A Tree Grows in Brooklyn

“Out the window, our tree they killed it!”

Betty Smith fue una novelista estadounidense que alcanzó la fama y el éxito internacional con su “best seller” de 1943, “A Tree Grows in Brooklyn”, una obra de marcada inspiración autobiográfica, que narra los primeros años de la vida de una hija de emigrantes que crece en la pobreza en Williamsburg durante las 2 primeras décadas del siglo XX, y que sueña con llegar a ser escritora.
Smith inicialmente lo produjo bajo el título “They Lived in Brooklyn”, que fue rechazado por varias editoriales antes de que Harper and Brothers mostrara interés en 1942; y trabajando con ellos, la novela fue aceptada para su publicación, pero con el título “A Tree Grows in Brooklyn”, el cual se divide en 5 “libros”, cada uno cubriendo un período diferente en la vida de los personajes, donde la metáfora principal es el robusto “Árbol del Cielo”, cuya capacidad persistente para crecer y florecer incluso en el centro de la ciudad, refleja el deseo del protagonista de superarse a sí misma.
Ella es Mary Frances “Francie” Nolan; y la historia comienza cuando ella tiene 11 años; por lo que el resto de la novela habla de su vida hasta que ingresa en la universidad a los 17 años.
Francie crece en Brooklyn a principios del siglo XX; su familia está en constante pobreza durante la mayor parte de la novela; pero ella comparte una gran admiración por su padre, Johnny Nolan, y desea una mejor relación con su madre, la trabajadora Katie Nolan, reconociéndose rasgos similares en ella, y que cree la madre, son una barrera para la verdadera comprensión.
La historia de Francie rastrea sus deseos, afectos y hostilidades individuales mientras crecía con ellos, en un vecindario agresivo, individualista, romántico y étnico; más universalmente, ella representa la esperanza de los inmigrantes a principios del siglo XX, de superar la pobreza a través de sus hijos, a quienes esperan que reciban educación, y ocupen su lugar entre los verdaderos estadounidenses; por lo que Francie está simbolizada por “El Árbol del Cielo” que florece bajo las circunstancias urbanas más inverosímiles.
Por su parte, Katie Rommely Nolan es la madre de Francie, y la más joven de las 4 hijas de sus padres.
Ella es una inmigrante de primera generación, con un padre malvado y una madre angelical que emigró de Austria.
Katie se casó con Johnny Nolan cuando solo tenía 17 años, ella es una mujer trabajadora y práctica, cuyo romanticismo juvenil ha sido reemplazado por un realismo gélido, que a menudo le impide simpatizar con quienes más la quieren; y dirige su hogar de tal manera que sus hijos puedan disfrutar de su infancia a pesar de su extrema pobreza.
Debido a que Johnny es un alcohólico, y rara vez puede mantener un trabajo, Katie se convierte en el sostén familiar al limpiar los edificios de apartamentos.
Johnny, sin embargo, está más en sintonía con las esperanzas de Francie de graduarse de la escuela secundaria, y convertirse en escritora.
A medida que Francie madura y desarrolla una inclinación hacia la academia, Katie se da cuenta de que está más dedicada a Neeley, el otro hijo, que a Francie.
Para más INRI, Katie queda embarazada justo antes de que Johnny muera, y sobrevive por su cuenta hasta que acepta casarse con El Sargento Michael McShane, un policía local convertido en político.
Sissy Rommely es la hermana mayor de Katie, y una de las 3 tías de Francie.
Debido a la inmigración de sus padres y la falta de conocimiento sobre su nuevo entorno, Sissy nunca fue a la escuela, y por tanto es analfabeta; pero es amable, compasiva y hermosa, y muchos hombres se enamoran de ella.
Ella se casó por primera vez a los 14, pero después de no poder tener hijos con su esposo, Sissy lo deja; y se casa 2 veces más sin haberse divorciado nunca; y entre los matrimonios, Sissy tiene una serie de amantes, y los llama a cada uno con el nombre de “John”, hasta que su último marido, quien insiste en que ella se divorcie correctamente, exige ser llamado por su propio nombre, Steve.
Sissy tuvo 10 hijos, nacidos muertos, pero adopta una hija de una niña inmigrante nacida fuera del matrimonio, y finalmente da a luz a un hijo sano, propio.
Johnny Nolan es el padre de Francie; es un estadounidense de primera generación, pues sus padres inmigraron de Irlanda.
Él tiene una madre protectora, y tenía 3 hermanos, todos los cuales murieron jóvenes.
Johnny se casa con Katie Rommely a los 19 años; es carismático, un esposo y padre amoroso, querido por su familia, pero especialmente por Francie; y sin embargo es alcohólico.
Cuando tiene un trabajo, lo hace como cantante; tiene una voz hermosa, un talento que es muy admirado, pero que en gran parte se pierde debido a su reputación como alcohólico.
Después de que Katie le dice que está embarazada de su 3° hijo, deja de beber e inmediatamente cae en una profunda depresión que termina con su muerte por una neumonía inducida por el alcoholismo.
Es un soñador, en agudo contraste con Katie, cuya visión del mundo es realista.
Cornelius “Neeley” Nolan es el hermano menor de Francie; es 1 año más joven, y es favorecido por su madre, Katie; es un niño extrovertido y más ampliamente aceptado por los niños del vecindario que Francie.
Muestra más emoción cuando muere su padre, que Francie, que reacciona ante la pérdida al sentirse aún más decidida a obtener una educación y superar la visión limitada de su madre; pero Neeley se niega a seguir la tradición de los hombres Nolan, y decide nunca convertirse en un alcohólico.
Al igual que Francie, siente que su infancia fue agradable, a pesar de su pobreza.
Eva “Evy” Rommely Flittman, es la hermana menor de Katie, y la otra tía de Francie, interpretando un papel más secundario que el de Sissy.
Si bien durante la mayor parte de la novela se consideró que estaba en circunstancias menos difíciles que las de Katie, Evy lucha con su perezoso marido Willie, un conductor de vagones de leche.
Cuando Willie sufre una lesión, Evy conduce la ruta y resulta sorprendentemente buena, tratando a los caballos mucho más amablemente que Willie.
A diferencia de Sissy, Evy solo ha tenido un matrimonio y no se supone promiscua; a pesar que tiene 3 hijos:
Blossom, y 2 niños, Paul Jones y Willie, Jr.
Eliza Rommely, es la 3ª tía de Francie que solo se menciona una vez; ella se convirtió en monja por el amor de su madre hacia la iglesia católica; por lo que Francie solo la conoció una vez.
Thomas y Mary Rommely, son los padres de Sissy, Eliza, Evy y Katie; que emigran a EEUU desde Austria, justo antes de que nazca Sissy.
Mientras que Thomas odia Estados Unidos, disfruta atormentando a Mary y le prohíbe hablar inglés en su hogar.
Mary soporta pacientemente sus dificultades, y sirve como guía moral y práctica para sus hijas; ella no sabe leer ni escribir en inglés, pero alienta a Katie a asegurarse de que sus hijos aprendan el idioma, y también a comenzar a ahorrar dinero para poder comprar tierras algún día.
Flossie Gaddis es una de las vecinas de los Nolan, una mujer soltera que asusta a los hombres mientras busca constantemente nuevas relaciones.
Ella mantiene su brazo derecho cubierto en todo momento, para ocultar las cicatrices de un accidente de la infancia con una bañera de agua hirviendo; y tiene un hermano, Henny, que se está muriendo de tuberculosis.
Lee Rhynor es el primer amor de Francie, un soldado de licencia que trata de manipularla para que se acueste con él después de que él le gana a su corazón…
Cuando Francie se niega, él vuelve con su prometida…
Ben Blake es un chico que Francie se hace amigo durante su primer verano de clases en la universidad; él es motivado y determinado por sus ambiciones, y si bien es el objeto del afecto de Francie al principio, se siente diferente después de enamorarse de Lee; sin embargo, al final de la novela, Francie va a la universidad con un anillo de compromiso de Ben, y la esperanza de un futuro con él.
Aunque el libro aborda muchos temas diferentes, como:
La pobreza, el alcoholismo, las mentiras, etc., su tema principal es la necesidad de tenacidad:
La determinación de superar las difíciles circunstancias; y aunque hay elementos naturalistas en el libro, no es fundamentalmente naturalista.
Los Nolan están financieramente restringidos por la pobreza, y aun así encuentran formas de disfrutar la vida y satisfacer sus necesidades y deseos; por ejemplo, Francie puede intoxicarse simplemente mirando flores...
Al igual que “El Árbol del Cielo”, los habitantes de Brooklyn “luchan por El Sol y el aire necesarios para su supervivencia”
El idealismo y el pragmatismo son sopesados, y ambos se consideran necesarios para sobrevivir en Brooklyn:
Johnny miente sobre la dirección de su familia para permitir que Francie asista a una escuela mejor, presentando a Francie oportunidades que de otro modo no podrían haber estado disponibles para ella.
Sissy ayuda a Johnny a recuperarse de los abusos alcohólicos, apelando a su libido, ayudando a Katie y Johnny a permanecer juntos, a pesar de la enfermedad de Johnny.
Katie explica el amor y la sexualidad a Francie desde dos puntos de vista un tanto chocantes:
Como madre y como mujer.
El libro también revisa las nociones tradicionales de lo correcto y lo incorrecto, y sugiere deliberadamente que la pobreza extrema cambia los criterios sobre los cuales, tales nociones, y quienes las adoptan, deben ser juzgadas.
Al tiempo, los roles de género son más fluidos aquí, que en las novelas anteriores sobre gente joven:
Las manos de Katie se vuelven ásperas mientras realiza el trabajo físico, mientras que las manos de Johnny se mantienen lisas, y usa ropa cara.
Francie no comienza a darse cuenta de su propia feminidad, hasta que puede demostrar que es útil para su madre en el parto.
A medida que Francie descubre su deseo de compañía, comienza a comprender las injusticias que las mujeres a menudo se ven obligadas a soportar cuando están embarazadas fuera del matrimonio.
Otros problemas que aborda el libro incluyen:
El hombre vs su entorno; la educación, la mayoría de edad y la pérdida de inocencia; la familia, la explotación, el amor, la pobreza, “El Sueño Americano”, la vida humana y lo que significa “ser humano”, etc.
El éxito de la novela fue inmenso; y en las primeras semanas se vendieron 300.000 ejemplares, y para finales del año 1945, se alcanzaban casi los 3 millones, solo en inglés; en parte gracias a la masiva edición de bolsillo que realizó la editorial de Las Fuerzas Armadas para los soldados en ultramar.
Hasta entonces, solo “Gone With The Wind” había obtenido cifras de ventas superiores; pero el éxito de la novela no se limitó a los EEUU, fue rápidamente traducida a 16 lenguas distintas, y se editó incluso al otro lado del “Telón de Acero”; mientras que Smith se convirtió de la noche a la mañana en una celebridad; tanto que la recepción crítica fue elogiosa, y muchas reseñas la apostaron para El Premio Pulitzer de 1944, que sin embargo no ganó.
Con el paso de los años, la novela se ha convertido en un hito de la literatura popular norteamericana del siglo XX, pero al mismo tiempo, su repercusión y su valoración han disminuido, al verse afectadas por la injusta etiqueta de ser “una novela para chicas, demasiado sentimental”
“Look, God invented time and when He invents something, there's always plenty of it”
A Tree Grows in Brooklyn es un drama del año 1945, dirigido por Elia Kazan.
Protagonizado por Dorothy McGuire, James Dunn, Joan Blondell, Peggy Ann Garner, Lloyd Nolan, James Gleason, Ted Donaldson, Ruth Nelson, entre otros.
El guión es de Frank Davis y Tess Slesinger; basados en la novela homónima de Betty Smith; un drama de época que se centra en una familia irlandesa-estadounidense, empobrecida pero ambiciosa, de segunda generación que vive en el barrio de Williamsburg de Brooklyn, New York, a principios del siglo XX.
A Tree Grows in Brooklyn marcó el debut de Elia Kazan como director de cine; y tras su producción, después de estar tan impresionados por los resultados, los ejecutivos de Fox querían volver a filmar toda la película en Tecnicolor, pero Elia Kazan se negó.
A Tree Grows in Brooklyn es una historia llena de sensibilidad y humanismo, un drama cotidiano, donde la pobreza cobra protagonismo, un salir adelante agotador y frustrante en el que, a pesar de las circunstancias, no deja de existir cierta esperanza; también hay una dualidad entre sueños y realidad, un conflicto que se desarrolla de un modo despiadado; donde la belleza no tiene cabida porque se vive en un entorno demasiado cruel; por ello, la película es una explosión de sentimientos donde el amor es el tema principal tratado, además de la educación y los principios, un amor hacia la familia que, a pesar de la crudeza, reconforta por su calidez y la ternura que hay en las relaciones.
Además, mantiene el interés siempre, tanto por el fondo como por la manera de retratar el sufrimiento, con un ritmo inmejorable, y un equilibrio formal exquisito, que la convierte en un clásico de los lamentablemente han sido olvidados popularmente, pero que no deja de tener el brillo y la grandeza suficiente como para poderla considerar como tal.
La película obtuvo un premio Oscar al Mejor Actor Secundario (James Dunn), y estuvo nominada a mejor guión.
Al tiempo que la actriz Peggy Ann Garner, recibió El Premio de La Academia Juvenil, por su interpretación de Francie Nolan, la adolescente en el centro de la historia de crecimiento personal.
La acción se emplaza en New York, a principios del XX; y es una crónica de la vida de una humilde familia de inmigrantes irlandeses que reside en el barrio de Brooklyn.
Johnny Nolan (James Dunn) es el padre, un hombre amable pero con problemas de alcoholismo; y Katie Nolan (Dorothy McGuire), su esposa, es una mujer luchadora.
El primero es un hombre idealista, simpático y aficionado a la bebida; mientras ella es una mujer sumamente trabajadora, responsable, y quizás por ello más apegada a la realidad, y áspera en su comportamiento.
Pero van a ser los hijos de esta familia, especialmente la adorable Francie (Peggy Ann Garner), sobre los que girará el contenido de esta producción de inspiración familiar, que se inicia precisamente con un recorrido por los exteriores de Brooklyn, y las artimañas de los pequeños para lograr algo de dinero; donde la pequeña busca salir del barrio para emprender una nueva vida como profesional.
De esa manera veremos cómo ella florece en la comprensión, con esa ansia de saberlo todo, y con ese calor humano que la hace venerable; e iremos descubriendo a quienes la rodean:
Su tía Sussy (Joan Blondell), la mujer incapaz de quedarse sola porque tiene quizás un corazón demasiado grande; su abuela materna, Rommely (Ferike Boros) mujer de pocas palabras, pero precisa cuando habla:
“Leer no solo es bueno para conseguir empleo, sino para conocer la verdad que hay dentro de nosotros”
McShane (Lloyd Nolan), el oficial de policía, oportuno y respetuoso, que poco a poco se va acercando a la familia de la mejor manera; la profesora McDonough (Ruth Nelson), la suerte de docente, harto escasa, que sabe ver más allá de las palabras… pero sobresale el padre de Francie, Johnny Nolan, el cantante y camarero lleno de ilusiones, a quien la edad y la enfermedad han empezado a cerrarle las puertas, pero quien bien comprende que la riqueza del ser puede compartirla con todos, sin medida alguna, y hasta el último minuto.
Junto al pequeño Neeley (Ted Donaldson), algo desaprovechado, esta es la familia que tiene y la gente que rodea a la madre de la familia, una mujer comprometida y enamorada, pero muy confundida, quien todavía no comprende que ajustarse en exceso a las normas aprendidas, puede llevar a la tiranía.
Todo el film contiene un sentir profundo de lo que es “ser humano”, con esa complacencia de tener sentimientos y poder expresarlos, y definitivamente reafirma la creencia de que la vida es maravillosa con todos sus vaivenes; la vida por encima de la adversidad, las raíces que volverán a romper el cemento como el árbol del título.
“For childhood, Saturday, free from school is the most changeless of institutions, whether it is in city or village, or main street, or in those vital, teeming streets which were the Brooklyn of a few decades ago”
La novela de Betty Smith “A Tree Grows in Brooklyn” fue objeto de una competencia de licitación previa a la publicación entre varios estudios, y Darryl F. Zanuck y 20th Century-Fox, finalmente pagaron $55.000 por los derechos.
Curiosamente, el director Elia Kazan y Betty Smith, autora de la novela en la que se basó la película, fueron compañeros de clase de La Escuela de Drama de Yale; y no es casual que la cinta incorpora además, algunas de las preocupaciones del cine social que conforman una constante en parte de la obra de Kazan, perspectiva a la que recurrió también en teatro; que la hizo una historia sencilla pero conmovedora, que hablaba del futuro de los jóvenes, del sacrificio de sus padres por ellos, y del equilibrio entre la vida práctica y las ilusiones.
Y es que Elia Kazan comienza aquí su andadura cinematográfica, trabajando para la Fox, y durante estos primeros años dirige varias películas situadas con claridad en el contexto de las películas de problemas sociales, una tradición genérica que se había consolidado en los años 30, y que tuvo un nuevo resurgir tras La Segunda Guerra Mundial; y se trataba de la respuesta más típica de la industria de Hollywood a las cuestiones sociales de actualidad, abordadas habitualmente desde una actitud reformista que combinaba valores inherentes a ese cine narrativo comercial, con un comentario social de carácter moderado.
Por ello, A Tree Grows in Brooklyn se enmarca con claridad dentro de la tradición del melodrama familiar, aunque cuenta con elementos que ya apuntan al mencionado contexto genérico de los films de problemas sociales.
En primer lugar, cabe señalar al propio entorno en el que transcurre la acción:
Las barriadas pobres de las grandes ciudades de EEUU de principios de siglo, observadas desde la posición de una familia modesta de origen emigrante.
El segundo elemento que resalta en el retrato de esta familia, es el problema del alcoholismo del padre.
Este asunto no se convierte nunca en el asunto central del relato, como ocurrirá en varios films de problemas sociales de la época, como la oscarizada “The Lost Weekend” (1945); aunque será el causante último de los problemas que aquejan a esa familia, hasta terminar provocando la muerte del padre.
De inicio a fin, A Tree Grows in Brooklyn traspasa una cualidad “dickensiana” subyugante, y representa varios meses en la vida de los Nolan, una familia irlandesa estadounidense que vive en el barrio de Williamsburg en Brooklyn, en 1912; pero la película cubre un lapso de tiempo mucho más corto que el libro, que va desde antes de que Francie nazca hasta después de cumplir 16 años; por lo que la película se centra en el momento en que Francie tiene alrededor de 13 años.
Su madre, Katie Nolan, es una ama de casa trabajadora que friega los pisos de su edificio de viviendas, y recoge los trapos para venderlos a un comerciante de telas de chatarra para mantener a su familia.
Está casada con Johnny Nolan, un hombre alegre y encantador, que tiene buenas intenciones, pero que sueña con su vida en lugar de encontrar un empleo estable.
Él es alcohólico; y en raras ocasiones en que encuentra trabajo como camarero cantante, todo lo que gana generalmente termina en la bebida, para desesperación de Katie.
La pareja tiene 2 hijos:
Francie de 13 años, que idolatra a su padre; y Neeley, de 12 años.
Tensa y frustrada, Katie a menudo es más aguda con los niños de lo que quiere ser; mientras que Johnny es amable, generoso e indulgente, especialmente con Francie.
La hermana de Katie, Sissy, es una mujer atrevida y de espíritu libre, que se casó recientemente por 3ª vez; y Katie descubre esto del agente de seguros chismosos, Mr. Barker (B.S. Pully), cuando llega para cobrar la prima semanal de los Nolan.
Escandalizada y avergonzada, Katie interrumpe su relación con Sissy, lo que hace que los niños, que aman a su salvaje y loca tía, se sientan infelices.
A Francie también le preocupa que el propietario del edificio haya cortado demasiadas ramas del árbol en el patio de la vivienda, que Francie y su padre llaman “El Árbol del Cielo”, y que puede morir; pero cuando ella le señala esto a Johnny, él explica que el recorte es necesario, y que el árbol volverá a crecer.
Mientras tanto, un oficial de policía nuevo en el barrio, el agente McShane, se encuentra con Sissy y los niños una tarde; y cuando conoce a Katie, está encantado al punto del enamoramiento; y unos días más tarde, sin embargo, se entera de que Johnny, borracho después de una discusión con su esposa, es el esposo de Katie, y está devastado al darse cuenta de que Katie está casada.
Por otra parte, la abuela de los niños, Rommely, a menudo les cuenta sobre su inmigración a los Estados Unidos, y sobre cuán importante es la educación en la vida.
Si bien a Neeley no le interesan los libros y la escuela, Francie es una niña inteligente que siempre lee, piensa en lo que lee y observa, y está ansiosa por aprender.
Todas las noches, ella le lee a la familia del grueso libro de Shakespeare que su abuela les dejó comprar, a pesar de que no entienden lo que leen…
Un domingo, Francie convence indirectamente a su padre para que vaya a dar un paseo; ella lo acompaña y le muestra la escuela a la que quiere asistir; es una escuela más agradable en un vecindario cercano, con estudiantes más ricos y bien vestidos.
Cuando ve cuánto significa esto para Francie, Johnny “toma prestada” una dirección particular en el distrito correcto, por lo que Francie puede reclamar que es elegible para asistir.
Pero Katie se opone, y Johnny la persuade para que acepte la mentira, y al final, Katie apoya la ambición de su hija al adaptar un vestido viejo en uno que Francie puede usar en la escuela.
Una vez que se convierte en alumna de la escuela, Francie impresiona a su nueva maestra con su escritura creativa; mientras tanto, Katie mueve a la familia a un departamento más pequeño y más barato, un piso más arriba, lo que enfurece a su esposo, que piensa que ella es tacaña.
De hecho, Katie está embarazada y preocupada de cómo van a apoyar a otro niño.
Sissy también queda embarazada, y ella y Katie se reconcilian poco antes de Navidad.
Las familias celebran juntos una feliz Navidad conmovedora, y más tarde esa noche, Katie le dice a Johnny que está embarazada; y le sugiere que Francie abandone la escuela para ir a trabajar.
Como Johnny comprende cuánto significa estar en la escuela para su hija, se siente desesperado por encontrar un trabajo; y a pesar de que está nevando, Johnny sale decidido a buscar trabajo, pero no regresa...
Después de que Johnny estuvo desaparecido por una semana, el oficial McShane llega al departamento para dar la mala noticia, de que Johnny murió de neumonía mientras estaba en la tormenta de nieve.
Francie culpa a su madre por la muerte de su padre, pero el nacimiento de los bebés de Sissy y Katie, ayuda a aliviar las tensiones en el hogar.
Y para proporcionar ayuda financiera, el dueño de una taberna, Mr. McGarrity (James Gleason), le da a Francie y Neeley empleos después de la escuela.
Durante el parto de Katie, en casa porque no pueden pagar el parto en el hospital que Sissy tuvo, Francie es la mayor ayuda y la comodidad de su madre.
Katie le pide a Francie que lea algunos de sus ensayos de escritura creativa, y le cuenta cuánto extraña a Johnny.
La experiencia compartida acerca a madre e hija; y cuando nace el bebé, una niña pequeña, Katie la llama Annie Laurie, por una canción que Johnny les cantó una vez.
El siguiente junio, ambos niños se gradúan de sus respectivas escuelas el mismo día.
Katie asiste a la graduación de Neeley, mientras que Sissy va a Francie.
Utilizando el dinero que Johnny le dio para su custodia en diciembre, Sissy le da a Francie un ramo de flores a nombre de su padre, junto con una tarjeta de felicitación que Johnny mismo escribió.
Francie, que ha reprimido su dolor durante muchos meses, finalmente se desmorona… y después de las ceremonias de graduación, la familia se reúne en la heladería para celebrar.
Mientras están allí, algunos niños que conocen a Neeley vienen a su mesa.
Un adolescente en particular, está muy interesado en Francie, y le pide ir juntos a una película al día siguiente, como su primera cita; y cuando los Nolan regresan a casa, encuentran al Oficial McShane cuidando los niños junto con el esposo de Sissy.
McShane ha estado esperando para proponerle matrimonio a Katie, quien acepta; y también pide adoptar a Annie Laurie y darle su apellido.
Francie y Neeley piensan que la vida de Annie Laurie con McShane como padre será mucho más fácil, pero no tan divertida.
La película termina cuando Francie ve que el árbol del patio comienza a crecer nuevamente, tal como su padre dijo que sería.
Es evidente que la primera mitad de la historia sobrelleva algunos altibajos, al ejercer especialmente como descripción de la situación familiar, y fundamentalmente de presentación de los conflictos de sus personajes.
Entre ellos se destaca el papel del padre, la influencia de la madre como verdadero motor de la familia, y se introduce el personaje del agente de policía McShane, del que de alguna manera adivinamos que finalmente se implicará en el futuro de la familia.
Esta primera mitad adquiere un engarce con la inscripción de Francie en una escuela, en la que muy pronto despierta su inquietud literaria, en las primeras secuencias habíamos visto su interés por la lectura en la biblioteca; y a partir de esos momentos, la segunda mitad del film adquiere un elevado interés emocional.
Se celebra la navidad, y en ella los niños luchan por obtener un árbol...
Nos encontramos en una celebración familiar que tiene resonancias “fordianas” y que finaliza de manera triste:
Una conversación entre Johnny y Katie, finaliza con el abandono de la casa de este.
Por su expresión y la inflexión de la planificación, sabemos que nunca más lo volveremos a ver con vida... su funeral congregará a mucha gente, y a través de él, Katie se dará cuenta que pese a ser un hombre de cortos recursos, era querido y apreciado.
La madre se había quedado secretamente embarazada, y apenas cuentan con recursos para subsistir; y en medio de esta situación adversa, finalmente el recelo de esa hija mayor despierta, y más escorada hacia su padre, contemplará el esfuerzo de su madre con otros ojos.
Realmente la llegada de su pequeña hermana supondrá su ascenso a la adolescencia, tal y como comenta en las imágenes finales en la terraza del humilde edificio de apartamentos en el que viven.
Pese a ser una obra de debut, se demuestra la pericia de Kazan en la emotividad de sus secuencias con 2 personajes, las conversaciones entre las 2 hermanas; la breve charla de Francie con Miss McDonough, en la que ésta comprende la necesidad de la familia, un gran momento; la fuerza de sentimientos de momentos como la fiesta navideña, la subida previa del árbol por las escaleras con los vecinos cantando villancicos…
Son muchos los instantes caracterizados por su acierto cinematográfico; pero ya en su primer film, Kazan destaca con naturalidad elementos que luego desarrollará en su obra posterior, entre ellos:
La influencia de la inmigración a los Estados Unidos, en las palabras de la abuela sobre la posible superación que supone vivir en EEUU con respecto a la sociedad irlandesa de la que llegaron; la tensión lograda en la incorporación de elementos externos en la evolución de los personajes, como la nieve en las escenas navideñas, la lluvia en el parto de Katie; y por supuesto, la fuerza expresiva de esos interiores llenos de pobreza, sin olvidar la excelente dirección de actores, que se extiende hasta en los niños que encarnan a los hijos.
El guión de Tess Slesinger y Frank Davis, desborda sabiduría y nos lleva por ese terreno donde lo humano y hasta lo divino brillan en todo su esplendor.
Estos son los poderes sobre los que se asienta la película de Kazan, la inmigración, la pobreza, la frustración y sus gotas de alcoholismo, la madre, la abnegación, el sacrificio, el futuro...
Todo ello mezclado, no agitado, y siempre con las dosis oportunas, que los excesos suelen retraer a los espectadores, ya bastante cargados de problemas.
Está perfectamente estructurado, y se convierte paso a paso, detalle a detalle, en una maravillosa y edificante lección de vida que nos conmueve, sin llegar a ser pasteloso, donde se muestran pequeños detalles que a veces no vemos, pero que pueden de pronto significarlo todo.
Y Kazan nos demuestra lo muy a gusto que se encontraba con la cámara, recordando de forma paralela sus orígenes teatrales en los excelentes decorados de exteriores, potenciados por la no menos magnífica fotografía en blanco y negro de Leon Shamroy; y con una mirada cálida pero nada complaciente, el novel director demostró su capacidad narrativa y su talento para extraer lo mejor de cada intérprete, consiguiendo el equilibrio justo, casi en la cuerda floja, entre alegrías y dramatismos, sin que se pierda un ápice del carácter de los personajes.
Como dato, se cuenta que la diseñadora de vestuario, Bonnie Cashin, dijo que en las películas, “la mayoría de las chicas quieren verse poco glamorosas en la pantalla, y fuera de sí, si la historia requiere trapos o riquezas, y Dorothy McGuire vistió durante horas sus viejos harapos y trapos del personaje, sugiriendo un parche aquí, una caída allá, deliberadamente “afeándose” a sí misma para asegurarse de que ni un solo hilo brillante pueda desmentir la vida raída de Katie.
Dorothy estaba interpretando a ser una heroína de la pobreza, y se vestía en consecuencia.
Joan Blondell tampoco se quejó, cuando, como tía Sissy, tenía que usar el tipo de ropa fea de1914, los zapatos altos, las blusas, y el corsé demasiado apretado.
Y cuando estábamos haciendo la ropa de Francie, ella dijo:
“No puedo tener un vestido bonito”, pero le dimos el vestido de graduación blanco, y las rosas.
Como dato, Gene Tierney fue originalmente elegida como Katie Nolan; pero cuando quedó embarazada, Dorothy McGuire recibió el papel.
Inolvidables las estupendas interpretaciones de los protagonistas:
James Dunn como el padre, que curiosamente su presencia llena mucho el ambiente y la historia, y su ausencia es muy sentida en el resto del metraje.
Por cierto, su papel es muy protagónico como para haber sido galardonado como secundario… pero si hay un reconocimiento especial, va para Peggy Ann Garner, cuyo rol como Francie Nolan, tiene la perfecta combinación de emotividad, sobriedad y madurez; siendo una de esas escasas interpretaciones juveniles que jamás se olvidarán; pues ella representa un futuro abierto a lo mejor; y junto a ella también brillaba la simpatía del hermano pequeño, Ted Donaldson.
Como curiosidad, Nicholas Ray que salió de New York con Elia Kazan para el debut como director de Kazan; tiene aquí una breve aparición en el reparto, como empleado de panadería, y varias fuentes tienen a Ray trabajando como asistente de dirección, y asistiendo al compositor de la banda sonora, Alfred Newman; pero los registros del estudio lo incluyen oficialmente como director de diálogo.
El filme, a pesar de su cruda realidad, contiene un anacronismo evidente:
El retrato del General Washington en el aula de Francie, se emitió en todo el país a las escuelas públicas y edificios en 1932, para conmemorar el bicentenario de su nacimiento; pero la cronología de esta historia tiene lugar al menos 20 años antes.
Y según se comenta en notas de producción, Joan Blondell realizó una escena muy adulta durante el rodaje, que los sensores eliminaron del corte final:
Los niños Nolan encuentran un condón, y la tía Sissy tiene la tarea de describirles qué es…
Ella aborda esta explicación con compasión en lugar de frialdad clínica; y a pesar de que esta escena fue omitida, Blondell siempre la consideró “el mejor trabajo que haya hecho en la pantalla”
“He can't be dead.
He can't.
They don't understand.
Maybe you could let me have a baby someday.
It could be a boy so it could be just like him... and it'd have to be me.
Nobody else loved him like I do.
Maybe you could do that for me.
And if you could, he wouldn't even die”
La filmografía de Elia Kazan, situada temporalmente entre 1945 y 1976, aporta a la mirada histórica, un testimonio de indudable interés tanto sobre la sociedad estadounidense de esos años, como sobre los modos en los que la institución cinematográfica se fue acercando a las cuestiones sociales del momento.
Esa mirada de Kazan sobre la sociedad estadounidense, aparece como crítica y nostálgica a un tiempo:
El sentimentalismo a lo estadounidense, junto con la fuerte veta de crítica social de las instituciones y mitos, convierte a los films de Kazan en destacados testimonios de las cambiantes actitudes sociales de los últimos 25 años y, en los mejores casos, dan a su obra una intensidad dramática que tiene el poder de conmover.
Como metáfora de la autora, “el árbol que creció en Brooklyn” era un árbol de Ailanthus, o “Árbol del Cielo”, que se ha naturalizado en gran parte de los EEUU, hasta el punto de ser considerado “un árbol de malas hierbas”, pero sigue siendo un valor incalculable como un atractivo cortavientos y árbol de sombra, adaptable en las condiciones más duras.
El Ailanthus altissima, es un árbol ornamental muy utilizado en jardines públicos, originario de China, de crecimiento rápido, muy resistente a la contaminación; pero se ha convertido en una especie silvestre invasora por su rápido crecimiento y su capacidad para prosperar en cualquier lugar, formando densas arboledas en los márgenes de las carreteras.
Sin embargo, tiene usos muy beneficiosos:
En sus principios activos contiene glucósidos, resina, esencia acre, taninos y mucílagos; puede ser usado como astringente, antihelmíntico, antidiarreico, rubefaciente, y emético; pero debe usarse con prudencia, ya que una dosis excesiva tiene un efecto purgante, y después emético.
Otros usos:
Con las hojas se fabrica papel, y como colorante amarillo para la lana; y sirven de alimento a un tipo de gusano de seda (Samia cynthia)
El libro de Betty Smith utiliza el árbol como una analogía para la capacidad de prosperar en un entorno difícil; y ella lo escribe en la introducción:
“Hay un árbol que crece en Brooklyn.
Algunas personas lo llaman “El Árbol del Cielo”
No importa dónde caiga su semilla, hace un árbol que lucha para alcanzar el cielo.
Crece en lotes tapiados y fuera de montones de basura descuidados.
Crece de las rejillas de la bodega.
Es el único árbol que crece con cemento.
Crece exuberantemente... sobrevive sin sol, agua y aparentemente tierra.
Se consideraría hermoso, excepto que hay demasiados”
Y en ciertas partes de los Estados Unidos, la especie ha sido apodada “la palma del gueto” por su propensión a crecer en las inhóspitas condiciones de las áreas urbanas, o en propiedades abandonadas y mal mantenidas, como en Afganistán, asolado por la guerra.
De esa manera, aquel árbol talado que impedía tender la ropa, renace de los cementos para crecer en Brooklyn, y también en nosotros...

“Why sure baby.
Don't tell me that tree is gonna lay down and die that easily.
Look at that tree.
See where it's coming from.
Right up outta that cement!
Didn't nobody plant it.
Didn't ask the cement to grow.
It just couldn't help growing so much it just pushed that old cement out of the way.
Now when you bust it with something like that, can't anybody help it, like... like that little ole bird up there.
He didn't ask anybody could he sing and he certainly didn't take any lessons.
He's so full of singing it just has to bust out someplace.
Why they could cut that ole tree right down to the ground and a root would push up someplace else in the cement”



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