Training Day
“The only thing more dangerous than the line being crossed, is the cop who will cross it”
Todos los días, en las calles de las zonas urbanas deprimidas de los Estados Unidos se libra una guerra; una guerra entre residentes, traficantes de droga y los que han jurado proteger a unos de los otros.
Esta guerra tiene sus víctimas y sus verdugos.
El ser policía otorga licencia para delinquir, igual que el ser militar.
Se asesina y delinque en nombre de la ley, se detiene por el bien del detenido.
Se extorsiona, para que uno pueda ir a casa y no a la cárcel y tener una segunda oportunidad.
La policía necesita los delincuentes para justificar su razón de ser.
Los políticos a la policía y los ejércitos policiales para defender sus privilegios y los de las clases dominantes.
Son los esbirros del sistema, que soportan sus bajos sueldos a cambio de sus licencias para delinquir.
Solo es necesario que otorguen deberes en falsas acciones positivas, matando inocentes o culpables, pero en el momento adecuado.
Deteniendo a quien a veces no paga, eso es la policía.
“To protect the sheep you gotta catch the wolf, and it takes a wolf to catch a wolf”
Training Day está dirigida por Antoine Fuqua; protagonizada por un ENORME Denzel Washington, Ethan Hawke, Scott Glenn, Cliff Curtis, Dr. Dre, Snoop Dogg, Tom Berenger, Harris Yulin, Raymond J. Barry, Macy Gray, Eva Mendes, Charlotte Ayanna, Raymond Cruz y Garland Whitt.
Training Day es un intenso y sórdido drama que expone la corrupción policíaca en las altas jerarquías, que demuestra a las claras cómo se va pervirtiendo a los jóvenes que ingresan a patrullar con buenas intenciones, y que denuncia la connivencia entre las fuerzas del orden público con los delincuentes de distinta índole.
Training Day es un filme sumamente impactante gracias a la crudeza de un relato que no da tregua y que destapa las miserias más aberrantes de quienes supuestamente están para servir y proteger el correcto funcionamiento de las leyes.
Training Day no hace diferencias entre criminales y policías, que no cae nunca en el maniqueísmo predominante dentro del género y que posee por sobre todo una monumental y oscarizada interpretación de Denzel Washington, a mi juicio soberbia y contundente demostración de la capacidad del actor encarnando al lobo disfrazado de cordero.
De hecho, Alonzo Harris (Washington) está tan compenetrado con la atmósfera criminal de los barrios bajos que frecuenta que es difícil distinguirlo de los criminales que pretende combatir, incluso realizando acciones de muy dudosa ética y legalidad en su supuesta lucha por destruir a los capos importantes responsables del tráfico de drogas en la ciudad.
Harris es un personaje siniestro, y peligroso por su carisma, que enseguida causa rechazo en el público y provoca verlo muerto enseguida.
Su interpretación es una acumulación de gestos tensos y sonrisas vulgares que logran su cometido, la erosión, la profundidad.
No hay mucho espacio o tiempo para la diversión y Washington está aun más interesado en lo que informa que en la personalidad del villano.
Lo que justifica su constante justificarse, su discurso perennemente autoindulgente, su (como todas) imperfecta humanidad.
Harris oculta una bomba de tiempo bajo la piel, y uno casi puede verla.
Un escalón más abajo, pero notable también lo de Ethan Hawke logrando el contrapunto ideal ante tanta putrefacción solapada.
Hoyt es el típico novato idealista, casi carente de cinismo y lleno de genuino deseo de ayudar a la comunidad.
El guión corre a cargo de David Ayer, el cual está repleto de dinamismo para una cinta que bien pareciera ser un “road movie” que nos pasea en un tour por los senderos más oscuros de la podredumbre.
Training Day es un áspero relato donde el peligro acecha constantemente y en donde el más mínimo error lleva a la muerte.
Denzel Washington en el papel de Alonzo Harris, es un policía de Los Ángeles muy condecorado pero corrupto, y Ethan Hawke como Jake Hoyt, es un agente novato y nuevo compañero de Alonzo que aspira a convertirse en parte de la unidad de Narcóticos que dirige Harris.
Todo Training Day tiene lugar en la ciudad de Los Ángeles durante un periodo de 24 horas que cambiará la vida de ambos policías.
La historia fue escrita por Ayer como un western urbano de mucha calidad, a uno no le asombra la buena factura de esta producción, con imágenes poderosas y una visión de Los Angeles completamente "sucia" y alejada de todo esplendor, recordemos que el estreno de esta producción fue retrasado en Estados Unidos a causa de los atentados de septiembre, ya que los estudios no estaban precisamente muy confiados con el posible triunfo de una película tan dura y crítica como ésta.
Fuqua se empeña en describirnos una ciudad corrupta en donde sólo hay una persona que intenta rebelarse a tamaña depravación: Jake Hoyt, el joven policía que se pone a las órdenes de Alonzo.
Fuqua quería que Training Day pareciera lo más auténtica posible, así que eligió varias localizaciones en algunos de los barrios más problemáticos de Los Angeles, incluso obtuvo permiso para rodar en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, Imperial Courts.
Además contó con el asesoramiento técnico de dos policías, Michael Patterson y Paul Lozada.
Por su parte, no era de esperar, Denzel Washington ganó el Oscar al Mejor actor en 2002, mientras que Ethan Hawke fue candidato al premio en la categoría de Mejor actor de reparto.
Los momentos de Training Day son los siguientes:
La traición de Alonzo a su "amigo" el traficante, para salvar su pellejo de los rusos.
La escena de la "jugarreta" de Alonzo a Jake en la casa de los mafiosos, pagándoles para que se lo carguen y la rocambolesca forma en que se salva.
Y el grandioso final, en la que el barrio da la espalda a Alonzo, hartos de él y ayudando a Jake a marcharse con las pruebas que lo inculparían.
“You wanna go to jail or you wanna go home?”
Training Day va más allá de otras películas sobre corrupción policial.
Aquí no es cosa de unas pocas "manzanas podridas"; no entra una comisión policial que investiga a los corruptos; no aparece el héroe que salva la delegación eliminando al policía malo y sus maldades.
Al final, el único policía con conciencia es el que no servirá como policía.
El tema central de Training Day es la eterna pregunta:
¿El fin justifica los medios?
Para Harris la respuesta es obvia y auto-evidente.
Hoyt, aún con las lecciones de ética frescas en la cabeza, parece indeciso.
Incluso el espectador verá su opinión variar conforme avanza Training Day, y aunque la resolución pretende ser un poco más tradicionalista, el guión no pretende ilustrarnos sobre quién tiene la razón... aunque los protagonistas toman su decisión, la ambigüedad de los razonamientos harán eco en la conciencia del espectador mucho después de terminada Training Day.
Es una rara ocasión cuando una cinta policiaca prefiere enfocarse más al aspecto intelectual del oficio y minimizar las escenas de acción.
Training Day, sin ser un ensayo filosófico, pone las ideas por enfrente de los juegos pirotécnicos y las vacuas balaceras, de modo que cuando la violencia se desata es mucho más intensa por su impacto en personajes bien desarrollados, con los que es fácil compenetrarse.
La dirección de Fuqua contribuye admirablemente a ese logro, y es de elogiar su disciplina y su desprecio por la frenética edición de moda y los trucos de cámara que buscan artificialmente generar suspenso.
En vez de eso Fuqua prefiere un sensato uso de cámaras y ángulos que sin estorbar subrayan el tono emotivo de cada escena, poniendo al frente las tremendas actuaciones de sus protagonistas y confiando en ellos para dar dinamismo a las múltiples escenas de diálogo e introspección.
El punto a debatir es muy bueno y aleccionador:
¿Por qué somos una sociedad tan hipócrita?
¿Por qué cada vez es más difícil ser "moralmente correctos"?
Y, a este paso:
¿Qué nos espera como sociedad en un futuro?
¿En manos de quien estamos?
¿Cómo podemos modificar este sistema?
Ó…
¿Él sistema está hecho, deliberadamente de esta manera para que siga funcionando así?
“It's not what you know; it's what you can prove”
Todos los días, en las calles de las zonas urbanas deprimidas de los Estados Unidos se libra una guerra; una guerra entre residentes, traficantes de droga y los que han jurado proteger a unos de los otros.
Esta guerra tiene sus víctimas y sus verdugos.
El ser policía otorga licencia para delinquir, igual que el ser militar.
Se asesina y delinque en nombre de la ley, se detiene por el bien del detenido.
Se extorsiona, para que uno pueda ir a casa y no a la cárcel y tener una segunda oportunidad.
La policía necesita los delincuentes para justificar su razón de ser.
Los políticos a la policía y los ejércitos policiales para defender sus privilegios y los de las clases dominantes.
Son los esbirros del sistema, que soportan sus bajos sueldos a cambio de sus licencias para delinquir.
Solo es necesario que otorguen deberes en falsas acciones positivas, matando inocentes o culpables, pero en el momento adecuado.
Deteniendo a quien a veces no paga, eso es la policía.
“To protect the sheep you gotta catch the wolf, and it takes a wolf to catch a wolf”
Training Day está dirigida por Antoine Fuqua; protagonizada por un ENORME Denzel Washington, Ethan Hawke, Scott Glenn, Cliff Curtis, Dr. Dre, Snoop Dogg, Tom Berenger, Harris Yulin, Raymond J. Barry, Macy Gray, Eva Mendes, Charlotte Ayanna, Raymond Cruz y Garland Whitt.
Training Day es un intenso y sórdido drama que expone la corrupción policíaca en las altas jerarquías, que demuestra a las claras cómo se va pervirtiendo a los jóvenes que ingresan a patrullar con buenas intenciones, y que denuncia la connivencia entre las fuerzas del orden público con los delincuentes de distinta índole.
Training Day es un filme sumamente impactante gracias a la crudeza de un relato que no da tregua y que destapa las miserias más aberrantes de quienes supuestamente están para servir y proteger el correcto funcionamiento de las leyes.
Training Day no hace diferencias entre criminales y policías, que no cae nunca en el maniqueísmo predominante dentro del género y que posee por sobre todo una monumental y oscarizada interpretación de Denzel Washington, a mi juicio soberbia y contundente demostración de la capacidad del actor encarnando al lobo disfrazado de cordero.
De hecho, Alonzo Harris (Washington) está tan compenetrado con la atmósfera criminal de los barrios bajos que frecuenta que es difícil distinguirlo de los criminales que pretende combatir, incluso realizando acciones de muy dudosa ética y legalidad en su supuesta lucha por destruir a los capos importantes responsables del tráfico de drogas en la ciudad.
Harris es un personaje siniestro, y peligroso por su carisma, que enseguida causa rechazo en el público y provoca verlo muerto enseguida.
Su interpretación es una acumulación de gestos tensos y sonrisas vulgares que logran su cometido, la erosión, la profundidad.
No hay mucho espacio o tiempo para la diversión y Washington está aun más interesado en lo que informa que en la personalidad del villano.
Lo que justifica su constante justificarse, su discurso perennemente autoindulgente, su (como todas) imperfecta humanidad.
Harris oculta una bomba de tiempo bajo la piel, y uno casi puede verla.
Un escalón más abajo, pero notable también lo de Ethan Hawke logrando el contrapunto ideal ante tanta putrefacción solapada.
Hoyt es el típico novato idealista, casi carente de cinismo y lleno de genuino deseo de ayudar a la comunidad.
El guión corre a cargo de David Ayer, el cual está repleto de dinamismo para una cinta que bien pareciera ser un “road movie” que nos pasea en un tour por los senderos más oscuros de la podredumbre.
Training Day es un áspero relato donde el peligro acecha constantemente y en donde el más mínimo error lleva a la muerte.
Denzel Washington en el papel de Alonzo Harris, es un policía de Los Ángeles muy condecorado pero corrupto, y Ethan Hawke como Jake Hoyt, es un agente novato y nuevo compañero de Alonzo que aspira a convertirse en parte de la unidad de Narcóticos que dirige Harris.
Todo Training Day tiene lugar en la ciudad de Los Ángeles durante un periodo de 24 horas que cambiará la vida de ambos policías.
La historia fue escrita por Ayer como un western urbano de mucha calidad, a uno no le asombra la buena factura de esta producción, con imágenes poderosas y una visión de Los Angeles completamente "sucia" y alejada de todo esplendor, recordemos que el estreno de esta producción fue retrasado en Estados Unidos a causa de los atentados de septiembre, ya que los estudios no estaban precisamente muy confiados con el posible triunfo de una película tan dura y crítica como ésta.
Fuqua se empeña en describirnos una ciudad corrupta en donde sólo hay una persona que intenta rebelarse a tamaña depravación: Jake Hoyt, el joven policía que se pone a las órdenes de Alonzo.
Fuqua quería que Training Day pareciera lo más auténtica posible, así que eligió varias localizaciones en algunos de los barrios más problemáticos de Los Angeles, incluso obtuvo permiso para rodar en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, Imperial Courts.
Además contó con el asesoramiento técnico de dos policías, Michael Patterson y Paul Lozada.
Por su parte, no era de esperar, Denzel Washington ganó el Oscar al Mejor actor en 2002, mientras que Ethan Hawke fue candidato al premio en la categoría de Mejor actor de reparto.
Los momentos de Training Day son los siguientes:
La traición de Alonzo a su "amigo" el traficante, para salvar su pellejo de los rusos.
La escena de la "jugarreta" de Alonzo a Jake en la casa de los mafiosos, pagándoles para que se lo carguen y la rocambolesca forma en que se salva.
Y el grandioso final, en la que el barrio da la espalda a Alonzo, hartos de él y ayudando a Jake a marcharse con las pruebas que lo inculparían.
“You wanna go to jail or you wanna go home?”
Training Day va más allá de otras películas sobre corrupción policial.
Aquí no es cosa de unas pocas "manzanas podridas"; no entra una comisión policial que investiga a los corruptos; no aparece el héroe que salva la delegación eliminando al policía malo y sus maldades.
Al final, el único policía con conciencia es el que no servirá como policía.
El tema central de Training Day es la eterna pregunta:
¿El fin justifica los medios?
Para Harris la respuesta es obvia y auto-evidente.
Hoyt, aún con las lecciones de ética frescas en la cabeza, parece indeciso.
Incluso el espectador verá su opinión variar conforme avanza Training Day, y aunque la resolución pretende ser un poco más tradicionalista, el guión no pretende ilustrarnos sobre quién tiene la razón... aunque los protagonistas toman su decisión, la ambigüedad de los razonamientos harán eco en la conciencia del espectador mucho después de terminada Training Day.
Es una rara ocasión cuando una cinta policiaca prefiere enfocarse más al aspecto intelectual del oficio y minimizar las escenas de acción.
Training Day, sin ser un ensayo filosófico, pone las ideas por enfrente de los juegos pirotécnicos y las vacuas balaceras, de modo que cuando la violencia se desata es mucho más intensa por su impacto en personajes bien desarrollados, con los que es fácil compenetrarse.
La dirección de Fuqua contribuye admirablemente a ese logro, y es de elogiar su disciplina y su desprecio por la frenética edición de moda y los trucos de cámara que buscan artificialmente generar suspenso.
En vez de eso Fuqua prefiere un sensato uso de cámaras y ángulos que sin estorbar subrayan el tono emotivo de cada escena, poniendo al frente las tremendas actuaciones de sus protagonistas y confiando en ellos para dar dinamismo a las múltiples escenas de diálogo e introspección.
El punto a debatir es muy bueno y aleccionador:
¿Por qué somos una sociedad tan hipócrita?
¿Por qué cada vez es más difícil ser "moralmente correctos"?
Y, a este paso:
¿Qué nos espera como sociedad en un futuro?
¿En manos de quien estamos?
¿Cómo podemos modificar este sistema?
Ó…
¿Él sistema está hecho, deliberadamente de esta manera para que siga funcionando así?
“It's not what you know; it's what you can prove”
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