The Outsiders

“They grew up on the outside of society.
They weren't looking for a fight.
They were looking to belong”

Desde los años 50, la juventud choca con sus padres y se rebela; naciendo así, una cultura juvenil diferente, que cuestiona la respetabilidad del orden establecido por los mayores:
Unos luchan por la libertad, la justicia, y la dignidad; otros se vuelcan en el consumismo y la búsqueda del placer; y para todos, la música es importantísima, en este momento, el rock and roll; también cobran importancia, las bandas juveniles, aumentan los delincuentes menores de 21 años, las motos, y más tarde, las drogas y el sexo, como distintivos de la juventud.
Los “Greasers”, “engrasadores”, “grasosos” o “grasientos” son una subcultura de clase trabajadora urbana, italoamericanos, hispanos y estadounidenses, originaria de los años 1950, que se creó entre las bandas de jóvenes del sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Los términos “greaser”, “bola de grasa”, y “grasiento”, eran insultos que los conservadores estadounidenses, aplicaban a los hispanos e italoamericanos, debido a la cantidad de grasa con la que se moldeaban el cabello.
Durante esa época, este grupo social, no contaba con la aceptación de la clase conservadora, que solía tacharlos de delincuentes y vagos, debido a las frecuentes contiendas que organizaban, además de las fechorías que solían llevar a cabo en los comercios de los adinerados.
También, eran conocidos como “hoodlums”, “rufianes”, “matones”, o “estafadores”, pero ellos preferían el término “greaser” para imponerse sobre los conservadores, y formar así una hermandad entre greasers.
Posteriormente, esta idiosincrasia fue adoptada por muchos jóvenes, como forma de “expresión rebelde”
Entre los más destacados ejemplos, se encuentran
Elvis Presley, Eddie Cochran, Gene Vincent, y Johnny Powers.
El término “greaser” reapareció en los años 1970 y años 1980 hasta la actualidad, en todo el mundo, en un contexto de revival de la cultura popular estadounidense de los años 50, y del estilo rockabilly.
El cine, es una aventura; y desde el punto de vista de quienes lo hacen, y de quienes lo disfrutan, arriesgarse es fundamental.
El término “The Brat Pack” vulgarmente traducido como “hatajo de mocosos” es un homenaje al “Rat Pack” de Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, y Joey Bishop, en los 50, siendo un apodo dado a un grupo de jóvenes actores, que frecuentemente, aparecían juntos en películas orientadas, próximas a la edad adolescente, en la década de 1980.
El término es mencionado por primera vez, en un artículo de New York magazine; en una historia de David Blum, titulada “Brat Pack de Hollywood”, publicado el 10 de junio de 1985.
Se suponía, que el artículo iba originalmente a ser sólo para Emilio Estevez, pero una noche, Estevez invitó Blum para pasar el rato con él, Rob Lowe, Judd Nelson, y otros, en el Hard Rock Cafe.
Era una típica noche fuera para el grupo, que había estado cerca durante el rodaje de una película.
Esa noche, Blum decidió cambiar el enfoque del artículo, para todo un grupo de jóvenes actores de la época.
Y es que durante la década de 1980, varios de los actores del Brat Pack, tenían sus carreras descarriladas por los problemas relacionados con las drogas, el alcohol, y en el caso de Lowe, por una cinta de sexo.
Los propios actores, se sabe, no les gusta la etiqueta.
Muchas de sus carreras, alcanzaron su punto máximo, a mediados de la década de 1980, pero disminuyó después por varias razones.
Sin embargo, las películas que protagonizaron juntos, se referencian con frecuencia en la cultura popular, y son considerados como algunos de los más influyentes de su tiempo.
Según el autor Susannah Gora, estas películas “cambiaron la forma en que muchos jóvenes miraron todo, desde la distinción de clases a la amistad, del amor al sexo y la moda a la música”
Se les considera como “uno de los aportes culturales del pop, más influyentes de su tiempo”
“I've been thinking about it, and that poem, that guy that wrote it, he meant you are gold when you're a kid, like green.
When you're a kid everything is new, dawn.
It's just... just when you get used to everything it's day.
Like the way you dig sunsets, Pony.
That's Gold.
Keep it that way, it's a good way to be.
I want you to tell Dally to look at one.
He'll probably think you're crazy, but ask for me.
I don't think he's ever really seen a sunset.
And don't be bugged over being a greaser.
You still have a lot of time to make yourself be what you want.
There's still a lot of good in the world.
Tell Dally.
I don't think he knows.
Your Buddy, Johnny”
The Outsiders es una película dramática, del año 1983, dirigida por Francis Ford Coppola.
Protagonizada por C. Thomas Howell, Matt Dillon, Ralph Macchio, Diane Lane, Rob Lowe, Patrick Swayze, Emilio Estevez, Tom Cruise, Glenn Withrow, Leif Garrett, Michelle Meyrink, Darren Dalton, Tom Waits, entre otros.
El guión es de Kathleen Knutsen Rowell, y es la adaptación cinematográfica de la novela “The Outsiders” de Susan Eloise Hinton.
A pesar de que el guión aparece, exclusivamente firmado por Kathleen Knutsen Rowell, como consecuencia del arbitraje dictado por The Writers Guild Of America, Coppola no sólo intervino en la adaptación, extraordinariamente fiel, por otra parte de la novela, sino que una vez más, convirtió un texto ajeno, en un proyecto personal, cuyo espíritu consiguió preservar, a pesar de los diversos cortes solicitados por la Warner, con el fin de reducir el metraje.
Susan E. Hinton, la autora, tiene una breve intervención en The Outsiders, caracterizada de enfermera.
“The Outsiders” es una novela de iniciación, o novela de aprendizaje, un género literario, que retrata la transición de la niñez a la vida adulta, escrita por S.E. Hinton, publicado por primera vez, en 1967, por Viking Press.
“The Outsider” significa “los extraños”, “los de afuera”, “los marginados”, y hace referencia a los que están “fuera de juego” y, lo que pareciera peor aún, sin ningún tipo de chance para alguna revancha.
El término, puede pensarse dentro de lo que el sociólogo francés, Loic Wacquant, ha denominado en la actualidad, “los parias urbanos”
La temática de “The Outsiders” es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico, y social de un personaje, generalmente desde su infancia, hasta la madurez.
En esta evolución, se suelen diferenciar 3 etapas:
La primera es el aprendizaje de juventud, la segunda es los años de peregrinación, y por último, el perfeccionamiento.
Hinton esbozó un cuadro sobre los jóvenes dejados a su suerte en las calles de las metrópolis, sobre la negligencia, y la irresponsabilidad de los adultos, sobre el desamor, y las familias rotas, sobre el odio entre grupos rivales, que suelen proliferar en esos ambientes deprimidos.
Sobre el miedo, la inseguridad, la temeridad, la violencia.
Y también, sobre el amor, el valor, y la honestidad.
Hinton tenía 15 años cuando empezó a escribir “The Outsiders”, pero hizo la mayor parte de la obra, cuando tenía 16 años, aun en la escuela secundaria; tenía 18 años, cuando lo publicó.
“The Outsiders” sigue a 2 grupos rivales, los Greasers y los Socs, que se dividen por su situación socioeconómica.
La precoz Hinton, caracterizó muy bien el desarraigo de una juventud, hablándonos de la siempre “eterna lucha de clases”, de la búsqueda del asentamiento en la vida, del vínculo inquebrantable de la amistad, y de la maldad intrínseca del ser humano.
La historia se desarrolla en Tulsa, Oklahoma, EEUU, en 1965, pero nunca se dice en el libro; que curiosamente, ha sido prohibido en algunas escuelas y bibliotecas, debido a la representación de la violencia de pandillas, del fumar y de beber por menores de edad, así como un lenguaje fuerte/jerga, y la disfunción familiar.
Sin embargo, en muchas escuelas hoy en día, “The Outsiders” es parte del plan de estudios para la escuela secundaria y/o preparatoria.
Pues resulta que, Jo Ellen Misakian, una bibliotecaria de La Escuela Primaria Lone Star en Fresno, California, EEUU, y sus estudiantes, fueron responsables de inspirar a Francis Ford Coppola para hacer la película The Outsiders.
La carta, fechada el 21 de marzo de 1980, venía firmada por Jo Ellen Misakian, una bibliotecaria de Fresno, que rogaba al director, que se hiciese cargo de la adaptación, pues estaba convencida, nadie sabe por qué, antes de que esto ocurriese; de que él era el realizador idóneo para llevarla a cabo.
Sin estar segura de la dirección de Coppola, Misakian envió la carta, junto con una copia del libro, y una petición firmada por los estudiantes, a las oficinas de Nueva York de Paramount Pictures.
La carta fue recibida e investigada por Coppola, y 2 años más tarde, comenzó el rodaje de The Outsiders, en Tulsa, Oklahoma.
Una pequeña acción con un gran resultado:
Una bibliotecaria comprometida con su labor en el fomento de la lectura.
Estudiantes que leen y se enamoran de un libro.
Una ilusión compartida, y una apuesta por la acción.
Podía simplemente, haberse ilusionado, pero decidieron actuar.
Un mensaje en una botella que llegó a su destino.
Y allí estaba alguien dispuesto a escuchar.
Una conjunción de pequeñas, pero relevantes piezas, aunadas por el entusiasmo.
Esta es una historia pequeña y romántica, que demuestra el poder de las personas anónimas, para que se produzcan cosas, para que el mundo se mueva y, por qué no, cambie.
Más recientemente, La Escuela Primaria Lone Star, fue seleccionada como una Escuela Distinguida de California en el año 2006.
En el 2008, La Escuela Primaria Lone Star, fue reconocida por The Bonner Center For Character Education, en la Universidad del Estado de California, con el Virtues And Character Recognition Award.
De inicio, el proyecto The Outsiders, se dejó aparcado un tiempo, pero finalmente Francis Ford Coppola regresó a él, y llevó a cabo una de sus múltiples resurrecciones, una vuelta a los orígenes, una reescritura mucho más reposada y sabia, una desengañada crónica de los perdedores, pues uno de ellos se sentía el realizador, siempre preocupado por el fracaso; no económico o personal, sino artístico.
De hecho, Coppola se había planteado, dejar de dirigir, e intentar revivir sus finanzas, ejerciendo exclusivamente como productor.
The Outsiders es el resultado de que se lo pensara 2 veces.
Tal como dice la dolorosa y nostálgica canción que abre el relato, “el tiempo pasa a toda prisa, y apenas tenemos tiempo de reflexionar sobre nuestros actos.
Simplemente seguimos adelante”
Eso quería hacer Coppola, y el resultado es un triunfo que significa una conquista mayor.
The Outsiders es un filme considerado hoy de culto, en el que Coppola reúne a un elenco de grandes actores, aún jóvenes, que se harán famosos a lo largo de la década de los 80.
The Outsiders se rodó durante 7 semanas en Tula, localidad natal de la novelista, en el estado de Oklahoma, a partir del 1 de marzo de 1982, apenas unos días después del estreno de su anterior largometraje, y poco antes de la definitiva venta de los estudios Zoetrope.
La historia es muy simple, y otras veces vista en pantalla:
Un barrio, 2 pandillas, los grasientos y los dandis, unos con muchos problemas económicos y sociales, otros niños de papá o pijos.
Un hecho hace que, por un lado crezca la violencia, y que por otro, se vea la inutilidad de esa violencia, y por último, haya tragedia y víctimas.
Los protagonistas de la función son “Los Grasientos”, y en particular, 3 de ellos.
Breve y poética, The Outsiders irá desgranando el destino de cada uno de ellos, y con gran honestidad, se sumerge en las vidas caóticas de unos perdedores jovencísimos, de humilde extracción social, que han perdido a sus familias, o que no reciben la atención debida de sus padres.
The Outsiders sigue a Ponyboy Curtis (C. Thomas Howell) un chico que pertenece a la clase baja de la ciudad, “Los Greasers”, junto a sus 2 hermanos Sodapop “Soda” Curtis (Rob Lowe), y Darrel “Darry” Curtis (Patrick Swayze), y el resto de su pandilla:
Johnny Cade (Ralph Macchio), Dallas “Dally” Winston (Matt Dillon), Keith “Two-Bit” Matthews (Emilio Estevez), y Steve Randle (Tom Cruise)
Entre la clase baja y la clase alta, “los Socs”, y la clase baja, “los Greasers”  porque en los 50s se peinaban con brillantina, “grease” en inglés.
Siempre ha habido peleas entre los grupos, pero en general, todo iba bien, hasta la noche en la que alguien, decidió tomar las cosas por su propia mano, yendo demasiado lejos...
Ponyboy, ENORME C. Thomas Howell, es un muchacho huérfano, que vive con sus 2 hermanos mayores, y que tiene una sensibilidad a flor de piel.
Le gusta leer y escribir.
Le gusta pensar y entender.
Trata de sobrevivir en un mundo violento.
Se debate entre golpear, superar el rechazo que siente cada día, o emprender oportunidades que de alguna manera sabe, que se le escapan.
Johnny, ENORME Ralph Macchio, es un chico de barrio marginal, que ya está cansado del enfrentamiento, y de la violencia que vive cada día, con el miedo en el rostro.
Él tiene ganas de salir del barrio, y conseguir una vida mejor, donde no existan las diferencias, las pandillas, los golpes, un sitio donde vivir en paz, y no sufrir además, las peleas diarias de sus padres…
Y, por último, el mayor de los 3, Dallas, y el que se siente más golpeado.
Es el chico duro de la función.
Le han puteado, y ahora tiene una filosofía clara:
“No ayudes a los demás, ayúdate a ti mismo”
Ha estado en un reformatorio, y sabe que ha vuelto peor que como entró.
Tiene el corazón herido, con rabia, y va contra toda la sociedad.
Lo único que le calma, son sus amigos.
En general, Coppola trata a sus personajes con gran cariño, y consigue que los 3 amigos, cometan un acto heroico que cambiará el rumbo de sus vidas.
El entorno, la violencia, y la mala suerte, no dejará descanso a esos 3 chicos, que todo el mundo ve como conflictivos, pero que todos los espectadores vemos como jóvenes, tan sólo niños con reveses.
Y justo cuando Johnny recupera las ganas de vivir, y tal vez, se ve capaz de hacer otras cosas, se siente joven y con mucho por delante, cierra sus ojos…
Y el más duro de los duros, Dallas, se siente más roto todavía, y como niño perdido, pierde la cabeza y hace tonterías.
Él no se da cuenta, de que la vida merece más la pena de lo que parece, y tampoco le dejan.
Sólo es un niño, pero unas cuantas balas le dejan en una calle, tirado como un perro, y bien muerto.
Sólo queda un Ponyboy, que deja la niñez y la juventud a un lado… y coge su pluma, pues sus amigos, no caerán en olvido.
El argumento de The Outsiders es estremecedor y muy tierno, también con sus dramas y sorpresas.
Va de que los chicos de diferentes barrios, se unen haciendo bandas, unos de ricos, y otros de pobres, y continuamente están enfrentados.
Trata los problemas que tiene cada uno, al menos los 3 principales, y hace que los personajes se pregunten, por qué hacen lo que hacen, y empiecen a tener dudas de todo.
En cuanto al reparto, es excelente.
La mayoría, para no decir todos, de los actores principales, estaban en los inicios de sus carreras, lo cual transmite jovialidad y vitalidad; actores que más van a brillar en los siguientes años en el cine de Hollywood.
No sólo el ahora recuperado Matt Dillon, sino también un jovencísimo Tom Cruise, en un papel menor pero vistoso, un interesante Patrick Swayze, un melancólico Ralph Macchio, justo antes de alcanzar la fama con “The Karate Kid” (1984), un fugaz Rob Lowe, el siempre ubicuo Emilio Estévez, y la bellísima Diane Lane, muy parecida a Kate Hudson de joven, que a los 18 años, iniciaría la primera de sus colaboraciones con el maestro Francis Ford Coppola.
Todos ellos, y algunos más, forman un elenco perfectamente entramado, de bellos adolescentes, tan bellos como trágicos, auténticas metáforas del perdedor estadounidense.
Animado por el éxito de público, que no de crítica, obtenido por The Outsiders, fue que hizo más llevadera la debacle de Zoetrope, el realizador volvería sobre los personajes de S.E. Hinton como productor, de una serie televisiva de 14 capítulos, que se emitió en 1992.
Su argumento, narra la trayectoria de los 3 hermanos Curtis, tras la muerte de Dallas, pero en ella, no intervino ninguno de los actores originales de The Outsiders, ya convertidos en estrellas.
“When I stepped out into the bright sunlight from the darkness of the movie house, I had only two things on my mind:
Paul Newman and a ride home...”
De las películas que dejan huella, incluso capaces de evocar olores y colores, cosa difícil:
El dorado, el cobrizo en la huída de los 2 grasientos de ese puto lugar que apesta a gasolina, y heredero de las tierras hostiles, negadas por los cineastas que sólo filmaban hasta entonces, en pomposos escenarios, abandonando a estos chavales a su suerte, cuando o se murieron, o se politizaron hasta las trancas, atrás queda la década del cine político por antonomasia, la de los 70.
Coppola, recién entrada la de los 80, decide arriesgar por estos jóvenes, y dar de lado las fastuosas ambientaciones, combinando una sucesión de planos y secuencias oscuras, no negras, sí otoñales.
The Outsiders de Hinton, transcurre entre un mar de valores, que subyacen bajo la unidad que da la amistad, y la solidaridad de clase.
Si lees el libro, y después ves la película, te sorprenderás porque la diferencia es muy notable.
El libro trata de un chico confuso, que intenta descubrir, por qué le trata mal la sociedad; mientras la película se centra solamente en los acontecimientos que narra la novela, pasando por alto, los sentimientos y los pensamientos de los protagonistas.
Numerosos desencuentros, se dan sólo por compartir un espacio entre los de arriba y los de abajo, pero también, se viven encuentros y entendimientos, que trascienden las diferencias económicas, y podría decirse, que las únicas víctimas lo son por su propia mano, por su propia soledad, y por su propia incomprensión.
The Outsiders es una crónica de la insatisfacción juvenil que incita a la rebelión, más la atmósfera que refleja, ya no es la de los 70, ni mucho menos la de los 80.
Desde esta fecha, Coppola se remonta 20 años atrás, para recuperar el espíritu original de la novela, e incluso, hasta la década anterior, con el fin de sintonizar las improntas sociológicas y cinematográficas, producidas por “Rebel Without A Cause” (1955)
Coppola filma un relato que rebosa aire libre y luz natural, regalando un filme completamente hermoso y emocionante, una elegía en torno a la fugacidad, y el carácter doloroso de la juventud, entendida esta, no como una de las etapas más memorables de la vida, sino como el inicio del dolor y de la lucidez, el primer acercamiento a un mundo cruel y gélido.
Coppola cuenta su historia, con gran compasión y humanidad, con una delicadeza casi obsesiva, con rasgos de melodrama sentimental, nunca pierde el rumbo, y no se olvida de ello.
Sus muchachos leen “Gone With The Wind” de Margaret Mitchell, de hecho la presentación del título es similar; en su retiro involuntario.
Y los mismos atardeceres color púrpura, son los que acompañan los paseos ociosos de los más sensibles del grupo.
Son numerosas las coincidencias que The Outsiders mantiene con “West Side Story” (1961) a través de la ancestral confrontación entre 2 bandas rivales, y la interferencia de una historia de amor, apenas insinuada entre Ponyboy y Cherry, que desencadena en tragedia.
Acá hago una lectura algo filosa, debido a que esa historia de amor, puede llamarse “forzada”, para no darle otra orientación a la relación Ponyboy/Johnny, y no caiga en segundas lecturas.
Sin embargo, Coppola prescindió aquí, de cualquier referencia al cine musical.
The Outsiders también habla de “guerras civiles” entre 2 bandos identificados por su pertenencia a una determinada clase social:
Los marginados “Greasers” y los aristocráticos “Socs”, que luchan casi como deporte, frente a unos rivales condenados a ser eternos perdedores.
Para Coppola, como para los adolescentes, cuya aventura comienza en un “drive in”, el cine es un elemento decisivo, pero sólo un punto de partida.
Mucho más peso adquiere para ambos, una realidad en la que los personajes sueñan y sufren con algunos de los fantasmas propios del universo del realizador, y éste transmite mediante la puesta en escena:
Cuando Johnny y Ponyboy regresan a la casa del primero, sus padres discuten tras la ventana, y aquél aspira a vivir en un lugar, donde no haya diferencias sociales, y donde la gente no se pelee.
El segundo, en cambio, evoca en un “flash back” onírico, el accidente en el que fallecieron sus padres, apenas una línea en la novela, reduciendo así, el núcleo familiar a sus 2 hermanos.
Tras el crimen, planificado con estilo, mediante la mancha roja que tiñe la cabeza de Ponyboy, sumergida bajo el agua de una fuente, que los convierte en prófugos, la imagen de Johnny y Ponyboy, aparece invertida, como si de un negativo fotográfico se tratara, por el efecto de su reflejo en un charco de agua.
Posteriormente, las quemaduras que el primero sufre en la espalda, le obligan a dialogar con sus amigos, a través de otra imagen, también invertida, que devuelve el espejo que tiene bajo su rostro.
Simétrico en su estructura dramática, delimitada por el “flash back” propiciado por el diario de Ponyboy, The Outsiders transmite esta coherencia, a una estética donde los planos inclinados, anuncian periódicamente, la tragedia, y a una ética que convierte a los protagonistas en víctimas de un destino, cuyo paralelismo con la tragedia griega, es subrayado por la banda sonora de Carmine Coppola.
La frontera entre el heroísmo y la delincuencia, delimitada en ese “mural prerrafaelista falsamente naïf de ángeles con caras sucias, y corazones inmaculadamente puros”, es atravesada gracias a un hecho fortuito; pero en el diálogo que Ponyboy mantiene con uno de sus rivales, éste le recuerda la fatalidad asociada a su verdadera naturaleza:
“Nunca podrán ganarnos, siempre serán unos muertos de hambre, y nosotros unos niños de casa buena”
La pelea, la ganan los Greasers, y no hay heridos graves, pero inmediatamente después, muere Johnny en el hospital.
El tema de The Outsiders, es la inutilidad de la violencia para resolver conflictos, en este caso, el de las desigualdades sociales.
Y el argumento que se emplea para desarrollar la idea, es el del enfrentamiento entre bandas rivales.  Curiosamente, The Outsiders es una película protagonizada por adolescentes; los adultos que salen, no tienen ninguna importancia:
Los policías, los profesores, el médico, la enfermera, 2 tenderos, apenas intervienen, y algunos ni siquiera hablan.  Las chicas, también tienen un papel muy escaso; únicamente Cherry interviene y algo.
The Outsiders nos muestra, una sociedad donde dominan los hombres con una mentalidad, y por tanto, una cultura machista:
A Johnny le pega su padre, y le va a visitar su madre; también se observa en cómo se relacionan los chicos de ambas bandas con las chicas, o en la excursión, donde el profesor es más importante que las profesoras.  Los protagonistas, no están conformes con la vida que les ha tocado vivir, necesitan ayuda, y al no encontrarla en la familia, recordar que Ponyboy es huérfano, el padre de Johnny es alcohólico, el de Dallas pasa de él, recurren al grupo, a la banda.
Ésta se organiza como una familia, y cuando alguien necesita ayuda, acuden al superior:
Ponyboy y Johnny llaman a Dallas, y Dallas llama a Darry.  La violencia es una constante como norma de conducta; y como dato, la mayoría de las cosas negativas, suceden durante la noche.  Sobre el poema “Nothing Gold Can Stay”, del poeta estadounidense Robert Frost, que ambos habían compartido en su refugio/iglesia, y haber entendido que:
“Mientras somos niños, somos de oro.
Cuando se es un niño, todo es nuevo.
Como las puestas de sol que tanto te gustaban, Ponyboy, sigue siendo de oro, no cambies.
Por favor, dile a Dallas que también mire una puesta de sol; la gente no es tan mala, y él todavía no lo sabe”
El poema, refleja la naturaleza ligada a las emociones de quienes la habitan, con un lenguaje sencillo, que va tejiendo no obstante, máximas o moralejas complejas.
Su mundo es trágico, pero a la vez, por efecto de una filosofía de la resignación, o de una sabiduría elemental, lo trágico se disuelve en los acontecimientos naturales de la vida, con un leve sentido del humor.
Por un lado, refleja la relación especial que une a estos 2 personajes:
Ponyboy descubre en Johnny, a una especie de alma gemela, que comparte su gusto por los amaneceres, la literatura, en suma, una sensibilidad especial, que no comparte con sus hermanos, ni con el resto de sus amigos.
Por otro lado, el poema aporta un elemento simbólico y melancólico a la trama, ya que después de todo lo acontecido, y de la muerte de Johnny y Dallas, Ponyboy siente, que ha dejado de ser “dorado”, se ha hecho mayor.
Aún así, The Outsiders termina con una nota de esperanza, la que Johnny tiene de que su amigo no se endurecerá con el tiempo, y en cierto modo acierta, puesto que Ponyboy es capaz de contar su experiencia en su trabajo para el profesor de Lengua, sin perder del todo la inocencia.
Y es que a los 2 les gusta el poema, e intuyen que habla de algo hermoso, pero no logran entenderlo.
El poema también habla del resto de sus amigos, los cuales ya han dejado de ser “dorados” y de Johnny, quien será “dorado” siempre, porque muere antes de haber tenido la oportunidad de dejar de serlo.
Mientras Ponyboy lee el testamento de su amigo, que reafirma el papel de lo “dorado” a través del poema de Frost, la canción inicial de Steve Wonder, los rizos teñidos del protagonista, o las puestas de sol, como metáfora de la felicidad que persiguen los protagonistas de The Outsiders, aparecen superpuestos, por cortesía de las técnicas videográficas, los rostros de Johnny y Dallas, en una composición nuevamente simétrica.
Paradójicamente, el segundo jamás podrá seguir los consejos del primero, porque ha muerto de un modo tan absurdo como éste.
En cambio, en la última secuencia, el joven protagonista escribe en su diario:
“Cuando salí a la cegadora luz del sol desde la sala oscura del cine…”
Coppola, que había acompañado a Ponyboy hasta este punto de su doloroso viaje común hacia la madurez, lo abandona precisamente ahí, para invertir sus pasos desde este retrato juvenil, indirectamente autobiográfico, y regresar a la oscuridad del cine.
Para recordar:
El pelo teñido de Ponyboy, la cara sucia de Johnny, las puestas de sol, el oscuro bermejo del bar donde se esconde Dallas, la fuente del homicidio, el color de la sangre espesa, el humo tiznando los cuerpos de Los Grasientos, el color del fango en el que se embarran en una pelea entre bandas rivales, estéticamente logradísima.
Las imágenes del comienzo y las del final, con esas puestas de sol, los minutos que transcurren con los 2 amigos fugitivos en la iglesia abandonada, son cine con mayúsculas, es un deleite contemplarlos, el final no es más, que la única salida posible, no importa demasiado la forma en que sucede, lo que ocurre es inevitable.
“I used to talk about killing myself all the time, man.
But I don't wanna die now.
It ain't long enough.
Sixteen years ain't gonna be long enough.
Hell, I wouldn't care so much if there hadn't been so many things I haven't done yet.
So many, so many damn things I ain't seen or done.
That time when we were up in Windrixville was the only time I've ever been away from my neighborhood”
Sabemos que The Outsiders trata una historia interminable:
La lucha por la supervivencia en un entorno hostil, donde matan el tiempo, las bandas callejeras.
Una historia adaptable a cada nueva generación de jóvenes, por ser jóvenes, por la inercia del choque generacional, y por su propio desencuentro en el mundo que les rodea.
“Nada puede permanecer siempre joven o hermoso”
“Nothing Gold Can Stay” es un célebre poema del escritor norteamericano, Robert Frost, compuesto en 1923, y publicado en la revista “Yale Review” y en la antología poética:
“New Hampshire: A Poem With Notes And Grace Notes”, la cual, le valió El Premio Pulitzer de Poesía.
Su poesía, refleja los más profundos impulsos del hombre estadounidense; su sencillez, y amor por la naturaleza y lo rural, su individualismo, su ironía y humor, revuelto con una gran soledad y tragedia; también el valor fundamental de la independencia; el poema dice así:
“Nada Que Sea Dorado Permanece”

“Todo verde, al nacer, siempre es dorado,
arduo matiz que nunca ha perdurado.
Es una flor la hoja más reciente,
pero dura una hora, solamente.
Después la hoja se resigna en hoja,
se hunde el paraíso en la congoja,
huye el amanecer, el día crece,
nada que sea dorado permanece”

“Stay Gold!”



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