The White Helmets

“After 5 years of war, over 400,000 syrians have been killed and millions have fled their homes”

Después del estallido de La Guerra en Siria, en la cual se enfrentan los rebeldes contra el gobierno, Alepo capital económica de Siria, y la ciudad más poblada del país, fue poco a poco convirtiéndose en un blanco para los rebeldes, quienes invadieron la ciudad en junio de 2012.
Desde esa fecha en adelante, se ha convertido en el principal frente de La Guerra Civil.
En el marco de la llamada “Batalla de Alepo”, que ha ido aumentando en cuanto a violencia y devastación, grandes combates se viven todos los días en la ciudad.
Los enfrentamientos, tienen lugar en Alepo, incluyendo su milenario casco histórico, que ha sufrido graves daños.
Para el año 2013, la ciudad sigue siendo el escenario más importante de la guerra, habiendo combates muy violentos, entre rebeldes y soldados gubernamentales.
Por su parte, La Defensa Civil Siria, en árabe, الدفاع المدني السوري o Syrian Civil Defense (SCD), también conocida como “Los Cascos Blancos” o “White Helmets”, es una organización de voluntarios para la protección y asistencia de civiles, en las zonas controladas por los distintos grupos rebeldes opuestos al gobierno en Siria, en el contexto de La Guerra Civil Siria, y con especial presencia en la ciudad de Alepo.
Partidarios del bando rebelde, el apoyo externo a la organización, se canaliza a través de Mayday Rescue, una fundación registrada en Los Países Bajos, y cuya financiación procede principalmente de gobiernos occidentales, especialmente de Reino Unido y Estados Unidos.
La SCD, se autodenomina “como una ONG humanitaria, neutral e imparcial, sin ninguna afiliación oficial a cualquier actor políticos o militar, y que tiene el compromiso de prestar servicio a cualquiera que lo necesite, independientemente de su afiliación religiosa o política”
Como las demás ONG que operan en territorio rebelde, White Helmets negocia el acceso humanitario con las organizaciones, grupos armados, ayuntamientos o gobiernos provinciales.
La SCD, declara que su misión es “salvar el mayor número de vidas en el menor tiempo posible, y minimizar el daño a otras personas y a la propiedad”
Su trabajo consiste en 15 de las tareas de defensa recogidas en el derecho humanitario internacional; la mayor parte de su actividad, se basa en la búsqueda y rescate de las personas en zonas bombardeadas y de combate, así como del abastecimiento de bienes esenciales.
El trabajo más prominente de La SCD, ha sido el de rescatar a los civiles en las zonas que son atacadas por El Ejército Sirio con bombas de barril, que son explosivos improvisados lanzados desde helicópteros Mi-17 y Mi-24.
Y ha sido descrito como “uno de los trabajos más peligrosos del mundo”, pues más de 130 Cascos Blancos, han perdido la vida en el ejercicio de sus tareas.
El entrenamiento de voluntarios civiles, comenzó a principios de 2013, a cargo de un consultor de seguridad británico, James Le Mesurier, como respuesta “al bombardeo indiscriminado de las zonas rebeldes sirias por La Fuerza Aérea Árabe Siria”, según sus promotores.
Más adelante, La ONG turca, AKUT, y la agencia Analysis, Research and Knowledge (ARK), se unieron al programa.
Desde entonces, los grupos de voluntarios alcanzaron el ámbito nacional, con 2850 voluntarios, operando a través de 114 centros presentes en 8 Gobernaciones:
Alepo, Idlib, Latakia, Hama, Homs, Damasco, La Campiña de Damasco, y Daraa.
El 25 de octubre de 2014, los miembros de estos grupos auto-organizados, se reunieron y votaron la formación de una entidad única:
La Defensa Civil Siria, y recibe su financiación, principalmente de organismos de ayuda de varios gobiernos occidentales.
En un principio, su mayor fuente de ingresos fue El Ministerio de Relaciones Exteriores y de La Mancomunidad de Naciones, “Foreign Office” del Reino Unido, que canalizaba los fondos a través de la oficina en Estambul de Mayday Rescue.
La organización, reclamaba haber rescatado a más de 40.000 personas de los bombardeos provocados por La Fuerza Aérea del Ejército Sirio, hasta principios de 2016, el cual ha sido acusado de crímenes de guerra por Naciones Unidas.
Por esta labor, los White Helmets fueron nominados al Premio Nobel de La Paz de 2016; y los socorristas fueron recompensados con el premio sueco, Right Livelihood, considerado un “Nobel Alternativo”, por su “excepcional valentía, su compasión, y su compromiso humanitario”
A finales de 2016, según el gobierno francés, la organización contaba con 121 centros, y 3.000 voluntarios que habían salvado la vida a más de 60.000 personas.
Un miembro notable de los White Helmets, fue Khaled Omar Harrah, que alcanzó gran repercusión tras rescatar entre las ruinas de un bombardeo en Alepo, a un bebé, lo que le valió el apodo de “héroe de Alepo”, y que falleció en un ataque aéreo, en agosto de 2016.
“In areas out of regime control, those who remain rely on a group of volunteers dedicated to saving anyone in need”
The White Helmets es un corto documental bélico, del año 2016, escrito y dirigido por Orlando von Einsiedel.
Protagonizado por Khalid Farah, Mohammed Farah, Abu Omar, Raed Saleh, Abdul-Moeen Al Hamawia, Ismail Alloushe, entre otros.
Para el director:
“Hacer películas como esta, te da fe en la humanidad.
El hecho de que en lugares como Alepo, bombardeados cientos de veces cada semana, haya gente profundamente buena, héroes de la vida real, haciendo el trabajo más valiente que podrías imaginar; si eso no te da esperanza y fe en los seres humanos, no sé qué te la daría”
Así resume Orlando Von Einsiedel, lo que significó para él, realizar el documental.
“La financiación fue dichosamente fácil, porque Netflix encargó el proyecto.
Esa parte estuvo bien, pero la producción en sí, fue más complicada:
Siria es el lugar más peligroso del mundo para los periodistas en este momento, y el riesgo era demasiado alto para que nuestro equipo fuera allí.
No necesito contar, cuántos periodistas fueron asesinados allá.
Así que decidimos no ir, pero tuvimos la oportunidad de trabajar en colaboración con Los Cascos Blancos, cuyos equipos filman cada rescate con cámaras que llevan en sus cascos, o incluso con otras más grandes, para documentar su trabajo, y llevar un registro de todo.
Además fue una bendición, tener la posibilidad de filmar el entrenamiento que hacen en el sur de Turquía, y mezclar eso con las imágenes tan viscerales que ellos tomaron en los rescates, y las de algunos camarógrafos sirios que tuvieron acceso que ningún otro periodista tuvo”, sentenció.
Las imágenes que se pueden ver en este reportaje, forman parte del material que recogió el periodista, Antonio Pampliega, durante uno de sus viajes a la capital económica del país, entre mayo y junio de 2014.
Este material, iba a formar parte de un documental más extenso sobre la labor de Los Cascos Blancos sirios, pero el secuestro del reportero, junto a otros 2 compañeros, en julio del año pasado por Al Nusra, detuvo abruptamente el proyecto.
The White Helmets está nominado al Premio Oscar como mejor cortometraje documental:
“Es una nueva oportunidad para expresar nuestro mensaje humanitario y moral”, dijo al respecto, tras el anuncio, Raed Saleh, Jefe del grupo de rescatistas.
“La nominación al Oscar de The White Helmets, es una nueva confirmación de la credibilidad de la defensa civil en Siria”, agregó.
“Nos ayudará a conseguir el objetivo, y el lema que estamos utilizando desde el principio:
“Salvar una vida, es salvar a toda la humanidad”, prosiguió.
Aunque esta consigna es de un versículo del Corán, Los Cascos Blancos insisten en que brindan su ayuda a todo tipo de víctimas, sin tener en cuenta su religión.
Producido por El Reino Unido, The White Helmets narra las experiencias de un grupo de voluntarios en Alepo, Siria; dedicados al auxilio y rescate de personas víctimas de los bombardeos.
Los realizadores, documentan la trágica vida de los civiles en medio de la guerra; y muestran la desolación de las calles en ruinas, el miedo permanente de los habitantes, y su resignación a morir explotados.
Con 40 minutos de metraje, carece de narrador, y la convierte en un escalofriante relato de la realidad que viven los habitantes de Siria, un país que en 5 años de guerra, ha dejado casi 7 millones de desplazados internos, y 5 millones de refugiados.
El documental, está ambientado en Alepo, Siria y Turquía, a principios del año 2016, centrándose en 3 de miembros de Los Cascos Blancos:
Un sastre, un constructor, y un herrero sirios, que dejaron su profesión para arriesgar a diario su vida.
Mohammed Farah, Khalid Farah, y Abu Omar, son los protagonistas que tienen en común, haber dejado de lado su antigua vida, para integrarse en Los Cascos Blancos de Siria, y socorrer a las víctimas de la guerra.
Vemos su gran voluntad por ayudar, al mismo tiempo, su preocupación por sus familias y seres queridos.
“Elegimos a esos 3 hombres, porque trabajan juntos, participaron del rescate del bebé Mahmud, del que se habla en el film, y son de Alepo, que es la ciudad de Siria más conocida.
Francamente, no podríamos haber elegido mejor, porque son hombres muy amables, cálidos y humildes.
La motivación de ellos, es su fe, tanto que rezan 5 veces al día...
A mí también me sorprendió que, después de pasar 5 años de guerra, y a pesar de que sufrieron muchísimo estrés psicológico, todavía tenían un fuego de esperanza en su interior, que nos pareció inmensamente inspirador.
Te cuestionas si serías igual después de experimentar todo eso”, dijo el director.
El grupo de rescatistas, se hizo famoso mundialmente por sus videos en las redes sociales, que testimonian una valentía a toda prueba a la hora de acudir en ayuda de las víctimas de la guerra, en especial, en operaciones de salvamento de niños.
Cada vez que escuchan el sonido de un avión militar, que ya identifican a la percepción, los protagonistas salen en un destartalado camión a salvar vidas.
Esperan a que caiga la bomba para saber a dónde ir, y durante el trayecto, se guían por el humo y el polvo que levanta la explosión.
Varias camillas, tanques de oxígeno, una manguera de chorro potente, y un equipo que les permite oír el llamado de ayuda de la gente desde los escombros, son sus únicas herramientas.
Su escudo:
El Casco Blanco que llevan.
El director, Orlando von Einsiedel, nos muestra que es un trabajo peligroso, muchos de ellos han muerto también durante su misión; pero que también puede ser muy gratificante, por ejemplo cuando salvan vidas de niños, como el bebé Mahmud; pero Khaled, su rescatista, murió hace 2 meses durante un bombardeo, informó el grupo.
Tenía 31 años, esposa y 2 hijos, y trabajaba como pintor y decorador.
Fue la víctima #142 de la organización.
“The White Helmets son las historias de ellos.
Creo que cuando alguien mira al lente de la cámara, los espectadores sienten que los están mirando a ellos.
Que ellos relaten sus experiencias mirando de frente, es como si te estuvieran hablando a vos, y es una conexión poderosa.
Las historias de estos hombres son tan fuertes, que no deberían estar interpretadas a través de un director, sino contándoselas directamente al público”, dijo von Einsiedel.
En 3 años que lleva funcionando, esta organización ha perdido más de 140 de sus miembros en los bombardeos.
Incluso, muchos de ellos han perdido familiares a causa del conflicto.
Pero los logros alcanzados, son inconmensurables:
60.000 vidas salvadas.
No obstante, el grupo también es blanco de algunas críticas, en especial entre los partidarios del gobierno del presidente, Bashar al Asad, que les acusan de ser títeres de los donantes internacionales, sobre todo de los países que apoyan la rebelión contra Damasco.
Otros sostienen que, entre Los Cascos Blancos hay yihadistas, basándose en fotos de supuestos Cascos Blancos con armas.
Pero las críticas son marginales, frente a la ola de apoyo y respaldo que reciben estos voluntarios, que reivindican como único objetivo, el salvar vidas.
“ما هو الفرق، حقا، بين ابني والآخر من جهة أخرى”
(¿Qué diferencia hay, en realidad, entre mi hijo y el otro del otro?)
Todo el mundo conoce la situación en El Medio Oriente, pero no muchos de nosotros podemos conectar en emociones profundas con ellos, porque sólo vemos números…
La Guerra de Siria, significa violencia, crueldad, bombardeos, familias rotas... muerte.
Allí, poco menos de 3.000 voluntarios, día a día arriesgan su vida para socorrer a las víctimas de los bombardeos, buscando posibles sobrevivientes entre los escombros de los edificios.
Por lo general, Los Cascos Blancos siempre son los primeros en llegar al lugar de la catástrofe, portando múltiples cámaras para atestiguar las realmente horribles consecuencias de la guerra.
Entre las imágenes más expandidas, destacan aquellas que muestran en primera plana, como la de sus miembros portando en sus brazos a los menores salvados.
Gracias a su labor audiovisual, y con ayuda de los grandes medios de información, esta organización rápidamente ganó popularidad entre el público común occidental.
Este documental, muestra a unos héroes con mayúsculas, una semilla de vida en un infierno incomprensible e inhumano, que el mundo no es capaz de parar... estos Cascos Blancos demuestran que hay gente buena que hace el bien a cualquier precio.
“Cualquier vida merece ser salvada, independientemente de quién sea, y qué piense o haga”, eso dicen este grupo de personas que lo dan todo... hasta su propia vida, por ayudar a los demás en medio del infierno.
El ritmo del metraje es vertiginoso, la acción caótica, y aun así, el mensaje es claro.
Contar una historia en estas circunstancias, no es sólo impresionante, sino importante.
The White Helmets muestra a hombres valientes, que luchan por la vida de otras personas, en su país, y sin armas.
Creo que en este ruido alrededor de los refugiados, es realmente difícil, escuchar la voz de las personas que realmente se quedan allí…
Gracias a este documental, se puede de alguna manera recuperar la confianza en el hecho de que hay buenas personas que luchan por la causa correcta, pero al mismo tiempo se preguntan:
¿Por qué todo esto está sucediendo, y cómo ocurren este tipo de situaciones?
También nos damos cuenta sobre su inexperiencia, muchos son constructores, sastres y profesionales en otros oficios, alejados de la guerra, que fueron volcados por las circunstancias.
Vemos cómo Turquía les ha brindado entrenamiento y ayuda logística para un mejor desempeño.
El documental es crudo, no puede ser de otra manera; pero no se recrea en la muerte, sino en la vida que surge en ese infierno.
Imágenes terroríficas de rescates, como “El Niño Milagro”, esa es la historia de Mahmud, un bebé de una semana de nacido, que Los Cascos Blancos rescataron de los escombros, luego de 16 horas de haber colapsado el edificio en que estaba.
Pero también hay hospitales, escuelas, celebraciones de matrimonio y mezquitas en zona roja; y los ataques aéreos con bombas de altísimo poder destructivo.
No queda más que honrar la enorme valentía de estos hombres, desinteresados, que se juegan la vida por ayudar a los demás.
En 40 minutos, uno queda literalmente con el corazón hecho un puño.
No obstante, tanto el gobierno de Siria como sus aliados, sobre todo Rusia, han acusado a la organización de tomar partido por el bando opositor en la guerra, y de colaborar estrechamente con grupos yihadistas como El Frente Al Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria.
También, de falsificar pruebas sobre supuestos bombardeos y rescates, y de ser “una organización creada por La OTAN, para demonizar a Siria y Rusia”
Al respecto, analistas occidentales señalan, que la organización de Raed, solo actúa en zonas controladas por yihadistas, y que ha sido utilizada con fines propagandísticos para precipitar un cambio de régimen en Siria.
Además de estar indudablemente financiada por gobiernos occidentales, Defensa Civil Siria, presta únicamente cobertura a las acciones del gobierno sirio y sus aliados, pasando por alto las violaciones de los derechos humanos cometidas por grupos yihadistas sobre la población civil, no sólo relacionadas con la guerra, sino con la imposición de La Sharia, o ley islámica en los lugares controlados por los rebeldes.
Como controversia, el documental solo muestra acciones de Los Cascos Blancos realizada sobre niños, además, los miembros que son entrevistados, muestran su amor por los niños en frases muy forzadas.
También vemos que, en prácticamente todas las imágenes que muestra el documental sobre las acciones de Los Cascos Blancos, tienen como protagonistas a niños.
En el caso del enemigo, nombran directamente a Rusia en varias ocasiones, en una de ellas, incluso los culpabiliza de bombardeos sobre escuelas y hospitales, nombrando como fuente a Médicos Sin Fronteras, cuando Médicos Sin Fronteras lo que dijo en los bombardeos del año pasado, es que no hay indicios que culpabilicen a Rusia de esos bombardeos, y si se refieren a los bombardeos más recientes de hospitales, Médicos Sin Fronteras dijo que fue un ataque de Arabia Saudí.
La realidad es que Médicos Sin Fronteras, en su momento ya desmintió que existiesen indicios de que los ataques fuesen realizados por parte de los rusos, pero ante el desconocimiento de occidente, se aprovecha para culpar a sus enemigos.
Es más, si se refiere a los ataques más recientes, Médicos Sin Fronteras indicó, que los ataques habían sido realizados por Arabia Saudí, aliada de esta organización, de los EEUU, y que tiene excelentes relaciones con España por su relación con la monarquía española, pero el tema de Arabia Saudí es otro aparte, y da para mucho.
Otro dato es que no dejan de poner a Rusia como “los malos de la película”, cuando es el único país que está haciendo un buen papel en cuanto a combatir el terrorismo, y lo siguen repitiendo a lo largo del documental.
El director de la organización, Raed Saleh, se ha opuesto a los bombardeos contra civiles, y se ha dirigido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otros organismos internacionales en varias ocasiones.
Pero en abril de 2016, los funcionarios de aduanas estadounidenses del aeropuerto Dulles, de Washington DC, negaron la entrada al país a Saleh, sin que La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, dependiente del Departamento de Seguridad Nacional, expusiera públicamente las razones, si bien, algunos analistas lo achacaron “a su condición de islamista radical”, justo cuando iba a recoger un premio a la labor humanitaria.
Respecto al mencionado apoyo mediático de Netflix, uno de los principales accionistas de Netflix, es la Capital Research Global Investors, compañía que a su vez comparte fondos de gigantes de la industria militar, como Lockheed Martin o Boeing.
Por si fuera poco, el nombre del magnate, George Soros, también se vio involucrado con una compra de 317.534 acciones de Netflix en 2015, por una suma de $32,79 millones, de las que se deshizo a mediados de septiembre.
Y el otro hecho curioso que nos deja The White Helmets, es el papel de la mujer:
Principalmente, no se habla en absoluto de la mujer, ni hay Cascos Blancos mujeres, solo se menciona en alguna ocasión, a esposas de algunos miembros, pero no la muestra, ni se informa de su situación.
En cambio, durante todo el documental, únicamente aparece una mujer en primer plano, durante algunos segundos, ocurre en uno de los campos de entrenamiento, y casi al final del mismo, cuando los voluntarios se van….
Sin embargo, como recogen varios medios de EEUU, la orden ejecutiva general del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sobre los refugiados y ciudadanos sirios, que les impide viajar a Estados Unidos, afectará a los voluntarios de Cascos Blancos representados en el documental nominado al premio de La Academia:
“Siempre hemos dicho que, si fuéramos nominados, llevaríamos a Raed Saleh, el líder de Los Cascos Blancos, y Khaled Khateeb, fotógrafo de La SCD, que arriesgó su vida, una y otra vez”, ha afirmado la productora del filme, Joanna Natasegara.
Ante las críticas recibidas, los voluntarios defienden que Los Cascos Blancos actúan “bajo el derecho humanitario, protocolo 62° del Convenio de Ginebra, y evitando los pronunciamientos políticos.
No tenemos miedo de que nos clasifiquen como terroristas, porque trabajamos en el marco del Convenio de Ginebra.
¿Es lógico preguntarle a alguien que ha sufrido un bombardeo, cuál es su religión o a que facción pertenece antes de salvarle la vida?”, dijo uno de los voluntarios.
Apadrinados por James Le Mesurier, un exmilitar británico, hoy experto en seguridad, Los Cascos Blancos trabajan también en territorios controlados por grupos terroristas, y reciben financiación, además de donaciones individuales y de colectivos, de los gobiernos de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda y Japón, además de contar con el apoyo de Turquía, especialmente para el entrenamiento de sus 3.200 miembros.
Con los fondos recaudados, compran sus equipos:
Sus famosos cascos blancos, que cuestan cerca de $150 cada uno.
En definitiva, cualquiera que sea su opinión sobre La Revolución Siria, Los Cascos Blancos están salvando almas.
Cuando las bombas llueven, La Defensa Civil Siria se apresura a entrar.
En un lugar donde los servicios públicos ya no funcionan, estos voluntarios desarmados, arriesgan sus vidas para ayudar a los necesitados, independientemente de su religión o política; operando en el lugar más peligroso de La Tierra.
En un punto del metraje, un personaje mira hacia el cielo, esperando el inevitable sonido de las bombas que se acercan…
Es un momento realmente conmovedor, y encapsula por qué The White Helmets es una película tan importante para ver.
Para la mayoría de nosotros, la realidad es la paz; para ellos, todos los días, es la guerra, y los bombardeos incesantes.
“ووفقا لفرنسا وتركيا، وقتل آخر في سوريا هو جريمة حرب”
(Según Francia y Turquía, la última masacre en Siria es un crimen de guerra)
En la mayor parte de las zonas donde el gobierno sirio ha perdido el control, los diferentes grupos rebeldes islamistas, como El Estado Islámico y Al Nusra, han instaurado un califato regido bajo una interpretación radical de La Sharia, la ley islámica.
La Guerra Civil en Siria, ha dejado para el 2015, más de 220.000 muertos, y la mayoría de las ciudades, se encontraban en un estado casi de devastación.
En diciembre de 2016, El Observatorio Sirio para Los Derechos Humanos, estimaba que el total de muertos, tanto civiles como combatientes de todos los bandos, era de entre 312.000 y 437.363 personas.
De acuerdo con las cifras del Alto Comisionado de Las Naciones Unidas para Los Refugiados, en Siria había 7,6 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras del país, en julio de 2015, mientras que según sus cálculos, 4 millones de refugiados, habían abandonado el país en las mismas fechas.
La Guerra de Siria, ha elevado el número de desplazados a escala mundial a su máximo nivel en los últimos 18 años, mientras que el 40% de la población está en una situación de crisis.
Se han usado armas químicas en repetidas ocasiones, y ambos bandos del conflicto, han sido acusados desde diversas organizaciones y gobiernos de cometer crímenes de guerra, y graves violaciones de los derechos humanos, así como también daños patrimoniales históricos.
Este cúmulo de atrocidades, han convertido al conflicto, en la más brutal crisis de La Primavera Árabe, y una de las peores guerras del siglo XXI.

“أي إنسان، لا يهم من أنت أو أي جانب أنت، إذا كنت بحاجة إلى مساعدة، فإننا حفظه يستحق”
(Cualquier ser humano, no importa quién sea ni de qué lado esté, si necesita ayuda, merece que lo salvemos)



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