabido, que la genialidad y la locura, suelen andar de la mano.
Aquí se nos muestra una vez más esta circunstancia.
Es difícil volar y tocar tierra a la vez.
Los genios creativos, emiten en otra frecuencia, viven en otro mundo, son distintos.
Los terrestres disfrutamos su obra, pero no nos gusta la excentricidad de la persona que la creó.
Nos interesa el personaje, más que la persona.
Los problemas de Brian Wilson para convivir a un tiempo, en su mundo, y en el nuestro, son asuntos que competen al amor y a la misericordia.
“I want you to leave, but I don't want you to leave me”
Love & Mercy es una película musical, del año 2015, dirigido por Bill Pohlad.
Protagonizado por Paul Dano, John Cusack, Elizabeth Banks, Paul Giamatti, Jake Abel, Joanna Going, Kenny Wormald, Dee Wallace, Erin Darke, Max Schneider, Nikki Wright, Michelle Lenhardt, Claudia Graf, Joanne Spracklen, Paige Diaz, Violet Paley, Kirstin Masters, entre otros.
El guión es de Oren Moverman, y Michael A. Lerner, sobre aspectos de la vida del cantante y compositor de The Beach Boys, Brian Wilson.
Bill Pohlad, como un reconocido productor de películas; con Love & Mercy da un paso más allá, y se coloca tras la cámara, para narrarnos la asombrosa evolución de un chico de coro, que llega a convertirse en un legendario icono de la música pop.
Su descenso a los infiernos y su redención, a ritmo del “California Sound”
La intención de Pohlad es clara, mostrar al mundo la calidad artística del protagonista, a pesar de tantas vicisitudes por las que tuvo que atravesar a lo largo de su vida.
Y nos muestra la figura del genio, en pleno éxtasis creativo, cuando trabaja en la composición, y en la dirección de los músicos en el estudio de grabación.
Love & Mercy no hace un repaso por toda su vida, sino toma 2 momentos concretos, y partituras esporádicas de lo que con antelación tuvo lugar, no resume, no juzga, no usa el convencionalismo lineal de “biopic de estrella”, la joven parte exhibida con más deleite y pasión/la adulta más densa y carcomida.
Con escenas evocadoras, efervescentes, deslumbrantes y motivadoras, es un filme interesante en su originalidad, psicodélico en su costumbre de andadura, enigmática en conjunto, no al modo de la biografía tradicional, y profundiza en la mente de un creador, en sus miedos, desequilibrios, y lucha interna; y deja sin cerrar muchas puertas abiertas, que no enturbian lo que realmente se desea contar, instantes puntuales de una realidad agónica, que parece por fin, logrando placidez y bonanza, y satisfacción en el espectador.
Así las cosas, la mente de uno de los mayores genios del pop no merecía otra cosa.
La historia se centra en el músico y compositor Brian Wilson (Paul Dano/John Cusack), el enigmático cantante, compositor, arreglista, y cofundador, junto a sus hermanos:
Carl (Brett Davern) y Dennis Wilson (Kenny Wormald); su primo Mike Love (Jake Abel), el compañero de estudio, Al Jardine (Graham Rogers), y Bruce Johnston (Nick Gehlfuss), que se unió un poco más tarde al grupo, para reemplazar a Brian Wilson en las actuaciones en directo, del grupo pop-surf:
“The Beach Boys”
Y nos habla sobre su influencia en la música, y sus problemas nerviosos que propiciaron la relación, específicamente de Brian con el controvertido terapeuta Dr. Eugene Landy (Paul Giamatti), y su posterior romance con Melinda Ledbetter (Elizabeth Banks)
Love & Mercy, es una película que logra profundizar en la mente de Brian Wilson, y examinar todas sus motivaciones, las luchas personales, sus miedos interiores, con un Bill Pohlad, altamente detallista, que ha contado con la ayuda del mismo músico y su esposa, Melinda Ledbetter, supervisando los momentos claves, como los rodajes en el estudio de grabación.
En definitiva, una gran película, bien filmada, con un extraordinario guión, con un gran elenco de actores, que están a la altura de las circunstancias.
Y poco a poco, nos vamos dando cuenta, de que Love & Mercy no sólo es un homenaje a este gran artista, sino que se trata de una ovación a la buena música, y una crítica a toda aquella que no es engendrada por una necesidad de expresión interior del artista.
Y así, Love & Mercy es uno de esos títulos que, a pesar de llegar sin hacer mucho ruido, sin una gran promoción, y en un momento del año en el que los grandes “blockbusters” se suelen repartir la taquilla que supone la cartelera veraniega, se convertirá en una de las grandes sorpresas de la temporada, y en una obra que merece ser vista, más de una vez.
“We're not surfers, we never have been, and real surfers don't dig our music anyway!”
Partamos nuevamente, que Love & Mercy no es un “biopic” al uso, primero porque el relato no es lineal, ya que constantemente salta del pasado al presente, centrándose en 2 periodos muy concretos de la vida Brian Wilson.
Tiene un guión muy bien trabajado, que no elude las cuestiones más incomodas, como los primeros contactos con las drogas, y la evidencia de que su salud mental empezaba a deteriorarse…
Bill Pohlad, el director, se aproxima al biografiado, como el mismo Wilson componía sus canciones.
El mérito de Love & Mercy, reside no sólo en las actuaciones, también en una dirección valiente, a intimista, en la que consigue equilibrar bien los tintes dramáticos de la historia, con la vitalidad que desprenden las canciones de The Beach Boys y, por ende, el cerebro tras ellas.
Y el resultado es todo un alegato a la vida y la esperanza.
De alguna manera, el metraje dedicado al joven Wilson, es la constatación de una hipótesis de dominio público:
La verdadera genialidad, suele venir acompañada de un respetable nivel de locura.
El director, dedica gran parte de este hilo argumental, a exponer la personalidad del compositor:
Apasionado de la música, dotado de un talento descomunal, y esclavo de sus inseguridades, éstas últimas, materializadas a través de la figura paterna, Murry Wilson (Bill Camp), y la de Eugene Landy; al mismo tiempo que los vemos como los antagonistas de toda la obra.
Ambos personajes, representan el nexo de unión entre las 2 épocas que abarca Love & Mercy, siendo el 2º, la trágica prolongación del patriarca de los Wilson, en materia de manipulación, maltrato psicológico, y envidia insana.
Así se presenta Love & Mercy, como un relato paralelo, que abarca 2 períodos concretos de tiempo, en la vida de Brian Wilson:
Por un lado, los años 60, con un joven Wilson, compositor y genio creativo, que ya ha alcanzado la fama con su grupo, The Beach Boys.
Después de un ataque de pánico en un avión, Wilson se aparta de las giras, para centrarse en la grabación de un disco, que considera la obra más grande jamás creada, donde volcará todo su talento creativo, a la vez, que empieza a perder el contacto con la realidad, y a escuchar voces en su cabeza, algo que se verá agravado por el consumo de drogas.
La tensa relación con su padre, un hombre estricto y violento con él cuando era niño, tampoco ayuda.
Y es que tras la publicación de “Rubber Soul” de The Beatles, Wilson quería hacer el mejor álbum posible, y superarlo.
Por eso, se centró durante años, en su obra “Pet Sounds” junto a The Beach Boys, que fue valorada con el paso del tiempo.
Más adelante, en solitario, Brian trataría de crear “SMiLE”, pero sería mucho después…
En la etapa juvenil, también quedaron traumas y fragmentos incurables en su mente, tras la dura infancia, que vivió junto a su padre, rígido, intolerante, y muy exigente con Wilson, y sus hermanos, a los que llegaba a golpear.
Y por otro lado, vemos a un Wilson de mediana edad, en la década de los 80, cuando conoce a Melinda, una guapa vendedora de coches, con la que intenta mantener una relación.
Pero la vida de Wilson está muy controlada por el Doctor Eugene Landy, el hombre que años atrás, consiguió que dejará las drogas, y que ahora es su tutor legal, controlando cualquier aspecto de su vida.
Pero Melinda comprueba, como el doctor medica en exceso a Brian, y le ha apartado de su familia, impidiendo que los vea, y tiene una relación de dependencia y sumisión con él, que no es sana.
Esa decadencia final, y salvación, es lo que retrata esta parte “moderna y más actual”
Y todo ello funciona en su conjunto, como retrato de una mente trastornada, y anima a descubrir a un grupo, normalmente reducido a “Surfin' USA”
La admiración de Pohlad hacia la figura de Wilson, es patente pero sin caer en una hagiografía barata, ni en una exaltación de virtudes gratuita.
Y no quiere ser la película más profunda o didáctica sobre la vida de Brian Wilson, o centrarse en los fans de The Beach Boys...
En sentido estricto, se decanta por dar a conocer el peligro que se esconde tras las bambalinas del éxito, la fama, el dinero, y todo lo que tiene que ver con triunfar en el mundo de la música, y el espectáculo en general.
La decadencia, puede llegarle a cualquiera, porque la magia y el talento pueden no ser suficientes.
¿De qué sirve crear hits coreados por millones de personas, cuando se es simplemente un humano atormentado más?
En lo técnico, todo funciona muy bien a nivel estético, tanto en la fotografía con tonos pastel, y con una imagen menos nítida en la década de los 60, inclusive granulado en partes, y otras estampas más brillantes durante los años 80.
En algunos momentos, con imágenes en blanco y negro, como en el vestuario, y en la dirección artística, que recrean perfectamente ambos periodos.
Inclusive el formato usado e intercambiado de momentos, le da mucha credibilidad.
Muy bien reflejada queda la soledad que debió sentir Brian, al no sentirse entendido y respetado por el resto del grupo, algo que le aisló más en su mundo interior, con esas voces que escuchaba en su cabeza.
Y me llama poderosamente la atención, que ningún miembro de la banda, formada por 2 de sus hermanos, un primo, y un amigo de la infancia, vamos, gente muy cercana y de la edad, no les pareció notar, que Wilson necesitaba ayuda, y estaban más preocupados en encontrar un tema que le devolviera al N°1 de las listas de ventas.
A ello, se suma un esmerado fondo musical espléndido; que dicho de otra forma, musicalmente, Love & Mercy es un milagro.
Otro de los aciertos, es la elección de 2 actores diferentes, para interpretar al mismo personaje:
Paul Dano para el joven Brian Wilson, y John Cusack para su versión adulta.
Son 2 actores distintos, para remarcar el hecho de que la personalidad de Wilson cambió tanto, que se convirtió en una persona distinta.
En contraste con la introspección de Cusack, Dano se deja llevar como Brian Wilson, ofreciendo la clase de interpretación para la que se han inventado los premios; pues tiene un rendimiento increíble, hasta llegó a engordar varios kilos para parecerse al personaje.
Y los 2 han sabido captar esos aspectos de la personalidad de Wilson, que le hicieron de él, un músico excepcional.
Pero Dano, que vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de la actualidad, desde la primera escena, se mete en el personaje, y nos creemos que es Brian Wilson, con unos gestos que expresan mucho, sin hacerlo de manera exagerada.
Le vemos sonreír, gritar, tocar el piano, componer, e incluso cantar, y todo eso con una gran naturalidad.
Frente al piano, cualquier nota se convierte no sólo en un hit, sino también en la respuesta visceral al abuso paterno.
El espectador entiende así, cuán liberadora y necesaria es la creación artística para el ser humano, como la secuencia en la que interpreta por primera vez, delante de su padre, “God Only Knows”, es maravillosa y espeluznante a partes iguales.
Y merece una nominación al Oscar, pero mucho me temo que al estrenarse tan pronto, los académicos se olvidarán de él...
Por contraparte, la femenina, Elizabeth Banks es el único personaje femenino destacable, como Melinda Ledbetter, la mujer que lucho por apartar al doctor de la vida de Wilson, que más tarde se convirtió en su segunda esposa, y con quien tendría 5 hijos.
Banks, como una mujer con personalidad, su Melinda va tomando forma progresivamente, hasta erigirse en la pieza clave.
Así, Melinda Ledbetter y Eugene Landy, protagonizan la eterna lucha entre el bien y el mal.
Lejos de recurrir a estereotipos, el enfrentamiento es desarrollado a fuego lento, y librado a lo largo de varios asaltos, que representan una primera toma de contacto entre los 2 contendientes:
La intimidación del favorito, la sólida defensa del aspirante, y la lucha definitiva, cuerpo a cuerpo, en la que los 2 buscan el “knock out” directo.
Durante este combate, el director realiza una exhibición de sus principales virtudes:
Construye unos personajes tan profundos e interesantes, que no necesita abusar de la figura de Brian Wilson, favoreciendo la entrada de diferentes puntos de vista, que enriquecen la narración.
Por cierto, que el título “Love & Mercy”, hace referencia al título de una canción escrita por Brian Wilson, y que apareció en su álbum en solitario, lanzado en 1988, canción que podemos escuchar durante los títulos de créditos finales, interpretada por el auténtico Brian Wilson.
Otro de los elementos que contribuyen, sin duda, a la calidad, es la generosidad con la que Brian y su esposa Melinda, han enfocado el proyecto Love & Mercy.
En un momento del filme, John Cusack dice.
“Soy un libro abierto”, y esa parece haber sido la máxima, con la que han llegado hasta el final, aunque la realidad fuera dolorosa.
El propio Wilson ha confesado, incluso, haber vuelto a sentir miedo al visionar algunas de las escenas de maltrato por parte del Dr. Landy.
De hecho, Oren Moverman y Michael Alan Lerner, autores del guión, consultaron con ellos, detalles de la historia, para darle la lograda veracidad y delicadeza.
Como antagonista, Paul Giamatti se encarga de dar vida al doctor Eugene Landy, un tipo cruel y manipulador, que se estuvo aprovechando durante años de su paciente.
Y sorprende mucho su trabajo, mostrando su lado más grosero y desagradable, que acaba rozando la caricatura diabólica.
Así las cosas, ellos son los 2 antagonistas de Brian:
Su padre y manager Murray, alcohólico y despótico; y el Dr. Landy, un ser pequeño en todos los sentidos; y me atrevo a agregar a otro antagonista, “menor”, o a la altura de Brian:
Jake Abel como Mike Love, quien le consigue dar la réplica, en las mejores escenas relacionadas con la discusión, acerca del nuevo giro que estaba dando el grupo, abandonando su origen “surfer”
En definitiva, Love & Mercy deja con ganas de mucho más, y como “negativo” para los fans de The Beach Boys, quizás critiquen la excesiva atención a la figura de Brian, en detrimento de sus hermanos:
Dennis y Carl, y del resto de componentes del grupo, que aparecen desdibujados con el fin de ensalzar al protagonista.
En realidad, Love & Mercy no es más que una excusa, para abordar temas tan interesantes, como la manipulación, el amor desinteresado, la cara y la cruz del talento, y la familia, usando a Brian como centro donde orbitan los demás.
No es para menos, que el visionado de deja un sabor agridulce en el paladar, resultante de la extraña combinación entre la amarga existencia de Wilson, y el placer que proporciona asistir al proceso creativo de un artista irrepetible.
En el haber de Pohlad, cabe destacar la proeza de empaquetar con optimismo, una vida repleta de calamidades, y cambiar la percepción consolidada sobre un mito viviente.
Actualmente, encontraremos pocos debuts tan arriesgados y estimulantes, como el de un director, que nunca pierde el respeto por un protagonista idóneo para la práctica del sensacionalismo más barato.
Y esto, amigos, es tener personalidad.
En cualquier caso, tanto si el espectador es seguidor de la banda californiana, como si no lo es, terminará con esas canciones, como una nana meciendo sus pensamientos, y con la agradable sensación de que la vida, siempre te da una segunda oportunidad.
La banda sonora, con temas grabados en directo, y otros de estudio, por cierto, filmada en los estudios reales de grabación del grupo, está muy trabajada por Atticus Ross.
“The Life, The Love and The Genius”
The Beach Boys, son considerados según los críticos, como uno de los grupos de rock estadounidense, más importantes en la evolución de la música popular.
Críticamente aclamada, y comercialmente exitosa, ellos dejaron un legado de ventas, que oscila entre los 100 y los 300 millones discos en todo el mundo.
Influyeron en una gran cantidad de artistas de diversos géneros y décadas.
Fue una de las pocas bandas, al lado de conjuntos como The Mamas & The Papas, por ejemplo, cuyo éxito no se vio perjudicado por la invasión musical británica.
Y es que existieron muchos grupos de “surf rock”, durante la primera mitad de la década de 1960, pero ninguna trascendió mundialmente como The Beach Boys.
Algunos artistas influenciados por ellos fueron:
The Beatles, George Martin, The Velvet Underground, Pink Floyd, The Who, Elton John, ABBA, Bruce Springsteen, Beck, R.E.M., Weezer, Radiohead, Daft Punk, entre muchos otros.
Y fueron uno de los primeros autores intelectuales del rock y pop psicodélico, rock ácido, art rock, art pop, rock progresivo, y sunshine pop; y además de The Beatles, The Beach Boys llegaron a llamar la atención de varios de sus contemporáneos del pop y del rock, durante la década de 1960, en los que se incluyeron:
The Rolling Stones, Harry Nilsson, Roger Waters de Pink Floyd, Lou Reed de The Velvet Underground, y Frank Zappa.
Lamentablemente, Brian es el único sobreviviente, de manera irónica, era el más “desequilibrado” pues sus 2 hermanos ya fallecieron:
Carl Wilson, murió de cáncer de pulmón, en febrero de 1998, 3 meses después de la muerte de su madre Audrey.
Sus restos se encuentran en El Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.
Después de años de tratamiento y recuperación, Brian comenzó una carrera en solitario, con la publicación de “Brian Wilson” en 1988, el mismo año que The Beach Boys fue introducido en El Salón de La Fama del Rock and Roll.
Desde entonces, Brian ha ofrecido conciertos con una nueva banda, y publicado varios trabajos de estudio, incluyendo “Brian Wilson Presents SMiLE”, que ganó un Grammy en la categoría de Mejor Interpretación Instrumental de Rock, por la canción “Mrs. O'Leary's Cow”
Léase el sarcasmo.
En diciembre de 2011, Wilson volvió a unirse a The Beach Boys, en una gira de reunión, con motivo del 50ª aniversario del grupo.
Y para entonces, la revista Rolling Stone, había situado a Brian Wilson, en el puesto N°52, en la lista de los “100 mejores cantantes de todos los tiempos”
En 2012, la publicación NME, clasificó al músico, en el puesto N°8 de la lista de los “50 mejores productores, y escribió:
“Pocos consideran, cómo de innovadoras fueron las técnicas de estudio de Brian Wilson, a mediados de la década de 1960”
Cuando veo este tipo de filmes busco sentir, llorar, pensar, y analizar.
Y así ha sido.
“Tony and I think that if you close your eyes you can see a place or something that's happening.
It's like being blind but because you're blind you can see more.
Don't you think it's a spiritual kind of thing?”
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