The Thin Red Line - 1964
“The two transports had sneaked up from the south in the first graying flush of dawn, their cumbersome mass cutting smoothly through the water whose still greater mass bore them silently, themselves s gray as the dawn which camouflaged them”
La Campaña de Guadalcanal, también conocida como La Batalla de Guadalcanal y codificada por los aliados como “Operación Watchtower”, se desarrolló entre el 7 de agosto de 1942, y el 9 de febrero de 1943; alrededor de La Isla de Guadalcanal, en el marco del frente del Pacífico de La Segunda Guerra Mundial.
Esta campaña militar, fue la mayor ofensiva lanzada por Los Aliados contra las fuerzas del Imperio del Japón.
La Batalla de Mount Austen, El Caballo al Galope y el Caballo de Mar, parte de la cual a veces se llama La Batalla del Gifu, tuvo lugar del 15 de diciembre de 1942 al 23 de enero de 1943; y fue principalmente un enfrentamiento entre los Estados Unidos y Las Fuerzas Japonesas Imperiales en las colinas cerca de la zona del río Matanikau, en Guadalcanal, durante La Campaña de Guadalcanal.
Las fuerzas de los EEUU estaban bajo el mando general de Alexander Patch, y las fuerzas japonesas estaban bajo el mando general de Harukichi Hyakutake.
La 1ª División de Marines, fue retirada para su recuperación, y en el transcurso del mes siguiente, El XIV Cuerpo del Ejército de los Estados Unidos, tomó el control de las operaciones en la isla.
Además, El General Mayor Alexander Patch, había reemplazado a Vandergrift como Comandante de Las Fuerzas Aliadas en Guadalcanal, que para enero sumaban 50.000 soldados.
En la batalla, soldados e infantes de marina de los EEUU, asistidos por isleños nativos de Las Islas Salomón, atacaron a Las Fuerzas del Ejército Japonés (IJA) que defendían posiciones bien fortificadas y atrincheradas en varias colinas y crestas.
Las colinas más prominentes, se llamaron:
Monte Austen, Caballo al Galope y Caballo de Mar por los estadounidenses.
El 18 de diciembre, tropas aliadas, principalmente del Ejército de los Estados Unidos, comenzaron a atacar las posiciones japonesas en El Monte Austen.
Una posición fortificada llamada Gifu, detuvo el ataque de Los Aliados, por lo que tuvieron que suspender temporalmente la ofensiva el 4 de enero.
Los Aliados reanudaron la ofensiva el 10 de enero, atacando nuevamente a las tropas japonesas que se encontraban en El Monte Austen, así como en 2 crestas cercanas conocidas como “Seahorse” y “Galloping Horse”
Después de algunas dificultades, Los Aliados capturaron las 3, el 23 de enero.
Al mismo tiempo, Marines de Estados Unidos avanzaron a lo largo de la costa norte de la isla; sin embargo, ambas partes experimentaron dificultades extremas para luchar en las espesas junglas y el ambiente tropical que existía en el área de batalla.
Muchas de las tropas estadounidenses, también estuvieron involucradas en sus primeras operaciones de combate.
Mientras los japoneses fueron en su mayoría privados del reabastecimiento y sufrieron mucho por la desnutrición y la falta de atención médica, por lo que decidieron abandonar Guadalcanal, y se retiraron a la costa oeste de la isla.
Desde ese lugar, la mayoría de las tropas japonesas supervivientes fueron evacuadas con éxito durante la primera semana de febrero de 1943.
Durante ese avance, alrededor de 3.000 soldados japoneses fueron muertos, y por el lado estadounidense hubo 250 fallecidos.
El escritor estadounidense, James Jones, escribió una novela tomando como marco esos eventos, y tomó como referencia cuando el mismo se alistó en el ejército estadounidense en el año 1939, sirviendo en El 27° Regimiento de Infantería del Ejército de los Estados Unidos, y La 25° División de Infantería; durante La Segunda Guerra Mundial, primero en Hawái, y después en Guadalcanal, donde fue herido en combate.
Su experiencia durante la guerra, inspiró las obras por las que sería reconocido.
Así, el ataque japonés a Pearl Harbor queda fielmente reflejado en una novela emblemática:
“From Here to Eternity” (1951), de la que se haría una famosa película 2 años después, y que ganaría el premio Oscar como Mejor Película; y varias versiones televisivas a principios de los 80; siendo “The Thin Red Line” (1962), probablemente su mayor logro, en la que narra sus experiencias en La Batalla de Guadalcanal, y que ha conocido 2 adaptaciones para el cine, en 1963 y en 1998.
De fuerte personalidad, y hábil cuando se trata de la psicología de sus personajes, en la actualidad, James Jones está considerado un autor de culto.
“The Thin Red Line” (1962) forma parte de una trilogía llamada “From Here to Eternity”, siendo ésta la 2ª entrega, que la precede:
“From Here to Eternity” (1951) y que finaliza con “Whistle” (1978), que fue completada por Willie Morris
La novela que nos ocupa, se basa en gran medida en las experiencias de Jones en La Batalla de Mount Austen, Caballo Galopante y “Kokumbona”, a la que rebautizó como “El Elefante Danzante”, “La Babosa de Mar” y “Bunabala” durante La Campaña de Guadalcanal de La Segunda Guerra Mundial.
El título “The Thin Red Line” proviene del poema “Tommy” de Rudyard Kipling, de la colección “Barrack-Room Ballads”, en el que Kipling describe a los soldados de infantería como “la delgada línea roja de eros”
El poema de Kipling se basa en la acción de 1854 de los soldados británicos durante La Guerra de Crimea llamada, “The Thin Red Line” o “Batalla de Balaclava”, que “solo una delgada línea roja separa el heroísmo de la locura”; y puede entenderse que alude hiperbólicamente a la línea de fusileros británicos en Balaclava, en 1854, ya que la expresión es emblemática.
Esos hechos se refieren al enrutamiento de una carga de caballería rusa por el Sutherland Highlanders 93rd (Highland) Regiment durante esa batalla, el 25 de octubre de 1854, durante La Guerra de Crimea.
“The Thin Red Line”, publicada originalmente en septiembre de 1962, comparte sus personajes centrales con las otras 2 novelas de La Segunda Guerra Mundial de Jones, aunque con sus nombres necesariamente alterados, y examina sus diferentes reacciones al combate.
Originalmente, Jones pretendía que los personajes masculinos centrales de su novela de guerra anterior, “From Here to Eternity”, aparecieran en este trabajo.
Pero Jones comentó que “la estructura dramática, yo podría decir que el contenido espiritual del primer libro exigía que Prewitt fuera asesinado al final”
Jones abordó el problema, cambiando los nombres de los 3 personajes de la primera novela, lo que les permitió aparecer en “The Thin Red Line”
El personaje de Prewitt, se convirtió en Witt; Warden se convirtió en Welsh; y Stark se convirtió en Storm.
La última novela de Jones, “Whistle” (1978), presenta un conjunto similar de personajes, ahora llamado Sargento Mart Winch, Bobby Prell y Johnny “Mother” Strange; mientras El Cabo Fife en “The Thin Red Line” también reaparece como empleado de la compañía de Marion Landers en “Whistle”
La novela retrata la batalla de forma realista, incluyendo varios actos particularmente espantosos, representados como respuestas naturales al entorno de los soldados, como el desentierro de un cadáver japonés por diversión, la ejecución sumaria de prisioneros japoneses, y la extracción de los dientes de oro de sus cadáveres.
La novela explora la idea de que la guerra moderna es una experiencia extremadamente personal y solitaria, en la que cada soldado sufre los horrores emocionales de la guerra por sí mismo.
De particular importancia, Jones relata su propia experiencia matando a un soldado japonés con sus propias manos.
La novela ha sido adaptada para el cine 2 veces, primero por Andrew Marton en 1964, y luego por Terrence Malick en 1998.
Esta última estuvo nominada en 7 categorías a los premios Oscar, que incluían:
Mejor película, guion adaptado, director, fotografía, música, montaje y sonido; pero no recibió ninguna estatuilla.
“This book is cheerfully dedicated to those greatest and most heroic of all human endeavors, War and Warfare; may they never cease to give us the pleasure, excitement and adrenal stimulation that we need, or provide us with the heroes, the presidents and the leaders, the monuments and museums which we erect to them in the name of Peace”
The Thin Red Line es una película bélica del año 1964, dirigida por Andrew Marton.
Protagonizada por Keir Dullea, Jack Warden, James Philbrook, Bob Kanter, Ray Daley, Merlyn Yordan, Jim Gillen, Kieron Moore, Charles Stalmaker, Steve Rowland, Gary Lasdun, entre otros.
El guión es de Bernard Gordon, basado en el libro homónimo de James Jones, que sigue la vida de varios soldados estadounidenses durante La Batalla de Guadalcanal; y se centra en la relación entre el joven rompe reglas, y “la supervivencia a cualquier costo” del soldado Doll (Keir Dullea), y el veterano Primer Sargento Welsh (Jack Warden); siendo una adaptación mucho más fiel a la novela y al universo de Jones, por el tratamiento dado en muchas de sus secuencias.
La película rodada en blanco y negro, fue filmada en España; y aunque tiene lugar en La Batalla de Guadalcanal, el emplazamiento está situado en Las Islas Salomón en el Océano Pacífico, al noreste de Australia.
Su nombre local es Isatabu, y contiene la capital del país, Honiara.
La isla es húmeda, y está compuesta en su mayoría de jungla con una superficie de 2.510 millas cuadradas, o 6.500 km²
Guadalcanal fue nombrado después de la ciudad natal de Pedro de Ortega Guadalcanal, en Andalucía, España.
Pedro de Ortega trabajó con Álvaro de Mendaña, que trazó la isla en 1568.
Así pues, The Thin Red Line es un oscuro cuento de la determinación de un hombre para sobrevivir a su servicio.
Primeramente separado de su esposa Judy (Merlyn Yordan), después de solo 8 días de matrimonio, el soldado Doll de repente decide que ya no seguirá ciegamente las órdenes de sus superiores, siguiendo su propia voluntad.
Lo que sigue son una serie de decisiones mal planeadas, en los que Doll salva el día, una y otra vez; conduciendo eventualmente a la toma del “Elefante” en La Batalla de Guadalcanal durante La Segunda Guerra Mundial.
Y es que además de combatir a los japoneses, los continuos enfrentamientos con El Sargento Welsh, que somete a Doll y sus compañeros a una dura disciplina, aumentarán el clima de violencia en el transcurso de la conquista de una importante posición enemiga.
Welsh, el oficial inmediato de Doll, siente afinidad por él, ayudándolo en su primer asesinato, pero nunca se permite admitir su admiración por el joven soldado.
Por su parte, Doll está enemistado con Welsh, pero en un momento de peligro, ambos se alían, y El Sargento deja entrever que le importa.
La escena final de la película, nos trae a casa el verdadero horror de la guerra y el sinsentido de todo; posiblemente, el ataque final que duró 7 días, no sea una gran cosa, y como filme tal vez no pase a los anales de la historia como alguno de esos cantos antibelicistas que pueblan las filmografías y los gustos personales de cada uno; pero lo que no se puede negar, es la brillantez y la honradez de una propuesta de profesionales comandados por el sólido Andrew Marton, que intentaron materializar en imágenes, las reflexiones acerca del horror y las sensaciones que experimento en sus propias carnes, a cargo de uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo pasado, que empezó su novela con una frase definitoria de lo inestable del comportamiento humano en un entorno bélico:
“Existe una delgada línea roja entre la razón y la locura”
Hasta el día de hoy, la película se ha eclipsado por completo por la posterior adaptación de la novela de Terrence Malick; pero sin lugar a dudas, esta es una película a descubrir y reivindicar.
“We're living in a world that's blowing itself to pieces as fast as everybody can arrange it”
The Thin Red Line es la última de una larga lista de películas sobre lo que John Dower ha llamado “una guerra sin piedad”; y es muy motivador comprobar, cómo se pueden encontrar películas de culto entre los olvidos de los años 60 y 70; pues en esos años, la distancia entre las grandes producciones y esas otras pequeñas joyas, era abismal, y no sólo en cuanto a costes, también en cuanto a la oficialidad del discurso.
Andrew Marton, no es el nombre más conocido de la historia del cine, ni lo será nunca, pero me guardo esta historia en el bolsillo de los films que merece la pena recordar, ver y volver a ver; y con 30 años de antelación respecto del remake de Malick; era un director poco conocido, usualmente un especialista en segundas unidades de rodaje; que agarró esta historia de una compañía de soldados noveles destinados a Guadalcanal, y supo sacarle buen jugo.
El argumento es conocido:
El mando persigue objetivos militares, y para ello emplea soldados, simples números a contabilizar en las listas de altas y bajas.
Los soldados persiguen salir vivos del atolladero, y en el proceso temen, se acobardan, o bien arriesgan y se endurecen.
El mando puede pensar, pero el soldado no debe hacerlo; pensar implica cuestionarse cosas, dudar; y en la guerra no se permiten dudas cuando estas provienen de la tropa, más aún, si las dudas recaen sobre las órdenes de los mandos.
El guión de The Thin Red Line, fue escrito por Bernard Gordon, un escritor de estudio para Columbia, que aún mantenía un trabajo estable y confiable después de haber sido incluido en La Lista Negra, gracias a productores como Charles Schneer y Philip Yordan, que produjeron esta película; que continuaban proporcionándole trabajos, primero bajo nombres destacados; luego, rehusándose a dejar de usar el suyo, después del audaz desafío de “Espartacus” (1960), que cambió la atmósfera del sistema.
Su trabajo en este guión, es igualmente estable y confiable, tomando un libro episódico masivo, con un conjunto en expansión, y desvistiéndolo a sus elementos icónicos a medida que los reordena en algo nuevo.
Está muy bien hecho, y crea escenarios poderosos y momentos de personajes, pero es una historia completamente nueva, reconstruida a partir de retazos de la novela.
La estructura básica de la novela está en su lugar, ya que La Compañía Charlie se encuentra entre las tropas que se arrojaron en la isla japonesa de Guadalcanal, en El Pacífico.
A medida que los lazos y enemistades se forman entre los hombres, tienen que atravesar la constante lluvia de fuego enemigo con el objetivo final de conquistar una enorme colina llamada “Elefante Danzante” por su forma desde el aire, y un campamento fortificado a través del cual, las tropas del enemigo están atrincheradas y abastecidas.
La película cambia el orden en que aparecen algunos episodios en la novela:
El “Elefante Danzante” se desplaza de la pieza central al clímax, lo que no daña las cosas, ya que ambos siguen siendo en definitiva momentos impresionantes.
Cuando el batallón de infantería estadounidense, a bordo de un buque se prepara para aterrizar en Guadalcanal.
Ellos son liderados por El Comandante Capitán Stone (Ray Dale)
El Primer Sargento Welsh, entabla amistad con Doll de una manera particular, y le dice que “la guerra es una locura, y la única forma en que los hombres pueden sobrevivir a la batalla, es vivir con ese hecho”
El Capitán le informa a Welsh, que no está satisfecho con su actitud.
Welsh y Doll continúan en desacuerdo entre sí, por el pensamiento independiente de Doll, que se extiende a que le robó una pistola a otro soldado que cree que le dará una ventaja para sobrevivir.
Una vez en tierra, La Compañía Charlie enfrenta a los japoneses, con Doll matando a un soldado japonés con su pistola robada, lo que aumenta la obsesión de Welsh con él.
Durante La Campaña, Doll muestra su pensamiento independiente, liderando un ataque exitoso contra emplazamientos enemigos, cuando el pelotón del Sargento Stack (Stephen Young) entra en pánico, y se muestra incapaz de liderar.
A medida que Doll gana experiencia en combate, su relación con Welsh se vuelve más tensa.
La Compañía Charlie es asignada para capturar una colina estratégica llamada “The Dancing Elephant”, que las otras 2 compañías no han podido capturar.
El acceso a través de un campo de minas llamado “The Bowling Alley”, lleva al Capitán Stone a negarse inicialmente a ordenar a sus hombres que entren en un campo de exterminio controlado por fuego enemigo.
Por tanto, Doll y Welsh suben por las colinas circundantes, y envían rocas al “Bowling Alley” que hace explotar las minas terrestres.
Aunque el ataque de La Compañía Charlie es un éxito, El Comandante del Batallón, El Teniente Coronel Tall (James Philbrook), le quita el mando al Capitán Stone por estar demasiado cerca de sus hombres.
La Compañía Charlie, luego captura una aldea retenida por el enemigo que parece retirarse, pero contraatacan durante la noche...
Los sobrevivientes, incluidos Doll y Welsh, atacan “The Dancing Elephant”, pero la tragedia se cierne sobre Welsh...
La película se centra en el soldado Doll para mostrar la verdad de la guerra, contraponiendo su actitud, independiente, autónoma, con la que desea inculcarle su Sargento, que pregona todo lo contrario.
El filme seguirá a estos 2 personajes, desarrollando sus motivaciones, tanto en los aspectos en que difieren como en los que coinciden.
Otro personaje interesante, es El Capitán de La Compañía, al que podríamos calificar de humano, demasiado humano; de ahí que su permanencia en el mando sea efímera, dejando paso a un sustituto más acorde con los gustos del alto mando.
Y es que The Thin Red Line es una película bélica, en la que lo principal es la evolución psicológica de los personajes, así como la actitud que unos y otros muestran respecto de sus semejantes; pero el conjunto se ha reducido principalmente a 2 hombres principales:
Doll es una fusión de 2 personajes del libro.
Su tocayo, era un bastardo astuto que a menudo se desempeñaba más allá del llamado del deber, como una máscara para su propia cobardía y celos contra otros hombres.
El otro era el soldado Bell, un filósofo interno meditativo, que reflexionaba sobre el destino de su esposa en su país, mientras fetichizaba y amonestaba el campo de batalla a su alrededor.
Este es el personaje que se muestra en pantalla, ya que el Doll de la película es un libre pensador que se niega a ceder a las insensibles órdenes de sus superiores, o abandona su culpabilidad al ver que tanto amigos como enemigos caen en el campo de batalla.
La escena en la que anota la primera muerte del grupo, cuando golpea a un soldado japonés extraviado con sus propias manos después de una feroz pelea, es tan poderoso aquí como lo fue en la novela, y cuando se siente más cómodo con matar como el de la película, es como el resultado de lo que él vertió sus emociones en sus acciones, haciéndolo cada vez más inestable, en lugar de enterrarlas como un “buen soldado”
Los rasgos del personaje de la novela de Doll, se sienten fuera de lugar aquí, ya que el robo de una pistola y granadas, ya no tiene el encanto que los vendió, pero cuelga el impulso emocional de ese personaje sobre las lamentables filosofías de Bell, que en realidad funciona bastante bien, y hay un nuevo gran momento culminante en el que Doll está tan aturdido por haber matado a los soldados enemigos, que sigue disparando a sus propios hombres, y solo se rinde cuando se queda sin munición.
El otro personaje principal es El Sargento Welsh.
En la novela, era un anarquista sádico que se deleitaba con su propia inestabilidad, y el efecto que tenía en los demás, incluso cuando esto le permitía realizar hazañas espectaculares en el campo de batalla, y emitir juicios drásticos que causarían la congelación de los demás.
Aquí, todavía tiene la maldad y la constante sensación de placer, pero en lugar de ser un antagonista, a pesar de que Doll lo ve como tal, es una figura mentora que cree genuinamente que la única manera de evitar que sus hombres entren en el campo de batalla, es descartarlos él mismo; pues los empuja sobre un borde metafórico, por lo que cuando se encuentran con uno real en el campo de batalla, no dudarán.
Y esto se muestra de manera eficaz ya que, aparte de las frecuentes luchas de Doll, todos actúan hábil y admirablemente, y Welsh inspira a Doll, en la última lección de que realmente sabía lo que era ser un buen soldado, y ahora es Doll quien acepta su destino con los brazos abiertos.
Esta actitud, es la mayor alteración de una novela que fue un examen cínico y sarcástico, de cómo el infierno del campo de batalla enloqueció a la gente de una manera que era casi adictiva, con la violencia creando una cadena de violencia, activando un interruptor en personas que no podían manejarlo fácilmente.
Aquí, todos los horrores están en exhibición:
El soldado herido que los japoneses se niegan a terminar en el medio de un campo de batalla para seguir gritando, el líder del pelotón, El Capitán Stone, cambiado por Stein, como un hilo antisemita de la novela que fue censurado, siendo destituido de su comando solo porque supuso que borraba a todos sus hombres en una misión suicida, pues las personas caían por las balas y los morteros, y nunca se sabe si su amigo va a llegar a la otro lado sano y salvo; pero ahora se presentan como desafíos que los soldados deben superar, para hacer su parte, para salvar el día al final, en lugar de simplemente matar, con promociones que son una recompensa barata que las personas usan para justificar más muertes.
Para un ejemplo específico, hay una escena en la que soldados que patrullan, encuentran una fosa común de japoneses muertos.
En el libro, se convertía en soldados que se elevaban unos a otros en términos de las partes del cuerpo que podían arrancar, y el botín que podían encontrar en los bolsillos, o en los empastes dentales.
Aquí, se convierte en una lección de advertencia, ya que Welsh respalda a todos, y muestra que la tumba es una trampa minada.
En otra escena interesante, original de la película, los soldados conquistaron el campamento japonés, y pasaron la noche escarbando en recuerdos y bebiendo sake, sin saber que los japoneses han estado al acecho en las trincheras debajo de las cabañas.
Disparan a los estadounidenses, derribando a más de 2/3 del pelotón, antes de que se los maten.
Es una gran escena de horror, de cómo bajar la guardia puede llevar a la muerte de docenas... pero de nuevo, se le niega el cinismo de la novela cuando los soldados supervivientes se unen, jurando unirse y derrotar al “Elefante Danzante”, una secuencia dibujada más de la mitad del libro, que ahora se ha reducido a los heroicos últimos 15 minutos.
Una vez más, Doll es el único que parece estar en desarrollo por los acontecimientos.
Por otra parte, la homosexualidad en el campo de batalla se explora abiertamente en la novela, centrada principalmente en el personaje de Fife (Bob Kanter) aunque Doll de la novela tuvo su propio encuentro en un momento posterior.
Aquí, Fife es el mejor amigo de Doll, y los 2 tienen un vínculo estrecho a lo largo de sus tiernas interacciones.
Durante la fiesta en el campamento, Fife se desnuda y se arregla con ropa interior de mujer, una túnica geisha y maquillaje para parecer una “drag queen”, y monta un espectáculo para los hombres.
Doll se resiente porque no lo ve como mujer, sino como un hombre con sentimientos, aunque Fife lo vea como “amante”
Por tanto, los chicos se lo comen, aplaudiendo, mientras Fife se quita las medias, pero Doll mantiene su distancia.
Se siente incómodo con este lado de Fife, pero no puede quitarle los ojos del hombre, y Fife quitándose una media de su pierna, refleja un recuerdo que Doll había tenido antes de los 8 días de matrimonio que pasó con su esposa, antes de embarcarse.
Sus sentimientos mutuos no se resuelven hasta la emboscada, que deja a Fife, todavía vestido entre los montones de muertos.
Es un subtexto extraño para poner en la película, y en realidad nunca se habla de ello, pero que está entre renglones, más con el tiempo gastado en un reloj que Doll le prestó a Fife que representa cómo pasaron el tiempo juntos, o bien, cuando comparten el chocolate, que Welsh reclama querer… pero con Doll.
No es casual el nombre “Doll” como “muñeca” que tanto Fife como Welsh tratan de conquistar, cada uno a su manera.
Algo se siente un poco perdido o reescrito en el guión en puntos como este, ya que parece querer explorar algo tabú, solo para ser sellado con algo típico y seguro.
Cuál es la mayor falla de la película en general, que se le ha entregado una audaz obra de literatura que cobraba de frente en material controvertido, pero las aceptaciones del estudio de la época, significaban que tenían que “arreglarlo”, dejándolo simplemente otra película de guerra.
El guión, aunque comprometido, sigue siendo bastante fuerte, con una escalada constante tanto para la historia como para los personajes.
La rivalidad entre Doll y Welsh, tiene mucha más complejidad que un típico argumento de “guerra pro vs guerra”
Y la dirección es muy limpia.
No he hablado mucho sobre Andrew Marton, porque su trabajo aquí es admirable al permitir que el material se desarrolle.
Por lo demás, la labor de dirección es francamente buena, y la recreación de los combates bastante veraz, con pocas concesiones a la galería, sin omitir la violencia y el terror inherentes a la guerra.
Secuencias como la del consuelo que le ofrece el personaje de Warden al de Dullea, cuando éste mata a su primer enemigo y le comenta que “sólo es un pedazo de carne”, un diálogo que se repite al final de la película, unificando a todos los contendientes, refuerzan ese punto de vista en su línea argumental.
Un punto de vista que no es otra cosa que la conjunción o la plasmación a través de un collage repleto de dramas individuales que basculan entre el dolor, el miedo y el sufrimiento de unos hombres que no luchan por motivos patrióticos, sino por puro instinto de supervivencia frente a la mezquindad del hombre, ofrecidos con un vigor narrativo encomiable, producto de las páginas de James Jones, y unas secuencias de acción a retener las finales del asalto al peñón llamado, “El Elefante Danzante”, defendido por los japoneses que, a pesar de rozar lo inverosímil en algún momento, debido a una concepción errónea del montaje para crear una confusión algo artificiosa, un factor producido posiblemente al no tratarse de una película de una gran productora, y no disponer de un presupuesto más holgado.
Más allá de lo que hiciera Malick en los 90, es extraordinario el tratamiento de los sentimientos de los soldados, de sus impulsos y reacciones, sus miedos ocultos o bien latentes, y la evolución de todos ellos por el empuje de los acontecimientos bélicos y del contacto con la muerte.
Y para los amantes de este género, las escenas de combate están rodadas con tal inteligencia, que no se echa de menos un mayor presupuesto.
Además, se introducen notables diferencias respecto a la novela:
Por una parte, la narración del libro se comprime totalmente en la película, que aligera los hechos, y en ocasiones, la acción transcurre demasiado acelerada.
Pero además, los personajes de la novela de James Jones, quedan totalmente desfigurados en el filme, como se dijo anteriormente.
La coralidad era imperante en la novela, que construía un mundo repleto por las diversas visiones, que eran numerosas, como un tejido constituido por todos los hombres que aportaban los soldados.
Sin embargo, en el filme, la voz ha quedado reducida prácticamente a 3 soldados, que son los que sirven de parábola al cineasta para desarrollar el mensaje del filme.
La crítica de la novela original, que además queda prácticamente difuminada, así como las relaciones homosexuales entre algunos de los soldados, es algo que no podía ser presentado en un contexto como el mediados de los 60.
Y lo más increíble de todo, esto es Guadalcanal, y no la por entonces no iniciada Guerra de Vietnam, y el año de rodaje es 1964, y no 1984.
Esas cosas que tiene la serie B, que la hacen en ocasiones tan necesaria; porque, hemos de tener en cuenta, que en el 1964, los Estados Unidos estaban inmersos en otro conflicto bélico, que paradójicamente también tenía lugar en el continente asiático.
Hablo claro está, de La Guerra del Vietnam, que empezaba ya a manifestar unas consecuencias trágicas.
No parece demasiado extraño que, mientras veamos The Thin Red Line, se nos evoque la misma guerra que estaba teniendo lugar a aquellos años.
Por otro lado, la mención a los japoneses es mínima, sólo los vemos luchar y morir, y podrían ser de hecho perfectamente los mismos vietnamitas; y además, la orografía del terreno tiene cierta semejanza con la del Vietnam, pues en la película vemos también a los soldados de EEUU, adentrarse en un territorio totalmente hostil y salvaje.
El director, del que se dice que es el verdadero artífice de la carrera de cuadrigas de “Ben-Hur” (1959), encontramos más acción que la filosofía discursiva de la novela, que tan bien reflejó Malick en su largometraje; y aun así, los momentos en el que los personajes se definen, están bien mostrados.
El menos importante de todos ellos, es El Oficial de La Compañía, que lo interpreta Ray Daley, y que la película lo utiliza en esta ocasión de la misma manera que en la novela.
El personaje es uno de los pocos responsables del ejército, que no quiere enviar a sus soldados a una muerte segura, y por ese motivo se muestra reticente a acatar una orden que le envía un superior, El Capitán Tall, que interpreta James Philbrook; motivo por el cual, será revelado de su puesto.
La película hace hincapié en los capitanes como Tall, que con tan de conseguir un ascenso en el escalafón militar, no tienen remordimientos en enviar sus soldados a una muerte casi segura.
Hay un soldado recién llegado que evoluciona, un sargento veterano algo cabrón, pero excelente compañero, un capitán enrolado que le cortan las alas, un coronel deshumanizado que sólo ve números y mapas...
Y unos enemigos que son sólo carne, dicho esto y repetido en más de una ocasión durante la película; y claro está, aparecen las referencias a las relaciones homosexuales que se daban en el frente, y el avispado puede encontrar alguna pincelada en determinados episodios.
Por ejemplo, en el libro, en el campo de batalla durante La Segunda Guerra Mundial, Fife y Bead hablaron sobre “ayudarse unos a otros”, y aliviar sus impulsos sexuales, en esta novela publicada por primera vez en 1962.
El autor James Jones escribió:
“Bead, descubriendo que no fue rechazado, ahora se volvió más seguro en su voz y en su arte de vender...
Aparentemente no le hizo ninguna diferencia, y no le preocupó que sugiriera algo homosexual...
¿Qué podría hacer un hombre?
Nada, eso era todo...
A menos que los chicos se ayudaran unos a otros de vez en cuando; era eso, o te encuentras un cocinero o panadero “queer” en algún lugar, o no era nada…
Los chicos se podrían ayudar mutuamente, se suponía Bead.
Cuando comenzó a arrastrarse hasta el costado de la carpa de Fife, se detuvo y dijo:
“Bueno, ¿qué dices?”
Dijo alegremente.
“¿Nos ayudaremos mutuamente?
Te lo haré si me lo haces a mí.
No quiero que pienses que no soy raro, o nada de eso”
“Bueno, tampoco tienes idea de que yo soy raro”, había respondido Fife…
En general, esa es una exploración bastante profunda de una de las realidades de la guerra, que madres y amas de casa estadounidenses en ese momento tal vez no querían cara:
¡Sus hombres tenían necesidades!
Mientras muchos japoneses, pero a ninguno se le individualiza ni prácticamente se le humaniza, como es normal en el cine bélico desde los tiempos de la propia guerra hasta época muy reciente; son solo muñequitos que se mueven y a los que hay que disparar antes de que te disparen, como en los videojuegos.
Pero tampoco vamos a echarle eso en cara a la industria cinematográfica yanqui de los 60.
Del reparto, como era de esperar, el duelo interpretativo entre Keir Dullea y Jack Warden, que nunca ha estado mejor, es magistral, en la importante dicotomía del film, la encontramos con ellos.
Doll es el prototipo de recluta que inicia un proceso de autodestrucción a medida que avanza la guerra, perdiendo paulatinamente la cordura, y convirtiéndose en una máquina insensible.
Por su parte, Welsh representa el soldado ya curtido en batallas, y que cree que la vida es irracional, como lo es la guerra.
Entre los 2 existe una contradicción constante que el filme explotará repetidamente, hasta el clímax final de la película, en la que las ideologías de uno y otro se fundirán en la que seguramente es la escena más bella del filme.
Las escenas de acción, en general son sencillamente espectaculares, recreando batallas intensas, en secuencias de una muy generosa duración para deleite de los aficionados al cine bélico; y utiliza unas secuencias bélicas que se aprovechan de la fotografía expresionista que firma Manuel Berenguer, y que muestran la confusión total que hay en la guerra.
Sin duda, el ascenso a la cima del “Elefante Bailarín”, es la mejor parte de la película.
“...It separates the coward from the brave, the tough and the tender, sex and love!”
En el marco histórico de La Batalla de Guadalcanal, el 15 de enero, un representante de IJA de Rabaul, llegó a Guadalcanal en una misión de Tokio Express, e informó a Hyakutake, de la decisión de retirar las fuerzas japonesas de la isla.
Aceptando de mala gana la orden, el personal del 17° Ejército comunicó el plan de evacuación de Ke, a sus fuerzas, el 18 de enero.
El plan ordenó a La 38ª División que se retirara, y se retirara hacia Cape Esperance, en el extremo occidental de Guadalcanal, a partir del 20 de enero.
La retirada de La 38ª, sería cubierta por La 2ª División y otras unidades, que luego seguirían La 38ª hacia el oeste.
Se alentó a las tropas que no pudieran moverse, a suicidarse para “defender el honor del Ejército Imperial”.
Desde Cape Esperance, la armada japonesa planeó evacuar las fuerzas del ejército durante los últimos días de enero, y la primera semana de febrero, con una fecha prevista de finalización de la evacuación del 10 de febrero.
Los EEUU y sus aliados, confundieron los preparativos japoneses para Ke, como otro intento de refuerzo.
Con esto en mente, Patch ordenó a sus fuerzas lanzar otra ofensiva contra las fuerzas japonesas al oeste de Matanikau.
El 21 de enero, los regimientos 27° y 161° avanzaron hacia el oeste desde el área del Caballo Galopante.
Los estadounidenses, desconocedores de que La 38ª División se estaba retirando en preparación para evacuar la isla, se sorprendieron al encontrar una ligera resistencia.
Avanzando más rápido a través de las colinas y cimas interiores de lo que los japoneses habían anticipado, para el 22 de enero, los estadounidenses estaban en posición de capturar Kokumbona en la costa, El Cuartel General del 17° Ejército, y cortar completamente el resto de La 2ª División.
Reaccionando rápidamente a la situación, los japoneses evacuaron apresuradamente Kokumbona, y ordenaron a La 2ª División que se retirara hacia el oeste inmediatamente.
Los estadounidenses capturaron Kokumbona el 23 de enero; aunque algunas unidades japonesas quedaron atrapadas entre las fuerzas estadounidenses, fueron destruidas, y la mayoría de los sobrevivientes de La 2ª División, escaparon.
Durante la semana siguiente, la retaguardia japonesa, asistida por un terreno difícil, efectivamente retrasó el avance estadounidense hacia el oeste desde Kokumbona.
El General Patch, que aún creía que un esfuerzo de refuerzo japonés era inminente, mantuvo a la mayoría de sus fuerzas de vuelta, protegiendo al Henderson Field, enviando solo un regimiento a la vez para continuar el avance.
Por tanto, la mayoría de las fuerzas del ejército japonés supervivientes, pudieron reunirse en Cape Esperance a fines de enero.
Los días 1, 4, y 7 de febrero, los buques de guerra japoneses evacuaron con éxito a 10.652 soldados de la isla.
El 9 de febrero, los estadounidenses descubrieron que los japoneses habían desaparecido, y habían declarado seguro a Guadalcanal.
En retrospectiva, algunos historiadores han criticado a los estadounidenses, especialmente a Patch y al Almirante William Halsey, Comandante de Las Fuerzas Aliadas en El Pacífico Sur, por no aprovechar su superioridad terrestre, aérea y naval, para evitar la exitosa evacuación japonesa de la mayoría de sus supervivientes.
Sin embargo, la campaña exitosa más grande para recuperar Guadalcanal de los japoneses, fue una importante victoria estratégica para los Estados Unidos y sus aliados.
Aprovechando su éxito en Guadalcanal y en otros lugares, Los Aliados continuaron su campaña contra Japón, que finalmente culminó con la derrota de Japón y el final de La Segunda Guerra Mundial.
“There's only a thin red line between the sane and the mad”
La Campaña de Guadalcanal, también conocida como La Batalla de Guadalcanal y codificada por los aliados como “Operación Watchtower”, se desarrolló entre el 7 de agosto de 1942, y el 9 de febrero de 1943; alrededor de La Isla de Guadalcanal, en el marco del frente del Pacífico de La Segunda Guerra Mundial.
Esta campaña militar, fue la mayor ofensiva lanzada por Los Aliados contra las fuerzas del Imperio del Japón.
La Batalla de Mount Austen, El Caballo al Galope y el Caballo de Mar, parte de la cual a veces se llama La Batalla del Gifu, tuvo lugar del 15 de diciembre de 1942 al 23 de enero de 1943; y fue principalmente un enfrentamiento entre los Estados Unidos y Las Fuerzas Japonesas Imperiales en las colinas cerca de la zona del río Matanikau, en Guadalcanal, durante La Campaña de Guadalcanal.
Las fuerzas de los EEUU estaban bajo el mando general de Alexander Patch, y las fuerzas japonesas estaban bajo el mando general de Harukichi Hyakutake.
La 1ª División de Marines, fue retirada para su recuperación, y en el transcurso del mes siguiente, El XIV Cuerpo del Ejército de los Estados Unidos, tomó el control de las operaciones en la isla.
Además, El General Mayor Alexander Patch, había reemplazado a Vandergrift como Comandante de Las Fuerzas Aliadas en Guadalcanal, que para enero sumaban 50.000 soldados.
En la batalla, soldados e infantes de marina de los EEUU, asistidos por isleños nativos de Las Islas Salomón, atacaron a Las Fuerzas del Ejército Japonés (IJA) que defendían posiciones bien fortificadas y atrincheradas en varias colinas y crestas.
Las colinas más prominentes, se llamaron:
Monte Austen, Caballo al Galope y Caballo de Mar por los estadounidenses.
El 18 de diciembre, tropas aliadas, principalmente del Ejército de los Estados Unidos, comenzaron a atacar las posiciones japonesas en El Monte Austen.
Una posición fortificada llamada Gifu, detuvo el ataque de Los Aliados, por lo que tuvieron que suspender temporalmente la ofensiva el 4 de enero.
Los Aliados reanudaron la ofensiva el 10 de enero, atacando nuevamente a las tropas japonesas que se encontraban en El Monte Austen, así como en 2 crestas cercanas conocidas como “Seahorse” y “Galloping Horse”
Después de algunas dificultades, Los Aliados capturaron las 3, el 23 de enero.
Al mismo tiempo, Marines de Estados Unidos avanzaron a lo largo de la costa norte de la isla; sin embargo, ambas partes experimentaron dificultades extremas para luchar en las espesas junglas y el ambiente tropical que existía en el área de batalla.
Muchas de las tropas estadounidenses, también estuvieron involucradas en sus primeras operaciones de combate.
Mientras los japoneses fueron en su mayoría privados del reabastecimiento y sufrieron mucho por la desnutrición y la falta de atención médica, por lo que decidieron abandonar Guadalcanal, y se retiraron a la costa oeste de la isla.
Desde ese lugar, la mayoría de las tropas japonesas supervivientes fueron evacuadas con éxito durante la primera semana de febrero de 1943.
Durante ese avance, alrededor de 3.000 soldados japoneses fueron muertos, y por el lado estadounidense hubo 250 fallecidos.
El escritor estadounidense, James Jones, escribió una novela tomando como marco esos eventos, y tomó como referencia cuando el mismo se alistó en el ejército estadounidense en el año 1939, sirviendo en El 27° Regimiento de Infantería del Ejército de los Estados Unidos, y La 25° División de Infantería; durante La Segunda Guerra Mundial, primero en Hawái, y después en Guadalcanal, donde fue herido en combate.
Su experiencia durante la guerra, inspiró las obras por las que sería reconocido.
Así, el ataque japonés a Pearl Harbor queda fielmente reflejado en una novela emblemática:
“From Here to Eternity” (1951), de la que se haría una famosa película 2 años después, y que ganaría el premio Oscar como Mejor Película; y varias versiones televisivas a principios de los 80; siendo “The Thin Red Line” (1962), probablemente su mayor logro, en la que narra sus experiencias en La Batalla de Guadalcanal, y que ha conocido 2 adaptaciones para el cine, en 1963 y en 1998.
De fuerte personalidad, y hábil cuando se trata de la psicología de sus personajes, en la actualidad, James Jones está considerado un autor de culto.
“The Thin Red Line” (1962) forma parte de una trilogía llamada “From Here to Eternity”, siendo ésta la 2ª entrega, que la precede:
“From Here to Eternity” (1951) y que finaliza con “Whistle” (1978), que fue completada por Willie Morris
La novela que nos ocupa, se basa en gran medida en las experiencias de Jones en La Batalla de Mount Austen, Caballo Galopante y “Kokumbona”, a la que rebautizó como “El Elefante Danzante”, “La Babosa de Mar” y “Bunabala” durante La Campaña de Guadalcanal de La Segunda Guerra Mundial.
El título “The Thin Red Line” proviene del poema “Tommy” de Rudyard Kipling, de la colección “Barrack-Room Ballads”, en el que Kipling describe a los soldados de infantería como “la delgada línea roja de eros”
El poema de Kipling se basa en la acción de 1854 de los soldados británicos durante La Guerra de Crimea llamada, “The Thin Red Line” o “Batalla de Balaclava”, que “solo una delgada línea roja separa el heroísmo de la locura”; y puede entenderse que alude hiperbólicamente a la línea de fusileros británicos en Balaclava, en 1854, ya que la expresión es emblemática.
Esos hechos se refieren al enrutamiento de una carga de caballería rusa por el Sutherland Highlanders 93rd (Highland) Regiment durante esa batalla, el 25 de octubre de 1854, durante La Guerra de Crimea.
“The Thin Red Line”, publicada originalmente en septiembre de 1962, comparte sus personajes centrales con las otras 2 novelas de La Segunda Guerra Mundial de Jones, aunque con sus nombres necesariamente alterados, y examina sus diferentes reacciones al combate.
Originalmente, Jones pretendía que los personajes masculinos centrales de su novela de guerra anterior, “From Here to Eternity”, aparecieran en este trabajo.
Pero Jones comentó que “la estructura dramática, yo podría decir que el contenido espiritual del primer libro exigía que Prewitt fuera asesinado al final”
Jones abordó el problema, cambiando los nombres de los 3 personajes de la primera novela, lo que les permitió aparecer en “The Thin Red Line”
El personaje de Prewitt, se convirtió en Witt; Warden se convirtió en Welsh; y Stark se convirtió en Storm.
La última novela de Jones, “Whistle” (1978), presenta un conjunto similar de personajes, ahora llamado Sargento Mart Winch, Bobby Prell y Johnny “Mother” Strange; mientras El Cabo Fife en “The Thin Red Line” también reaparece como empleado de la compañía de Marion Landers en “Whistle”
La novela retrata la batalla de forma realista, incluyendo varios actos particularmente espantosos, representados como respuestas naturales al entorno de los soldados, como el desentierro de un cadáver japonés por diversión, la ejecución sumaria de prisioneros japoneses, y la extracción de los dientes de oro de sus cadáveres.
La novela explora la idea de que la guerra moderna es una experiencia extremadamente personal y solitaria, en la que cada soldado sufre los horrores emocionales de la guerra por sí mismo.
De particular importancia, Jones relata su propia experiencia matando a un soldado japonés con sus propias manos.
La novela ha sido adaptada para el cine 2 veces, primero por Andrew Marton en 1964, y luego por Terrence Malick en 1998.
Esta última estuvo nominada en 7 categorías a los premios Oscar, que incluían:
Mejor película, guion adaptado, director, fotografía, música, montaje y sonido; pero no recibió ninguna estatuilla.
“This book is cheerfully dedicated to those greatest and most heroic of all human endeavors, War and Warfare; may they never cease to give us the pleasure, excitement and adrenal stimulation that we need, or provide us with the heroes, the presidents and the leaders, the monuments and museums which we erect to them in the name of Peace”
The Thin Red Line es una película bélica del año 1964, dirigida por Andrew Marton.
Protagonizada por Keir Dullea, Jack Warden, James Philbrook, Bob Kanter, Ray Daley, Merlyn Yordan, Jim Gillen, Kieron Moore, Charles Stalmaker, Steve Rowland, Gary Lasdun, entre otros.
El guión es de Bernard Gordon, basado en el libro homónimo de James Jones, que sigue la vida de varios soldados estadounidenses durante La Batalla de Guadalcanal; y se centra en la relación entre el joven rompe reglas, y “la supervivencia a cualquier costo” del soldado Doll (Keir Dullea), y el veterano Primer Sargento Welsh (Jack Warden); siendo una adaptación mucho más fiel a la novela y al universo de Jones, por el tratamiento dado en muchas de sus secuencias.
La película rodada en blanco y negro, fue filmada en España; y aunque tiene lugar en La Batalla de Guadalcanal, el emplazamiento está situado en Las Islas Salomón en el Océano Pacífico, al noreste de Australia.
Su nombre local es Isatabu, y contiene la capital del país, Honiara.
La isla es húmeda, y está compuesta en su mayoría de jungla con una superficie de 2.510 millas cuadradas, o 6.500 km²
Guadalcanal fue nombrado después de la ciudad natal de Pedro de Ortega Guadalcanal, en Andalucía, España.
Pedro de Ortega trabajó con Álvaro de Mendaña, que trazó la isla en 1568.
Así pues, The Thin Red Line es un oscuro cuento de la determinación de un hombre para sobrevivir a su servicio.
Primeramente separado de su esposa Judy (Merlyn Yordan), después de solo 8 días de matrimonio, el soldado Doll de repente decide que ya no seguirá ciegamente las órdenes de sus superiores, siguiendo su propia voluntad.
Lo que sigue son una serie de decisiones mal planeadas, en los que Doll salva el día, una y otra vez; conduciendo eventualmente a la toma del “Elefante” en La Batalla de Guadalcanal durante La Segunda Guerra Mundial.
Y es que además de combatir a los japoneses, los continuos enfrentamientos con El Sargento Welsh, que somete a Doll y sus compañeros a una dura disciplina, aumentarán el clima de violencia en el transcurso de la conquista de una importante posición enemiga.
Welsh, el oficial inmediato de Doll, siente afinidad por él, ayudándolo en su primer asesinato, pero nunca se permite admitir su admiración por el joven soldado.
Por su parte, Doll está enemistado con Welsh, pero en un momento de peligro, ambos se alían, y El Sargento deja entrever que le importa.
La escena final de la película, nos trae a casa el verdadero horror de la guerra y el sinsentido de todo; posiblemente, el ataque final que duró 7 días, no sea una gran cosa, y como filme tal vez no pase a los anales de la historia como alguno de esos cantos antibelicistas que pueblan las filmografías y los gustos personales de cada uno; pero lo que no se puede negar, es la brillantez y la honradez de una propuesta de profesionales comandados por el sólido Andrew Marton, que intentaron materializar en imágenes, las reflexiones acerca del horror y las sensaciones que experimento en sus propias carnes, a cargo de uno de los grandes escritores estadounidenses del siglo pasado, que empezó su novela con una frase definitoria de lo inestable del comportamiento humano en un entorno bélico:
“Existe una delgada línea roja entre la razón y la locura”
Hasta el día de hoy, la película se ha eclipsado por completo por la posterior adaptación de la novela de Terrence Malick; pero sin lugar a dudas, esta es una película a descubrir y reivindicar.
“We're living in a world that's blowing itself to pieces as fast as everybody can arrange it”
The Thin Red Line es la última de una larga lista de películas sobre lo que John Dower ha llamado “una guerra sin piedad”; y es muy motivador comprobar, cómo se pueden encontrar películas de culto entre los olvidos de los años 60 y 70; pues en esos años, la distancia entre las grandes producciones y esas otras pequeñas joyas, era abismal, y no sólo en cuanto a costes, también en cuanto a la oficialidad del discurso.
Andrew Marton, no es el nombre más conocido de la historia del cine, ni lo será nunca, pero me guardo esta historia en el bolsillo de los films que merece la pena recordar, ver y volver a ver; y con 30 años de antelación respecto del remake de Malick; era un director poco conocido, usualmente un especialista en segundas unidades de rodaje; que agarró esta historia de una compañía de soldados noveles destinados a Guadalcanal, y supo sacarle buen jugo.
El argumento es conocido:
El mando persigue objetivos militares, y para ello emplea soldados, simples números a contabilizar en las listas de altas y bajas.
Los soldados persiguen salir vivos del atolladero, y en el proceso temen, se acobardan, o bien arriesgan y se endurecen.
El mando puede pensar, pero el soldado no debe hacerlo; pensar implica cuestionarse cosas, dudar; y en la guerra no se permiten dudas cuando estas provienen de la tropa, más aún, si las dudas recaen sobre las órdenes de los mandos.
El guión de The Thin Red Line, fue escrito por Bernard Gordon, un escritor de estudio para Columbia, que aún mantenía un trabajo estable y confiable después de haber sido incluido en La Lista Negra, gracias a productores como Charles Schneer y Philip Yordan, que produjeron esta película; que continuaban proporcionándole trabajos, primero bajo nombres destacados; luego, rehusándose a dejar de usar el suyo, después del audaz desafío de “Espartacus” (1960), que cambió la atmósfera del sistema.
Su trabajo en este guión, es igualmente estable y confiable, tomando un libro episódico masivo, con un conjunto en expansión, y desvistiéndolo a sus elementos icónicos a medida que los reordena en algo nuevo.
Está muy bien hecho, y crea escenarios poderosos y momentos de personajes, pero es una historia completamente nueva, reconstruida a partir de retazos de la novela.
La estructura básica de la novela está en su lugar, ya que La Compañía Charlie se encuentra entre las tropas que se arrojaron en la isla japonesa de Guadalcanal, en El Pacífico.
A medida que los lazos y enemistades se forman entre los hombres, tienen que atravesar la constante lluvia de fuego enemigo con el objetivo final de conquistar una enorme colina llamada “Elefante Danzante” por su forma desde el aire, y un campamento fortificado a través del cual, las tropas del enemigo están atrincheradas y abastecidas.
La película cambia el orden en que aparecen algunos episodios en la novela:
El “Elefante Danzante” se desplaza de la pieza central al clímax, lo que no daña las cosas, ya que ambos siguen siendo en definitiva momentos impresionantes.
Cuando el batallón de infantería estadounidense, a bordo de un buque se prepara para aterrizar en Guadalcanal.
Ellos son liderados por El Comandante Capitán Stone (Ray Dale)
El Primer Sargento Welsh, entabla amistad con Doll de una manera particular, y le dice que “la guerra es una locura, y la única forma en que los hombres pueden sobrevivir a la batalla, es vivir con ese hecho”
El Capitán le informa a Welsh, que no está satisfecho con su actitud.
Welsh y Doll continúan en desacuerdo entre sí, por el pensamiento independiente de Doll, que se extiende a que le robó una pistola a otro soldado que cree que le dará una ventaja para sobrevivir.
Una vez en tierra, La Compañía Charlie enfrenta a los japoneses, con Doll matando a un soldado japonés con su pistola robada, lo que aumenta la obsesión de Welsh con él.
Durante La Campaña, Doll muestra su pensamiento independiente, liderando un ataque exitoso contra emplazamientos enemigos, cuando el pelotón del Sargento Stack (Stephen Young) entra en pánico, y se muestra incapaz de liderar.
A medida que Doll gana experiencia en combate, su relación con Welsh se vuelve más tensa.
La Compañía Charlie es asignada para capturar una colina estratégica llamada “The Dancing Elephant”, que las otras 2 compañías no han podido capturar.
El acceso a través de un campo de minas llamado “The Bowling Alley”, lleva al Capitán Stone a negarse inicialmente a ordenar a sus hombres que entren en un campo de exterminio controlado por fuego enemigo.
Por tanto, Doll y Welsh suben por las colinas circundantes, y envían rocas al “Bowling Alley” que hace explotar las minas terrestres.
Aunque el ataque de La Compañía Charlie es un éxito, El Comandante del Batallón, El Teniente Coronel Tall (James Philbrook), le quita el mando al Capitán Stone por estar demasiado cerca de sus hombres.
La Compañía Charlie, luego captura una aldea retenida por el enemigo que parece retirarse, pero contraatacan durante la noche...
Los sobrevivientes, incluidos Doll y Welsh, atacan “The Dancing Elephant”, pero la tragedia se cierne sobre Welsh...
La película se centra en el soldado Doll para mostrar la verdad de la guerra, contraponiendo su actitud, independiente, autónoma, con la que desea inculcarle su Sargento, que pregona todo lo contrario.
El filme seguirá a estos 2 personajes, desarrollando sus motivaciones, tanto en los aspectos en que difieren como en los que coinciden.
Otro personaje interesante, es El Capitán de La Compañía, al que podríamos calificar de humano, demasiado humano; de ahí que su permanencia en el mando sea efímera, dejando paso a un sustituto más acorde con los gustos del alto mando.
Y es que The Thin Red Line es una película bélica, en la que lo principal es la evolución psicológica de los personajes, así como la actitud que unos y otros muestran respecto de sus semejantes; pero el conjunto se ha reducido principalmente a 2 hombres principales:
Doll es una fusión de 2 personajes del libro.
Su tocayo, era un bastardo astuto que a menudo se desempeñaba más allá del llamado del deber, como una máscara para su propia cobardía y celos contra otros hombres.
El otro era el soldado Bell, un filósofo interno meditativo, que reflexionaba sobre el destino de su esposa en su país, mientras fetichizaba y amonestaba el campo de batalla a su alrededor.
Este es el personaje que se muestra en pantalla, ya que el Doll de la película es un libre pensador que se niega a ceder a las insensibles órdenes de sus superiores, o abandona su culpabilidad al ver que tanto amigos como enemigos caen en el campo de batalla.
La escena en la que anota la primera muerte del grupo, cuando golpea a un soldado japonés extraviado con sus propias manos después de una feroz pelea, es tan poderoso aquí como lo fue en la novela, y cuando se siente más cómodo con matar como el de la película, es como el resultado de lo que él vertió sus emociones en sus acciones, haciéndolo cada vez más inestable, en lugar de enterrarlas como un “buen soldado”
Los rasgos del personaje de la novela de Doll, se sienten fuera de lugar aquí, ya que el robo de una pistola y granadas, ya no tiene el encanto que los vendió, pero cuelga el impulso emocional de ese personaje sobre las lamentables filosofías de Bell, que en realidad funciona bastante bien, y hay un nuevo gran momento culminante en el que Doll está tan aturdido por haber matado a los soldados enemigos, que sigue disparando a sus propios hombres, y solo se rinde cuando se queda sin munición.
El otro personaje principal es El Sargento Welsh.
En la novela, era un anarquista sádico que se deleitaba con su propia inestabilidad, y el efecto que tenía en los demás, incluso cuando esto le permitía realizar hazañas espectaculares en el campo de batalla, y emitir juicios drásticos que causarían la congelación de los demás.
Aquí, todavía tiene la maldad y la constante sensación de placer, pero en lugar de ser un antagonista, a pesar de que Doll lo ve como tal, es una figura mentora que cree genuinamente que la única manera de evitar que sus hombres entren en el campo de batalla, es descartarlos él mismo; pues los empuja sobre un borde metafórico, por lo que cuando se encuentran con uno real en el campo de batalla, no dudarán.
Y esto se muestra de manera eficaz ya que, aparte de las frecuentes luchas de Doll, todos actúan hábil y admirablemente, y Welsh inspira a Doll, en la última lección de que realmente sabía lo que era ser un buen soldado, y ahora es Doll quien acepta su destino con los brazos abiertos.
Esta actitud, es la mayor alteración de una novela que fue un examen cínico y sarcástico, de cómo el infierno del campo de batalla enloqueció a la gente de una manera que era casi adictiva, con la violencia creando una cadena de violencia, activando un interruptor en personas que no podían manejarlo fácilmente.
Aquí, todos los horrores están en exhibición:
El soldado herido que los japoneses se niegan a terminar en el medio de un campo de batalla para seguir gritando, el líder del pelotón, El Capitán Stone, cambiado por Stein, como un hilo antisemita de la novela que fue censurado, siendo destituido de su comando solo porque supuso que borraba a todos sus hombres en una misión suicida, pues las personas caían por las balas y los morteros, y nunca se sabe si su amigo va a llegar a la otro lado sano y salvo; pero ahora se presentan como desafíos que los soldados deben superar, para hacer su parte, para salvar el día al final, en lugar de simplemente matar, con promociones que son una recompensa barata que las personas usan para justificar más muertes.
Para un ejemplo específico, hay una escena en la que soldados que patrullan, encuentran una fosa común de japoneses muertos.
En el libro, se convertía en soldados que se elevaban unos a otros en términos de las partes del cuerpo que podían arrancar, y el botín que podían encontrar en los bolsillos, o en los empastes dentales.
Aquí, se convierte en una lección de advertencia, ya que Welsh respalda a todos, y muestra que la tumba es una trampa minada.
En otra escena interesante, original de la película, los soldados conquistaron el campamento japonés, y pasaron la noche escarbando en recuerdos y bebiendo sake, sin saber que los japoneses han estado al acecho en las trincheras debajo de las cabañas.
Disparan a los estadounidenses, derribando a más de 2/3 del pelotón, antes de que se los maten.
Es una gran escena de horror, de cómo bajar la guardia puede llevar a la muerte de docenas... pero de nuevo, se le niega el cinismo de la novela cuando los soldados supervivientes se unen, jurando unirse y derrotar al “Elefante Danzante”, una secuencia dibujada más de la mitad del libro, que ahora se ha reducido a los heroicos últimos 15 minutos.
Una vez más, Doll es el único que parece estar en desarrollo por los acontecimientos.
Por otra parte, la homosexualidad en el campo de batalla se explora abiertamente en la novela, centrada principalmente en el personaje de Fife (Bob Kanter) aunque Doll de la novela tuvo su propio encuentro en un momento posterior.
Aquí, Fife es el mejor amigo de Doll, y los 2 tienen un vínculo estrecho a lo largo de sus tiernas interacciones.
Durante la fiesta en el campamento, Fife se desnuda y se arregla con ropa interior de mujer, una túnica geisha y maquillaje para parecer una “drag queen”, y monta un espectáculo para los hombres.
Doll se resiente porque no lo ve como mujer, sino como un hombre con sentimientos, aunque Fife lo vea como “amante”
Por tanto, los chicos se lo comen, aplaudiendo, mientras Fife se quita las medias, pero Doll mantiene su distancia.
Se siente incómodo con este lado de Fife, pero no puede quitarle los ojos del hombre, y Fife quitándose una media de su pierna, refleja un recuerdo que Doll había tenido antes de los 8 días de matrimonio que pasó con su esposa, antes de embarcarse.
Sus sentimientos mutuos no se resuelven hasta la emboscada, que deja a Fife, todavía vestido entre los montones de muertos.
Es un subtexto extraño para poner en la película, y en realidad nunca se habla de ello, pero que está entre renglones, más con el tiempo gastado en un reloj que Doll le prestó a Fife que representa cómo pasaron el tiempo juntos, o bien, cuando comparten el chocolate, que Welsh reclama querer… pero con Doll.
No es casual el nombre “Doll” como “muñeca” que tanto Fife como Welsh tratan de conquistar, cada uno a su manera.
Algo se siente un poco perdido o reescrito en el guión en puntos como este, ya que parece querer explorar algo tabú, solo para ser sellado con algo típico y seguro.
Cuál es la mayor falla de la película en general, que se le ha entregado una audaz obra de literatura que cobraba de frente en material controvertido, pero las aceptaciones del estudio de la época, significaban que tenían que “arreglarlo”, dejándolo simplemente otra película de guerra.
El guión, aunque comprometido, sigue siendo bastante fuerte, con una escalada constante tanto para la historia como para los personajes.
La rivalidad entre Doll y Welsh, tiene mucha más complejidad que un típico argumento de “guerra pro vs guerra”
Y la dirección es muy limpia.
No he hablado mucho sobre Andrew Marton, porque su trabajo aquí es admirable al permitir que el material se desarrolle.
Por lo demás, la labor de dirección es francamente buena, y la recreación de los combates bastante veraz, con pocas concesiones a la galería, sin omitir la violencia y el terror inherentes a la guerra.
Secuencias como la del consuelo que le ofrece el personaje de Warden al de Dullea, cuando éste mata a su primer enemigo y le comenta que “sólo es un pedazo de carne”, un diálogo que se repite al final de la película, unificando a todos los contendientes, refuerzan ese punto de vista en su línea argumental.
Un punto de vista que no es otra cosa que la conjunción o la plasmación a través de un collage repleto de dramas individuales que basculan entre el dolor, el miedo y el sufrimiento de unos hombres que no luchan por motivos patrióticos, sino por puro instinto de supervivencia frente a la mezquindad del hombre, ofrecidos con un vigor narrativo encomiable, producto de las páginas de James Jones, y unas secuencias de acción a retener las finales del asalto al peñón llamado, “El Elefante Danzante”, defendido por los japoneses que, a pesar de rozar lo inverosímil en algún momento, debido a una concepción errónea del montaje para crear una confusión algo artificiosa, un factor producido posiblemente al no tratarse de una película de una gran productora, y no disponer de un presupuesto más holgado.
Más allá de lo que hiciera Malick en los 90, es extraordinario el tratamiento de los sentimientos de los soldados, de sus impulsos y reacciones, sus miedos ocultos o bien latentes, y la evolución de todos ellos por el empuje de los acontecimientos bélicos y del contacto con la muerte.
Y para los amantes de este género, las escenas de combate están rodadas con tal inteligencia, que no se echa de menos un mayor presupuesto.
Además, se introducen notables diferencias respecto a la novela:
Por una parte, la narración del libro se comprime totalmente en la película, que aligera los hechos, y en ocasiones, la acción transcurre demasiado acelerada.
Pero además, los personajes de la novela de James Jones, quedan totalmente desfigurados en el filme, como se dijo anteriormente.
La coralidad era imperante en la novela, que construía un mundo repleto por las diversas visiones, que eran numerosas, como un tejido constituido por todos los hombres que aportaban los soldados.
Sin embargo, en el filme, la voz ha quedado reducida prácticamente a 3 soldados, que son los que sirven de parábola al cineasta para desarrollar el mensaje del filme.
La crítica de la novela original, que además queda prácticamente difuminada, así como las relaciones homosexuales entre algunos de los soldados, es algo que no podía ser presentado en un contexto como el mediados de los 60.
Y lo más increíble de todo, esto es Guadalcanal, y no la por entonces no iniciada Guerra de Vietnam, y el año de rodaje es 1964, y no 1984.
Esas cosas que tiene la serie B, que la hacen en ocasiones tan necesaria; porque, hemos de tener en cuenta, que en el 1964, los Estados Unidos estaban inmersos en otro conflicto bélico, que paradójicamente también tenía lugar en el continente asiático.
Hablo claro está, de La Guerra del Vietnam, que empezaba ya a manifestar unas consecuencias trágicas.
No parece demasiado extraño que, mientras veamos The Thin Red Line, se nos evoque la misma guerra que estaba teniendo lugar a aquellos años.
Por otro lado, la mención a los japoneses es mínima, sólo los vemos luchar y morir, y podrían ser de hecho perfectamente los mismos vietnamitas; y además, la orografía del terreno tiene cierta semejanza con la del Vietnam, pues en la película vemos también a los soldados de EEUU, adentrarse en un territorio totalmente hostil y salvaje.
El director, del que se dice que es el verdadero artífice de la carrera de cuadrigas de “Ben-Hur” (1959), encontramos más acción que la filosofía discursiva de la novela, que tan bien reflejó Malick en su largometraje; y aun así, los momentos en el que los personajes se definen, están bien mostrados.
El menos importante de todos ellos, es El Oficial de La Compañía, que lo interpreta Ray Daley, y que la película lo utiliza en esta ocasión de la misma manera que en la novela.
El personaje es uno de los pocos responsables del ejército, que no quiere enviar a sus soldados a una muerte segura, y por ese motivo se muestra reticente a acatar una orden que le envía un superior, El Capitán Tall, que interpreta James Philbrook; motivo por el cual, será revelado de su puesto.
La película hace hincapié en los capitanes como Tall, que con tan de conseguir un ascenso en el escalafón militar, no tienen remordimientos en enviar sus soldados a una muerte casi segura.
Hay un soldado recién llegado que evoluciona, un sargento veterano algo cabrón, pero excelente compañero, un capitán enrolado que le cortan las alas, un coronel deshumanizado que sólo ve números y mapas...
Y unos enemigos que son sólo carne, dicho esto y repetido en más de una ocasión durante la película; y claro está, aparecen las referencias a las relaciones homosexuales que se daban en el frente, y el avispado puede encontrar alguna pincelada en determinados episodios.
Por ejemplo, en el libro, en el campo de batalla durante La Segunda Guerra Mundial, Fife y Bead hablaron sobre “ayudarse unos a otros”, y aliviar sus impulsos sexuales, en esta novela publicada por primera vez en 1962.
El autor James Jones escribió:
“Bead, descubriendo que no fue rechazado, ahora se volvió más seguro en su voz y en su arte de vender...
Aparentemente no le hizo ninguna diferencia, y no le preocupó que sugiriera algo homosexual...
¿Qué podría hacer un hombre?
Nada, eso era todo...
A menos que los chicos se ayudaran unos a otros de vez en cuando; era eso, o te encuentras un cocinero o panadero “queer” en algún lugar, o no era nada…
Los chicos se podrían ayudar mutuamente, se suponía Bead.
Cuando comenzó a arrastrarse hasta el costado de la carpa de Fife, se detuvo y dijo:
“Bueno, ¿qué dices?”
Dijo alegremente.
“¿Nos ayudaremos mutuamente?
Te lo haré si me lo haces a mí.
No quiero que pienses que no soy raro, o nada de eso”
“Bueno, tampoco tienes idea de que yo soy raro”, había respondido Fife…
En general, esa es una exploración bastante profunda de una de las realidades de la guerra, que madres y amas de casa estadounidenses en ese momento tal vez no querían cara:
¡Sus hombres tenían necesidades!
Mientras muchos japoneses, pero a ninguno se le individualiza ni prácticamente se le humaniza, como es normal en el cine bélico desde los tiempos de la propia guerra hasta época muy reciente; son solo muñequitos que se mueven y a los que hay que disparar antes de que te disparen, como en los videojuegos.
Pero tampoco vamos a echarle eso en cara a la industria cinematográfica yanqui de los 60.
Del reparto, como era de esperar, el duelo interpretativo entre Keir Dullea y Jack Warden, que nunca ha estado mejor, es magistral, en la importante dicotomía del film, la encontramos con ellos.
Doll es el prototipo de recluta que inicia un proceso de autodestrucción a medida que avanza la guerra, perdiendo paulatinamente la cordura, y convirtiéndose en una máquina insensible.
Por su parte, Welsh representa el soldado ya curtido en batallas, y que cree que la vida es irracional, como lo es la guerra.
Entre los 2 existe una contradicción constante que el filme explotará repetidamente, hasta el clímax final de la película, en la que las ideologías de uno y otro se fundirán en la que seguramente es la escena más bella del filme.
Las escenas de acción, en general son sencillamente espectaculares, recreando batallas intensas, en secuencias de una muy generosa duración para deleite de los aficionados al cine bélico; y utiliza unas secuencias bélicas que se aprovechan de la fotografía expresionista que firma Manuel Berenguer, y que muestran la confusión total que hay en la guerra.
Sin duda, el ascenso a la cima del “Elefante Bailarín”, es la mejor parte de la película.
“...It separates the coward from the brave, the tough and the tender, sex and love!”
En el marco histórico de La Batalla de Guadalcanal, el 15 de enero, un representante de IJA de Rabaul, llegó a Guadalcanal en una misión de Tokio Express, e informó a Hyakutake, de la decisión de retirar las fuerzas japonesas de la isla.
Aceptando de mala gana la orden, el personal del 17° Ejército comunicó el plan de evacuación de Ke, a sus fuerzas, el 18 de enero.
El plan ordenó a La 38ª División que se retirara, y se retirara hacia Cape Esperance, en el extremo occidental de Guadalcanal, a partir del 20 de enero.
La retirada de La 38ª, sería cubierta por La 2ª División y otras unidades, que luego seguirían La 38ª hacia el oeste.
Se alentó a las tropas que no pudieran moverse, a suicidarse para “defender el honor del Ejército Imperial”.
Desde Cape Esperance, la armada japonesa planeó evacuar las fuerzas del ejército durante los últimos días de enero, y la primera semana de febrero, con una fecha prevista de finalización de la evacuación del 10 de febrero.
Los EEUU y sus aliados, confundieron los preparativos japoneses para Ke, como otro intento de refuerzo.
Con esto en mente, Patch ordenó a sus fuerzas lanzar otra ofensiva contra las fuerzas japonesas al oeste de Matanikau.
El 21 de enero, los regimientos 27° y 161° avanzaron hacia el oeste desde el área del Caballo Galopante.
Los estadounidenses, desconocedores de que La 38ª División se estaba retirando en preparación para evacuar la isla, se sorprendieron al encontrar una ligera resistencia.
Avanzando más rápido a través de las colinas y cimas interiores de lo que los japoneses habían anticipado, para el 22 de enero, los estadounidenses estaban en posición de capturar Kokumbona en la costa, El Cuartel General del 17° Ejército, y cortar completamente el resto de La 2ª División.
Reaccionando rápidamente a la situación, los japoneses evacuaron apresuradamente Kokumbona, y ordenaron a La 2ª División que se retirara hacia el oeste inmediatamente.
Los estadounidenses capturaron Kokumbona el 23 de enero; aunque algunas unidades japonesas quedaron atrapadas entre las fuerzas estadounidenses, fueron destruidas, y la mayoría de los sobrevivientes de La 2ª División, escaparon.
Durante la semana siguiente, la retaguardia japonesa, asistida por un terreno difícil, efectivamente retrasó el avance estadounidense hacia el oeste desde Kokumbona.
El General Patch, que aún creía que un esfuerzo de refuerzo japonés era inminente, mantuvo a la mayoría de sus fuerzas de vuelta, protegiendo al Henderson Field, enviando solo un regimiento a la vez para continuar el avance.
Por tanto, la mayoría de las fuerzas del ejército japonés supervivientes, pudieron reunirse en Cape Esperance a fines de enero.
Los días 1, 4, y 7 de febrero, los buques de guerra japoneses evacuaron con éxito a 10.652 soldados de la isla.
El 9 de febrero, los estadounidenses descubrieron que los japoneses habían desaparecido, y habían declarado seguro a Guadalcanal.
En retrospectiva, algunos historiadores han criticado a los estadounidenses, especialmente a Patch y al Almirante William Halsey, Comandante de Las Fuerzas Aliadas en El Pacífico Sur, por no aprovechar su superioridad terrestre, aérea y naval, para evitar la exitosa evacuación japonesa de la mayoría de sus supervivientes.
Sin embargo, la campaña exitosa más grande para recuperar Guadalcanal de los japoneses, fue una importante victoria estratégica para los Estados Unidos y sus aliados.
Aprovechando su éxito en Guadalcanal y en otros lugares, Los Aliados continuaron su campaña contra Japón, que finalmente culminó con la derrota de Japón y el final de La Segunda Guerra Mundial.
“There's only a thin red line between the sane and the mad”
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