Mission: Impossible

“We're going to do it”

En plena Guerra Fría, surgieron infinidad de películas y seriales de espionaje, en parte, inspirados por el fenómeno fílmico “James Bond - Agente 007”, y por otro lado, como una expresión social, frente a la amenaza atómica de las 2 superpotencias:
Estados Unidos y La URSS, en constante carrera armamentista.
Bajo ese marco se transmitió “Mission: Impossible”, una serie de televisión estadounidense, emitida por la cadena CBS, entre los años 1966 y 1973, llegando a estar 7 temporadas al aire, totalizando 171 capítulos; para luego volver con 2 temporadas más, con 35 capítulos, entre 1988 y 1990, pero no como una continuación, sino como un “Reborn”, siendo emitida esta vez, por la cadena ABC.
Fue en 1965, cuando Bruce Geller, su creador, presentó la idea original a la CBS, de una serie de espionaje moderna, con cierta inspiración en la película “Topkapi” (1964), con planes elaborados “para salvar al mundo de amenazas externas”
En aquella época, la parrilla televisiva de EEUU, estaba dominada por las series del Oeste y por comedias.
Ante ese panorama, la CBS decidió probar con un producto nuevo, muy moderno, y consiguió un éxito enorme, acaparando los EMMYs en 1966 y 1967, y creando un estilo propio, que ha sido imitado por muchas series posteriores, y encumbrado en su paso a la pantalla grande.
Los episodios de la serie “Mission: Impossible”, son completamente independientes, y se pueden catalogar como “mini películas de 45 minutos” y tenían un esquema similar, por lo menos en las primeras escenas:
Un agente secreto del gobierno, recibe en una cinta o disco, que luego de reproducido, se autodestruye.
Es una misión especial, con objetivos encubiertos, o que oficialmente serán negados.
Luego de conocida la misión que le ha sido encomendada, deberá elegir al equipo de trabajo, de entre los miembros que figuran en el “Impossible Mission Force” (IMF); que es una agencia de inteligencia ficticia del gobierno de los Estados Unidos.
Los agentes de la IMF, entran al mundo del antiterrorismo, espionaje, y crimen internacional; pero sí un agente muere, o es capturado, el gobierno rechazará cualquier conocimiento de sus acciones.
Aunque la serie declara que la IMF es una agencia independiente, con vínculos con La CIA y El MI5, se establece que la IMF es en realidad, una división de operaciones encubiertas de la CIA, y no se sabe a quién le responde la IMF, pero se cree que es una gran red internacional.
El esquema de la serie, era la de un equipo de especialistas, que debían montar un engaño para que las víctimas, generalmente espías, dictadores, enemigos del mundo occidental; de “motu proprio” es decir, voluntariamente, develaran algún secreto, o terminaran por sabotear sus propios proyectos.
El problema de la serie, es que nunca se caracterizó por desarrollar a sus personajes, más allá de la trama.
A pesar de eso, poseía una mecánica muy aceitada, que siempre terminaba sorprendiendo al espectador, ya que nunca podía saber, cómo el equipo lograría su objetivo.
Siguiendo con el formato introductorio, a continuación, se prendía la mecha con los títulos de crédito, y en la siguiente escena, veíamos al jefe del equipo, revisando un “dossier” con diferentes personajes, pasando las fotos de una en una, y seleccionando a los que considera ideales para la misión, y descartando a los que no quería, las fotos de los descartados, solían ser de familiares del equipo, o de ejecutivos de la cadena CBS, como broma interna.
Con un equipo altamente cualificado, con preparación tanto técnica como en defensa, disfraces, tácticas de ataques, y provisto de lo último de la tecnología, el grupo que encabeza, habrá de enrollarse en peligrosas y difíciles misiones, con el objetivo de apuntalar, defender, o evitar el quiebre de la seguridad nacional, principalmente intereses estadounidenses.
La trama de cada capítulo, estaba realmente bien elaborada, y se reservaba siempre varias sorpresas o giros inesperados en el argumento, que funcionaban con la precisión de un reloj suizo, y nos mantenían pegados a la pantalla, esperando la siguiente vuelta de tuerca.
Al ser una fuerza clandestina, evitaban en la medida de lo posible, el asesinato del malhechor de turno, para no levantar sospechas, prefiriendo desacreditarlo o dejarlo en evidencia frente a sus hombres o superiores, para que ellos mismos se encarguen de acabar con el villano.
Muchos episodios, finalizaban con el equipo huyendo, una vez acabada la misión, con ruido de disparos de fondo, que nos hacían presagiar el final del objetivo, sin mancharse las manos.
Casi siempre, los objetivos de las misiones del equipo, ocurrían en Europa Oriental, es decir, del otro lado del “telón de acero”
De hecho, una de las cláusulas de IMF decía, que “si algún agente era capturado o muerto en una misión, el gobierno de Estados Unidos desconocería su existencia”
Esta frase, era la última que se escuchaba en la grabación, antes que éste se autodestruyera.
Así comenzaba una misión imposible, con la tecnología como aliada, cada capítulo los ponía en marcha para salvar a la nación, la humanidad, los pueblos oprimidos, y el mundo entero, en general.
Los grandes méritos de la serie fueron varios:
La rotación de los actores, pue el elenco cambió considerablemente durante la programación de las 7 temporadas; esto dependía de ciertas oportunidades por el contenido de la misión.
El Líder, El Experto en Tecnología, El Músculo, El Maestro del Disfraz, y La Mujer Fatal.
Día tras día, esta fuerza de élite, se enfrenta al fracaso, al apresamiento, y a la muerte, pero nada importa más que su misión, anunciada en un mensaje que se autodestruirá tras emitirse...
El esquema abierto de la serie, permitía traer a estrellas invitadas, como miembros por un día del equipo, aunque la mayoría del equipo:
El actor, la chica, el cerebro, y el forzudo, eran constantes en todas las misiones, pero siempre pasaban por el proceso de selección del “dossier”
Un hecho interesante a destacar, es la irrelevancia de la vida privada del equipo en la serie.
El creador de la serie, Bruce Geller, consideraba que era una distracción para la trama de la serie, y tuvo muy claro, que no se daba ningún dato privado de los miembros del equipo.
Este hecho permitía cambiar a los actores que hacían de miembros del equipo, sin tener que dar ninguna explicación y, como nunca moría ninguno de ellos en las misiones, los cambios de actores eran directos, y a palo seco.
El comienzo y fin de la historia en cada capítulo, o a lo sumo 2 capítulos, manteniendo un hilo común, es otro de los detalles característicos.
El uso de tecnología, así como máscaras y otros elementos que hacían atractiva la serie, un aspecto destacadísimo, y muy atractivo, era el del “know how” o conocimiento y tecnología de punta, a esto se sumaba cierto glamour en la belleza femenina de turno, que dejaba de ser pasivo, y llegaba hasta a ser agresivo; así como el uso de una estética, en vestuario, decorados, muebles, automóviles sesentistas, que resultaban futuristas para su época.
Y claro está, la música de Lalo Schifrin, la cual es usada en distintos tonos a lo largo de cada capítulo, y dependiendo de la situación; acompañada visualmente por el dibujo animado de una mecha, que se iba consumiendo sobreimpresa a los títulos.
El argentino Lalo Schiffrin, fue el primer compositor en crear una música específica para cada miembro del equipo, que es la que se escuchaba cuando éste entraba en acción, reforzando la presencia, y la identificación del personaje.
Recurso que se ha seguido utilizando posteriormente, y con mucha frecuencia.
“Expect The Impossible”
Mission: Impossible es una película de acción, del año 1996, dirigida por Brian De Palma.
Protagonizada por Tom Cruise, Emmanuelle Béart, Jon Voight, Jean Reno, Vanessa Redgrave, Kristin Scott Thomas, David Schneider, Emilio Estévez, Henry Czerny, Ving Rhames, Ingeborga Dapkunaite, Marcel Iures, Marek Vasut, entre otros.
El guión es de Robert Towne, David Koepp, sobre una historia de Steven Zaillian, y David Koepp, basados en la serie de televisión “Mission: Impossible”, creada por Bruce Geller.
Para poner en marcha su productora, Tom Cruise eligió la mítica serie de televisión; que narraba historias de espías, de un grupo dedicado a misiones de alto riesgo.
Cruise eligió esta serie, pero podría haber hecho una película independiente, porque de esta, sólo cogió el título, y la famosa sintonía introductoria de Lalo Schifrin.
La elección de todo un veterano como Brian De Palma para dirigirla, dice mucho de las intenciones de Cruise como productor.
De Palma, siempre se vio a sí mismo, como “el alumno aventajado de Alfred Hitchcock”, y aquí se revela con “El Falso Culpable”, siendo Mission: Impossible, su oportunidad de hacer una película de espías “a la vieja escuela”
El trabajo sobre el guión, había comenzado temprano, con el cineasta Sydney Pollack a bordo, antes que con De Palma, Steven Zaillian, David Koepp, y Robert Towne.
Cuando entró en preproducción, sin un guión de rodaje, De Palma llegó con algunas secuencias de acción, pero Koepp y Towne, no estaban satisfechos con la historia que condujo a esos eventos…
Es decir, De Palma diseñó muchas de las escenas de acción, antes de que la línea argumental estuviese finalizada, forzando a los guionistas, a escribir entorno a esas escenas.
Pero juntos armaron una trama, que ayudaba a resaltar muchas de las constantes del director neoyorquino:
La camaradería y las amistades traicionadas, los continuos juegos con los puntos de vista, y la cámara juguetona tan habitual en su cine.
En cuanto a su lanzamiento, tiene 2 peculiaridades.
Mission: Impossible fue la primera película que se estrenó en más de 3,000 salas en EEUU.
Y fue la última película comercial, que tuvo formato Betamax.
Tuvo un presupuesto de $80 millones, y generó por venta de taquillas, la cantidad de $458 millones, más $93 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, siendo la 3ª película más rentable de 1996.
Su éxito provocó 4 secuelas:
“Mission: Impossible II” (2000), “Mission: Impossible III” (2006), “Mission: Impossible – Ghost Protocol” (2011), y “Mission: Impossible – Rogue Nation” (2015)
La característica de las misiones de este equipo de espías “Impossible Mission Force” (IMF), es que serían prácticamente imposibles para cualquier grupo común de agentes; pues las misiones son inverosímiles, y los agentes se convierten en súper agentes.
Uno de ellos es Ethan Hunt (Tom Cruise), un súper espía, capaz de llevar a cabo la misión más peligrosa, con la máxima eficacia y elegancia; y forma parte de un competente equipo dirigido por el agente Jim Phelps (Jon Voight), que ha vuelto a reunir a sus hombres, para participar en una dificilísima misión:
Evitar la venta de un disco robado, que contiene información secreta de vital importancia.
Pero en el intento mueren varios agentes, y Hunt es acusado del fracaso y la muerte del equipo.
Ahora, Hunt y la única sobreviviente, Claire (Emmanuelle Béart), esposa de Jim, deberán correr contra el tiempo, evitando ser cazados por sus propios compañeros y, a la vez, investigar por su cuenta, para demostrar su inocencia.
Esta premisa no es nada del otro mundo, pero la ejecución hace de Mission: Impossible, uno de los filmes de espionaje, más intensos y entretenidos del género.
“It's much worse than you think”
Si bien, Mission: Impossible toma partes de la esencia de la serie, pronto levanta su propio vuelo, y termina por abandonar las bases.
Hay muchos elementos reconocibles aquí, para los seguidores de las aventuras del equipo:
Ethan Hunt, es básicamente un reciclado del famoso personaje de Martin Landau, Rollin Hand de la serie, que se caracterizaba por impresionantes maquillajes, que le permitían tomar el lugar de algún carácter, y manipular la situación, aunque en el film, cuando Cruise está maquillado, y no es un efecto especial, se ve realmente obvio.
Está Jim Phelps, ahora encarnado por Jon Voight; y Ving Rhames, en el puesto que bien podría ser el de Barney Collier, “el sabelotodo en electrónica” que encarnaba Greg Morris en el original.
Otras características, se mantienen en la película:
La primera de éstas se ve, cuando Jim Phelps recibe la misión, a borde de un avión, cuando en aquel entonces se permitía fumar en los aviones...
La segunda ocurre, cuando Ethan Hunt, tiene que armar un equipo con Claire, Krieger (Jean Reno), y Luther (Ving Rhames) para una nueva misión.
Es clave esto, de que sean un equipo, porque Ethan es uno más en el equipo, por lo que cuando ocurre la traición, y no sabe qué ocurrió con el resto de los miembros del equipo, queda literalmente solo, y además, considerado como responsable, por la propia IMF.
Es entonces, cuando el personaje de Cruise, se prueba como un héroe, pero no es el todopoderoso héroe de acción de los 80s, para nada.
Hunt es un fugitivo, y dadas las circunstancias, se vuelve bastante paranoico, desconfiando de todo el mundo, demostrando vulnerabilidad.
Eso lo hace más cercano como personaje, pues como espectadores, vivimos su tensión y su urgencia por escapar, y por desenredar todo este misterio.
Sobre Jean Reno y Ving Rhames, aportan su cuota de tensión y humor respectivamente, pero sin duda, el personaje de apoyo que más destaco, es a Vanessa Redgrave, quien brilla como Max, pues le aporta clase, y eleva cada escena en la que aparece.
Si bien, Mission: Impossible tiene un montón de acción, también es una película de espionaje y suspenso, pues son la intriga y la tensión, los motores principales de la historia.
Esto no quiere decir que sea una película lenta, de hecho, el sentido de urgencia se impone a lo largo de todo el metraje, que como dato curioso, no hay ningún tiroteo en toda la película, e Ethan Hunt nunca dispara una pistola.
Hablando de momentos de acción con suspenso, la escena de la infiltración en La CIA, es una de las más icónicas del cine de las últimas décadas, con Tom Cruise suspendido por un cable, sin poder tocar el piso.
Esta escena está tan bien construida, que uno siente desde el principio, lo imposible de la tarea, cuando empiezan a planificarla en el tren, y muestran todos los obstáculos que deberán sortear.
Además, el director tomó una osada decisión, al mantener toda la escena sin música, sólo el silencio de Tom Cruise, suspendido en el aire, lo que aumenta aún más la tensión y el suspenso.
Sobre la tecnología usada:
Vemos gafas con cámara, “streaming” a tiempo real con varias cámaras en alta calidad, simultáneamente a varios dispositivos, sin “wifi”, aunque la primera versión oficial de dicho protocolo, es de 1997, muy curiosamente... esto es, adelantarse a su tiempo, y lo demás son tonterías, como “el chicle explosivo”
Pero no todo fue un camino de rosas…
Los roces entre Cruise y De Palma fueron continuos, ya que el primero se cansó un poco de la obsesiva perfección y virtuosismo del italoamericano, empeñado en hacer de cada escena, un “tour de forcé” audiovisual.
Tanto es así, que ni siquiera participó en la promoción de Mission: Impossible.
Esta lucha de egos, nos dejó el impresionante inicio en Praga, la ya mítica escena del robo en Langley, y el espectacular final en el túnel del TVG Londres-París.
Y a pesar del lujoso “casting”, se concentraba en el personaje de Ethan Hunt, interpretado por Cruise, y obviaba todo el concepto grupal de la serie.
El actor original de la serie, Peter Graves, no quiso participar en la producción, sobre el personaje que más fama le había dado, por lo que el papel corrió a cargo de John Voight.
Graves, no aceptaba que el personaje Jim Phelps, héroe de la serie, pasara a ser el malvado de la película.
También, Martin Landau, que participó en la serie, dijo que la historia, en vez de ser una “misión” en la que su principal objetivo es que nadie sepa que han estado allí, es una película de acción más.
Y así fue como Tom se creó un personaje a la medida de sus posibilidades interpretativas, y sus gustos cinematográficos.
Dudo que algún lector no haya visto Mission: Impossible, pero ciertamente, transformar al incorruptible Jim Phelps en el villano, es un sacrilegio.
Y el guión termina por “bondizar” la historia, ya que Ethan Hunt pasa a ser un héroe todo terreno.
Mission: Impossible, como serie entera de películas con Tom Cruise dentro, lleva años jugando en ese espacio estrecho que define a la perfección el cine de acción.
Hablamos del dulce placer que produce la mezcla de lo muy improbable, con lo poco verosímil.
Siempre en el límite.
Un paso más allá, y todo queda reducido en las cenizas de lo completamente inverosímil, tristemente probable, o totalmente idiota.
Y se acabó…
Digamos que la gracia consiste en mantener intacta la sensación de “dulce mentira”
Sabemos que lo que ocurre en la pantalla, no puede ser cierto, pero también somos capaces de imaginar que, de ser verdad, seríamos más felices.
Mi escena favorita, es cuando Jim vuelve a aparecer, y le está explicando a Ethan lo qué pasó con él, y con un gran uso de edición, Ethan le responde, mientras en su mente ve lo que realmente pasó…
Eso fue brillante.
Y toda la secuencia en el tren, es simplemente espectacular, con Jon Voight y Tom Cruise, prácticamente volando, afirmados en el techo, y luego con el helicóptero enganchado, y adentro del túnel.
Uno está al borde del asiento, pues siente la adrenalina de toda la escena.
Y sin dudas un excelente remate, es el de Tom Cruise pegando el chicle explosivo en el helicóptero, y saliendo disparado por la explosión hacia el tren...
Lo peor de Mission: Impossible es:
Demasiado “imposible”
Cuando Tom Cruise hace la escena en la que está con una cuerda bocabajo en la sala de La CIA, que en seguida salta la alarma por el cambio de peso, o de temperatura...
Cuando pasa el hombre que estuvo antes vomitando, se ve en el suelo su reflejo, menos el de Tom…
¿Cómo es posible?
Hay un gran fallo de producción.
Si nos fijamos en el reloj de la pared, los saltos en el tiempo no se corresponden con el tiempo real de la cinta, algo que los editores pasaron por alto.
¿Tanta seguridad en esa sala, y no se les ocurre poner una maldita cámara?
Otro detalle es que ninguna persona podría maniobrar, ni moverse como se mueve, sobre un tren que se desplaza a 300 km/h:
En la escena, Jim Phelps dispara a la chica, y escapa a través de una trampilla, al techo del tren.
Posteriormente, Ethan sale tras él.
Cuando se asoma, el malo intenta acercarse al helicóptero, utilizando unos aparatos que se fijan al techo del tren, pero...
¿Para qué los necesita?
La dirección del aire no va en su contra, sino a su favor, ya que el tren se mueve en ese sentido.
En todo caso, tendría que poner el cuerpo en el otro sentido del aire, ya que si no, éste le empujaría por las piernas.
El uso correcto de estos aparatos sería, si el sujeto en cuestión, quisiese alcanzar la parte delantera del tren, y no la trasera.
Es imposible, que un helicóptero vuele dentro de un túnel, puesto que el aire que desplaza hacia arriba, le proyectaría hacia abajo con tal fuerza, que se estrellaría automáticamente.
Y por último, como era de esperar, está la partitura inmortal de Lalo Schifrin, en diversos arreglos tanto de Danny Elfman, como de Larry Mullen y Adam Clayton, integrantes de la agrupación irlandesa, U2.
“These guys are trained to be ghosts.
We taught them to do it for Christ's sake”
Los continuos cambios de actores en la serie de TV, “Mission: Impossible” erosionaron las audiencias, y llevaron a la serie a su cancelación de forma fulminante, en el año 1973, pero a alguna mente luminosa, se le ocurrió resucitar la serie en 1988, con nuevos actores, pero con la continuada presencia de Peter Graves como jefe, aunque con bastantes retoques estéticos.
Si a eso le añadimos un elenco de actores desconocidos, con la excepción de Phil Morris, el actor de color, hijo del actor original de la serie, el resultado fue un “remake” execrable, rodado en Australia para ahorrar costos, y que apenas duró 2 años.
Así pues, en aquel momento, “Mission: Impossible” era una serie trepidante y frenética para los cánones de la época, y tengo que reconocer, que su estructura cinematográfica la hacía ideal para su adaptación a la pantalla grande, como lo hizo el avispado de Tom Cruise, en 1996.
Pero con su serie de películas, aquí hay un salto que define a la perfección, el cine de aventuras en general, y el de acción, en particular:
El que va de lo improbable a lo inverosímil... llegando inclusive a la ciencia ficción.

“This tape will self-destruct in five seconds”



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