Imitation of Life
“How do you tell a child that she was born to be hurt?”
¿Puede una hija destrozar la vida de su madre, por el simple hecho de haber nacido negra?
Desde el comienzo del siglo XX hasta que La Corte Suprema dictaminó en Loving v. Virginia (1967), numerosos estados del sur de EEUU, aprobaron leyes que imponían una “regla de una gota”, que requería que las personas de ascendencia africana conocida, se clasificaran en registros como “negro”
Solo el blanco y el negro fueron reconocidos como categorías raciales, y los negros fueron restringidos por las leyes de segregación racial.
Virginia aprobó una “regla de una gota” en 1924.
De ello escribió Fannie Hurst, una novelista estadounidense y escritora de cuentos cortos, cuyas obras fueron muy populares durante la era posterior a La Primera Guerra Mundial.
Su trabajo combinaba temas románticos y sentimentales, con temas sociales de la época, como los derechos de las mujeres y las relaciones raciales; siendo una de las escritoras más leídas del siglo XX, y durante la década de 1920, fue una de las escritoras estadounidenses mejor pagadas.
Hurst, también apoyó activamente una serie de causas sociales, incluido el feminismo, la igualdad afroamericana, y los programas del New Deal.
La gran popularidad de sus obras, le dio un gran estatus de celebridad; también tomó medidas para publicitarse a sí misma, con el propósito de promover tanto su escritura como las causas activistas que abrazó; y fue entrevistada frecuentemente sobre sus puntos de vista sobre temas relacionados con el amor, el matrimonio y la familia.
Combinando el sentimentalismo con el realismo social, la ficción de Hurst se enfoca en las mujeres de clase trabajadora y de clase media, incluidas inmigrantes estadounidenses que intentan equilibrar las expectativas sociales y las necesidades económicas con sus propios deseos de realización.
Muchos personajes de Hurst, hombres y mujeres, son personas que trabajan tratando de elevarse por encima de su clase; y sus temas son asuntos de mujeres expresados a menudo en mitos de sacrificio, sufrimiento y amor.
Para los lectores que no están familiarizados con la vida de la ciudad, las experiencias de Hurst le permitieron crear representaciones precisas de la contemporánea ciudad de New York y, en sus obras posteriores, al Medio Oeste.
A menudo, ella se ocupó de un tema considerado “atrevidamente franco y terrenal” para su época, incluido el embarazo no casado, las relaciones extramatrimoniales, y la homosexualidad; y su trabajo ha sido criticado por depender en gran medida de estereotipos, que incluyen:
El alcohólico, el egotista, la rica dama ensimismada, la puta de corazón dorado, la valiente esposa, la virgen de mente pura, y el honesto burgués.
Las mujeres en las obras de Hurst, generalmente son victimizadas de alguna manera por actitudes preconcebidas o discriminación social y económica, incluido el acoso sexual, la discriminación de género, y la discriminación por edad.
Aunque las mujeres de Hurst a menudo tienen trabajos, la seguridad económica para las mujeres se retrata típicamente como viniendo a través del matrimonio, o a veces por ser una amante bien remunerada de un hombre rico.
Las mujeres, cuyas relaciones no cumplen con estos estándares, o que persiguen un tipo de relación amorosa sin beneficios económicos, sufren privaciones o se enfrentan a una tragedia.
Las situaciones de las mujeres, a menudo empeoran por su propia pasividad, un rasgo que deplora Hurst;
Un final feliz a menudo no ocurre, u ocurre debido a fuerzas externas en lugar de los propios esfuerzos de la mujer afligida.
Hurst, también se centró en describir las vidas interiores de las mujeres, y cómo las elecciones de vida de sus personajes femeninos, son impulsadas por sentimientos y pasiones que a menudo no pueden articular o explicar.
Aunque sus novelas, como “Imitation of Life” (1933), perdieron popularidad con el tiempo a partir de la década de 2000; en su tiempo se agotaron y fueron “best sellers” cuando se publicaron por primera vez, y fueron traducidos a muchos idiomas.
“Imitation of Life” (1933) fue muy popular, y ahora se considera su novela más conocida y famosa.
Contaba la historia de 2 madres solteras, una blanca y una afroamericana, que se asocian en un exitoso negocio de gofres y restaurantes, siguiendo el modelo de la mezcla de tortitas “Aunt Jemima” de Quaker Oats Company; y tienen conflictos con sus hijas adolescentes.
La inspiración de Hurst para el libro, fue su propia amistad con la autora afroamericana, Zora Neale Hurston; sin embargo, “Imitation of Life” (1933) y las 2 películas basadas en el libro, provocaron controversia debido al tratamiento de los personajes afroamericanos, incluyendo una figura “mammy” romántica, y una “mulata trágica” que rechaza a su madre amorosa para pasar a ser blanca.
A partir de finales de la década de 1930, los críticos ya no tomaban a la escritora en serio, y algunas veces expresaban su frustración por la continua popularidad de su trabajo frente a las malas críticas.
En la era posterior a La Segunda Guerra Mundial, fue considerada simplemente como “un autor popular que escribió para y sobre las clases trabajadoras”; y se convirtió en un objetivo favorito de los parodistas, incluido Langston Hughes, quien parodiaba su novela de temática racial de “Imitation of Life” como “Limitation of Life”
Su propio editor, Kenneth McCormick, la describió como una “artista bastante cursi” pero una “maravillosa narradora”; y también fue llamada “La Reina de Las Hermanas Sob”, “Hermana sollozante”, término utilizado a principios del siglo XX para reporteros que escribieron historias sentimentales de interés humano, diseñadas para evocar una respuesta emocional de las lectoras.
Hurst reconoció, que ella no era “una querida de los críticos”, pero dijo:
“Tengo una gran audiencia popular, y me calienta como un horno”
La novela “Imitation of Life” (1933) continúa provocando controversia, ya que algunos la interpretan como un estereotipo de mano dura; mientras que otros la ven como una sátira y comentario más sutil y subversivo sobre raza, sexo y la clase social en los Estados Unidos de principios del siglo XX.
En ese momento, Peola fue descrita como un “negro de piel clara”; la gente no se refirió a la historia de las relaciones entre europeos y africanos que produjeron tales descendientes mestizos
Fannie Hurst murió el 23 de febrero de 1968, en su apartamento en la ciudad de New York, después de una breve enfermedad.
Su obituario fue portada de The New York Times; y tanto la novela como las películas, han permanecido profundamente arraigadas en la conciencia estadounidense.
“I'll get the things I want out of life, one way or another... from one man to another!”
Imitation of Life es un drama del año 1959, dirigido por Douglas Sirk.
Protagonizado por Lana Turner, John Gavin, Susan Kohner, Sandra Dee, Dan O'Herlihy, Robert Alda, Juanita Moore, Mahalia Jackson, Terry Burnham, Karin Dicker, Troy Donahue, entre otros.
El guión es de Eleanore Griffin y Allan Scott; basados en la novela homónima de Fannie Hurst, que trata temas de raza, clase y género.
Esta película, supone la 2ª ocasión en la que la novela es llevada al cine, después que en 1934 lo hiciera el director John M. Stahl, con Claudette Colbert en el papel principal.
Douglas Sirk, había leído la novela de Fannie Hurst antes de dirigir la película, pero no había visto “Imitation of Life” (1934)
Irónicamente, la película anterior se acerca mucho más a la trama de la novela que este remake; y para entonces, no había leído la novela, y esperaba el guión que le proporcionaron los guionistas.
Aunque no le entusiasmó, sí adivinó sus posibilidades de convertirse en un éxito de taquilla; además, no podía dejar de reconocer que le parecían atractivos unos personajes tan a la deriva y, por otro lado, era consciente de poder sacar jugo melodramático al conflicto de razas que plantea la película.
De hecho Sirk, desde un principio se propuso criticar tanto la actitud racista imperante de los blancos, como la falta de una toma de conciencia por parte de los negros y, en este sentido se puede considerar su última película, como una de las más críticas hacia la sociedad de EEUU de los años 50.
No obstante, Sirk propone en su discurso la abstracción a otros niveles:
El autoconocimiento, la aceptación de la realidad, la necesidad de vivir y no de “imitar” los arquetipos…
Y es que Douglas Sirk es un director de cine que realiza críticas, e intenta generar un mensaje para el público a través de sus personajes, sus historias, sus conflictos, sus vidas sociales y estados económicos; por lo que en sus obras en general, uno puede ver claramente que a Douglas le gustan las historias románticas con personajes de distinto estatus social , haciendo siempre hincapié en la mujer adinerada y el hombre humilde, que generalmente es el galán de la película, como por ejemplo, el recientemente fallecido John Gavin, interpretando a Steve Archer.
“Todo, incluso la vida, está inevitablemente alejado de ti.
No puedes alcanzar, ni tocar, la realidad.
Sólo ves reflejos.
Si tratas de asir la felicidad, tus dedos únicamente encuentran una superficie de vidrio, toda vez que la felicidad no tiene una existencia propia y, probablemente, no existe más que en tu interior”, dijo Douglas Sirk.
Esta versión de Imitation of Life, está considerada como la mejor película de Sirk; y es su última película de Hollywood, antes de retirarse a su Alemania natal.
El productor, Ross Hunter, por su parte insistió en mantener una producción generosa, a pesar de un presupuesto ajustado; y siempre usaba flores reales en los sets, y las joyas también eran reales, provistas por Laykin et Cie.; y aquí se tasaron en $1 millón; porque Ross Hunter tenía fama de mimar a sus estrellas femeninas; y durante el rodaje, envió flores y regalos al camerino de Lana Turner regularmente.
Ella también tenía una limusina y un conductor a su disposición.
Además de esto, se instaló un sistema de música en su camerino, y Hunter incluso contrató a alguien para que lo operara.
No obstante, Universal encontró cierta resistencia a la promoción de la película, y adaptó su campaña de publicidad para El Sur de EEUU.
Un representante de un estudio fue citado diciendo:
“Los sureños blancos evitan las películas que se publicitan, como que lidian con el problema racial”
El 2 de febrero de 1959, Hollywood Reporter reimprimió el siguiente cable enviado por la editora de LA Tribune, Almena Lomac, a numerosas publicaciones “blancas”:
“Imitation of Life es una calumnia contra la raza negra.
Calumnia a nuestros hijos y a la madre negra, y debe ser prohibido en interés de la unidad nacional, la armonía, la paz, la decencia y el respeto interracial.
El Tribune se niega a hacer publicidad de él en el área de Los Ángeles, y pide a la NAACP que la condene, se oponga y lo retire”
El resultado de este boicot, no se conoce…
Por su parte, Juanita Moore y Susan Kohner, estuvieron nominadas al Oscar a la mejor actriz secundaria por sus interpretaciones en esta película.
Esto hizo que la película fuera la más taquillera de Universal hasta ese momento, y la película más exitosa de Lana Turner.
Su trato por la mitad de las ganancias, la mantuvo económicamente cómoda para el resto de su vida, particularmente después de que el 5° marido, Fred May, invirtiera gran parte del dinero en bienes raíces.
Imitation of Life se rodó en Hollywood, Sunset Boulevard, Aquarius Theatre, y Los Angeles, California, EEUU.
La acción tiene lugar en New York, en 2 tiempos:
1947 y 1958, separados por 10 años.
Lora Meredith (Lana Turner), es una actriz viuda, buscando a su hija Susie (Terry Burnham/Sandra Dee) en una playa de Coney Island en 1947.
Allí conoce a una mujer negra, Annie Johnson (Juanita Moore), y su hija Sarah Jane (Karin Dicker/Susan Kohner), una mulata de aspecto prácticamente blanco.
Como no tenían donde alojarse, Lora contrata a Annie como criada, aunque se encuentra en una situación económica apurada, y ésta con sus mañas, la ayuda a salir adelante.
Entonces Lora empieza una relación con Steve Archer (John Gavin), un fotógrafo que conoció en la playa el día de la desaparición de Susie.
Poco después, la suerte la sonríe, y se convierte en una actriz famosa de comedias, pero la ambición de Lora por conseguir el éxito, destroza la relación con Archer, y la separa de su hija, que se ampara en Annie que la cuida como una madre.
Pero a su vez, Annie tendrá problemas con su propia hija, que intenta por todos los medios, que la gente no sepa que es “medio negra”
Imitation of Life es el melodrama por antonomasia; y recrea a seres vivos, sensibles, con debilidades y con grandes fortalezas; y a nosotros nos resulta muy fácil identificarnos con ellos, sobre todo, cuando conseguimos entender que es en el fuero interno donde radica la grandeza y el halo de divinidad que posee todo ser humano.
Esto es Sirk en estado puro, en el que los espejos funcionan de nuevo como metáfora de una sociedad que hace de la doble moral su sustento, y de unos seres en el fondo desamparados, que buscan asideros.
Todo ello envuelto en un prodigio de elegancia en la puesta en escena y un irrepetible dominio dramático; un filme que nos exulta y que guarda la esperanza de despertar la conciencia de aquellos que todavía la tienen adormecida.
“You weren't being colored, you were just being childish”
A lo largo de la década de los años 50 del siglo pasado, en Hollywood, el director Douglas Sirk, comenzó a encadenar un éxito tras otro, gracias a una serie de melodramas considerados hoy en día, objetos de culto.
La mayoría de estas películas, fueron producidas por Ross Hunter, un avispado directivo de Universal, que en 1958 le ofreció a Sirk dirigir el “remake” de la película del mismo nombre que había realizado John M. Sthal en 1934, en la que éste gran maestro había conseguido una de las mejores interpretaciones de Claudette Colbert.
Douglas Sirk, ya había decidido dejar los EEUU cuando acepta la realización de la obra, en la que ve una oportunidad de hacer un análisis crítico de la sociedad de EEUU del momento; al modo que mejor saber hacer:
Un melodrama, cuidado y estilizado, que exagera los aspectos menos verosímiles del relato, exalta sentimientos comunes, amor, odio, egolatría, dominación, etc., y roza el folletín, sin caer en él gracias a la seriedad, altura y elegancia de la dirección.
Pese a centrar la atención en 4 mujeres, no se ajusta a lo que se conoce como “película de mujeres”, subgénero al que el film supera en trascendencia, profundidad y visión general de los temas que trata.
Sirk explora, con afanes de objetividad y desde la distancia, la sociedad de EEUU de finales de los 50, en la que identifica síntomas de inseguridades, represiones y violencia.
Halla, además, bolsas de pobreza extrema, personas sin techo, nuevas formas de explotación de los débiles, como el trato doméstico esclavista de afroamericanos, racismo agresivo, como el novio que se ensaña a golpes con la novia cuando averigua que es mulata; corrupción y abusos generalizados en importantes grupos sociales, especialmente el mundo del espectáculo; una cultura que sobrevalora el éxito económico, la fama y el materialismo, el destino de perdedores que se reserva a las personas que anteponen los sentimientos y la honradez a la ambición, la hipocresía de la doble moral, la intolerancia de la diferencia, etc.
La vida sin afecto, cariño, generosidad, honradez y amor a los demás y de los demás, puede ser un sucedáneo de la vida o una vana imitación de la misma, pero no es vida.
El realizador sitúa en el trasfondo del relato una visión amarga y crítica de la realidad, que es la que le lleva a abandonar los EEUU para regresar al país natal, donde permanece alejado del éxito, la fama y la fortuna.
Imitation of Life, comienza con una lluvia de diamantes que lentamente van cubriendo la pantalla, mientras una orquesta de violines, violonchelos y la melódica voz de Earl Grant, suenan en el fondo:
“Qué es el amor sin la entrega?
Sin amor sólo se vive una imitación, una imitación de la vida”
Es una frase descaradamente romántica, y dicta desde los créditos iniciales, el tipo de filme que estamos a punto de presenciar, además del género al que pertenece.
Imitation of Life fue un notorio éxito de taquilla, que fue repudiado por la crítica en su estreno, en un claro ejemplo de melodrama al exaltar la emotividad e histrionismo de sus personajes, y acentuar lo sórdido de la historia que les une.
La historia sigue a 2 madres y sus respectivas hijas:
Lora Meredith, una actriz aspirante que eventualmente obtiene la fama y riqueza que desea; su hija Susie quien cae enamorada del futuro esposo de su madre; Annie, una mujer pobre y de raza negra, que es recibida en casa de las Meredith junto a su resentida hija, Sarah Jane, quien rechaza su raza, y tiene la piel lo suficientemente clara para pasar cómo blanca, y constantemente reprende a su madre.
Apelando con frecuencia a la manipulación del espectador, la película trata en parte sobre las relaciones familiares, y las formas variadas en que estas se tensionan y deterioran con el paso del tiempo y el egoísmo:
Lora abandona a su hija por su carrera, Sarah Jane odia a su madre por su legado racial, Susie desea a su padrastro para sí misma, y cómo venganza contra su ausente madre.
El sufrimiento es la moneda común del género, y llevarlo a los extremos resulta particularmente provechoso para incitar una respuesta emocional más intensa de la audiencia.
Annie Johnson, la mucama de Lora, que Lora recogió en la playa, es negra.
Y en esa época, década de 1950, los Estados Unidos eran un país muy racista.
Incluso en New York, Annie acepta con resignación el lugar que los blancos le han reservado.
Pero Sarah Jane, su hija, es casi blanca, puede pasar por blanca, y oculta lo que es:
Niega su raza y a su madre, aunque no es insensible, y quiere a Annie.
Además, siente como una injusticia su condición de pobre, “hija de una mucama”
Ese es el segundo núcleo narrativo:
El racismo y la desigualdad social.
A partir de estos 2 núcleos dramáticos o narrativos, la película presenta 4 personajes centrales y sus conflictos; 4 puntos de vista:
Lora Meredith que, como ya se dijo, debe elegir entre el amor y su exitosa carrera actriz.
Annie Johnson, que sufre porque su hija se avergüenza de ella, y de ser negra.
Sarah Jane Johnson, hija de Annie, sufre doblemente por no ser blanca, y por ser pobre.
Al negar lo que es, va a realizar una mala imitación de la blanca y exitosa Lora Meredith.
Al querer formar pareja con un muchacho blanco, descubierta su raza, va a ser brutalmente golpeada.
Al tratar de ganarse la vida en el espectáculo, a diferencia de Lora Meredith, que es una actriz muy prestigiosa, va a bailar en tugurios...
Y Susie Meredith, hija de Lora, se enamora de Steve, la pareja de su madre.
Pero es en este uso de la exageración, que el melodrama resulta verdaderamente fascinante, no sólo por el morbo humano al que apela, sino además, por qué la brusquedad y falta de sutileza en su narración, deja un amplio espacio para la subversión y la ironía, características ambas del melodrama crepuscular, hacia finales de los 50, e inicios de los 60.
Sirk logra una producir una fuerte muestra de cine sensorial, lágrimas, risas… sin perder de vista su violenta crítica, en problemas raciales y económicos de la sociedad de EEUU de los 50, y de la condición humana en el siglo XX.
En el filme de Sirk, es horrible ser negro en EEUU, una pesadilla.
La adolescente que trata pasar por blanca, recuerda al judío que trata de pasar en la Alemania Nazi:
En el momento en que sea descubierto, no hay solución; o bien, en la comunidad LGBTI.
Sirk, nacido en una Alemania, que tuvo que abandonar en 1937 por sus afiliaciones políticas, y por su esposa judía, encuentra en EEUU problemáticas circundantes, que claramente escapan del territorio, y que responden a un orden social basado en la superioridad relativa de unas personas frente a otras.
Sus hijas, entonces, heredan tanto sus problemas como sus posiciones culturales y sociales:
Susie, eventualmente obtendrá toda la riqueza material que su madre amalgamó, pero también obtiene de ella su temperamento romántico y marcadamente elitista, pobreza espiritual, enamorándose de Steve, el futuro marido de su madre.
Aquel es un problema que Sarah Jane añora, pero esta es enfrentada por las mismas limitaciones y agresiones que su madre:
Sarah sale con un joven hombre blanco que le cree de su misma raza, y al ser descubierta como negra, es brutalmente golpeada en un callejón por salirse de su espacio cultural.
Sarah resiente a su madre constantemente por su aceptación de aquel espacio, pero esta irónicamente es recipiente de una vida más apacible y cálida por aceptar su “lugar”
Sarah es castigada por su brecha de las reglas culturales de la peor manera, recibiendo tanto una pobreza del mundo material como del mundo espiritual; en el primero, viéndose obligada a trabajar como bailarina exótica para obtener dinero, y en el segundo, colapsando emocionalmente en el funeral de su madre, a quien desea pedirle perdón en vida, pero nunca lo logra.
La versión de 1959 de la novela Imitation of Life, fue significativamente cambiada con respecto al libro original y a la versión de 1934.
En la historia original, el personaje de Lora se convierte en una afamada cocinera, gracias a las recetas de Annie y, como resultado de ello, se convierte en una rica mujer de negocios; mientras su sirvienta negra, Annie, es desplazada de todo el éxito culinario de Lora.
Pero el director Douglas Sirk, y los guionistas Eleanore Griffin y Allan Scott, pensaron que no sería aprobada por el movimiento afroamericano que por entonces se encontraba en plena lucha con El Caso Brown v. Board of Education, y el boicot a autobuses de Montgomery, la discriminación racial y las desigualdades, donde un hombre negro se había sentado en el autobús en las plazas reservadas a los blancos.
Por ello, decidieron que Lora fuese una estrella de Broadway, mientras que Annie sería tan solo la criada y niñera de la hija de Lora.
El vestuario de Lana Turner en Imitation of Life, costó el millón de dólares, lo que supuso uno de los vestuarios más caros de la historia del cine en su tiempo.
Lo genial, lo estimulante del relato, es que poco a poco comienza a expandirse sin perder jamás su núcleo central, su esencia, la que vendría siendo una suerte de “tragedia americana”, algo muy amplio pero a la vez íntimo, humano.
Con una acotada historia de 2 mujeres que buscan estabilidad en compañía de sus hijas, Sirk nos sumerge en la realidad del país, o al menos en una versión simbólica de la misma.
Si al inicio pareciera ser que nos encontramos ante una historia protagonizada exclusivamente por Lana Turner, y cómo debe enfrentar sus sueños con sus amores, o la autenticidad de los afectos versus la prosperidad material; no tardamos en darnos cuenta que el relato se libera de toda atadura argumental, cuyo entramado está muy bien construido, por lo demás, y que destaca por la sutileza con que trata sus tramas más reconocibles, para desarrollar un personal e íntimo retrato social y moral del “sueño americano”, la sociedad, etc.
Y es que Imitation of life no es un simple e inocuo enredo amoroso, nunca es simple e inocuo con el bueno de Sirk, nunca es meramente algo amoroso en tanto pura seducción:
Para Sirk, el amor es mucho más complejo, si desde el mismo inicio demuestra su vena desgarradora, tratando temas como el color de la piel, el cual no está necesariamente enfocado al racismo, aunque hay personajes racistas y momentos profundamente indignantes producto de ello, por ejemplo:
Si la hija de Juanita Moore, la amiga negra de Lana Turner, hecho que no supone diferencia alguna para ella y su hija, quiere renegar de su madre negra, y fingir tener ascendencia blanca, ella misma es casi blanca de piel, no es primordialmente por desagrado al color, como porque siendo blanca, aparentemente, su vida sería más sencilla.
La vida de Lana Turner no es sencilla, pero es distinta, y sus dramas también apuntan a temas distintos, y sorprende, aunque no lo digo como reproche, el “limitado” rol de John Gavin, 10 años más joven que su pareja Lana Turner.
La interpretación del galán John Gavin, que no mantiene el pulso con la Turner al lado, a ratos, parece perdido, como si la memorable rubia le causara demasiado respeto en las distancias cortas.
Por ello, Douglas Sirk trabajó suavemente con sus actores.
En lugar de dictar la forma en que se debería reproducir una escena, se llevaría a cada actor a un lado, le sugerirá lo que quería, y le preguntaría cómo se sentía al respecto…
Lana Turner, a sus 38 años lucía espectacular que, para sí quisieran muchas de 20.
La belleza de la actriz de Idaho, se muestra con total intención a lo largo de la historia, colaborando junto a una soberbia interpretación en el brillante resultado final.
Sin duda, es ella, junto a la californiana Juanita Moore, responsable de la carga dramática del film; porque la película se centra en las luchas de las madres e hijas.
Como dato, Imitation of Life fue la primera película de Lana Turner desde un escándalo muy público que involucró a Turner y su hija Cheryl Crane.
El año anterior, Crane, de 14 años, había apuñalado fatalmente al novio de Turner, Johnny Stompanato.
Stompanato, parte de la infame pandilla de Mickey Cohen, había estado golpeando a Turner, y el tribunal dictaminó que las acciones de Crane eran homicidios justificables.
No obstante, el asesinato y el posterior escándalo, crearon una brecha entre Turner y su hija, y amenazaron seriamente con terminar con la carrera cinematográfica de Turner.
Sin embargo, Turner canalizó el dolor de su experiencia en esta película.
Demostró ser financiera y críticamente exitosa, y sirvió como un vehículo de regreso para la actriz.
Debido al gran interés del público en la primera película de Lana Turner después del escándalo de Johnny Stompanato, el productor Ross Hunter lanzó el set a la prensa el primer día de rodaje; incluso organizaron una conferencia de prensa con la estipulación de que Turner no respondería ninguna pregunta sobre el caso…
Lana Turner recibió un salario mucho menor que sus habituales $25,000 por semana, y trabajó para el 50% de las ganancias de la película, lo que le valió más de $2 millones, estableciendo un récord para una actriz en ese momento.
A pesar de que tiene el 2° papel más importante en la película, Juanita Moore fue elegida 7°en los créditos, detrás de los actores con papeles mucho más pequeños.
¿Racismo?
Como una forma de compensación, se le atribuye el crédito:
“Y la presentación de Juanita Moore como Annie Johnson”, a pesar de que ya había aparecido en muchas películas, pero ese crédito no se incluyó en la publicidad de la película.
Aunque muchas actrices, la mayoría blancas, fueron evaluadas para el papel de Sarah Jane en el remake de 1959, Susan Kohner, hija de la actriz Lupita Tovar, nacida en México, y Paul Kohner, un inmigrante judío checo, obtuvo el papel, haciendo su debut.
Como curiosidad, Mientras Sarah Jane baila sola en su habitación, se ve una foto de Bobby Darin, quien más tarde se casó con su coprotagonista, Sandra Dee.
La destacada cantante de góspel, Mahalia Jackson, recibió la factura “presentación de” en su única escena, interpretando una versión de “Trouble Of The World” en el funeral de Annie.
La estrella de la música, aparece solo como solista del coro de la iglesia, al final del filme; y esa escena del funeral, cuando Mahalia Jackson comenzó a cantar, perdió el control y huyó a su casa rodando en lágrimas…
Cuando ningún argumento pudo convencerla de regresar a la iglesia, y filmar la escena, su mujer de maquillaje la abofeteó en la cara, sacándola de su histeria.
Luego regresó al escenario, y completó la escena perfectamente.
Se le puede achacar que lamentablemente, el film fracasa en su discurso conciliador, para convertirse en un manual completísimo de discriminación racial de lo más gracioso.
Hay una secuencia que marca está idea de una forma acentuada:
Ocurre cuando Lora encuentra a su hija Susie con una lastimadura en su brazo.
Annie, la servil amiga de Lora, le comenta a ésta, que su hija Sarah Jane, intentando ver qué diferencias hay entre la sangre de una persona de raza blanca y una de raza negra, accidentalmente le cortó la muñeca del brazo a Susie.
Inmediatamente después, la escena siguiente muestra, cómo en un día con mucha nieve, Annie le lleva botas de un color rojo intenso a su hija al colegio.
También vemos en primer plano un grifo para incendios de un rojo sospechoso, sumado a éste, vemos el primer plano de un cártel de color rojo, y a su vez, una gran cantidad de arreglos navideños rojos que pululan por el colegio de Sarah Jane.
Ésta puesta en serie, que insiste con el color rojo, no hace más que contradecir todo lo dicho en la escena anterior por Lora:
“La sangre sí importa” y tanto, que las escenas subsiguientes se llenan de un rojo tan intenso que subrayan casi exageradamente dicha idea.
Pero el momento de racismo más exacerbado ocurre cuando el novio de Sarah Jane, ya habiendo pasado 10 años de la situación anterior, al enterarse de que ella es hija de una negra, la humilla, la golpea, y la deja tirada en el barro.
En esta escena, se conjugan 2 ideas interesantes y siniestras, pero no por ello menos aleccionadoras:
La primera surge de la puesta en escena, ya que durante la golpiza, el reflejo de Sarah Jane en el vidrio de una tienda en alquiler, parece sugerir que ella es prostituta.
La segunda idea viene de la mando de lo más curioso del film:
Sarah Jane es sin duda una persona de raza blanca, pero la película deja en claro, que ni siquiera eso es suficiente para bajar la guardia de la burguesía discriminadora:
“Si eres hija de negra, si por tu sangre corren los ritmos y genes negros, tendrás que terminar en la bajeza del mundo, en alquiler y revolcada en el barro”
Este concepto es contrastado, con la única opción viable que propone la película para la gente de raza negra:
La servidumbre.
La puesta en serie de las escenas, lo sugiere sin remordimientos.
Luego de la escena de humillación de Sarah Jane, vemos a su madre feliz, masajeándole los pies a su patrona de la forma más natural…
La perversión de Imitation of Life, llega a su límite en el final de la película, cuando se propone a la muerte como ente igualador.
Durante el entierro de Annie, ella que fue tan correcta, religiosa y servil, tiene la oportunidad de viajar en un féretro adornado con flores blancas, acarreado por 4 caballos blancos.
A pesar de ser negra, Annie puede ascender a los cielos siendo blanca...
Y mientras la carroza que la lleva se desplaza, blancos y negros vestidos todos por igual, del más simple color negro, la ven marchar.
Sin duda, una versión neo-nacista del Yin y el Yan.
Tal como los diamantes negros que se cuelan en la lluvia ostentosa de diamantes brillantes en la secuencia inicial de créditos, la película muy en el fondo, pareciera plantear como la vida de la gente de raza negra es esa “imitación de la vida”
De esta manera, de la forma más pueril, la vida se aparece como aquello puramente burgués.
La vida es de los blancos, y sólo la muerte, que todo lo iguala, es de todos.
Las justificaciones vienen dadas por escenas, desde los créditos iniciales:
Los diamantes negros que se cuelan en los diamantes brillantes que se acumulan ostentosamente; la música que habla sobre “la imitación de la vida”; y la cantidad de los diamantes sugieren ser una imitación; Lora desconfía que Sarah Jane es hija de Annie, apenas se conocen; la escena con la muñeca negra, que termina en el piso, maltratada y dejada de lado, como luego le sucedería a Sarah con el novio blanco; la escena de Annie con Lora, ambas hablan como grandes amigas, ambas se emocionan, y a continuación vemos el comercial de Lora, en el que le pone antipulgas a un perro... la escena de la comparación de la sangre entre Sarah Jane y Susie, y la siguiente escena muestra gran cantidad de objetos de color rojo.
¿De qué color es Jesús?
¡Blanco!
Aparece una estrella fugaz, y solo los blancos alcanzan a verla.
La escena de la pelea de Sarah Jane con su novio, y la música con ritmos negros, reflejo de Sarah Jane en un local en alquiler; y luego de la escena de pelea con su novio, la vemos a Annie muy servicial masajeando los pies de Lora…
Sarah Jane en el cabaret, vemos elementos de teatralidad, los hombres mayores y feos se burlan y se ríen de ella; y en la sala principal de la casa de Lora, tiene paredes blancas y piso negro…
Por último, la escena de funeral de Annie:
Cajón de Annie cubierto con flores blancas, caballos blancos acarreándola.
La gente vestida todo de negro; y en los créditos finales:
Los actores negros diferenciados, aparecen al final.
Por otro lado, hay una faceta no muy luminosa de la rubia Lana Turner, y es su tendencia a cegarse con el brillo.
Esto le pasará factura, y le estará bien empleado, poniendo en entredicho este sistema que te anima a alcanzar La Luna para ser alguien, y que si la alcanzas, te lo habrás dejado prácticamente todo por el camino.
Y en eso está el segundo pilar de la película:
El exceso de ambición se paga caro.
Y volvemos a lo de la imposibilidad de conciliar vida familiar y laboral.
No simplemente porque los machos alfa no acepten la valía de las mujeres si ésta iguala o supera las suyas propias, sino porque ellas no podrán estar al lado de sus hijos todo el tiempo que éstos necesitan.
Y eso no lo compensan los regalos caros, los colegios pijos, ni las conferencias telefónicas a larga distancia.
Los 2 temas principales del drama de Sirk, subrayan la soledad, el dolor y las carencias que siempre acompañan a quienes les es negado disfrutar del verdadero amor, tanto porque el cruel dedo público les señala por ser de un color marginado, o porque si se es una mujer fuerte, inteligente y dotada, una se quedará sola en la cumbre.
Pero sobre todo, compatibilizó los excesos de esa imitación, casi falseamiento de la existencia, con la agudeza terrenal de la reflexión realista sobre el concepto de éxito, la aceptación de uno mismo, la emancipación de la mujer y las asperezas del rol maternal.
La banda sonora de Frank Skinner, con aportaciones de Henri Mancini, no acreditado, envuelve la narración en melodías, 13 temas de gran nivel, donde destaca “Succes Montage”, que en sucesivos planos sonoros describe el ascenso gradual de la protagonista en 1948/57.
Y Mahalia Jackson que canta el espiritual negro “Trouble Of The World”, en el que posiblemente es el momento más emotivo del film.
“Our wedding day, and the day we die are the great events of life”
La familia es el espacio donde se puede enseñar a gestionar con naturalidad los conceptos de libertad e igualdad, que se concretan en valores como la autonomía y la responsabilidad.
Aquél que no aprende a ser autónomo y responsable en el seno familiar original, suele tener dificultades para organizar su posición social e incluso política.
Debemos recordar, que el incremento de autonomía de los hijos disminuye al mismo tiempo la responsabilidad de los padres, de manera que parece un proceso de vasos comunicantes, donde uno se compensa con el otro.
Como hemos señalado, el racismo representa el síntoma de una tensión entre posiciones divergentes mal gestionadas y mal resueltas; además, parece probable y por eso más triste, que las manifestaciones racistas puedan incrementarse si no sabemos ofrecer condiciones óptimas para la resolución de esas tensiones en el espacio público.
A pesar que la mayoría de nosotros piensa y siente que no tiene prejuicios raciales, la verdad es que vivimos en un mundo en el que hay tensiones por algo que vamos a llamar “racismo”
Ninguno de nosotros ha nacido ni crecido, ni menos ha sido educado en un espacio libre de prejuicios contra grupos culturales diferentes al propio, sean estos minoritarios o mayoritarios.
Esos prejuicios discriminadores, fundamentalmente con fines de explotación económica que llamamos “racismo” nos compromete a todos.
Es, evidentemente, la intolerancia por “el diferente” el punto crucial de esta situación, y tiene mucho de patológico.
Las personas con la autoestima pobre, y que incluso tienen alteraciones en el pensamiento, son aquellas que podemos catalogar como “racistas”
Ellas dividen el mundo entre “los que son como uno”, y “los diferentes”, adjudicando a esos diferentes un valor, un precio, que en realidad muestra lo pequeño que se sienten ante sí mismos.
Pero lo más increíble y doloroso es cuando este acto se da con los propios hijos, con los nietos o los sobrinos, dándoles a sus propios familiares, un desprecio que puede ser más o menos evidente.
En estos casos, el niño inscribirá en su mente y en su alma, para el resto de su vida, que él es el diferente, y por ello, el excluido.
Cuántas veces en nuestra propia casa hemos escuchado frases como estas:
“Felizmente nació blanquita y no trigueña como la madre”, “Cásate con un gringo para mejorar la raza”, “Es lindo pero es morochito”…
A nuestro alrededor tenemos familiares, amigos o personas queridas que se expresan con cierto desagrado hacia personas que ellos entienden como “diferentes” sobre todo si se trata de un tema de raza.
Este maltrato, aparentemente camuflado para que los chicos no se den cuenta, se hace evidente en los simples comentarios, en las críticas, en los silencios y en las ausencias.
Los niños que crecen en este contexto, terminan desarrollando profundos complejos, y en su vida adulta repitiendo esta situación.
Nada más doloroso que el desprecio de los padres a un hijo por su piel, por su raza, por su existencia.
Y sin embargo, esto es sumamente frecuente en los hogares.
Con todo, como la familia sigue y seguirá siendo un espacio privilegiado de aprendizaje y entrenamiento de las habilidades sociales, merece la pena el esfuerzo para que enseñe a identificar y alertar sobre los peligros que entraña todo tipo de discriminación en lo público, y en lo político.
Hasta ahí la responsabilidad colectiva de la sociedad, incluida la clase política y los medios de comunicación; pero esa responsabilidad debe trasladarse a lo íntimo, a partir de las propuestas planteadas, y de otras seguramente más innovadores y eficaces.
El desarrollo de una intervención sistemática y rigurosa sobre la familia, para aumentar su capacidad en la gestión de los valores, y en especial, en aquellos contravalores que no generan duda como en el caso del racismo, debe convertirse en una prioridad de los programas de actuación de las fuerzas sociales y políticas.
Limitando en exclusiva esa responsabilidad al ámbito de la escuela es, además de una grave insensatez, un síntoma de miopía política de nuestra sociedad.
Más aún, cuando el racismo “evolucionó” en homofobia para la comunidad LGBTI.
“You don't know what it means to be... different...”
¿Puede una hija destrozar la vida de su madre, por el simple hecho de haber nacido negra?
Desde el comienzo del siglo XX hasta que La Corte Suprema dictaminó en Loving v. Virginia (1967), numerosos estados del sur de EEUU, aprobaron leyes que imponían una “regla de una gota”, que requería que las personas de ascendencia africana conocida, se clasificaran en registros como “negro”
Solo el blanco y el negro fueron reconocidos como categorías raciales, y los negros fueron restringidos por las leyes de segregación racial.
Virginia aprobó una “regla de una gota” en 1924.
De ello escribió Fannie Hurst, una novelista estadounidense y escritora de cuentos cortos, cuyas obras fueron muy populares durante la era posterior a La Primera Guerra Mundial.
Su trabajo combinaba temas románticos y sentimentales, con temas sociales de la época, como los derechos de las mujeres y las relaciones raciales; siendo una de las escritoras más leídas del siglo XX, y durante la década de 1920, fue una de las escritoras estadounidenses mejor pagadas.
Hurst, también apoyó activamente una serie de causas sociales, incluido el feminismo, la igualdad afroamericana, y los programas del New Deal.
La gran popularidad de sus obras, le dio un gran estatus de celebridad; también tomó medidas para publicitarse a sí misma, con el propósito de promover tanto su escritura como las causas activistas que abrazó; y fue entrevistada frecuentemente sobre sus puntos de vista sobre temas relacionados con el amor, el matrimonio y la familia.
Combinando el sentimentalismo con el realismo social, la ficción de Hurst se enfoca en las mujeres de clase trabajadora y de clase media, incluidas inmigrantes estadounidenses que intentan equilibrar las expectativas sociales y las necesidades económicas con sus propios deseos de realización.
Muchos personajes de Hurst, hombres y mujeres, son personas que trabajan tratando de elevarse por encima de su clase; y sus temas son asuntos de mujeres expresados a menudo en mitos de sacrificio, sufrimiento y amor.
Para los lectores que no están familiarizados con la vida de la ciudad, las experiencias de Hurst le permitieron crear representaciones precisas de la contemporánea ciudad de New York y, en sus obras posteriores, al Medio Oeste.
A menudo, ella se ocupó de un tema considerado “atrevidamente franco y terrenal” para su época, incluido el embarazo no casado, las relaciones extramatrimoniales, y la homosexualidad; y su trabajo ha sido criticado por depender en gran medida de estereotipos, que incluyen:
El alcohólico, el egotista, la rica dama ensimismada, la puta de corazón dorado, la valiente esposa, la virgen de mente pura, y el honesto burgués.
Las mujeres en las obras de Hurst, generalmente son victimizadas de alguna manera por actitudes preconcebidas o discriminación social y económica, incluido el acoso sexual, la discriminación de género, y la discriminación por edad.
Aunque las mujeres de Hurst a menudo tienen trabajos, la seguridad económica para las mujeres se retrata típicamente como viniendo a través del matrimonio, o a veces por ser una amante bien remunerada de un hombre rico.
Las mujeres, cuyas relaciones no cumplen con estos estándares, o que persiguen un tipo de relación amorosa sin beneficios económicos, sufren privaciones o se enfrentan a una tragedia.
Las situaciones de las mujeres, a menudo empeoran por su propia pasividad, un rasgo que deplora Hurst;
Un final feliz a menudo no ocurre, u ocurre debido a fuerzas externas en lugar de los propios esfuerzos de la mujer afligida.
Hurst, también se centró en describir las vidas interiores de las mujeres, y cómo las elecciones de vida de sus personajes femeninos, son impulsadas por sentimientos y pasiones que a menudo no pueden articular o explicar.
Aunque sus novelas, como “Imitation of Life” (1933), perdieron popularidad con el tiempo a partir de la década de 2000; en su tiempo se agotaron y fueron “best sellers” cuando se publicaron por primera vez, y fueron traducidos a muchos idiomas.
“Imitation of Life” (1933) fue muy popular, y ahora se considera su novela más conocida y famosa.
Contaba la historia de 2 madres solteras, una blanca y una afroamericana, que se asocian en un exitoso negocio de gofres y restaurantes, siguiendo el modelo de la mezcla de tortitas “Aunt Jemima” de Quaker Oats Company; y tienen conflictos con sus hijas adolescentes.
La inspiración de Hurst para el libro, fue su propia amistad con la autora afroamericana, Zora Neale Hurston; sin embargo, “Imitation of Life” (1933) y las 2 películas basadas en el libro, provocaron controversia debido al tratamiento de los personajes afroamericanos, incluyendo una figura “mammy” romántica, y una “mulata trágica” que rechaza a su madre amorosa para pasar a ser blanca.
A partir de finales de la década de 1930, los críticos ya no tomaban a la escritora en serio, y algunas veces expresaban su frustración por la continua popularidad de su trabajo frente a las malas críticas.
En la era posterior a La Segunda Guerra Mundial, fue considerada simplemente como “un autor popular que escribió para y sobre las clases trabajadoras”; y se convirtió en un objetivo favorito de los parodistas, incluido Langston Hughes, quien parodiaba su novela de temática racial de “Imitation of Life” como “Limitation of Life”
Su propio editor, Kenneth McCormick, la describió como una “artista bastante cursi” pero una “maravillosa narradora”; y también fue llamada “La Reina de Las Hermanas Sob”, “Hermana sollozante”, término utilizado a principios del siglo XX para reporteros que escribieron historias sentimentales de interés humano, diseñadas para evocar una respuesta emocional de las lectoras.
Hurst reconoció, que ella no era “una querida de los críticos”, pero dijo:
“Tengo una gran audiencia popular, y me calienta como un horno”
La novela “Imitation of Life” (1933) continúa provocando controversia, ya que algunos la interpretan como un estereotipo de mano dura; mientras que otros la ven como una sátira y comentario más sutil y subversivo sobre raza, sexo y la clase social en los Estados Unidos de principios del siglo XX.
En ese momento, Peola fue descrita como un “negro de piel clara”; la gente no se refirió a la historia de las relaciones entre europeos y africanos que produjeron tales descendientes mestizos
Fannie Hurst murió el 23 de febrero de 1968, en su apartamento en la ciudad de New York, después de una breve enfermedad.
Su obituario fue portada de The New York Times; y tanto la novela como las películas, han permanecido profundamente arraigadas en la conciencia estadounidense.
“I'll get the things I want out of life, one way or another... from one man to another!”
Imitation of Life es un drama del año 1959, dirigido por Douglas Sirk.
Protagonizado por Lana Turner, John Gavin, Susan Kohner, Sandra Dee, Dan O'Herlihy, Robert Alda, Juanita Moore, Mahalia Jackson, Terry Burnham, Karin Dicker, Troy Donahue, entre otros.
El guión es de Eleanore Griffin y Allan Scott; basados en la novela homónima de Fannie Hurst, que trata temas de raza, clase y género.
Esta película, supone la 2ª ocasión en la que la novela es llevada al cine, después que en 1934 lo hiciera el director John M. Stahl, con Claudette Colbert en el papel principal.
Douglas Sirk, había leído la novela de Fannie Hurst antes de dirigir la película, pero no había visto “Imitation of Life” (1934)
Irónicamente, la película anterior se acerca mucho más a la trama de la novela que este remake; y para entonces, no había leído la novela, y esperaba el guión que le proporcionaron los guionistas.
Aunque no le entusiasmó, sí adivinó sus posibilidades de convertirse en un éxito de taquilla; además, no podía dejar de reconocer que le parecían atractivos unos personajes tan a la deriva y, por otro lado, era consciente de poder sacar jugo melodramático al conflicto de razas que plantea la película.
De hecho Sirk, desde un principio se propuso criticar tanto la actitud racista imperante de los blancos, como la falta de una toma de conciencia por parte de los negros y, en este sentido se puede considerar su última película, como una de las más críticas hacia la sociedad de EEUU de los años 50.
No obstante, Sirk propone en su discurso la abstracción a otros niveles:
El autoconocimiento, la aceptación de la realidad, la necesidad de vivir y no de “imitar” los arquetipos…
Y es que Douglas Sirk es un director de cine que realiza críticas, e intenta generar un mensaje para el público a través de sus personajes, sus historias, sus conflictos, sus vidas sociales y estados económicos; por lo que en sus obras en general, uno puede ver claramente que a Douglas le gustan las historias románticas con personajes de distinto estatus social , haciendo siempre hincapié en la mujer adinerada y el hombre humilde, que generalmente es el galán de la película, como por ejemplo, el recientemente fallecido John Gavin, interpretando a Steve Archer.
“Todo, incluso la vida, está inevitablemente alejado de ti.
No puedes alcanzar, ni tocar, la realidad.
Sólo ves reflejos.
Si tratas de asir la felicidad, tus dedos únicamente encuentran una superficie de vidrio, toda vez que la felicidad no tiene una existencia propia y, probablemente, no existe más que en tu interior”, dijo Douglas Sirk.
Esta versión de Imitation of Life, está considerada como la mejor película de Sirk; y es su última película de Hollywood, antes de retirarse a su Alemania natal.
El productor, Ross Hunter, por su parte insistió en mantener una producción generosa, a pesar de un presupuesto ajustado; y siempre usaba flores reales en los sets, y las joyas también eran reales, provistas por Laykin et Cie.; y aquí se tasaron en $1 millón; porque Ross Hunter tenía fama de mimar a sus estrellas femeninas; y durante el rodaje, envió flores y regalos al camerino de Lana Turner regularmente.
Ella también tenía una limusina y un conductor a su disposición.
Además de esto, se instaló un sistema de música en su camerino, y Hunter incluso contrató a alguien para que lo operara.
No obstante, Universal encontró cierta resistencia a la promoción de la película, y adaptó su campaña de publicidad para El Sur de EEUU.
Un representante de un estudio fue citado diciendo:
“Los sureños blancos evitan las películas que se publicitan, como que lidian con el problema racial”
El 2 de febrero de 1959, Hollywood Reporter reimprimió el siguiente cable enviado por la editora de LA Tribune, Almena Lomac, a numerosas publicaciones “blancas”:
“Imitation of Life es una calumnia contra la raza negra.
Calumnia a nuestros hijos y a la madre negra, y debe ser prohibido en interés de la unidad nacional, la armonía, la paz, la decencia y el respeto interracial.
El Tribune se niega a hacer publicidad de él en el área de Los Ángeles, y pide a la NAACP que la condene, se oponga y lo retire”
El resultado de este boicot, no se conoce…
Por su parte, Juanita Moore y Susan Kohner, estuvieron nominadas al Oscar a la mejor actriz secundaria por sus interpretaciones en esta película.
Esto hizo que la película fuera la más taquillera de Universal hasta ese momento, y la película más exitosa de Lana Turner.
Su trato por la mitad de las ganancias, la mantuvo económicamente cómoda para el resto de su vida, particularmente después de que el 5° marido, Fred May, invirtiera gran parte del dinero en bienes raíces.
Imitation of Life se rodó en Hollywood, Sunset Boulevard, Aquarius Theatre, y Los Angeles, California, EEUU.
La acción tiene lugar en New York, en 2 tiempos:
1947 y 1958, separados por 10 años.
Lora Meredith (Lana Turner), es una actriz viuda, buscando a su hija Susie (Terry Burnham/Sandra Dee) en una playa de Coney Island en 1947.
Allí conoce a una mujer negra, Annie Johnson (Juanita Moore), y su hija Sarah Jane (Karin Dicker/Susan Kohner), una mulata de aspecto prácticamente blanco.
Como no tenían donde alojarse, Lora contrata a Annie como criada, aunque se encuentra en una situación económica apurada, y ésta con sus mañas, la ayuda a salir adelante.
Entonces Lora empieza una relación con Steve Archer (John Gavin), un fotógrafo que conoció en la playa el día de la desaparición de Susie.
Poco después, la suerte la sonríe, y se convierte en una actriz famosa de comedias, pero la ambición de Lora por conseguir el éxito, destroza la relación con Archer, y la separa de su hija, que se ampara en Annie que la cuida como una madre.
Pero a su vez, Annie tendrá problemas con su propia hija, que intenta por todos los medios, que la gente no sepa que es “medio negra”
Imitation of Life es el melodrama por antonomasia; y recrea a seres vivos, sensibles, con debilidades y con grandes fortalezas; y a nosotros nos resulta muy fácil identificarnos con ellos, sobre todo, cuando conseguimos entender que es en el fuero interno donde radica la grandeza y el halo de divinidad que posee todo ser humano.
Esto es Sirk en estado puro, en el que los espejos funcionan de nuevo como metáfora de una sociedad que hace de la doble moral su sustento, y de unos seres en el fondo desamparados, que buscan asideros.
Todo ello envuelto en un prodigio de elegancia en la puesta en escena y un irrepetible dominio dramático; un filme que nos exulta y que guarda la esperanza de despertar la conciencia de aquellos que todavía la tienen adormecida.
“You weren't being colored, you were just being childish”
A lo largo de la década de los años 50 del siglo pasado, en Hollywood, el director Douglas Sirk, comenzó a encadenar un éxito tras otro, gracias a una serie de melodramas considerados hoy en día, objetos de culto.
La mayoría de estas películas, fueron producidas por Ross Hunter, un avispado directivo de Universal, que en 1958 le ofreció a Sirk dirigir el “remake” de la película del mismo nombre que había realizado John M. Sthal en 1934, en la que éste gran maestro había conseguido una de las mejores interpretaciones de Claudette Colbert.
Douglas Sirk, ya había decidido dejar los EEUU cuando acepta la realización de la obra, en la que ve una oportunidad de hacer un análisis crítico de la sociedad de EEUU del momento; al modo que mejor saber hacer:
Un melodrama, cuidado y estilizado, que exagera los aspectos menos verosímiles del relato, exalta sentimientos comunes, amor, odio, egolatría, dominación, etc., y roza el folletín, sin caer en él gracias a la seriedad, altura y elegancia de la dirección.
Pese a centrar la atención en 4 mujeres, no se ajusta a lo que se conoce como “película de mujeres”, subgénero al que el film supera en trascendencia, profundidad y visión general de los temas que trata.
Sirk explora, con afanes de objetividad y desde la distancia, la sociedad de EEUU de finales de los 50, en la que identifica síntomas de inseguridades, represiones y violencia.
Halla, además, bolsas de pobreza extrema, personas sin techo, nuevas formas de explotación de los débiles, como el trato doméstico esclavista de afroamericanos, racismo agresivo, como el novio que se ensaña a golpes con la novia cuando averigua que es mulata; corrupción y abusos generalizados en importantes grupos sociales, especialmente el mundo del espectáculo; una cultura que sobrevalora el éxito económico, la fama y el materialismo, el destino de perdedores que se reserva a las personas que anteponen los sentimientos y la honradez a la ambición, la hipocresía de la doble moral, la intolerancia de la diferencia, etc.
La vida sin afecto, cariño, generosidad, honradez y amor a los demás y de los demás, puede ser un sucedáneo de la vida o una vana imitación de la misma, pero no es vida.
El realizador sitúa en el trasfondo del relato una visión amarga y crítica de la realidad, que es la que le lleva a abandonar los EEUU para regresar al país natal, donde permanece alejado del éxito, la fama y la fortuna.
Imitation of Life, comienza con una lluvia de diamantes que lentamente van cubriendo la pantalla, mientras una orquesta de violines, violonchelos y la melódica voz de Earl Grant, suenan en el fondo:
“Qué es el amor sin la entrega?
Sin amor sólo se vive una imitación, una imitación de la vida”
Es una frase descaradamente romántica, y dicta desde los créditos iniciales, el tipo de filme que estamos a punto de presenciar, además del género al que pertenece.
Imitation of Life fue un notorio éxito de taquilla, que fue repudiado por la crítica en su estreno, en un claro ejemplo de melodrama al exaltar la emotividad e histrionismo de sus personajes, y acentuar lo sórdido de la historia que les une.
La historia sigue a 2 madres y sus respectivas hijas:
Lora Meredith, una actriz aspirante que eventualmente obtiene la fama y riqueza que desea; su hija Susie quien cae enamorada del futuro esposo de su madre; Annie, una mujer pobre y de raza negra, que es recibida en casa de las Meredith junto a su resentida hija, Sarah Jane, quien rechaza su raza, y tiene la piel lo suficientemente clara para pasar cómo blanca, y constantemente reprende a su madre.
Apelando con frecuencia a la manipulación del espectador, la película trata en parte sobre las relaciones familiares, y las formas variadas en que estas se tensionan y deterioran con el paso del tiempo y el egoísmo:
Lora abandona a su hija por su carrera, Sarah Jane odia a su madre por su legado racial, Susie desea a su padrastro para sí misma, y cómo venganza contra su ausente madre.
El sufrimiento es la moneda común del género, y llevarlo a los extremos resulta particularmente provechoso para incitar una respuesta emocional más intensa de la audiencia.
Annie Johnson, la mucama de Lora, que Lora recogió en la playa, es negra.
Y en esa época, década de 1950, los Estados Unidos eran un país muy racista.
Incluso en New York, Annie acepta con resignación el lugar que los blancos le han reservado.
Pero Sarah Jane, su hija, es casi blanca, puede pasar por blanca, y oculta lo que es:
Niega su raza y a su madre, aunque no es insensible, y quiere a Annie.
Además, siente como una injusticia su condición de pobre, “hija de una mucama”
Ese es el segundo núcleo narrativo:
El racismo y la desigualdad social.
A partir de estos 2 núcleos dramáticos o narrativos, la película presenta 4 personajes centrales y sus conflictos; 4 puntos de vista:
Lora Meredith que, como ya se dijo, debe elegir entre el amor y su exitosa carrera actriz.
Annie Johnson, que sufre porque su hija se avergüenza de ella, y de ser negra.
Sarah Jane Johnson, hija de Annie, sufre doblemente por no ser blanca, y por ser pobre.
Al negar lo que es, va a realizar una mala imitación de la blanca y exitosa Lora Meredith.
Al querer formar pareja con un muchacho blanco, descubierta su raza, va a ser brutalmente golpeada.
Al tratar de ganarse la vida en el espectáculo, a diferencia de Lora Meredith, que es una actriz muy prestigiosa, va a bailar en tugurios...
Y Susie Meredith, hija de Lora, se enamora de Steve, la pareja de su madre.
Pero es en este uso de la exageración, que el melodrama resulta verdaderamente fascinante, no sólo por el morbo humano al que apela, sino además, por qué la brusquedad y falta de sutileza en su narración, deja un amplio espacio para la subversión y la ironía, características ambas del melodrama crepuscular, hacia finales de los 50, e inicios de los 60.
Sirk logra una producir una fuerte muestra de cine sensorial, lágrimas, risas… sin perder de vista su violenta crítica, en problemas raciales y económicos de la sociedad de EEUU de los 50, y de la condición humana en el siglo XX.
En el filme de Sirk, es horrible ser negro en EEUU, una pesadilla.
La adolescente que trata pasar por blanca, recuerda al judío que trata de pasar en la Alemania Nazi:
En el momento en que sea descubierto, no hay solución; o bien, en la comunidad LGBTI.
Sirk, nacido en una Alemania, que tuvo que abandonar en 1937 por sus afiliaciones políticas, y por su esposa judía, encuentra en EEUU problemáticas circundantes, que claramente escapan del territorio, y que responden a un orden social basado en la superioridad relativa de unas personas frente a otras.
Sus hijas, entonces, heredan tanto sus problemas como sus posiciones culturales y sociales:
Susie, eventualmente obtendrá toda la riqueza material que su madre amalgamó, pero también obtiene de ella su temperamento romántico y marcadamente elitista, pobreza espiritual, enamorándose de Steve, el futuro marido de su madre.
Aquel es un problema que Sarah Jane añora, pero esta es enfrentada por las mismas limitaciones y agresiones que su madre:
Sarah sale con un joven hombre blanco que le cree de su misma raza, y al ser descubierta como negra, es brutalmente golpeada en un callejón por salirse de su espacio cultural.
Sarah resiente a su madre constantemente por su aceptación de aquel espacio, pero esta irónicamente es recipiente de una vida más apacible y cálida por aceptar su “lugar”
Sarah es castigada por su brecha de las reglas culturales de la peor manera, recibiendo tanto una pobreza del mundo material como del mundo espiritual; en el primero, viéndose obligada a trabajar como bailarina exótica para obtener dinero, y en el segundo, colapsando emocionalmente en el funeral de su madre, a quien desea pedirle perdón en vida, pero nunca lo logra.
La versión de 1959 de la novela Imitation of Life, fue significativamente cambiada con respecto al libro original y a la versión de 1934.
En la historia original, el personaje de Lora se convierte en una afamada cocinera, gracias a las recetas de Annie y, como resultado de ello, se convierte en una rica mujer de negocios; mientras su sirvienta negra, Annie, es desplazada de todo el éxito culinario de Lora.
Pero el director Douglas Sirk, y los guionistas Eleanore Griffin y Allan Scott, pensaron que no sería aprobada por el movimiento afroamericano que por entonces se encontraba en plena lucha con El Caso Brown v. Board of Education, y el boicot a autobuses de Montgomery, la discriminación racial y las desigualdades, donde un hombre negro se había sentado en el autobús en las plazas reservadas a los blancos.
Por ello, decidieron que Lora fuese una estrella de Broadway, mientras que Annie sería tan solo la criada y niñera de la hija de Lora.
El vestuario de Lana Turner en Imitation of Life, costó el millón de dólares, lo que supuso uno de los vestuarios más caros de la historia del cine en su tiempo.
Lo genial, lo estimulante del relato, es que poco a poco comienza a expandirse sin perder jamás su núcleo central, su esencia, la que vendría siendo una suerte de “tragedia americana”, algo muy amplio pero a la vez íntimo, humano.
Con una acotada historia de 2 mujeres que buscan estabilidad en compañía de sus hijas, Sirk nos sumerge en la realidad del país, o al menos en una versión simbólica de la misma.
Si al inicio pareciera ser que nos encontramos ante una historia protagonizada exclusivamente por Lana Turner, y cómo debe enfrentar sus sueños con sus amores, o la autenticidad de los afectos versus la prosperidad material; no tardamos en darnos cuenta que el relato se libera de toda atadura argumental, cuyo entramado está muy bien construido, por lo demás, y que destaca por la sutileza con que trata sus tramas más reconocibles, para desarrollar un personal e íntimo retrato social y moral del “sueño americano”, la sociedad, etc.
Y es que Imitation of life no es un simple e inocuo enredo amoroso, nunca es simple e inocuo con el bueno de Sirk, nunca es meramente algo amoroso en tanto pura seducción:
Para Sirk, el amor es mucho más complejo, si desde el mismo inicio demuestra su vena desgarradora, tratando temas como el color de la piel, el cual no está necesariamente enfocado al racismo, aunque hay personajes racistas y momentos profundamente indignantes producto de ello, por ejemplo:
Si la hija de Juanita Moore, la amiga negra de Lana Turner, hecho que no supone diferencia alguna para ella y su hija, quiere renegar de su madre negra, y fingir tener ascendencia blanca, ella misma es casi blanca de piel, no es primordialmente por desagrado al color, como porque siendo blanca, aparentemente, su vida sería más sencilla.
La vida de Lana Turner no es sencilla, pero es distinta, y sus dramas también apuntan a temas distintos, y sorprende, aunque no lo digo como reproche, el “limitado” rol de John Gavin, 10 años más joven que su pareja Lana Turner.
La interpretación del galán John Gavin, que no mantiene el pulso con la Turner al lado, a ratos, parece perdido, como si la memorable rubia le causara demasiado respeto en las distancias cortas.
Por ello, Douglas Sirk trabajó suavemente con sus actores.
En lugar de dictar la forma en que se debería reproducir una escena, se llevaría a cada actor a un lado, le sugerirá lo que quería, y le preguntaría cómo se sentía al respecto…
Lana Turner, a sus 38 años lucía espectacular que, para sí quisieran muchas de 20.
La belleza de la actriz de Idaho, se muestra con total intención a lo largo de la historia, colaborando junto a una soberbia interpretación en el brillante resultado final.
Sin duda, es ella, junto a la californiana Juanita Moore, responsable de la carga dramática del film; porque la película se centra en las luchas de las madres e hijas.
Como dato, Imitation of Life fue la primera película de Lana Turner desde un escándalo muy público que involucró a Turner y su hija Cheryl Crane.
El año anterior, Crane, de 14 años, había apuñalado fatalmente al novio de Turner, Johnny Stompanato.
Stompanato, parte de la infame pandilla de Mickey Cohen, había estado golpeando a Turner, y el tribunal dictaminó que las acciones de Crane eran homicidios justificables.
No obstante, el asesinato y el posterior escándalo, crearon una brecha entre Turner y su hija, y amenazaron seriamente con terminar con la carrera cinematográfica de Turner.
Sin embargo, Turner canalizó el dolor de su experiencia en esta película.
Demostró ser financiera y críticamente exitosa, y sirvió como un vehículo de regreso para la actriz.
Debido al gran interés del público en la primera película de Lana Turner después del escándalo de Johnny Stompanato, el productor Ross Hunter lanzó el set a la prensa el primer día de rodaje; incluso organizaron una conferencia de prensa con la estipulación de que Turner no respondería ninguna pregunta sobre el caso…
Lana Turner recibió un salario mucho menor que sus habituales $25,000 por semana, y trabajó para el 50% de las ganancias de la película, lo que le valió más de $2 millones, estableciendo un récord para una actriz en ese momento.
A pesar de que tiene el 2° papel más importante en la película, Juanita Moore fue elegida 7°en los créditos, detrás de los actores con papeles mucho más pequeños.
¿Racismo?
Como una forma de compensación, se le atribuye el crédito:
“Y la presentación de Juanita Moore como Annie Johnson”, a pesar de que ya había aparecido en muchas películas, pero ese crédito no se incluyó en la publicidad de la película.
Aunque muchas actrices, la mayoría blancas, fueron evaluadas para el papel de Sarah Jane en el remake de 1959, Susan Kohner, hija de la actriz Lupita Tovar, nacida en México, y Paul Kohner, un inmigrante judío checo, obtuvo el papel, haciendo su debut.
Como curiosidad, Mientras Sarah Jane baila sola en su habitación, se ve una foto de Bobby Darin, quien más tarde se casó con su coprotagonista, Sandra Dee.
La destacada cantante de góspel, Mahalia Jackson, recibió la factura “presentación de” en su única escena, interpretando una versión de “Trouble Of The World” en el funeral de Annie.
La estrella de la música, aparece solo como solista del coro de la iglesia, al final del filme; y esa escena del funeral, cuando Mahalia Jackson comenzó a cantar, perdió el control y huyó a su casa rodando en lágrimas…
Cuando ningún argumento pudo convencerla de regresar a la iglesia, y filmar la escena, su mujer de maquillaje la abofeteó en la cara, sacándola de su histeria.
Luego regresó al escenario, y completó la escena perfectamente.
Se le puede achacar que lamentablemente, el film fracasa en su discurso conciliador, para convertirse en un manual completísimo de discriminación racial de lo más gracioso.
Hay una secuencia que marca está idea de una forma acentuada:
Ocurre cuando Lora encuentra a su hija Susie con una lastimadura en su brazo.
Annie, la servil amiga de Lora, le comenta a ésta, que su hija Sarah Jane, intentando ver qué diferencias hay entre la sangre de una persona de raza blanca y una de raza negra, accidentalmente le cortó la muñeca del brazo a Susie.
Inmediatamente después, la escena siguiente muestra, cómo en un día con mucha nieve, Annie le lleva botas de un color rojo intenso a su hija al colegio.
También vemos en primer plano un grifo para incendios de un rojo sospechoso, sumado a éste, vemos el primer plano de un cártel de color rojo, y a su vez, una gran cantidad de arreglos navideños rojos que pululan por el colegio de Sarah Jane.
Ésta puesta en serie, que insiste con el color rojo, no hace más que contradecir todo lo dicho en la escena anterior por Lora:
“La sangre sí importa” y tanto, que las escenas subsiguientes se llenan de un rojo tan intenso que subrayan casi exageradamente dicha idea.
Pero el momento de racismo más exacerbado ocurre cuando el novio de Sarah Jane, ya habiendo pasado 10 años de la situación anterior, al enterarse de que ella es hija de una negra, la humilla, la golpea, y la deja tirada en el barro.
En esta escena, se conjugan 2 ideas interesantes y siniestras, pero no por ello menos aleccionadoras:
La primera surge de la puesta en escena, ya que durante la golpiza, el reflejo de Sarah Jane en el vidrio de una tienda en alquiler, parece sugerir que ella es prostituta.
La segunda idea viene de la mando de lo más curioso del film:
Sarah Jane es sin duda una persona de raza blanca, pero la película deja en claro, que ni siquiera eso es suficiente para bajar la guardia de la burguesía discriminadora:
“Si eres hija de negra, si por tu sangre corren los ritmos y genes negros, tendrás que terminar en la bajeza del mundo, en alquiler y revolcada en el barro”
Este concepto es contrastado, con la única opción viable que propone la película para la gente de raza negra:
La servidumbre.
La puesta en serie de las escenas, lo sugiere sin remordimientos.
Luego de la escena de humillación de Sarah Jane, vemos a su madre feliz, masajeándole los pies a su patrona de la forma más natural…
La perversión de Imitation of Life, llega a su límite en el final de la película, cuando se propone a la muerte como ente igualador.
Durante el entierro de Annie, ella que fue tan correcta, religiosa y servil, tiene la oportunidad de viajar en un féretro adornado con flores blancas, acarreado por 4 caballos blancos.
A pesar de ser negra, Annie puede ascender a los cielos siendo blanca...
Y mientras la carroza que la lleva se desplaza, blancos y negros vestidos todos por igual, del más simple color negro, la ven marchar.
Sin duda, una versión neo-nacista del Yin y el Yan.
Tal como los diamantes negros que se cuelan en la lluvia ostentosa de diamantes brillantes en la secuencia inicial de créditos, la película muy en el fondo, pareciera plantear como la vida de la gente de raza negra es esa “imitación de la vida”
De esta manera, de la forma más pueril, la vida se aparece como aquello puramente burgués.
La vida es de los blancos, y sólo la muerte, que todo lo iguala, es de todos.
Las justificaciones vienen dadas por escenas, desde los créditos iniciales:
Los diamantes negros que se cuelan en los diamantes brillantes que se acumulan ostentosamente; la música que habla sobre “la imitación de la vida”; y la cantidad de los diamantes sugieren ser una imitación; Lora desconfía que Sarah Jane es hija de Annie, apenas se conocen; la escena con la muñeca negra, que termina en el piso, maltratada y dejada de lado, como luego le sucedería a Sarah con el novio blanco; la escena de Annie con Lora, ambas hablan como grandes amigas, ambas se emocionan, y a continuación vemos el comercial de Lora, en el que le pone antipulgas a un perro... la escena de la comparación de la sangre entre Sarah Jane y Susie, y la siguiente escena muestra gran cantidad de objetos de color rojo.
¿De qué color es Jesús?
¡Blanco!
Aparece una estrella fugaz, y solo los blancos alcanzan a verla.
La escena de la pelea de Sarah Jane con su novio, y la música con ritmos negros, reflejo de Sarah Jane en un local en alquiler; y luego de la escena de pelea con su novio, la vemos a Annie muy servicial masajeando los pies de Lora…
Sarah Jane en el cabaret, vemos elementos de teatralidad, los hombres mayores y feos se burlan y se ríen de ella; y en la sala principal de la casa de Lora, tiene paredes blancas y piso negro…
Por último, la escena de funeral de Annie:
Cajón de Annie cubierto con flores blancas, caballos blancos acarreándola.
La gente vestida todo de negro; y en los créditos finales:
Los actores negros diferenciados, aparecen al final.
Por otro lado, hay una faceta no muy luminosa de la rubia Lana Turner, y es su tendencia a cegarse con el brillo.
Esto le pasará factura, y le estará bien empleado, poniendo en entredicho este sistema que te anima a alcanzar La Luna para ser alguien, y que si la alcanzas, te lo habrás dejado prácticamente todo por el camino.
Y en eso está el segundo pilar de la película:
El exceso de ambición se paga caro.
Y volvemos a lo de la imposibilidad de conciliar vida familiar y laboral.
No simplemente porque los machos alfa no acepten la valía de las mujeres si ésta iguala o supera las suyas propias, sino porque ellas no podrán estar al lado de sus hijos todo el tiempo que éstos necesitan.
Y eso no lo compensan los regalos caros, los colegios pijos, ni las conferencias telefónicas a larga distancia.
Los 2 temas principales del drama de Sirk, subrayan la soledad, el dolor y las carencias que siempre acompañan a quienes les es negado disfrutar del verdadero amor, tanto porque el cruel dedo público les señala por ser de un color marginado, o porque si se es una mujer fuerte, inteligente y dotada, una se quedará sola en la cumbre.
Pero sobre todo, compatibilizó los excesos de esa imitación, casi falseamiento de la existencia, con la agudeza terrenal de la reflexión realista sobre el concepto de éxito, la aceptación de uno mismo, la emancipación de la mujer y las asperezas del rol maternal.
La banda sonora de Frank Skinner, con aportaciones de Henri Mancini, no acreditado, envuelve la narración en melodías, 13 temas de gran nivel, donde destaca “Succes Montage”, que en sucesivos planos sonoros describe el ascenso gradual de la protagonista en 1948/57.
Y Mahalia Jackson que canta el espiritual negro “Trouble Of The World”, en el que posiblemente es el momento más emotivo del film.
“Our wedding day, and the day we die are the great events of life”
La familia es el espacio donde se puede enseñar a gestionar con naturalidad los conceptos de libertad e igualdad, que se concretan en valores como la autonomía y la responsabilidad.
Aquél que no aprende a ser autónomo y responsable en el seno familiar original, suele tener dificultades para organizar su posición social e incluso política.
Debemos recordar, que el incremento de autonomía de los hijos disminuye al mismo tiempo la responsabilidad de los padres, de manera que parece un proceso de vasos comunicantes, donde uno se compensa con el otro.
Como hemos señalado, el racismo representa el síntoma de una tensión entre posiciones divergentes mal gestionadas y mal resueltas; además, parece probable y por eso más triste, que las manifestaciones racistas puedan incrementarse si no sabemos ofrecer condiciones óptimas para la resolución de esas tensiones en el espacio público.
A pesar que la mayoría de nosotros piensa y siente que no tiene prejuicios raciales, la verdad es que vivimos en un mundo en el que hay tensiones por algo que vamos a llamar “racismo”
Ninguno de nosotros ha nacido ni crecido, ni menos ha sido educado en un espacio libre de prejuicios contra grupos culturales diferentes al propio, sean estos minoritarios o mayoritarios.
Esos prejuicios discriminadores, fundamentalmente con fines de explotación económica que llamamos “racismo” nos compromete a todos.
Es, evidentemente, la intolerancia por “el diferente” el punto crucial de esta situación, y tiene mucho de patológico.
Las personas con la autoestima pobre, y que incluso tienen alteraciones en el pensamiento, son aquellas que podemos catalogar como “racistas”
Ellas dividen el mundo entre “los que son como uno”, y “los diferentes”, adjudicando a esos diferentes un valor, un precio, que en realidad muestra lo pequeño que se sienten ante sí mismos.
Pero lo más increíble y doloroso es cuando este acto se da con los propios hijos, con los nietos o los sobrinos, dándoles a sus propios familiares, un desprecio que puede ser más o menos evidente.
En estos casos, el niño inscribirá en su mente y en su alma, para el resto de su vida, que él es el diferente, y por ello, el excluido.
Cuántas veces en nuestra propia casa hemos escuchado frases como estas:
“Felizmente nació blanquita y no trigueña como la madre”, “Cásate con un gringo para mejorar la raza”, “Es lindo pero es morochito”…
A nuestro alrededor tenemos familiares, amigos o personas queridas que se expresan con cierto desagrado hacia personas que ellos entienden como “diferentes” sobre todo si se trata de un tema de raza.
Este maltrato, aparentemente camuflado para que los chicos no se den cuenta, se hace evidente en los simples comentarios, en las críticas, en los silencios y en las ausencias.
Los niños que crecen en este contexto, terminan desarrollando profundos complejos, y en su vida adulta repitiendo esta situación.
Nada más doloroso que el desprecio de los padres a un hijo por su piel, por su raza, por su existencia.
Y sin embargo, esto es sumamente frecuente en los hogares.
Con todo, como la familia sigue y seguirá siendo un espacio privilegiado de aprendizaje y entrenamiento de las habilidades sociales, merece la pena el esfuerzo para que enseñe a identificar y alertar sobre los peligros que entraña todo tipo de discriminación en lo público, y en lo político.
Hasta ahí la responsabilidad colectiva de la sociedad, incluida la clase política y los medios de comunicación; pero esa responsabilidad debe trasladarse a lo íntimo, a partir de las propuestas planteadas, y de otras seguramente más innovadores y eficaces.
El desarrollo de una intervención sistemática y rigurosa sobre la familia, para aumentar su capacidad en la gestión de los valores, y en especial, en aquellos contravalores que no generan duda como en el caso del racismo, debe convertirse en una prioridad de los programas de actuación de las fuerzas sociales y políticas.
Limitando en exclusiva esa responsabilidad al ámbito de la escuela es, además de una grave insensatez, un síntoma de miopía política de nuestra sociedad.
Más aún, cuando el racismo “evolucionó” en homofobia para la comunidad LGBTI.
“You don't know what it means to be... different...”
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