Miracle On 34th Street

“Capture the spirit of Christmas with this timeless classic!”

Para el diccionario, “realista” es la persona que trata de ajustarse a la realidad e “idealista” es el que propende a representarse las cosas de una manera ideal.
Pero una de las acepciones de ideal es: excelente, perfecto en su línea.
En este orden de ideas, caben dos preguntas:
¿Y qué es la realidad?
La RAE dice que, es lo que ocurre verdaderamente… pero:
¿Sabe alguien, con exactitud, qué es lo que sucede realmente?
Ejemplo:
Dos muchachos ven pasar un auto rojo descapotado.
Eso es “real” porque ambos lo vieron, pero enseguida uno de ellos añade:
¡Qué piernotas las de la rubia que iba al volante!
¿Cuál rubia?
Exclama su amigo…
¡Era un vieja que llevaba pantaloneta!
Sucede a diario en las más variadas circunstancias…
Y así, llegamos a la conclusión de que los seres humanos no poseemos realidades objetivas sino meras percepciones.
Y, cabe decirlo, el idealista podría estar mucho más cerca de la realidad, porque quizás ve, y comprende, cosas más avanzadas a las que el “realista” no ha tenido acceso.
Así pues, soy de los que creo que, la realidad, no es precisamente esto que vemos con nuestros limitados sentidos, y probablemente, es algo más diáfano y, yo diría, que es también más grandiosa y más admirable de lo que podemos suponer.
Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o Colacho son algunos nombres con los cuales se conoce universalmente al personaje legendario que según la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad.
Este es un personaje inspirado en un obispo cristiano de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía)
Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás, Bari, Italia.
Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena (Francia).
Se estima que Nicolás de Bari nació cerca del año 280 en Patara, una ciudad del distrito de Licia, en la actual Turquía.
De él, se cuentan cientos de historias, especialmente narrando sus milagros y sus bondades para con la gente pobre.
Su relación con los niños nace en una de las historias que indica que alguien acuchilló a varios niños, entonces el santo rezó por ellos y obtuvo su curación casi inmediata pero además, Nicolás tenía especial inclinación por los niños.
Se cree que la transformación de "San Nicolás" a Santa Claus y Papá Noel sucedió alrededor del año 1624.
Cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, más tarde llamada Nueva York, obviamente llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas, su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre)
En 1809 el escritor Washington Irving, escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus.
Más tarde el poeta Clement Clarke Moore, en 1823, publicó un poema donde dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving.
En ese poema se hace mención de una versión de Santa Claus, enano y delgado, como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por nueve renos, incluyendo a Rudolph el reno de nariz roja.
Posteriormente, hacia 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce.
Esto fue gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper's Weekly.
Allí adquirió su vestimenta y se cree que su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para crear este «San Nicolás», que en ese momento ya nada tenía que ver con el Nicolás de Bari.
A mediados del siglo XIX, el Santa Claus estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con Bonhomme Noël, el origen de nuestro Papá Noel, quien tenía parecido físico con Santa Claus, pero vestía de blanco con vivos dorados.
Igualmente a fines del siglo XIX, a partir de un anuncio estadounidense de la Lomen Company, se crearía la tradición de que Papá Noel procedería del Polo Norte; y se popularizarían completamente los renos navideños como medio de trasporte de Santa Claus.
Curiosamente hay un nombre asociado a Santa Claus y es Kris Kringle un personaje mitológico alemán que trae regalos durante la Navidad.
El nombre "Kris Kringle" es una pronunciación incorrecta del nombre en alemán; el nombre correcto en alemán es "Christkind", "Christkindchen", o bien, "Christkindl" y está derivado del término antiguo Christkindl, que fue introducido por los protestantes, por rechazó a la forma romana de culto católico de los santos, y por lo tanto el culto a San Nicolás, siendo reemplazado con una alta probabilidad por Martín Lutero de forma explícita para desalentar a la figura de San Nicolás, fue adoptado en las regiones católicas de Alemania durante el siglo XIX.
Todos los nombres alemanes que cuentan con referencias al "Niño Cristo" se refieren al niño Jesús.
El niño Cristo (Christkind o Kris Kringle) es el personaje que, tradicionalmente, trae los regalos en Alemania, Suiza, Austria, Norte de Italia (Tirol del Sur), parte de Eslovaquia y Liechtenstein.
En Alemania, desde la década de los años 1990, Kris Kringle tiene una competencia cada vez mayor por parte de "Weihnachtsmann" la versión estadounidense de Papá Noel.
Generalmente, Kris Kringle es representado como un niño con el cabello rubio y alas de ángel.
Martín Lutero lo pensó como una representación de Jesús encarnado en un niño.
La forma "Kris Kringle" es una adaptación al inglés.
Por otro lado existe una tradición ligada a Santa Claus y es el Macy's Thanksgiving Day Parade en Estados Unidos y es un desfile anual presentado por los grandes almacenes Macy's.
El evento de tres horas es celebrado en la ciudad de Nueva York y empieza a las 9:00 a.m. EST el Día de Acción de Gracias.
El desfile se convirtió en parte de la cultura estadounidense después de ser mostrada en la película de 1947, Miracle On 34th Street, en la cual muestra partes del desfile de 1946.
Reflexionando sobre el tema de la Navidad, no es de extrañar que cada vez más gente le pierda el respeto a tan marcada fecha, pues si ya en los 40s la gente se daba cuenta de que eran unas fiestas comerciales después de setenta años…
¿En qué se pueden haber convertido?
Creo que el director de Miracle On 34th Street fue bastante valiente al adentrarse en el tema, aunque visto está, más que concienciar a la gente creó un nuevo género cinematográfico.
Triste y seguramente esté más orgulloso de eso que de su objetivo inicial, si es que lo llegó a ser ese.
Sé que ensalzar la Navidad no es muy propio de mí y a algunos les extrañará pero me ha parecido oportuno incluir Miracle On 34th Street a mi blog; aunque, todo sea dicho, que no me guste la Navidad no tiene nada que ver con que no me gusten las películas basadas en ella.
“You see, Mrs. Walker, this is quite an opportunity for me.
For the past 50 years or so I've been getting more and more worried about Christmas.
Seems we're all so busy trying to beat the other fellow in making things go faster and look shinier and cost less that Christmas and I are sort of getting lost in the shuffle”
Miracle On 34th Street es una película de 1947, dirigida por George Seaton, con el guión del mismo Seaton sobre una historia de Valentine Davies, y protagonizada por Maureen O'Hara, John Payne, ENORME Edmund Gwenn, Gene Lockhart, Natalie Wood, Porter Hall, William Frawley, Jerome Cowan, Philip Tonge y Mae Marsh.
Miracle On 34th Street es una película cargada de buenas intenciones y llena de momentos emotivos.
Nos habla de la necesidad de tener ilusiones y fe.
En el fondo es una reivindicación de la Navidad y de lo que ésta representa.
Quizás por eso sea especialmente recomendable para esta época, porque para disfrutar de ella exige una disposición interior que no siempre se tiene.
Lo más llamativo es el tratamiento otorgado a la película.
Por aquellos años, la Fox comenzaba a producir una serie de cintas policiales basadas en un tratamiento absolutamente realista, haciendo uso para ello del rodaje en exteriores, otorgando así unos visos documentalistas a las imágenes, el rodaje en estudio era una constante casi fija hasta entonces, salvo en circunstancias lógicas, como el western.
Miracle On 34th Street está impregnada, hasta cierto punto, de esta óptica, y si bien los planos en exteriores son escasos, se ve abordada con un tratamiento de realismo, a lo cual contribuye su tono de comedia doméstica, hasta el punto de que sus elementos fantásticos se ven reforzados con un aura de plausibilidad, poca gente dudará de la existencia de Santa Claus una vez finalizado el film, y que casi haría entroncar la cinta con el realismo mágico.
Conviene no olvidar los problemas que tuvo Miracle On 34th Street en su época con la censura católica en Estados Unidos por mostrar a una mujer divorciada moviéndose sin problemas en la vida social y laboral, en plena era del Macartismo.
Aun así, Miracle On 34th Street ganó 3 Premios Oscar, en las categorías de mejor argumento, mejor guion adaptado y actor de reparto para Edmund Gwenn por su personificación de Kris Kringle.
También fue nominada a Mejor Película, pero perdió contra Gentleman's Agreement.
Valentine Davies lanzó una novela corta sobre la misma historia, la que fue publicada por Harcourt Brace y lanzada en la misma época de Miracle On 34th Street.
Como una tradición del Día de Acción de Gracias, la cadena NBC transmite todos los años Miracle On 34th Street después del desfile anual de Macy's.
Miracle On 34th Street es básicamente una historia contada en tono de fábula acerca de la importancia de los sueños y la fe, al mismo tiempo que estipula una sutil crítica al consumismo reinante en la época navideña.
Maureen O´Hara interpreta a Doris Walker, una mujer divorciada que vive junto a su hija Susan, la cual a causa de su trabajo conoce a Kris Kringle, un viejo bonachón que representa el verdadero espíritu de la Navidad y que cambiará por completo su forma de ver la vida.
Doris es una mujer tras su éxito profesional, esconde varias heridas ligadas a su fracaso matrimonial.
Debido a que ha perdido la fe en el amor y por ende en todo aquello que es intangible, se ha preocupado de inculcarle a su hija un apego por lo real, dejando de lado todo tipo de fantasías y creencias, anulando de forma toda la capacidad imaginativa de la niña, mermando en cierta forma su niñez.
Es necesario entender, que la situación de las madres divorciadas en los años 40 era bastante más precaria de lo que lo es actualmente.
Era bastante raro ver madres divorciadas en la clase media norteamericana, más aún en una sociedad que hasta ese momento, era absolutamente machista.
En dichas condiciones, era poco común ver a una mujer ocupando un cargo importante, y si lo llegaban a obtener, tenían un sinfín de dificultades para mantenerlo.
Es por este motivo que la visión que Doris tiene de la vida es más bien práctica; es más fácil no depender de nadie para que de esta forma no te puedan defraudar.
Debido a su experiencia personal, Doris piensa que es mejor preparar a su hija para valerse por sí misma, evitando todo tipo de desilusiones futuras que inevitablemente vienen ligadas a los sueños y a la esperanza.
Cabe recalcar que era tan grande el machismo existente en aquella época, que el simple hecho de mostrar a una mujer independiente y exitosa, le trajo a Miracle On 34th Street algunos problemas con ciertos organismos de censura.
Kris Kringle por su parte, es un anciano que afirma ser Santa Claus, y cuyo mayor deseo, es contagiar a todos aquellos que lo rodean con el cada vez más escaso espíritu navideño.
Este personaje resulta ser tan entrañable, que no pasa desapercibido y que lentamente se irá ganando el cariño y el respeto de aquellos con los que trabaja, incluso el de las escépticas Doris y su hija Susan.
En gran medida, Kringle indirectamente critica la comercialización de la Navidad, y es debido a esto que eventualmente termina siendo enviado a juicio.
Es precisamente durante el juicio que Miracle On 34th Street adquiere algunos tintes fantásticos.
Aunque no existen pruebas concluyentes de que Kringle sea en verdad Santa Claus, tampoco existen pruebas que indiquen lo contrario.
Y es que Miracle On 34th Street llama a creer en lo imposible, a tener fe en que los sueños se pueden hacer realidad, y que finalmente lo importante de la Navidad recae en apreciar a nuestros seres queridos y no en la cantidad de presentes que recibimos.
La figura de Kris Kringle/Santa Claus viene representar todo lo relacionado a la fantasía y a los sueños.
Aquello que es intangible, pero que sin embargo representa parte importante de nuestras vidas.
Para Doris, significa la fe de que puede rehacer su vida, y encontrar nuevamente el amor, encarnado por su vecino, el abogado Fred Gailey (John Payne), mientras que para Susan significa encontrar la esencia de lo que es ser un niño, donde la imaginación ocupa un lugar primordial y los sueños son posibles.
George Seaton, ha logrado un filme que complace a toda la familia y a buena parte de la humanidad, y con una historia limpia, sin complejidades y sensiblemente actuada por todos sus intérpretes, nos lleva por un sendero que pone luz en los corazones, permitiéndonos sentir el lado dulce de la existencia.
Se respira orgullo de ser humano y algo, muy hondo, nos convida a vivir como aquellos seres que propugnan cada día por la dignidad, la solidaridad y la justicia.
Para que tus sueños se cumplan lo primero hay que creer en ellos, y yo no pierdo la esperanza, todas las navidades las he pasado solo, y todavía le pido a Santa que me concede el regalo del amor verdadero, el amor de una pareja…
Todavía sigo solo…

“Oh, Christmas isn't just a day, it's a frame of mind... and that's what's been changing.
That's why I'm glad I'm here, maybe I can do something about it”


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