Vehicle 19

“He picked the wrong car.
They picked the wrong guy”

No hay mucho que decir cuando un actor es “malogrado” o cuando no obtuvo buenos papales en su carrera, debido a un temprano fallecimiento, que ya venía dando anuncios de tragedia…
El protagonista absoluto de la mundialmente conocida saga “Fast & Furious”, Paul Walker.
Si bien debo reconocer, es una serie de películas que nunca me han llamado especialmente la atención, y gustándome el género de acción, sin embargo, por lo visto, este actor era simpático, y tenía todo para triunfar; y lo que es más importante, disfrutaba con su trabajo.
Se estaba labrando una carrera en el mundo del cine, como doble de los actores en las escenas de riesgo, especialmente en las que tienen que ver con vehículos, y más concretamente, autos deportivos o de carrera vertiginosa, la que era además su gran pasión, a la que entregó toda su vida, y pereciendo trágicamente en una de las veces en las que realizaba eso que más le gustaba; hasta que llegó el éxito de la mano de “Fast & Furious”, una saga de películas, relacionadas con carreras de coches.
Lo que pudo ser Paul Walker, como actor serio, en grandes dramas, bajo un buen plantel de colegas y una buena dirección y guión…
Nunca lo sabremos.
“You know what’s more powerful than a mean bastard with too much power?
A man who has nothing to lose!”
Vehicle 19 es una película de acción, del año 2013, escrita y dirigida por Mukunda Michael Dewil.
Protagonizada por Paul Walker, Naima McLean, Gys de Villiers, Leyla Haidarian, Tshepo Maseko, Andrian Mazive, Welile Nzuza, Mangaliso Ngema, Ernest Kubayi, Elize Van Niekerk, Paul Pieterse, entre otros.
La acción toma lugar en Johannesburgo, Sudáfrica.
Un viajero extranjero, Michael Woods (Paul Walker), sin saberlo, coge un coche de alquiler, que le ata a una red de corrupción policial.
Para poner las cosas un poco más complicadas, se encuentra en libertad condicional, y ha decidido darse una última oportunidad, como ex alcohólico, con tendencia a meterse en problemas.
El lio se produce, cuando se da cuenta de que el coche que ha alquilado, posee la evidencia clave en un juicio de corrupción:
Se trata de Rachel Shabangu (Naima McLean), una testigo que se encuentra en el maletero, y a la que deberá llevar a La Corte, para que testifique en un caso de trata de blancas, que implica al jefe de la policía local; al tiempo que sortea una fuerte presión policial, que harán todo lo posible por eliminar al pasajero, y al conductor.
Michael Woods, queda involucrado así, en una trama de secretos y corrupción.
Con el cinturón de seguridad bien puesto, la adrenalina a su más alta potencia, mostrará los paisajes y la acción, jamás antes vistos en una película, con toda la velocidad, aventura, y adrenalina.
“A city that has no rules”
Paul Walker, parece un actor asociado inevitablemente al automovilismo, tras su irrupción en varias de las películas de la saga “Fast & Furious”
Y este filón, parece que ha querido explotar Mukunda Michael Dewil, un director sudafricano, afincado en EEUU, en su nueva obra:
Vehicle 19.
La cual se trata de su 2º film en la dirección, tras un thriller presentado en 2011, llamado “Retribution”; y ahora recurre a Paul Walker como actor, para tomar las riendas de un coche desenfrenado.
Y es que Walker lo tenía todo para triunfar.
Entre la filmación de las diferentes entregas de la saga de autos tuneados, el guapísimo, en el paro absoluto, decide que se aburrió de quemar asfalto, y se va a Sudáfrica a producir una película exclusivamente para su lucimiento.
Y bueno, ya era hora de demostrar a los maleantes de corbata de Hollywood, el pedazo de “sex symbol” que se están perdiendo; por lo que los productores de Vehicle 19, decidieron que la totalidad del metraje, sería filmada desde el interior del vehículo conducido por él.
Así, Vehicle 19 goza de unos títulos de crédito, francamente originales, en los que el director nos muestra la miseria que invade esta ciudad sudafricana, ofreciéndonos un revelador, aunque exagerado viaje por los bajos fondos y sus habitantes, junto a unos interesantes efectos especiales, en cuanto a los títulos de créditos iniciales.
El argumento, sigue casi los presupuestos del suspense del Maestro Sir Alfred Hitchcock, en relación a la elección del protagonista, pues Paul Walker encarna al “falso culpable”, a un ser que, de súbito, se topa por azar en unas circunstancias relacionadas con el crimen, que no le correspondían, y de las que no puede escapar.
Porque el protagonista es un extranjero, que alquila un vehículo en New York, pero toma el que no le corresponde...
De repente, se encuentra con un coche inteligente, equipado con aparatos electrónicos, y con una joven atrapada en el maletero, interpretada por Naima McLean.
La joven, contiene información confidencial sobre la policía, y por ello, el vehículo se convierte en el principal objetivo policial, y es perseguido por las calles de la ciudad.
De hecho, la información confidencial, podría funcionar también como un “mcguffin hitchcockiano”, buscando el avance de la trama, sin revelar su contenido, porque es innecesario.
Lo interesante de Vehicle 19, es que la mayor parte del metraje, se desarrolla dentro del coche, lo que supone un gran ejercicio en la utilización del espacio para generar suspense.
Así, en Vehicle 19, se construye a partir de visiones subjetivas del protagonista, con la cámara en mano, transitando una ciudad con una mirada temblorosa en las persecuciones; lo cual es de aplaudir esta decisión, pues supone evitar la espectacularidad y los efectos especiales, por una tensión más próxima a la persona, siempre desde dentro del vehículo, con un punto de vista, más que cercano, vivido.
Dewil, guionista además de director, sabe arrancar la historia como algo anodino para, a base de pequeños sesgos, ese misterioso teléfono móvil, que Woods encuentra en la guantera del coche; el posterior hallazgo de algo bastante más letal… irá convirtiendo un viaje, aparentemente tranquilo, en una pesadilla total.
Del mismo modo, la cámara consigue captar todas las emociones de un atribulado Woods, como su charla por teléfono móvil con Angelica Moore (Leyla Haidarian), que revelan un pasado conflictivo, y la aparición de Rachel en el maletero; convirtiéndole en el involuntario eje, de una trama cuyas ramificaciones alcanzan todos los niveles, y a todo el mundo:
Woods, a toda velocidad, intentando salvar a Angelica de ser asesinada.
Walker, protagonista absoluto de Vehicle 19, se sumerge en una vertiginosa y angustiosa espiral de violencia, que sube de forma gradual, hasta llegar a los máximos niveles de tensión:
Woods, con una abogada secuestrada en el coche, apuntado desde fuera por 2 agentes:
Uno buscando salvarle, y el otro matarle.
Desde la producción, alabar la efectiva en fotografía, y banda sonora:
La primera, que recorre las calles de la ciudad, retrata su pobreza y ambiente degradado; la segunda, trepidante, se ajusta a las mil maravillas a sus escenas de acción.
Un aspecto a destacar, es que Vehicle 19, ofrece las tradicionales persecuciones de coches del cine de acción de siempre, pero con una nueva perspectiva.
Coloca al espectador, en el interior del vehículo, y le hace partícipe de todas las vivencias y maniobras del protagonista.
Este nuevo enfoque, no solo resulta novedoso, sino que deja patente el ingenio de los responsables, a la hora de conseguir mucho, con poco.
Sorprende la capacidad de hacer que todo lo que ocurre, se pueda seguir desde el interior del vehículo.
Casi la mayor parte de la duración del metraje, el director logra hacer que se contemple desde la perspectiva del protagonista, sin bajar del vehículo, que convierte a Vehicle 19, en todo un logro.
La presencia en el reparto de Paul Walker, como casi único protagonista, a manera casi de monólogo, sirve como reclamo para atraer al público, y su interpretación llega a ser muy satisfactoria; y sus pocas carencias interpretativas, las esconde tras su carisma.
Lo demás, apunta a los esquemas básicos:
“Tipo aleatorio, en el lugar y momento equivocado, que ahora debe sobrevivir a las adversidades”
Pero quedan preguntas como:
¿Si la policía quiere a la fiscal muerta, para qué van a su casa y la secuestran, para después meterla en el maletero de un coche?
¿Por qué mejor abandonar, o ir a la agencia a cambiar el carro?
Como respuesta a esta pregunta sería, que de ser así, no habría película…
Es un hecho que Vehicle 19, abunda en persecuciones, cosa a la que el actor protagonista, parece estar ya más que acostumbrado, tras su paso por la saga “Fast & Furious”, etiqueta que esta vez alimenta montado en un vehículo familiar, que queda muy lejos de los espectaculares coches arreglados, que conducía en la trepidante saga de acción hollywoodense.
En esta ocasión, Walker es el absoluto protagonista, y Vehicle 19 se centra únicamente en su persona, dándole la oportunidad de aportar más y mejores matices a su interpretación, igualmente salpicada de espectacularidad, pero también de drama personal.
Eso convierte a Vehicle 19, en algo reflexivo, más que estridente, con un actor que pudo ser algo más que un corredor de autos cinematográfico.
El resto, es historia...
“I start to make up right now for every wrong turn I’ve ever made”
Se conoce como “ironía trágica”, también conocida como “ironía dramática”, aquella que es propia de las tragedias antiguas, y muy presente en casi todas las obras del escritor anglosajón, William Shakespeare; la cual se utilizaba para aumentar la intensidad de las situaciones delicadas, en obras donde las palabras y acciones del personaje, se expresan de una forma tan cercana para el lector, que parecen sumamente verosímiles, pese a contar con un alto contenido de dramatismo, que podría considerarse absurdo en la realidad.
Detrás de las frases irónicas, el autor consigue acercarse al público, y abrirle los ojos en una serie de cuestiones de la vida real, que para él, ha pasado desapercibido.
Así se resume la carrera, nunca mejor dicho, del malogrado actor, Paul Walker.
Y como un hecho, irónico, y por demás, curioso, los afiches de promoción de Vehicle 19, estrenada en Febrero del 2013, trae varios “mensajes premonitorios”, a lo que fue la muerte de Walker, en Noviembre de ese año, en especial, si además leemos sólo las palabras resaltadas como “taglines”
Puede dar un poco de escalofríos, pero la coincidencia es grande; pues dice:
“Wrong Place”
“Wrong Time”
“Wrong Car”
Y hay unas palabras que resaltan:
“Paul Walker”
“Buried”
Pero sólo resaltaban, que eran los mismos productores del filme “Buried” (2010), y que cuentan con la actuación de Paul…
Además de las imágenes del auto accidentado, imágenes de una gran ciudad, y el fuego, etc.
Así llegó el sábado 30 de noviembre de 2013, cuando realmente Paul Walker falleció, en un accidente de tráfico, cuando su coche se estrelló contra un árbol.
Según el informe de la autopsia, Walker no murió en el acto tras el siniestro, sino como consecuencia de traumatismos y quemaduras.
Walker, circulaba en un Porsche rojo, que conducía su amigo, Roger Rodas, quien sí murió en el acto.
El automóvil se incendió tras chocar contra un poste del alumbrado público, y un árbol en Valencia, California.
Las ironías de la vida, que conducen a la muerte.

“You must do the right thing...
It's on you”



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