Megamind

“Imagine the most horrible, terrifying, evil thing you can possibly think of... and multiply it...
By six!!!”

En todas las películas de superhéroes, “el bueno” siempre gana, pero:
¿Qué pasaría, si el villano fuera el que ganara?
Desde que en el año 2001, DreamWorks reinventó el cine de animación con “Shrek” que hasta el momento, sólo era territorio Disney, y abrió el mercado a un público más adulto; son numerosas las producciones de este tipo que nos llegan cada año.
Lógicamente, desde ese año 2001 hasta estas fechas, nos encontramos que la tecnología ha avanzado enormemente, y se nota mucho más en este tipo de producciones, que en las de cualquier otro tipo.
¿Que ha ocurrido en esos últimos años, que nos han llevado hasta el día de hoy?
Pues que algo que empezó como un fenómeno pequeño, con una pequeña obra maestra, ha sido explotado todo lo posible, ya no sólo por DreamWorks, o por esa Disney que antes de los 90 sacaba una película cada 4 ó 5 años, sino más, y que ahora, produce films como si de rosquillas se tratase, sino también, por todas las demás productoras que vieron un nuevo filón con el que sacar dinero.
Aunque claro, lo poco agrada y lo mucho cansa, de ahí que el público no responda igual, si sólo hay una película animada al año, que si hay 8 a lo largo de este, o si como suele pasar, la mayoría se concentran en la época navideña.
Es por eso que, las mentes poco pensantes de la industria, hayan buscado una estrategia para diferenciar su producto del de la competencia, usando para ello, la tecnología, es decir, haciendo el envoltorio tan bonito, que entre por los ojos nada más vislumbrarlo.
“Oh, you've gotta be Kidding me!
Minion, if I live, I will kill you”
Megamind es una película cómica animada estadounidense, dirigida en el año 2010, por Tom McGrath.
Protagonizada por Will Ferrell, Tina Fey, Jonah Hill, David Cross, Brad Pitt, Ben Stiller, entre otros.
El guión es de Alan J. Schoolcraft y Brent Simons, quienes apuestan por centrar su mirada, en el reverso tenebroso de la justicia, depositando sobre el malo de la función, la absoluta responsabilidad de hilar un estropicio tras otro, aún cuando descubra, evidentemente, que ser bueno, tiene también sus ventajas.
Así, el arsenal imaginativo intrínseco a este tipo de producciones, se despliega en todo su esplendor, inundando el palco en la versión 3D, literalmente, con todo tipo de cachivaches, artilugios, y secundarios hilarantes y burlescos, que harán las delicias de los pequeños, mientras los adultos disfrutan de la visión ácida y llena de mala suerte, que la historia regala sobre realidades que a todos nos atañen.
Las dobles lecturas siempre son bienvenidas, máxime desde una puesta en escena esplendorosa, visualmente despampanante, que hace fluir aún más, un texto ya de por sí dinámico, y sanamente disparatado.
Buen humor, buenas/malas intenciones, y la puerta abierta a que el cine animado siga sorprendiendo, a una platea universal, que abraza cada nuevo desembarco en la cartelera.
Megamind fue producida por DreamWorks Animation, y Red Hour Productions, y distribuida por Paramount Pictures.
Se estrenó en Estados Unidos en Digital 3D, IMAX 3D, y en formato clásico, el 5 de noviembre de 2010.
Megamind (Will Ferrell) es un extraterrestre, con una extraordinaria inteligencia que, con tan sólo 8 días de edad, es enviado a La Tierra por sus padres, cuando su planeta natal es destruido por un agujero negro.
Sin embargo, su nave espacial aterrizó en la cárcel de Metro City, gracias a otro bebé extraterrestre similar, enviado de otro planeta, que vivió con una familia rica y, eventualmente, se convierte en un superhéroe conocido como Metro Man (Brad Pitt), defensor de la ciudad.
A diferencia de la apariencia terrestre de Metro Man, Megamind era un bicho raro, que pese a sus intentos por encajar en la sociedad, cuando fue llevado a la escuela fallan, siendo llevado a un rincón, castigado por su rival, finalmente, Megamind se rinde, y decide que tal vez, lo suyo no es ser un superhéroe, tal vez un súper villano le resulte mejor.
Como resultado, Megamind se plantea una desviación social, que es descuidado por su inteligencia destructiva, con su pez compañero, Minion (David Cross) como único amigo, es asistido además, por un ejército de “Cerebots” que recuerdan a “Hal 9000” de “2001: A Space Odyssey” (1968)
Al darse cuenta de que su talento es la causa de problemas, y celoso de toda la atención y la alabanza que el joven Metro Man recibe, Megamind se convierte en un súper villano para competir contra Metro Man.
Durante años, ha estado intentando conquistar Metro City por todos los medios posibles.
Cada intento, constituye un fracaso, por culpa de Metro Man, un héroe invencible, hasta que Megamind consigue “matarlo”
Y de repente, la vida de Megamind carece de sentido...
¿Qué puede hacer un súper villano, sin un superhéroe con el que enfrentarse?
Ahora, sin nadie que se le oponga, el villano azul ha comenzado a hacer maldades de todo tipo, y color... pero su ilimitado poder comienza a aburrirlo.
Decidido a regresar a los viejos tiempos, Megamind decide fabricar su propio superhéroe y, usando ADN de Metro Man, termina por inyectárselo por accidente, en un mediocre camarógrafo de TV, llamado Hal Stewart/Tighten (Jonah Hill)
Pero Stewart termina siendo un peligroso sicópata, que saquea la ciudad y empieza a acosar a la reportera Roxanne “Roxie” Ritchi (Tina Fey), de la cual Megamind se ha enamorado.
Pero Tighten empieza a pensar, que es mucho más divertido ser malo que ser bueno.
Además, Tighten no se propone conquistar el mundo, sino destruirlo.
¿Podrá derrotar Megamind a su diabólica criatura?
Y la ironía del caso es que Megamind, deberá transformarse en superhéroe para detener a Stewart, antes que arrase todo el planeta.
Megamind posee dinamismo y fuerza visual en una colorista estética, no carece de inventiva en algunos gags, referencias pop, y cierto ingenio en algún texto con base de farsa, parodia, y sátira.
Entre los asuntos que aborda a raíz de indagar en la dimensión real, y encuentro del bien y el mal, es la capacidad de cambiar positivamente el destino, o no caer en el prejuicio por la apariencia.
Megamind nos plantea, la necesidad de un equilibrio, la necesidad de un objetivo inalcanzable que te mantenga vivo, que te mantenga en una eterna lucha, entonces, bien podríamos describirlo con 2 palabras:
Utopía y desencanto.
Ésta es la naturaleza humana, perseguir algo inalcanzable/utopía, que al alcanzarlo, nos llene completamente, no obstante, sucede lo contrario, cuando por fin logramos nuestro propósito, nos quedamos vacíos, debido a que el anhelo y el deseo de lo imposible, desaparecen, es entonces, cuando nos topamos con el cruel desencanto, por ello, estamos en la búsqueda constante de nuevos objetivos que perseguir.
“Here's my day so far”
Megamind es una parodia del cine de superhéroes y súper villanos, repleta de constantes guiños a películas sobre esa temática.
Se presenta muy lúcida y ocurrente en su trama, la cual se desarrolla de forma sumamente ingeniosa en sus subtramas, en sus diálogos, y en el delineamiento de los carismáticos personajes.
Es una comedia de superhéroes DreamWorks, cuya historia utiliza un tema recurrente en algunos productos últimos de animación:
“Gru” de “Despicable Me” (2010) o “Shrek” (2001), por ejemplo, como es crear simpatía y empatía por el personaje malvado, humanizándolo, y enfrentándolo a su presunta naturaleza villanesca.
Y es que desde hace más de una década, el listón de calidad y exigencia de la animación, no para de crecer.
Siempre fue un pastel muy codiciado, cuyo monopolio lo disfruto Disney.
Pixar rompió la baraja, y hoy aunque desigualmente las porciones de la tarta se reparten, DreamWorks apura su ración con este Megamind que lo tiene casi todo:
Un guión aceptable, espectacularidad, diálogos ágiles y divertidos, buena tecnología, y las indispensables segundas lecturas para adultos, y mensajes positivos.
Aunque Megamind resulta amena de ver, y presenta pasajes realmente meritorios, como el prólogo en el que se nos explican los orígenes del protagonista, posee un guión al que le falta la chispa necesaria como para encandilar al espectador.
De hecho, sus autores recurren a chistes y situaciones fáciles, por no hablar de que existen un buen número de escenas plagadas de canciones, hasta concluye con todos los personajes bailando, un añadido que DreamWorks prácticamente introduce, en casi todas sus producciones, tras haber funcionado muy bien en la saga “Shrek”
Por otro lado, no faltan los habituales guiños a otros filmes, en particular a “Superman” con la caracterización virtual del Jor-El de Marlon Brando, llega a ser un tanto reiterativa.
Como datos curiosos:
Megamind contiene guiños satíricos hacia El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su campaña política con su frase:
“Yes, We Can”
Así, una vez que conquista Metro City, Megamind pone en toda la ciudad, unos posters que dicen:
“No, You Can't”, tanto la imagen de los posters, como la frase, son una parodia de los posters de la campaña de elección de Barack Obama.
Muchos, han considerado a Metro Man, como una parodia de “Superman” además la ciudad “Metro City”, es una referencia a la ciudad en Superman, “Metropolis” y también a muchos guiños de la película de Disney, “The Incredibles” (2004), como el héroe convertido en villano “Tighten”
Hal Stewart, puede verse como una parodia de Jimmy Olsen, personaje de “Superman”, cuya relación con Lois Lane fue, durante mucho tiempo, la de un servil y poco apreciado ayudante.
Además, su nombre proviene de mezclar los nombres de los Green Lantern más famosos:
Hal Jordan y John Stewart.
Megamind, tiene un planteamiento cercano a “Shrek” (2001), donde Megamind es un monstruo de piel azul, que debe ser aceptado por Roxanne, y dejar de ser visto por el mundo, como algo maligno.
También, hay una referencia evidente al “Batman” (1989) de Tim Burton, cuando Megamind entra en el Ayuntamiento, mientras Minion porta un radiocassette, similar al Joker en el Museo de Gotham City.
Pero resulta que, cuando por fin se descubre que Metro Man no ha muerto, queda la pregunta:
¿Y Bernard (Ben Stiller) el conservador del museo?
No importa que la historia sea vieja o nueva, sino la manera en que la cuentas y, si bien la originalidad de este ejemplar es novedosa, no lo es la forma de contarlo, o más bien, el descuido del que se ha hecho gala, haciendo que más que un conjunto total, sea una sucesión de escenas, a cada cual con más detalle que no terminan de cuajar en su totalidad.
Para mí, lo mejor de Megamind es la presentación de los personajes:
De cómo la fortuna sonríe a Metro Man, desde la más tierna infancia, y castiga a Megamind, que se da cuenta, aunque después descubrirá lo contrario, de que no se puede luchar contra el destino, y como los enfrentamientos entre los 2, son una película que se repite semana tras semana, como sucede en los viejos comics de superhéroes, donde siempre el súper villano termina encerrado, para volver a escaparse de prisión…
Por último, muy buenas canciones las que conforman la banda sonora, a parte del score de Hans Zimmer y Lorne Balfe, en las que se pueden escuchar a los AC/DC con “Highway to Hell” y “Back in Black” muy bien escogidas; y a Michael Jackson y su “Bad”
“Minion, I'm a villain without a hero.
A yin with no yang!
A bullfighter with no bull to fight!
In other words, I have no purpose!”
He dicho alguna vez, que el cine de animación está superando a muchas películas de imagen real, en cuanto a originalidad en los guiones, e incluso, aunque parezca insólito, en cuanto a la calidad de sus interpretaciones.
No es exactamente el caso de Megamind, cuyo argumento no brilla precisamente por su originalidad, pero que en conjunto, constituye un buen espectáculo, por encima de la media del cine que se estrena hoy en día.
Ya que el cine de superhéroes está de moda desde hace algunos años.
La mirada que adopta Megamind, resulta sorprendentemente íntima, para tratarse de animación.
Megamind nos demuestra, que bajo la piel de un héroe, villano, persona... aunque resulte difícil, no debemos juzgarlo por la apariencia externa, y lo que muestra, porque detrás de cada uno, hay un mundo, una razón por la que hacemos ciertas cosas que hacemos... y si a lo mejor, llegamos a cometer actos imperdonables a los ojos ajenos, es porque hemos tenido penas y penurias, tristezas que han hecho que el mundo nos decepcione, y como arrebato humano, hemos tomado decisiones que quizás, racionalmente y moralmente, no sean las más aconsejables.
Megamind es un ejemplo, de que debemos aflorar el ser que hay en nosotros, y que no podemos juzgar a la ligera, abramos nuestro corazón al ser receptor, para ver lo que ahonda en su interior.

“I make bad look so good!”



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