Frankenweenie

“They like what science gives them, but not the questions, no.
Not the questions that science asks”

Para todos los que nos gustan los temas mórbidos, es muy conocida la historia de Mary Shelley llamada “Frankenstein; or, The Modern Prometheus” (1818); historia sobre El Doctor Victor Frankenstein, y la creación de un monstruo a partir de unir piezas de cadáveres.
Todos recordamos el monstruo, al que el doctor Frankenstein dio vida, y animó gracias a un rayo.
Lo que no todos sabemos, es que este experimento ya había sido descrito muchos años antes, por el científico Luigi Galváni.
Galváni fue un científico, físico, y médico italiano quien gustaba de experimentar con la electricidad.
En muchas de sus clases, aplicó una técnica en la cual, hacía pasar una pequeña corriente sobre la pata de una rana, logrando contracciones musculares; en ranas enteras incluso, lograba que saltaran como si estuvieran vivas; según decía:
“Estamos lejos de comprender, cómo el sistema nervioso, lleva impulsos eléctricos a lo largo de ramificaciones, desde las neuronas cerebrales, hasta la punta de las extremidades”
Incluso prevalecía una teoría de Descartes, la cual supone, que los nervios transportan solamente líquidos.
Sin saberlo, Galváni desarrollaba con sus estudios, una parte de la ciencia a la que más tarde conoceríamos como “Neurofisiología”
Él pensaba, que existía energía eléctrica en los músculos del animal, lo que inició una disputa con otro de los grandes científicos de la época, Alessandro Volta, físico que es recordado como El Creador de La Batería Eléctrica.
Volta escuchó de los hallazgos de Galváni, e inició experimentos, poniendo en contacto 2 metales diferentes, pues afirmaba que, el músculo del animal no era necesario para producir corriente eléctrica.
Esto hizo que se formaran 2 bandos:
El grupo de la electricidad animal, y los defensores de la electricidad metálica.
Fue hasta 1800, con la invención de la pila eléctrica de Volta, que se definió un ganador.
Pero los experimentos siguieron, el sobrino de Galváni, y un tal Giovanni Aldini, nos trajeron una historia más mórbida en 1803:
En Londres, fue ejecutado George Forster, después de ser declarado culpable de asesinar a su esposa e hijo, por ahogamiento; él fue ahorcado después de admitir el crimen, y otros 2 intentos de asesinato.
Cuando cumplió su sentencia, su cuerpo fue llevado a una casa cercana, dónde fue utilizado en un experimento, en el cual, se conectó un electrodo mecánico en el ano, y otro en la cabeza, y pasaron corriente eléctrica; su cadáver se convulsionó, hasta que su columna se arqueó y se sentó.
Este primer experimento fue público, incluso en el periódico se escribió una crónica que decía:
“La primera aplicación de energía en la cara, hizo que las mandíbulas del criminal fallecido, comenzara a temblar.
Los músculos adyacentes, horriblemente se contorsionaron, y un ojo se abrió para que, posteriormente, el muerto se diera la vuelta, y las piernas y músculos permitieron que el cadáver caminara.
Se registraron muchos gritos en este acontecimiento, y el celador del edificio donde se realizó el experimento, conocido simplemente como “Mr. Pass”, murió poco después, al quedar impactado ante este acto de reanimación”
Por otra parte, El Galvanismo, Teoría de Luigi Galváni, es aquella según la cual, el cerebro de los animales produce electricidad que es transferida por los nervios, acumulada en los músculos, y disparada para producir el movimiento de los miembros.
Esta singular teoría, recorrió los claustros universitarios europeos, entre finales del siglo XVIII, y primeras décadas del XIX.
Los experimentos con animales, y hasta con cadáveres humanos, alentaban la secreta esperanza de que, mediante la electricidad, pudieran sanarse enfermedades que provocaban parálisis, y aún, reanimar un cuerpo muerto; y de hecho, esas experiencias, pueden considerarse un remoto antecedente del Desfibrilador Cardíaco moderno.
El Desfibrilador Externo Semiautomático (DESA) es un aparato electrónico portátil, producto sanitario, que diagnostica y trata la parada cardiorrespiratoria, cuando es debida a la fibrilación ventricular, en que el corazón tiene actividad eléctrica, pero sin efectividad mecánica; o a una taquicardia ventricular sin pulso, en que hay actividad eléctrica, y en este caso, el bombeo sanguíneo es ineficaz; restableciendo un ritmo cardíaco efectivo, eléctrica y mecánicamente.
La desfibrilación consiste, en emitir un impulso de corriente continua al corazón, despolarizando simultáneamente, todas las células miocárdicas, pudiendo retomar su ritmo eléctrico normal u otro eficaz.
La fibrilación ventricular, es de hecho, la causa más frecuente de la llamada “muerte súbita”
El DESA, es muy eficaz para la mayor parte de los llamados “paros cardíacos”, que en su mayor parte, son debidos a que el corazón fibrila, y su ritmo no es el adecuado, y estos equipos, básicamente devuelven el ritmo adecuado al corazón, pero es totalmente ineficaz en la parada cardíaca con asistolia, pues el corazón en este caso, además de no bombear la sangre, no tiene actividad eléctrica; y en La Actividad Eléctrica Sin Pulso (AESP) antes denominada, Disociación Electromecánica, donde hay actividad eléctrica, que puede ser incluso normal, pero sin eficacia mecánica.
En estos 2 últimos casos, únicamente se debe realizar compresión torácica, mientras se establecen otras medidas avanzadas.
Regresando en el tiempo de la publicación de “Frankenstein” en 1818, en La Universidad de Glasgow, el médico Andrew Ure, maravilló a un auditorio popular, aplicando corriente al nervio frénico izquierdo de 3 funciones:
Motora, sensitiva y autónoma, y al diafragma del cadáver de un ajusticiado en la horca, con lo que logró la reanimación del cuerpo.
Todo terminó en un frenético festival de horror, cuando se aplicó corriente al nervio supraorbital y al talón.
A medida que subía el voltaje, “se exhibieron las muecas más horribles.
Rabia, horror, desesperación, angustia, y sonrisas espantosas, unieron su horrible expresión en el rostro del asesino”, narró el propio Ure.
Fue 2 años antes, en un castillo suizo, donde Mary Shelley había concebido “Frankenstein; or, The Modern Prometheus” en la que es muy clara, la referencia a los experimentos que entonces se hacían con la electricidad, que apasionaban al marido de Mary, el poeta Percy Bysshe Shelley, y al grupo de intelectuales que la rodeaba, entre ellos, Lord Byron, a quien tuvo como vecino en Suiza, y al pobre Polidori, que se suicidó 3 años después.
La teoría de un fluido eléctrico nervioso, producido por el cerebro, conducido por los nervios, y almacenado en los músculos, ha sido abandonada por los científicos.
“Your dog is alive!”
Frankenweenie es una película animada, dirigida por Tim Burton para The Walt Disney Company, en el año 2012.
Protagonizada por Winona Ryder, Martin Landau, Martin Short, Catherine O’Hara, Charlie Tahan, Frank Welker, entre otros.
El guion es de John August, sobre una historia de Tim Burton, y Leonard Ripps.
Frankenweenie es un remake de un cortometraje del mismo nombre; de unos 35 minutos de duración, filmado en blanco y negro, y dirigido por el mismo Tim Burton, en el año 1984, y cuya historia parodia la novela “Frankenstein” de Mary Shelley; y es una fantástica adaptación moderna del clásico de Shelley, buscando una visión, quizás más adaptada hacia el público infantil y juvenil, pero sin renunciar a su habitual visión oscura, tétrica, y también cargada de sentido del humor.
Como curiosidad, Burton fue despedido por Disney, tras finalizar el cortometraje “Frankenweenie” en 1984; los estudios declararon, que él había desperdiciado recursos monetarios de la compañía, y que “Frankenweenie” era demasiado terrorífica para personas menores.
Se había anunciado, que el corto debutaría en los cines, antes del reestreno de “Pinocchio” (1940), el 21 de Diciembre de 1984, pero fue cancelado; y fue estrenado en los cines de Reino Unido en 1985, junto a “Baby, The Secret Of The Lost Legend” (1985) de Touchstone Pictures.
Fue después del éxito de “Pee-Wee's Big Adventure” (1985), “Beetlejuice” (1988) y “Batman” (1989), todas filmadas por Burton, que “Frankenweenie” fue lanzada en formato de vídeo casero, en 1994.
En la actualidad, “Frankenweenie” aparece como un extra con “Vincent” (1982) junto a “The Nightmare Before Christmas” (1993) en DVD, Blu-Ray, y UMD para PSP.
El corto “Frankenweenie” hablaba de cómo afrontar las perdidas a una temprana edad; y ahora, Burton va un paso más allá, sin olvidarse nunca, de que en el fondo, la historia no deja de ser una relectura de la obra de Mary Shelley, y la convierte en una bonita, y triste oda al cine de terror clásico, llena de referencias a los monstruos clásicos, lanzada con una nostálgica mirada en un precioso blanco y negro, en los tiempos dónde los psicópatas, han ocupado el lugar de los monstruos.
A diferencia del corto, que era un proyecto “live-action”, Frankenweenie usa animación “stop motion”; combinando técnicas del pasado con el 3D.
El director dijo:
“El poder realizarla en 3D, me hizo pensar en volver a la misma historia, también zambullirme en mis recuerdos de otras películas de monstruos”
Así, Frankenweenie homenajea a clásicos filmes de Universal Studios; evidentemente, la referencia más clara es “Frankenstein”, lo que se aprecia en el propio título de la obra; pero Burton intenta no dejarse ninguno de esos clásicos personajes en el tintero.
De hecho, homenajea a su trabajo anterior, con el mismo comienzo, donde el protagonista ofrece a su familia, una proyección casera de esos monstruos, siguiendo al estilo del gran animador Ray Harryhausen, revelando la gran pasión del realizador, por todo este tipo de cine.
Cabe decir, que Frankenweenie estuvo nominada al Oscar como mejor película de animación.
Este espectacular regreso de Burton al mundo de la animación, fue rodada con la artesanal técnica del “cuadro a cuadro” y en un blanco y negro de bellísima fotografía, siendo un verdadero deleite para los sentidos.
Los amantes del “cine freak”, obviamente la disfrutaran mas, mientras que para el público no iniciado, puede ser esta, una oportunidad única, de entender la mente fantasiosa y creativa de un director único.
Y es que el “stop motion” es un arte que lleva ya casi 100 años, aplicándose a cintas donde se quiere dar “vida a lo inanimado”
Un estilo que si bien, es extremadamente tedioso y costoso, nos ofrece unas características inigualables, que el CG completo, no nos da.
Por supuesto, con ayuda de la computadora, obtenemos gráficos sorprendentes en un “menor tiempo y a un menor costo”; pero un capricho del director, es también valido, si nos ofrece algo espectacular.
Frankenweenie está diseñada 100%, por bocetos originales, dibujados por el director, partiendo desde las piezas de utilería, el set de muñecos, y el minucioso trabajo en dirección de arte.
Frankenweenie está hecha de manera que tengas un aire de película en blanco y negro, en un periodo cercano a los años 50s; y trata de darle un formato fresco y reciente, a las clásicas historias de “Frankenstein”, “Hombres Lobo”, “Momias”, etc.
Algo así como, darle un “reset” a las historias de terror más recordadas, en un formato con adolescentes desobedientes, y genios incomprendidos.
Frankenweenie trata de la amistad entre el perro y el niño, así como es importante, que los seres humanos cumplan sus metas y sueños, y en este caso, el cine y la ciencia.
Frankenweenie es un entrañable cuento, sobre un niño llamado Victor Frankenstein (Charlie Tahan) y su perro Sparky (Franklin Wendell “Frank” Welker)
Victor, a modo de curiosidad, este nombre, junto con el de “Edward” son los nombres favoritos de Burton; que vive con sus padres Edward (Martin Short) y Susan (Catherine O'Hara); y tiene una mascota llamada “Sparky”, que es su único amigo; aunque más adelante conocerá a una chica llamada Elsa Van Helsing (Winona Ryder), que aparentemente se convertirá en su interés romántico.
Hasta que un día, Sparky es atropellado y fallece; y luego de escuchar la clase de su excéntrico profesor de ciencias, Mr. Rzykruski (Martin Landau), sobre el efecto de la electricidad en ranas muertas, Victor decide probarlo con su mascota.
Así, Victor se vale del poder de la ciencia, para traer a su mejor amigo, de regreso a la vida, aunque con unos cuantos ajustes de poca importancia, logrando revivirlo, y esto hace que se vuelva, la envidia de sus compañeros, pues creen que lo usará para el concurso de ciencias, a pesar de que Victor estaba muy interesado en la ciencia, el no quería utilizar este experimento para ganar el premio, solo quería a su mascota de regreso.
Sus compañeros:
Edgar “E” Gore (Atticus Shaffer), Bob (Robert Capron), Toshiaki (James Hiroyuki Liao), Nassor (Martin Short), y Weird Girl (Catherine O'Hara), averiguan como es el invento de Victor, y lo utilizan para sus propios fines, causando una serie de catástrofes en la ciudad de “New Holland” que en ese momento celebraba su fiesta, y al final, Sparky termina siendo el héroe.
De inicio, Victor intenta ocultar su creación, pero cuando Sparky se las arregla para salir, los compañeros de colegio de Victor, sus profesores, y toda la ciudad, se darán cuenta que crear una nueva vida, puede convertirse en un experimento monstruoso.
Así, Frankenweenie te lleva, y te arrastra, por distintas emociones:
Conmueve desde el drama y la tragedia, pasando por la comedia, y toques de humor, y al mismo tiempo, combinando el mejor cine de terror.
Curiosamente, la narración comienza con una película dentro de una película, realizada por Victor, nuestro protagonista, y protagonizada por su único amigo, Sparky.
Y es que en Frankenweenie, encontramos al perfecto retrato burtoniano:
Victor es un niño solitario que prefiere la soledad, y vivir en su mundo donde los estudios y las películas lo son todo, un mundo que comparte con su único amigo, Sparky, su perro fiel.
El personaje de Sparky, no puede ser más encantador, es complicado no enamorarse del perro, realmente simpático y entrañable.
Burton se entretendrá en multitud de ocasiones, ensimismado, en observar sus gestos y rutinas, incluso, veremos una seducción perruna, junto a Persephone, la perra de Elsa.
La familia, como siempre en Burton, será importante, el padre mostrará su preocupación por el carácter solitario de Victor, mientras que su madre, será más comprensiva, no ve nada raro, más allá de que vive en su mundo, un niño especial, y brillante.
El conflicto entre normalidad y excepcionalidad, muy de Burton también, especialmente porque el diálogo entre fantasía y realidad, en constante en sus películas, estará muy presente con el personaje del padre, que insistirá en hacer de su hijo, alguien “normal” e integrado en los parámetros sociales más admitidos.
Querrá que juegue al beisbol, en contra de los gustos de su hijo.
Aquí tenemos un estupendo detalle, que posiblemente sea autobiográfico, pero que seguro es manifestación de un profundo sentir.
Esa forma de forzar a Victor, a hacer algo que no quiere, por parte de su padre, acabará desencadenando la desgracia.
En el partido de beisbol que juega Victor, con gran éxito además, se producirá la muerte de Sparky, que correrá hacia la bola lanzada por su amo, y sufrirá un atropello.
Una muerte que veremos en cámara subjetiva.
Así, llega el desgraciado accidente, Victor perderá a Sparky, con lo que su mundo se vendrá abajo, y ahora sentirá de verdad la soledad que creía placentera.
Como en “Bambi” (1942) o “Finding Nemo” (2003), tenemos aquí otra muerte al inicio de la narración, muertes de personajes entrañables, que marcan al espectador, por eso, Burton no querrá dejar así las cosas.
La inspiración de un nuevo profesor, hará esperanzarse a Victor, y quizás pueda recuperar a su amigo, gracias a la ciencia.
Pósters como el de “Laser Pilot” o “20,000 Leagues Under The Sea” (1954),  que vemos en el dormitorio de Victor, como historias de ciencia ficción, son pequeños detalles que sirven para desarrollar y dibujar al personaje, así como dan plena coherencia a las motivaciones del mismo, y a la trama general de Frankenweenie.
Con el intento de consuelo paterno, tendremos otro momento poético, típico de Burton:
El poder sanador y resucitador del cine.
Victor verá vivo, de nuevo a su perro, en un antecedente de lo que logrará poco después, resucitarlo de verdad.
Una breve alegría, al ver a su perro en pantalla, contrastada con la tristeza de la realidad.
La imaginación y la fantasía, como alivio y lugar de cobijo, algo clave en el cine de Tim Burton.
Siguiendo con los hallazgos, tenemos que citar, a esa memorable colección de “freakies” que Victor tiene de compañeros de cole:
Empezando por el profesor de ciencias, ese muñeco del adorado Vincent Price, cuyas teorías chocan con el mundo real.
Un mundo real, donde campa la ignorancia y el adocenamiento, el miedo a lo desconocido.
Todo aquel que se aparta de esta absurda norma, es un “misfit”, un inadaptado.
Sus clases, hablando de los rayos, las descargas a una rana, y la electricidad, serán la clave para los posteriores experimentos de Victor.
En esa clase, todos los niños resultarán siniestros, con simpáticos parecidos a monstruos clásicos, incluido “Frankenstein”
Es especialmente inquietante la niña del gato, llamada “Weird Girl”; Edgar, una especie de Igor, será el personaje bisagra que complicará la trama, otro marginado que querrá la colaboración de Victor para el proyecto de ciencias.
Y es en el colegio, donde Burton se permite incluir personajes que nacen de su imaginario personal, esa “Weird Girl” y su gatito, Mr. Whisters, inquietantes como pocos con sus predicciones...
Desde el nervioso gordinflón sin personalidad, a la niña de los ojos como platos vacíos de toda emoción, con su gato igual que ella, a ese misterioso “Frankenstein” niño, hasta el odioso personaje oriental, que no suelta la cámara, y veja constantemente al pobre gordinflón.
También, la niña triste, sobrina del alcalde de New Holland, que nos recuerda a otro personaje de Burton, Lydia Deetz de “Beetlejuice” (1988)
Curioso resulta ser, la excesiva intelectualidad de algunos personajes, que va unida a una visión de la vida pesimista y frustrante, donde la incomprensión de los seres queridos, es una constante.
¿La madurez elimina nuestra magia, nuestra percepción única y diferente de la existencia?
¿Son incapaces los adultos, de rememorar su infancia, y comprender los sueños de gigante de sus hijos?
De fijo “El Síndrome de Peter Pan” suele tener una connotación negativa y surrealista, pero no parece haber otra forma de entender el mundo, sin renunciar a la originalidad, la autenticidad, y la pasión de los ojos de un niño.
Lo que apreciamos del cine de Tim Burton, es que nunca quiere ser normal.
Siempre insiste en ser diferente; y acá, Burton recrea ese tipo de cine, que no todos entienden.
Se resalta que en Frankenweenie, hay un culto perenne a las raíces.
El director siempre enfoca lo que le influyó, para poder escribir este tipo de cosas:
El uso de películas de horror de Hammer Films, y el uso de apellidos célebres.
Su fascinación por este mundo, es algo que siempre llevará de emblema.
Y aunque esto sea una película para niños, es mucho más tenebrosa que las últimas que ha hecho; y es por el uso de lo clásico, blanco y negro incluido, para poder satisfacernos como espectadores.
“Science is not good or bad, Victor.
But it can be used both ways.
That is why you must always be careful”
Frankenweenie viene a ser una carta de amor, dirigida a 2 objetivos:
Por un lado está el amor a los animales, en este caso un perro, Sparky, que es el mejor amigo de nuestro protagonista, Victor Frankenstein, y sobre el que pivota toda la historia.
Y por otro, tenemos el cariño absoluto a los clásicos de terror, y a las películas de la Hammer.
Tim Burton caracteriza a todos los amigos del colegio de Victor, como varios de los seres terroríficos de la época; aquí tenemos un microcosmos que hace las delicias del espectador, personajes estrambóticos con rasgos exagerados, y aspecto decrepito, que a pesar de su grotesca apariencia, despiertan simpatía, véase a Edgar.
Quizá los logros de fondo de Frankenweenie, se deban a la sinceridad que desprende, nacida de la relación del propio cineasta con su mascota siendo un niño.
La historia de Victor y Sparky es emocionante y divertida, honesta y vital y posteriormente, no-vital, como es el nexo puro y verdadero que se establece entre un niño y su compañero de aventuras, en esa infancia que a todos nos marca.
Además, igualmente honesto, es el constante homenaje que es Frankenweenie a ese panteón clásico del terror monstruoso, en hermoso blanco y negro, festejado aquí, no ya sólo en sus figuras icónicas, dentro y fuera del Hollywood Dorado, sino en la celebración de los actores que les dieron vida.
Desde los nombres de los personajes, a los evidentes guiños que salpican el metraje manifestando el cariño del realizador hacia:
Elsa Lanchester, Vincent Price, y el cameo televisivo de Christopher Lee como “Dracula” (1958), Edgar Allan Poe, o incluso, el Kaiju-eiga, representado en un trasunto de Gamera, la tortuga voladora gigante, producida por la Daiei como contrapartida de Godzilla.
Especialmente en su desmadrada y muy disfrutable conclusión, Frankenweenie es entendida, como una recopilación de hits del “fantaterror” adaptada para “todos los públicos”
Una producción no necesariamente adulta ni madura, por más que lidie con temas como la muerte, con descaro pero sí, como ya lo eran las anteriores incursiones de Burton en la animación, de una belleza plástica, y un contenido moral que excede los límites de los convencionalismos habituales en la materia, escenificado todo ello, en un diseño de producción muy propio de la pluma de Burton, en donde no cuesta encontrar similitudes con su obra anterior, ya sea en el diseño, o a nivel conceptual.
Sin embargo, no creo que Frankenweenie sea una película recomendada para niños, al contrario, es más bien para los mayores, que en su día fuimos niños, y crecimos con ese cine, para poder justificar la cantidad de guiños a una época de fantasía.
Lamentablemente, Frankenweenie también es la demostración, de lo mejor que puede ofrecer a estas alturas, una autoría ya disipada y sin ideas, obligada a dar vueltas sobre los mismos enunciados y formas.
En la única “salida de tiesto” que realmente pudiera permitirse Burton con la venida de Disney, el director propone un final que contradice, o al menos, cuestiona, el tradicional mensaje que uno esperaría de cualquier producción de antaño de La Major:
La pista definitiva, está en un plano que deja ver la marquesina de un cine en el que se proyecta “Bambi” (1942), hito animado y generador de traumas, que aquí encuentra una réplica nada conformista.
No se trata de una perturbación determinante, desde luego, pero vale como ese destello memorable, en el que ambas partes hayan un plausible punto de encuentro entre sus respectivas identidades.
Pero sea como sea, y pese a carecer de la frescura de la novedad o la sorpresa, permite recordar que hubo una vez un chico despeinado, y un tanto visionario, que logró conjurar las esencias de los cuentos de hadas, para maravillarnos o describirnos en nuestros miedos y soledades.
En todo caso, puede suponer para los más jóvenes, algo similar a lo que fue hace 2 décadas, asomarse a un creador que fusionaba de manera brillante, los mundos del terror y la alucinación, con los recovecos de las pesadillas infantiles, que era capaz de construir cuentos tristes, crueles, y hermosos, que sucedían en asépticas urbanizaciones de la próspera California.
Como cité, hay muchos hallazgos visuales, magníficos, como muchas de esas transiciones entre escenas que nos regala Burton, como ejemplo:
El rollo de película que se convierte en la rueda de bicicleta de un repartidor de periódicos.
Hay muchas, otras que unen el molino, el real y una maqueta, por ejemplo. Comenzando que, estamos en “New Holland”, con un cartel que imita al de “Hollywood”
Y destacar quizás, la inquietante rubia con su gato, y la escena de la explicación de sus sueños y premoniciones…
Sobre los guiños:
Veremos el molino en lo alto de la colina, donde está el gran cartel con el nombre del pueblo, presidiéndolo, que nos recordará al de “Frankenstein” (1931), y que tendrá el mismo papel, de hecho, serán multitud de elementos los que entronquen con la obra maestra de Whale en todos los sentidos, estéticos, temáticos, de trama y estructura; si mencionamos “Frankenstein” también hay que mencionar “The Bride of Frankenstein” (1935), con el peinado que se le queda a la perrita Persephone, tras recibir una descarga del renacido Sparky, o con el nombre de su dueña, Elsa Van Helsing, que nos remite a la protagonista de las cintas, Elsa Lanchester; y al cazador de monstruos, Abraham van Helsing.
Se homenajeará al “fantaterror” de Hammer Films, con una película que ven los padres de Victor, y que protagoniza Christopher Lee, otro clásico del cine de Burton, “Dracula” (1958)
Veremos a la tortuga “Shelley” en alusión a Mary Shelley, convertida en “tortugasaurio” atravesar un cartel, que nos recordará a “Jurassic Park” (1993) o “Godzilla” (1998)
En la parte final, veremos a Nassor, convertido en momia, al ser envuelto en papeles, lo que parece una referencia a otra mítica cinta protagonizada por Boris Karloff, “The Mummy” (1932)
Los “Sea-Monkeys” podrían verse como un remedo de los “Gremlins” (1984)
Es posible que Méliès venga a la cabeza por ese estilo artesanal, tan del gusto de Burton, que apreciamos en Frankenweenie.
Con “Bambi” (1942), aparecerá en un cartel de cine, otro gran detalle, también se ha visto un homenaje al corto de 1969 “Bambi Meets Godzilla” dirigido por Mary Newland.
“The Wizard Of Oz” (1939), es otro referente, que vendrá a la cabeza con algunas cuestiones estéticas y de la trama.
Entre los auto-homenajes que dedica Burton, tenemos:
La enorme tijera podadora que usa el señor Burgermeister Meisterburger, así como los arbustos que cuida, y la idílica urbanización que nos remiten a “Edward Scissorhands” (1990)
Como dato, Burgermeister es holandés, y tiene una sobrina a la que trata con desprecio, que parece salida de “Beetlejuice” (1988), de hecho, el personaje de Elsa Van Helsing, la sobrina, está doblado en la versión original por Winona Ryder, la actriz que protagonizó la película del 88, y que parece un claro referente.
De igual manera, veremos una cometa con un murciélago, la que saca Victor buscando el rayo resucitador para Sparky, que nos recordará a los “Batman” (1989) que rodó el director.
El incendio del molino, aparte de a “Frankenstein”, nos remite también a “Sleepy Hollow” (1999)
Todo un continuo de guiños, que seguramente requieran de un segundo visionado para poderlos captar, en toda su esencia.
Incluso, un final con moraleja, como era tan habitual en las películas de terror de los años 30 y 40, en el que la profusión de “Mad Doctors” que habitaban esos films, y que acababan con una reflexión, del peligro que suponía traspasar la barrera de lo natural, y jugar a ser Dios...
Lo mejor de Frankenweenie, es la mezcla de lo macabro con lo tierno, que hace tan especial la emotiva relación entre Victor y Sparky, y las moralejas, como la tolerancia, o la importancia de la ciencia.
En Frankenweenie, es la propia naturaleza, la que ofrece soluciones al problema de Victor, a pesar de que la muerte de Sparky lleva grabada a fuego, la palabra “destino”
Por otra parte, la ciencia juega un papel importante en el devenir de la trama.
Tal como relata Mr. Rzykruski:
“Los productos cuya existencia se basan en la investigación y exploración de la ciencia, se cuentan por miles, pero casi nadie parece interesado en las preguntas formuladas en voz alta.
Es el fin, y no los medios, lo que interesa a una sociedad sin memoria y de consumo desaforado, obviando las necesarias cuestiones que han de ser planteadas para la consecución de logros importantes”
En Frankenweenie reímos como niños; y ante la muerte, con un perro hecho de retales, que se alimenta y con la misma pierde lo que ingiere, los personajes huyendo de los monstruos; lloramos como adultos ante la vida, con la gente que no entiende la ciencia, y quiere destruir su avance, la inevitabilidad de perder lo que más queremos, pese a nuestros esfuerzos; pero lo que más nos quiere transmitir Burton, es que la ética, el entusiasmo, y las ganas de avanzar, es lo que debe dirigir nuestros pasos en este planeta.
Todo lo demás, es cerrar la mente, y no luchar contra nuestro destino...
No obstante, me intriga un poco el mensaje que podemos apreciar:
Parece ser, que el hecho de tratar con animales muertos, revivir cadáveres, y jugar con ciencias que no comprendemos, no es algo que extrañe a la gente; lo que perturba, es el hecho de en si el animal es un “monstruo de la naturaleza” y por simple deducción, va a causar daño.
El mayor problema de Frankenweenie, además de seguir al dedillo a la evidentemente homenajeada “Frankenstein”, es que todo lo que vemos, ya lo contó Burton, y en bastantes ocasiones, todos los temas, tics, y recursos habituales del director, no sorprenden en ningún momento, lo que hace todo previsible, y se sabe perfectamente, por donde irán los tiros.
Esto sumado a que las constantes habituales del director, están aquí tratadas con mucho más esquematismo, sin la profundidad de sus obras maestras.
Lo único que no fue de mi agrado, es que tiene un final feliz, pues creo yo que Frankenweenie no debió tenerla…
¿Acaso será por Disney?
La banda sonora de Danny Elfman, termina de redondear esta verdadera joya, destinada a convertirse en un clásico homenaje, a El Séptimo Arte.
“When you loose someone you love they move into a special place in your heart”
Frankenweenie tiene todas las ideas que ya conocemos de Tim Burton, es explícitamente personal, casi biográfica:
El niño marginado, que está más a gusto en soledad y creando arte, la imaginación, el diálogo entre realidad y ficción, así como con la muerte, un mundo que para Burton, es tan perturbador, como atractivo y atrayente.
A todos los que tendremos una edad, y que hemos sido niños sin dispositivos electrónicos, ni móviles, o aparatos similares, y disfrutáramos de la compañía de una mascota en nuestra infancia, nos llegará al corazón, esta historia de la amistad más fiel que se conoce:
La de un niño y su perro.
Cuando digo que Frankenweenie no es solo magia visual, quiero decir que plantea también, una interesante cuestión, como es el del uso de la ciencia.
¿Hasta qué punto, está permitido usar la ciencia?
¿Hemos, los seres humanos de desafiar a Dios, si la ciencia nos da potestad para hacerlo?
La respuesta a esa pregunta, yo creo que se resume con una inteligentísima conclusión, a la que llega el profesor de Victor, y es la de que, a las personas les gustan los resultados de la ciencia, pero no sus planteamientos.

“Ladies and gentlemen.
I think the confusion here is that you are all very ignorant.
Is that right word, ignorant?
I mean stupid, primitive, unenlightened.
You do not understand science, so you are afraid of it.
Like a dog is afraid of thunder or balloons.
To you, science is magic and witchcraft because you have such small minds.
I cannot make your heads bigger, but your children's heads, I can take them and crack them open.
This is what I try to do, to get at their brains!”



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