Un Amour à Taire

“Je suis innocent!”
(¡Soy inocente!)

Las llamadas “vidas queer” que no pueden ser lloradas, se convierten en “víctimas queer”, de parte de un sistema que invisibiliza y margina la sexualidad “abyecta”
La cuestión de estas víctimas, en los respectivos casos de La Segunda Guerra Mundial, muy especialmente, son temas elididos, silenciados u olvidados por el canon y la memoria histórica.
Las ficciones producidas con posterioridad a los momentos históricos, contarían a través de sus temáticas, la situación de esas vidas.
La persecución de los homosexuales en la Alemania nazi, se fundamentó principalmente sobre la premisa de que “la homosexualidad era incompatible con la ideología nacionalsocialista, porque los homosexuales no se reproducían, y por tanto, no perpetuaban la raza aria”
La homosexualidad constituía entonces, una de las pruebas de degeneración racial que, además, se transmitía por vicio de unos individuos a otros; por ello, las autoridades debían poner todos los medios a su alcance para evitar su extensión.
Durante la ocupación alemana en Francia, durante La Segunda Guerra Mundial, los homosexuales fueron perseguidos por los nazis e internados en campos de concentración en colaboración del Régime de Vichy, que elaboró “listas rosas”
Así, tras la invasión nazi en 1940, Francia fue dividida en diversas zonas.
Los departamentos Norte y Paso de Calais, fueron colocados bajo el gobierno nazi en Bélgica.
El área del sudeste, fronterizo con Italia, fue entregada a Mussolini.
Los departamentos de Mosela, Bajo Rin y Alto Rin, aunque formalmente no fueron anexionadas por Alemania, a todos los efectos pasaron a formar parte del Reich bajo el nombre de “Alsacia-Lorena”
Allí, los homosexuales fueron tratados igual que en el resto de Alemania, y se han rastreado 22 juicios; cuyo caso más conocido, es el de Pierre Seel, uno de los pocos supervivientes del triángulo rosa, que ha contado su historia.
El resto de Francia, se dividía entre “La Zona Ocupada”, bajo administración militar alemana, y al sur “La Zona Libre”
El Jefe de Estado nominal de ambas zonas, era El General Henri Philippe Pétain, y aunque efectivamente solo tuvo poder real en La Zona Libre hasta 1942, cuando las tropas alemanas ocuparon el sur, mantuvo su cargo hasta el final de La Guerra.
A pesar de que el gobierno de Pétain apoyó la política de exterminio alemana, no hubo grandes persecuciones de homosexuales, tal como han demostrado en sus estudios:
Michel Celse, Pierre Zaoui y Michael D. Sibalis.
La homosexualidad, era legal en Francia desde 1810, hecho que no cambió tras la ocupación, a pesar de la modificación del artículo 334 del Código Penal, que elevaba la edad de consentimiento para relaciones homosexuales a los 21 años.
El cambio, se enmarcaba en un intento de “renovación de la moral” por parte del gobierno, que temía que los cadetes en los puertos de Brest, Toulon y Marsella, cayesen en la prostitución y la desmoralización.
La ley se mantuvo tras La Guerra, aunque como artículo 331, hasta su derogación, el 4 de agosto de 1982.
Las víctimas homosexuales del nazismo, no fueron “víctimas”, la criminalización de la homosexualidad en Alemania, continuó hasta el año 1969.
Los sobrevivientes, no pudieron dar testimonio; o en todo caso, debieron callar.
Porque ese tipo de diferencia continuó siendo sancionada.
En el caso de los sujetos homosexuales en situaciones de violencia y exterminio, particularmente en el ejemplo histórico en Francia, se trata de víctimas olvidadas, silenciadas, o elididas del canon histórico.
Sólo cuando, luego del inicio del movimiento gay-lésbico a nivel mundial, se retoman textos literarios y autobiográficos sobre la vida de los sujetos homosexuales, y ciertos testimonios lograron cruzar la barrera del olvido.
Y ya en los años 80, con el testimonio del alsaciano, Pierre Seel, estos textos se convierten en los primeros casos testimoniales sobre esta zona del canon histórico.
“Vous êtes la honte de la nouvelle France”
(Eres la vergüenza de la nueva Francia)
Un Amour à Taire es un drama bélico francés, del año 2005, dirigido por Christian Faure.
Protagonizado por Jérémie Renier, Louise Monot, Bruno Todeschini, Michel Jonasz, Charlotte de Turckheim, Nicolas Gob, Olivier Saladin, entre otros.
El guión es de Pascal Fontanille y Samantha Mazeras; y se basan libremente en el libro “Moi, Pierre Seel, déporté homosexuel” de Pierre Seel, publicado en 1994.
La película fue dedicada a Seel, que murió a los 82 años, en el mismo año que se hizo el film.
Traducida como “Un amor por ocultar”, es la 2ª película del director, Christian Faure, que trata de la homosexualidad; pues anteriormente había dirigido “Juste une question d'amour” (2000), una película para televisión, que narra una historia de amor entre 2 jóvenes.
Un Amour à Taire es una de las pocas películas sobre la deportación de homosexuales durante La Segunda Guerra Mundial, hechas completamente para ser proyectada por TV.
El tema de la película, se hizo eco del reconocimiento por el entonces Presidente Jacques Chirac, de la deportación de los homosexuales en Francia; y en abril de 2005, durante “La Journée Nationale du Souvenir des Victimes et des Héros de La Déportation” o “Día Nacional de Recuerdo a Las Víctimas y Héroes de La Deportación” dijo:
“En Alemania, pero también en territorio francés, hombres y mujeres cuya vida personal fue discriminada, estoy pensando en los homosexuales, fueron perseguidos, arrestados y deportados”
La acción de Un Amour à Taire, tiene lugar en Francia, durante La Segunda Guerra Mundial.
Estamos en 1942, los habitantes de París, viven uno de los momentos más intensos de su historia; pero el amor y la solidaridad, pueden conducir a la desesperación y a la injusticia.
Sarah Morgenstern (Louise Monot), Jean Lavandier (Jérémie Renier) y Philippe (Bruno Todeschini), intentan sobrevivir en el París ocupado por los nazis.
Sarah es judía, mientras Jean y Philippe son una pareja de homosexuales.
Cuando la familia de Sarah es asesinada por un contrabandista que los traicionó, mientras trataba de escapar a Inglaterra; ésta va a buscar a Jean, su amor de la adolescencia.
Pero ahora, Jean ha asumido su sexualidad, y mantiene una relación con Philippe.
No obstante, Sarah es acogida por la pareja, y se ocultará en casa de Philippe, quien gracias a sus contactos en la resistencia, podrá proporcionarle a Sarah una identidad falsa bajo el nombre de Yvonne Brunner.
Sin embargo, una mala decisión debido a los celos, tomada por el problemático hermano de Jean, Jacques (Nicolas Gob), hace que Jean sea acusado erróneamente de ser el amante de un oficial de la Wehrmacht
Así, Jacques terminará por denunciar la homosexualidad de su hermano, bajo un trato que no se cumplirá, y que desembocará en Jean, siendo deportado a un Campo de Concentración, ante el horror de su familia; mientras Philippe terminará por ser asesinado.
Todos los esfuerzos por obtener la liberación de Jean, por parte de Jacques, fracasan, mientras termina contrayendo matrimonio con la engañada Sarah, y Jean se enfrenta a los horrores de un Campo de Concentración.
Un Amour à Taire es una película imprescindible, para todo aquel que valora la libertad individual de amar y ser amado, sin condiciones; pero sobretodo, es una historia de amor, y un grito a la libertad, en el peor momento de la historia del siglo XX.
“Chaque nuit je rêve que je suis à toi”
(Cada noche sueño que soy tuyo)
Un Amour à Taire es una de esas raras películas que se animó a mostrar la deportación y aprisionamiento de homosexuales en Campos de Concentración durante la Francia ocupada de La Segunda Guerra Mundial.
Siendo un proyecto realizado directamente para la televisión, no dudando en mostrar los horrores sufridos por los prisioneros homosexuales de dichos campos.
Y tiene el agregado de ser un film de procedencia francesa, que lamentablemente no entró en la mercadotecnia comercial internacional de filmes, por lo que no es posible encontrarla con facilidad.
La historia está basada parcialmente en la novela de Pierre Seel, aunque la narración solo se inspira en esta, y toma las riendas para seguir una trama considerablemente diferente.
Ambientado en el París durante la ocupación nazi, muestra los violentos efectos de la criminalización en contra de la homosexualidad.
La historia empieza cuando Sarah escapa de una casa, después de que los nazis han asesinado a toda su familia.
Por la desesperación, trata de contactar a un viejo amigo, y también un amor platónico del pasado, Jean.
Así, Jean convence a su amante, Philippe, que oculte a Sarah, llevando a los 3 personajes, a vivir un extraño triángulo amoroso que termina en una profunda amistad.
Pero los problemas entre Jean y su hermano, Jacques, provocan el arresto del primero, con cargos de desviación sexual, tapados por los celos, pues Jacques está enamorado de Sarah, que no le corresponde; y el padre de los muchachos cedió el control de la lavandería, el negocio familiar, a Jean.
Por tanto, Sarah y Jacques, intentan la liberación de Jean, sin lograrlo por supuesto, pues Jean ha sido llevado al Campo de Concentración para cumplir “reeducación” y finalmente su condena a través de experimentación y lobotomía.
La narrativa, es densa, con fuertes cargas emocionales en escenas de amor, celos y violencia.
La primera parte, es una hermosa descripción de la relación entre Jean y Philippe, los retos de integrar a Sarah a su mundo secreto, y la cultura “queer underground” del París de la época.
La introducción de Jacques, marca una segunda parte, que se enfoca en la relación de éste con Sarah, su pasado violento, y su presente colaboracionista con el régimen de Vichy en la captura de judíos, y que causan los actos que sufre Jean mientras se encuentra en El Campo de Concentración.
Sin duda, Un Amour à Taire nos muestra los horrores puede llegar el ser humano en tiempos de guerra y necesidad, llegando a traicionar hermanos, destruir el alma de un ser humano, y todo en nombre del poder y la ambición personal.
Lo más elogiable, es que se trata de un proyecto para televisión, pero goza de una calidad cinematográfica muy alta, así como de interpretaciones memorables que bien la hacen digna de haber sido enviada a la gran pantalla.
Independientemente de la barbarie Nazi, que es más que evidente, interesa el análisis de la familia rota por los celos.
Cada uno de los miembros de la familia Lavandier, pasa por un elaborado viaje que define sus decisiones, y sus vidas.
Para el padre, supone la realización de sus errores, y de su mal juicio de carácter, llevándole a derrotar sus propios prejuicios.
Para Jacques, supone la autodestrucción derivada de celos irracionales que le hacen olvidar sus errores pasados, y le convierten en responsable del aterrador destino de su hermano, cuyo único escape será el suicidio.
La madre, el silencio como víctima pasiva de la sociedad patriarcal, manteniendo “la tranquilidad” del hogar a costa del sufrimiento de los demás.
Sarah, mujer judía, activa, es el objetivo a destruir por toda la maquinaria genocida a su alrededor, es la única que se juega el pellejo para salvar la vida de Jean.
Todos sus remordimientos, pierden intensidad en el momento en el que Jaques no recapacita, y comienza a manipular a Sarah para obtener su amor.
Formidable ironía que lleva a la joven judía, a ser la única superviviente, en una clara intención de abordar, en esta ocasión, el destino de muchos homosexuales durante La Segunda Guerra Mundial.
El resultado final, con algunas escenas verdaderamente sobrecogedoras, nos obliga a enfrentarnos a nuestra capacidad individual para realizar notables maldades, dados determinados casos.
Un Amour à Taire no pierde ritmo, no desatiende las distintas líneas argumentales, y es simplemente sobresaliente.
No obstante, hubo quienes dudan de la credibilidad referente e histórica de la película.
Se acusa a la película, de “apoyar la tesis de la expulsión de un homosexual orquestada por la Francia de Vichy, debido a que sólo se llevó a cabo en los territorios anexados por El Reich.
Además, no se aborda el hecho de hubo agentes alemanes homosexuales en Vichy, que es precisamente el caso de la película, y por tanto hace de la ficción, plausible”
Estas acusaciones sin firmar, parecen ignorar las explicaciones dadas por un homosexual alsaciano deportado, testigo y sobreviviente, Pierre Seel.
“Vous pouvez m'empêcher d'entrer.
Mais vous ne pouvez pas m'empêcher de me souvenir”
(Puedes impedirme entrar.
Pero no puedes evitar que lo recuerde)
Pierre Seel, es la única víctima francesa que ha testificado sobre su experiencia durante la deportación por homosexualidad durante La Segunda Guerra Mundial.
En 1939, cuando tenía 16 años, mientras se encontraba en unos jardines públicos, los Square Steinbach, conocidos por ser lugar de ligue para hombres; le robaron el reloj, un regalo que le había dado su abuela para su reciente comunión.
Al denunciar el robo a la policía, sin que él lo supiera, se añadió su nombre a la lista de homosexuales que mantenía la policía, pues la homosexualidad no había sido ilegal en Francia desde 1792, y sólo fue recriminalizada por El Régimen de Vichy, en 1942.
Por tanto, el 3 de mayo de 1941, Seel fue arrestado; torturado y violado con una regla de madera rota; y luego enviado a la cárcel de la ciudad, antes de ser transferido, el 13 de mayo de 1941, al Campo de Schirmeck-Vorbrück, a 30km al oeste de Estrasburgo.
Su traje de prisionero, estaba marcado con una barra azul, que indicaba a los prisioneros católicos y asociales, en vez del conocido “triángulo rosa”, que no se empleaba en Schirmeck.
El 6 de noviembre de 1941, después de meses de hambruna, malos tratos y trabajos forzados, Pierre Seel fue liberado sin explicación, y declarado ciudadano alemán.
Karl Buck, Comandante del Campo, le hizo jurar silencio sobre sus experiencias allí.
A pesar de todo lo que tuvo que soportar, Seel todavía se vio atacado en las décadas de 1980 y 1990, recibiendo incluso amenazas de muerte.
Después de aparecer en la televisión nacional, fue atacado y golpeado por unos jóvenes.
Seel declaró haberse sorprendido de que no fuesen “skinheads”, sino más bien burgueses, gritando insultos homófobos.
En 2003, Seel recibió finalmente el reconocimiento oficial como “víctima del Holocausto” del programa de ayuda a las víctimas nazis de La Organización Internacional de Migración.
Ese mismo año, también se formó la asociación “Les Oublié de la Mémoire” o “Los Olvidados de La Memoria” para reivindicar las víctimas gais y lesbianas durante la ocupación nazi.
Hoy, aunque el pueblo francés no es tan tolerante como el Benelux, Escandinavia, España, Andorra, o su antigua colonia en América, como la provincia canadiense de Quebec, en general, ve la homosexualidad como un asunto privado, pero por ese mismo motivo, se espera que permanezca en el ámbito privado.
En 2015, el 71% de los franceses, veían con buenos ojos la homosexualidad, también hay que destacar, que Bertrand Delanoë, Alcalde de París, es un homosexual reconocido, y el primer político francés en decirlo abiertamente.
Eso es algo histórico, que de fijo no se borrará de la historia.

“Avez-vous pensé à lui?”
(¿Has pensado en él?)



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