Scarecrow
“The road leads itself to somewhere”
La violencia en el cine es cualquier acto violento presente en una película; y como todos sabemos, el cine es un medio a través del cual se llega a la gente, se les toca sus emociones y se provocan sentimientos.
La cámara cinematográfica es el instrumento que se utiliza para mostrar lo que verá el público; y esta cámara junto a los efectos especiales, van provocando que el espectador se localice en el lugar de los hechos, y así sentir lo que el director quiere que sienta.
Estos sentimientos se ven acrecentados sobre todo en el cine violento, debido a que es un tema con el que no empatizamos en la vida real por el dolor que produce.
La violencia estetizante, o “cómo hacer las cosas con estilo”, argumenta que en las películas con violencia estética, los modos estándar realistas de edición y la cinematografía, son violados con el fin de “espectacularizar” la acción que se presenta en la pantalla; y para ello los directores usan la edición rápida y torpe, encuadres inclinados, los cortes de choque y la cámara lenta, haciendo hincapié en los impactos de las balas o los “chorros de sangre”
A modo de metáfora, un espantapájaros es un dispositivo con forma de figura humana, normalmente un maniquí vestido con ropas viejas, que se utiliza para ahuyentar de los cultivos a los pájaros… pero también fue un objetivo de la violencia que el escritor de “The Wonderful Wizard Of Oz” (1900), Lyman Frank Baum, quiso remarcar muy sutilmente.
“Hey Max, you heard the story of the scarecrow?”
Scarecrow es un drama del año 1973, dirigido por Jerry Schatzberg.
Protagonizado por Al Pacino, Gene Hackman, Dorothy Tristan, Ann Wedgeworth, Richard Lynch, Eileen Brennan, entre otros.
El guión es de Garry Michael White, cuya historia gira en torno a la relación entre 2 hombres que viajan desde California, con el objetivo de comenzar un negocio en Pittsburgh.
Scarecrow es una de las obras representativas de un período en el que la extrema violencia y el pesimismo se hicieron presentes en las mejores películas.
Cineastas como Dennis Hopper, Mike Nichols, Sam Peckinpah, Arthur Penn y Bob Rafelson, pusieron a la violencia por la violencia misma, y los finales abiertos como una nueva forma de concebir el cine.
Scarecrow ganó La Palme d’Or del Festival Internacional de Cine de Cannes, junto al filme “The Hireling” de Alan Bridges, en un premio llamado entonces “El Gran Premio del Festival Internacional del Cine”
Pero a pesar de su éxito allí, fue un fracaso de taquilla en EEUU, aunque más tarde ganó el estado de culto.
Rodada en Detroit, Hamtramk y Reno, EEUU; la acción tiene lugar entre 1972 y 1973, a lo largo de unos 2 meses.
Max Millan (Gene Hackman) es un presidiario recién salido de la cárcel, maduro, camorrista y pendenciero; y Francis Lionel “Lion” Delbuchi (Al Pacino) es un vagabundo sin destino, mucho más joven que Max, y de una gran ingenuidad y candidez.
Ambos son 2 vagabundos que viajan independientemente el uno del otro:
Max, un hombre temperamental y muy regimentado, acaba de cumplir una condena de prisión de 6 años, y se dirige a Pittsburgh para abrir un negocio de lavado de autos, con una parada en Denver para visitar a su hermana Coley (Dorothy Tristan)
Y forman un par improbable, mientras el peleador Max descubre un poco, cómo Lionel se las arregla con el mundo:
Lionel cree que el espantapájaros no asusta a los pájaros, sino que los divierte, pues según él, los pájaros encuentran graciosos a sus cuervos llenos de miedo.
Finalmente, Max acoge a Lion, que es la abreviatura del segundo nombre de Francis, “Lionel”; y cuya naturaleza tranquila demuestra lo inmaduro que es, pues acaba de pasar 5 años trabajando en un barco, y se dirige a Detroit para ver su esposa Annie Gleason (Penelope Allen) y a su hijo, a quien nunca conoció, y cuyo género ni siquiera conoce… pues en un acto de su inmadurez, Lion abandonó a Annie cuando estaba embarazada; y para compensarlo, desde entonces ha enviado todos sus cheques de pago a Annie; y él no le ha contado a ella sobre su inminente visita.
De esa manera, Max y Lion emprenden el viaje, a pesar de que su reunión inicial es un tanto conflictiva debido a sus diferentes naturalezas, deciden viajar juntos, combinando recursos; y en el camino planean detenerse en Denver y Detroit, antes de su destino final en Pittsburgh.
A medida que montan los pulgares y montan los rieles juntos, cada uno acerca el otro un poco más a su propio temperamento; pero una estadía más larga de lo previsto en Denver, y un incidente con Annie, amenazarán sus sueños; y es que el viaje que hacen estará lleno de incidentes:
Contratiempos, decepciones, engaños, violencia física, enfermedad, ilusiones y esperanzas.
Son destacadas la escena en la que Lion es inducido a la embriaguez por un compañero que, en este estado, le hace víctima de una violenta agresión sexual y física, llena de verismo y dramatismo, la del striptease de Max en un bar de carretera, y la de Lion jugando con unos niños en la fuente de la ciudad.
Esta es una extraordinaria película que se acerca a 2 vagabundos de personalidades opuestas que hacen de la marginalidad una suerte de reivindicación; y con sus andanzas sirven al cineasta para elaborar una metáfora, en formato de “road movie”, sobre el inevitable fracaso de las relaciones humanas.
Una película incomprensiblemente olvidada, inexplicablemente desconocida para el gran público, pero gratamente amada por quienes tuvimos la suerte de verla alguna vez; que naturalmente merece una revaloración.
“I gotta' tell you something about me.
I'm, like, the meanest son of a bitch alive, you know what I mean?”
El estudio Warner Bros., aprobó el proyecto de una película, en busca de un bajo presupuesto después de que los ejecutivos se volvieron menos confiados en el éxito de sus proyectos más grandes.
La preferencia del director Jerry Schatzberg por los papeles de Max y Lion, fueron Gene Hackman y Al Pacino; y Schatzberg previamente había trabajado con Pacino en “The Panic in Needle Park” (1971); por lo que el guión originalmente era más cómico con fragmentos de humor físico; pero Schatzberg lo reformuló para hacerlo más dramático, y oscuramente humorístico.
Y es que estamos a comienzos de los años 70, y El Capitalismo vive su época de máximo esplendor:
El bienestar y el acomodamiento campan a sus anchas a lo largo de la geografía estadounidense.
Allí, 2 vagabundos, Max Millan, un ex convicto malhumorado; y Francis Lionel “Lion” Delbuchi, un ex marinero infantil, se reúnen en la carretera en California, y acuerdan convertirse en socios en un negocio de lavado de autos, una vez que lleguen a Pittsburgh.
Pero Lion se dirige a Detroit para ver al niño que nunca ha conocido, y hacer las paces con su esposa Annie, a quien le ha estado enviando todo el dinero que ganó mientras estaba en el mar.
Mientras Max acuerda tomar un desvío en su camino a Pittsburgh, donde se encuentra su hermana, en Denver.
Pero las payasadas de la pareja los lleva a la prisión por 1 mes, donde Max culpa a Lion por haber sido enviados de vuelta a la cárcel, y lo rechaza.
Allí, Lion se hace amigo de un poderoso recluso llamado Riley (Richard Lynch), que más tarde trata de atacarlo sexualmente, y aunque no tiene éxito, lo traumatiza salvajemente, tanto física como emocionalmente traumatiza.
De esa manera, Max reaviva su amistad con Lion, y se convierte en su protector, y eventualmente exige venganza golpeando a Riley.
Después de ser liberados de prisión, los 2 continúan teniendo un profundo efecto el uno en el otro, aunque ambos han sufrido transformaciones personales, y sus roles han cambiado:
Lion, todavía traumatizado, ahora sin preocupaciones ni payasadas, no es capaz incluso de sonreír; y Max aflojando su agresividad, en un momento haciendo un striptease irónico para calmar una pelea en un bar, e intentar hacer reír a Lion otra vez...
Cuando el dúo finalmente llega a Detroit, Lion encuentra un teléfono público y llama a Annie, que ahora se volvió a casar, y crio a su hijo de 5 años.
Annie todavía está furiosa con Lion por haberla abandonado, y miente que ella abortó a su hijo, agregándolo maliciosamente, sabiendo que Lion es católico:
“Él nunca nació, nunca se bautizó.
¿Sabes lo que eso significa?
Su alma no puede ir al cielo.
Eso es lo que hiciste por el alma de tu hijo, bastardo.
Lo enviaste al limbo.
Esa alma no puede ir al cielo”
Lion está devastado, pero cuando cuelga el teléfono, se pone loco, y le dice a Max que tiene un hijo; pero poco después tiene un colapso mientras juega en un parque con niños del vecindario, y queda en coma, catatónico.
Max le promete a Lion, ahora en un hospital psiquiátrico, que hará cualquier cosa para ayudarlo, y aborda un tren a Pittsburgh con un boleto de ida y vuelta.
Acaso la extraña amistad explica el paisaje de fondo:
Desde esa ruta inhóspita en la que empieza la película, y se conocen los personajes, hasta viajes en trenes de carga y bares de mala muerte, todo lo que se ve es, un lado poco elegante de EEUU.
No olvidemos que EEUU ya estaba devaluando su moneda por esos años, y que luego vendría la crisis del petróleo que apretaría un poco más los huevos del “gran país del norte”
Casualmente, muchos filmes de ruta y derroche de combustible posteriores, tuvieron esas premisas similares; donde ambos personajes cambian a lo largo de la película, casi como Don Quijote y Sancho Panza invierten sus papeles, donde uno se vuelve más risueño, y el otro más taciturno.
Y esta es una “road movie” inolvidable, única, con un gran sentido del humor y plagada de escenas delirantes donde brillan a partes iguales los 2 actores protagónicos:
Lionel, un ex marino que abandonó por cobardía a la mujer que amaba cuando ella le reveló que estaba embarazada, ahora con un paquete bajo el brazo, una lámpara, le irá bien tanto si es niño o niña, que intenta recuperar el tiempo y los amores perdidos; y Max, un ex convicto endurecido por la vida, gruñón, pendenciero y solitario, que pretende con sus ahorros poner una lavadora de autos que le dará fortuna.
Los 2 se encuentran pidiendo aventón en una carretera californiana con dirección al este, pero no todo fue fácil:
Al principio compiten por ser recogidos, pero finalmente se unen, y en el largo camino, qué mejor que ir acompañados.
Lionel es ingenuo, tal vez hasta algo limitado intelectualmente, pero divertido, y de buen corazón; mientras Max es arisco pero práctico, lleva tanta frustración como ropa sobre él, y desconfía de todos, aunque en el fondo lo que necesita es un amigo.
Viajeros, ya sea como autoestopistas o polizones, el mayor fija su destino a Pittsburg, y el joven a Detroit; y tras unos primeros momentos en que ambos personajes chocan, las largas horas de espera en medio de ninguna parte, acaban por acercarles gracias a la insistencia de un simpático Lionel que va haciendo bromas y explicando chistes, hasta que consigue despertar algo en el rudo y frío Max, que hasta entonces se había mostrado desconfiado y distante.
Esa primera chispa de complicidad, hará que se acaben decidiendo a compartir parte del camino juntos, y no mucho después, le propondrá al bueno de Lionel que sea su socio en el negocio que tiene en mente.
En este anti western, porque el sentido del viaje es inverso a aquel de los pioneros, como si “El Sueño Americano” estuviera al otro lado; los antihéroes de Scarecrow inician un periplo en donde adivinamos, no hallarán lo que buscan, sino algo distinto.
En el camino, el carácter efervescente de Max los involucra en una pelea que los lleva a la cárcel, en donde un recluso intenta abusar sexualmente de Lion, pero es salvado por el primero, y al salir de prisión, la escasez de dinero hace que visiten a la hermana de Max y éste viva un instante de pasión con Frenchy (Anne Wedgeworth), y sea el inmenso instante cuando Max realice el primer striptease de su vida, aligere vestuario, y a la vez, el peso existencial.
El propósito de esta jornada, es la interrelación humana, estudiándola desde varios ángulos para poder desarrollar la historia de estos 2 vagabundos; y de esta forma, al inicio de la película, se centra en mostrarnos cómo se genera una relación entre 2 desconocidos que por azares del destino, coinciden en medio de ninguna parte, pasando del recelo inicial, a una cierta tolerancia posteriormente; más adelante a una cierta camaradería cuando comparten sus primeras vivencias, para finalmente dejar paso a la aparición de la verdadera amistad, e incluso de una dependencia con el otro.
De esa forma, Scarecrow narra el desarrollo de una relación entre 2 personas que va desde la hostilidad inicial a la tolerancia, el compañerismo, la amistad y la dependencia mutua; la convivencia entre 2 personas, pese a diferencias de edad y temperamento, tiende a generar compañerismo, y éste tiende a dar paso a una amistad sincera y profunda.
En ocasiones, esta amistad crea dependencia emocional mutua; y ambos se necesitan de tal modo que la separación deja un gran vacío y una inmensa añoranza, motor de la búsqueda del reencuentro y la continuidad de la amistad más allá de la conveniencia y del provecho.
El largo viaje que llevan a cabo Max y Lionel, les hace vivir todo tipo de momentos, algunos de ellos felices, llenos de ilusiones, donde ambos se permiten soñar con un futuro prometedor en el que la suerte les sonríe, y el negocio marcha viento en popa; pero también teñida de duros momentos que los 2 vagabundos tienen que hacer frente a contratiempos de todo tipo, llegando a sufrir algo más que simples palizas, desilusiones al ver cómo sus aspiraciones se alejan de ellos, y como salen a la superficie sus frustraciones personales.
Lamentablemente Scarecrow es una de esas películas sepultadas en las carreras tanto de Gene Hackman como de Al Pacino; que Hackman ha dicho, que el fracaso de taquilla de esta película lo decepcionó tanto que a partir de entonces se concentró en proyectos puramente comerciales.
Porque esta es una película de grandes interpretaciones:
Gene Hackman para entonces había ganado el Oscar 2 años antes por “The French Connection” (1971), y estaba a un paso de firmar la excelencia en “The Conversation” (1974), y venía de “The Poseidon Adventure” (1972); y aquí realiza si no la actuación de su vida.
Mientras Al Pacino comenzaba a hacerse un lugar en el cine, ya que había sido recientemente laureado por “The Godfather” (1972), y estaba convocado por Schatzberg nuevamente después de haberlo descubierto en “Panic in Needle Park” (1971), y aquí encarnaba a un sujeto débil, deseoso de aprobación y cobijo, alguien que de antemano sabemos que saldrá derrotado si no encuentra apoyo.
Una simbiosis en la que el beneficiado es el film, y de paso el público.
En la producción, según Jerry Schatzberg, era difícil trabajar con Gene Hackman, y discutió con todos en el set, incluido su hermano, Richard Hackman, que estaba trabajando como suplente; y para hacer volver a Gene, Schatzberg le dio a Richard una parte en la película; pero Gene terminó encantado de que su hermano estuviera en la producción.
Y es que esta película está diseñada para lucimiento personal de estos 2 actores, dándoles todo el protagonismo desde principio a fin, pero hay que reconocer que estaban en uno de sus mejores momentos profesionales, y resuelven sin problema el reto para convertirse en los 2 pilares sobre el que se levanta este interesante, poco conocido, y a veces algo desconcertante film.
Un Gene Hackman ataviado con gabardina, un montón de viejas camisas sucias, boina, puro y gafas, para dar vida a un estrafalario buscavidas que nunca ha tenido suerte en la vida, debido a su peculiar y agresivo carácter, que ya le ha hecho pasar por prisión una vez.
Su actuación es totalmente convincente, siendo creíble tanto cuando se muestra arisco y distante al principio, como a lo largo de todo el metraje en el que se aprecia una evolución en su personalidad cada vez más afable y abierta.
Por su parte, Al Pacino sabe estar a la altura de su compañero de reparto, y personifica a un joven alegre, muy inocente, y del cual intuimos una cierta limitación en cuanto a sus capacidades intelectuales, por lo que se entiende que se deje arrastrar en una aventura sin mucho sentido, y seguramente con menos futuro todavía, pero como “un niño al que se le promete un caramelo”, Lionel sigue a Max.
Un buen trabajo del entonces un actor capacitado y que buscaba buenos papeles, no como en los últimos años en los que casi parece una mala caricatura de sí mismo.
La evolución de ambos personajes, es lo más interesante de la historia, consecuencia en parte por la relación de amistad que entablan, y los lazos afectivos creados, y también por las muchas cosas por las que tienen que pasar.
Todo ello les cambia de una forma lenta pero inexorable, haciendo que prácticamente tengamos un intercambio de caracteres entre ellos.
Y cuentan que para entender a sus personajes, Pacino y Hackman se disfrazaron y comenzaron a mendigar en San Francisco.
Sin embargo, Pacino, un defensor de la actuación del método, descubrió que sus técnicas estaban en conflicto con Hackman, que guardaba silencio antes de rodar, mientras Pacino caminaba...
Aunque Hackman se divirtió con la producción, Pacino comentó más tarde:
“No fue el trabajo más fácil con Hackman, a quien amo como actor”
El papel del villano, fue realizado por un actor especializado en ese registro, un inolvidable Richard Lynch, en el que parece ser su primer rol importante.
Y por ahí estaba Eileen Brennan, inolvidable por su papel en “The Sting” (1973)
No obstante, Scarecrow tiene sus similitudes con otras obras como la historia de “Of Mice and Men” o la oscarizada película “Midnight Cowboy” (1969) en donde se cuenta la historia de una gran amistad entre 2 tipos que acaban comprendiendo lo que se puede necesitar de un ser humano.
Lamentablemente, a Jerry Schatzberg, fotógrafo de profesión, no le fue muy bien en el cine; y esta fue su mejor incursión, que hasta ganó la prestigiosa Palme d’Or en Cannes, pero después no destacó… hizo una que otra película interesante, pero nunca se acercó a la calidad de esta obra.
A propósito, a famoso crítico Roger Ebert, la película no le gustó, dijo que “aquel viaje ya lo habían hecho antes”, que molestaba visualmente a pesar de Schatzberg y el cinematógrafo, Vilmos Zsigmond, pues había demasiada luz para una historia sombría, y que los personajes eran tan conscientes de su simbolismo, que hasta se atrevían a filosofar con el significado del espantapájaros:
“El monigote no está para causarte miedo sino para provocarte risa”
La fotografía de Vilmos Zsigmond, se complace en mostrar los paisajes rurales, urbanos y suburbanos con realismo y cromatismo natural; y presta especial atención a los lances cómicos visuales, como Lion imitando a un simio…
Mientras el guión desarrolla una historia en la que se dan cita desventuras de todo tipo, en una historia rebosante de humanismo y ternura, deliciosamente cómica, y de mucha reflexión.
Y es que hay grandes momentos, aquellas escenas que a uno le quedan muy marcadas en su memoria, algunas tan divertidas como la escena del striptease de Max en un bar de carretera, es memorable, y pone de manifiesto el cambio que se ha originado en su personalidad gracias al permanente contacto con Lionel, pues la espontaneidad y alegría con la que se pone a bailar y despojarse de toda su ropa para regocijo de todos los presentes, hubiera sido impensable para él solo unas semanas antes.
Lion quizás tiene la mejor escena de todas, la del intento de robo de un bolso, y la peculiar maniobra de distracción perpetrada por él a petición de Max, sin ninguna duda, el momento más hilarante del film, dejando estupefacto a todos los presentes de la tienda, pero sobre todo al mismísimo Max, que no da crédito a lo que está viendo, siendo incapaz de llevar a cabo su plan, y renunciando al darse cuenta que, en lugar de distraer a la dependienta, ha sido él quien se ha quedado estupefacto…
También hay lugar para durísimas escenas… como la violación sexual… que tendrá mucha más influencia en el desarrollo de la trama.
Pero no solo tenemos grandes momentos cuando se centran en ambos actores, el retrato general de los perdedores que podemos observar a lo largo de toda la historia, desde la calenturienta amiga de la hermana de Max, una mujer falta de cariño, solitaria, que ve en él un oasis en su triste vida; o la ex pareja de Lionel, otra perdedora aprisionada en una vida que la hace infeliz, sin salida posible para huir de allí, y empezar desde cero.
Y finalmente, el sueño de ambos se desvanece… y el que peor parado sale, es Lion.
La alegoría del espantapájaros, viene de la novela “The Wonderful Wizard Of Oz” (1900), un libro de literatura infantil escrito por Lyman Frank Baum, donde el espantapájaros conoce a Dorothy, y ésta le ayuda a bajar del palo donde unos granjeros lo colocaron para asustar a los cuervos.
Si vemos el film bajo esa premisa, sabremos que hay mucha correspondencia con el libro, como por el ejemplo, el nombre de Lion, como el león de la historia, pero también como el espantapájaros que aparece en un árbol y que baja para conocer a “Dorothy” en Max, y emprender juntos el camino de ladrillos amarillo para llegar a Oz, que sería Pittsburg, y en el camino, afrontar muchos peligros, que harán del león/espantapájaros, también un hombre de hojalata, roto.
Así, Lion acompaña a Max, donde demostrará que “no tiene cerebro para pensar”, recordar su pasado de abandono, y su poca inteligencia... o bien, de Max que al final llega a tener un corazón, lo que inicia un debate entre la importancia de la mente y las emociones.
Algo patoso y torpe uno, y otro tosco y violento… donde el primero le cuenta al segundo la alusión al espantapájaros, pero que sin embargo demuestra que los cuervos, como las personas, “vienen para reírse en mi cara.
¡Soy un fracaso porque no tengo cerebro!, y no soy muy mañoso para hacer nada”
Dice que tiene pocas necesidades, y que por eso no molestará a Max en su viaje “por el camino de baldosas amarillas”, si lo deja acompañarlo para recuperar la mente perdida.
Normalmente, las personas con este estilo de personalidad, están más dispuestas a actuar y a moverse más por los otros que por sí mismos.
Uno de sus mayores dones, es su receptividad con la gente:
Los demás se sienten tranquilos, seguros y aceptados cuando están cerca él, es lo que descubre Max, y que logra adaptar a su personalidad.
Pero es indeciso, y todos los caminos a tomar le parecen bien:
“Cambio de opinión porque no tengo cerebro” o “Que felicidad estar libre” se dice en el relato infantil.
Y busca autonomía, porque le gusta mediar y le encantan las estructuras que proporcionan estabilidad y pocas sorpresas:
“Es muy aburrido pasarse todo el día aquí colgado”, en el olvido de su mejor momento con su mujer, a la espera entonces de un hijo que no conoce; por lo que tiende a no afrontar los problemas, y a evitar los contactos... pero lamentablemente se topará con un muro que le impedirá llegar a su meta.
Mientras que en Max, la pereza puede asumir las siguientes manifestaciones:
La resistencia al cambio, por lo que la predilección por las cosas habituales y rutinarias no están en su personalidad, pero llega a transformar su agresividad pasiva y hasta una tendencia a la resignación…
El olvido de sí mismo, como renuncia a sus deseos para responder a las expectativas ajenas, necesidad de pasar inadvertido.
Y la compensación, como una tendencia a colmar la inercia mediante actividades compensatorias, como la comida, la televisión, los videojuegos, la lectura o un “hobby”
La distracción por su parte, es la inclinación a despilfarrar las energías en los intereses del momento, sin objetivos de fondo hacia los que orientar el propio esfuerzo.
Son detalles de “los perdedores” donde en el espantapájaros demuestra que ya tiene el cerebro que busca, tanto que más tarde es reconocido como el hombre más sabio de la tierra de Oz, y que represará para ayudar a su amigo…
Pero esa es una historia que todavía no tiene secuela…
Una escena de antología, muy curiosa para los más despabilados, es en la que Annie, la ex mujer de Lion le miente diciéndole que perdió el hijo del que estaba embarazada, y que “seguramente era varón”
En “The Godfather Part: II” (1974) la escena se repetirá, pero con un Michael Corleone reaccionando de otra manera...
Por último, la banda sonora está plagada de muchas canciones de la época, las que destacan según las escenas:
Como cuando Max y Lion entran al restaurante para desayunar al principio de la película, la canción que se reproduce en la máquina de discos es la canción “Silver Moon”, que fue cantada por el ex monje Michael Nesmith, y luego por la First National Band; entre las canciones escuchadas en la película se encuentran los clásicos del soul “Working in the Coal Mine” de Allen Toussaint e “In the Midnight Hour” de Wilson Pickett.
“I put on more clothes.
I'm a cold-blooded bastard, I never get warm enough.
I take a little nap after every fight”
Los críticos de cine que analizan las imágenes de cine violentas, se dividen principalmente en 2 categorías:
Los críticos que ven representaciones de la violencia en el cine como superficiales y de explotación, argumentan que conduce a la audiencia a volverse insensible a la brutalidad, lo que aumenta su agresividad.
Por otro lado, los críticos que ven la violencia como un tipo de contenido, o como un tema, afirman que es catártica y proporciona “salidas aceptables para los impulsos antisociales”
Teniendo presente este tipo de cine, hay que tener en cuenta que la violencia emitida por las pantallas, puede repercutir en las personas y sus comportamientos en función de varios factores; y esta influencia puede ser de varios tipos:
La visión de escenas violentas en las pantallas puede activar en el espectador emociones, pensamientos o sentimientos, o incluso conductas involuntarias que están asociadas cognitivamente con el acto que se ha visto, denominada como “Teoría de La Asociación Cognitiva”
La visión de escenas violentas puede producir la identificación del espectador con el modelo violento, y la imitación de la conducta observada, en la denominada “Teoría Del Modelo Simbólico”
La visión de la violencia puede reforzar conductas violentas anteriores del espectador, en la llamada “Teoría del Refuerzo”
La visión de la violencia puede hacer que el espectador perciba la realidad como poco segura o preocupante.
Las personas que ven mucho tiempo la televisión, tienden a creer que el mundo es muy peligroso, y pueden ser víctimas de la violencia en cualquier momento, en la llamada “Teoría del Cultivo”
La visión de la violencia, también puede generar en el espectador una indiferencia ante la violencia real, también denominado “embotamiento emocional” o “Teoría de La Desensibilización”
Debido a la progresión de la violencia en el cine con el paso del tiempo, los espectadores son cada vez menos sensibles; y esto conduce a una escalada, ya que los autores intentan llevar a cabo escenas más impactantes a lo largo de los años.
Esta violencia incluye muerte y escenas más difíciles que las escenas más terribles de las películas de épocas anteriores, incrementando la insensibilidad, como la falta de corazón, cerebro y valor.
“Scarecrows are beautiful”
La violencia en el cine es cualquier acto violento presente en una película; y como todos sabemos, el cine es un medio a través del cual se llega a la gente, se les toca sus emociones y se provocan sentimientos.
La cámara cinematográfica es el instrumento que se utiliza para mostrar lo que verá el público; y esta cámara junto a los efectos especiales, van provocando que el espectador se localice en el lugar de los hechos, y así sentir lo que el director quiere que sienta.
Estos sentimientos se ven acrecentados sobre todo en el cine violento, debido a que es un tema con el que no empatizamos en la vida real por el dolor que produce.
La violencia estetizante, o “cómo hacer las cosas con estilo”, argumenta que en las películas con violencia estética, los modos estándar realistas de edición y la cinematografía, son violados con el fin de “espectacularizar” la acción que se presenta en la pantalla; y para ello los directores usan la edición rápida y torpe, encuadres inclinados, los cortes de choque y la cámara lenta, haciendo hincapié en los impactos de las balas o los “chorros de sangre”
A modo de metáfora, un espantapájaros es un dispositivo con forma de figura humana, normalmente un maniquí vestido con ropas viejas, que se utiliza para ahuyentar de los cultivos a los pájaros… pero también fue un objetivo de la violencia que el escritor de “The Wonderful Wizard Of Oz” (1900), Lyman Frank Baum, quiso remarcar muy sutilmente.
“Hey Max, you heard the story of the scarecrow?”
Scarecrow es un drama del año 1973, dirigido por Jerry Schatzberg.
Protagonizado por Al Pacino, Gene Hackman, Dorothy Tristan, Ann Wedgeworth, Richard Lynch, Eileen Brennan, entre otros.
El guión es de Garry Michael White, cuya historia gira en torno a la relación entre 2 hombres que viajan desde California, con el objetivo de comenzar un negocio en Pittsburgh.
Scarecrow es una de las obras representativas de un período en el que la extrema violencia y el pesimismo se hicieron presentes en las mejores películas.
Cineastas como Dennis Hopper, Mike Nichols, Sam Peckinpah, Arthur Penn y Bob Rafelson, pusieron a la violencia por la violencia misma, y los finales abiertos como una nueva forma de concebir el cine.
Scarecrow ganó La Palme d’Or del Festival Internacional de Cine de Cannes, junto al filme “The Hireling” de Alan Bridges, en un premio llamado entonces “El Gran Premio del Festival Internacional del Cine”
Pero a pesar de su éxito allí, fue un fracaso de taquilla en EEUU, aunque más tarde ganó el estado de culto.
Rodada en Detroit, Hamtramk y Reno, EEUU; la acción tiene lugar entre 1972 y 1973, a lo largo de unos 2 meses.
Max Millan (Gene Hackman) es un presidiario recién salido de la cárcel, maduro, camorrista y pendenciero; y Francis Lionel “Lion” Delbuchi (Al Pacino) es un vagabundo sin destino, mucho más joven que Max, y de una gran ingenuidad y candidez.
Ambos son 2 vagabundos que viajan independientemente el uno del otro:
Max, un hombre temperamental y muy regimentado, acaba de cumplir una condena de prisión de 6 años, y se dirige a Pittsburgh para abrir un negocio de lavado de autos, con una parada en Denver para visitar a su hermana Coley (Dorothy Tristan)
Y forman un par improbable, mientras el peleador Max descubre un poco, cómo Lionel se las arregla con el mundo:
Lionel cree que el espantapájaros no asusta a los pájaros, sino que los divierte, pues según él, los pájaros encuentran graciosos a sus cuervos llenos de miedo.
Finalmente, Max acoge a Lion, que es la abreviatura del segundo nombre de Francis, “Lionel”; y cuya naturaleza tranquila demuestra lo inmaduro que es, pues acaba de pasar 5 años trabajando en un barco, y se dirige a Detroit para ver su esposa Annie Gleason (Penelope Allen) y a su hijo, a quien nunca conoció, y cuyo género ni siquiera conoce… pues en un acto de su inmadurez, Lion abandonó a Annie cuando estaba embarazada; y para compensarlo, desde entonces ha enviado todos sus cheques de pago a Annie; y él no le ha contado a ella sobre su inminente visita.
De esa manera, Max y Lion emprenden el viaje, a pesar de que su reunión inicial es un tanto conflictiva debido a sus diferentes naturalezas, deciden viajar juntos, combinando recursos; y en el camino planean detenerse en Denver y Detroit, antes de su destino final en Pittsburgh.
A medida que montan los pulgares y montan los rieles juntos, cada uno acerca el otro un poco más a su propio temperamento; pero una estadía más larga de lo previsto en Denver, y un incidente con Annie, amenazarán sus sueños; y es que el viaje que hacen estará lleno de incidentes:
Contratiempos, decepciones, engaños, violencia física, enfermedad, ilusiones y esperanzas.
Son destacadas la escena en la que Lion es inducido a la embriaguez por un compañero que, en este estado, le hace víctima de una violenta agresión sexual y física, llena de verismo y dramatismo, la del striptease de Max en un bar de carretera, y la de Lion jugando con unos niños en la fuente de la ciudad.
Esta es una extraordinaria película que se acerca a 2 vagabundos de personalidades opuestas que hacen de la marginalidad una suerte de reivindicación; y con sus andanzas sirven al cineasta para elaborar una metáfora, en formato de “road movie”, sobre el inevitable fracaso de las relaciones humanas.
Una película incomprensiblemente olvidada, inexplicablemente desconocida para el gran público, pero gratamente amada por quienes tuvimos la suerte de verla alguna vez; que naturalmente merece una revaloración.
“I gotta' tell you something about me.
I'm, like, the meanest son of a bitch alive, you know what I mean?”
El estudio Warner Bros., aprobó el proyecto de una película, en busca de un bajo presupuesto después de que los ejecutivos se volvieron menos confiados en el éxito de sus proyectos más grandes.
La preferencia del director Jerry Schatzberg por los papeles de Max y Lion, fueron Gene Hackman y Al Pacino; y Schatzberg previamente había trabajado con Pacino en “The Panic in Needle Park” (1971); por lo que el guión originalmente era más cómico con fragmentos de humor físico; pero Schatzberg lo reformuló para hacerlo más dramático, y oscuramente humorístico.
Y es que estamos a comienzos de los años 70, y El Capitalismo vive su época de máximo esplendor:
El bienestar y el acomodamiento campan a sus anchas a lo largo de la geografía estadounidense.
Allí, 2 vagabundos, Max Millan, un ex convicto malhumorado; y Francis Lionel “Lion” Delbuchi, un ex marinero infantil, se reúnen en la carretera en California, y acuerdan convertirse en socios en un negocio de lavado de autos, una vez que lleguen a Pittsburgh.
Pero Lion se dirige a Detroit para ver al niño que nunca ha conocido, y hacer las paces con su esposa Annie, a quien le ha estado enviando todo el dinero que ganó mientras estaba en el mar.
Mientras Max acuerda tomar un desvío en su camino a Pittsburgh, donde se encuentra su hermana, en Denver.
Pero las payasadas de la pareja los lleva a la prisión por 1 mes, donde Max culpa a Lion por haber sido enviados de vuelta a la cárcel, y lo rechaza.
Allí, Lion se hace amigo de un poderoso recluso llamado Riley (Richard Lynch), que más tarde trata de atacarlo sexualmente, y aunque no tiene éxito, lo traumatiza salvajemente, tanto física como emocionalmente traumatiza.
De esa manera, Max reaviva su amistad con Lion, y se convierte en su protector, y eventualmente exige venganza golpeando a Riley.
Después de ser liberados de prisión, los 2 continúan teniendo un profundo efecto el uno en el otro, aunque ambos han sufrido transformaciones personales, y sus roles han cambiado:
Lion, todavía traumatizado, ahora sin preocupaciones ni payasadas, no es capaz incluso de sonreír; y Max aflojando su agresividad, en un momento haciendo un striptease irónico para calmar una pelea en un bar, e intentar hacer reír a Lion otra vez...
Cuando el dúo finalmente llega a Detroit, Lion encuentra un teléfono público y llama a Annie, que ahora se volvió a casar, y crio a su hijo de 5 años.
Annie todavía está furiosa con Lion por haberla abandonado, y miente que ella abortó a su hijo, agregándolo maliciosamente, sabiendo que Lion es católico:
“Él nunca nació, nunca se bautizó.
¿Sabes lo que eso significa?
Su alma no puede ir al cielo.
Eso es lo que hiciste por el alma de tu hijo, bastardo.
Lo enviaste al limbo.
Esa alma no puede ir al cielo”
Lion está devastado, pero cuando cuelga el teléfono, se pone loco, y le dice a Max que tiene un hijo; pero poco después tiene un colapso mientras juega en un parque con niños del vecindario, y queda en coma, catatónico.
Max le promete a Lion, ahora en un hospital psiquiátrico, que hará cualquier cosa para ayudarlo, y aborda un tren a Pittsburgh con un boleto de ida y vuelta.
Acaso la extraña amistad explica el paisaje de fondo:
Desde esa ruta inhóspita en la que empieza la película, y se conocen los personajes, hasta viajes en trenes de carga y bares de mala muerte, todo lo que se ve es, un lado poco elegante de EEUU.
No olvidemos que EEUU ya estaba devaluando su moneda por esos años, y que luego vendría la crisis del petróleo que apretaría un poco más los huevos del “gran país del norte”
Casualmente, muchos filmes de ruta y derroche de combustible posteriores, tuvieron esas premisas similares; donde ambos personajes cambian a lo largo de la película, casi como Don Quijote y Sancho Panza invierten sus papeles, donde uno se vuelve más risueño, y el otro más taciturno.
Y esta es una “road movie” inolvidable, única, con un gran sentido del humor y plagada de escenas delirantes donde brillan a partes iguales los 2 actores protagónicos:
Lionel, un ex marino que abandonó por cobardía a la mujer que amaba cuando ella le reveló que estaba embarazada, ahora con un paquete bajo el brazo, una lámpara, le irá bien tanto si es niño o niña, que intenta recuperar el tiempo y los amores perdidos; y Max, un ex convicto endurecido por la vida, gruñón, pendenciero y solitario, que pretende con sus ahorros poner una lavadora de autos que le dará fortuna.
Los 2 se encuentran pidiendo aventón en una carretera californiana con dirección al este, pero no todo fue fácil:
Al principio compiten por ser recogidos, pero finalmente se unen, y en el largo camino, qué mejor que ir acompañados.
Lionel es ingenuo, tal vez hasta algo limitado intelectualmente, pero divertido, y de buen corazón; mientras Max es arisco pero práctico, lleva tanta frustración como ropa sobre él, y desconfía de todos, aunque en el fondo lo que necesita es un amigo.
Viajeros, ya sea como autoestopistas o polizones, el mayor fija su destino a Pittsburg, y el joven a Detroit; y tras unos primeros momentos en que ambos personajes chocan, las largas horas de espera en medio de ninguna parte, acaban por acercarles gracias a la insistencia de un simpático Lionel que va haciendo bromas y explicando chistes, hasta que consigue despertar algo en el rudo y frío Max, que hasta entonces se había mostrado desconfiado y distante.
Esa primera chispa de complicidad, hará que se acaben decidiendo a compartir parte del camino juntos, y no mucho después, le propondrá al bueno de Lionel que sea su socio en el negocio que tiene en mente.
En este anti western, porque el sentido del viaje es inverso a aquel de los pioneros, como si “El Sueño Americano” estuviera al otro lado; los antihéroes de Scarecrow inician un periplo en donde adivinamos, no hallarán lo que buscan, sino algo distinto.
En el camino, el carácter efervescente de Max los involucra en una pelea que los lleva a la cárcel, en donde un recluso intenta abusar sexualmente de Lion, pero es salvado por el primero, y al salir de prisión, la escasez de dinero hace que visiten a la hermana de Max y éste viva un instante de pasión con Frenchy (Anne Wedgeworth), y sea el inmenso instante cuando Max realice el primer striptease de su vida, aligere vestuario, y a la vez, el peso existencial.
El propósito de esta jornada, es la interrelación humana, estudiándola desde varios ángulos para poder desarrollar la historia de estos 2 vagabundos; y de esta forma, al inicio de la película, se centra en mostrarnos cómo se genera una relación entre 2 desconocidos que por azares del destino, coinciden en medio de ninguna parte, pasando del recelo inicial, a una cierta tolerancia posteriormente; más adelante a una cierta camaradería cuando comparten sus primeras vivencias, para finalmente dejar paso a la aparición de la verdadera amistad, e incluso de una dependencia con el otro.
De esa forma, Scarecrow narra el desarrollo de una relación entre 2 personas que va desde la hostilidad inicial a la tolerancia, el compañerismo, la amistad y la dependencia mutua; la convivencia entre 2 personas, pese a diferencias de edad y temperamento, tiende a generar compañerismo, y éste tiende a dar paso a una amistad sincera y profunda.
En ocasiones, esta amistad crea dependencia emocional mutua; y ambos se necesitan de tal modo que la separación deja un gran vacío y una inmensa añoranza, motor de la búsqueda del reencuentro y la continuidad de la amistad más allá de la conveniencia y del provecho.
El largo viaje que llevan a cabo Max y Lionel, les hace vivir todo tipo de momentos, algunos de ellos felices, llenos de ilusiones, donde ambos se permiten soñar con un futuro prometedor en el que la suerte les sonríe, y el negocio marcha viento en popa; pero también teñida de duros momentos que los 2 vagabundos tienen que hacer frente a contratiempos de todo tipo, llegando a sufrir algo más que simples palizas, desilusiones al ver cómo sus aspiraciones se alejan de ellos, y como salen a la superficie sus frustraciones personales.
Lamentablemente Scarecrow es una de esas películas sepultadas en las carreras tanto de Gene Hackman como de Al Pacino; que Hackman ha dicho, que el fracaso de taquilla de esta película lo decepcionó tanto que a partir de entonces se concentró en proyectos puramente comerciales.
Porque esta es una película de grandes interpretaciones:
Gene Hackman para entonces había ganado el Oscar 2 años antes por “The French Connection” (1971), y estaba a un paso de firmar la excelencia en “The Conversation” (1974), y venía de “The Poseidon Adventure” (1972); y aquí realiza si no la actuación de su vida.
Mientras Al Pacino comenzaba a hacerse un lugar en el cine, ya que había sido recientemente laureado por “The Godfather” (1972), y estaba convocado por Schatzberg nuevamente después de haberlo descubierto en “Panic in Needle Park” (1971), y aquí encarnaba a un sujeto débil, deseoso de aprobación y cobijo, alguien que de antemano sabemos que saldrá derrotado si no encuentra apoyo.
Una simbiosis en la que el beneficiado es el film, y de paso el público.
En la producción, según Jerry Schatzberg, era difícil trabajar con Gene Hackman, y discutió con todos en el set, incluido su hermano, Richard Hackman, que estaba trabajando como suplente; y para hacer volver a Gene, Schatzberg le dio a Richard una parte en la película; pero Gene terminó encantado de que su hermano estuviera en la producción.
Y es que esta película está diseñada para lucimiento personal de estos 2 actores, dándoles todo el protagonismo desde principio a fin, pero hay que reconocer que estaban en uno de sus mejores momentos profesionales, y resuelven sin problema el reto para convertirse en los 2 pilares sobre el que se levanta este interesante, poco conocido, y a veces algo desconcertante film.
Un Gene Hackman ataviado con gabardina, un montón de viejas camisas sucias, boina, puro y gafas, para dar vida a un estrafalario buscavidas que nunca ha tenido suerte en la vida, debido a su peculiar y agresivo carácter, que ya le ha hecho pasar por prisión una vez.
Su actuación es totalmente convincente, siendo creíble tanto cuando se muestra arisco y distante al principio, como a lo largo de todo el metraje en el que se aprecia una evolución en su personalidad cada vez más afable y abierta.
Por su parte, Al Pacino sabe estar a la altura de su compañero de reparto, y personifica a un joven alegre, muy inocente, y del cual intuimos una cierta limitación en cuanto a sus capacidades intelectuales, por lo que se entiende que se deje arrastrar en una aventura sin mucho sentido, y seguramente con menos futuro todavía, pero como “un niño al que se le promete un caramelo”, Lionel sigue a Max.
Un buen trabajo del entonces un actor capacitado y que buscaba buenos papeles, no como en los últimos años en los que casi parece una mala caricatura de sí mismo.
La evolución de ambos personajes, es lo más interesante de la historia, consecuencia en parte por la relación de amistad que entablan, y los lazos afectivos creados, y también por las muchas cosas por las que tienen que pasar.
Todo ello les cambia de una forma lenta pero inexorable, haciendo que prácticamente tengamos un intercambio de caracteres entre ellos.
Y cuentan que para entender a sus personajes, Pacino y Hackman se disfrazaron y comenzaron a mendigar en San Francisco.
Sin embargo, Pacino, un defensor de la actuación del método, descubrió que sus técnicas estaban en conflicto con Hackman, que guardaba silencio antes de rodar, mientras Pacino caminaba...
Aunque Hackman se divirtió con la producción, Pacino comentó más tarde:
“No fue el trabajo más fácil con Hackman, a quien amo como actor”
El papel del villano, fue realizado por un actor especializado en ese registro, un inolvidable Richard Lynch, en el que parece ser su primer rol importante.
Y por ahí estaba Eileen Brennan, inolvidable por su papel en “The Sting” (1973)
No obstante, Scarecrow tiene sus similitudes con otras obras como la historia de “Of Mice and Men” o la oscarizada película “Midnight Cowboy” (1969) en donde se cuenta la historia de una gran amistad entre 2 tipos que acaban comprendiendo lo que se puede necesitar de un ser humano.
Lamentablemente, a Jerry Schatzberg, fotógrafo de profesión, no le fue muy bien en el cine; y esta fue su mejor incursión, que hasta ganó la prestigiosa Palme d’Or en Cannes, pero después no destacó… hizo una que otra película interesante, pero nunca se acercó a la calidad de esta obra.
A propósito, a famoso crítico Roger Ebert, la película no le gustó, dijo que “aquel viaje ya lo habían hecho antes”, que molestaba visualmente a pesar de Schatzberg y el cinematógrafo, Vilmos Zsigmond, pues había demasiada luz para una historia sombría, y que los personajes eran tan conscientes de su simbolismo, que hasta se atrevían a filosofar con el significado del espantapájaros:
“El monigote no está para causarte miedo sino para provocarte risa”
La fotografía de Vilmos Zsigmond, se complace en mostrar los paisajes rurales, urbanos y suburbanos con realismo y cromatismo natural; y presta especial atención a los lances cómicos visuales, como Lion imitando a un simio…
Mientras el guión desarrolla una historia en la que se dan cita desventuras de todo tipo, en una historia rebosante de humanismo y ternura, deliciosamente cómica, y de mucha reflexión.
Y es que hay grandes momentos, aquellas escenas que a uno le quedan muy marcadas en su memoria, algunas tan divertidas como la escena del striptease de Max en un bar de carretera, es memorable, y pone de manifiesto el cambio que se ha originado en su personalidad gracias al permanente contacto con Lionel, pues la espontaneidad y alegría con la que se pone a bailar y despojarse de toda su ropa para regocijo de todos los presentes, hubiera sido impensable para él solo unas semanas antes.
Lion quizás tiene la mejor escena de todas, la del intento de robo de un bolso, y la peculiar maniobra de distracción perpetrada por él a petición de Max, sin ninguna duda, el momento más hilarante del film, dejando estupefacto a todos los presentes de la tienda, pero sobre todo al mismísimo Max, que no da crédito a lo que está viendo, siendo incapaz de llevar a cabo su plan, y renunciando al darse cuenta que, en lugar de distraer a la dependienta, ha sido él quien se ha quedado estupefacto…
También hay lugar para durísimas escenas… como la violación sexual… que tendrá mucha más influencia en el desarrollo de la trama.
Pero no solo tenemos grandes momentos cuando se centran en ambos actores, el retrato general de los perdedores que podemos observar a lo largo de toda la historia, desde la calenturienta amiga de la hermana de Max, una mujer falta de cariño, solitaria, que ve en él un oasis en su triste vida; o la ex pareja de Lionel, otra perdedora aprisionada en una vida que la hace infeliz, sin salida posible para huir de allí, y empezar desde cero.
Y finalmente, el sueño de ambos se desvanece… y el que peor parado sale, es Lion.
La alegoría del espantapájaros, viene de la novela “The Wonderful Wizard Of Oz” (1900), un libro de literatura infantil escrito por Lyman Frank Baum, donde el espantapájaros conoce a Dorothy, y ésta le ayuda a bajar del palo donde unos granjeros lo colocaron para asustar a los cuervos.
Si vemos el film bajo esa premisa, sabremos que hay mucha correspondencia con el libro, como por el ejemplo, el nombre de Lion, como el león de la historia, pero también como el espantapájaros que aparece en un árbol y que baja para conocer a “Dorothy” en Max, y emprender juntos el camino de ladrillos amarillo para llegar a Oz, que sería Pittsburg, y en el camino, afrontar muchos peligros, que harán del león/espantapájaros, también un hombre de hojalata, roto.
Así, Lion acompaña a Max, donde demostrará que “no tiene cerebro para pensar”, recordar su pasado de abandono, y su poca inteligencia... o bien, de Max que al final llega a tener un corazón, lo que inicia un debate entre la importancia de la mente y las emociones.
Algo patoso y torpe uno, y otro tosco y violento… donde el primero le cuenta al segundo la alusión al espantapájaros, pero que sin embargo demuestra que los cuervos, como las personas, “vienen para reírse en mi cara.
¡Soy un fracaso porque no tengo cerebro!, y no soy muy mañoso para hacer nada”
Dice que tiene pocas necesidades, y que por eso no molestará a Max en su viaje “por el camino de baldosas amarillas”, si lo deja acompañarlo para recuperar la mente perdida.
Normalmente, las personas con este estilo de personalidad, están más dispuestas a actuar y a moverse más por los otros que por sí mismos.
Uno de sus mayores dones, es su receptividad con la gente:
Los demás se sienten tranquilos, seguros y aceptados cuando están cerca él, es lo que descubre Max, y que logra adaptar a su personalidad.
Pero es indeciso, y todos los caminos a tomar le parecen bien:
“Cambio de opinión porque no tengo cerebro” o “Que felicidad estar libre” se dice en el relato infantil.
Y busca autonomía, porque le gusta mediar y le encantan las estructuras que proporcionan estabilidad y pocas sorpresas:
“Es muy aburrido pasarse todo el día aquí colgado”, en el olvido de su mejor momento con su mujer, a la espera entonces de un hijo que no conoce; por lo que tiende a no afrontar los problemas, y a evitar los contactos... pero lamentablemente se topará con un muro que le impedirá llegar a su meta.
Mientras que en Max, la pereza puede asumir las siguientes manifestaciones:
La resistencia al cambio, por lo que la predilección por las cosas habituales y rutinarias no están en su personalidad, pero llega a transformar su agresividad pasiva y hasta una tendencia a la resignación…
El olvido de sí mismo, como renuncia a sus deseos para responder a las expectativas ajenas, necesidad de pasar inadvertido.
Y la compensación, como una tendencia a colmar la inercia mediante actividades compensatorias, como la comida, la televisión, los videojuegos, la lectura o un “hobby”
La distracción por su parte, es la inclinación a despilfarrar las energías en los intereses del momento, sin objetivos de fondo hacia los que orientar el propio esfuerzo.
Son detalles de “los perdedores” donde en el espantapájaros demuestra que ya tiene el cerebro que busca, tanto que más tarde es reconocido como el hombre más sabio de la tierra de Oz, y que represará para ayudar a su amigo…
Pero esa es una historia que todavía no tiene secuela…
Una escena de antología, muy curiosa para los más despabilados, es en la que Annie, la ex mujer de Lion le miente diciéndole que perdió el hijo del que estaba embarazada, y que “seguramente era varón”
En “The Godfather Part: II” (1974) la escena se repetirá, pero con un Michael Corleone reaccionando de otra manera...
Por último, la banda sonora está plagada de muchas canciones de la época, las que destacan según las escenas:
Como cuando Max y Lion entran al restaurante para desayunar al principio de la película, la canción que se reproduce en la máquina de discos es la canción “Silver Moon”, que fue cantada por el ex monje Michael Nesmith, y luego por la First National Band; entre las canciones escuchadas en la película se encuentran los clásicos del soul “Working in the Coal Mine” de Allen Toussaint e “In the Midnight Hour” de Wilson Pickett.
“I put on more clothes.
I'm a cold-blooded bastard, I never get warm enough.
I take a little nap after every fight”
Los críticos de cine que analizan las imágenes de cine violentas, se dividen principalmente en 2 categorías:
Los críticos que ven representaciones de la violencia en el cine como superficiales y de explotación, argumentan que conduce a la audiencia a volverse insensible a la brutalidad, lo que aumenta su agresividad.
Por otro lado, los críticos que ven la violencia como un tipo de contenido, o como un tema, afirman que es catártica y proporciona “salidas aceptables para los impulsos antisociales”
Teniendo presente este tipo de cine, hay que tener en cuenta que la violencia emitida por las pantallas, puede repercutir en las personas y sus comportamientos en función de varios factores; y esta influencia puede ser de varios tipos:
La visión de escenas violentas en las pantallas puede activar en el espectador emociones, pensamientos o sentimientos, o incluso conductas involuntarias que están asociadas cognitivamente con el acto que se ha visto, denominada como “Teoría de La Asociación Cognitiva”
La visión de escenas violentas puede producir la identificación del espectador con el modelo violento, y la imitación de la conducta observada, en la denominada “Teoría Del Modelo Simbólico”
La visión de la violencia puede reforzar conductas violentas anteriores del espectador, en la llamada “Teoría del Refuerzo”
La visión de la violencia puede hacer que el espectador perciba la realidad como poco segura o preocupante.
Las personas que ven mucho tiempo la televisión, tienden a creer que el mundo es muy peligroso, y pueden ser víctimas de la violencia en cualquier momento, en la llamada “Teoría del Cultivo”
La visión de la violencia, también puede generar en el espectador una indiferencia ante la violencia real, también denominado “embotamiento emocional” o “Teoría de La Desensibilización”
Debido a la progresión de la violencia en el cine con el paso del tiempo, los espectadores son cada vez menos sensibles; y esto conduce a una escalada, ya que los autores intentan llevar a cabo escenas más impactantes a lo largo de los años.
Esta violencia incluye muerte y escenas más difíciles que las escenas más terribles de las películas de épocas anteriores, incrementando la insensibilidad, como la falta de corazón, cerebro y valor.
“Scarecrows are beautiful”
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