The Gay Divorcee

"Chance is a fool's name for fate"

En 1935 las secuelas de la Gran Depresión todavía están muy presentes en EEUU, muchos de sus habitantes aún viven en condiciones precarias y la vieja Europa queda muy lejos, tanto geográficamente como desde el punto de vista cultural.
Y el cine bailaba para olvidar las penas…
The Gay Divorcee es todo por hoy para amantes del Séptimo arte!
“Night and day, you are the one
Only you beneath the moon or under the sun
Whether near to me, or far
It's no matter darling where you are
I think of you
Day and night, night and day, why is it so”
The Gay Divorcee es una película de 1934 dirigida por Mark Sandrich basada en el musical “Gay Divorcee” escrito por Dwight Taylor, Kenneth S. Webb y Samuel Hoffenstein, con un guion de George Marion Jr., Dorothy Yost y Edward Kaufman, a partir de una obra de J. Hartley Manners.
Protagonizada por un Fred Astaire, Ginger Rogers en estado de gracia junto a Edward Everett Horton, Alice Brady, Erik Rhodes, Eric Blore y Betty Grable.
Por otra parte el horrible El Código Hays insistió en el cambio de nombre, en la creencia de que, si bien una mujer divorciada puede ser alegre o “ligera”, era impropio que apareciera ese nombre.
A pesar de ello, The Gay Divorcee obtuvo un Oscar a la Mejor canción “The Continental” de 5 nominaciones incluyendo mejor película, dirección de arte, banda sonora y sonido.
A partir de su definitiva tipificación en el seno de la industria, el musical se convirtió en sinónimo de elegancia y fastuosidad escénica.
Ejemplos de esa tendencia son esta The Gay Divorcee, 1934 y Top Hat, 1935, ambas de Mark Sandrich.
Estas dos últimas cintas consolidaron asimismo a una de las parejas más conocidas del género, los ENORMES Fred Astaire y Ginger Rogers.
Con The Gay Divorcee es la primera vez en que Fred Astaire y Ginger Rogers aparecen como protagonistas principales, y aunque no es el mejor título de la pareja, sólo por incluir la ya mencionada canción “The Continental” y, sobre todo, la celebérrima “Night and Day” de Cole Porter, ya merece la pena su visionado.
Realmente The Gay Divorcee es preciosa, cualquiera que vio una película de ellos dos juntos saben a lo que me refiero, Ginger le ponía el picante al asunto y Fred siempre era el caballero elegante de mundo que te termina deslumbrando.
Ginger era la engreída, la aventurera, la desafiante y la difícil y Fred era el que la perseguía, a veces la padecía aunque obviamente anotaba sus puntos y se ganaba a la chica.
A Astaire y Rogers les roba cuadro Edward Everett Horton, un comediante de impecable ejecución y agradable presencia, estuvo quizás, en la mayoría de las comedias de los años 30s.
Además de Horton, el siempre fiel amigo de Astaire, Erik Rhodes como el italiano gigoló sin mucha suerte y el mítico Eric Blode como el entrañable e ingenioso mayordomo que aparece en todas las películas de la saga.
En el apartado musical, Cole Porter compuso para el musical de teatro “Gay Divorce” una canción mítica, que rompió cifras y pasó a los anales de la historia de la música:
“Night and Day”.
¿A quién no le suena esa melodía lánguida, con alguna voz aterciopelada recitando eso de:
“Night and day you are the one
Only you beneath the moon or under the sun…”?
Me habría gustado que en la adaptación de la obra al cine la balada de Cole fuese la ganadora del Óscar a la mejor canción, aunque el otro tema incluido en la banda sonora y que sí se lo llevó, “The Continental” de Con Conrad y Herb Magidson, también se lo merecía.
Pero para mí el ganador es el de Porter.
Fred Astaire la interpretó para Ginger Rogers danzando bellamente los dos sobre una pista que casi desaparecía bajo sus pies, pues ambos parecían flotar, ingrávidos en la alegre noche en la que sus personajes se enamoraban.
Astaire no era atractivo (tal vez para el estándar de esta época), era flaco y no tenía la menor gracia física.
Pero cuando bailaba podía tumbar el mundo a sus pies, poseía una elegancia INCONMESURABLE, en comparación con la masculinidad de Gene Kelly.
Astaire podía seducir a su pareja de baile con sus pasos seguros y elásticos, con su intuitivo dominio de los movimientos y con figuras de danza cargadas de romanticismo y sensualidad.
Mientras burlaba la gravedad terrestre llevando entre sus brazos a Ginger, o a su partenaire de turno, parecía menos feo.
Porque se hallaba en su ambiente, en lo que lo dotaba del único atractivo visible que poseía.
El insigne bailarín creó un estilo propio, sumado al encanto y la química que estableció con la también súper talentosa Ginger Rogers.
Tanto fue así, que rodaron 10 musicales juntos, y desde entonces la mayor parte de la fama de los dos actores bailarines quedó ligada a su magia conjunta en las pistas.
La pareja Ginger/Fred ha sido una de las más aclamadas, inmortalizadas y emuladas, y “Night and Day” de Porter ha enamorado en miles de noches de luna y estrellas.
Esas noches en las que el reloj se detiene y los enamorados aprenden a danzar los pasos del amor y de la felicidad.
Esa música de Cole Porter, los ENORMES vestidos de ensueño que parecían tener vida propia del UNICO Walter Plunkett se te graban en la retina, rutinas de baile realmente elegantes y fantásticas, entre decorados imponentes llenos de lujo, además de una comedia ligera cercana al "screwball comedie", poniéndole énfasis al "ball "obviamente, por tratarse de Fred y Ginger, y un reparto que se repite lo que hace que mi frágil mente tienda a confundir las películas entre sí, y finalmente esa sensación que te transmiten como de:
"Disfruta de la vida por lo menos mientras dure nuestro film"
¿Acaso se le puede pedir algo más?

“You know, you're beginning to fascinate me, and I resent that in any man”


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