The Horse Whisperer

“I help horses with people problems”

Recién se ha empezado a tratar de comprender a los caballos, hermosos animales que hemos usado y abusado, sin tratar nunca de entender su lenguaje, hemos seguido de una manera irracional, los viejos métodos de doma, heredados de épocas pasadas, muy brutales por cierto, imponiéndonos sobre ellos, sometiéndolos, y no contactándonos, sin llegar a establecer un lazo entre ambos.
Este nuevo “despertar” por comunicarnos con los caballos, se ha dado en llamar “Doma Natural”, y a quienes lo practican, se les llama “Susurradores”
Los susurradores, son aquellos domadores, que domestican a los caballos a través de la técnica “equs”, mediante la cual, tratan de comunicarse con los caballos de la misma manera que estos lo hacen entre sí, en libertad, teniendo en cuenta las actitudes que estos adoptan en una manada con sus semejantes.
El domador, debe conseguir que el caballo lo vea como el “jefe de la manada” y al hacerlo, no intentará desobedecerlo, porque sabe que de hacerlo, será echado del grupo, entonces, se somete a ser embridado, ensillado, y aprende aquellas cosas que el domador le va enseñando rápidamente.
Pero comprender a los caballos, no resulta algo muy sencillo, debido a que dentro del grupo, tienen códigos y reglas bien establecidas, que pueden resultar incluso complejas, como se requiere de muchísimo tacto y paciencia, no es algo que cualquiera puede hacer, ya que lleva tiempo, y mucha práctica.
En general, 2 de las cosas más importantes de esta técnica son:
Al animal no se lo obliga a aprender, se lo incentiva de tal forma, que siente curiosidad por hacerlo.
Y no se usa ninguna técnica de castigo para el caballo, llámese fustas, espuelas, etc.
A los caballos, siempre se los ha entrenado de manera cruda, y raras veces se ha intentado acercarse a su mundo, además, suelen ser simples instrumentos que, una vez cumplen su “vida útil”, son eliminados de la tropa, para dar lugar a un nuevo ejemplar que realice las tareas de manera “eficiente”...
Los susurradores, ya existían hace varios siglos en Inglaterra, y se los llamaba así, porque a través de pequeñas palabras claves, que sólo conocían quienes ejercían dicha metodología, lograban que los caballos les obedecieran, de todas maneras, se los trataba de “brujos” y no solían ser respetados por la sociedad.
Además, a los aspirantes a susurradores, se les comunicaba “La Palabra” que si era susurrada al oído del animal, daba al jinete, poder absoluto sobre éste.
Hoy en día, “Susurrar Caballos” es una técnica muy respetada por algunos, pero rechazada por otros; en muchos centros ecuestres, se realizan cursos donde enseñan a domar a los caballos, como lo hacían los antiguos susurradores, aunque se cree, que para poder ejercer esta técnica, es necesario contar con cierta capacidad innata, que no todos los hombres poseen, y que no se puede aprender.
Un susurrador muy conocido, y que ha esparcido su técnica por todo el mundo, es el argentino, Fernando Noailles Olivé, quien comenzó a montar y amansar caballos, bajo la bruta técnica tradicional, heredada de sus ancestros, hasta que conoció a un descendiente indígena, que le mostró una nueva dimensión en la comunicación con los equinos, y con los demás seres vivos, basada en la interpretación de la realidad, desde el punto de vista del otro, lograda a través de una buena observación y comprensión; “sintiendo” realmente el lenguaje natural de los otros, presente en forma de energía.
Un viejo proverbio indio antiquísimo, de Argentina, dice:
“La doma del caballo empieza cuando nace”, y a eso, hoy se le llama “Imprinting”
Para Fernando Noailles Olivé, “Susurrar Caballos” se trata de algo más que una manera de educar a los caballos, es una filosofía de vida, aquella técnica puede ser aplicada a todos los seres vivos, y puede dar muy buenos resultados.
“I've heard you help people with horse problems"
The Horse Whisperer es una película dramática, dirigida en 1998, por Robert Redford.
Protagonizada por Robert Redford, Kristin Scott Thomas, Sam Neill, Dianne Wiest, Scarlett Johansson, Chris Cooper, Kate Bosworth, entre otros.
El guión es de Richard LaGravenese, basado en la novela “The Horse Whisperer” escrita por Nicholas Evans, en 1995.
“The Horse Whisperer” se ubicó en la posición #10, de la lista de novelas más vendidas de los Estados Unidos, en el año 1995, según el diario, New York Times.
Según el escritor Nicholas Evans, el personaje de Tom Booker, es el modelo de los murmuradores de caballos:
Tom Dorrance, Ray Hunt, y en especial, su discípulo más joven, Buck Brannaman.
Evans ha dicho:
“Otros han afirmado ser la inspiración para Tom Booker en “The Horse Whisperer”
Aquel que verdaderamente me inspiró, fue Buck Brannaman.
Su habilidad, comprensión, y su dulce, y amoroso corazón, ha separado de las nubes, a innumerables criaturas con problemas.
Buck, es El Maestro Zen, del mundo del caballo”
Evans, mezcla una historia romántica, el conflicto familiar, la recuperación del animal, cierta apología de la vida rural y los traumas de la que se destapa como casi la verdadera protagonista de la cinta, una adolescente.
El director, Robert Redford, interpreta el papel del protagonista, un entrenador con un gran talento para adiestrar caballos, el cual es contratado para “sanar” a un caballo purasangre, que pertenece a una adolescente interpretada por Scarlett Johansson, después de un trágico accidente.
La profesión de susurrador de caballos es por tanto, real; hay gente que se dedica profesionalmente a ello.
La popularidad de The Horse Whisperer dio lugar popular y comercial a la palabra “whisperer” y ser acuñada como un término del argot, para cualquier persona con una fuerte afinidad por un animal, o ser particular.
The Horse Whisperer estuvo nominada al Oscar a la mejor canción original:
“A Soft Place To Fall” de Allison Moorer y Gwil Owen.
El montaje de The Horse Whisperer, es de 168 minutos, mientras que la primera versión, era de 257 minutos.
La trama sigue a Grace MacLean (Scarlett Johansson), una muchacha de 13 años, que se encontraba dando un paseo, junto a su mejor amiga, Judith (Kate Bosworth), cada una montando a caballo, cuando los 2 animales resbalan en el hielo que cubre las laderas de un pavimento en la nevada forestal.
Este hecho, desencadena un fatal accidente, en el cual Judith y su caballo caen por la ladera, son embestidos por un camión de alto tonelaje, y mueren.
Pilgrim, el caballo de Grace, se coloca frente al camión, intentando salvar la vida de su dueña, y recibe heridas letales, mientras que la chica pierde una pierna.
Dicho incidente, provoca que el caballo quede seriamente traumatizado, al igual que Grace, quien no quería asistir a la escuela, y comenzaba a perder las ganas de vivir, por lo cual, Annie MacLean (Kristin Scott Thomas), madre de Grace, y editora neoyorkina de una famosa revista, decide llevar a Pilgrim con Tom Booker (Robert Redford), “El Susurrador de Caballos”, quien vivía en Montana, a miles de kilómetros de Nueva York.
Para ello, realiza un extenso viaje en coche, junto a su hija Grace.
El Susurrador de Caballos, irá lentamente, curando el trauma de Pilgrim, y con ello, ayudando a Annie y Grace, a mejorar su relación de madre e hija.
En el proceso, Annie desarrollará fuertes sentimientos por Tom, del cual se alejará muy a su pesar, al finalizar su estancia en la casa de los Booker.
Sam Neill, como Robert MacLean, tiene el papel secundario del padre de Grace, y esposo de Annie, quien intentará ayudar a Annie, a aclarar sus sentimientos poco antes del final.
Es evidente en The Horse Whisperer, el choque entre lo urbano y rural.
En un principio, los personajes citadinos de Annie y Grace, no parecen entender la silenciosa filosofía de los vaqueros como Tom Booker.
Poco a poco, van comprendiendo que, en el campo, las cosas toman su propio tiempo.
La aparente soledad rural, reconforta y llena más el espíritu, que en la densa ciudad donde se proviene, llena de gente sin conocerse, que camina de un lado a otro, sin mirar a nadie.
The Horse Whisperer se mete en la figura mística del caballo, como un ser con sufrimientos muy humanos, que encuentran redención, corriendo en la inmensidad de las praderas.
Mucha de la virtud que tiene The Horse Whisperer, es en mostrar la belleza de los paisajes, con tomas espectaculares, dignas de pintarse en lienzo y fotografías.
La parte musical, ayuda a envolver la rara y agradable sensación de ver algo hermoso, como son muchas de las imágenes.
“How are you doing out there in Marlboro country?”
Robert Redford protagoniza, dirige y produce The Horse Whisperer, aspectos en los que tiene experiencia sobrada, pero siempre por separado, y aquí, es la primera vez que se enfrenta a las 3 cosas, al mismo tiempo.
El comienzo de The Horse Whisperer es lo más impactante, es algo soberbio ver los caballos en la nieve, y a sus lomos, 2 preciosas niñas.
Una trágica desgracia, y la vida cambiará radicalmente para toda la familia.
La prioridad para la madre, es salvar al caballo, como si con ello, consiguiera también salvar a su hija psicológicamente enferma, por ello, ambas, madre e hija, emprenden un duro viaje, a una tierra lejana, donde encontrará el amor del que ya hace tiempo carece su vida.
La historia, está llena de simbologías, aunque en estos temas tiene más que ver lo que piense cada cual, que lo que el propio director pueda haber querido expresar.
El caballo, representa parte de todos los personajes.
Es decir, los caballos interactúan a partir de leyes naturales, las mismas que rigen a todos los seres vivos, y su objetivo no sólo es sobrevivir, sino cuidarse, protegerse, y maximizar sus condiciones y capacidades, con el fin último de ser felices.
El hombre en su interacción con la sociedad y la cultura, ha adormecido y desnaturalizado ciertas capacidades, que podrían mejorar sus emociones, y su puesta en práctica en la interacción con sus pares.
Que el animal se recupere, y vuelva a ser lo que era, depende que la niña, la madre, el padre, el ranchero, todos los personajes, vuelvan a la vida que tenían antes.
Es el tren de la vida, en este caso representado por un caballo, al que se tienen que subir, si no quieren quedarse estancados, y hasta que no se dan cuenta de ello, no hacen realmente algo por conseguirlo.
También, está muy representada, la alegoría a la libertad del campo, en el primer paseo que Redford y Scott Thomas dan a caballo.
Una mujer dedicada al trabajo, que siente la libertad de poder estar fuera del trajín de la ciudad:
“En Nueva York si no te mueves, te quitan el sitio”, dice ella; y perderse por un momento en el campo, tranquilamente, y sin ninguna preocupación.
A través de la situación de Grace, vemos lo complicado que es enfrentarse al mundo, ese primer día de clase, que ella no puede soportar, pero lo sencillo que puede resultar con la forma de ver la vida de este hombre de campo, enfrentándose a las cosas, encarándolas igual que hace con los caballos, como el momento en que le enseña a conducir de forma simple y decidida.
A la madre le sucede lo mismo, y cuando descubre esta nueva forma de vivir, sabiendo cada día lo que tiene que hacer, y haciéndolo sin más preocupaciones, algo reacciona en su interior, y se plantea qué es de su vida:
“Lo fácil es saberlo, lo difícil es decirlo en voz alta”, le dice Tom Booker.
Más o menos, en todo momento sabemos lo que va a ocurrir, o lo que “tiene” que ocurrir, pero eso no es lo importante.
Lo que consigue enganchar, es el hecho de conocer, cómo y cuándo van a suceder las cosas.
Suceda lo que suceda con el caballo, con el triángulo de:
Mujer/marido/vaquero, con la familia del rancho, y con la moral de la joven Grace, el avance de la historia sigue siendo tranquilo y rítmico, y eso es lo que importa, que los hechos se vayan sucediendo, más que cuales serán las consecuencias.
El final, me recuerda, aunque llevado de otro modo, no quiero ser sacrílego, al de “Casablanca” (1942)
Así que:
“Siempre nos quedará Montana”
Y es que en ese lugar, lo importante no es tanto “saber” sino “comprender”
Comprender, observar, sentir.
La palabra es importante, pero también lo es el silencio.
Dejar que las cosas sucedan.
Acercarse hasta tocarse, y luego separarse.
Comprenderse, el uno al otro, para aprender a respetarse mutuamente.
Me ha gustado que la historia sea lineal en el tiempo, que desde un primer momento sepamos todo lo que le ha ocurrido a Grace, a pesar de que el personaje de Redford no lo sepa.
Grace se lo cuenta, pues él tiene que saberlo, pero no juegan a mantener la atención del espectador, ocultando información, algo muy de moda en las películas actuales.
Y aquí era fácil y tentador hacerlo, con una niña amputada, y un caballo herido y medio loco.
De hecho, Robert Redford modificó ciertos pasajes de la novela, en la que está inspirada The Horse Whisperer, como que su personaje, no mantiene relaciones sexuales con el de Kristin Scott Thomas.
Como curiosidad, las copias para cine de The Horse Whisperer, traían adjunta una carta de Robert Redford, con unas peticiones y sugerencias a los proyeccionistas, para realzar la imagen y el sonido.
Para los más técnicos, también señalo, que los primeros 35 minutos, tenían el formato panorámico, y a partir de la secuencia en que la protagonista inicia el
viaje hacia la naturaleza, con todo su esplendor, la imagen pasaba a ser en Cinemascope, con lo cual, al ser más amplia, se realzaban mucho todos los paisajes hasta el final del metraje, dando a entender el buen gusto del director, y su amor por el cine y la naturaleza, aunque ésta novedad ha sido eliminada en el soporte DVD.
Así, The Horse Whisperer comienza con el formato estándar de proyección, para pasar a formato panorámico, a partir del instante en que Annie y Grace inician su viaje en coche hacia Montana.
Es imposible no enamorarse de los personajes, y de la relación que nace entre ellos.
Pero también, está el sentido del deber, lo que estás dispuesto a hacer por tu familia, y hasta dónde pueden llevarte tus decisiones.
Robert Redford, acompañado de un increíble elenco de actores, tales como:
Sam Neill y Dianne Wiest, convierten a The Horse Whisperer, en su obra más madura.
El resto de intérpretes son:
Chris Cooper, Cherry Jones, Catherine Bosworth; y los encontramos a todos, en los bellos parajes de las montanas Rocosas.
The Horse Whisperer no deja de ser un viaje a la aventura y a la pasión, a la vida que ya se prevé, tendrá la madre de la niña con “El Susurrador de Caballos”, a causa de los problemas psicológicos de la hija por el accidente.
Robert Redford, siempre cuenta con la ventaja de ser un personaje súper famoso, lo cual le aventaja siempre en las taquillas de los cines.
Lo malo es que The Horse Whisperer es fácilmente explicable, comparándola con otra coetánea:
“The Bridges Of Madison County” (1995)
 Aquí, hay una vieja gloria madura y otoñal del cine (Redford), allí Eastwood; ambos dirigen y lo hacen de la misma forma, y con parecido estilo:
Un cine sosegado, a contracorriente, de perfume clasicista, y aire crepuscular; en ambas películas, se cuenta una historia de amor intemporal, entre una mujer atractiva, aburrida, y casada, ni Scott Thomas ni Meryl Streep, son 2 modelos de belleza precisamente, y el otoñal hombre; en ambas, se prima la emoción a la acción; ambas acaban de la misma manera, con la mujer huyendo de ese pasajero y maravilloso amor, muy a su pesar.
Por último, la banda sonora original es de Thomas Newman.
La autora de la canción principal, única nominación al Oscar, es Allison Moorer, y sale tocando en una escena, que es casi como un video musical, dentro del desarrollo de la trama.
“Who's going to want me now?”
El eje central de The Horse Whisperer es sin lugar a duda el caballo.
Pocos son los conocedores de la profesión real de “susurrador de caballos”, exactamente igual que con los perros.
Esta profesión, se conoce mundialmente, con distintos nombres, tratando al caballo psicológicamente, y no a la fuerza como se suele hacer.
Por tanto, en la trama del caballo en sí, muchos de los que critican The Horse Whisperer, creo que deberían pararse a aprender, y aprovechar la oportunidad para comprender un poco más a estos animales, a través de la adaptación de la novela, ya que casos como este, incluso peores, han tratado estos profesionales, y de paso, ayudan a sus dueños a convivir con la naturaleza.

“Knowing is the easy part; saying it out loud is the hard part”



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