My Friend Dahmer

“I'm just like anybody else”

¿Podrías reconocer a un asesino, antes de que se convierta en uno?
Andrei Chikatilo, Zodiac, David Berkowitz, John Wayne Gacy, Ted Bundy, Ed Gein...
Es fascinante, cómo los nombres de algunos de los asesinos en serie más sensacionalistas tienen sus nombres tan conocidos a través de grupos de edad intergeneracionales como George Washington, Martin Luther King, y Michael Jackson.
La cultura pop parece igualmente enamorada de los asesinatos múltiples más infames, y ha dedicado innumerables episodios de televisión, podcasts y lanzamientos teatrales a sus súbditos que toman licencias dramáticas para reconstruir la anatomía de un asesino.
John Backderf, es un dibujante estadounidense de 58 años, también conocido como Derf o Derf Backderf, cuyo arte ha comparado con Robert Crumb, uno de los fundadores del “comic underground”, y es quizá la figura más destacada de dicho movimiento; con su uso del negro para “proyectar el carácter y la amenaza”; Derf cita a Crumb como una influencia, junto con Mad Magazine y Spain Rodríguez; y cita el expresionismo, como la inspiración para su uso de tinta pesada, pero siente que la influencia principal en su trabajo, es la imagen del punk.
Él es más famoso por sus recientes novelas gráficas, especialmente por el éxito de ventas internacional “My Friend Dahmer” donde cuenta la historia de su amigo de escuela, Jeffrey Dahmer, que buscaba como encajar dentro de ella.
Backderf creció en Richfield, Ohio, hijo de un químico; asistió a Eastview Junior High y Revere High School, donde uno de sus compañeros de clase era el futuro asesino en serie.
Jeffrey Lionel Dahmer, apodado “El Caníbal de Milwaukee” o “El Carnicero de Milwaukee”, fue un asesino en serie responsable de la muerte de 17 hombres entre 1978 y 1991; y es conocido no solo por la cantidad de personas que asesinó, sino también por practicar la necrofilia, el canibalismo, y la preservación permanente de las partes del cuerpo, generalmente, o parte del esqueleto.
La imagen con gafas y comportamiento sumiso, fue un rasgo de su personalidad y un factor importante del depravado sexual que fue.
A diferencia de otros asesinos mentales que sufrieron en su infancia de maltrato físico y psicológico, Dahmer fue un niño amado por sus padres, quienes le proporcionaron todo lo posible para su adecuada educación y buena vida social.
Su padre era ingeniero químico, y su tarea obligaba a la familia a trasladarse con frecuencia; y tras reiteradas mudanzas, en 1967, la familia compró una casa en Bath, Ohio, donde Jeffrey pasó el resto de su infancia y adolescencia.
Cuando iba de pesca con su padre, le gustaba abrir a los peces y ver cómo morían…
Con 10 años, Dahmer caminaba en la carretera para buscar animales arrollados, los llevaba al patio y los abría para ver qué había dentro… y tenía en formol varios tipos de insectos.
Dahmer comenzó a ser cada vez más introvertido, aunque realizaba algunas actividades en la secundaria, como trabajar en el periódico y jugar al tenis.
Era considerado por sus compañeros como alguien “raro”, extravagante y que tenía problemas con el alcohol.
Antes de cumplir 18 años, sus padres se divorciaron, y su padre volvió a casarse meses después.
“My Friend Dahmer” es la culminación de un proyecto de comic que comenzó en 1994, poco después de que Jeffrey Dahmer fuera asesinado en prisión.
La novela representa la amistad adolescente del autor con el asesino en serie, durante su tiempo en Eastview Junior High y Revere High School.
La historia sigue a Dahmer desde los 12 años hasta el día en que mató a su primera víctima, 2 semanas después de la graduación de la escuela secundaria.
Backderf, aunque no excusa los crímenes de Dahmer, presenta un retrato empático de Dahmer, como un joven solitario, atormentado por demonios internos, y descuidado por los adultos en su vida.
La novela gráfica recuerda el aislamiento de Dahmer, su consumo excesivo de alcohol, su comportamiento extraño para llamar la atención, y su inquietante fascinación por los cadáveres de animales encontrados en la carretera.
Derf y sus amigos, animaron a Dahmer a actuar en bromas, incluyendo fingir ataques epilépticos en la escuela y el centro comercial; y fingiendo ser una persona con parálisis cerebral.
Del trabajo comic, una técnica de Derf que dibujaba a Jeffrey Dahmer en la sombra, era como una representación de su personalidad.
La primera historia de Dahmer de Derf, apareció en Zero Zero # 18, Fantagraphics, de julio de 1997.
Derf lanzó el proyecto, como una novela gráfica de 100 páginas, pero no pudo encontrar un editor.
Luego, él mismo publicó un comic reducido de 24 páginas, “My Friend Dahmer”, en 2002; y fue autoeditado para ser nominado a un Premio Eisner; y fue adaptado y presentado como obra de un acto por El Departamento de Teatro de la Universidad de New York.
La última edición de 224 páginas, fue nominada para los Premios Ignatz, Harvey y Rueben; y recibió un Premio Angoulême, siendo nombrada por la revista Time, como “uno de los cinco mejores libros de no ficción de 2012”
No obstante, la figura de Jeffrey Dahmer ha sido utilizada en diferentes películas y documentales, como:
“The Secret Life: Jeffrey Dahmer” (1993), protagonizada por Carl Crew como Dahmer; “Dahmer” (2002), protagonizada por Jeremy Renner en el papel principal, y coprotagoniza Bruce Davison como su padre, Lionel; “Raising Jeffrey Dahmer” (2006) protagonizada por Rusty Sneary como Dahmer, y coprotagoniza a Scott Cordes como su padre, Lionel.
Esta última película gira en torno a las reacciones de los padres de Dahmer después de su arresto en 1991.
En 2012, un documental independiente, “Jeff”, también conocido como “The Jeffrey Dahmer Files”, presenta entrevistas con la antigua vecina de Dahmer, Pamela Bass, el detective Patrick Kennedy, y el médico forense de la ciudad, Jeffrey Jentzen.
Pero queda la pregunta anterior y se agrega otra:
¿Es posible empatizar con un psicópata, si vemos cómo llegó a serlo, si lo convertimos en víctima?
“What about what's on a patient's mind?”
My Friend Dahmer es un drama del año 2017, dirigido por Marc Meyers.
Protagonizado por Ross Lynch, Vincent Kartheiser, Anne Heche, Dallas Roberts, Miles Robbins, Alex Wolff, Cameron McKendry, Tommy Nelson, Carmen Gangale, Christopher Mele, Zachary Davis Brown, Harrison Holzer, Liam Koeth, Dontez James, John Vella, Gary Lee Vincent, entre otros.
EL guión es de Derf Backderf y Marc Meyers; basados en la novela gráfica de 2012 del mismo nombre, del dibujante Derf Backderf, quien fuera amigo de Jeffrey Dahmer en la escuela secundaria en la década de 1970, poco antes de que Dahmer comenzara su matanza; en otras palabras, esta es la historia de los años de Dahmer en el instituto, donde llevó una vida solitaria, triste y a la vez divertida, y se centra en las tribulaciones habituales de los adolescentes que buscan pertenecer a un grupo social, siendo o intimidado de manera desagradable, o lo que es peor, siendo ignorado.
La película fue filmada en Akron, Ohio, en la ciudad natal de Dahmer, en la casa donde creció, fue usada parte de la filmación; mientras la escuela secundaria Revere a la que asistió, iba a ser utilizada también para la película, pero la escuela rechazó la oferta.
La acción sigue a Jeff Dahmer (Ross Lynch), un adolescente fuera de lugar, luchando para sobrevivir a la escuela secundaria con una vida familiar en ruinas.
Como afición, Jeffrey recoge animales atropellados en la carretera; se fija en el Dr. Matthews (Vincent Kartheiser), que es un corredor del barrio; y se enfrenta a su inestable madre Joyce (Anne Heche), y a su bien intencionado padre, Lionel (Dallas Roberts); pero pronto comienza a portarse mal en el instituto, y sus gamberradas estúpidas ganan adeptos hasta crear una banda llamada “The Dahmer Fan Club”, junto a Neil (Tommy Nelson) y Mike (Harrison Holzer), y dirigida por John “Derf” Backderf (Alex Wolff)
John, ha observado a Dahmer con un ojo de cazatalentos, y ve un gran potencial.
Fundando el club, John perpetúa las payasadas lascivas de Dahmer; pero John aspira a ilustrar comics un día, y elige a Dahmer como su musa y estrella, utilizando el torpe oro que emana el futuro asesino.
Pero esta camaradería no puede ocultar su creciente depravación.
Al acercarse a la graduación, Jeff se mueve en espiral hacia la pérdida de control, acercándose cada vez más a la locura.
La película explora la mente adolescente de Jeffrey Dahmer y su entorno tanto familiar como amigos y colegio; nos lleva al centro de todo, y deja ver cómo era la vida familiar, privada y social de Dahmer, sus motivaciones y los demonios que comenzaban a tomar control de su mente y sus acciones; y pone especial énfasis en tratar de descubrir el génesis de unos de los asesinos más letales que han existido, a modo de una experiencia de iniciación, que se desarrollará como bola de nieve hasta llegar al punto de no retorno.
My Friend Dahmer es un retrato de criminal algo diferente pues plantea más preguntas que respuestas y, por tanto, desarrolla un atractivo especial:
Mostrar a uno de los asesinos en serie más notorios del siglo XX en sus años juveniles, enseñado cómo, poco a poco, va desarrollando su instinto y costumbres, llega a perturbar, aún más cuando ya vemos la sed de sangre que el personaje va desarrollando en el último tercio; y eso es espeluznante, pues la historia es conocida; sin embargo la película no es lo que se espera, pues no es un filme de terror, no hay momentos desagradables, y más bien pasa como un filme de adolescentes, atendiendo muy bien la época y el emplazamiento donde se desarrolla la acción, en especial, el punto de vista del autor del libro en que se basa la historia.
Recolectar y disolver la matanza en su improvisado laboratorio de cobertizo, es motivo de preocupación, pero son las incómodas interacciones de Dahmer con sus compañeros, familiares y figuras de autoridad, las que provocan escalofríos.
Sabemos que viene una explosión, pero no sabemos cómo ni cuándo; y el espectador está allí, justo cuando Dahmer llega a una bifurcación en el camino de su vida.
Esta es una arriesgada propuesta, y muy inquietante, teniendo en cuenta sobre quién trata, pero también muy triste, al retratar un mundo que cierra los ojos ante lo que no le interesa.
Esta película “de juegos previos”, triunfa brillantemente porque toca a la audiencia, que por una vez, está ansiosa por arruinar el final.
Todos sabemos la respuesta y, por supuesto, la película tiene un fuerte elemento trágico.
Es mucho más trágico, para las víctimas de Dahmer y sus familias, pero también para el propio Dahmer, cuando vemos que el joven lo tenía todo, hasta potencial, por lo que se hace curioso que se fuera por el otro lado...
“You need to be more normal!”
El morbo del asesino…
Todos estábamos allí dispuestos a conocer el fondo de un asesino famoso.
El tipo que rompía cuerpos, comía, el tipo que no aceptaba su condición.
Pero antes del reconocimiento maldito, Jeffrey Dahmer tuvo una familia, una infancia, una juventud; y aquí es donde coincidimos en el tiempo con My Friend Dahmer, el anticipo al monstruo reconocido, el joven de instituto que ya apuntaba maneras.
My Friend Dahmer responde al modelo de relato de “orígenes” al que estamos habituados en películas de superhéroes, supervillanos, o de cualquier protagonista de franquicia de terror.
La diferencia es que este personaje es real.
Dahmer se cobró entre 1978 y 1991, un total de 17 víctimas con las que practicó la necrofilia y el canibalismo.
Lo original viene que conocemos a uno de los asesinos en serie más famosos de Estados Unidos durante sus años de instituto, como si de una “teen movie” se tratara.
¿Y a quién se le ocurre esta idea loca?
Pues a nadie, porque también es real.
Derf Backderf, dibujante, creó en 2002 un comic homónimo, basado en su propia experiencia como compañero y amigo de Dahmer; y sabe mejor que nadie, cómo se incubó el mal en su socio de pupitre.
Mientras el cineasta independiente, Marc Meyers, ha adaptado dicho trabajo a la pantalla grande, con muy buenos resultados.
Hacer una película sobre un asesino en serie, y no caer en una valoración es difícil, porque rápidamente tomamos una decisión.
Mitigar o incluso darle heroísmo a los crímenes de una persona que haga daño, solo puede permitirse en casos individuales, al menos cinematográficamente, incluso si no son personas que tienen la vida de otros en sus conciencias.
Un filme sobre un asesino, es un caso completamente diferente.
Meyers adapta el maravilloso comic de Derf Backderf, que a su vez parece utilizar el comic como vía de redención, de expiación, pero sobre todo de confesión.
Su parte de responsabilidad en la creación del monstruo, parece fuera de toda posible discusión; y Meyers reconoce su interés por lo previo, adaptando la novela gráfica de Derf Backderf, un personaje con entidad propia dentro de la historia, dentro de la película, pues el dibujante también se dibuja a sí mismo.
El detalle cambiante, es encontrar al creador como uno de los personajes, un fan más de la obra de Dahmer, y a la vez, un artista propio, por lo que nadie deba buscar la justificación del comportamiento del Jeffrey Dahmer adulto, del carnicero de Milwaukee, pues esta historia comporta la singularidad de un joven hormonado, de rabia latente, fuera de lugar, tímido, pero capaz de afrontar su posición, atreviéndose a destacar.
Lo normal en cualquier adolescente, pero en esta ocasión, lo que realmente conocíamos era su futuro.
Al final, explota este en particular, y eso es algo que ya sabemos.
En My Friend Dahmer, el futuro asesino es un joven más, algo atractivo, bastante apocado, con una intuición de profundo mundo interior.
Con padres complicados, hermano pequeño, intereses varios, y odios al por mayor.
Lo que roza el “randomismo” como alguno diría por aquí…
Y hay algo que realmente llama la atención en la película, y es precisamente la apertura al mundo del personaje a través de sus excentricidades.
Utilizarlas para llamar la atención, conseguirlo, afrontar su nuevo rango social en ese mundo llamado “instituto de secundaria”; potenciar al tipo raro para dejar de ser el “raro”; y ser el raro en modo “Rey” o “popular”
La discrepancia entre el chico tímido y el asesino psicópata, es una brecha demasiado grande; y aquí, en El Medio Oeste está incubando un monstruo, y él está en cada foto del club de su colegio; aunque sea borrado...
En 1974, Jeffrey Dahmer es un estudiante de primer año de secundaria que vive en Bath, Ohio, con sus padres, Lionel y Joyce, y su hermano menor, Dave; y se enamora de un corredor que ve todos los días desde su autobús escolar.
Como hobby, Jeffrey recolecta animales muertos que disuelve utilizando productos químicos proporcionados por su padre ingeniero; pero en 1978, Lionel destroza la colección de huesos de Jeffrey, y le ordena hacer amigos en la escuela.
Durante una pausa para el almuerzo, Jeffrey imita a un epiléptico que tuvo un ataque, llamando la atención del aspirante a artista Derf Backderf, y sus amigos.
Jeffrey inspira a Derf, para dibujarlo en varias situaciones; dibujos que luego formarían la novela gráfica “My Friend Dahmer” de Derf.
Derf y sus amigos, forman el “Dahmer Fan Club”, utilizando Jeffrey para una variedad de bromas, tales como colar a Jeffrey en cada foto del anuario escolar, y dirigiéndose a una reunión con el entonces Vicepresidente de EEUU, Walter Mondale durante una excursión escolar a Washington.
Y es que Jeffrey está ansioso por presentar a sus nuevos amigos a su familia; pero Joyce comienza a recaer en la enfermedad mental crónica, lo que lleva a peleas cada vez más amargas entre ella y Lionel.
Para hacer frente, Jeffrey recurre a beber en exceso; y también comienza a matar animales él mismo.
El corredor en el que Jeffrey está enamorado, resulta ser el Dr. Matthews, el médico de uno de los amigos de Derf; por lo que Jeffrey simula un resfriado para que pueda conseguir una cita con él, y puede examinarlo desnudo.
La noche siguiente, Jeffrey fantasea con estar con el cadáver del Dr. Matthews… como la única forma de estar con él, aceptando su homosexualidad; y comienza a acecharlo, esperándolo con un bate de béisbol, pero nunca termina por atacarlo.
Más tarde, el padre de Jeffrey se va, mientras Jeffrey está ausente en la excursión; después del viaje, Jeffrey intenta mantenerse conectado con sus amigos, como llevar una cita al baile de graduación, pero finalmente se aleja de ellos.
Y justo antes de la graduación, Joyce sale de la casa para vivir con sus parientes, llevándose a Dave con ella.
Al graduarse, Lionel entrega las llaves de la casa familiar y el Volkswagen a Jeffrey, dejándolo completamente solo.
Esa noche, Derf ve a Jeffrey caminando solo a casa, con sangre en las uñas; y le ofrece llevarlo, encontrándolo viviendo solo, sin planes para el futuro.
Derf le dice que se irá a la universidad en la mañana, y le ofrece sus dibujos de Jeffrey; pero Jeffrey no los quiere, y amenazantemente invita a Derf a tomar una cerveza.
Derf lo rechaza y se va a casa; Jeffrey nunca volvió a tener contacto con sus amigos de secundaria…
A la mañana siguiente, Jeffrey conduce por la carretera y recoge a un joven llamada Steven Hicks, que venía de un concierto…
En los créditos de cierre, señalan que Steven Hicks nunca más fue visto, y que Jeffrey Dahmer admitió haber matado a 17 hombres cuando finalmente fue arrestado.
La película muestra, cómo si se tratara de un documental, el perfil psicológico del personaje protagonista de una forma muy realista, centrándose en el comportamiento de ésta futura bestia en sus años de instituto.
Se pone el foco de interés en 3 espacios en concreto:
Su casa, en la que se muestran todos los problemas que tenían sus padres y lo desestructurada que era su familia; el instituto en el que no sabe relacionarse, y descubre que a base de comportarse cómo un bufón, consigue una mínima aceptación social; y sus momentos en solitario, en el que recoge animales muertos, y espía a un corredor por la calle, por el que empieza a sentir un despertar sexual.
Es increíble, cómo la película consigue que se sienta lástima al ver el proceso en que un adolescente se transforma en bestia; y se agradece que My Friend Dahmer no muestre los actos posteriores del asesino, sino que se centra en la vida cotidiana, y ya con esto es suficientemente terrible.
El padre trata de liberar a su hijo del aislamiento, y de ofrecerle una vida mejor de la que él mismo tuvo.
Pero el padre también pierde los estribos constantemente, especialmente porque su hiperactiva e impredecible mujer, exige mucha atención.
A esto se suman las experiencias humillantes de Jeffrey con su homosexualidad, y su incomodidad al tratar con otras personas.
Esto también es trágico porque, a diferencia del comienzo, el niño anhela de la sociedad y su familia, algo de reconocimiento.
Pero solo lo consiguió cuando hacia el payaso de la clase, teniendo que fingir ser alguien que no es.
Nunca encontró ningún medio para conectarse realmente con otras personas.
El punto fuerte de la película, es el estudio del personaje dentro de la escuela.
Aquí se muestra la complejidad del protagonista, porque a medida que vemos que dentro de las 4 paredes de su aula de clases el personaje tiene un comportamiento determinado, el director sabiamente presenta una contradicción cuando Jeffrey está fuera de ese entorno, mostrando la real personalidad y motivos de este.
Hasta que al final, ambas personalidades se mezclan, y vemos a un Jeffrey alcohólico, frustrado, y ya no importando si encaja o no.
Su punto de quiebre es durante una situación en una concurrida plaza comercial, es allí donde a mi entender, nace el psicópata.
El guión intenta esclarecer las circunstancias, que ayudan a empatizar, pero nunca justificar, así traslada el trabajo juicioso al espectador, dando esa arma de doble filo se suelta, al intentar humanizar al asesino.
Como historia, My Friend Dahmer es difícil de entender; por supuesto, uno no puede embellecer los actos retroactivamente; los perpetradores siguen siendo perpetradores, y no había duda de que Jeffrey Dahmer realmente cometió los crímenes en su contra, por el contrario, el tipo discreto, dio incluso más detalles de los asesinatos después del arresto.
Sin embargo, lo presentado en la película, es a través de una extraña perspectiva, porque, aunque el autor de la novela gráfica se presenta como único testigo de los eventos en la escuela, construyó en torno al personaje principal, una estructura de evidencia bastante banal, refiriendo que detrás del silencio de Jeffrey, existía dormido algo oscuro…
Si bien se establece que el personaje principal presentada fascinación por el embalsamiento de animales, buscando a diario en las calles de nuevas víctimas, con el fin de diseccionarlos posteriormente; es casi obvio que un posterior asesino haya practicado con animales, lo que sí notamos es que el autor de la novela gráfica, con tal de alimentar el morbo, insiste en dicha situación, aun cuando él no estuvo presente en ninguna de estas actividades.
Técnicamente, el filme posee todos los elementos de una película para televisión:
La escenificación, la ambientación y la fotografía, añaden realismo y cercanía que nos ayuda a trasladarnos a su lado, acercándonos a sus intenciones para poder analizarlas sin llegar vivirlas.
Marc Meyers y su equipo, son capaces de proyectar impecablemente el año 1978 en torno a los personajes; y desde los diseños de vestuario hasta los autos y la música, la apariencia de 1978 es auténtica.
Las referencias a la época pueden ser sutiles, pero son efectivas para establecer el entorno.
El desafío de hacer que una película sobre un asesino en serie sea interesante, antes de que el asesino se cobre una vida, debe haber sido desalentador; pero Mac Meyers maniobra a través de los rápidos y decididos desafíos para dar un telón de fondo al tema; por lo que el tempo del film, va acorde a la imagen del personaje, a su forma de expresar, siempre fría, ponderada, prudente y de soslayo, sin que podamos imaginar ese interior, turbador, atormentado e inquietante.
La tensión se palpa en cada secuencia, con la necesidad de expresar de su protagonista, de dar rienda suelta a su mundo interior, pero siempre sin ver lo que se imagina.
Ese trabajo intensifica lo holístico de la película, esa cuarta pared impertérrita, colosal, descomunal que horroriza sin mostrarse, solo aderezada con algún insignificante hilo musical, y con unas palabras secas pero hasta calmadas.
Con aspiraciones claramente comerciales, la ambientación al estilo “teen movie” que Meyers aplica al relato, provoca que la película pierda quizás la gravedad que una historia como ésta, la construcción de un depredador sexual y un asesino en serie debería mantener a lo largo de las casi 2 horas que dura el film; y el espectador siente, en demasiadas ocasiones, el impulso de empatizar con el protagonista, un impulso que se ve llevado al límite en la escena en que Dahmer aparece en las fotos del anuario del instituto con la cara tachada; representando así la idea del chico invisible, que nunca encontró su sitio, ni dentro de su desestructurada familia ni en la jungla del instituto, siendo marginado.
Pero cuidado, el casi inocente voyerismo que aplica el espectador a la hora de visualizar los obstáculos y sufrimientos diarios a los que se enfrentó Dahmer en su juventud, le hace correr el peligro de olvidar el tipo macabro del que es testigo:
Un verdadero voyeur con instintos sexuales y criminales irreprimibles, que llegó incluso a comerse algunas de sus jóvenes víctimas; pero donde llega a convencer My Friend Dahmer, es el apartado actoral:
Ross Lynch está perturbador, inquietante e intrigante, con un mimetismo impresionante, donde la forma de mirar y caminar es la misma que Dahmer sin caer en la caricatura y la sobreactuación.
Lynch personifica a Dahmer como un solitario con hombros encogidos, que serpentea a través de su relativa inexistencia, tanto en la escuela como en su propia casa.
Tomar en cuenta el desafío de Lynch, que había sido conocido anteriormente por interpretar papeles saludables en Disney Channel, por lo que John Backderf, el autor de la novela gráfica, se mostró entusiasta con él, indicando que “creó que no vas a ser capaz de ver el ídolo adolescente en este papel”
No lo olvidemos nunca, la magia del cine también la crean los actores.
Cada gesto, cada mirada, llena la pantalla de muchos cuestionamientos por saber:
¿Qué sucede en la cabeza de Jeffrey?
Y el filme trata de explorarlo.
Se cuenta que después de 12 horas de filmación, Ross tomaba una ducha por más de 30 minutos, y solo pensaba en el papel oscuro que está retratando.
Por otra parte, Anne Heche está prácticamente irreconocible, interpreta a una madre que está demasiado ocupada con sus propios problemas como para preocuparse por sus hijos.
Dallas Roberts presenta un padre dedicado, pero sobrecargado, que realmente solo quiere que Jeffrey tenga una vida con muchos amigos.
Derf Backderf, en Alex Gordon, es el autor de la novela gráfica; su figura es básicamente la de un buen tipo, que contribuye al hecho de que Dahmer pierda el norte, y lentamente se convierta en lo que fue.
Se cuenta que justo después de filmar una escena, Alex Wolff no se sentía bien y comenzó a maldecir a Jeffrey Dahmer...
En ese momento exacto, todos los generadores de energía y respaldo se desconectaron, y Alex inmediatamente comenzó a pedir disculpas.
Dijo que se sentía como si estuviera siendo perseguido cuando trató de dormir esa noche…
El director Marc Meyers, nos entreteje a través de una historia que no humaniza al hombre que se convertiría en el caníbal más prolífico de Milwaukee; tampoco la película sensacionaliza los eventos a los que se asocia Dahmer.
En cambio, My Friend Dahmer se enfoca en lo que la vida ofrece como un marginado silencioso sin comportamientos violentos que conduzcan a su primer impulso de asesinato.
Y es esta visión del pasado problemático de un joven, lo que impulsa a My Friend Dahmer hacia nuestra fuerte recomendación cinematográfica.
Porque es llamativo que se afronte la aceptación en una edad tan complicada a través de su extremismo.
Llevar al payaso a la idolatría.
Esto nunca acaba bien; pero estamos conformes, sabemos el final, lo que desconocemos es el peso de esta situación en el “psycho-killer” definitivo.
Aunque pequeños detalles nos transmiten la relación del dibujante con Dahmer, sus primeros dibujos aparecen en diferentes escenas, demostrando que fue el héroe inspirador antes de su fama final; no es lo realmente importante aquí.
Sitúa el contexto, pero no las condiciones de la historia:
La exclusión social, azota una mente superdotada, perfeccionista, extremadamente audaz y maniáticamente escrupulosa.
Sí, pero la llama que definitivamente enciende la mecha, no es otra que el aprovechamiento de su desequilibrada psique por quienes le rodean para utilizarla en su propio beneficio y regocijo.
Es decir, de ser marginado y esquinado, Dahmer pasa a ser jaleado y vitoreado por sus supuestos nuevos amigos.
Cuanto más se expone y más hace el ridículo, mayor parecer ser su sentimiento de pertenencia hacia el grupo, hacia esa suerte de equipo del que jamás se sintió parte.
Curioso el caso, pues hablamos de hechos reales acontecidos en los años 70, que sin embargo, en la actual época “millennial-youtuber”, adquiere más vigencia que nunca.
Del “bullying” directo, pasamos al soterrado.
Del abucheo al mascoteo.
Un juego de niños, aparentemente desternillante, aunque definitivamente no tan divertido, más bien mortalmente provocativo.
My Friend Dahmer recorre así, paso por paso, todos los tropos de la película “teen” más clásica:
Marginado que intenta encajar en los diferentes grupos sociales, y acaba aliado de los “freaks” de la escuela, mientras de fondo se prepara el baile de promoción con su respectiva noche de transición a la vida adulta.
Y es que el fin del instituto no solo supone la liberación del seno paterno, sino también una salida a un futuro con más posibilidades que las que pueden ofrecer la pueblerina Ohio, donde hasta la más popular “Reina del Baile” puede quedar olvidada de un curso al otro.
Esta luz al final del túnel, es la salvación de muchos adolescentes, que encuentran en la universidad, un espacio en el que encontrarse a sí mismos, algo que vemos constantemente en Dahmer, que intenta sobreponerse a su situación, pero solo encuentra trabas y no ayudas.
¿Podría haber reconducido su vida, de haber obtenido ayuda psicológica a tiempo?
My Friend Dahmer es una obra arriesgada, que humaniza al monstruo y vuelve la cámara hacia nosotros, para que podamos preguntarnos, hasta qué punto también tenemos nuestra parte de culpa.
Sin embargo, tiene la riqueza de una oscura “coming of age”, y el carácter de una obra sólida.
Se hace palpable la soledad del artista; y hay un mundo interior en este Dahmer, que recordemos, estamos conociendo de forma parcial, como una simulación de vida ficticia, que reconoce la confusión de un joven en este entorno hostil, no por el comportamiento de los compañeros, solo disfrutan de las locuras de alguien que se presta a ello, es más bien por la falta de control de la situación, por la mancha negra en la que se va convirtiendo al descubrir que no sabe o no quiere encajar.
Porque como estudio de un joven solitario y sus demencias explotadas, My Friend Dahmer es brutal, pero al mismo tiempo, la empatía con el personaje es palpable, se da casi por aceptado que este Dahmer se vuelva turbio, borroso, nos entristezca ante ese grito soterrado, pidiendo que alguien le saque de ahí...
Pero nadie le salva, él solo sigue el camino que se abre a su paso, y nos preguntamos de nuevo, si el asesino nace o se crea con el tiempo.
Es una incógnita.
Solo conocemos que alguien subió a su coche y él, hastiado y borracho, lo mató.
Pero eso ocurrió después de My Friend Dahmer, no lo hizo Jeff, fue Jeffrey.
Se le puede achacar que la película solo da un chapuzón superficial sobre el tema homosexual, que ahora sabemos, Dahmer eventualmente tomaría como motivo de sus crímenes.
Pero la película no trata de sensacionalizar nada.
Mantiene el rumbo, y se convierte fácilmente en una de las mejores precuelas de asesinos en serie jamás creada; queda como precuela de aquella fabulosa producción “Dahmer” (2002) de David Jacobson con Jeremy Renner en el papel principal.
Porque esta es una inusual perspectiva del “Génesis del Caníbal de Milwaukee”; y aunque el título lo sea, lo que explica es que, en realidad, el que acabaría siendo un asesino, no tenía amigos, sino que era “el raro” del instituto, una especie de mascota, alguien de quien hacer mofa.
El autor mismo, fue uno de los promotores de bromas crueles con Dahmer como protagonista, no parece que se sienta muy orgulloso, más cuando aquel compañero que les hacía reír tanto, resultó ser un psicópata.
Y aunque no se culpa a sí mismo, el autor no duda en arrojar algo de culpa sobre los padres, aunque en la biografía familiar no parece haber habido hechos especialmente traumáticos para él, aparte de muchas mudanzas cuando era niño.
Sí se explica que Jeffrey siempre sintió especial fascinación por manejar animales muertos, abrirlos o conservarlos en formol.
Más adelante, en su vida adulta, acabaría realizando prácticas igualmente macabras con sus víctimas humanas.
Pero Jeffrey Dahmer tuvo que ser un chico muy solitario, con días tristes y sin amigos que aliviaran su sufrimiento, ni el apoyo real de ninguno de sus padres.
A la vez, fue débil y sucumbió a unos horribles impulsos salidos de no se sabe dónde...
Era gay, y eso es algo que podemos entender como una condición, hoy en día normal, pero en los 70 realmente no muy aceptada; pero lo más raro de todo es que desde temprano tuvo inclinaciones necrofílicas.
Como adulto, llevaba hombres o chicos a su casa, los estrangulaba, y tenía sexo con sus cadáveres, para luego descuartizarlos, y quedárselos como trofeos.
¿De dónde surgen esas inclinaciones?
“It's a process, it doesn't happen overnight, when you depersonalize another person and view them as just an object.
An object for pleasure and not a living breathing human being.
It seems to make it easier to do things you shouldn't do”
Ver My Friend Dahmer puede ser difícil, pero no por las razones que se podrían pensar…
Ver a un niño, dolorosamente torpe, y luego tan profundamente deprimido como Dahmer, pasar por la tortura de la escuela secundaria en “La América Profunda” puede ser realmente insoportable, más aún porque parece estar sucediendo en cámara lenta, como ver un accidente automovilístico.
Pero no nos confundamos, My Friend Dahmer es un drama humano absorbente, bastante único en nuestra era de héroes del comic y espeluznantes “reality shows”
En la vida posterior, aunque a Dahmer se le diagnosticó un trastorno límite de la personalidad, trastorno esquizotípico de la personalidad, y un trastorno psicótico, se descubrió que él estaba legalmente sano en su juicio.
Se sabe que Jeffrey Dahmer mató a 17 jóvenes entre 1978 y 1991.
De estas víctimas, 12 fueron asesinadas en su departamento de North 25th Street.
Otras 3 víctimas fueron asesinadas y desmembradas en la residencia West Allis de su abuela, con su primera y segunda víctima asesinada en la casa de sus padres en Bath, Ohio, y en el Hotel Ambassador en Wisconsin, respectivamente.
Un total de 14 de las víctimas de Dahmer, provenían de diversos grupos étnicos minoritarios, y 9 de las víctimas eran negras.
Dahmer se mostró inflexible en cuanto a que la raza de sus víctimas era secundaria para él, y que era la forma corporal de una víctima potencial lo que atraía su atención.
La mayoría de las víctimas de Dahmer, fueron asesinadas por estrangulación después de ser drogados con sedantes, aunque su primera víctima, Steven Hicks, lo que llamó su atención fue el hecho de que el joven tenía el torso desnudo cuando hacia autostop; siendo golpeado con una pesa, y estrangulado antes de ser desmembrado.
Según Dahmer, Hicks fue pulverizado y esparcido en el bosque, detrás de la casa de la infancia de Dahmer; mientras su segunda víctima, Ernest Miller, fue golpeada hasta la muerte, en 1990, muriendo de un ataque, combinación de shock y pérdida de sangre, debido a que se cortó su arteria carótida.
Pero muchas de las víctimas de Dahmer asesinadas en 1991, tenían agujeros en sus cráneos a través de los cuales, Dahmer inyectaba ácido clorhídrico o, más tarde, agua hirviendo, directamente en el cerebro, en un intento de proporcionar un estado permanente, sumiso y sin resistencia.
En al menos 3 ocasiones, esto resultó fatal, aunque en ninguna de estas ocasiones fue intencional, es decir, Dahmer no los quería matarlos, en palabras de Dahmer:
“Solo quería tener a la persona bajo mi completo control, sin tener que considerar sus deseos, poder mantenerlos allí todo el tiempo que quisiera”
Condenado por 15 de los 16 asesinatos que había cometido en Wisconsin, Jeffrey Dahmer fue condenado a 15 cadenas perpetuas, el 15 de febrero de 1992.
Más tarde, fue sentenciado a un 16º período de cadena perpetua por un homicidio adicional cometido en Ohio en 1978.
El 28 de noviembre de 1994, Dahmer de 34 años, fue golpeado hasta la muerte por Christopher Scarver, un compañero interno en la Institución Correccional de Columbia.
La propiedad de Dahmer, fue otorgada a las familias de 11 de sus víctimas que habían demandado por daños y perjuicios.
En 1996, Thomas Jacobson, un abogado que representaba a 8 de las familias, anunció una subasta planificada de los bienes de Dahmer.
Aunque los familiares de las víctimas manifestaron que la motivación no era la codicia, el anuncio generó controversia.
Un grupo cívico, Milwaukee Civic Pride, se estableció rápidamente en un esfuerzo por recaudar los fondos para comprar y destruir las posesiones de Dahmer.
El grupo prometió $407.225, incluido una regalía de $100.000 por el inmobiliario de Milwaukee, Joseph Zilber, para comprar la propiedad de Dahmer; 5 de las 8 familias representadas por Jacobson, aceptaron los términos, y las pertenencias de Dahmer fueron posteriormente destruidas y enterradas en un vertedero no revelado de Illinois, para evitar el culto.
El 5 de agosto de 1991, más de 400 personas asistieron a una vigilia con velas para celebrar y sanar a la comunidad de Milwaukee.
Presentes en la vigilia, estuvieron líderes de la comunidad, activistas por los derechos de los homosexuales, y familiares de varias de las víctimas de Dahmer.
Los organizadores declararon, que el objetivo de la vigilia era “permitir a los habitantes de Milwaukee, compartir sus sentimientos de dolor y enojo por lo sucedido”
Los Oxford Apartments en 924 North 25th Street, donde Dahmer había matado a 12 de sus víctimas, fueron demolidos en noviembre de 1992.
El sitio ahora es un lote vacante.
Los planes alternativos para convertir el sitio en un jardín conmemorativo, un patio de juegos, o para reconstruir nuevas viviendas, no se han materializado.
Por su parte, Lionel Dahmer está retirado, y ahora vive con su 2ª esposa, Shari.
Ambos se han negado a cambiar su apellido, y han profesado su amor por Jeffrey a pesar de sus crímenes.
En 1994, Lionel publicó un libro, “A Father's Story”, y donó una parte de los ingresos de su libro a las familias de las víctimas.
La mayoría de las familias mostraron apoyo a Lionel y Shari, aunque 3 familias posteriormente demandaron a Lionel Dahmer, 2 de ellas por usar sus nombres en el libro sin obtener consentimiento previo; y una tercera familia, la de Steven Hicks, que presentó una demanda por homicidio culposo contra Lionel Dahmer, Shari, y la ex esposa Joyce, citando la negligencia de los padres como la causa del reclamo.
La madre de Jeffrey, Joyce Flint, murió de cáncer en noviembre de 2000.
Antes de su muerte, había intentado suicidarse en al menos una ocasión.
El hermano menor de Jeffrey, David, cambió su apellido, y vive en el anonimato.

“Your honor, it is over now.
This has never been a case of trying to get free.
I didn't ever want freedom.
Frankly, I wanted death for myself.
This was a case to tell the world that I did what I did not for reasons of hate, I hated no one.
I know I was sick or evil, or both.
Now I believe I was sick.
The doctors have told me about my sickness and now I have some peace”



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