Le Transporteur (The Transporter)
“Transportation is a precise business”
Lección de Derecho Privado, ojo abogados.
¿Comprometemos nuestro honor simplemente con dar nuestra palabra en garantía?
¿Sería posible en la actualidad, que entre dos personas se pudiera establecer un compromiso irrefutable, con el simple hecho de dar y recibir la palabra de honor?
Al dar la palabra, aquello que deja uno en garantía de cabal cumplimiento es nada más y nada menos que el mismísimo honor.
¿Pero que es el honor?
Buscando en cualquier diccionario usted podrá encontrar la siguiente definición:
"Actitud moral que impulsa a las personas a cumplir con sus deberes"
La promesa es un contrato por el cual una de las partes, o ambas, se obligan, dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o por el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado.
La promesa de contrato es entonces un acto especialísimo, su objeto es celebrar, solo genera obligaciones de hacer.
Por tanto, son objeto de los contratos:
1. La cosa que el obligado debe dar.
2. El hecho que el obligado debe hacer o no hacer.
3. El objeto de la promesa en el contrato constituye la obligación de hacer.
Básicamente son tres, aquellos requisitos que, en casi todos los sistemas jurídicos, exigen las leyes, para alcanzar la eficacia del contrato:
1. Consentimiento,
2. Objeto y
3. Causa.
A consecuencia, la falta contractual es una conducta antijurídica imputable al deudor.
El incumplimiento debe ser culposo o doloso.
Algunos ordenamientos, que siguen la teoría subjetivista de la valoración de la responsabilidad, toman en cuenta el dolo para agravar la responsabilidad del deudor.
En ciertas obligaciones, ni siquiera la fuerza mayor exime del cumplimiento de la deuda, por ejemplo, en las obligaciones de entregar una suma de dinero.
Específicamente, el contrato de transporte es un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducir de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas, y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas.
Los derechos y obligaciones del porteador son los siguientes:
• Obligaciones del porteador:
1. Recibir la mercadería.
2. Emprender el viaje.
3. Custodiar y conservar la carga.
4. Entregar la carga al consignatario.
• Derechos del porteador:
1. Derecho al cobro del porte o flete convenido.
“Transporter rules:
1. The deal is the deal.
2. No names.
3. Never open the package.
4. Never make a promise you can't keep.
Rules of the car (BMW 735i E38 y Mercedes-Benz W140):
1. Respect a man's car, and the man will respect you.
2. Greet the Man.
3. Seat belt.
4. If you take care of the car, the car will take care of you”
Estamos convencidos de que el mejor cine europeo reside en Francia y Gran Bretaña.
El primero sobretodo se suele dedicar más a films de acción, de la mano del coreógrafo de Matrix y del ya consagrado Louis Leterrier nos llega una de las primeras facturas importantes del cine de acción europeo.
Le Transporteur (The Transporter) es una película franco-americana dirigida por Louis Leterrier y Corey Yuen.
Su escritor Luc Besson se inspiró por la serie de films de BMW "The Hire" para crear Le Transporteur (The Transporter).
Los protagonistas son un ENORME Jason Statham, Shu Qi, Matt Schulze, François Berléand, Ric Young, Doug Rand, Tcheky Karyo, entre otros.
Durante muchos años se especulaba sobre quién sería el sustituto del cine de acción, hoy caído en crepúsculo, parece que hemos hallado respuesta.
Jason Statham es uno de los sustitutos para el cine de acción actual.
Con Le Transporteur (The Transporter), Statham se catapultó a lo más alto en el cine de acción.
Le Transporteur (The Transporter) contiene todos los elementos para convertirse en una buena película:
Mucha acción, una historia “interesante”, se hace muy entretenida y está bien hecha.
La historia es uno de sus puntos fuertes, la idea del transportista no había sido explotada hasta entonces, por lo que es interesante hacerle segundas lecturas.
La trama de Le Transporteur (The Transporter) gira en torno a Frank Martin, quien es un ex agente de las Fuerzas Especiales que ahora trabaja como “transportista” en el Mediterráneo francés, llevando mercancías peligrosas de un lugar a otro y sin hacer preguntas.
Pero descubre que su último “paquete” es una mujer atada y amordazada.
Frank rompe su estricto código de conducta, “nunca modifiques el trato”, “no saber para quién trabajo” o “qué es lo que transporto”, “nunca veas qué hay dentro del paquete”; y se embarca en una sorprendente aventura.
Frank es una persona dura y sin escrúpulos, que transporta lo que sea, sin importarle lo que sea con tal de que le paguen, hasta que de repente descubre lo que transporta, no es capaz de ignorarlo, un ser humano y rompe sus reglas.
Le Transporteur (The Transporter) nos muestra que hasta la persona más insensible, fría y calculadora puede llegar a cambiar, tener sentimientos dignos y transformarse en todo lo contrario a lo que era.
Esas tres reglas iniciales que movilizan al protagonista devienen en un modo a seguir por parte del guión, pero la curiosidad mató al gato y a este personaje organizado, obsesivo, meticuloso y solitario se le ocurre observar el contenido de lo que está transportando.
A partir de allí comienzan los rasgos excesivos, frenéticos y hondamente masculinos que motivan Le Transporteur (The Transporter): el protagonista es un hombre bien parecido (un ENORME JAMES BOND), casi indestructible, autos, tiros y mucho golpe.
Le Transporteur (The Transporter) está llena de publicidad, desde las marcas de los autos, pasando por la ropa hasta llegar con un protagonista que no desperdicia oportunidad para exhibir sus músculos y una bella oriental que también muestra sus encantos anatómicos.
Le Transporteur (The Transporter) es un magnífico divertimento que desprende un argumento más bien simple, pero realizado a conciencia, cuidando los detalles y llevando un desarrollo lógico sin trampas ni engaños.
Lo mejor son los primeros diez minutos, en los que el elegante guión de Luc Besson nos presenta al protagonista, Jason Statham, en una trepidante y frenética persecución tratando de eludir a la policía local.
Es increíble todo lo que se puede hacer al volante de un BMW, pero más increíble resulta la filmación de dicha persecución, la cual raya la perfección.
Todas las secuencias de acción están rodadas con maestría: perfectamente coreografiadas que permiten mostrar continuos planos largos de las secuencias de lucha, muy por encima de otros directores, que se exceden en primeros planos para que el espectador apenas se entere de lo que pasa.
Curiosamente en Le Transporteur (The Transporter) no hubo tiempo para un entrenamiento de combate profesional y controlado, así que Jason Statham usó su propio ingenio para la lucha.
Resultado: luxaciones y torceduras.
La escena de Le Transporteur (The Transporter) es definitivamente la inicial, esa persecución del comienzo que aunque sea una fantasmada no deja de ser espectacular.
Pero mi escena favorita es la de la lucha sobre suelo aceitoso en la que el protagonista se calza unos pedales de bicicleta y reparte que da gusto, muy bien editada, muy bien filmada.
Otro punto a favor de Le Transporteur (The Transporter) recae en el jefe de policía, que lejos de ser el típico patán descerebrado que al final debe bajarse los pantalones ante las acciones del héroe de turno, resulta un profesional de lo más competente, que cumple su trabajo sin alardes pero con efectividad.
Aunque Besson no es el director de este proyecto, Le Transporteur (The Transporter) lleva impregnado su impecable sello, lo que es de agradecer pues se está convirtiendo en todo un maestro del cine de acción en Francia.
“He's a bastard, but he's still my father”
La verdad, Le Transporteur (The Transporter) tiene un argumento interesante, un protagonista que llega a ser carismático con un acompañante femenino atractivo y que se desempeña correctamente, pero tratándose esta vez de un director oriental, le da prioridad a escenas de acción exageradas y acrobáticas, que de carácter fallido se dieron en las películas de los directores taiwaneses de Hong-Kong de los 90, y ahora a partir de Matrix entran de moda ahora.
El guión tiene cosas muy buenas para explotar, pero tratándose de la manera visceral como los cineastas de acción orientales toman la acción, pues se queda en un mero entretenimiento, pese a ser una película francesa.
Le Transporteur (The Transporter) puede dejar indiferente a mucha gente pero bien es cierto que, aunque no sea una cinta de las que marcan escuela, tiene lo necesario para pasar el rato y disfrutar con el ritmo trepidante, las buenas coreografías en las escenas de lucha y la ruda personalidad de Jason Statham, todo un nuevo icono del cine de acción moderno.
Entonces:
El honor es una virtud que cuando desaparezca totalmente de la mente humana, el hombre estará condenado a vivir en una continua alerta, ya que al no existir tal virtud que es la que determina el respeto, la solidaridad, la defensa social ante otros elementos extraños y el apoyo mutuo, se verá abocado a una lucha terrible contra todos.
Ya que si no existe el honor, todos potencialmente son enemigos de todos.
“I'd rather see it coming”
Lección de Derecho Privado, ojo abogados.
¿Comprometemos nuestro honor simplemente con dar nuestra palabra en garantía?
¿Sería posible en la actualidad, que entre dos personas se pudiera establecer un compromiso irrefutable, con el simple hecho de dar y recibir la palabra de honor?
Al dar la palabra, aquello que deja uno en garantía de cabal cumplimiento es nada más y nada menos que el mismísimo honor.
¿Pero que es el honor?
Buscando en cualquier diccionario usted podrá encontrar la siguiente definición:
"Actitud moral que impulsa a las personas a cumplir con sus deberes"
La promesa es un contrato por el cual una de las partes, o ambas, se obligan, dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o por el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado.
La promesa de contrato es entonces un acto especialísimo, su objeto es celebrar, solo genera obligaciones de hacer.
Por tanto, son objeto de los contratos:
1. La cosa que el obligado debe dar.
2. El hecho que el obligado debe hacer o no hacer.
3. El objeto de la promesa en el contrato constituye la obligación de hacer.
Básicamente son tres, aquellos requisitos que, en casi todos los sistemas jurídicos, exigen las leyes, para alcanzar la eficacia del contrato:
1. Consentimiento,
2. Objeto y
3. Causa.
A consecuencia, la falta contractual es una conducta antijurídica imputable al deudor.
El incumplimiento debe ser culposo o doloso.
Algunos ordenamientos, que siguen la teoría subjetivista de la valoración de la responsabilidad, toman en cuenta el dolo para agravar la responsabilidad del deudor.
En ciertas obligaciones, ni siquiera la fuerza mayor exime del cumplimiento de la deuda, por ejemplo, en las obligaciones de entregar una suma de dinero.
Específicamente, el contrato de transporte es un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducir de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas, y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas.
Los derechos y obligaciones del porteador son los siguientes:
• Obligaciones del porteador:
1. Recibir la mercadería.
2. Emprender el viaje.
3. Custodiar y conservar la carga.
4. Entregar la carga al consignatario.
• Derechos del porteador:
1. Derecho al cobro del porte o flete convenido.
“Transporter rules:
1. The deal is the deal.
2. No names.
3. Never open the package.
4. Never make a promise you can't keep.
Rules of the car (BMW 735i E38 y Mercedes-Benz W140):
1. Respect a man's car, and the man will respect you.
2. Greet the Man.
3. Seat belt.
4. If you take care of the car, the car will take care of you”
Estamos convencidos de que el mejor cine europeo reside en Francia y Gran Bretaña.
El primero sobretodo se suele dedicar más a films de acción, de la mano del coreógrafo de Matrix y del ya consagrado Louis Leterrier nos llega una de las primeras facturas importantes del cine de acción europeo.
Le Transporteur (The Transporter) es una película franco-americana dirigida por Louis Leterrier y Corey Yuen.
Su escritor Luc Besson se inspiró por la serie de films de BMW "The Hire" para crear Le Transporteur (The Transporter).
Los protagonistas son un ENORME Jason Statham, Shu Qi, Matt Schulze, François Berléand, Ric Young, Doug Rand, Tcheky Karyo, entre otros.
Durante muchos años se especulaba sobre quién sería el sustituto del cine de acción, hoy caído en crepúsculo, parece que hemos hallado respuesta.
Jason Statham es uno de los sustitutos para el cine de acción actual.
Con Le Transporteur (The Transporter), Statham se catapultó a lo más alto en el cine de acción.
Le Transporteur (The Transporter) contiene todos los elementos para convertirse en una buena película:
Mucha acción, una historia “interesante”, se hace muy entretenida y está bien hecha.
La historia es uno de sus puntos fuertes, la idea del transportista no había sido explotada hasta entonces, por lo que es interesante hacerle segundas lecturas.
La trama de Le Transporteur (The Transporter) gira en torno a Frank Martin, quien es un ex agente de las Fuerzas Especiales que ahora trabaja como “transportista” en el Mediterráneo francés, llevando mercancías peligrosas de un lugar a otro y sin hacer preguntas.
Pero descubre que su último “paquete” es una mujer atada y amordazada.
Frank rompe su estricto código de conducta, “nunca modifiques el trato”, “no saber para quién trabajo” o “qué es lo que transporto”, “nunca veas qué hay dentro del paquete”; y se embarca en una sorprendente aventura.
Frank es una persona dura y sin escrúpulos, que transporta lo que sea, sin importarle lo que sea con tal de que le paguen, hasta que de repente descubre lo que transporta, no es capaz de ignorarlo, un ser humano y rompe sus reglas.
Le Transporteur (The Transporter) nos muestra que hasta la persona más insensible, fría y calculadora puede llegar a cambiar, tener sentimientos dignos y transformarse en todo lo contrario a lo que era.
Esas tres reglas iniciales que movilizan al protagonista devienen en un modo a seguir por parte del guión, pero la curiosidad mató al gato y a este personaje organizado, obsesivo, meticuloso y solitario se le ocurre observar el contenido de lo que está transportando.
A partir de allí comienzan los rasgos excesivos, frenéticos y hondamente masculinos que motivan Le Transporteur (The Transporter): el protagonista es un hombre bien parecido (un ENORME JAMES BOND), casi indestructible, autos, tiros y mucho golpe.
Le Transporteur (The Transporter) está llena de publicidad, desde las marcas de los autos, pasando por la ropa hasta llegar con un protagonista que no desperdicia oportunidad para exhibir sus músculos y una bella oriental que también muestra sus encantos anatómicos.
Le Transporteur (The Transporter) es un magnífico divertimento que desprende un argumento más bien simple, pero realizado a conciencia, cuidando los detalles y llevando un desarrollo lógico sin trampas ni engaños.
Lo mejor son los primeros diez minutos, en los que el elegante guión de Luc Besson nos presenta al protagonista, Jason Statham, en una trepidante y frenética persecución tratando de eludir a la policía local.
Es increíble todo lo que se puede hacer al volante de un BMW, pero más increíble resulta la filmación de dicha persecución, la cual raya la perfección.
Todas las secuencias de acción están rodadas con maestría: perfectamente coreografiadas que permiten mostrar continuos planos largos de las secuencias de lucha, muy por encima de otros directores, que se exceden en primeros planos para que el espectador apenas se entere de lo que pasa.
Curiosamente en Le Transporteur (The Transporter) no hubo tiempo para un entrenamiento de combate profesional y controlado, así que Jason Statham usó su propio ingenio para la lucha.
Resultado: luxaciones y torceduras.
La escena de Le Transporteur (The Transporter) es definitivamente la inicial, esa persecución del comienzo que aunque sea una fantasmada no deja de ser espectacular.
Pero mi escena favorita es la de la lucha sobre suelo aceitoso en la que el protagonista se calza unos pedales de bicicleta y reparte que da gusto, muy bien editada, muy bien filmada.
Otro punto a favor de Le Transporteur (The Transporter) recae en el jefe de policía, que lejos de ser el típico patán descerebrado que al final debe bajarse los pantalones ante las acciones del héroe de turno, resulta un profesional de lo más competente, que cumple su trabajo sin alardes pero con efectividad.
Aunque Besson no es el director de este proyecto, Le Transporteur (The Transporter) lleva impregnado su impecable sello, lo que es de agradecer pues se está convirtiendo en todo un maestro del cine de acción en Francia.
“He's a bastard, but he's still my father”
La verdad, Le Transporteur (The Transporter) tiene un argumento interesante, un protagonista que llega a ser carismático con un acompañante femenino atractivo y que se desempeña correctamente, pero tratándose esta vez de un director oriental, le da prioridad a escenas de acción exageradas y acrobáticas, que de carácter fallido se dieron en las películas de los directores taiwaneses de Hong-Kong de los 90, y ahora a partir de Matrix entran de moda ahora.
El guión tiene cosas muy buenas para explotar, pero tratándose de la manera visceral como los cineastas de acción orientales toman la acción, pues se queda en un mero entretenimiento, pese a ser una película francesa.
Le Transporteur (The Transporter) puede dejar indiferente a mucha gente pero bien es cierto que, aunque no sea una cinta de las que marcan escuela, tiene lo necesario para pasar el rato y disfrutar con el ritmo trepidante, las buenas coreografías en las escenas de lucha y la ruda personalidad de Jason Statham, todo un nuevo icono del cine de acción moderno.
Entonces:
El honor es una virtud que cuando desaparezca totalmente de la mente humana, el hombre estará condenado a vivir en una continua alerta, ya que al no existir tal virtud que es la que determina el respeto, la solidaridad, la defensa social ante otros elementos extraños y el apoyo mutuo, se verá abocado a una lucha terrible contra todos.
Ya que si no existe el honor, todos potencialmente son enemigos de todos.
“I'd rather see it coming”
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