The Mirror Has Two Faces

“When my date takes me home and kisses me good night, if I don't hear the philharmonic in my head, I dump him”

Resulta que a la forma de amar del siglo XII se le llamaba "amor cortés" y algunos de los rituales y formas de amor entre caballeros y doncellas permanecen hasta nuestros días.
Octavio Paz en “La Llama Doble” hace una diferenciación entre amor, sexo y erotismo, pero dice que todas son manifestaciones de un mismo fenómeno.
Lo que es verdad es que el excesivo poder de Eros puede destruir a las personas, pero también se ausencia.
Algo que me molesta es que en efecto hoy día la televisión dicta cómo deben ser las relaciones o nuestra estética, y que sólo siendo bellos somos dignos de amor, por cierto no soy un galán pero no soy feo.
El punto es que el amor se disfruta más con los clichés que lo rodean, la pasión, la cursilería (solo que estés muy enamorado), el sexo sin dudarlo, la belleza física y la intelectual, pero hoy día la televisión también esta revalorando a los personajes ñoños, la locura, hay que recordar que químicamente estamos sometidos a drogas muy poderosas con el amor.
The Mirror Has Two Faces es una película de 1997 dirigida y protagonizada por Barbra Streisand, en la cual también actúa junto a Jeff Bridges, Pierce Brosnan, Lauren Bacall, Mimi Rogers, George Segal, Brenda Vaccaro, Laura Bailey, Austin Pendleton y Elle MacPherson.
El guion corre a cargo de Richard LaGravenese y la música es de Marvin Hamlisch.
The Mirror Has Two Faces obtuvo 2 nominaciones al Oscar como mejor actriz de reparto para una ENORME Lauren Bacall y como canción original: "I Finally Found Someone" cantada por Streisand junto a Bryan Adams
Curiosamente, George Segal fue pareja de Streisand en la comedia de 1970 “The Owl and the Pussycat”, pero aquí ya no hace un protagónico, sino un rol secundario.
Además de Segal, actúa Lauren Bacall la leyenda del cine y eterna compañera de Humphrey Bogart en los 50.
Esta participación ha sido de las más exitosas de estos últimos años para Bacall, de hecho por este film obtuvo en 1997 su única nominación a los Oscar en la categoría de mejor actriz secundaria y gano un Globo de Oro el mismo año.
The Mirror Has Two Faces está perfectamente fotografiada y cuenta con una banda sonora llena de piezas de orquesta de gran calidad que le da a la historia un aire clásico, desenfrenado, melancólico y eufórico.
Sólo el uso de la fotografía y la música para la transición de escenas ya merece verla.
Con un guión muy elaborado y lleno de frases elegantes para todos aquellos que aman el metalenguaje sin cortapisas.
Hay que ver cómo cambian los tiempos, el cine nos enseñó, desde lo cutre tantos otros petardos hasta el exquisito intelectualismo que los varones siempre perseguían a las damas buscando su perdición, yacer con ellas, tirárselas o como quieran llamarlo.
Sin embargo, Streisand nos presenta ahora al hombre moderno en The Mirror Has Two Faces, este profesor de matemáticas que propone un matrimonio de conveniencia por pura sexofobia, el vocablo no es correcto, una heterodoxa mezcla de latín y griego, pero es tan ilustrativo...
Bebiendo en la comedia clásica, el enredo, los diálogos chispeantes, buena parte de ellos relacionados con la ENORME y estupenda Bacall, en un delicioso papel de madre-que-parece-madrastra; Streisand consigue una película amable sobre esas dos caras del espejo a que hace alusión el título original:
La atracción física y la compenetración amiga como las dos páginas imprescindibles para escribir ese libro llamado Amor.
La gran Barbra está tan notable como siempre, es egocéntrica, pero quién no lo sería cuando es una cantante excepcional, una eficiente actriz y una directora con personalidad, muy pocos, rindamos culto a lo políticamente correcto..., pueden decir lo mismo.
Barbra Streisand, que siempre consigue dar un toque especial a cualquier película en la que intervenga, mostrando una gran maestría tanto en la dirección como en la interpretación.
En su papel protagonista, se muestra como una mujer sencilla, divertida, muy inteligente y que no se cree atractiva, pero que sabe disfrutar de los pequeños placeres de la vida y reírse de sí misma.
Aún no renuncia a encontrar a su amor verdadero.
Su personalidad a la vez dulce y arrolladora es interesante y cercana, lo que hace que inmediatamente le tomemos cariño y simpatía.
Su compañero de reparto, Jeff Bridges, también hace un maravilloso papel como hombre muy metódico y empeñado en que en su vida todo tiene que ser como en sus teorías matemáticas.
Pero también es enormemente atractivo, elegante, exquisitamente educado y adorable.
Tras muchos romances desastrosos con chicas bellas con las que no tenía casi nada en común, ha decidido que el sexo destroza cualquier relación, así que se ha convencido a sí mismo de que el amor platónico es la base ideal para la pareja.
Desea encontrar a una mujer que no le atraiga sexualmente para compartir ese tipo de amor.
A través de un anuncio, Gregory (Bridges) conoce a Rose (Streisand) y entre ellos se establece una amistad profunda, basada en la comunicación.
Todo parece ir muy bien, pero cuando la amistad entre ellos comienza a convertirse en fuerte atracción y enamoramiento mutuo, como era inevitable, saltará la crisis que será el detonante para que los protagonistas sufran un proceso de evolución y maduración, en el que tendrán que poner en tela de juicio muchas de sus antiguas ideas y decidir si su amor es lo bastante fuerte para resistir a los cambios y vicisitudes de la vida.
Jeff Bridges está encantador como enamorado inseguro y temeroso, pero atrapado sin remedio en el hechizo de la mujer con la que más se ha compenetrado emocionalmente en su vida.
Una secundaria de lujo es Lauren Bacall.
Espléndida en su papel de madre gruñona, algo venenosa y nostálgica, irónica y divertida a su manera, ladina, muy seductora y aún bella.
Ella también pasa por una crisis y nos hace reflexionar sobre el temor a la vejez, a la pérdida de la belleza y a la soledad.
Su interpretación apabulla por su naturalidad, acorde con la de Barbra.
Ambas brillas y se dan la réplica perfecta como madre e hija.
En suma, The Mirror Has Two Faces trata de una comedia muy profunda e inteligente, con toques de drama, en la que se plantean cuestiones vitales como el amor, la pasión, las relaciones y la convivencia a cualquier edad.
Y que nunca es tarde para encontrar al amor de nuestra vida.
Me llamó mucho la atención la primera escena a partir de la clase que Barbra Streisand imparte a unos estudiantes.
Interesante que hicieran un breve resumen de la historia del amor, que tocaran en los diálogos con sus alumnos la mayoría de las teorías que se discuten sobre el tema:
Es una trampa evolutiva, estamos socialmente condicionados, y lo que dice Barbra, no importa que sea, todos queremos estar enamorados porque aun cuando dure poco es placentero.
Sin embargo podría decirse que The Mirror Has Two Faces es más comedia que romántica, ya que el humor es un elemento que no tiene desperdicio desde que comienza.
También podría interpretarse como una disertación de casi dos horas sobre lo que representa en la vida de la gente, o lo que puede representar, las relaciones románticas y el romanticismo.
En The Mirror Has Two Faces se juega con arquetipos para nada novedosos y reconocibles por todos:
La bella, la fea, pero inteligente.
Sin embargo no es el “qué” lo que nos debe importar cuando vemos The Mirror Has Two Faces, es el “cómo”
No es lo que se cuenta, sino los artificios y la vuelta que la directora le da a lo que se cuenta, lo que imprime una óptica nueva a temas tan predecibles.
Entre otras cosas, lo que vale en The Mirror Has Two Faces, son los diálogos y las escenas en que realmente se indaga en los pequeños detalles que conforman ese universo que todos creen conocer bien, pero que es difuso y misterioso:
El amor y las relaciones personales.
Probando que, de este tema, se podrán hacer mil films quizás intentando mostrar algunas verdades, sin que del todo se corra el velo que realmente lo cubre.
Tal parece que “El misterio del amor es mayor que el de la muerte”, citando a Oscar Wilde.
El planteamiento de The Mirror Has Two Faces puede ser típico y tópico, en su desarrollo te das cuenta que profundiza mucho más que la media de comedias de este estilo en el aspecto de las relaciones; no se basa en plasmar el amor sin más: dos personas se enamoran y punto, si no que muestra como a través de la cotidianidad, del día a día, puede surgir el amor.
Es decir, el amor no nace desde el principio, los protagonistas no se casan enamorados, si no que se enamoran a lo largo de la película, gracias a la cercanía, a la convivencia, a sus pequeñas rutinas.
Un desarrollo que rompe con esa idea extendida socialmente de que la convivencia lo mata todo y solo se ama de verdad al principio de las historias amorosas.
The Mirror Has Two Faces critica además otra idea errónea en la que cae constantemente la humanidad:
La de la esclavitud de la estética, el pensar que mientras no seamos guapos, delgados y estilosos, no tendremos las mismas posibilidades que el resto para encontrar el verdadero amor...
En definitiva, The Mirror Has Two Faces es una muestra de cómo el amor puede romper con todas las barreras existentes en nuestro interior o aquellas que la sociedad nos impone con su dedo señalador:
Los miedos propios que tenemos al saber que nos estamos enamorando y la inseguridad que da el hecho de que vamos a depender del control de las emociones y no de nuestra razón, la superficialidad de la belleza física...
Los dos protagonistas van dejando atrás sus ideas preconcebidas de lo que debe ser el amor y las relaciones de pareja gracias a la complicidad y el vínculo emocional que nace entre ellos.
“The mathematical world is completely rational, uncomplicated by sex”
En este mundo plagado de banalidades, aunque un forzado pragmatismo nos impida confesarlo, seguimos soñando con un final de cuento de hadas.
Y con música de fondo...
The Mirror Has Two Faces habla de cómo nos vemos a nosotros mismos y de cómo nos ven y creemos que nos ven los demás, sin dejar pasar la ocasión de analizar como repercute en nosotros el canon social de lo correcto, idóneo, de lo bello y deseable.
The Mirror Has Two Faces lanza un mensaje esperanzador, que aunque no siempre sea posible en la vida real, al menos en el cine reconforta.
The Mirror Has Two Faces es una preciosa reflexión sobre cuáles son los factores que hacen que las personas se emparejen, y como a veces "el entorno" nos empuja a elegir por razones equivocadas.
Y si no es el entorno, serán las hormonas…
Es gratificante contemplar en el cine una historia como The Mirror Has Two Faces en donde dos seres tan inteligentes, tan encantadores, y tan enamorados, sin escenas de sexo acrobático, ni pasiones mediterráneas con las cabelleras empapadas, sólo una intimidad que de puro cotidiana es virtualmente perfecta.
A través de The Mirror Has Two Faces se van analizando los diferentes estereotipos en los que las mujeres están confinadas, y el terrible mercado de la carne por el que siempre hay que ser la más guapa, atractiva y arreglada, contando poco todo lo demás.
Pero al mismo tiempo, se reflexiona sobre el amor platónico y lo irreal de su existencia.
Curiosamente, con los hombres, corta ese instinto primitivo casi supremo y esencial (seamos honestos), que es el sexo…
Los hombres pensamos mucho en el sexo…
Y no porque no exista el amor espiritual, que claro que existe, sino porque entre dos personas que se aman, el sexo acaba siendo siempre una de las más gloriosas herramientas de comunicación.
The Mirror Has Two Faces tiene una de las mejores escenas de amor de la historia del cine, dicho esto con mucho respeto.
Pues bien, Rose tiene una manera especial de comer la ensalada, bastante ceremoniosa.
Cuando The Mirror Has Two Faces avanza, descubrimos que Gregory se sabe de memoria el completo, intrascendente y cotidiano ritual de Rose en una secuencia vibrante y muy romántica.
Aunque no lo parezca, eso es amor.
Cuántos suspiros…
Entonces, la persona más bella es aquella a la que se ama hasta lo más hondo del corazón.
Interesantes reflexiones sobre el amor.
Me apunto totalmente a la teoría del profesor que interpreta Bridges:
El sexo es el principal defecto del amor; sin él todo sería mucho más sencillo y podría llegar a ser perfecto.
Soy un auténtico entusiasta del amor platónico.
El problema es que es imposible.
Más tarde o más temprano en toda historia de amor siempre aparece el sexo.
Y si no aparece peor, porque uno de los implicados siempre lo echará en falta y lo deseará, lo que le creará una frustración que hará inviable la relación.
The Mirror Has Two Faces es un bálsamo contra las penas, hay, quienes como yo, creemos en el cine como sanador de muchos males emocionales y, en este caso, esta pequeña e infravalorada película, es una buena pastilla para los dolores del corazón.
The Mirror Has Two Faces es una película recomendada para los románticos empedernidos, para los enamorados, los enamoradizos, los que enamoran y para todos aquellos que nos dimos cuenta que eso que sentimos no es otra cosa que:
"Cuando nos enamoramos, escuchamos a Puccini en nuestro interior"

“I believe in love and lust and sex and romance.
I don’t want everything to add up to some perfect equation.
I want mess and chaos.
I want someone to go crazy out of his mind for me.
I want to feel passion and heat and sweat and madness and I want Valentines and Cupids and all the rest of that crap.
I want it all”


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