Chicken Run

“This Ain't No Chick Flick!”

Todas las personas nos planteamos objetivos, metas que deseamos cumplir.
Cuanto más sencillas son estas metas, más fácil es cumplirlas.
Sin embargo, la satisfacción de conseguir los objetivos que no hemos planteado, es cada vez más grande, y esto anima a seguir planteándonos otras metas diferentes.
Por el contrario, cuando la meta es muy pretenciosa, es más difícil cumplirla, y por consiguiente, nos rendimos antes, lo que provoca que nos desanimemos, y no nos planteemos metas nuevas.
Y es que la vida está llena de obstáculos que nos reta a superar, estimulándonos a desarrollar nuevas habilidades, a tomar posiciones, y roles distintos, a asociarnos y coordinarnos; entre una serie de otros desafíos, que supone la superación de toda dificultad.
Todo problema, siempre nos sitúa frente a la disyuntiva, entre rendirnos y dejarnos caer; o sacar lo mejor de nosotros, para salir adelante.
La idea de solidaridad, de aunar fuerzas, de buscar criterios comunes, para llevar adelante un plan ante una situación, nos lleva a valorar el concepto de libertad a su máxima expresión.
El cine, tiene la capacidad de involucrarnos en realidades similares y distintas a las nuestras; nos permite identificarnos con los personajes, y las situaciones mostradas, y así, desafía posturas frente a dilemas de vida.
Ello le otorga el enorme potencial de integrar diversión y formación, lo cual, sumado a la familiaridad que tienen los niños y jóvenes con el medio audiovisual, lo convierte en una gran herramienta educativa.
“We lay eggs, day in and day out, and when we can't lay anymore, they kill us”
Chicken Run es una película británica de animación, del año 2000, dirigida por Nick Park y Peter Lord.
Protagonizada por Julia Sawalha, Mel Gibson, Miranda Richardson, Tony Haygarth, Benjamin Whitrow, Jane Horrocks, Timothy Spall, Phil Daniels, Lynn Ferguson, Imelda Staunton, entre otros.
El guión es de Karey Kirkpatrick, sobre una historia de Peter Lord y Nick Park.
De entrada cabe decir que la “Gallus gallus domesticus” es una subespecie doméstica de ave, del género Gallus, perteneciente a la familia Phasianidae.
Su nombre común es “gallo” para el macho y “gallina” para la hembra; y tal vez, sea el ave más numerosa del planeta, pues se calcula que supera los 13.000 millones de ejemplares.
Los gallos y gallinas, son criados principalmente por su carne, y por sus huevos; y también se aprovechan sus plumas.
Es omnívoro e insectívoro.
Su esperanza de vida, se encuentra entre los 5 y los 10 años, dependiendo de la raza.
Han llegado a tal grado de domesticación, que dependen en gran medida, del cuidado de los seres humanos para poder sobrevivir, siendo presas fáciles de los depredadores.
Sin embargo, es uno de los animales más explotados a nivel mundial, debido a su relativa eficiencia, en términos de cantidad de alimento y tiempo de desarrollo, comparados con otros tipos de animales, consumidos por los seres humanos.
Es tan popular, que cada año se consumen más de 33 millones de toneladas de sus músculos, tendones, y grasa, y se producen unos 600.000 millones de huevos.
Partiendo de esa idea, y de que las gallinas, aún teniendo alas, son de las pocas aves que no vuelan a más de 2 metros de altura, y por poco tiempo, que Peter Lord y Nick Park, crean esta fábula interesante, apta para todo público.
El anhelo de libertad, el valor y la cobardía, el abuso y la crueldad laboral, la amistad o el liderazgo, son algunos de los temas que concurren en este debut de los ingleses Nick Park y Peter Lord, como realizadores de largometrajes de animación.
Se necesitaron 15 meses para completar Chicken Run, mediante la paciente y ardua técnica de animación, fotograma a fotograma, llamada “stop motion”
Park y Lord, miembros de la empresa Aardman, facturan un film soberbiamente detallado y estructurado, logrando su elaboración, en algunos momentos, la perfección artística absoluta; en algo así como, una recreación animada de las clásicas películas, basadas en los campos de prisioneros de La Segunda Guerra Mundial.
Humor, aventura, intriga, drama, y hasta romanticismo, se unen en Chicken Run, film obligatorio para todos los aficionados a la espléndida animación de plastilina, carente de los ahora tan manidos, y muchas veces inocuos, efectos digitales.
Chicken Run habla de la unión entre los compañeros, de la importancia que cada uno tiene en el trabajo en equipo.
Cada uno, es un ser individual que posee talentos y cualidades que aportar a los demás.  Con muchas pinceladas políticas y revolucionarias, contra los poderes opresores y los regímenes totalitarios, Chicken Run es una oda a la libertad, y a la unión de un grupo por la individualidad, y la separación de él, de un sistema injusto.
Ambientada en Yorkshire, Inglaterra en 1961, Chicken Run narra las aventuras de un grupo de gallinas, en su eterno intento por escapar de una granja, hasta que dentro de su camino, encuentran con un torpe gallo que les promete ayudarlas a escapar.
La señora Tweedy (Miranda Richardson), es la dueña de una granja en la que la mayoría de las aves, se han resignado a llevar una vida corta e infeliz.
Ellas viven mientras ponen huevos, y cuando dejan de hacerlo, acaban en la mesa, como comida de los domingos.
Pero las cosas empiezan a cambiar, con la llegada de Rocky (Mel Gibson), un gallo estadounidense, que mantiene un romance con Ginger (Julia Sawalha), una gallina muy combativa, que ha organizado innumerables intentos de fuga, para alcanzar una vida mejor.
Múltiples personajes de gran camaradería, nutren la trama; entre ellos está:
Ginger, la gallina activista y líder, quien estimula a sus compañeros a escapar con frases como:
“También tenemos cercadas las mentes”
Aunque podría huir sola del gallinero, Ginger prefiere escapar con todas sus compañeras. Mac (Lynn Ferguson), es el cerebro científico del grupo, crea complicadas maquinarias para llevar a cabo la fuga.
Fowler (Benjamin Whitrow), es un viejo gallo, encargado de despertar a las gallinas; un anciano, que se jacta con condecoraciones de Oficial del Ejército en sus tareas aéreas del pasado.
O la fuerte y voluptuosa gallina, que teje todo el tiempo…
Y Rocky, The Rhode Island Red, quien tras aterrizar volando en la granja, alardeará con sus técnicas de vuelo, y seducirá a todas las gallinas, con promesas de enseñarles a volar para escapar.
Las gallinas de Chicken Run, en general, son un grupo de gallinas incapaces de tomar decisiones, si no son empujadas por un líder, en este caso Ginger.
Serían capaces de conformarse con su triste situación, si no hubiese alguien que empujase de ellas.
A pesar de todo, deciden organizarse y trabajar en equipo de manera eficiente, para conseguir su sueño
Por el otro lado, el de los antagonistas, tenemos a:
Mr. Tweedy (Tony Haygarth), quien es el cuidador del gallinero, dominado por su cruel mujer, y es quien descarga toda su bronca con las gallinas.
Mrs. Melisha Tweedy, es la dueña del gallinero, es malvada, y está dispuesta a convertir a las gallinas en “pot pies” para sacarle dinero lo más que se pueda.
De manera asombrosa, Chicken Run mezcla en la dosis correcta, comedia y drama, respetando profundamente a los personajes.
Es una metáfora acerca de la libertad.
El mensaje que nos llega, es muy claro:
Para lograr una meta u objetivo, debemos vencer el mayor de los obstáculos: nosotros mismos.
Y allí se condensan 2 cosas:
El miedo a liberarse, y la comodidad de ser víctimas. ”Ladies, please, let's not lose our heads”
La técnica de animación en arcilla, que ha permanecido inmune al paso del tiempo, y a la aparición de nuevas tecnologías, sumada a un estilo cinematográfico “realista”, que trata a los muñecos como si fueran verdaderos actores, logran en Chicken Run, un espectáculo sumamente atractivo.
Aunque aparentan ser sólo de plastilina, están hechos de diversos materiales:
El esqueleto es de acero y resina, para darle firmeza al muñeco, y facilitar su manipulación.
Para ahorrar tiempo, se fabricaron moldes con las diferentes partes de los personajes, que ayudan a dar la forma a la plastilina. Todas las gallinas, tienen un pañuelo o un collar, que ayuda a identificar cada personaje, y oculta la unión entre la plastilina del cuello, y el látex del cuerpo.
Los ojos, son bolitas de plástico, aplicadas sobre la plastilina.
Para hacerlos pestañear, los animadores pegan encima de los ojos, párpados modelados previamente.
Para cada segundo de película, hacen falta 24 fotos, cuya sucesión da la sensación de movimiento.
Así que, en los 84 minutos que dura Chicken Run, hay un total de 120.960 fotos. Para la vocalización; animación de la boca de un personaje hecha en base a una voz grabada previamente, se hizo lo siguiente:
1. Se escucha atentamente la voz grabada, y se la pasa a una planilla dividida en bloques de 24 casilleros, que representan las 24 fotos por segundo.
2. En cada casillero, se escribe el sonido de la voz correspondiente a cada foto. Cada personaje, utiliza 60 picos previamente modelados, que corresponden a cada sonido vocal.
3) El animador, reemplaza el pico en cada cuadro de película. Los actores de Chicken Run son figuras de plastilina, que simulan la vida en una granja de gallinas, a las que les ocurren todo tipo de cosas.
Fíjense bien, como cada vez que algo no les resulta, si bien hay una desilusión, en vez de darse por vencidos, utilizan la experiencia para buscar una alternativa mejor.
Hay una invitación a mirar los obstáculos como desafíos, no como problemas.
Los personajes de Chicken Run, estaban siendo víctimas de una situación de abuso de poder:
Su dueña, decidía por sus vidas y destinos, sin considerar sus derechos, haciendo uso abusivo de su posición superior, en términos de poder.
Este guión presenta la crítica que, como gallinas, perfectamente pueden ser niños, de esos que los tienen encerrados tejiendo ropa, que luego compramos nosotros en las tiendas de ropa carísima, de esas de marca…
Solo que en vez de tejer ropa, poner huevos, y cuando no pueden más, las matan y se las comen.
Chicken Run critica la explotación a la que están sometidas este tipo de personas en las fábricas.
Ginger y Rocky, entre otros personajes de Chicken Run, representan formas distintas de liderazgo, y nos enseñan la influencia que se puede tener sobre otros.
Durante toda el metraje, se pone como objetivo claro, el poder ser libres, y el soñar con un estilo de vida mejor, donde impere un régimen basado en la propia toma de decisiones, sobre cómo llevar adelante el vivir diariamente.
Por ello, desde este aspecto, Chicken Run es una interesante opción para reflexionar sobre conceptos tales como:
La unión, los proyectos en común, la libertad, el sentido de pertenencia y utilidad dentro del todo organizado, etc.
Todo ello, frente a un sistema injusto, ambicioso, y opresivo, que no da lugar a las propias expresiones, que transforma en meros objetos de producción, y donde no se respetan derechos.
Lo que sí se nota, y mucho, en Chicken Run es la función del líder, aquí con un papel activista, que no claudica antes los fracasos, que alienta a su grupo a salir del sistema, por considerarlo injusto.
Muy bien reflejada esta autoridad, y esta gallina estratega con un cúmulo de recursos para poder concretar, el tan ansiado escape.
Así, con una trama orientada exclusivamente al escape de la granja, aparecerán distintos personajes con sus propias características:
El gallo charlatán que seduce y miente a las gallinas, prometiéndoles algo que no puede cumplir; el viejo gallo que hace alardes de épocas anteriores, pero que en el momento de extrema necesidad, no coopera desde la estrategia para sacar adelante un plan redituable; y gallinas histéricas de toda índole.
Los personajes, están muy bien modelados y modulados, dotados de carga psicológica, a diferencia de los reales de muchas otras películas, que permiten no sólo al niño, sino también al adulto, interesarse por sus avatares de “encarcelamiento” y opresión.
Obviamente, Chicken Run rápidamente nos sitúa, frente a la desconsideración que se tiene frente a los animales, a los cuales muchas veces, se les ubica dentro de “líneas de producción”, como objetos, y se les descuida.
Chicken Run es una invitación a pensar, en qué hacemos por cuidar a los animales; se extrapola al cuidado por el medio ambiente, y por aquellos que son tratados por la sociedad como “animales”
Ojo: KFC.  Entre lo mejor de Chicken Run, vemos al gallo veterano, y la complicidad de las ratas contrabandistas.
Pero más allá de las bondades visuales, el último trabajo de los creadores, cobra fuerza gracias a sus agudos diálogos, a las referencias irónicas a otros filmes, y a los excelentes gags.
Chicken Run es un claro homenaje a “The Bridge On The River Kwai” (1957) de David Lean, y “The Great Escape” (1963) de John Sturges, y todas las películas bélicas, de La Segunda Guerra Mundial.
No sólo en el argumento, sino también en la ambientación, y en la banda sonora.
Aparte de las influencias, anteriormente reseñadas, hay guiños muy divertidos, incluso, a la guerra de sexos de las maravillosas comedias hollywoodienses de los 30 y 40, asumiendo todas estas influencias, con una sana y magnífica naturalidad, gracias a un guión fluido, y muy bien estructurado, salpicado de una encantadora ideología progresista, que consagra el colectivismo y la solidaridad, en unos diálogos muy buenos.
Como en el momento en que aparece por primera vez el gallo Rocky, volando por la granja gritando:
“Freedom”
El cual es un obvio tributo a “Braveheart” (1995), cómo no, de Mel Gibson.
Y el final, es anecdótico con aquella paradoja de:
¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
El cual, es un dilema, ya que las gallinas ponen huevos, y de ellos provienen los pollos.
Esta expresión, llena de ambigüedad, condujo a filósofos antiguos, a cuestionar el cómo se originó la vida y el universo.
En el habla popular, el referirse a la cuestión “el huevo o la gallina”, hace hincapié en la inutilidad de preguntarse, ¿Quién fue primero?, pues esta sentencia es una falacia del tipo “círculo vicioso”
Es en esta forma de ver el problema, en que yace la naturaleza fundamental de la cuestión, ya que la respuesta literal, es un tanto obvia.
El dilema, entonces, procura elevarse a cuestiones metafísicas, con un planteamiento metafórico.
Para entender mejor dicha representación metafórica, la pregunta se puede reformular de la siguiente manera:
“¿Qué vino primero:
X que no puede venir sin Y, o Y que no puede venir sin X?”
Como las especies cambian con el paso del tiempo, durante el proceso evolutivo, la primera gallina moderna, antecesora de las gallinas domésticas, no puede ser clasificada como tal.
El ADN sólo puede ser modificado antes del nacimiento, por lo cual, la madre de la primera gallina, la cual no era una gallina tal como la conocemos, sufrió una mutación en la gestación, mediante la cual, el embrión que llevaba dentro, cambió y se convirtió en la primera gallina, propiamente dicha.
A partir de ese momento, apareció la primera gallina, tal como lo entendemos ahora.
Por tanto, el huevo sería primero que la gallina.
Pero esta deducción, sería sólo aplicable a la pregunta específica de, qué fue antes:
“¿La gallina o el huevo de gallina?”
Entendiendo “huevo de gallina” como el primero en contener una gallina, ya que si nos referimos al huevo, en general, dado que en la pregunta no se especifica, que el huevo sea de gallina, el huevo sería primero, ya que lógicamente, el animal antecesor de la primera gallina, también era ovíparo, y el hecho de que animales anteriores, como los dinosaurios, también eran ovíparos.
Hay muchos ejemplos de la vida real, que se plantean con un análisis similar al dilema “huevo-gallina”:
1. Miedo a un colapso económico, hace que la gente gaste menos, lo que reduce la demanda, y aumente la oferta, lo que causa un colapso económico, fenómeno que también puede considerarse, una profecía autorrealizada.
2. El temor a la violencia, o la guerra, pueden conducir a la gente a comportamientos defensivos o agresivos, que producen más violencia y temor.
3. Más empleos producen más consumos, lo que requiere más producción, y por tanto, más empleos.
Esta posibilidad se nos muestra terrible ya que, según Nietzsche, vivimos la vida sin la intensidad necesaria, y sin la pretensión de convertir cada instante de la vida, en algo maravilloso en sí mismo, hasta el punto de justificar la existencia.
Nietzsche afirma, que “El Superhombre” es quien considera el eterno retorno, como algo muy positivo, ya que ha sido capaz de crear una vida tan intensa y genial, que la posibilidad que esta vida, pueda ser repetida infinitas veces, y le parece maravillosa.
Ante la elección de repetir la misma vida, o de tener otra vida diferente, “El Superhombre” no puede sino, desear volver a vivir la vida que él considera perfecta, e inmejorable.
Así pues, Chicken Run posee una divertida y animada banda sonora, coescrita por John Powell con Harry Gregson-Williams, llena de referencias satíricas a clásicos del pasado, y plena de acción y frenesí.
A pesar de la recarga de referencias, todas ellas están perfectamente justificadas en los momentos en los que se aplican en Chicken Run.
“Let's face it, the only way out of here is wrapped in pastry”
Chicken Run es una historia que testimonia, cómo los obstáculos no son impedimentos para cumplir metas.
Chicken Run invita a reflexionar, entre otras, en torno a cómo el trabajo en equipo, el esfuerzo, y la perseverancia, son elementos centrales que nos permiten “saltar las alambradas” con que nos encontramos en la vida.
Muchas veces, lo que queremos, no nos resulta la primera vez que lo intentamos, piensen en un niño aprendiendo a caminar, cuántas veces se caen y golpean, pero se levantan hasta que aprenden; lo mismo ocurre en otros ámbitos:
Aprendamos a mirar las dificultades como desafíos, como oportunidades.
Siempre es posible salir fortalecido de las situaciones complejas, en tanto ellas nos desafían a dar lo mejor que podemos, para poder salir adelante.
Sin duda, en la vida, nos veremos enfrentados a muchos obstáculos y situaciones, que nos hacen enojar o estar tristes, pero lo importante es, ser perseverantes, esforzados, y contar siempre con amigos que nos puedan apoyar.
El compañerismo y el trabajo en equipo, son 2 temas que aparecen como pilares fundamentales, para lograr el objetivo de escapar.
Si las gallinas de Chicken Run no hubieran estado unidas, protegiéndose, y cuidándose unas a otras, lo más probable es que hayan terminado siendo “pot pie”

“I told you they was organized!”



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