The Phantom Of The Opera

“Christine, tonight I placed the world at your feet!”

A principios de la década de los años 20, Europa había producido varios títulos tan interesantes, dentro del expresionismo alemán, como:
“Nosferatu, Eine Symphonie Des Grauens” (1922), “Das Kabinet Des Doktor Caligari” (1919), “Das Wachsfigurenkabinett” (1924)
Títulos que, sin duda, marcaron profundamente lo que devendría en EEUU los siguientes años.
Y aparte de que F.W. Murnau, Fritz Lang, y Paul Leni, continuaran su carrera cinematográfica en los Estados Unidos, los estudios hollywoodienses produjeron sus films, inspirándose y basándose en novelas europeas.
Aunque en los años 20, una película de gran notoriedad como The Phantom Of The Opera, resulta curioso que, en realidad, ha tenido muy pocas adaptaciones a la gran pantalla, si la comparamos con otros títulos de terror de la misma época; pero imagino a que es una obra que funciona mucho mejor en un teatro.
Para que tenga una idea, gracias a The Phantom Of The Opera, la Universal pudo plantearse hacer el resto de películas sobre monstruos, por la que es tan famosa hoy en día:
“Dracula”, “Frankenstein”, “The Wolf Man”, “The Invisible Man”, “The Mummy”…
Y tras el éxito de “The Hunchback Of Notre Dame” (1923), no cabía sino repetir la fórmula con su misma estrella, el camaleónico Lon Chaney.
“If I am The Phantom, it is because man's hatred has made me so...
If I shall be saved, it will be because your love redeems me”
The Phantom Of The Opera es una película de terror de La Era Muda, del año 1925, dirigida por Rupert Julian, Lon Chaney, y Edward Sedgwick.
Protagonizada por Lon Chaney, Mary Philbin, Norman Kerry, Arthur Edmund Carewe, Gibson Gowland, John St. Polis, Snitz Edwards, Mary Fabian, Virginia Pearson, entre otros.
Cabe señalar, que la única sobreviviente del reparto original, es Carla Laemmle, nacida en 1909, sobrina del productor Carl Laemmle, que actuó en un pequeño rol de “Primera Bailarina” cuando tenía 15 años de edad.
El guión es de Elliott J. Clawson, Tom Reed, y Raymond L. Schrock; y es una adaptación de la novela de Gastón Leroux “Le Fantôme de L'Opéra”, inspirada en la también novela “Trilby” de George du Maurier.
“Le Fantôme de L'Opéra” se editó en entregas semanales, publicándose la primera, el 19 de noviembre de 1909, combinando romance, terror, misterio, y tragedia.
The Phantom Of The Opera sería la 2ª adaptación para la gran pantalla, ya que la primera fue, la alemana “Das Phantom der Oper” (1916) de la que no existen copias hoy en día; y es también, la 2ª película de la Universal, de la larga lista titulada:
“Monstruos de La Universal”
Y es que The Phantom Of The Opera, forma parte de una nueva etapa en Los Estudios Universal, que puso un nuevo énfasis en las grandes producciones, como cebo para atraer al público.
A pesar de los desmanes económicos de directores como Erik Von Stroheim, el estudio logró varios éxitos, adaptando relatos clásicos, bajo la sabia mano del mítico productor Irving Thalberg.
Los viejos relatos europeos de terror gótico, pronto fueron considerados como un importante filón que aportaba tanto entretenimiento, como buenas historias, que arrastraban además, el buen sabor del clasicismo.
Carl Laemmle, al igual que haría su hijo algunos años después, se dispuso a hacer de Universal, unos estudios que ofrecieran historias de calidad, poniendo a disposición de las mismas, altos presupuestos.
Todo comenzó, con un viaje que en 1922, realizó el productor Carl Laemmle a París.
Allí quedó encantado, en primer lugar, con el edificio de La Ópera, y luego con el folletín “Le Fantôme de L'Opéra” de Gaston Leroux.
Por aquellos momentos, Universal Pictures tenía en fase de producción “The Hunchback Of Notre Dame” (1923), que también tenía por escenario, una construcción parisina, la famosa Catedral de Notre-Dame.
El éxito del filme con Lon Chaney, tuvo como consecuencia, el entusiasmo de Laemmle con el proyecto The Phantom Of The Opera, y la escritura de varias adaptaciones, por parte de algunos guionistas del estudio.
En una, se enfatizaban los elementos románticos, dejando de lado, toda insinuación sobrenatural o de suspenso.
En otra, se acercó un poco más al folletín.
La producción se inició a finales de 1924, por Universal Studios, y desde el principio tuvo problemas.
Según El Director de Fotografía, Charles Van Enger; Lon Chaney y El Director Rupert Julian, no se llevaban bien del todo.
Se contó con un presupuesto fue de $1,000.000, y el tiempo empleado, fue de 4 meses para acabar el rodaje.
Lon Chaney dirigió algunas escenas; además, contrataron a un actor para que le sustituyera en algunas ocasiones, por las continuas desavenencias entre Chaney y Julian.
La ópera, se levantó en 9 semanas, tanto su fachada como la parte interior.
El pre-estreno fue en Los Angeles, el 7 y el 26 de enero de 1925.
No obstante, The Phantom Of The Opera fue estrenada 4 veces; además del primer estreno; el equipo de rodaje, productor, etc., no quedaron satisfechos, y se fueron añadiendo escenas y letreros con lo que fue re-estrenada 3 veces más, durante 1925, hasta que a la 4ª vez, quedaron satisfechos.
Así, 4 años más tarde, en 1929, The Phantom Of The Opera se volvió a estrenar con más escenas rodadas, y con alguna secuencia sonora, una reciente innovación; extendiéndose hasta casi 2 horas.
Como se puede ver, hay una gran cantidad de versiones y cortes distintos, e incluso, hay versiones que mezclan ediciones de diferentes filmes.
El resultado final, es un memorable título sobre la venganza, el talento, la belleza, y la fealdad.
Su atmósfera amalgama un enervado romanticismo, y un penetrante suspense a través de un sombrío y relente escenario de atractiva ornamentación, con ascendencia de los expresionistas germanos.
The Phantom Of The Opera transcurre en el París de 1890.
En él, se conjugan el misterio y el romanticismo, con matices de horror.
Erik (Lon Chaney) es un hombre que vive como un Fantasma, escondido en el edificio de La Ópera de Paris.
Fue un gran cantante, y todavía conserva su maravillosa voz, pero un accidente le desfiguró, hasta el punto de convertirlo en un monstruo.
Encerrado en su mundo de La Ópera, Erik se enamora de Christine Daeé (Mary Philbin), una joven soprano, a la que él considera, todo un valor futuro para la música.
El Fantasma trabaja desde la sombra, para convertirla en una estrella, pero  enloquece de celos, cuando la joven cantante se compromete con un rico Vizconde llamado Raoul (Norman Kerry)
Así, en La Ópera de París, vive un ser misterioso en las profundidades, que amedrenta a los concurrentes, y siembra el pánico en los vestuarios.
Hay un agente de la policía que lo investiga, Ledoux (Arthur Edmund Carewe) y conjetura con razón, que se trata de un asesino prófugo.
Sin embargo, el criminal es muy cauteloso, pero la prudencia la perderá, al enamorarse obsesivamente de la actriz Christine; ésta, ambiciosa e inmadura, se deja seducir por su voz y sus promesas, pero al descubrir el rostro deforme y monstruoso que se esconde tras la máscara, en la escena de mayor suspenso, entrará en pánico, y todos los planes del Fantasma, se irán al traste.
Raoul, el otro enamorado de Christine, seguirá las huellas de su amada, en compañía del agente policial, penetrando en un mundo lúgubre y macabro, del cual, está a punto de no salir vivo.
Finalmente, llega el desenlace, cuando una multitud obliga a Erik, El Fantasma, a salir de su escondite, hasta darle muerte frente al Sena.
Paralelamente, Raoul salva a Christine en las calles.
La obra de Rupert Julian, contiene diversas facetas, más allá de la simple historia de suspenso y terror.
De algún modo, tenemos 2 mundos que se yuxtaponen en La Ópera, la cual a su vez, se ve claramente dividida.
A simple vista, tenemos el entorno familiar y seguro, donde la gente se divierte, y da rienda suelta a sus pasiones, disfrutando de buena música, y alegres veladas, con empresarios ávidos de lucro, y jóvenes sedientos de placer.
El otro ambiente, es aparentemente todo lo contrario:
Frío, oscuro, tétrico, sombrío, laberíntico, aterrorizante, subterráneo… donde se esconde la muerte y la maldad, en medio de paredes medievales; incluso, en algún momento se asemeja al río que conduce al Infierno, y Erik llega a hacer el rol de Caronte, cuando transporta a su amada en una barca rumbo a su casa, un hogar lleno de trampas mortales para todos los aventureros.
Sin embargo, una mirada más profunda a todo ello, da a entender que es el mundo subterráneo, el reflejo real del de arriba, en donde la superficialidad y la hipocresía imperan.
Muy interesante es el hecho que, Christine penetra en el universo inferior, a través de un espejo, al igual que “Alicia en El País de Las Maravillas”
Claro está, que el ámbito del Fantasma, sólo corresponde a un trozo de la tierra fantástica de Alicia, pero lo importante acá es, que de alguna forma, la joven soprano encuentra en las profundidades de los dominios del Fantasma, la respuesta a la soledad y banalidad que rodea su vida… y lo mismo puede afirmarse de Raoul.
Así, como la protagonista de la obra de Lewis Carroll, han aclarado el camino de su futuro.
“Feast your eyes!
Glut your soul on my accursed ugliness!”
La fase célebre del The Phantom Of The Opera, La Noche de La Mascarada, es la velada en la que tiene la oportunidad de mezclarse con los demás, con una máscara al igual que todos.
Y es en ese momento, en el que nos percatamos que no existe mucha diferencia, entre aquel asesino prófugo y condenado a la soledad por tener un rostro extraño y deforme, y la multitud que lo rodea, frívola y superficial, divirtiéndose en un lugar, donde pocos años antes, habían funcionado unas mazmorras durante la Comuna de París de 1871.
¿Quién es realmente el Fantasma?
¿Aquél que se esconde en las profundidades de La Ópera… o todos aquellos que esconden su verdadera personalidad, por medio de banalidades?
Erik “El Fantasma”, nació como el hijo de un maestro de la albañilería, en una pequeña ciudad, no muy lejos de Ruan, bajo el nombre de Erik.
Éste, escapó muy pronto de la casa de su padre, donde su cara deformada, era objeto de horror y terror para sus progenitores.
Durante un tiempo, frecuentó las ferias, dónde un dueño de un espectáculo de exposición de monstruos, lo anunciaba como “El Cadáver Humano”
Erik viajó alrededor de Europa y Asia con los gitanos; y allí consiguió pericia acrobática y musical, para convertirse en un genio alejado de la norma.
También, se convirtió en un experto ventrílocuo.
Eventualmente, Erik terminó como asesino de la corte, e ingeniero personal del Sah de Persia, y construyó para él, sofisticadas trampas y dispositivos de tortura, como El Lazo de Punjab.
Después de algún tiempo, Erik construyó para el Sah, un magnífico Palacio, el cual fue provisto de las maravillas que desarrolló; siendo entonces, cuando el Sah, al notar la magnificencia de Erik y su edificio, decidió que él sería el único en poseer un Palacio de esa categoría, y tuvo miedo de que Erik pudiera construir otro, para más personas.
Así pues, decidió dar muerte a Erik; pero éste se las arregló para escapar, y retornar a Francia.
Al llegar a París, Erik usó sus habilidades arquitectónicas, y consiguió un trabajo como uno de los arquitectos que construirán La Ópera Garnier de París.
Bajo el edificio, un lago artificial había sido creado durante la construcción, usando 8 bombas hidráulicas, porque existían problemas, ya que el nivel del agua subterránea, seguía subiendo.
Sin que nadie se diese cuenta, Erik construyó un laberinto de túneles y pasillos en los niveles más bajos.
Más allá del lago subterráneo, construyó un hogar para sí mismo, dónde podría vivir, protegido del resto de la gente.
Aún siendo un brillante inventor e ingeniero, Erik también era un genio musical, y empezó a visitar La Casa de La Ópera, para escuchar óperas, e interferir con el supuesto, mal gusto del gerente.
Al no poder enseñar su cara en público, se caracterizó como un Fantasma, y usó la violencia, para chantajear a los gerentes de La Ópera, y atarlos a su voluntad.
De esa manera, explotó las supersticiones de los empleados, y su conocimiento de los pasajes secretos del edificio, lo que le permitía llegar a cualquier parte de La Ópera, sin que nadie se diese cuenta.
Aterrorizaba a aquellos que se negaban a atender sus peticiones, y hasta mató gente a modo de aviso.
De cualquier manera, Erik trataba bien a los que se comportaban de forma leal, y obedecían sus órdenes, como el caso de Madame Giry (Madame Fiorenza)
Así pues, la historia de The Phantom Of The Opera comienza, cuando una joven muchacha corista, llamada Christine Daaé, se une al coro de La Ópera, y Erik, El Fantasma, se enamora de ella…
Quizás, la novela tenga buenas ideas, pero si uno lee un resumen de ella, se da cuenta que, la figura del Fantasma, es bastante distinta a la que conocemos en otras versiones.
Comenzando por el final del libro, en donde Erik deja libres a Christine y Raoul, y muere en soledad, con la promesa de que los amantes, visiten su tumba en los años venideros.
Los realizadores, inicialmente quisieron a preservar el final original de la novela, las escenas cuando El Fantasma muere de un corazón roto, sobre su órgano, después que Christine deja su guarida.
También, hubo breve escena, mostrando Christine y Raoul de Luna de Miel.
Pero debido a la mala reacción de la vista previa de la audiencia, El Estudio decidió cambiar el final, de una manera más emocionante.
Como resultado, Edward Sedgwick fue contratado, para proporcionar la escena de persecución culminante, con un final alternativo, donde El Fantasma, después de haber salvado a Ledoux y a Raoul, secuestra a Christine en el carruaje de Raoul.
En un final agridulce, que es perseguido y acorralado por una multitud enfurecida, golpeado hasta la muerte, y arrojado al Sena.
Resulta curioso, que The Phantom Of The Opera se omita que El Fantasma ya no tiene antecedentes de haber estudiado en Persia; donde más bien, él es un fugitivo de La Isla del Diablo, y es un experto en “La Magia Negra”
La trama de la película es mucho más directa y simple, que la de otras versiones posteriores.
No hay un ambiente romántico aquí, Erik es un deforme demente, obsesionado por Christine; ni un clima trágico, ya que El Fantasma ha nacido deforme, y no hay ningún tipo de venganza contra la sociedad, ni le han robado ninguna obra, por ejemplo.
The Phantom Of The Opera está cerca de ser una historia policial, con asesino sicótico de turno.
A lo sumo, The Phantom Of The Opera agrega algunas excentricidades, que le dan un aura de misterio:
Que La Opera se haya construido sobre catacumbas, y antiguas cámaras de tortura; o como dice Erik en un momento:
“El mal y el odio de los hombres, me ha transformado en esto”, con lo cual, podría deducirse que, él es una criatura infernal.
El clímax es francamente bizarro, con Chaney escapando de la horda parisina, y amenazándolos con algo oculto en la mano…
¿Una granada?
Y que resulta no ser nada, tal vez un chiste negro del guión… y es linchado de modo salvaje.
Para 1925, ver en un film de monstruos, que la multitud logre linchar a la criatura, era algo bizarro.
“She is singing to bring down the chandelier!”
The Phantom Of The Opera tuvo tanto éxito en todos los aspectos, que en 1929, se llevó a cabo una refracción con añadidos de colores, e inclusive, con la inclusión de algunas escenas sonoras, ya en una época de cambio tecnológico en el cine.
Como curiosidad, se conserva una escena en Tecnicolor de 2 colores, no es que hubiera solo 2 colores, sino que se mezclan 2 colores para conseguir la variedad cromática, el tecnicolor por todos conocido del cine sonoro, de los años 30, que aún hoy, es la mejor técnica de color que ha habido en el audiovisual, y es de 3 colores; y otra escena en la que todo está en blanco y negro, y solo la capa del Fantasma, está pintada a mano, de color rojo, y muy bien pintada, pues respeta las zonas oscuras de los doblados de la ropa.
Y es que se filmaron muchas escenas en tonos, supuestamente trágicos, que al final, no alcanzaron a sorprender a aquellos que asistieron a una función de prueba en enero de 1925; donde al final, Christine besaba al Fantasma, y este quedaba muerto frente a su órgano…
Laemmle no se complació con esta primera versión, y permitió retocar The Phantom Of The Opera.
Pero esta vez, fue Edward Sedgwick, el encargado de dirigir las nuevas escenas.
Sedgwick, director usual de muchos filmes de Buster Keaton de La Época Muda; rodó una espectacular escena de persecución en las calles de París, para la cual, se aprovecharon los decorados de “The Hunchback Of Notre Dame” (1923), permitiendo a Chaney, una magistral escena de improvisación sobre el final.
Laemmle se conformó un poco más, pero aún así, ordenó suprimir algunas de las escenas en tecnicolor ya filmadas, sobre todo las del Baile de Máscaras, y algunas del ballet; la inserción de más cartones con intertítulos, y el rodaje de algunas escenas cómicas con Chester Conklin, que finalmente, no se utilizaron.
La inserción de los nuevos cartones, eliminaron, o mejor dicho transformaron, un personaje vital en la trama:
El Agente Ledoux, interpretado por Arthur Edmund Carewe, que originalmente era “Persa”, personaje ligado al pasado del Fantasma en Persia, referencias que en The Phantom Of The Opera se suprimieron totalmente.
De todas maneras, quedó como vestigio, el gorro turco que Ledoux porta permanentemente, dando lugar, a un extraño atuendo para un inspector de policía francés.
En septiembre, finalmente, se estrenó The Phantom Of The Opera, dando origen a un gran éxito de finanzas para Universal Studios.
Con el advenimiento del cine sonoro, Laemmle ordenó modificar nuevamente el material estrenado, y sacar una versión sonora.
Para ello, se planeó el rodaje de algunas escenas adicionales, pero Chaney se negó a participar.
Nuevas escenas de diálogos, entre Norman Kerry y Mary Philbin, más secuencias con Edward Martindel como Philippe De Chagny, un papel que en The Phantom Of The Opera original, había encarnado John Sainpolis.
También, las escenas de La Ópera original, fueron removidas y reemplazadas con secuencias de artistas líricos reales, que cantaron varias arias de la ópera “Faust” de Charles Gounod, siempre en vías de aprovechar toda ocasión, en que el sonido sea importante.
Así pues, The Phantom Of The Opera resulta ser todo un espectáculo visual, soberbiamente bien conducido entre el suspense y el romanticismo.
Una historia de venganza, a manos de un hombre rechazado por su aspecto físico, exiliado en los subterráneos de La Ópera parisina, donde él se forma en su soledad, totalmente aislado de la sociedad, su propio mundo, y sus propios códigos de conducta.
Desde el punto de vista del espectador, Erik no es ningún monstruo, se acepta su rostro, es una víctima.
Pero lo que no conocemos, es la mente delirante y enfermiza, formada durante los años de convivencia con las ratas, y la oscuridad de esas cloacas.
Pero mediante va avanzando la trama, pronto descubrimos al monstruo.
The Phantom Of The Opera causa más impacto, por el horror intencionado de Lon Chaney, ya que él mismo se aplicaba el maquillaje, que era mantenido en un estudio secreto, hasta el lanzamiento de The Phantom Of The Opera.
Y es que las mejores interpretaciones de su carrera de actor, tienen como vértice común, un anhelo conmovedor:
Todos sus caracteres buscan a alguien que los ame, pese al aspecto que tienen, al margen de lo que son, y su amor puede llevarlos al sacrificio.
En la vida real, Chaney fue un actor muy querido, un generoso consejero para los actores más jóvenes, y el primer cineasta que obtuvo el rango de Miembro Honorario del Cuerpo de Marines de EEUU.
Actor, director, cantante, y bailarín, Lon Chaney tenía un don especial para la comedia, era un genio.
Su hijo cuenta, que su padre mantenía su camerino de maquillaje cerrado para todo el mundo, y cuando tenía que hacer retoques o modificaciones, se suspendía el rodaje, y se iba solo a su santuario, y no salía de él, hasta que estaba seguro de que su aspecto era el que deseaba tener.
El padre no reveló sus secretos a su hijo, por lo que una gran parte de su arte, murió con él.
En la edición de 1929, de La Enciclopedia Británica, se dice que Lon Chaney contribuyó con una descripción general sobre las técnicas de maquillaje cinematográfico.
Y es cuando Christine Daaé descubre la máscara, y vemos su rostro cadavérico, la escena sigue siendo impresionante, aún a más de 80 años de su estreno.
La aparición de Chaney como El Fantasma en The Phantom Of The Opera, ha sido la representación más exacta del protagonista, a partir de la descripción dada en la novela, donde Erik, El Fantasma, se describe como poseedor de un rostro cadavérico, con unos cuantos mechones de pelo negro en la parte superior de su cabeza.
Al igual que en la novela, El Fantasma de Chaney se ha deformado desde su nacimiento, en lugar de haber sido desfigurado por el ácido o fuego, como en las adaptaciones posteriores de The Phantom Of The Opera.
Chaney utilizó alambres incrustados en la nariz, y partes del rostro para causar mayor impacto.
Se cuenta que a pesar de su entrega total, cuando el padre de Chaney enfermó durante el rodaje, el productor Carl Laemmle, no le dejó ir a verlo, con lo que tenía que telefonear entre escena y escena.
Al final, el padre murió, y Chaney quedó apenado por no poder visitarlo antes de la tragedia.
El director, Rupert Julian, tuvo un duro enfrentamiento con Chaney por esta causa, con lo que no se hablaban, tanto que uno de los camarógrafos, llamado Charles Van Enger, fue el que hizo de intermediario para poder comunicarse entre escenas.
Rupert Julian no tan solo se llevó fatal con Lon Chaney; el otro actor principal de The Phantom Of The Opera, Norman Kerry, tuvo muchos enfrentamientos con él, que literalmente, lo atropelló adrede en una escena en que montaba un caballo, haciendo caer al suelo al director, que quedó en ridículo ante todo el equipo.
La escena, aún se conserva en muy buen estado, pero solo aparente, ya que no se puede usar; y la mayor parte el escenario de La Ópera, ubicada en El Estudio 28 de Universal.
A pesar de que no se usa, se mantiene en principio, con intenciones museísticas, pero una leyenda urbana dice, que el plató está maldito por El Fantasma de Lon Chaney, y al que se le ocurra desmontar el decorado, tendrá “un grave accidente laboral”; y es que resulta ser, uno de los decorados de cine, más antiguos que se conservan.
Curiosamente, por esas fechas, Lon Chaney conoció a Tod Browning, quien pensó en él para el papel principal de “Dracula”
Era el año 1930, y Chaney parecía el intérprete ideal para El Vampiro...
El proyecto entusiasmó a Chaney, pero para su desgracia, nunca llegó a llevarlo a término, y fue Béla Lugosi quien lo sustituyó.
La causa, era un cáncer de laringe que iba minando gravemente su salud.
También, algunas secuencias de The Phantom Of The Opera fueron filmadas en color, pero solo una ha conseguido sobrevivir hasta nuestros tiempos.
Como dato, en The Phantom Of The Opera se usan indistintamente, las palabras “ghost” y “phantom” para referirse al Fantasma, en realidad, es correcto ya que un “Phantom” es un tipo de fantasma, concretamente, uno que tiene apariencia humana.
En los decorados, el enorme candelabro que se supone, ilumina la sala de La Ópera, era una copia exacta del que hay en la auténtica Ópera de París; el cual costó una fortuna, con dimensiones de unos 13 metros de diámetro, y casi una tonelada de peso, y Carl Laemmle consideró, que era una lástima tenerlo que destruir en la escena del atentado, corriendo además el riesgo de herir a algunos extras.
Fue cuando el camarógrafo Charles Van Enger, halló la solución:
Empezó filmando el final del fragmento de la caída, poniendo el candelabro a escasos centímetros de las cabezas de los extras.
Entonces, con la mayor delicadeza y lentitud posible, se subió el candelabro, hasta su lugar en el techo.
Después, se invirtió y aceleró en la sala de montaje, donde quedó más que aparente, y no hubo que lamentar ninguna desgracia.
Las últimas escenas de The Phantom Of The Opera, incluida la de la persecución, fueron rodadas por un director distinto al que había rodado la mayor parte del metraje, y ese era Edward Sedgwick.
Como curiosidad, la cama en forma de góndola, en la que la chica duerme en las catacumbas del Fantasma, fue utilizada años más tarde, para el clásico “Sunset Boulevard” (1950)
Como punto negativo, de The Phantom Of The Opera, la falta de sonido ocasionaba que, en ocasiones, los actores recurrieran a gestos exagerados para transmitir las emociones de los personajes, cayendo así en el humor involuntario.
Otro de los defectos que encontramos en esa incipiente industria cinematográfica, es la falta de sincronía entre la música, como hilo conductor y la acción que se desarrolla en pantalla, lo que daba por resultado, escenas trepidantes acompañadas de un ritmo demasiado tranquilo.
Sin embargo, hay escenas memorables, como aquélla en la que Erik espía a Christine en los tejados de La Ópera, sujeto a una de las cúpulas con La Luna, las estrellas, y un París nocturno como marco de fondo.
En La Mascarada, el fuerte color rojo que se le asigna al disfraz del Fantasma, produce un dramatismo insospechado.
Las sombras danzantes en los muros y las estatuas de los dominios de Erik, producen una sensación especial, con relación a los verdaderos límites entre la vida y la muerte, después de todo, tampoco existe una frontera exacta entre el ambiente subterráneo, y el que está abierto al público.
Finalmente, la mención de los hombres torturados, constituye una alusión a todos los hombres torturados y ejecutados en las mazmorras, que se crearon en este recinto, durante la última Revolución Francesa, en 1871; y se trata de otra cita a la superficialidad que no sólo aquejaba a la Francia de fines del siglo XIX, sino a los EEUU de la primera postguerra.
Referencias aparte, la actuación de Lon Chaney, es una vez más genial, quedando además como anécdota, el hecho que el director prohibió en todos los tráileres, que se mostrara el rostro del protagonista, con el fin de brindarle un mayor suspenso a la obra.
Una medida que tuvo éxito, pues terminó siendo The Phantom Of The Opera, una de las películas más taquilleras de La Era Muda.
La música, fue preparada por Joseph Carl Breil.
No se conserva ninguna información sobre la música que se tocó, lo único que se sabe, es que fue presentada con una Orquesta de Concierto, que tocó la música compuesta por J. Carl Breil, compositor a su vez, de la música de “Birth Of A Nation” (1915)
La cita exacta, del día del estreno de The Phantom Of The Opera en el boletín del día, decía:
“Universal ha solicitado, semanalmente, una orquesta de 60 integrantes”
Picture World decía:
“La música de “Faust”, proporciona la música para The Phantom Of The Opera” y debido a la pobre crítica y reacciones, en enero se detuvo el estreno, y Julian dijo que debía volver a rodar The Phantom Of The Opera.
Sintiendo quizás, que había sido demasiado bueno con el Estudio después de haber reemplazado a Erich Von Stroheim en “Merry-Go-Round” (1924), y se retira del proyecto.
“Beneath your dancing feet are the tombs of tortured men!
Thus does The Red Death rebuke your merriment!”
Una vez, el autor Arthur C. Clarke dijo:
“Por cada hombre vivo, hay 30 fantasmas, puesto que ese es el número, en el que los muertos sobrepasan a los vivos”
Aunque los fantasmas, espectros, y apariciones, casi siempre están relacionados a lugares como cementerios, mansiones abandonadas, o lugares donde murió gente, a veces circulan versiones sobre otros sitios:
Cines, teatros, discotecas, que reciben estas visitas del más allá.
Y es cierto que la muerte, nunca le sentó mejor al mundo del espectáculo; y el mundo del teatro, es uno de los nichos artísticos y profesionales más supersticiosos.
Existen supersticiones, casi para prevenir cualquier tipo de mal, y por supuesto, los fantasmas se llevan una buena parte de ellas.
Un axioma, no escrito de la mitología teatral, dice:
“Un teatro sin fantasmas, es un teatro sin historia”
Bien es sabido, que la mayoría de los teatros tienen sus fantasmas.
Mitos, leyendas y sucesos paranormales; misterio y terror, pero también, experiencias que se tornan en cómicas y divertidas, como lo es el teatro mismo.
Un halo tenebroso rodea a la mayoría de los teatros.
Pródigos en pasadizos y paredes secretas, y recorrerlos es toda una experiencia que puede aterrorizar al más valiente.
Generalmente, hay ciertas coincidencias que se han reportado con respecto a las apariciones de fantasmas en los teatros; algunas de ellas son:
Los empleados creen en ellos y se acostumbran, con el tiempo, a que formen parte de la sala.
Casi siempre son amigables, no se manifiestan de manera violenta, ni causan destrozos.
Se corporizan o manifiestan, tocando elementos de la escenografía, moviendo butacas, o llamando la atención con ruidos.
Nunca se les aparecen a los dueños de los teatros, eligen a empleados de maestranza, maquinistas, técnicos, boleteros, serenos, y hasta actores.
Siempre se corporizan ante una sola persona; y por lo general, los fantasmas son masculinos.
En EEUU, Quizás el fantasma más célebre de todo Broadway, sea el que habita en The Palace Theatre, pues no se trata de otro, que el de Judy Garland, la superestrella protagonista de “The Wizard Of Oz” (1939)
No obstante, aunque muy presente para los vivos, quizás sea una más en el mundo espectral, puesto que se dice que, hasta 100 fantasmas habitan en este teatro.
En México, Teatro Coyoacán cuenta de un hombre anciano, que aparece entre las butacas del público para ver las obras que le llaman la atención, y se deja ver, sólo en aquellas representaciones que han sido de su agrado. O “El Niño de La Diadema” donde se supone, que los técnicos del Teatro de La Ciudad de México, no usan la diadema de micrófono y auriculares para comunicarse entre ellos, porque al poco rato de usarla, oyen un pelota que rebota, y que se acerca a ellos.
Luego escuchan la voz de un niño que juega, y que después los invita a jugar con él.
Todo va bien… hasta que el niño te llama por tu nombre…
Posibles fantasmas se registran en El Teatro Nacional de Costa Rica; una leyenda dice, que en El Teatro Nacional viven 2 fantasmas, e incluso, algunos empleados aseguran haber presenciado cosas muy extrañas.
El pintor costarricense, David Fuentes, cayó desde un andamio hasta el sótano, y murió en forma instantánea, en 1893.
El cantante de ópera francés, de apellido Begue, se suicidó, lanzándose de la cúpula al escenario; y se supone que son ellos, los fantasmas que ven empleados y turistas.
En Lima, Perú, también se han reportado casos de ese tipo, y según el actor Percy Williams, más de un actor ha tenido que ver con experiencias de ultra tumba, como cuando él y el resto del elenco que ensayaban “Ardientemente Cenicienta” de Alexander Pacheco, en El Teatro Larco, se quedaron de una pieza, al ver sentado en medio de las últimas butacas, a un hombre que desapareció cuando se le acercaron.
En El Teatro Maipo de Argentina, hay muchos misterios, y son muchas las anécdotas en torno a este teatro, y sus habitantes espirituales.
Mucha gente se ha muerto dentro de un teatro, por diversos motivos, incluido alguno que otro espectador que ha pasado a mejor vida, sufriendo a la par del personaje.
En este teatro, existen 2 registros, sobre personas del público que han fallecido:
Uno de ellos en la obra de “Maria Callas”, durante una escena dramática; y otra persona que falleció riendo, en una de las funciones de “Candombe Nacional”
El Teatro Nacional Cervantes, y El Teatro Colón, ofrecen un intrincado y laberíntico paisaje, ideal para que los fantasmas vivan sin urgencias.
Al igual que en Inglaterra, donde la gran mayoría de los teatros tienen historias tenebrosas y paranormales, ellos ya forman parte de la mitología teatral.
Se dice, que en la mayoría de los teatros de la zona del West End, en Londres, tienen uno o varios fantasmas.
Desde El Fantasma Sin Cabeza que dicen que vaga por The Royal Theatre, y que es el más famoso, hasta la señora que enseña constantemente sus manos ensangrentadas en The Drudy Lane y The Old Vic Theatre de la estación de Waterloo.
El teatro más antiguo y enigmático de Londres, es The Royal Theatre; uno de los fantasmas que vaga por ahí, según han contado muchos actores, es el de Joseph Grimaldi, El Padre de La Pantomima, que se aparece sobre todo a los actores jóvenes.
Se dice que en ocasiones, su cabeza ha sobrevolado el teatro durante algunas representaciones.
El fantasma más famoso de este teatro, es posiblemente El Hombre Gris, una figura vestida en un traje de ese color; cuentan que usa sombrero, y que se aparece en algunas obras de teatro, sobre todo, en las más exitosas.
Muchos actores han resbalado misteriosamente en escena, y relatan que un Hombre Gris les empujó en algún momento. En Francia, se dice que en El Vaudeville de La Ciudad Luz, la famosa Sarah Bernhardt, después de su fallecimiento, seguía representando a “Cornelia”, que tantos éxitos le dio, ante un público ausente, y sin luces en el escenario, o con luces que se encendían, sin que nadie lo hiciera.
Cuando el emblemático teatro fue demolido, la Bernhardt se trasladó con su troupe de espíritus, al Theátre du Porte Saint-Martín.
Dicen que sigue allí, hasta la fecha, si es que continúa en pie ese teatro, asustando a más de uno, con su extraordinaria interpretación de la sonámbula Lady Macbeth, pero desde el otro mundo.
Por todo ello se dice, que los teatros deben permanecer cerrados, una vez a la semana, para que los fantasmas que lo habitan, puedan realizar las representaciones que deseen.
Es por este hecho, que muchos teatros cierran el lunes, dejando el escenario libre, para las representaciones fantasmales, y de paso, dando un descanso a los actores, tras las agotadoras representaciones del fin de semana.
Del mismo modo, una luz debe dejarse siempre encendida en un teatro vacío, o cerrado.
Es recomendable, que esta luz esté situada, justo en el centro del escenario.
Con esto, logramos mantener alejados a los fantasmas y malos espíritus, o al menos, evitar sus enfados como consecuencia de no poder ver.
Aunque, y por supuesto, gracias a ello, se pueden evitar accidentes por estar los teatros demasiado oscuros...
Si en alguna ocasión visitas un teatro misterioso, y un escalofrío te recorre el cuerpo, tal vez, sea provocado por el aliento de un fantasma teatral…
En el mejor de los casos, si te gustan estas experiencias, no sea sólo un simple escalofrío, y tal vez puedas ver un alma en pena, que quizás en vida, estuvo relacionada con dicho teatro, y que se aferra a quedarse en dicho lugar. Y nadie duda de que, los empleados o actores que hoy recorren los pasillos de las salas, pueden ser los fantasmas del mañana.

“Did you hear voices?”



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