Casualties Of War
“Even in war... murder is murder”
Con el abandono en 1954, de su colonia de Indochina, los franceses dejaron el camino expedito, para que los EEUU entraran en un avispero peligroso, por la terminación de La Guerra de Corea de 1953, y del avance que en extremo Oriente significaba la vecindad de China y de Rusia.
Propiamente, La Guerra de Vietnam, de 1961 a 1975, se prolongó indebidamente con los presidentes Kennedy, Johnson, y Nixon, y supuso un serio contratiempo, para una gran potencia internacional, que no había conocido la derrota.
Para un país como EEUU, acostumbrado a dominar a todo lo que se le pusiera por delante, que una banda de “Charlies” vietcongs desarrapados, los pusiera contra la pared, y les obligara a salir de su país con el rabo entre las piernas, debió ser muy duro.
Recuerdo la gran cantidad de edificios que hay dedicados a los veteranos, “vets” como los llaman ellos, y prisioneros de guerra con las banderas negras “P.O.W. Prisoners of War-M.I.A. Missing in Action” pero lo cierto es que, en los desfiles del 4 de julio, le daban mucho más lustre, a los ancianos de La Segunda Guerra Mundial, que a los pobres derrotados de Vietnam.
En Washington DC, está El Memorial de Vietnam, con un impresionante muro enorme, lleno de nombres, donde las familias dejan flores.
El caso es que, algunos en esa misma ciudad, parece que no han aprendido la lección, y siguen jugando a “aprendices de brujo” con el mundo.
En el transcurso del año 1969, el prestigioso periodista del semanario The New Yorker, Daniel Lang, corresponsal de guerra durante La Segunda Guerra Mundial, publicó un artículo que causó gran alboroto en la opinión pública estadounidense, y provocó una investigación de la justicia militar.
En el mismo, narraba como en noviembre de 1966, una patrulla partió con el plan de atrapar una muchacha, divertirse con ella, para luego asesinarla.
La nota, extensa para un artículo periodístico, es el resultado de una serie de entrevistas, con el protagonista de los hechos, Robert M. Storeby, de 22 años, retratado como Sven Eriksson, nombre falso que le dio el periodista, con el fin de preservar la integridad de su fuente.
Escrito en forma narrativa, el artículo es ampliamente ilustrativo, con el fin de brindarle al lector, datos que permitan la visualización de los hechos que relata.
El artículo está dividido en 10 secciones:
Las primeras 5, expresan el desprecio que las tropas estadounidenses tenían por los vietnamitas en general; se encarga de presentarnos a todos los personajes principales; además de Eriksson, los otros 4 integrantes de la patrulla eran:
David E. Gervase retratado como Tony Meserve, Sargento de 20 años.
El subjefe/cabo, Steven Cabbot Thomas, como Ralph Clark, de 22 años.
Y por último, 2 soldados, los primos:
Cipriano S. Garcia de 21 años, como Rafael Díaz; y Joseph C. Garcia, de 20 años, como Manuel Díaz.
Meserve, aunque el más joven de la patrulla, era el más veterano y experimentado, pertenecía al voluntariado de 3 años, había sido condecorado en varias ocasiones, y le quedaba menos de un mes para cumplir su servicio de un año en Vietnam.
El Cabo Clark, era un joven alto y rubio, de rápidos movimientos, y bruscas decisiones, que solían reflejar de forma exagerada, los pensamientos de Meserve, era querido y apreciado por sus compañeros, debido a su experiencia en combate.
Los Díaz, eran 2 muchachos alegres de Texas, con amplio sentido de deber, y propensos a seguir cualquier orden que les diesen.
Los hechos están fechados del 16 de Noviembre de 1966, cuando El Teniente Harold Reilly, ordenó al Sargento Tony Meserve, de La Primera División de Caballería Aérea, la organización de una patrulla de reconocimiento, con el objeto de peinar un sector, en búsqueda de señales de actividad del Vietcong.
La misión duraría 5 días, y los hombres debían buscar información sobre la fuerza enemiga en dicha área, y redactar posteriormente, un informe para enviarlo al mando central.
Las tierras altas fueron en 1965, el escenario de La Batalla de Ia Drang, y uno de los axiomas del Ejército Norvietnamita, era que, el controlar esa región, suponía controlar todo el país.
La ruta del Ho-Chi- Minh, no discurría muy lejos de allí, y la presencia del Vietcong en esas tierras, era conocida.
Haciéndose eco de las instrucciones recibidas por su superior, Meserve informó a sus hombres, sobre las funciones que esperaba llevasen a cabo.
Consultando las coordenadas en el mapa, les informó de la ruta a seguir.
Tenían que llegar a la cota 192, en el Valle de Bong Song, lugar en el que había un barranco, con un amplio complejo de cuevas, ideal para la actividad del Vietcong.
La patrulla debía recoger información sobre bunkers, trincheras, y caminos que no figurasen en el mapa, así como localizar depósitos de armas, municiones, y equipo.
También, les recordó que se debía evitar disparar, a no ser que fueran atacados, ya que como había dicho, su misión era simplemente, la de recopilar información sobre el enemigo.
Para finalizar, Meserve les dijo, que la misión iba a resultar entretenida, ya que se iba a encargar de encontrar a una joven vietnamita, para “mantener alta la moral de la patrulla”
Durante 5 días, podrían disponer de su cuerpo, aunque luego deberían eliminarla, para evitar la acusación de secuestro y violación, ambos delitos incluidos en el listado de crímenes capitales, del Código de Justicia Militar Estadounidense.
Las sensaciones entre los hombres fueron diversas:
Eriksson ante esa horrible propuesta, se quedó sin poder de reacción.
Clark recibió la noticia con entusiasmo, y los Díaz sonrieron, posiblemente de vergüenza.
Sólo Clark sabía con certeza, que Meserve hablaba completamente en serio…
A las 04:30 del día siguiente, Meserve comprobó el equipo de sus hombres, y partieron bajo el amparo de la oscuridad.
20 minutos más tarde, y antes de amanecer, Meserve desvió al grupo, 2Km al este de su ruta, llegando a una aldea llamada Cat Tuong, perteneciente al distrito de Phu My.
Meserve y Clark, entraron en varias chozas, buscando a la mujer ideal para sus propósitos.
En una de ellas la encontraron.
Se trataba de una chica de 18 años, que se llamaba Pham Thi Mao, retratada como Oanh, a la que inmediatamente ataron, y sacaron a la fuerza ante los gritos de su horrorizada madre, y de su hermana pequeña.
Meserve tenía prisa, pronto amanecería, y no quería que los helicópteros pudieran ver a su “prisionera”, así que retornaron rápidamente a la jungla, en dirección a su ruta inicial.
Cuando habían andado apenas un kilómetro, Manuel Díaz desató las muñecas de Mao, y colgó una gran mochila sobre su espalda.
La joven caminaba pesadamente, amordazada, y llorando amargamente en silencio.
Eriksson mientras tanto, estaba cada vez más preocupado, por el modo en que se estaba desarrollando la misión.
La marcha se inició a paso enérgico, para recuperar el tiempo perdido, y a las 08:00, se hizo la primera parada para desayunar.
Los soldados no ofrecieron ningún alimento a Mao, y Meserve la introdujo una aspirina en la boca, ya que parecía congestionada y enferma.
Después de este breve descanso, la patrulla se puso nuevamente en marcha.
A las 10:30, a una corta distancia de La Cota 192, Meserve encontró lo que buscaba, un puesto de mando.
Se trataba de una choza abandonada, que estaba cerca de un arroyo.
Un lugar ideal, ya que a pesar de que su estructura estaba bastante dañada, no amenazaba con derrumbarse.
Granadas, armas, y municiones, fueron depositadas en su interior, y mientras Eriksson y Rafael, se ocupaban de vigilar a Mao, y de hacer mínimamente habitable el interior; Meserve, Clark y Manuel, se encargaron de buscar actividad enemiga en las inmediaciones.
Los 3 hombres regresaron una hora más tarde, y los 5 disfrutaron de una calurosa comida fuera de la choza.
Poco después, Meserve miró a sus muchachos, y señalando a Mao, que se encontraba recostada en el interior dijo:
“¡Ha llegado el momento de divertirse!”
Clark estaba ansioso por ser el primero, pero Meserve le frenó en su intento.
Mientras, Eriksson se enfrentaba a una situación sumamente complicada, sus valores morales, le impedían formar parte de aquello, y cuando manifestó que no iba a participar en la violación, se sucedieron las burlas de sus compañeros, relativas a su dudosa masculinidad, siguieron los insultos, y finalmente, Meserve se le acercó, y le advirtió seriamente, sobre la posibilidad que tenía a partir de entonces, de sufrir un “accidente” durante la patrulla.
Era consciente de que, si uno no participaba, podía llevar al resto ante la Justicia Militar.
Eriksson siguió rechazando su turno, y Meserve intentando buscar una justificación, dijo que se trataba simplemente, “de un interrogatorio a una sospechosa de pertenecer al Vietcong”
Eriksson le recordó, que en sus órdenes no se incluía tomar prisioneros, y que en cualquier caso, la chica seguramente, no sabría nada relativo a asuntos militares.
El exabrupto que salió de la boca del Sargento, fue de órdago:
“Go away and play with yourself!”
La violación en cadena se puso en marcha, Meserve fue el primero en entrar, y pronto se oyeron los gritos de dolor y desesperación de la joven vietnamita.
Al terminar, salió triunfante, y dijo con aire arrogante a sus hombres, que había estado muy bien y que pasara el siguiente.
El segundo turno fue para Rafael, que afirmó en el juicio, que tomó parte en aquello, para evitar las burlas del resto.
Posteriormente entró Clark, que mantuvo su enorme machete en la garganta de Mao, el machete fue también una de las pruebas presentadas, y finalmente Manuel.
El martirio para Mao, duró 90 minutos, Eriksson pasó ese tiempo sentado en la hierba con su lanzagranadas M-79 entre las manos.
A veces se levantaba, y calculaba distancias de lanzamiento, volvía, y se sentaba de nuevo.
Estaba muy nervioso, además de la terrible situación que le martilleaba la cabeza, le angustiaba que ese momento, fuera aprovechado por los Vietcong presentes en la zona para atacar.
Poco después, los 4 hombres partieron hacía La Cota 192, en búsqueda de actividad enemiga, quedándose Eriksson, vigilando la munición y a Mao.
Allí estaba él, solo e indeciso.
El corazón le pedía cargar con ella, y dirigirse a su poblado, allí la cuidarían, y estaría a salvo, pero claro, irse así por las buenas, podía suponer que le acusaran de deserción, por no hablar del riesgo de sufrir una emboscada al caminar solo por la jungla.
Debía por tanto, y muy a su pesar, permanecer allí.
Mao estaba temblando, Eriksson intentó consolarla, y le ofreció agua y alimento.
La muchacha llevaba muchas horas sin probar bocado, y aparte de una fuerte tos, su cuerpo estaba ardiendo a causa de la fiebre.
Inesperadamente, se empezaron a escuchar disparos de armas automáticas, preámbulo de un intenso fuego de artillería, indicio todo ello, de que la patrulla había contactado con el Vietcong, y había solicitado por radio, fuego de apoyo.
Los 4 hombres regresaron poco después a la choza, Clark estaba furioso, por haber delatado su posición, y se mostraba dispuesto a ejecutar allí mismo a Mao.
Meserve algo más templado, ordenó a Eriksson que lo hiciera él, eso le convertiría también en cómplice, y por tanto, todo lo sucedido quedaría silenciado.
Era asumir el típico dicho en Vietnam de:
“Lo que sucede en el campo de batalla, se queda en el campo de batalla”
Eriksson se negó de nuevo, ganándose con ello, nuevos insultos, y el ostracismo de sus compañeros.
Ahora él también percibía en sus propias carnes el peligro de ser eliminado.
Los 6 durmieron aquella noche en la cabaña, organizándose turnos de guardia, entre los 5 soldados.
Cuando amaneció, Meserve ordenó llenar las cantimploras en el arroyo, y preparar todo el material para subir a La Cota 192.
El grupo llegó a las 09:00.
Poco después, fueron localizados por un grupo de 5 Vietcong, que abrió fuego contra ellos.
Una vez puestos ha cubierto, y cuando respondían al fuego enemigo, Meserve ordenó firmemente a Eriksson, que acabara de una vez con Mao, y que arrojara su cuerpo colina abajo.
Éste se negó de nuevo, y Clark en un rápido movimiento, cogió a la muchacha, la arrastró tras unos matorrales, y la apuñaló 3 veces en el cuello, y el pecho.
Tomándola por muerta, dejó allí su cuerpo.
Meserve pidió por radio, fuego de apoyo, y tras transmitir las coordenadas, el Teniente Reilly, envió 2 helicópteros artillados, que con sus cohetes y ametralladoras, golpearon la zona.
En el mismo momento en que los hombres se dirigían a inspeccionar un complejo de cuevas, apareció Mao, andaba lentamente, y tambaleándose, su ropa estaba empapada de sangre, y emitía un llanto casi mudo.
Clark gritó:
“¡Maldita zorra!
¡Está aún viva, y eso que la apuñalé 3 veces!”
Él y Rafael, apuntaron rápidamente con sus M-16, y dispararon con saña sobre ella.
Su frágil cuerpo cayó inerte sobre el suelo, y rodó lentamente, ladera abajo, cayendo a un barranco de unos 9m.
Ahora sí que estaba muerta...
Una vez más, y a pesar de la enorme potencia de fuego de los estadounidenses, los Vietcong desaparecieron entre las cuevas y túneles.
La búsqueda además de resultar frustrante, se saldó con la evacuación de Rafael, que fue herido.
Meserve informó, que Mao era una Vietcong muerta en combate, y así fue considerada por los estamentos oficiales de la guerra, un número más para el Millitary Assistance Command, Vietnam (MACV) en su anhelado y ampliamente difundido, recuento diario de bajas enemigas.
La patrulla abortó la misión y regreso a su Base.
Tras meditar sobre lo sucedido, Eriksson informó de todo lo sucedido al Teniente Reilly, pero para su sorpresa, éste simplemente le recomendó olvidarlo.
Le dijo que la vida estaba llena de injusticias, y había que aprender a soportarlas, y a vivir con ellas.
Era plenamente consciente, de que si lo sucedido se hacía público, la reputación del Regimiento, se vería empañada, y demostraría que los Oficiales no sabían controlar a sus hombres.
Visto el nulo interés mostrado por Reilly en solucionar el asunto, Eriksson se presentó directamente, ante el Capitán Vorst.
Tampoco sirvió de mucho, Vorst únicamente se mostró preocupado, porque la noticia no llegara a oídos de la prensa, y el suceso se convirtiera en un incidente internacional.
La única medida que tomó, fue dividir la patrulla, y trasladar a Eriksson a Camp Radcliff, base de La 1ª División de Caballería Aerotransportada, y destinarle como artillero de puerta.
Allí, a 70 millas de distancia de sus antiguos compañeros, estaría a salvo de posibles venganzas.
Pero fue allí, en Camp Radcliff, donde por fin, alguien actuó, ya que gracias a Boyd Greenacre, un compañero mormón, Eriksson conoció al Capellán, El Capitán Kirk.
Él sí que estaba dispuesto a escuchar la terrible historia.
El Capitán Kirk, un ex policía de Sant Lake City, enseguida comprendió, que aquello podía ser cierto.
La lógica de los acontecimientos que sucedieron tras el regreso de la patrulla, era una clara evidencia que apoyaba los hechos que estaba escuchando.
Así pues, pasó aviso a La Oficina de División de Investigación Criminal, y en 10 minutos, 2 agentes se entrevistaron Eriksson, y le mantuvieron bajo custodia preventiva.
Eran medianamente claras, las consecuencias que todo esto podía acarrear, y los casos de “fragmentación” en Vietnam, eran algo más que un tópico.
El 09 de Diciembre, un equipo de investigación, se traslado desde An Khe, hacía el área donde se situaba La Colina 192.
Y Eriksson les condujo hasta lo restos descompuestos de la chica vietnamita.
El equipo averiguó su nombre, gracias a las entrevistas que realizó en su aldea.
También se recogieron pruebas, y se tomaron cientos de fotografías, para ser usadas posteriormente en El Tribunal.
Los 4 Consejos de Guerra, se celebraron en Camp Radcliff, en Marzo de 1967.
El proceso duró 10 días, y a pesar de los intentos de los abogados defensores, las evidencias forenses confirmaban la versión de los hechos, manifestada por Eriksson.
Al juicio, también acudió como testigo, Phan Thi Loc, hermana de Mao, la cual identificó a Meserve y a Clark, como los hombres que secuestraron a Mao, a punta de M-16.
El Tribunal, a pesar de mostrar el reconocimiento de los 4 hombres en acciones de combate, les declaró culpables.
Los 4 fueron condenados a realizar trabajos forzados en Los Cuarteles Disciplinarios de Forth Leavenworth, Kansas.
Las sentencias fueron las siguientes:
Rafael Diaz, 8 años por violación y asesinato premeditado.
Cabo Clark, cadena perpetua por violación y asesinato premeditado.
Sargento Meserve, 10 años por asesinato no premeditado.
Rafael Diaz, 15 años por violación.
Posteriormente, todas las penas fueron reducidas, por diversas razones técnicas, tales como que los acusados no habían sido informados sobre sus derechos, antes del inicio del Juicio, y otras formalidades.
Según los abogados de Colombia Pictures que revisaron los casos, la más alta quedó finalmente fijada en 5 años.
En 1992, el ex soldado, Steven Cabbot Thomas, ganó más notoriedad, cuando fue acusado de ser cómplice, después del hecho en el juicio por asesinato de George Loeb, quien fue acusado el 17 de mayo 1991, de la muerte a tiros de un marinero afroamericano en el USS Saratoga, llamado Harold J. Mansfield.
Tanto Thomas, como Loeb, eran miembros de La Iglesia de La Supremacía Blanca del Creador.
Thomas quedó en libertad bajo fianza, durante el juicio y registros de la corte, mostró que a cambio de su testimonio, sólo serviría la libertad condicional de un año.
Todo el artículo sobre La Colina 192, narra desde la misión de la patrulla, la cual consistía en internarse varios días en la Colina 192 para recabar información.
Las siguientes 5 secciones, se desarrollan a partir del retorno de Eriksson al comando, y del calvario que tuvo que soportar en su búsqueda de justicia ante los oídos sordos de sus superiores.
Muchos estadounidenses, tras leer el libro de Lang, afirmaron que, si el precio de defender la libertad, suponía la pérdida de civilización entre aquellos que la defendían, la lucha no merecía la pena.
Sven Eriksson, terminó su servicio en Vietnam, el 28 de Noviembre de 1967, y aún hoy, y por temor a represalias, vive bajo un nombre supuesto, en algún lugar del Medio Oeste de los EEUU.
“A VC sympathizer can get killed real easy, don't you know that?
Somebody stumbles, they don't mean to shoot you, they're sorry... friendly fuckin' casualty.
I mean, a body bag's a body bag, right?”
Casualties Of War es una película bélica, estadounidense, dirigida en 1989, por Brian De Palma.
Protagonizada por Michael J. Fox, Sean Penn, John Leguizamo, John C. Reilly, Thuy Thu Le, Don Harvey, Erik King, Ving Rhames, Dale Dye, entre otros.
Casualties Of War representa el debut en el cine, de John Leguizamo y John C. Reilly.
Algunos papeles, fueron interpretados por militares en la vida real, como por ejemplo, El Capitán Dale Dye, quién interpretó al Capitán Hill; él y otros con experiencia militar, se encargaron de darles un entrenamiento básico, tácticas, y simulaciones de guerra, a los protagonistas, con el fin de darles instintos que experimentarían en las selvas de Tailandia, país en donde se rodó principalmente Casualties Of War, debido a las similitudes geográficas y ambientales con Vietnam.
Casualties Of War, está basada en un hecho real ocurrido en 1966, durante el conflicto vietnamita, y que fue conocido como “El Incidente de La Colina 192”, publicado en forma de artículo, en el diario estadounidense New York Times, por el periodista Daniel Lang, convirtiéndola después, en un libro en el que se basarían Brian de Palma, y el guionista David Rabe.
Casualties Of War ayuda a reflexionar sobre el horror de la guerra, y la vida de los combatientes, así como también, de la propia naturaleza humana ante situaciones límite.
Casualties Of War muestra, como la guerra saca lo mejor y lo peor de los seres humanos.
Es la lucha de un hombre, en este caso un soldado, en contra de todo, y de todos, por la sana razón de mantener sus principios.
Casualties Of War nos muestra esos horrores de la guerra, pero que muchas veces no tienen nada que ver con dicho conflicto bélico, y en donde no se tiene más remedio que cubrirlo, y echando un tupido velo, para que no llegue, a lo que podríamos llamar, “una catástrofe de grandes dimensiones a nivel mundial”
Casualties Of War es una película de denuncia, que critica en parte, el accionar de los soldados de EEUU, pero la crítica más profunda, es a las condiciones en que aquellos soldados tuvieron que pelear, y dar su vida, condiciones que en la gran mayoría de los casos, llevaron al quiebre psicológico de los soldados; resaltando además, el mal funcionamiento de las instituciones, y la lucha por la búsqueda de justicia.
Casualties Of War fue rodada en Tailandia, en la misma localización donde se rodó “The Bridge On The River Kwai” (1957)
Como dato, el equipo de rodaje, contrato a unos batidores encargados de quitar a las serpientes que se les lanzaban desde los arboles.
Es La Guerra de Vietnam; y el joven soldado Max Eriksson (Michael J. Fox), demasiado noble y recto para una guerra como la de Vietnam, se ha alistado en el Ejército, porque considera que realmente puede hacer algo para ayudar a la población vietnamita.
Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el cual está bajo el mando del Sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático, pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra.
Tras una misión de rutina, en la que se produce una baja en el pelotón, Meserve pierde la poca cordura que le queda, decidiendo realizar una misión a su antojo, durante la cual, Eriksson es testigo de un crimen brutal, cometido por sus compañeros, tras atacar una aldea vietnamita, y tomar como rehén, a una joven vietnamita, a la que violan y asesinan.
Incapaz de permanecer al margen, y tras intentar denunciar los hechos a sus superiores, Eriksson se enfrentará al resto del pelotón y, sobre todo, al sargento Meserve.
Inicialmente, sus superiores intentan cubrir el crimen, pero al final, los soldados serán llevados frente a una Corte Marcial, y condenados a largos años de trabajos forzados en una prisión militar.
En la historia real, en que se basa, uno de los soldados fue exonerado por violación de sus derechos, otro tuvo una sentencia de 22 meses, El Cabo y El Sargento fueron condenados a 8 años, obteniendo la libertad condicional a los 4 años de prisión, y el soldado que denunció los hechos, vive bajo una nueva identidad, para evitar una posible represalia de sus antiguos camaradas de armas.
La madre y la hermana de la víctima, fueron asesinadas por el Vietcong, porque pensaron que habían colaborado con el enemigo.
El verdadero nombre de la chica que asesinaron, fue Pham Thi Mao.
Su odisea comenzó el 18 de noviembre de 1966, y terminó al día siguiente, con su muerte, el 19 de noviembre.
Casualties Of War es presentado como un flashback de un veterano de guerra, creemos que no es casualidad, que sea narrada de esta forma, dado que con dicha estrategia, De Palma logra introducir en debate, la importancia de su mensaje, o sea, el estado psicológico de los soldados durante y luego de La Guerra de Vietnam.
El tiempo real en Casualties Of War, es lo que dura un viaje en metro, la fecha es el 9 de agosto de 1974, tenemos esa certeza, dado que en la primera escena toma lugar dentro del metro municipal de San Francisco, en donde Eriksson comienza a rememorar su historia, y hay 3 personas leyendo el diario, con el titular en la portada:
“Nixon Resigning”
La guerra ya terminó, al menos la paz se firmó, pero para los combatientes en Vietnam, en sus mentes, la guerra continúa.
Hay que destacar 2 partes muy claras, en la narración de Casualties Of War:
Por un lado, en los primeros 40 minutos, se nos presentan distintas situaciones, tendientes a reflejar el drama de la guerra, y el desprecio total por parte de los soldados de EEUU, por una situación en la que evidentemente, nadie querría estar.
Por otro lado, ya pasado esos 40 minutos iniciales, la narración se vuelca totalmente, hacia el secuestro de la joven vietnamita, y se transforma, siempre con el trasfondo de la crueldad de la guerra de fondo, en una especie de juego del “gato y el ratón” entre los personajes de Sean Penn y Michael Fox, cada uno con sus diferentes puntos de vista, en cuanto al secuestro de la joven.
Más allá de que Casualties Of War posea estas 2 partes muy bien marcadas en la narración, el guión ha sido muy cuidado, para que la historia de este acontecimiento, no quede descolocado de lo que al fin y al cabo, Brian De Palma quería lograr, que era mostrar la crueldad, estupidez, y locura, que la guerra genera, a niveles insospechados.
“Give me a minute on this thing we're doing.
I mean, what we're doing.
What are we doing, sarge?”
No es casualidad, que Brian De Palma se sintiera atraído por el tema que analizaba Casualties Of War, puesto que en ella podría dar rienda suelta a una de sus constantes en el cine, y que aquí quedaría enmarcada, de una forma más clara, y encima, en un largometraje de “qualité” puesto que la esencia, o el mensaje, no es otro que la actuación de un hombre en contra de todo, y todos, para mantener sus principios.
La integridad personal, y el cómo mantenerla, es algo que siempre ha obsesionado a De Palma en toda su filmografía, y aquí es donde se hace más evidente, ya que los ideales del soldado Eriksson, y su dilema moral, es lo que hace avanzar la trama.
Uno de los grandes aciertos de Casualties Of War, es que a pesar de estar enmarcada en plena guerra, se separa de ésta, para contarnos una pequeña historia, como pudo haber miles allí.
No es un largometraje sobre la guerra, pero sí que nos hace entender ciertos comportamientos del ser humano en ese sentido.
Me refiero que, veremos tiros, explosiones, barcos, asesinatos, cuerpos volando, y batallas sangrientas, pero pocas.
De Palma por suerte, sabe ir al tema que realmente es el importante, y dejar todo eso de lado, para centrarse en el dilema moral de una persona, la propia guerra que tiene que librar el protagonista, dentro de la guerra que está luchando.
Es una guerra interna, no violará a la chica, pero no puede impedir que lo hagan los demás, y es una guerra externa, se enfrentará a su superior, y a sus compañeros de pelotón.
De Palma sabe centrarse, y trabajar la relación de los personajes, dejando que todo fluya a través de sus acciones, por eso, están tan bien trabajados los secundarios, y la imagen que se nos da de ellos.
Algunos críticos consideran, que si Casualties Of War hubiera sido estrenada al mismo tiempo que “Full Metal Jacket” (1987) o “Platoon” (1986) no sólo sería más conocida de lo que es ahora, sino que también, sería mejor considerada.
En la opinión de los mismos, De Palma desaprovechó la oportunidad de hacer una gran película, sobre todo, al intentar suavizar la historia en la que se basaba.
Y es que Brian De Palma, respetó en gran medida el artículo original de Daniel Lang, aunque le hizo varias modificaciones; algunos nombres personales y de lugares fueron cambiados, se cambiaron algunos personajes, ciertas situaciones que no se encuentran en el artículo de Lang, fueron introducidas con el fin de mantener la intensidad del relato, y el final, fue narrado a medias; sin embargo, tanto el argumento como las ideas principales, fueron respetadas.
Metiéndonos en las actuaciones, cabe destacar un trabajo soberbio de los protagonistas secundarios como:
John C. Reilly (Herbert Hatcher), Don Harvey (Thomas E. Clark), y John Leguizamo (Antonio Diaz), todos como miembros del batallón, y brindando actuaciones sumamente convincentes.
El psicópata de Don Harvey es de temer desde el momento de euforia en las duchas por la muerte de un compañero.
El personaje del soldado Diaz, el soldado hispano novato y cobarde, que para no quedar mal delante de su jefe, violará a la chica, aunque no quiera hacerlo, y le tocará hacer el trabajo sucio, rozando casi el cliché del típico hispano que intentando llegar al “Sueño Americano” no dudará en rebajarse hasta donde haga falta.
Los que merecen un párrafo aparte, son Michael Fox y Sean Penn.
Por un lado, tenemos una más que destacada actuación de Michael Fox, alejado de sus roles más comunes, fuera del excelente Marty McFly, interpretando a Eriksson, un novato soldado, quien idolatra en un primer momento al Sgto. Meserve, para luego convertirse en su peor enemigo, cuando el secuestro de la joven se apodera de Casualties Of War, y que desde ese instante, pasará a defender sus convicciones, hasta las últimas consecuencias.
Con respecto a la actuación de Sean Penn, sólo cabe decir que fue magnífica en todo sentido, mostrándose como un soldado bondadoso y compañero en un comienzo, para luego mostrar lo peor de un ser humano en toda su expresión.
De acuerdo con Brian De Palma, Sean Penn se metía constantemente con Michael J. Fox, diciéndole que era un actor de televisión, para conseguir que rodara enfadado.
Y sobre todo, el gran trabajo de Thuy Thu Le, que nos estremece en su papel de jovencita secuestrada, y logra que lleguemos a odiar al Sargento Tony Meserve.
Y es que Meserve, es un joven duro, que como sus compañeros de pelotón, no puede articular 2 palabras, sin soltar algún taco, o las coletillas lingüísticas como “Fuck”
Es el más chulo de todos, y le gusta su autoridad, y sentirse respetado, pero en el fondo, es un cobarde, que se muestra como es cuando realmente tendría que dar ejemplo, dejando entrever, la poca moral que tiene, otorgándole una mínima conciencia, ya que no dudará en acribillar a los “amarillos” cuando sea necesario, pero ordenará a todos, y cada uno del pelotón, que maten a la chica cuando estos se niegan, porque él no tiene el valor para hacerlo.
Sí lo tiene para secuestrar y violar, pero a la hora de la verdad, él no será capaz de deshacerse de ella.
Tendrá que ser cualquier otro quien ejecute su orden, porque él es el jefe.
Los duelos entre Meserve y Eriksson, son lo más interesante de Casualties Of War, sobre todo cuando Eriksson toma conciencia, que él es más inteligente que su Sargento, y que aún así, no puede hacer nada por evitar las atrocidades que le infligen a la muchacha.
Son todos, unos chicos descerebrados sin cabeza, que odian a sus enemigos, los vietcongs, sin ni siquiera saber algunos de ellos quienes son, simplemente porque les han dicho que deben odiarlos, son los chicos sacados de los “high schools” que de tener un balón de futbol en su mano, tienen una ametralladora automática, y ni siquiera saben por qué.
Al fin y al cabo, se trata de 4 individuos pos-púberes que combinan su desorientación y terror intrínseco a la guerra, con la violencia inconsciente, y las omnipresentes pulsiones sexuales, características de su edad, sobredimensionadas y entremezcladas por la psicosis de la batalla:
“¡El fusil es para divertirse, el pene es para luchar!”, exclamará el intrépido Sargento.
Casualties Of War cuenta con escenas verdaderamente impactantes, y según creo, algunas de ellas fueron eliminadas, dado lo escabroso de su tema, y que por supuesto, el director, no tuvo más remedio que afrontarlo.
Existe una escena eliminada, en la que Michael J. Fox le da a la hermana de la chica asesinada su bufanda.
Existe la remota posibilidad, de que la chica que encuentra en el tren, sea su hermana, ya que tiene una bufanda igual...
Igualmente, Casualties Of War no deja de ser una apuesta atrevida, y con un mensaje aplicable a nuestros días, y cualquier guerra, y es que episodios como esos, se viven siempre, y nosotros los seres de a pie, no nos enteramos ni de la mitad, y la gente que lo sufre en primera línea, vuelve destrozada interiormente, eso es lo que te hace cambiar al volver de una guerra, eso es lo que nosotros no podemos entender, hasta que estemos, espero que no, en el fragor de una batalla.
Esas son “las bajas de la guerra” a las que se refiere el título original de la obra, no los muertos que puedas dejar tras de sí, sino el proceso de muerte interior que sufres, al ver esas atrocidades, y sabiendo y siendo consciente de ello, no hacer nada por cambiarlo, porque quizás, inconscientemente sabes, que no vas a poder conseguirlo.
Increíble y desgarradora la banda sonora, a cargo de Ennio Morricone, y aquí de verdad, deleitándonos con una serie de sonidos étnicos, coros, y adagios por doquier.
“No!
I ain't raping nobody!”
Casualties Of War muestra 3 aspectos fundamentales:
En la guerra, no existe la piedad y la comprensión, y mucho menos por el enemigo, recordemos que la historia sucede en Vietnam, y Estados unidos fue vapuleado en esa guerra.
Como una sola persona, en este caso, El Sargento de un grupo de soldados, puede influir masivamente en sus hombres, haciéndoles realizar actos, que si no fuera por él, no se atreverían a hacerlo.
Y la poca importancia que le dan los oficiales superiores al asunto planteado en Casualties Of War:
En plena guerra, cientos de civiles muriendo diariamente, un ejército aparentemente poderoso, siendo masacrado por unos tipos con ojos achinados.
¿Y nos vamos a preocupar por una vietnamita muerta?
Terrible alegato de Brian De Palma, contra la brutalidad, la impunidad, y el silencio cómplice.
La América Metropolitana, idealista, y bienintencionada, se enfrenta a los inefables pecados de su actuación bélica, verdad diáfana de la naturaleza de la misión, condensados en un crimen sin justificación, ni compasión.
Excelente y cruda película, a la vez, de género bélico, aunque yo diría, que trata más, sobre la otra cara del ser humano, en el campo de batalla, y de lo que es capaz, para que la justicia prevalezca por encima de todo, porque incluso en la guerra... el asesinato, es asesinato.
El artículo de Daniel Lang, es muy completo, pero deja el campo abierto para algunas dudas; para dar un ejemplo, y teniendo en cuenta que el periodista tuvo al protagonista de los hechos para poder repreguntar, no se cuestiona sobre cuáles fueron los motivos que llevaron a Eriksson, a no hacer nada, mientras escuchaba los gritos de dolor y sufrimiento de la víctima, ante semejante barbarie por parte de sus compañeros de patrulla…
Tal vez indagó sobre ello, y no tuvo respuesta alguna, como sucede en el juicio marcial de Casualties Of War, quizá tampoco fue una inquietud del periodista, más dedicado a demostrar lo que Vietnam había hecho, con un extraordinario soldado como lo era Meserve.
Del texto se desprende la idea, de que no sólo Phan Thi Mao es una víctima, sino que también, son víctimas de la guerra, los soldados que abusaron de ella, debido principalmente, a que La Guerra de Vietnam, destruyó sus estructuras psíquicas, y su poder de razonamiento, sin poder diferenciar lo que está bien, de lo que está mal.
Al final de Casualties Of War, viajando por el metro de San Francisco, Eriksson tiene una pesadilla con una posible venganza de los 4 compañeros, juzgados por los delitos cometidos, una muchacha presuntamente vietnamita, con la cual se observan mutuamente, al bajar del metro le pregunta:
“Tuviste una pesadilla, ¿verdad?
Si, le contesta Eriksson…
Me parece que se terminó”
Le responde la muchacha, la pesadilla terminó, al menos para la muchacha, que representa al pueblo vietnamita, quienes en el pensamiento de De Palma, superaron el problema, y consiguieron salir adelante; la pesadilla terminó, pero al contrario que los vietnamitas, los estadounidenses no curaron sus heridas, la mujer vietnamita lo superó, el pueblo vietnamita también, Eriksson no, los Estados Unidos tampoco.
Es hora de curar las heridas, es hora de que la pesadilla termine.
Por este mismo motivo, el final no se puede considerar un final feliz, sino que precisamente, De Palma realiza un cierre más que brillante, cuando después de los diversos juicios que realiza Michael J. Fox, después de denunciar a sus compañeros y reintegrarse en la sociedad, se siente totalmente amenazado por sus antiguos compañeros, y gira la cabeza con miedo a ser perseguido, como muchos de los hombres que volvieron del Vietnam con problemas, y serios trastornos mentales.
La pregunta más inquietante, tras visionar Casualties Of War, es:
¿Realmente ha cambiado algo, en el ejército de EEUU, o en el mundo, en los últimos 40 años?
“Maybe if you'd have been there, sir.
Maybe if you had heard her screaming, you'd feel”
Con el abandono en 1954, de su colonia de Indochina, los franceses dejaron el camino expedito, para que los EEUU entraran en un avispero peligroso, por la terminación de La Guerra de Corea de 1953, y del avance que en extremo Oriente significaba la vecindad de China y de Rusia.
Propiamente, La Guerra de Vietnam, de 1961 a 1975, se prolongó indebidamente con los presidentes Kennedy, Johnson, y Nixon, y supuso un serio contratiempo, para una gran potencia internacional, que no había conocido la derrota.
Para un país como EEUU, acostumbrado a dominar a todo lo que se le pusiera por delante, que una banda de “Charlies” vietcongs desarrapados, los pusiera contra la pared, y les obligara a salir de su país con el rabo entre las piernas, debió ser muy duro.
Recuerdo la gran cantidad de edificios que hay dedicados a los veteranos, “vets” como los llaman ellos, y prisioneros de guerra con las banderas negras “P.O.W. Prisoners of War-M.I.A. Missing in Action” pero lo cierto es que, en los desfiles del 4 de julio, le daban mucho más lustre, a los ancianos de La Segunda Guerra Mundial, que a los pobres derrotados de Vietnam.
En Washington DC, está El Memorial de Vietnam, con un impresionante muro enorme, lleno de nombres, donde las familias dejan flores.
El caso es que, algunos en esa misma ciudad, parece que no han aprendido la lección, y siguen jugando a “aprendices de brujo” con el mundo.
En el transcurso del año 1969, el prestigioso periodista del semanario The New Yorker, Daniel Lang, corresponsal de guerra durante La Segunda Guerra Mundial, publicó un artículo que causó gran alboroto en la opinión pública estadounidense, y provocó una investigación de la justicia militar.
En el mismo, narraba como en noviembre de 1966, una patrulla partió con el plan de atrapar una muchacha, divertirse con ella, para luego asesinarla.
La nota, extensa para un artículo periodístico, es el resultado de una serie de entrevistas, con el protagonista de los hechos, Robert M. Storeby, de 22 años, retratado como Sven Eriksson, nombre falso que le dio el periodista, con el fin de preservar la integridad de su fuente.
Escrito en forma narrativa, el artículo es ampliamente ilustrativo, con el fin de brindarle al lector, datos que permitan la visualización de los hechos que relata.
El artículo está dividido en 10 secciones:
Las primeras 5, expresan el desprecio que las tropas estadounidenses tenían por los vietnamitas en general; se encarga de presentarnos a todos los personajes principales; además de Eriksson, los otros 4 integrantes de la patrulla eran:
David E. Gervase retratado como Tony Meserve, Sargento de 20 años.
El subjefe/cabo, Steven Cabbot Thomas, como Ralph Clark, de 22 años.
Y por último, 2 soldados, los primos:
Cipriano S. Garcia de 21 años, como Rafael Díaz; y Joseph C. Garcia, de 20 años, como Manuel Díaz.
Meserve, aunque el más joven de la patrulla, era el más veterano y experimentado, pertenecía al voluntariado de 3 años, había sido condecorado en varias ocasiones, y le quedaba menos de un mes para cumplir su servicio de un año en Vietnam.
El Cabo Clark, era un joven alto y rubio, de rápidos movimientos, y bruscas decisiones, que solían reflejar de forma exagerada, los pensamientos de Meserve, era querido y apreciado por sus compañeros, debido a su experiencia en combate.
Los Díaz, eran 2 muchachos alegres de Texas, con amplio sentido de deber, y propensos a seguir cualquier orden que les diesen.
Los hechos están fechados del 16 de Noviembre de 1966, cuando El Teniente Harold Reilly, ordenó al Sargento Tony Meserve, de La Primera División de Caballería Aérea, la organización de una patrulla de reconocimiento, con el objeto de peinar un sector, en búsqueda de señales de actividad del Vietcong.
La misión duraría 5 días, y los hombres debían buscar información sobre la fuerza enemiga en dicha área, y redactar posteriormente, un informe para enviarlo al mando central.
Las tierras altas fueron en 1965, el escenario de La Batalla de Ia Drang, y uno de los axiomas del Ejército Norvietnamita, era que, el controlar esa región, suponía controlar todo el país.
La ruta del Ho-Chi- Minh, no discurría muy lejos de allí, y la presencia del Vietcong en esas tierras, era conocida.
Haciéndose eco de las instrucciones recibidas por su superior, Meserve informó a sus hombres, sobre las funciones que esperaba llevasen a cabo.
Consultando las coordenadas en el mapa, les informó de la ruta a seguir.
Tenían que llegar a la cota 192, en el Valle de Bong Song, lugar en el que había un barranco, con un amplio complejo de cuevas, ideal para la actividad del Vietcong.
La patrulla debía recoger información sobre bunkers, trincheras, y caminos que no figurasen en el mapa, así como localizar depósitos de armas, municiones, y equipo.
También, les recordó que se debía evitar disparar, a no ser que fueran atacados, ya que como había dicho, su misión era simplemente, la de recopilar información sobre el enemigo.
Para finalizar, Meserve les dijo, que la misión iba a resultar entretenida, ya que se iba a encargar de encontrar a una joven vietnamita, para “mantener alta la moral de la patrulla”
Durante 5 días, podrían disponer de su cuerpo, aunque luego deberían eliminarla, para evitar la acusación de secuestro y violación, ambos delitos incluidos en el listado de crímenes capitales, del Código de Justicia Militar Estadounidense.
Las sensaciones entre los hombres fueron diversas:
Eriksson ante esa horrible propuesta, se quedó sin poder de reacción.
Clark recibió la noticia con entusiasmo, y los Díaz sonrieron, posiblemente de vergüenza.
Sólo Clark sabía con certeza, que Meserve hablaba completamente en serio…
A las 04:30 del día siguiente, Meserve comprobó el equipo de sus hombres, y partieron bajo el amparo de la oscuridad.
20 minutos más tarde, y antes de amanecer, Meserve desvió al grupo, 2Km al este de su ruta, llegando a una aldea llamada Cat Tuong, perteneciente al distrito de Phu My.
Meserve y Clark, entraron en varias chozas, buscando a la mujer ideal para sus propósitos.
En una de ellas la encontraron.
Se trataba de una chica de 18 años, que se llamaba Pham Thi Mao, retratada como Oanh, a la que inmediatamente ataron, y sacaron a la fuerza ante los gritos de su horrorizada madre, y de su hermana pequeña.
Meserve tenía prisa, pronto amanecería, y no quería que los helicópteros pudieran ver a su “prisionera”, así que retornaron rápidamente a la jungla, en dirección a su ruta inicial.
Cuando habían andado apenas un kilómetro, Manuel Díaz desató las muñecas de Mao, y colgó una gran mochila sobre su espalda.
La joven caminaba pesadamente, amordazada, y llorando amargamente en silencio.
Eriksson mientras tanto, estaba cada vez más preocupado, por el modo en que se estaba desarrollando la misión.
La marcha se inició a paso enérgico, para recuperar el tiempo perdido, y a las 08:00, se hizo la primera parada para desayunar.
Los soldados no ofrecieron ningún alimento a Mao, y Meserve la introdujo una aspirina en la boca, ya que parecía congestionada y enferma.
Después de este breve descanso, la patrulla se puso nuevamente en marcha.
A las 10:30, a una corta distancia de La Cota 192, Meserve encontró lo que buscaba, un puesto de mando.
Se trataba de una choza abandonada, que estaba cerca de un arroyo.
Un lugar ideal, ya que a pesar de que su estructura estaba bastante dañada, no amenazaba con derrumbarse.
Granadas, armas, y municiones, fueron depositadas en su interior, y mientras Eriksson y Rafael, se ocupaban de vigilar a Mao, y de hacer mínimamente habitable el interior; Meserve, Clark y Manuel, se encargaron de buscar actividad enemiga en las inmediaciones.
Los 3 hombres regresaron una hora más tarde, y los 5 disfrutaron de una calurosa comida fuera de la choza.
Poco después, Meserve miró a sus muchachos, y señalando a Mao, que se encontraba recostada en el interior dijo:
“¡Ha llegado el momento de divertirse!”
Clark estaba ansioso por ser el primero, pero Meserve le frenó en su intento.
Mientras, Eriksson se enfrentaba a una situación sumamente complicada, sus valores morales, le impedían formar parte de aquello, y cuando manifestó que no iba a participar en la violación, se sucedieron las burlas de sus compañeros, relativas a su dudosa masculinidad, siguieron los insultos, y finalmente, Meserve se le acercó, y le advirtió seriamente, sobre la posibilidad que tenía a partir de entonces, de sufrir un “accidente” durante la patrulla.
Era consciente de que, si uno no participaba, podía llevar al resto ante la Justicia Militar.
Eriksson siguió rechazando su turno, y Meserve intentando buscar una justificación, dijo que se trataba simplemente, “de un interrogatorio a una sospechosa de pertenecer al Vietcong”
Eriksson le recordó, que en sus órdenes no se incluía tomar prisioneros, y que en cualquier caso, la chica seguramente, no sabría nada relativo a asuntos militares.
El exabrupto que salió de la boca del Sargento, fue de órdago:
“Go away and play with yourself!”
La violación en cadena se puso en marcha, Meserve fue el primero en entrar, y pronto se oyeron los gritos de dolor y desesperación de la joven vietnamita.
Al terminar, salió triunfante, y dijo con aire arrogante a sus hombres, que había estado muy bien y que pasara el siguiente.
El segundo turno fue para Rafael, que afirmó en el juicio, que tomó parte en aquello, para evitar las burlas del resto.
Posteriormente entró Clark, que mantuvo su enorme machete en la garganta de Mao, el machete fue también una de las pruebas presentadas, y finalmente Manuel.
El martirio para Mao, duró 90 minutos, Eriksson pasó ese tiempo sentado en la hierba con su lanzagranadas M-79 entre las manos.
A veces se levantaba, y calculaba distancias de lanzamiento, volvía, y se sentaba de nuevo.
Estaba muy nervioso, además de la terrible situación que le martilleaba la cabeza, le angustiaba que ese momento, fuera aprovechado por los Vietcong presentes en la zona para atacar.
Poco después, los 4 hombres partieron hacía La Cota 192, en búsqueda de actividad enemiga, quedándose Eriksson, vigilando la munición y a Mao.
Allí estaba él, solo e indeciso.
El corazón le pedía cargar con ella, y dirigirse a su poblado, allí la cuidarían, y estaría a salvo, pero claro, irse así por las buenas, podía suponer que le acusaran de deserción, por no hablar del riesgo de sufrir una emboscada al caminar solo por la jungla.
Debía por tanto, y muy a su pesar, permanecer allí.
Mao estaba temblando, Eriksson intentó consolarla, y le ofreció agua y alimento.
La muchacha llevaba muchas horas sin probar bocado, y aparte de una fuerte tos, su cuerpo estaba ardiendo a causa de la fiebre.
Inesperadamente, se empezaron a escuchar disparos de armas automáticas, preámbulo de un intenso fuego de artillería, indicio todo ello, de que la patrulla había contactado con el Vietcong, y había solicitado por radio, fuego de apoyo.
Los 4 hombres regresaron poco después a la choza, Clark estaba furioso, por haber delatado su posición, y se mostraba dispuesto a ejecutar allí mismo a Mao.
Meserve algo más templado, ordenó a Eriksson que lo hiciera él, eso le convertiría también en cómplice, y por tanto, todo lo sucedido quedaría silenciado.
Era asumir el típico dicho en Vietnam de:
“Lo que sucede en el campo de batalla, se queda en el campo de batalla”
Eriksson se negó de nuevo, ganándose con ello, nuevos insultos, y el ostracismo de sus compañeros.
Ahora él también percibía en sus propias carnes el peligro de ser eliminado.
Los 6 durmieron aquella noche en la cabaña, organizándose turnos de guardia, entre los 5 soldados.
Cuando amaneció, Meserve ordenó llenar las cantimploras en el arroyo, y preparar todo el material para subir a La Cota 192.
El grupo llegó a las 09:00.
Poco después, fueron localizados por un grupo de 5 Vietcong, que abrió fuego contra ellos.
Una vez puestos ha cubierto, y cuando respondían al fuego enemigo, Meserve ordenó firmemente a Eriksson, que acabara de una vez con Mao, y que arrojara su cuerpo colina abajo.
Éste se negó de nuevo, y Clark en un rápido movimiento, cogió a la muchacha, la arrastró tras unos matorrales, y la apuñaló 3 veces en el cuello, y el pecho.
Tomándola por muerta, dejó allí su cuerpo.
Meserve pidió por radio, fuego de apoyo, y tras transmitir las coordenadas, el Teniente Reilly, envió 2 helicópteros artillados, que con sus cohetes y ametralladoras, golpearon la zona.
En el mismo momento en que los hombres se dirigían a inspeccionar un complejo de cuevas, apareció Mao, andaba lentamente, y tambaleándose, su ropa estaba empapada de sangre, y emitía un llanto casi mudo.
Clark gritó:
“¡Maldita zorra!
¡Está aún viva, y eso que la apuñalé 3 veces!”
Él y Rafael, apuntaron rápidamente con sus M-16, y dispararon con saña sobre ella.
Su frágil cuerpo cayó inerte sobre el suelo, y rodó lentamente, ladera abajo, cayendo a un barranco de unos 9m.
Ahora sí que estaba muerta...
Una vez más, y a pesar de la enorme potencia de fuego de los estadounidenses, los Vietcong desaparecieron entre las cuevas y túneles.
La búsqueda además de resultar frustrante, se saldó con la evacuación de Rafael, que fue herido.
Meserve informó, que Mao era una Vietcong muerta en combate, y así fue considerada por los estamentos oficiales de la guerra, un número más para el Millitary Assistance Command, Vietnam (MACV) en su anhelado y ampliamente difundido, recuento diario de bajas enemigas.
La patrulla abortó la misión y regreso a su Base.
Tras meditar sobre lo sucedido, Eriksson informó de todo lo sucedido al Teniente Reilly, pero para su sorpresa, éste simplemente le recomendó olvidarlo.
Le dijo que la vida estaba llena de injusticias, y había que aprender a soportarlas, y a vivir con ellas.
Era plenamente consciente, de que si lo sucedido se hacía público, la reputación del Regimiento, se vería empañada, y demostraría que los Oficiales no sabían controlar a sus hombres.
Visto el nulo interés mostrado por Reilly en solucionar el asunto, Eriksson se presentó directamente, ante el Capitán Vorst.
Tampoco sirvió de mucho, Vorst únicamente se mostró preocupado, porque la noticia no llegara a oídos de la prensa, y el suceso se convirtiera en un incidente internacional.
La única medida que tomó, fue dividir la patrulla, y trasladar a Eriksson a Camp Radcliff, base de La 1ª División de Caballería Aerotransportada, y destinarle como artillero de puerta.
Allí, a 70 millas de distancia de sus antiguos compañeros, estaría a salvo de posibles venganzas.
Pero fue allí, en Camp Radcliff, donde por fin, alguien actuó, ya que gracias a Boyd Greenacre, un compañero mormón, Eriksson conoció al Capellán, El Capitán Kirk.
Él sí que estaba dispuesto a escuchar la terrible historia.
El Capitán Kirk, un ex policía de Sant Lake City, enseguida comprendió, que aquello podía ser cierto.
La lógica de los acontecimientos que sucedieron tras el regreso de la patrulla, era una clara evidencia que apoyaba los hechos que estaba escuchando.
Así pues, pasó aviso a La Oficina de División de Investigación Criminal, y en 10 minutos, 2 agentes se entrevistaron Eriksson, y le mantuvieron bajo custodia preventiva.
Eran medianamente claras, las consecuencias que todo esto podía acarrear, y los casos de “fragmentación” en Vietnam, eran algo más que un tópico.
El 09 de Diciembre, un equipo de investigación, se traslado desde An Khe, hacía el área donde se situaba La Colina 192.
Y Eriksson les condujo hasta lo restos descompuestos de la chica vietnamita.
El equipo averiguó su nombre, gracias a las entrevistas que realizó en su aldea.
También se recogieron pruebas, y se tomaron cientos de fotografías, para ser usadas posteriormente en El Tribunal.
Los 4 Consejos de Guerra, se celebraron en Camp Radcliff, en Marzo de 1967.
El proceso duró 10 días, y a pesar de los intentos de los abogados defensores, las evidencias forenses confirmaban la versión de los hechos, manifestada por Eriksson.
Al juicio, también acudió como testigo, Phan Thi Loc, hermana de Mao, la cual identificó a Meserve y a Clark, como los hombres que secuestraron a Mao, a punta de M-16.
El Tribunal, a pesar de mostrar el reconocimiento de los 4 hombres en acciones de combate, les declaró culpables.
Los 4 fueron condenados a realizar trabajos forzados en Los Cuarteles Disciplinarios de Forth Leavenworth, Kansas.
Las sentencias fueron las siguientes:
Rafael Diaz, 8 años por violación y asesinato premeditado.
Cabo Clark, cadena perpetua por violación y asesinato premeditado.
Sargento Meserve, 10 años por asesinato no premeditado.
Rafael Diaz, 15 años por violación.
Posteriormente, todas las penas fueron reducidas, por diversas razones técnicas, tales como que los acusados no habían sido informados sobre sus derechos, antes del inicio del Juicio, y otras formalidades.
Según los abogados de Colombia Pictures que revisaron los casos, la más alta quedó finalmente fijada en 5 años.
En 1992, el ex soldado, Steven Cabbot Thomas, ganó más notoriedad, cuando fue acusado de ser cómplice, después del hecho en el juicio por asesinato de George Loeb, quien fue acusado el 17 de mayo 1991, de la muerte a tiros de un marinero afroamericano en el USS Saratoga, llamado Harold J. Mansfield.
Tanto Thomas, como Loeb, eran miembros de La Iglesia de La Supremacía Blanca del Creador.
Thomas quedó en libertad bajo fianza, durante el juicio y registros de la corte, mostró que a cambio de su testimonio, sólo serviría la libertad condicional de un año.
Todo el artículo sobre La Colina 192, narra desde la misión de la patrulla, la cual consistía en internarse varios días en la Colina 192 para recabar información.
Las siguientes 5 secciones, se desarrollan a partir del retorno de Eriksson al comando, y del calvario que tuvo que soportar en su búsqueda de justicia ante los oídos sordos de sus superiores.
Muchos estadounidenses, tras leer el libro de Lang, afirmaron que, si el precio de defender la libertad, suponía la pérdida de civilización entre aquellos que la defendían, la lucha no merecía la pena.
Sven Eriksson, terminó su servicio en Vietnam, el 28 de Noviembre de 1967, y aún hoy, y por temor a represalias, vive bajo un nombre supuesto, en algún lugar del Medio Oeste de los EEUU.
“A VC sympathizer can get killed real easy, don't you know that?
Somebody stumbles, they don't mean to shoot you, they're sorry... friendly fuckin' casualty.
I mean, a body bag's a body bag, right?”
Casualties Of War es una película bélica, estadounidense, dirigida en 1989, por Brian De Palma.
Protagonizada por Michael J. Fox, Sean Penn, John Leguizamo, John C. Reilly, Thuy Thu Le, Don Harvey, Erik King, Ving Rhames, Dale Dye, entre otros.
Casualties Of War representa el debut en el cine, de John Leguizamo y John C. Reilly.
Algunos papeles, fueron interpretados por militares en la vida real, como por ejemplo, El Capitán Dale Dye, quién interpretó al Capitán Hill; él y otros con experiencia militar, se encargaron de darles un entrenamiento básico, tácticas, y simulaciones de guerra, a los protagonistas, con el fin de darles instintos que experimentarían en las selvas de Tailandia, país en donde se rodó principalmente Casualties Of War, debido a las similitudes geográficas y ambientales con Vietnam.
Casualties Of War, está basada en un hecho real ocurrido en 1966, durante el conflicto vietnamita, y que fue conocido como “El Incidente de La Colina 192”, publicado en forma de artículo, en el diario estadounidense New York Times, por el periodista Daniel Lang, convirtiéndola después, en un libro en el que se basarían Brian de Palma, y el guionista David Rabe.
Casualties Of War ayuda a reflexionar sobre el horror de la guerra, y la vida de los combatientes, así como también, de la propia naturaleza humana ante situaciones límite.
Casualties Of War muestra, como la guerra saca lo mejor y lo peor de los seres humanos.
Es la lucha de un hombre, en este caso un soldado, en contra de todo, y de todos, por la sana razón de mantener sus principios.
Casualties Of War nos muestra esos horrores de la guerra, pero que muchas veces no tienen nada que ver con dicho conflicto bélico, y en donde no se tiene más remedio que cubrirlo, y echando un tupido velo, para que no llegue, a lo que podríamos llamar, “una catástrofe de grandes dimensiones a nivel mundial”
Casualties Of War es una película de denuncia, que critica en parte, el accionar de los soldados de EEUU, pero la crítica más profunda, es a las condiciones en que aquellos soldados tuvieron que pelear, y dar su vida, condiciones que en la gran mayoría de los casos, llevaron al quiebre psicológico de los soldados; resaltando además, el mal funcionamiento de las instituciones, y la lucha por la búsqueda de justicia.
Casualties Of War fue rodada en Tailandia, en la misma localización donde se rodó “The Bridge On The River Kwai” (1957)
Como dato, el equipo de rodaje, contrato a unos batidores encargados de quitar a las serpientes que se les lanzaban desde los arboles.
Es La Guerra de Vietnam; y el joven soldado Max Eriksson (Michael J. Fox), demasiado noble y recto para una guerra como la de Vietnam, se ha alistado en el Ejército, porque considera que realmente puede hacer algo para ayudar a la población vietnamita.
Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el cual está bajo el mando del Sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático, pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra.
Tras una misión de rutina, en la que se produce una baja en el pelotón, Meserve pierde la poca cordura que le queda, decidiendo realizar una misión a su antojo, durante la cual, Eriksson es testigo de un crimen brutal, cometido por sus compañeros, tras atacar una aldea vietnamita, y tomar como rehén, a una joven vietnamita, a la que violan y asesinan.
Incapaz de permanecer al margen, y tras intentar denunciar los hechos a sus superiores, Eriksson se enfrentará al resto del pelotón y, sobre todo, al sargento Meserve.
Inicialmente, sus superiores intentan cubrir el crimen, pero al final, los soldados serán llevados frente a una Corte Marcial, y condenados a largos años de trabajos forzados en una prisión militar.
En la historia real, en que se basa, uno de los soldados fue exonerado por violación de sus derechos, otro tuvo una sentencia de 22 meses, El Cabo y El Sargento fueron condenados a 8 años, obteniendo la libertad condicional a los 4 años de prisión, y el soldado que denunció los hechos, vive bajo una nueva identidad, para evitar una posible represalia de sus antiguos camaradas de armas.
La madre y la hermana de la víctima, fueron asesinadas por el Vietcong, porque pensaron que habían colaborado con el enemigo.
El verdadero nombre de la chica que asesinaron, fue Pham Thi Mao.
Su odisea comenzó el 18 de noviembre de 1966, y terminó al día siguiente, con su muerte, el 19 de noviembre.
Casualties Of War es presentado como un flashback de un veterano de guerra, creemos que no es casualidad, que sea narrada de esta forma, dado que con dicha estrategia, De Palma logra introducir en debate, la importancia de su mensaje, o sea, el estado psicológico de los soldados durante y luego de La Guerra de Vietnam.
El tiempo real en Casualties Of War, es lo que dura un viaje en metro, la fecha es el 9 de agosto de 1974, tenemos esa certeza, dado que en la primera escena toma lugar dentro del metro municipal de San Francisco, en donde Eriksson comienza a rememorar su historia, y hay 3 personas leyendo el diario, con el titular en la portada:
“Nixon Resigning”
La guerra ya terminó, al menos la paz se firmó, pero para los combatientes en Vietnam, en sus mentes, la guerra continúa.
Hay que destacar 2 partes muy claras, en la narración de Casualties Of War:
Por un lado, en los primeros 40 minutos, se nos presentan distintas situaciones, tendientes a reflejar el drama de la guerra, y el desprecio total por parte de los soldados de EEUU, por una situación en la que evidentemente, nadie querría estar.
Por otro lado, ya pasado esos 40 minutos iniciales, la narración se vuelca totalmente, hacia el secuestro de la joven vietnamita, y se transforma, siempre con el trasfondo de la crueldad de la guerra de fondo, en una especie de juego del “gato y el ratón” entre los personajes de Sean Penn y Michael Fox, cada uno con sus diferentes puntos de vista, en cuanto al secuestro de la joven.
Más allá de que Casualties Of War posea estas 2 partes muy bien marcadas en la narración, el guión ha sido muy cuidado, para que la historia de este acontecimiento, no quede descolocado de lo que al fin y al cabo, Brian De Palma quería lograr, que era mostrar la crueldad, estupidez, y locura, que la guerra genera, a niveles insospechados.
“Give me a minute on this thing we're doing.
I mean, what we're doing.
What are we doing, sarge?”
No es casualidad, que Brian De Palma se sintiera atraído por el tema que analizaba Casualties Of War, puesto que en ella podría dar rienda suelta a una de sus constantes en el cine, y que aquí quedaría enmarcada, de una forma más clara, y encima, en un largometraje de “qualité” puesto que la esencia, o el mensaje, no es otro que la actuación de un hombre en contra de todo, y todos, para mantener sus principios.
La integridad personal, y el cómo mantenerla, es algo que siempre ha obsesionado a De Palma en toda su filmografía, y aquí es donde se hace más evidente, ya que los ideales del soldado Eriksson, y su dilema moral, es lo que hace avanzar la trama.
Uno de los grandes aciertos de Casualties Of War, es que a pesar de estar enmarcada en plena guerra, se separa de ésta, para contarnos una pequeña historia, como pudo haber miles allí.
No es un largometraje sobre la guerra, pero sí que nos hace entender ciertos comportamientos del ser humano en ese sentido.
Me refiero que, veremos tiros, explosiones, barcos, asesinatos, cuerpos volando, y batallas sangrientas, pero pocas.
De Palma por suerte, sabe ir al tema que realmente es el importante, y dejar todo eso de lado, para centrarse en el dilema moral de una persona, la propia guerra que tiene que librar el protagonista, dentro de la guerra que está luchando.
Es una guerra interna, no violará a la chica, pero no puede impedir que lo hagan los demás, y es una guerra externa, se enfrentará a su superior, y a sus compañeros de pelotón.
De Palma sabe centrarse, y trabajar la relación de los personajes, dejando que todo fluya a través de sus acciones, por eso, están tan bien trabajados los secundarios, y la imagen que se nos da de ellos.
Algunos críticos consideran, que si Casualties Of War hubiera sido estrenada al mismo tiempo que “Full Metal Jacket” (1987) o “Platoon” (1986) no sólo sería más conocida de lo que es ahora, sino que también, sería mejor considerada.
En la opinión de los mismos, De Palma desaprovechó la oportunidad de hacer una gran película, sobre todo, al intentar suavizar la historia en la que se basaba.
Y es que Brian De Palma, respetó en gran medida el artículo original de Daniel Lang, aunque le hizo varias modificaciones; algunos nombres personales y de lugares fueron cambiados, se cambiaron algunos personajes, ciertas situaciones que no se encuentran en el artículo de Lang, fueron introducidas con el fin de mantener la intensidad del relato, y el final, fue narrado a medias; sin embargo, tanto el argumento como las ideas principales, fueron respetadas.
Metiéndonos en las actuaciones, cabe destacar un trabajo soberbio de los protagonistas secundarios como:
John C. Reilly (Herbert Hatcher), Don Harvey (Thomas E. Clark), y John Leguizamo (Antonio Diaz), todos como miembros del batallón, y brindando actuaciones sumamente convincentes.
El psicópata de Don Harvey es de temer desde el momento de euforia en las duchas por la muerte de un compañero.
El personaje del soldado Diaz, el soldado hispano novato y cobarde, que para no quedar mal delante de su jefe, violará a la chica, aunque no quiera hacerlo, y le tocará hacer el trabajo sucio, rozando casi el cliché del típico hispano que intentando llegar al “Sueño Americano” no dudará en rebajarse hasta donde haga falta.
Los que merecen un párrafo aparte, son Michael Fox y Sean Penn.
Por un lado, tenemos una más que destacada actuación de Michael Fox, alejado de sus roles más comunes, fuera del excelente Marty McFly, interpretando a Eriksson, un novato soldado, quien idolatra en un primer momento al Sgto. Meserve, para luego convertirse en su peor enemigo, cuando el secuestro de la joven se apodera de Casualties Of War, y que desde ese instante, pasará a defender sus convicciones, hasta las últimas consecuencias.
Con respecto a la actuación de Sean Penn, sólo cabe decir que fue magnífica en todo sentido, mostrándose como un soldado bondadoso y compañero en un comienzo, para luego mostrar lo peor de un ser humano en toda su expresión.
De acuerdo con Brian De Palma, Sean Penn se metía constantemente con Michael J. Fox, diciéndole que era un actor de televisión, para conseguir que rodara enfadado.
Y sobre todo, el gran trabajo de Thuy Thu Le, que nos estremece en su papel de jovencita secuestrada, y logra que lleguemos a odiar al Sargento Tony Meserve.
Y es que Meserve, es un joven duro, que como sus compañeros de pelotón, no puede articular 2 palabras, sin soltar algún taco, o las coletillas lingüísticas como “Fuck”
Es el más chulo de todos, y le gusta su autoridad, y sentirse respetado, pero en el fondo, es un cobarde, que se muestra como es cuando realmente tendría que dar ejemplo, dejando entrever, la poca moral que tiene, otorgándole una mínima conciencia, ya que no dudará en acribillar a los “amarillos” cuando sea necesario, pero ordenará a todos, y cada uno del pelotón, que maten a la chica cuando estos se niegan, porque él no tiene el valor para hacerlo.
Sí lo tiene para secuestrar y violar, pero a la hora de la verdad, él no será capaz de deshacerse de ella.
Tendrá que ser cualquier otro quien ejecute su orden, porque él es el jefe.
Los duelos entre Meserve y Eriksson, son lo más interesante de Casualties Of War, sobre todo cuando Eriksson toma conciencia, que él es más inteligente que su Sargento, y que aún así, no puede hacer nada por evitar las atrocidades que le infligen a la muchacha.
Son todos, unos chicos descerebrados sin cabeza, que odian a sus enemigos, los vietcongs, sin ni siquiera saber algunos de ellos quienes son, simplemente porque les han dicho que deben odiarlos, son los chicos sacados de los “high schools” que de tener un balón de futbol en su mano, tienen una ametralladora automática, y ni siquiera saben por qué.
Al fin y al cabo, se trata de 4 individuos pos-púberes que combinan su desorientación y terror intrínseco a la guerra, con la violencia inconsciente, y las omnipresentes pulsiones sexuales, características de su edad, sobredimensionadas y entremezcladas por la psicosis de la batalla:
“¡El fusil es para divertirse, el pene es para luchar!”, exclamará el intrépido Sargento.
Casualties Of War cuenta con escenas verdaderamente impactantes, y según creo, algunas de ellas fueron eliminadas, dado lo escabroso de su tema, y que por supuesto, el director, no tuvo más remedio que afrontarlo.
Existe una escena eliminada, en la que Michael J. Fox le da a la hermana de la chica asesinada su bufanda.
Existe la remota posibilidad, de que la chica que encuentra en el tren, sea su hermana, ya que tiene una bufanda igual...
Igualmente, Casualties Of War no deja de ser una apuesta atrevida, y con un mensaje aplicable a nuestros días, y cualquier guerra, y es que episodios como esos, se viven siempre, y nosotros los seres de a pie, no nos enteramos ni de la mitad, y la gente que lo sufre en primera línea, vuelve destrozada interiormente, eso es lo que te hace cambiar al volver de una guerra, eso es lo que nosotros no podemos entender, hasta que estemos, espero que no, en el fragor de una batalla.
Esas son “las bajas de la guerra” a las que se refiere el título original de la obra, no los muertos que puedas dejar tras de sí, sino el proceso de muerte interior que sufres, al ver esas atrocidades, y sabiendo y siendo consciente de ello, no hacer nada por cambiarlo, porque quizás, inconscientemente sabes, que no vas a poder conseguirlo.
Increíble y desgarradora la banda sonora, a cargo de Ennio Morricone, y aquí de verdad, deleitándonos con una serie de sonidos étnicos, coros, y adagios por doquier.
“No!
I ain't raping nobody!”
Casualties Of War muestra 3 aspectos fundamentales:
En la guerra, no existe la piedad y la comprensión, y mucho menos por el enemigo, recordemos que la historia sucede en Vietnam, y Estados unidos fue vapuleado en esa guerra.
Como una sola persona, en este caso, El Sargento de un grupo de soldados, puede influir masivamente en sus hombres, haciéndoles realizar actos, que si no fuera por él, no se atreverían a hacerlo.
Y la poca importancia que le dan los oficiales superiores al asunto planteado en Casualties Of War:
En plena guerra, cientos de civiles muriendo diariamente, un ejército aparentemente poderoso, siendo masacrado por unos tipos con ojos achinados.
¿Y nos vamos a preocupar por una vietnamita muerta?
Terrible alegato de Brian De Palma, contra la brutalidad, la impunidad, y el silencio cómplice.
La América Metropolitana, idealista, y bienintencionada, se enfrenta a los inefables pecados de su actuación bélica, verdad diáfana de la naturaleza de la misión, condensados en un crimen sin justificación, ni compasión.
Excelente y cruda película, a la vez, de género bélico, aunque yo diría, que trata más, sobre la otra cara del ser humano, en el campo de batalla, y de lo que es capaz, para que la justicia prevalezca por encima de todo, porque incluso en la guerra... el asesinato, es asesinato.
El artículo de Daniel Lang, es muy completo, pero deja el campo abierto para algunas dudas; para dar un ejemplo, y teniendo en cuenta que el periodista tuvo al protagonista de los hechos para poder repreguntar, no se cuestiona sobre cuáles fueron los motivos que llevaron a Eriksson, a no hacer nada, mientras escuchaba los gritos de dolor y sufrimiento de la víctima, ante semejante barbarie por parte de sus compañeros de patrulla…
Tal vez indagó sobre ello, y no tuvo respuesta alguna, como sucede en el juicio marcial de Casualties Of War, quizá tampoco fue una inquietud del periodista, más dedicado a demostrar lo que Vietnam había hecho, con un extraordinario soldado como lo era Meserve.
Del texto se desprende la idea, de que no sólo Phan Thi Mao es una víctima, sino que también, son víctimas de la guerra, los soldados que abusaron de ella, debido principalmente, a que La Guerra de Vietnam, destruyó sus estructuras psíquicas, y su poder de razonamiento, sin poder diferenciar lo que está bien, de lo que está mal.
Al final de Casualties Of War, viajando por el metro de San Francisco, Eriksson tiene una pesadilla con una posible venganza de los 4 compañeros, juzgados por los delitos cometidos, una muchacha presuntamente vietnamita, con la cual se observan mutuamente, al bajar del metro le pregunta:
“Tuviste una pesadilla, ¿verdad?
Si, le contesta Eriksson…
Me parece que se terminó”
Le responde la muchacha, la pesadilla terminó, al menos para la muchacha, que representa al pueblo vietnamita, quienes en el pensamiento de De Palma, superaron el problema, y consiguieron salir adelante; la pesadilla terminó, pero al contrario que los vietnamitas, los estadounidenses no curaron sus heridas, la mujer vietnamita lo superó, el pueblo vietnamita también, Eriksson no, los Estados Unidos tampoco.
Es hora de curar las heridas, es hora de que la pesadilla termine.
Por este mismo motivo, el final no se puede considerar un final feliz, sino que precisamente, De Palma realiza un cierre más que brillante, cuando después de los diversos juicios que realiza Michael J. Fox, después de denunciar a sus compañeros y reintegrarse en la sociedad, se siente totalmente amenazado por sus antiguos compañeros, y gira la cabeza con miedo a ser perseguido, como muchos de los hombres que volvieron del Vietnam con problemas, y serios trastornos mentales.
La pregunta más inquietante, tras visionar Casualties Of War, es:
¿Realmente ha cambiado algo, en el ejército de EEUU, o en el mundo, en los últimos 40 años?
“Maybe if you'd have been there, sir.
Maybe if you had heard her screaming, you'd feel”
Interesante artículo, yo vi esta película a los 13 años y recuerdo que me impactó ¿Sabes donde puedo descargarme el articulo de Daniel Lang sobre este incidente? O forzosamente habría que comprarlo? quisiera saber más sobre este caso.
ResponderBorrarMuchas gracias por leer la nota.
ResponderBorrarLamento informarle que desconozco dónde puede descargar el artículo completo de Lang, pero creo que navegando en Internet, puede encontrar el documento.
Le deseo mucho suerte; y nuevamente, le agradezco mucho su comentario.
Saludos !!!!