Cuerdas

“A mi hija Alejandra:
Gracias por inspirarme esta historia”

La discapacidad, es aquella condición, bajo la cual, ciertas personas presentan alguna deficiencia física, mental, intelectual, o sensorial, que a largo plazo, afectan la forma de interactuar, y participar plenamente en la sociedad.
La Convención Internacional sobre Los Derechos de Las Personas con Discapacidad, aprobada por la ONU en 2006, define de manera genérica, a quien posee una o más discapacidades, como persona con discapacidad.
En ciertos ámbitos, términos como:
“discapacitados”, “ciegos”, “sordos”, etcétera, aún siendo correctamente empleados, pueden ser considerados despectivos, o peyorativos, ya que para algunas personas, dichos términos “etiquetan” a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como una forma de discriminación.
En esos casos, para evitar conflictos de tipo semántico, es preferible usar las formas:
“personas con discapacidad”, “personas sordas”, “personas con movilidad reducida” y otros por el estilo, pero siempre anteponiendo la palabra “personas” como un prefijo, a fin de hacer énfasis en sus Derechos Humanos, y su derecho a ser tratados como igual.
Según la manera en que se defina la discapacidad, las cifras mundiales indican que, 200 millones de niños, sufren algún tipo de discapacidad.
Sin embargo, las estadísticas sobre la incidencia, y la prevalencia de las discapacidades en la infancia, son escasas, y las suposiciones son a menudo inciertas, y están obsoletas
Los niños con formas únicas o múltiples de trastornos físicos, mentales, intelectuales, o sensoriales, pueden quedar discapacitados, si los obstáculos ambientales, y las actitudes, les deniegan sus Derechos Humanos, dificultan su acceso a los servicios básicos, y les excluyen de una participación igualitaria.
Los niños con discapacidad, son iguales al resto de niños.
De acuerdo con La Convención sobre Los Derechos del Niño (CDN), los menores con discapacidad, poseen los mismos derechos que cualquier otro niño.
Además del derecho a la no discriminación previamente mencionado, es necesario destacar, que los niños con discapacidad, deben disfrutar no sólo de los derechos garantizados por La Convención, sino también, de los derechos que se mencionan a continuación:
Derecho a un tratamiento adecuado:
El segundo párrafo del Artículo 23 de la CDN, dedicado a los niños con discapacidad, garantiza su derecho a obtener una asistencia especial, y a solicitar la concesión de una subvención del gobierno, que se ajuste en función del país del niño, y de la situación financiera de sus padres, o tutor.
Resulta obvio, que los niños con discapacidad, tengan derecho a un tratamiento especial pero, en la práctica, la mayoría de ellos, son privados incluso, de un tratamiento médico adecuado.
Sus posibilidades de recuperación, o de vivir al menos con un sufrimiento menor, se reducen por lo tanto, a cero.
Derecho a la educación:
Debido a la falta de infraestructuras, medios, conocimiento y, sobre todo, de buena voluntad, la mayoría de los niños con discapacidad, no recibe ninguna educación; en realidad, ni siquiera una educación primaria.
De hecho, de acuerdo con una serie de estadísticas internacionales, solo el 2% de los niños con discapacidad, tiene el privilegio de asistir a la escuela.
Se trata, por lo tanto, de una violación grave de la CDN, que garantiza el derecho de todos los niños a asistir a la escuela.
Derecho al ocio:
En ocasiones, las personas que rodean a los niños con discapacidad, están tan involucradas en su asistencia, que olvidan que éstos, antes que nada, son niños; niños que necesitan divertirse, jugar, expresarse de forma artística, practicar deportes, etc.
Asimismo, el derecho al ocio, es un derecho contenido en La Convención sobre los Derechos del Niño, Artículo 31, y que indudablemente atañe de igual forma, a los niños con capacidades diferentes.
Derecho a la opinión:
Se trata de una de las necesidades fundamentales de un niño con discapacidad, aunque desafortunadamente, también es una de las más ignoradas.
De acuerdo con el Artículo 12 de la CDN, los niños minusválidos, al igual que el resto de niños, tienen derecho a expresar su opinión, sobre cualquier medida que les afecte.
El derecho a la opinión, se extiende del mismo modo, a todos los ámbitos de la vida social, en la que el niño debería contar con la oportunidad de expresar su opinión, ser consultado, e informado, y tener la oportunidad de participar.
Sin embargo, se considera a menudo que, debido a sus discapacidades, estos niños no son capaces de expresar una idea de forma coherente, por lo que se toman las decisiones, sin escuchar su opinión.
Producto de su vulnerabilidad, los niños que sufren alguna discapacidad son particularmente susceptibles a la hora de expresar su opinión, ya que en algunas ocasiones, la comunicación con ellos, conlleva numerosos obstáculos:
Dificultades en la comunicación, pensamiento lento, falta de comprensión, etc.
Por lo tanto, se debería considerar a los niños minusválidos, como parte integral de la toma de decisiones en los asuntos que les afecten.
De este modo, la erradicación de los obstáculos que dificultan su camino hacia la integración social, debería ser inmediata.
Las realidades de la discapacidad, son alarmantes en todas las partes del mundo.
La legislación, las políticas, y las actitudes que no reconocen la capacidad jurídica de los niños con discapacidad, son factores que agravan su discriminación, y la exclusión de la sociedad, y aumentan su vulnerabilidad a la violencia, el abuso, y la explotación.
Sobre la base del modelo social de la discapacidad, Estrategia de Protección del Niño de UNICEF, reconoce que los sistemas de protección de la infancia, deben fortalecer la participación, el desarrollo, y la inclusión de este grupo de niños, y sus cuidadores, así como abordar las actitudes, y percepciones sociales.
Como resultado, la discapacidad se aborda en el contexto del enfoque general de los sistemas de protección de la infancia, que permiten reflejar la interacción dinámica entre otras necesidades de protección, en lugar de tratar la discapacidad de forma aislada.
UNICEF trabaja con niños con discapacidad, en el contexto de todo su trabajo.
Por ejemplo, colabora con los gobiernos para asegurar que se reúnan sistemáticamente, datos sobre los niños con discapacidad, y se utilicen para los programas y las decisiones de políticas, y que los datos, sobre todo, acerca de la atención oficial, incluyan un desglose de la discapacidad.
Por ejemplo, la incorporación de la atención en determinadas circunstancias, en que los niños con discapacidad pueden experimentar un mayor riesgo, como por ejemplo, en situaciones de emergencia; la sobrerrepresentación en el cuidado alternativo; el riesgo de violencia debido a la dificultad para defenderse, o expresarse uno mismo; la posibilidad de ser un cuidador infantil de un progenitor discapacitado; el riesgo de no ser inscritos al nacer, debido a sentimientos de vergüenza, o de estigma social; la falta de acceso equitativo a las escuelas oficiales, los servicios sociales de bienestar, y los beneficios que reciben los niños con discapacidades.
Hay un largo camino por recorrer…
Comenzando con la palabra “minusválido” que a menudo contiene una connotación peyorativa:
Un “minusválido” sufre una incapacidad, lo que invita a considerarle del mismo modo, que a una persona incompetente.
Sin embargo, un niño con discapacidad, es capaz de involucrarse en acciones de tipo constructivo y, sobre todo, es capaz de progresar.
Desgraciadamente, rara vez cuentan con la oportunidad de hacerlo.
A nivel mundial, existe un largo camino por recorrer, en lo que a Los Derechos de Los Niños con Discapacidad se refiere.
El cambio del término “niños con discapacidad” por “niños con capacidades diferentes” ha supuesto un avance en este aspecto, en muchos países.
De hecho, es indispensable, un cambio de mentalidad para garantizar los derechos de los niños con capacidades diferentes.
Además, las autoridades de todo el mundo, deberían llevar a cabo las reformas necesarias, para crear una estructura jurídica e institucional, que asegure la protección de los niños con capacidades diferentes, de forma que estos puedan abandonar los tétricos lugares en los que se encuentran y, consecuentemente, disfrutar de condiciones de vida adecuadas, y de las oportunidades que merecen.
Creo sinceramente que el único cine que perdurará en nuestra mente, respecto a este tema y cuando pase el tiempo, será aquel que logra conmovernos, y remover nuestras emociones.
Es probable, que en estos tiempos oscuros que vivimos, donde emocionarnos es signo de ser débil, tengamos que regresar a nuestra infancia, para descubrir donde tenemos ese punto de inspiración, que nos sirvió, y nos marcó a nivel emocional, y que nos llevó de la mano, hasta nuestra edad adulta.
“A mi hijo Nicolás:
Ojalá no me hubieses inspirado nunca esta historia”
Cuerdas es un cortometraje de 10 minutos, escrito y dirigido por Pedro Solís García, en el año 2013.
Protagonizada por Miriam Martín, Belén Rueda, entre otros.
Con una maravillosa música de Víctor Peral, y una fotografía de Juan Jesús García Galocha, Cuerdas está producido por La Fiesta Producciones; y es un inspirador cortometraje, con mensaje de solidaridad, amistad, compañerismo y amor, que ha conquistado a quien lo vea.
Pedro Solís, revela que el cortometraje Cuerdas, está inspirado en sus hijos:
Alejandra y Nicolás.
Pero sobre todo, Cuerdas es el homenaje de su creador, de su dibujante, de su director, Pedro Solís, a su hijo Nicolás, en la diversidad funcional de su hijo, afectado por una parálisis cerebral desde su nacimiento.
Cuerdas es una lección de igualdad y solidaridad, pero también es, en cierto modo, “un espejo donde se reflejan todos estos sacrificios, sin más armas que un amor que el espectador vive en primera persona, a través de los ojos inocentes y puros de una niña pequeña” dice el autor.
“Es parte de mi vida.
El niño es mi hijo.
La silla es la de mi hijo, que fue lo primero que modelé para el corto.
Son sus manitas finitas, sus piernecitas, sus dientes rotos de la medicación, su pelo rizado.
Hoy, Nicolás está bien, hemos dormido en casa, porque cuando no dormimos en casa, estamos en el hospital”, confesó en una entrevista radial.
Pedro, dedicó a su hija Alejandra, y a su mujer Lola, y cómo no, a Nicolás, el cortometraje:
“Alejandra me inspiró, porque desde que nació Nicolás, ella tenía ya 6 añitos, y era hija única, y nació Nicolás que necesitaba todos los cuidados del mundo, y ella vio las fotos desde que nació, y está encantada con su hermano.
Le pintaba, le ponía rulos, y juega como podía con él.
Un día, iba por Guadalajara, y escuchaba una canción de Bunbury, y vi toda la historia por delante de mí, y sólo tuve que dibujarla” cuenta el director afincado en Guadalajara, Pedro Solís García, que aunque nació en Barcelona en 1968; ha trabajado en el mundo del videojuego, donde ha sido desde artista 3D, a coproductor en numerosos títulos para PC, y consolas.
La calificación del nuevo cortometraje del alcarreño, es “para todos los públicos, pero con ese añadido de especial interés para la infancia” dijo.
Una calificación inmejorable, ya que El Ministerio de Cultura Español, ha recomendado el corto Cuerdas, por su vocación educativa.
Y es que Cuerdas relata una historia entrañable, y que llega al corazón del espectador, que emociona, y que es imposible desentrañar, si no es a través de esos entrañables personajes que Solís ha creado, para contar esta historia, que en 10 minutos, nos narra una bella amistad, que tiene su parte autobiográfica, y sobre todo, con un derroche de amor.
Cuerdas relata la historia de una niña que vive en un orfanato, quien crea una conexión muy especial, con un nuevo compañerito de clase, que padece de una parálisis cerebral.
La rutina de María en el colegio, se verá alterada por la llegada de él.
Pronto, se convertirán en amigos inseparables, dándonos una lección de vida, que todos deberíamos de aprender, una historia humana, llena de sensibilidad, y que tiene un mensaje muy importante para todos.
Cuerdas muestra el valor de una amistad, y cómo nuestras acciones, logran y pueden impactar la vida de otras personas.
Sus personajes son niños, y esto hace que nos volvamos más receptivos al mensaje, porque definitivamente, los niños hacen las cosas mucho más simples.
Cuerdas nos relata, una historia llena de sentimientos, que emociona desde los primeros fotogramas, logra llegar a lo más profundo.
Cuerdas toca el tema de personas con necesidades especiales, la soledad infantil que viven muchos niños discapacitados, y su dificultad de integrarse con el resto de sus compañeros.
La amistad, y porque no decirlo, el amor inocente y fraternal entre los 2 niños protagonistas, se desarrolla con sencillez, con un personaje como el de María, que expresa una dedicación incansable, para que su amigo sea feliz.
Son 2 auténticas almas gemelas, que se encuentran en una sociedad que separa a los diferentes, y a los inservibles.
El espectador que se introduzca en esta bellísima pieza, descubrirá elementos suficientes para reencontrarse con su infancia, y lo que es más importante, con su propio corazón.
Pocas emociones como las que transmite este cortometraje, encontraremos en el cine de hoy en día, y pocos directores logran tocar el cielo, con el género del cortometraje.
Sus personajes de dibujos, respiran realidad y ternura.
¿Por qué una niña cualquiera, puede sentirse atraída por una persona con problemas físicos?
Atraída si:
¿Por qué?
Solo tengo 2 respuestas a esa pregunta:
Porque sí y ¿Por qué no?
Ojalá más personas sintieran, que deben conmoverse cuando alguien sufre, e hicieran todo lo posible por hacer de ese sufrimiento, el menor posible.
Que la factura técnica de Cuerdas no sea perfecta, es accesorio en relación a una historia absolutamente conmovedora.
Solís maneja la emoción en un grado superior a la media, ya desde sus primeras imágenes sabes, que el cortometraje te va a conmover, la historia tiene ese punto de delicadeza, que pocos maestros de la animación, han logrado trasvasar.
Pedro Solís, ha agradecido a la familia, su apoyo incondicional, a los amigos, a la gente de Nipace, y a todas las familias que saben de primera mano, lo que es la parálisis cerebral, a la planta de pediatría del Hospital Universitario de Guadalajara, a Quique González, artista cuyas canciones le han mantenido con la suficiente tensión emocional, para poder acabar este cortometraje, y a todo el equipo que ha participado en él.
Solo observar esos ojos cristalinos de los 2 protagonistas, llenos de vida, su expresión y su forma de encarar su relación, los hacen mucho más vivos que cualquiera de los actores que pululan en nuestro panorama cinéfilo “humano”
Que unas criaturas salidas de un ordenador, lleguen hasta este punto de sincronía con nosotros, es algo que solo podremos encontrar en Pixar en la actualidad, y en Disney, en décadas pasadas.
Pero no solo los personajes y la historia te llevan de la mano, sino también, la música, un excelente ejercicio de lo que debe ser una buena banda sonora, algo absolutamente olvidado por nuestros cineastas.
Quizás, sea un añadido edulcorado, pero siempre he creído, que un director no está completo, hasta que no sabe conmover con las imágenes, y con el sonido.
Pedro Solís ha contado además con Maxi Díaz, director de animación.
Sin embargo no ha sido un trabajo “al uso”, sino que gracias a Maxi, quien imparte un curso de animación “online”, Pedro ha trabajado a través de la web y de vídeos grabados con instrucciones.
“Es una forma curiosa de trabajo”, dice Pedro, “porque no les pones cara.
Solo les conoces por sus planos”
Los animadores “online” se embarcaron en esta aventura, a pesar de que hacer un corto, conlleva muchas horas fuera del horario de trabajo.
“Es gastar muchas horas de tu tiempo libre”, reconoce el laureado director ganador del Goya 2014 al Mejor Cortometraje Animado.
Respecto a ese esfuerzo, Solís realiza un paralelismo entre su trabajo, y una carrera:
“Recuerdo que corrí la Media Maratón de Guadalajara, en la que llegué en un fantástico último puesto.
A un kilómetros de la meta, me decía que tenía que llegar por mis hijos”
Para Solís, el cortometraje Cuerdas se define en la siguiente frase:
“Hay cuerdas que no atan, sino que liberan”
A veces, la vida te sorprende con maravillosas historias como esta.
Historias de amistad.
Historias de aceptación del que es distinto.
Historias que hacen pensar, que podemos ser humanos.

“A Lola:
Por todo lo que no has llorado delante de mi”



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