Julia
“The story of two women whose friendship suddenly became a matter of life and death”
Qué hay más fuerte que una amistad capaz de soportar las barreras de la distancia, los cambios que da el mundo, y los años de separación.
Pocas cosas resisten tanto como una unión sustentada por un cariño y afecto mutuo fraguado, probado y mostrado, a pesar de todos los obstáculos interpuestos por la ideología, la política y la inestabilidad de la Europa de los años 30, con el nazismo en alza, y con una Segunda Guerra Mundial que podía intuirse en un horizonte incierto.
De ello escribió Lillian Florence Hellman, una dramaturga y guionista de cine estadounidense; conocida por su compromiso político con causas izquierdistas, por su relación sentimental con el escritor estadounidense de novela negra, cuentos cortos y guiones cinematográficos, además de activista político, Dashiell Hammett; y por su larga amistad con la escritora Dorothy Parker, una cuentista, dramaturga, crítica teatral, humorista, guionista y poeta estadounidense; conocida por su cáustico ingenio, su sarcasmo y su afilada pluma a la hora de captar el lado oscuro de la vida urbana en el siglo XX; de quien Lillian fuera su albacea.
Y es que Hellman fue una persona controversial:
Incluida en La Lista Negra después de su comparecencia ante El Comité de La Cámara de Representantes de Actividades Antiamericanas (HUAC) en el apogeo de las campañas anticomunistas entre 1947 y 1952; y aunque continuó trabajando en Broadway en la década de 1950, su inclusión en La Lista Negra de la industria cinematográfica estadounidense, provocó una caída en sus ingresos.
Muchos elogiaron a Hellman por negarse a responder preguntas de La HUAC, pero otros creían, a pesar de su negación, que ella había pertenecido al Partido Comunista.
No obstante, como autora, la precisión de Hellman fue desafiada después de que ella presentó una demanda por difamación contra Mary McCarthy.
En 1979, en The Dick Cavett Show, McCarthy dijo que “cada palabra que escribe es una mentira”; y durante la demanda por difamación, los investigadores encontraron errores en las memorias populares de Hellman como en “Pentimento: A Book of Portraits” (1973), cuyo 3° capítulo, tras haberse referido a la prima Bethe y a su tío Willy, Hellman recuerda a su amiga Julia, en 1937, en que planea viajar a Moscú donde fue invitada al Festival de Teatro.
Ella ya había escrito sobre este viaje, pero ahora se había animado a contarnos lo que hizo en favor de la resistencia antifascista, cuando al emprender el viaje desde París, lo hizo pasando por Berlín, en vez de Viena, como había planeado en principio.
Por ello, la autora es mejor conocida por la controversia sobre la autenticidad de esa sección, sobre una activista antinazi llamada Julia, que luego se convirtió en película.
La historia presenta a Julia como amiga íntima de la vida de Hellman en la Alemania prenazi; a la que Hellman ayuda a contrabandear dinero para la actividad antinazi de Rusia; pero los investigadores literarios dijeron que la sección en realidad estaba basada en la vida de Muriel Gardiner.
Martha Gellhorn, una de las corresponsales de guerra más destacadas del siglo XX, así como la 3ª esposa de Ernest Hemingway, dijo que los recuerdos de Hellman sobre Hemingway y La Guerra Civil Española tratados en el relato de Julia, estaban equivocados.
Así, McCarthy, Gellhorn y otros, acusaron a Hellman de mentir sobre su pertenencia al Partido Comunista, y de ser un estalinista impenitente.
“If you cannot do it, do not do it”
Julia es un drama de suspense del año 1977, dirigido por Fred Zinnemann.
Protagonizado por Jane Fonda, Vanessa Redgrave, Jason Robards, Maximilian Schell, Hal Holbrook, Meryl Streep, Susan Jones, Lisa Pelikan, Dora Doll, Rosemary Murphy, Lambert Wilson, entre otros.
El guión es de Alvin Sargent, basado en un relato de unas 40 páginas de la novela autobiográfica de Lillian Hellman, una historia que tuvo la escritora con su amiga Julia, que trabajó en actividades antinazis antes de La Segunda Guerra Mundial.
Hellman dijo que la historia era cierta, pero los críticos han desafiado su precisión; y los realizadores de esta producción, más tarde llegaron a creer que la mayor parte de ella, estaba novelada.
Por su parte, el director Fred Zinnemann comentaría:
“Lillian Hellman en su propia mente era dueña de la mitad de La Guerra Civil Española, mientras que Hemingway era el dueña de la otra mitad.
Se retrataría en situaciones que no eran ciertas.
Una escritora extremadamente talentosa y brillante, pero tenía un carácter falso, siento decirlo.
Mis relaciones con ella fueron muy cautelosas, y terminaron en puro odio”
La película en DeLuxe Color, fue producida por Richard Roth, con Julien Derode como productor ejecutivo, y Tom Pevsner como productor asociado; y recibió una de las primeras 11 nominaciones en los 50° Premios de La Academia, ganando 3 premios Oscar:
Mejor Guión Adaptado, Mejor Actor de Reparto (Jason Robards) y Mejor Actriz de Reparto (Vanessa Redgrave); y obtuvo 8 nominaciones:
Mejor película, director, actriz (Jane Fonda), actor de reparto (Maximilian Schell), fotografía, vestuario, edición y banda sonora.
Siendo Julia la única nominada al Oscar a la mejor película del año en ser nominada al guión adaptado.
Como dato, después de que Redgrave fuera nominada, La Liga de Defensa Judía se opuso a su nominación porque había narrado y ayudado a financiar un documental titulado “The Palestinian”, que apoyaba a un Estado palestino; tanto así que ellos llegaron a vigilar las inmediaciones el día de la ceremonia del Oscar, en el Dorothy Chandler Pavilion, el 3 de abril de 1978; y fue durante su discurso de aceptación del Oscar a La Mejor Actriz de Reparto, que ella incurrió en la ira de La Liga de Defensa Judía cuando declaró:
“... y te saludo, y te rindo homenaje, y creo deberías estar muy orgulloso de que en las últimas semanas te hayas mantenido firme, y te hayas negado a que te intimiden las amenazas de un pequeño grupo de matones sionistas, cuyo comportamiento es un insulto a la estatura de los judíos en todo el mundo, y a su gran y heroica historia de lucha contra el fascismo y la opresión.
Y les prometo que continuaré luchando contra el antisemitismo y el fascismo. Gracias”
Por su parte, Jason Robards ganó su 2° Oscar consecutivo en la categoría de mejor actor de reparto, pero no se lo vio por ningún lado cuando se lo llamó durante la ceremonia…
Supuestamente el hecho fue debido a un conflicto de programación con una obra de teatro que se suponía que estaría en esa noche, y no pudo asistir a la premiación; la circunstancia fue jocosa, pues el presentador, Bob Hope, dijo que “debe estar jugando al póquer con George C Scott y Marlon Brando”, quienes habían rechazado sus premios Oscar a principios de los 70.
Mientras tanto, Lillian Hellman presentó el premio al Mejor Documental en una ceremonia anterior, el 28 de marzo de 1977; y recibió una ovación de pie, diciendo:
“Alguna vez fui un miembro respetable de esta comunidad.
Respetable no significaba necesariamente más de lo que tomaba un baño diario cuando estaba sobrio, no escupía, excepto cuando quería hacerlo, y pronunciaba mal algunas palabras de elegante francés.
Entonces, de repente, incluso antes de que el senador Joe McCarthy tomara ese hacha oxidada y envenenada, yo y muchos otros ya no eran aceptables para los dueños de esta industria... se dieron las salvajes acusaciones de McCarthy con una fuerza y coraje de un plato de puré de patatas.
No me arrepiento de ese período.
Tal vez nunca lo haces cuando sobrevives, pero tengo un placer travieso al ser devuelta a la respetabilidad, entendiendo muy bien que la generación más joven que me preguntó aquí esta noche, si significó más por esa invitación que mi nombre o mi historia”
Un dato interesante, es que Julia fue la primera película en ganar ambas categorías de actuación desde “The Last Picture Show” 6 años antes, en 1971, y “Hannah y Her Sisters” le siguió 9 años después, en 1986.
También fue uno de los grandes estrenos de Argentina del año 1978, en plena Dictadura Militar, que acentuó para el público sensible los valores libertarios del film, muchas de cuyas situaciones podían verse como reflejos del presente argentino.
Lo curioso viene que La Censura pasó de largo semejantes sutilezas…
De esa manera, Julia pertenece al terreno de las narraciones cinematográficas clásicas, en el más noble sentido del término, y a 40 años de su estreno mantiene vigente su estructura:
Temas permanentes de la condición humana como son la amistad, el amor, el compromiso, las ideologías, el dolor, la alegría o la muerte.
Un cine siempre dispuesto a despertar la atención del público inteligente, que busca un espacio que les ofrezca alternativa a la mediocridad reinante de este presente que parece haber olvidado completamente su pasado.
Un cine necesario y riguroso… lamentablemente vigente.
Julia se rodó en escenarios naturales y reales de Inglaterra, en la Isla de Wight; y en Francia, en Paris y Estrasburgo; y en los platós de EMI, Elstree Studios de Inglaterra, y en el Boulogne-Billancourt Studios de Francia.
La acción dramática tiene lugar en EEUU, Nueva Inglaterra; en Paris, Viena, Berlín, Moscú y Estrasburgo, entre 1924, cuando la protagonista Lillian Hellman (Jane Fonda) tiene unos 10 años, hasta alcanzar los 50.
Durante los años 20, Lillian era una niña, y conoce por casualidad a Julia (Vanessa Redgrave), la hija de una familia acaudalada e influyente, procedente de Escocia; y desde el primer momento las 2 conectan, y con el paso del tiempo acaban formando una amistad sólida y duradera.
Sin embargo, cuando crecen y alcanzan la adolescencia, Julia es enviada a Oxford y a Viena, para estudiar junto a los grandes genios de Europa.
Años después, Lillian se ha convertido en una escritora soñadora que recuerda con tristeza los tiempos en que era amiga de Julia; y un día, decide dejar todo atrás, e ir a Viena a buscarla.
Sin embargo, al llegar allí se dará cuenta de que las cosas no van nada bien...
El nazismo está haciéndose un poderoso hueco en Europa central, y su búsqueda se verá amenazada por la amenaza de la guerra, la intolerancia y el racismo.
El ambiente enrarecido y dramático de la época, es el telón de fondo de esta película, ya un clásico de los años 70; que relata una historia de amor fraternal en tiempos de La Segunda Guerra Mundial, de 2 amigas de la infancia a las que la vida llevará por caminos diferentes:
Lillian se convierte en una escritora de éxito, mientras que Julia va a estudiar a Viena con Freud, y acabará colaborando con un movimiento antinazi clandestino en los años anteriores al estallido de La Guerra.
Es cuando Lillian viaja a Europa invitada a participar en un festival de teatro ruso, que recibe en París la visita de un amigo de Julia que le transmite una petición:
“Transportar $50.000 que servirán para comprar la libertad de decenas de judíos y prisioneros políticos”
El riesgo es evidente, y mucho más teniendo en cuenta que Lillian es judía…
El oscarizado director consiguió aquí muy acertadamente combinar, con la académica maestría que le caracterizaba, el tono melancólico e intimista con el suspense de una intriga, emocionante la escena del tren, que atrapa todavía más al estar basada “en sucesos reales”, pues Julia es otro viaje en busca del tiempo perdido, una búsqueda de la amiga de la infancia o de la infancia misma.
Y es también un modelo de comportamiento a seguir en aquellos sombríos tiempos, una prueba de hasta dónde se es capaz de ser lo suficientemente valiente como para hacer lo correcto; y una mano amiga, firme, decidida y de fuertes convicciones puede ayudar mucho.
“You better tear this up.
It's not that it's bad, it's just not good enough, not for you”
Fred Zinnemann filmó en 1977, Julia, una de sus películas más conocidas, con su habitual distancia respecto a lo narrado, intentando no obligar a los espectadores a adoptar un punto de vista concreto, utilizando la adaptación de un relato de Lillian Hellman, de carácter autobiográfico; del que no sabemos si ese texto se ajusta a una realidad concreta, o forma parte de la fabulación de la autora, aunque eso es lo de menos; porque Zinnemann, director experto en la dirección de actores, tenía 69 años cuando dirigió este film, una historia de amistad/amor que Lillian mantuvo durante los primeros 30 años de su vida con su mejor amiga de la infancia, una rica aristócrata que murió en Viena asesinada por los nazis.
El director manifestó cuando comenzó a trabajar en la pre-producción de la película:
“Lo que me atraía de la historia era el estudio del carácter de estas 2 mujeres y la relación entre ambas.
Para mí, lo importante era la posibilidad de mostrar el nacimiento del fascismo en la Europa central, del que yo fui testigo cuando era joven”
La idea original nació de un importante productor de la 20th Century Fox, Richard Roth, quien pensó que sería un éxito seguro realizar una película de mujeres en uno de los momentos más importantes del feminismo; y compró los derechos sobre la novela de la dramaturga y novelista progresista Lillian Hellman, compañera sentimental del escritor de novela negra, Dashiell Hammett, y consiguió que 2 grandes actrices accedieran a trabajar juntas:
Vanessa Redgrave y Jane Fonda.
Pero el director no sabía que el guionista, Alvin Sargent, había aparecido en su película “From Here to Eternity” como el hombre que le dice a Prewitt, de Maggio golpeado hasta la muerte por Fatso, hasta que Sargent se lo contó cuando ambos se conocieron en Londres antes del rodaje.
Zinnemann lo eligió, en gran parte porque su guión, originalmente como una muestra de trabajo, era la más impresionante de todas las muestras enviadas por guionistas potenciales que serían elegidos para su supuesto proyecto; y después de leer las primeras 10 páginas de un borrador inicial, Zinnemann decidió abandonar su proyecto anterior, y se propuso realizar esta película.
Pero Alvin Sargent fue inicialmente bastante reacio a escribir el guión, pero finalmente cedió después de mucha persuasión del productor Richard Roth; y admitió que finalmente se interesó en el trabajo, solo después de escribir la secuencia de “flashback” de Lillian y Julia jugando juntas cuando eran niñas.
De esa manera, el 30 de junio de 1976, cuando la película entraba en producción, la Hellman escribió sobre el guión a su productor:
“Esto no es un trabajo de ficción, y deben seguirse ciertas leyes por esa razón...
Tu mayor dificultad para mí, es el tratamiento de Lillian como el personaje principal; y la razón es simple:
No importa lo que ella haga en esta historia, y no niego el peligro en el que estaba cuando llevé el dinero a Alemania, mi papel fue pasivo.
Y nadie y nada pueden cambiar eso a menos que escribas una historia ficticia y diferente...
¿No es necesario saber que soy judía?
Eso, por supuesto, es lo que principalmente hizo el peligro”
No obstante, Hellman colaboró en el guión junto con Zinnemann y Alvin Sargent, y fue ella la que impuso a la actriz Vanessa Redgrave para interpretar a su amiga Julia; una amistad que se insinúa cercana al lesbianismo, un tema muy común en otros escritos de la autora; una muy famosa también por su relación con el escritor Dashiell Hammett, interpretado aquí por el actor Jason Robards; que no llegó a concretar nunca si fue un asunto platónico, o físico; aunque ni falta que hacía.
La historia ocurre en Estados Unidos, Nueva Inglaterra; París, Viena, Berlín y Moscú, entre 1926 y 1973.
La joven Lillian y su amiga Julia, hija de una familia adinerada criada por sus abuelos en los Estados Unidos, disfrutan juntas de una infancia y una relación muy estrecha al final de la adolescencia.
Más tarde, mientras es estudiante de medicina, Julia asiste a Oxford y la Universidad de Viena, y estudia con luminarias como Sigmund Freud.
Lillian, como una escritora luchadora, sufre revisiones con su mentor y en algún momento amante, el famoso autor Dashiell Hammett (Jason Robards), en una casa de playa.
Pero en la escuela de Julia en Viena, está invadida por matones nazis, y Julia está gravemente herida tratando de proteger a sus colegas; por lo que Lillian recibe noticias de la condición de Julia, y se apresura a ir a Viena para estar con ella.
A Julia se la llevan “para recibir tratamiento”, y Lillian no puede volver a encontrarla, porque el hospital niega tener conocimiento de que la tratan allí.
Ella permanece en Europa para intentar encontrar a Julia otra vez, pero no tiene éxito.
Más tarde, durante La Era Nazi, Lillian se ha convertido en una célebre dramaturga, y es invitada a una conferencia de escritores en Rusia.
Julia, después de haber tomado la batalla contra el nazismo, recluta a Lillian en el camino, para contrabandear dinero a la Alemania nazi para ayudar a la causa antinazi.
Es una misión peligrosa, especialmente para una intelectual judía en su camino a Rusia… por lo que Lillian parte para Rusia vía Berlín, y los movimientos de su persona, y la colocación de sus posesiones, un sombrero y una caja de dulces, son guiados cuidadosamente por compatriotas de Julia a través de los cruces fronterizos e inspecciones; y en Berlín, le dicen a Lillian que vaya a un café donde encuentra a Julia…
Ellas son capaces de hablar solo brevemente; y Julia divulga que “el tratamiento” que recibió en el hospital de Viena, fue la amputación de su pierna; y le dice que el dinero que ha traído, salvará de 500 a 1,000 personas, muchas de ellas judías.
Lillian también se entera de que Julia tiene una hija, Lily, que vive con un panadero en Alsacia; y después de que Lillian deja a Julia en el café y sube al tren a Moscú, un hombre le dice que evite volver a pasar por Alemania después de abandonar Rusia.
Posteriormente Julia es apuñalada y fatalmente herida en su habitación por agentes nazis; y cuando Lillian llega a Londres, se le informa que Julia ha sido asesinada, aunque los detalles de su muerte están envueltos en secreto.
Lillian busca sin éxito a la hija de Julia en Alsacia; y regresa a los Estados Unidos para reunirse con Dashiell Hammett.
Ella está obsesionada por sus recuerdos de Julia, y está angustiada por no haber encontrado a su bebé; y está sorprendida de que la familia de Julia finja no recordar a Lillian, claramente queriendo extirpar de su memoria a una hija que se negó a conformarse en un momento en que la conformidad causó el asesinato de muchas personas inocentes.
La película termina con una imagen de Lillian Hellman sentada en un bote sola, pescando…
Ella revela en la voz “en off”, que ella continuó viviendo con Hammett por otros 30 años y sobrevivió a él por varios más.
En los tiempos en que se enmarca la historia, el mundo se convirtió en una especie de olla a presión durante los años de entreguerras, donde todo era posible, incluso que una joven burguesa se convirtiera en activista contra el fascismo, o que una escritora fuese capaz de triunfar en un mundo hostil con el trabajo creativo que realizaban las mujeres.
Por ello, Julia pasa por ser una historia sobre la amistad, sin embargo, aunque puede parecerlo, no es así; es mucho más, y la amistad no deja de ser un vehículo narrativo y no la única esencia del relato.
El film se divide perfectamente en 3 partes:
La adolescencia de Lillian y Julia; la estancia de Julia en Viena para estudiar psicología con Freud y otros profesores; y un largo viaje en tren desde Viena a Moscú.
La primera parte hace las veces de prólogo, y las otras 2 se extienden entre 1934 y 1936.
La primera de ellas, y más breve, cuenta la amistad entre Lillian y Julia, de la que surge la posterior fidelidad de la primera hacia la segunda.
Desde este momento se hace patente el hecho de que la admiración de Lillian hacia su amiga, le daría fuerzas para hacer lo imposible por satisfacerla, como puede verse en la segunda parte, que se centra en el desarrollo de esa amistad desde la distancia:
Julia se ha ido a estudiar al extranjero, y Lillian intenta seguirle la pista, aunque en ocasiones sus cartas parecen no llegar a su destino...
Se añade un breve epílogo, que pone final al largo “flashback” que contiene la historia, que marca el presente narrativo del relato, en 1973 aproximadamente, separado de los hechos por unos 50 años, de 1926 a 1973.
La protagonista revisa sus recuerdos de infancia y juventud desde la distancia en el tiempo, y lo hace con ánimo reflexivo y analítico, como protagonista de la historia, y desde su propio punto de vista.
En una barca, al atardecer, Lillian recuerda y repasa algunos acontecimientos de su vida; sobre todo las concernientes a 2 personas que significaron mucho para ella como persona:
Su amiga de la infancia, Julia, y su pareja durante más de 30 años, el escritor de novela negra Dashiell Hammett; por lo que es una biografía subjetiva de una mujer que va mostrando las distintas etapas y variaciones de su historia con 2 personas que la hicieron ser como es; y Lillian va construyendo un particular cuadro, hasta dejarnos su particular visión de una historia donde ella es protagonista y testigo.
Además, nos permite introducirnos en las características de una pareja de aquellos años, y en acontecimientos históricos que recorren los años '30s, que desembocarían en La Segunda Guerra Mundial.
La historia de Lillian y Dashiell es interesante tanto por su compromiso político, pues ambos pertenecían a una generación progresista y de izquierdas de EEUU, que se vio relegada al olvido, sobre todo a finales de años ‘40s y durante los ‘50s, cuando se desarrolló La Caza de Brujas que afectó a diversos sectores de la cultura; como por su contribución a la literatura y al cine.
Por último, la tercera parte, que ocupa la 2ª mitad de la película, constituye un relato de suspense en toda regla:
Es el viaje que hace Lillian en tren hacia Moscú, con trasbordo en Berlín, cumpliendo con un encargo de su amiga que consiste en transportar $50.000 destinado a comprar la libertad de una gran cantidad de judíos.
Es a lo largo de este viaje, donde prima la intriga frente al tono de nostalgia que poblaba la primera mitad de la narración, Lillian muestra su valentía y, sobre todo, su fidelidad hacia Julia.
La narración es pausada, se desarrolla en el marco de una visión intimista y muy personal, que se detiene en el análisis de unos pocos bloques de hechos.
El estilo es minucioso, detallista, desapasionado, pulcro y elegante; y no se plantea como una autocrítica, ni como una revisión encomiástica.
A la búsqueda de un atractivo y seductor realismo, el autor pone en el ánimo de la protagonista, y a la vez narradora, propósitos de objetividad y verismo, que el paso del tiempo ha matizado, difuminado y subjetivizado.
El largo “flashback” que contiene el relato, incorpora a la vez otros “flashbacks” referidos a los años de infancia; y aporta el interés de la confrontación de 2 personajes femeninos diferentes, y en parte contradictorios, lo que brinda la ocasión de presentar una visión contrastada y vitalista de las 2 amigas:
Una se muestra frágil, dependiente, necesitada de apoyos, reflexiva e insegura; y la otra es extrovertida, independiente, autónoma, segura e idealista.
La definición de los caracteres y la amistad blanca que las une, condicionan y explican el desarrollo de la historia, su grata complejidad y riqueza de matices.
No es irrelevante observar la diferencia de estatura de las 2, y las posiciones relativas que tienden a adoptar una respecto de la otra:
Una se anticipa, lleva la iniciativa del dúo, etc.; y la evolución de los personajes principales se dibuja en sentido contrario.
Mientras Julia nace en una familia rica, adquiere una cultura importante y desarrolla una personalidad fuerte y atractiva; la otra, aun consiguiendo fama y prestigio, convierte su vida en una gran fiesta en la que no puede dejar de arrastrar sus debilidades; y su amistad está siempre lastrada por esa superioridad moral de Julia respecto a Lillian; porque Julia está siempre un escalón por encima, y eso convierte la relación en algo parecido a lo que conocemos como amistad.
Por esto, ver en la película del realizador austriaco sólo un trasfondo soportado por esa relación de amistad verdadera y pura, es una equivocación.
Al fin y al cabo, Julia utiliza a su amiga para conseguir objetivos que nada tienen que ver con ella… triste pero cierto, en pos de un objetivo más altruista:
Salvar vidas.
Y es que el film se inicia con la voz “en off” de la propia Hellman, explicándonos cómo será contada la historia:
La mujer nos comparte el recuerdo de algunos de los momentos de su vida, especialmente los que tienen que ver con esa amiga inolvidable, Julia, y con el también escritor, Dashiell Hammett, que fue su compañero durante muchos años.
Así mismo, nos aclara el significado de la palabra “Pentimento”, término que se usa en pintura para hablar de las modificaciones que un cuadro puede sufrir cuando el artista realiza su trabajo: “se arrepiente”, y cubre lo hecho con otra figura o color.
¿Acaso nos habla de “la ficción de la obra” sobre un hecho real que fue voluntariamente ficcionado para parecer “real”?
Seguidamente, en un muy bien logrado “flashback”, la historia nos lleva a la infancia y la adolescencia de las 2 mujeres.
Julia, para ese entonces, ya demuestra su sensibilidad social, que la acompañará en su madurez y que la hace rechazar a su opulenta familia para dedicarse a luchar contra el fascismo.
Y Lillian, por su parte, empieza a orientarse hacia la literatura.
Son 2 mujeres totalmente diferentes, pero que se complementan y la narración, que se apoya en un excelente guión, se desarrolla pausadamente, y con un tono lleno de melancolía e intimidad.
Hay un perfecto equilibrio entre las primeras imágenes, alegres, y despreocupadas, alusivas a los años de infancia; y otras, llenas de tensión y drama, como las del viaje de Lillian en el tren, o las que muestran a Julia como activista política.
El sentido distendido, despreocupado, alegre y lúdico, que preside las escenas iniciales da paso, unas veces, a escenas de un intenso dramatismo y, en otras ocasiones, a escenas de elevada tensión, como el viaje en tren; por lo que la obra elogia la amistad femenina y la amistad en general, la ayuda mutua, el esfuerzo, la defensa de los ideales de libertad, la lucha contra el nazismo y toda forma de autoritarismo...
Muestra la suma de opiniones diferentes que integran la oposición al nazismo y el sadismo que éstos practican con saña y chulería.
Son escenas para el recuerdo:
La pesadilla de Lillian, el lanzamiento de un profesor por las escaleras y otro al vacío desde un tercer piso, el recuerdo en sueños del paseo de Lillian y Julia en barca a vela, el encuentro de las 2 amigas en el restaurante de Moscú, etc.
Sobresaliente la ambientación; e impecable la puesta en escena y la recreación de época, que está cuidada con total esmero.
Especial mención para el gran trabajo de vestuario; pues Julia posee una excelente dirección de arte y cuidado vestuario de época, así como también guiños dedicados a Buñuel, como el encuadre fetichista de pies caminando; la solemne bofetada de Jane Fonda a un cínico bravucón y el cálido homenaje que Zinnemann dedica, en voz baja, a Viena, su ciudad natal y a los violines del vals:
“Me interesaba mucho mostrar los orígenes del nazismo.
Yo mismo fui testigo en Viena, mi ciudad natal, de cómo comenzó todo aquello.
Estudiaba en el Liceo y siempre pensé que la gente, en aquellos primeros años, subestimaba a Adolf Hitler, a quien consideraban una especie de payaso.
Un día, un compañero de clase llegó con una cruz gamada en el brazo.
Le increpé y discutimos; 6 meses después nos peleamos, y 1 año más tarde tiraban a la gente por las ventanas de la Universidad”, dijo el director.
No obstante, cabe señalar que la trama de la película completa gira en torno a las restricciones en la Alemania Nazi antes de La Segunda Guerra Mundial sobre la importación de moneda extranjera, como la estadounidense; pero no hubo tal restricción; ya que la moneda extranjera estable fue bienvenida en una era en la que la inflación extrema era un recuerdo reciente.
En cuanto a la fotografía de Douglas Slocombe, nos brinda imágenes de una gran belleza, destacando en primeros planos los rostros de las 2 protagonistas, como una especie también de homenaje a estas grandes divas; y busca el realismo más absoluto, pero al mismo tiempo, los primeros planos en los que, con el uso de filtros, realza la brillantez o la decadencia de los personajes dependiendo del estado de ánimo de cada uno de ellos, y el momento de su vida que les hace pensar en un futuro más o menos aciago o luminoso.
Acertado trabajo de Zinnemann en lo que tiene que ver con la dirección de actrices en este caso, con 2 interpretaciones soberbias; y un aspecto más que interesante, es la peculiar forma de relacionarse que tienen estas 2 mujeres.
Es posible que el amor que siente Lillian por su amiga Julia sea absoluto; sin embargo, Zinnemann, que durante la cinta no deja de sugerir, se cuida de no traspasar una línea que, quedando difuminada, hace que el espectador tenga que sacar sus propias conclusiones.
Así, la película se entiende de otro modo, esa lectura permite que las piezas encajen mejor; y de pronto, las actitudes comienzan a tener un sentido que va más allá de lo que nos enseñan en pantalla; y con ello, Zinnemann demuestra su talento y su honestidad narrativa.
Sin embargo, el perfil de los personajes queda sin detallar con la suficiente solvencia y, sobre todo, sin justificar:
Es verdad que sabemos que Julia detesta, desde niña, actitudes que vive en su propia casa respecto a los empleados de hogar; visitando El Cairo reprocha la actitud inhumana de sus abuelos con los pobres de la ciudad...
Pero no conocemos las motivaciones que le llevan a convertirse en una activista dejando todo atrás.
Lo mismo ocurre con Lillian.
Del reparto, cabe destacar que en el elenco de la película incluye 5 ganadores del premio Oscar:
Jane Fonda, Vanessa Redgrave, Jason Robards, Maximilian Schell y Meryl Streep; y un nominado al Oscar, Hal Holbrook.
Pero se cuenta que durante el proceso de “casting”, se mencionaron los nombres de Jane Fonda y Vanessa Redgrave como posibles estrellas para la película… e inicialmente los productores vetaron a ambas actrices por consejo del departamento de publicidad, temiendo que la peor opción sería elegir a Fonda y Redgrave, ambas conocidas por sus convicciones políticas, en una película juntas.
Al final, por supuesto, ambas actrices fueron elegidas y la película pasó a un gran éxito crítico y de taquilla:
Jane Fonda fue originalmente elegida como Julia, sin embargo, los productores vieron que sería mejor si interpretaba el papel de Lillian Hellman, que Fonda disfrutó enormemente ejercitando sus ideas feministas como respuesta a la moda en Hollywood de las parejas de actores que tanto éxito tenían aquellos años en el cine:
“Ya era hora de poder interpretar escenas con otra mujer.
El público podrá ver una película sobre 2 mujeres que piensan y se preocupan la una por la otra, en lugar de estar definidas en función de su relación con un hombre”
Y como era habitual en ella, para preparar su papel fue a visitar a la autora a su casa de Massachusetts, la escuchó hablar y aprendió varios detalles como su forma de sentarse o cruzar las piernas, e incluso algunas expresiones curiosas; también la forma de fumar y de beber de la escritora, y algunas costumbres más que la actriz suavizó en el film.
Por otra parte, Zinnemann originalmente quería una actriz estadounidense para interpretar a Julia, pero después de haber trabajado con Vanessa Redgrave, 10 años antes en la oscarizada “A Man for All Seasons”, sabía que ella tendría el papel.
Vanessa Redgrave y Jane Fonda se hicieron muy amigas durante el rodaje, aunque Jane no compartía las ideas políticas de Vanessa.
Jane dijo entonces:
“Yo soy una demócrata progresista, y ella una trotskista no muy amiga del Estado de Israel, así que evitamos hablar de política”
Como dato curioso, este fue el debut en el cine de Meryl Streep.
Al principio, el director Fred Zinnemann realmente consideró la posibilidad de elegir a Streep para el papel principal; sin embargo, como Streep era casi totalmente desconocida como actriz, tenía solo una obra en su haber, y nunca apareció en una película, Zinnemann decidió elegir a Vanessa Redgrave.
Un detalle, es que la persona sombría sentada en el bote de pesca al principio y al final de la película, es en realidad Lillian Hellman.
Jane Fonda hizo la voz “en off” y en esa escena ella pronuncia las palabras del prólogo del libro de Hellman:
“La antigua pintura al óleo, al correr el tiempo, en ocasiones pasa a ser transparente.
Cuando esto sucede, es posible, en algunos cuadros, ver los trazos originales:
Aparecerá un árbol a través del vestido de una mujer, un niño abre paso a un perro, un barco grande ya no se ve en un mar abierto.
A esto se le llama “Pentimento” porque el pintor se “arrepintió”, cambió de idea”
Y es que Lillian era una mujer de fuerte carácter, algo difícil y físicamente con una nariz prominente, por lo que inicialmente puso algún que otro reparo a la elección de Jane Fonda para que la interpretara en la pantalla:
“Yo no soy tan guapa como Jane Fonda” al mismo tiempo que recriminó a ésta un gesto que se le achaca a ella, y que la actriz hace en la ficción:
Tirar una máquina de escribir por la ventana en un momento en que no le salían las ideas.
“Yo nunca hubiera hecho algo así con mi herramienta de trabajo”
Necesario mencionar la presencia de Jason Robards como Dashiell Hammett, celebrado autor de “El Halcón Maltés” que, en la vida real como en el filme, fue para Lillian Hellman apoyo moral, intelectual y afectivo, hasta que la vida le permitió el último respiro; y grato ver también a Maximilian Schell en su breve aparición como Johan, el mensajero.
Con Julia, Zinnemann nos ofrece, además de una reflexión hermosa sobre la verdadera amistad, una obra paradigmática del buen cine; sin embargo, se le pudo haber sacado más partido a la historia, ya que el personaje de Julia no está profundizado en absoluto.
Se aborda poco la obra de la escritora ni se habla especialmente de ninguno de sus trabajos.
Tampoco se profundiza en el personaje de Hammett, un escritor que junto a Chandler y James M. Cain, fue el maestro de la novela negra.
Todo se queda en un fútil intento, pues todas esas historias están desdibujadas o, más bien, solo esbozadas.
No existe un desarrollo y una profundización, así que el espectador no entiende bien qué pasa, con lo cual la trama, el argumento, da la impresión de ser un absurdo, porque no se comprende a los personajes ni su forma de actuar ni su papel en el desarrollo de los acontecimientos.
Parece una historia inverosímil, sin sentido:
¿Por qué necesitan a Lillian para pasar el dinero si ella no es capaz de hacer nada sola?
Continuamente necesita gente alrededor que le vaya indicando cada pequeño paso, y encima, está tan azorada y confundida que se delata; además, por si fuera poco, es judía, lo cual hace la misión más peligrosa.
¿Es que todos esos que la acompañan, antes de subir al tren, durante el viaje y al llegar, no podían haberlo hecho más fácil solos y sin tener que ir al cuidado del personaje de Jane Fonda, que ni se entera de nada ni sería capaz de hacer absolutamente nada bien, de no ser porque hay varias personas continuamente encima de ella?
Y aunque cuenta con 2 extraordinarias actrices, Fonda y Redgrave están sencillamente perfectas, que se entregan en cuerpo y alma a esos personajes, pero nunca se acaba de entenderlos, por un guión que no deja ver los motivos y pasiones de esa furtiva relación; y se podría pensar que toda la trama de espionaje es solo una excusa argumental, algo secundario, al igual que su relación pseudolésbica con Julia, pues el objetivo principal es ver cómo supera la protagonista el bloqueo creativo que sufre.
Pero también en esto fracasa el guión, siendo el final un disparate ilógico no concluyente.
Más valdría no ir de sobrados con tantas pretensiones intelectuales, y haber hecho simplemente un film discreto, bonito y sencillo.
Por último, la banda sonora a cargo de Georges Delerue, incluye melodías que refuerzan la expresividad de algunas escenas; y llama la atención el fragmento de “La Cucaracha”, bellamente interpretado; y un hermoso el homenaje que el director le brinda a su ciudad natal, Viena, a través de las notas de violín y vals.
“There are women who reach a perfect time of life when the face will never again be as good, the body never as graceful, powerful.
It had happened that year to Julia”
A menudo conmueve comprobar que algunas amistades no envejecen, como no envejecen muchas películas.
Después de más de 40 años, Julia aún contiene la frescura de una bellísima narración sobre la amistad al mismo tiempo que rescata la sensación de que alguien nos observa desde cerca…
Sin embargo, su celebridad como historia está impregnada de controversia:
En una entrevista televisiva de 1979 con Dick Cavett, la autora Mary McCarthy, enemiga política de Lillian Hellman y objeto de su juicio literario negativo, la difamó y Hellman respondió presentando una demanda por $2,500.000 contra ella, el entrevistador Dick Cavett y PBS.
Pero McCarthy presentó pruebas que, según ella, demostraron que Hellman había mentido en algunos relatos de su vida.
Mientras Cavett dijo que simpatizaba más con McCarthy que con Hellman en la demanda, pero que “todos perdieron” como resultado de ello.
Norman Mailer intentó infructuosamente mediar en la disputa a través de una carta abierta que publicó en el New York Times; y al momento de su muerte, Hellman todavía estaba en litigio con McCarthy; pero sus ejecutores dejaron caer la demanda.
Lillian Hellman murió el 30 de junio de 1984, a la edad de 79 años, de un ataque al corazón cerca de su casa en Martha's Vineyard, y está enterrada debajo de un pino en un extremo de Abels Hill / Chilmark Cemetery, en Chilmark, Martha's Vineyard, Massachusetts.
Pero la controversia continuó, y en 1983, la siquiatra de New York, Muriel Gardiner, se involucró en la demanda por difamación entre McCarthy y Hellman.
Ella afirmó ser el modelo para el personaje llamado Julia en las memorias de Hellman, “Pentimento” (1973), y en la película “Julia” basada en un capítulo de ese libro.
Pero Hellman, que nunca conoció a Gardiner, dijo que Julia era otra persona.
Gardiner era una estadounidense rica, que fue a la escuela de medicina en Viena antes de La Segunda Guerra Mundial, y se involucró en la resistencia antifascista allí, antes de su regreso a los Estados Unidos en 1939; y escribió que, aunque nunca conoció a Hellman, a menudo había oído hablar de ella a través de su amigo Wolf Schwabacher, que era el abogado de Hellman.
Según parece, después de que Muriel Gardiner y Joseph Buttinger se mudaron a Brookdale Farm en Pennington, New Jersey en 1940, dividieron la casa en 2; y le alquilaron la mitad a Wolf y Ethel Schwabacher por más de 10 años.
Como los eventos que Hellman describió corresponden al relato de Gardiner sobre su vida, y la familia de Gardiner estaba estrechamente vinculada al abogado de Hellman, Wolf Schwabacher, algunos críticos creen que Hellman se apropió de la historia de Gardiner sin atribución…
Una investigación de Samuel McCraken sobre los pormenores de la historia de Hellman en Julia, publicada en Commentary en junio de 1984, concluyó que la funeraria en Londres, donde Hellman dijo que el cuerpo de Julia había sido enviado, no existía, no había constancia de que Hellman había navegado a Inglaterra para reclamar el cuerpo de Julia en el barco, y dijo que había hecho el crucero transatlántico, y no había evidencia de que Julia hubiera viva o muerta.
Además, McCracken encontró muy poco probable, al igual que Gardiner, que había trabajado con la clandestinidad antifascista, que tanta gente hubiera sido utilizada para ayudar a Hellman a conseguir dinero para Julia, o que el dinero se enviaría de la forma en que Hellman dijo lo hizo, como Hellman admitió que Julia recibió dinero del JP Morgan Bank.
Ephraim London, el abogado de Hellman en su demanda por difamación contra Mary McCarthy, que había cuestionado públicamente la veracidad de Hellman, incluida su historia “Julia”, admitió que, si bien creía que había habido una verdadera Julia, Hellman probablemente dramatizó su historia, y agregó incidentes y elementos de la trama que no eran estrictamente verdaderos.
Sin embargo, en el medio literario, mucha gente cree que Hellman basó su historia en la vida de Gardiner; y el editor de Gardiner citó la improbabilidad de que hubiera 2 mujeres estadounidenses millonarias que fueran estudiantes de medicina en Viena, a fines de la década de 1930.
Todavía Julia sigue en el misterio…
“I'm old now and I want to remember what was there for me once and what is there for me now”
Qué hay más fuerte que una amistad capaz de soportar las barreras de la distancia, los cambios que da el mundo, y los años de separación.
Pocas cosas resisten tanto como una unión sustentada por un cariño y afecto mutuo fraguado, probado y mostrado, a pesar de todos los obstáculos interpuestos por la ideología, la política y la inestabilidad de la Europa de los años 30, con el nazismo en alza, y con una Segunda Guerra Mundial que podía intuirse en un horizonte incierto.
De ello escribió Lillian Florence Hellman, una dramaturga y guionista de cine estadounidense; conocida por su compromiso político con causas izquierdistas, por su relación sentimental con el escritor estadounidense de novela negra, cuentos cortos y guiones cinematográficos, además de activista político, Dashiell Hammett; y por su larga amistad con la escritora Dorothy Parker, una cuentista, dramaturga, crítica teatral, humorista, guionista y poeta estadounidense; conocida por su cáustico ingenio, su sarcasmo y su afilada pluma a la hora de captar el lado oscuro de la vida urbana en el siglo XX; de quien Lillian fuera su albacea.
Y es que Hellman fue una persona controversial:
Incluida en La Lista Negra después de su comparecencia ante El Comité de La Cámara de Representantes de Actividades Antiamericanas (HUAC) en el apogeo de las campañas anticomunistas entre 1947 y 1952; y aunque continuó trabajando en Broadway en la década de 1950, su inclusión en La Lista Negra de la industria cinematográfica estadounidense, provocó una caída en sus ingresos.
Muchos elogiaron a Hellman por negarse a responder preguntas de La HUAC, pero otros creían, a pesar de su negación, que ella había pertenecido al Partido Comunista.
No obstante, como autora, la precisión de Hellman fue desafiada después de que ella presentó una demanda por difamación contra Mary McCarthy.
En 1979, en The Dick Cavett Show, McCarthy dijo que “cada palabra que escribe es una mentira”; y durante la demanda por difamación, los investigadores encontraron errores en las memorias populares de Hellman como en “Pentimento: A Book of Portraits” (1973), cuyo 3° capítulo, tras haberse referido a la prima Bethe y a su tío Willy, Hellman recuerda a su amiga Julia, en 1937, en que planea viajar a Moscú donde fue invitada al Festival de Teatro.
Ella ya había escrito sobre este viaje, pero ahora se había animado a contarnos lo que hizo en favor de la resistencia antifascista, cuando al emprender el viaje desde París, lo hizo pasando por Berlín, en vez de Viena, como había planeado en principio.
Por ello, la autora es mejor conocida por la controversia sobre la autenticidad de esa sección, sobre una activista antinazi llamada Julia, que luego se convirtió en película.
La historia presenta a Julia como amiga íntima de la vida de Hellman en la Alemania prenazi; a la que Hellman ayuda a contrabandear dinero para la actividad antinazi de Rusia; pero los investigadores literarios dijeron que la sección en realidad estaba basada en la vida de Muriel Gardiner.
Martha Gellhorn, una de las corresponsales de guerra más destacadas del siglo XX, así como la 3ª esposa de Ernest Hemingway, dijo que los recuerdos de Hellman sobre Hemingway y La Guerra Civil Española tratados en el relato de Julia, estaban equivocados.
Así, McCarthy, Gellhorn y otros, acusaron a Hellman de mentir sobre su pertenencia al Partido Comunista, y de ser un estalinista impenitente.
“If you cannot do it, do not do it”
Julia es un drama de suspense del año 1977, dirigido por Fred Zinnemann.
Protagonizado por Jane Fonda, Vanessa Redgrave, Jason Robards, Maximilian Schell, Hal Holbrook, Meryl Streep, Susan Jones, Lisa Pelikan, Dora Doll, Rosemary Murphy, Lambert Wilson, entre otros.
El guión es de Alvin Sargent, basado en un relato de unas 40 páginas de la novela autobiográfica de Lillian Hellman, una historia que tuvo la escritora con su amiga Julia, que trabajó en actividades antinazis antes de La Segunda Guerra Mundial.
Hellman dijo que la historia era cierta, pero los críticos han desafiado su precisión; y los realizadores de esta producción, más tarde llegaron a creer que la mayor parte de ella, estaba novelada.
Por su parte, el director Fred Zinnemann comentaría:
“Lillian Hellman en su propia mente era dueña de la mitad de La Guerra Civil Española, mientras que Hemingway era el dueña de la otra mitad.
Se retrataría en situaciones que no eran ciertas.
Una escritora extremadamente talentosa y brillante, pero tenía un carácter falso, siento decirlo.
Mis relaciones con ella fueron muy cautelosas, y terminaron en puro odio”
La película en DeLuxe Color, fue producida por Richard Roth, con Julien Derode como productor ejecutivo, y Tom Pevsner como productor asociado; y recibió una de las primeras 11 nominaciones en los 50° Premios de La Academia, ganando 3 premios Oscar:
Mejor Guión Adaptado, Mejor Actor de Reparto (Jason Robards) y Mejor Actriz de Reparto (Vanessa Redgrave); y obtuvo 8 nominaciones:
Mejor película, director, actriz (Jane Fonda), actor de reparto (Maximilian Schell), fotografía, vestuario, edición y banda sonora.
Siendo Julia la única nominada al Oscar a la mejor película del año en ser nominada al guión adaptado.
Como dato, después de que Redgrave fuera nominada, La Liga de Defensa Judía se opuso a su nominación porque había narrado y ayudado a financiar un documental titulado “The Palestinian”, que apoyaba a un Estado palestino; tanto así que ellos llegaron a vigilar las inmediaciones el día de la ceremonia del Oscar, en el Dorothy Chandler Pavilion, el 3 de abril de 1978; y fue durante su discurso de aceptación del Oscar a La Mejor Actriz de Reparto, que ella incurrió en la ira de La Liga de Defensa Judía cuando declaró:
“... y te saludo, y te rindo homenaje, y creo deberías estar muy orgulloso de que en las últimas semanas te hayas mantenido firme, y te hayas negado a que te intimiden las amenazas de un pequeño grupo de matones sionistas, cuyo comportamiento es un insulto a la estatura de los judíos en todo el mundo, y a su gran y heroica historia de lucha contra el fascismo y la opresión.
Y les prometo que continuaré luchando contra el antisemitismo y el fascismo. Gracias”
Por su parte, Jason Robards ganó su 2° Oscar consecutivo en la categoría de mejor actor de reparto, pero no se lo vio por ningún lado cuando se lo llamó durante la ceremonia…
Supuestamente el hecho fue debido a un conflicto de programación con una obra de teatro que se suponía que estaría en esa noche, y no pudo asistir a la premiación; la circunstancia fue jocosa, pues el presentador, Bob Hope, dijo que “debe estar jugando al póquer con George C Scott y Marlon Brando”, quienes habían rechazado sus premios Oscar a principios de los 70.
Mientras tanto, Lillian Hellman presentó el premio al Mejor Documental en una ceremonia anterior, el 28 de marzo de 1977; y recibió una ovación de pie, diciendo:
“Alguna vez fui un miembro respetable de esta comunidad.
Respetable no significaba necesariamente más de lo que tomaba un baño diario cuando estaba sobrio, no escupía, excepto cuando quería hacerlo, y pronunciaba mal algunas palabras de elegante francés.
Entonces, de repente, incluso antes de que el senador Joe McCarthy tomara ese hacha oxidada y envenenada, yo y muchos otros ya no eran aceptables para los dueños de esta industria... se dieron las salvajes acusaciones de McCarthy con una fuerza y coraje de un plato de puré de patatas.
No me arrepiento de ese período.
Tal vez nunca lo haces cuando sobrevives, pero tengo un placer travieso al ser devuelta a la respetabilidad, entendiendo muy bien que la generación más joven que me preguntó aquí esta noche, si significó más por esa invitación que mi nombre o mi historia”
Un dato interesante, es que Julia fue la primera película en ganar ambas categorías de actuación desde “The Last Picture Show” 6 años antes, en 1971, y “Hannah y Her Sisters” le siguió 9 años después, en 1986.
También fue uno de los grandes estrenos de Argentina del año 1978, en plena Dictadura Militar, que acentuó para el público sensible los valores libertarios del film, muchas de cuyas situaciones podían verse como reflejos del presente argentino.
Lo curioso viene que La Censura pasó de largo semejantes sutilezas…
De esa manera, Julia pertenece al terreno de las narraciones cinematográficas clásicas, en el más noble sentido del término, y a 40 años de su estreno mantiene vigente su estructura:
Temas permanentes de la condición humana como son la amistad, el amor, el compromiso, las ideologías, el dolor, la alegría o la muerte.
Un cine siempre dispuesto a despertar la atención del público inteligente, que busca un espacio que les ofrezca alternativa a la mediocridad reinante de este presente que parece haber olvidado completamente su pasado.
Un cine necesario y riguroso… lamentablemente vigente.
Julia se rodó en escenarios naturales y reales de Inglaterra, en la Isla de Wight; y en Francia, en Paris y Estrasburgo; y en los platós de EMI, Elstree Studios de Inglaterra, y en el Boulogne-Billancourt Studios de Francia.
La acción dramática tiene lugar en EEUU, Nueva Inglaterra; en Paris, Viena, Berlín, Moscú y Estrasburgo, entre 1924, cuando la protagonista Lillian Hellman (Jane Fonda) tiene unos 10 años, hasta alcanzar los 50.
Durante los años 20, Lillian era una niña, y conoce por casualidad a Julia (Vanessa Redgrave), la hija de una familia acaudalada e influyente, procedente de Escocia; y desde el primer momento las 2 conectan, y con el paso del tiempo acaban formando una amistad sólida y duradera.
Sin embargo, cuando crecen y alcanzan la adolescencia, Julia es enviada a Oxford y a Viena, para estudiar junto a los grandes genios de Europa.
Años después, Lillian se ha convertido en una escritora soñadora que recuerda con tristeza los tiempos en que era amiga de Julia; y un día, decide dejar todo atrás, e ir a Viena a buscarla.
Sin embargo, al llegar allí se dará cuenta de que las cosas no van nada bien...
El nazismo está haciéndose un poderoso hueco en Europa central, y su búsqueda se verá amenazada por la amenaza de la guerra, la intolerancia y el racismo.
El ambiente enrarecido y dramático de la época, es el telón de fondo de esta película, ya un clásico de los años 70; que relata una historia de amor fraternal en tiempos de La Segunda Guerra Mundial, de 2 amigas de la infancia a las que la vida llevará por caminos diferentes:
Lillian se convierte en una escritora de éxito, mientras que Julia va a estudiar a Viena con Freud, y acabará colaborando con un movimiento antinazi clandestino en los años anteriores al estallido de La Guerra.
Es cuando Lillian viaja a Europa invitada a participar en un festival de teatro ruso, que recibe en París la visita de un amigo de Julia que le transmite una petición:
“Transportar $50.000 que servirán para comprar la libertad de decenas de judíos y prisioneros políticos”
El riesgo es evidente, y mucho más teniendo en cuenta que Lillian es judía…
El oscarizado director consiguió aquí muy acertadamente combinar, con la académica maestría que le caracterizaba, el tono melancólico e intimista con el suspense de una intriga, emocionante la escena del tren, que atrapa todavía más al estar basada “en sucesos reales”, pues Julia es otro viaje en busca del tiempo perdido, una búsqueda de la amiga de la infancia o de la infancia misma.
Y es también un modelo de comportamiento a seguir en aquellos sombríos tiempos, una prueba de hasta dónde se es capaz de ser lo suficientemente valiente como para hacer lo correcto; y una mano amiga, firme, decidida y de fuertes convicciones puede ayudar mucho.
“You better tear this up.
It's not that it's bad, it's just not good enough, not for you”
Fred Zinnemann filmó en 1977, Julia, una de sus películas más conocidas, con su habitual distancia respecto a lo narrado, intentando no obligar a los espectadores a adoptar un punto de vista concreto, utilizando la adaptación de un relato de Lillian Hellman, de carácter autobiográfico; del que no sabemos si ese texto se ajusta a una realidad concreta, o forma parte de la fabulación de la autora, aunque eso es lo de menos; porque Zinnemann, director experto en la dirección de actores, tenía 69 años cuando dirigió este film, una historia de amistad/amor que Lillian mantuvo durante los primeros 30 años de su vida con su mejor amiga de la infancia, una rica aristócrata que murió en Viena asesinada por los nazis.
El director manifestó cuando comenzó a trabajar en la pre-producción de la película:
“Lo que me atraía de la historia era el estudio del carácter de estas 2 mujeres y la relación entre ambas.
Para mí, lo importante era la posibilidad de mostrar el nacimiento del fascismo en la Europa central, del que yo fui testigo cuando era joven”
La idea original nació de un importante productor de la 20th Century Fox, Richard Roth, quien pensó que sería un éxito seguro realizar una película de mujeres en uno de los momentos más importantes del feminismo; y compró los derechos sobre la novela de la dramaturga y novelista progresista Lillian Hellman, compañera sentimental del escritor de novela negra, Dashiell Hammett, y consiguió que 2 grandes actrices accedieran a trabajar juntas:
Vanessa Redgrave y Jane Fonda.
Pero el director no sabía que el guionista, Alvin Sargent, había aparecido en su película “From Here to Eternity” como el hombre que le dice a Prewitt, de Maggio golpeado hasta la muerte por Fatso, hasta que Sargent se lo contó cuando ambos se conocieron en Londres antes del rodaje.
Zinnemann lo eligió, en gran parte porque su guión, originalmente como una muestra de trabajo, era la más impresionante de todas las muestras enviadas por guionistas potenciales que serían elegidos para su supuesto proyecto; y después de leer las primeras 10 páginas de un borrador inicial, Zinnemann decidió abandonar su proyecto anterior, y se propuso realizar esta película.
Pero Alvin Sargent fue inicialmente bastante reacio a escribir el guión, pero finalmente cedió después de mucha persuasión del productor Richard Roth; y admitió que finalmente se interesó en el trabajo, solo después de escribir la secuencia de “flashback” de Lillian y Julia jugando juntas cuando eran niñas.
De esa manera, el 30 de junio de 1976, cuando la película entraba en producción, la Hellman escribió sobre el guión a su productor:
“Esto no es un trabajo de ficción, y deben seguirse ciertas leyes por esa razón...
Tu mayor dificultad para mí, es el tratamiento de Lillian como el personaje principal; y la razón es simple:
No importa lo que ella haga en esta historia, y no niego el peligro en el que estaba cuando llevé el dinero a Alemania, mi papel fue pasivo.
Y nadie y nada pueden cambiar eso a menos que escribas una historia ficticia y diferente...
¿No es necesario saber que soy judía?
Eso, por supuesto, es lo que principalmente hizo el peligro”
No obstante, Hellman colaboró en el guión junto con Zinnemann y Alvin Sargent, y fue ella la que impuso a la actriz Vanessa Redgrave para interpretar a su amiga Julia; una amistad que se insinúa cercana al lesbianismo, un tema muy común en otros escritos de la autora; una muy famosa también por su relación con el escritor Dashiell Hammett, interpretado aquí por el actor Jason Robards; que no llegó a concretar nunca si fue un asunto platónico, o físico; aunque ni falta que hacía.
La historia ocurre en Estados Unidos, Nueva Inglaterra; París, Viena, Berlín y Moscú, entre 1926 y 1973.
La joven Lillian y su amiga Julia, hija de una familia adinerada criada por sus abuelos en los Estados Unidos, disfrutan juntas de una infancia y una relación muy estrecha al final de la adolescencia.
Más tarde, mientras es estudiante de medicina, Julia asiste a Oxford y la Universidad de Viena, y estudia con luminarias como Sigmund Freud.
Lillian, como una escritora luchadora, sufre revisiones con su mentor y en algún momento amante, el famoso autor Dashiell Hammett (Jason Robards), en una casa de playa.
Pero en la escuela de Julia en Viena, está invadida por matones nazis, y Julia está gravemente herida tratando de proteger a sus colegas; por lo que Lillian recibe noticias de la condición de Julia, y se apresura a ir a Viena para estar con ella.
A Julia se la llevan “para recibir tratamiento”, y Lillian no puede volver a encontrarla, porque el hospital niega tener conocimiento de que la tratan allí.
Ella permanece en Europa para intentar encontrar a Julia otra vez, pero no tiene éxito.
Más tarde, durante La Era Nazi, Lillian se ha convertido en una célebre dramaturga, y es invitada a una conferencia de escritores en Rusia.
Julia, después de haber tomado la batalla contra el nazismo, recluta a Lillian en el camino, para contrabandear dinero a la Alemania nazi para ayudar a la causa antinazi.
Es una misión peligrosa, especialmente para una intelectual judía en su camino a Rusia… por lo que Lillian parte para Rusia vía Berlín, y los movimientos de su persona, y la colocación de sus posesiones, un sombrero y una caja de dulces, son guiados cuidadosamente por compatriotas de Julia a través de los cruces fronterizos e inspecciones; y en Berlín, le dicen a Lillian que vaya a un café donde encuentra a Julia…
Ellas son capaces de hablar solo brevemente; y Julia divulga que “el tratamiento” que recibió en el hospital de Viena, fue la amputación de su pierna; y le dice que el dinero que ha traído, salvará de 500 a 1,000 personas, muchas de ellas judías.
Lillian también se entera de que Julia tiene una hija, Lily, que vive con un panadero en Alsacia; y después de que Lillian deja a Julia en el café y sube al tren a Moscú, un hombre le dice que evite volver a pasar por Alemania después de abandonar Rusia.
Posteriormente Julia es apuñalada y fatalmente herida en su habitación por agentes nazis; y cuando Lillian llega a Londres, se le informa que Julia ha sido asesinada, aunque los detalles de su muerte están envueltos en secreto.
Lillian busca sin éxito a la hija de Julia en Alsacia; y regresa a los Estados Unidos para reunirse con Dashiell Hammett.
Ella está obsesionada por sus recuerdos de Julia, y está angustiada por no haber encontrado a su bebé; y está sorprendida de que la familia de Julia finja no recordar a Lillian, claramente queriendo extirpar de su memoria a una hija que se negó a conformarse en un momento en que la conformidad causó el asesinato de muchas personas inocentes.
La película termina con una imagen de Lillian Hellman sentada en un bote sola, pescando…
Ella revela en la voz “en off”, que ella continuó viviendo con Hammett por otros 30 años y sobrevivió a él por varios más.
En los tiempos en que se enmarca la historia, el mundo se convirtió en una especie de olla a presión durante los años de entreguerras, donde todo era posible, incluso que una joven burguesa se convirtiera en activista contra el fascismo, o que una escritora fuese capaz de triunfar en un mundo hostil con el trabajo creativo que realizaban las mujeres.
Por ello, Julia pasa por ser una historia sobre la amistad, sin embargo, aunque puede parecerlo, no es así; es mucho más, y la amistad no deja de ser un vehículo narrativo y no la única esencia del relato.
El film se divide perfectamente en 3 partes:
La adolescencia de Lillian y Julia; la estancia de Julia en Viena para estudiar psicología con Freud y otros profesores; y un largo viaje en tren desde Viena a Moscú.
La primera parte hace las veces de prólogo, y las otras 2 se extienden entre 1934 y 1936.
La primera de ellas, y más breve, cuenta la amistad entre Lillian y Julia, de la que surge la posterior fidelidad de la primera hacia la segunda.
Desde este momento se hace patente el hecho de que la admiración de Lillian hacia su amiga, le daría fuerzas para hacer lo imposible por satisfacerla, como puede verse en la segunda parte, que se centra en el desarrollo de esa amistad desde la distancia:
Julia se ha ido a estudiar al extranjero, y Lillian intenta seguirle la pista, aunque en ocasiones sus cartas parecen no llegar a su destino...
Se añade un breve epílogo, que pone final al largo “flashback” que contiene la historia, que marca el presente narrativo del relato, en 1973 aproximadamente, separado de los hechos por unos 50 años, de 1926 a 1973.
La protagonista revisa sus recuerdos de infancia y juventud desde la distancia en el tiempo, y lo hace con ánimo reflexivo y analítico, como protagonista de la historia, y desde su propio punto de vista.
En una barca, al atardecer, Lillian recuerda y repasa algunos acontecimientos de su vida; sobre todo las concernientes a 2 personas que significaron mucho para ella como persona:
Su amiga de la infancia, Julia, y su pareja durante más de 30 años, el escritor de novela negra Dashiell Hammett; por lo que es una biografía subjetiva de una mujer que va mostrando las distintas etapas y variaciones de su historia con 2 personas que la hicieron ser como es; y Lillian va construyendo un particular cuadro, hasta dejarnos su particular visión de una historia donde ella es protagonista y testigo.
Además, nos permite introducirnos en las características de una pareja de aquellos años, y en acontecimientos históricos que recorren los años '30s, que desembocarían en La Segunda Guerra Mundial.
La historia de Lillian y Dashiell es interesante tanto por su compromiso político, pues ambos pertenecían a una generación progresista y de izquierdas de EEUU, que se vio relegada al olvido, sobre todo a finales de años ‘40s y durante los ‘50s, cuando se desarrolló La Caza de Brujas que afectó a diversos sectores de la cultura; como por su contribución a la literatura y al cine.
Por último, la tercera parte, que ocupa la 2ª mitad de la película, constituye un relato de suspense en toda regla:
Es el viaje que hace Lillian en tren hacia Moscú, con trasbordo en Berlín, cumpliendo con un encargo de su amiga que consiste en transportar $50.000 destinado a comprar la libertad de una gran cantidad de judíos.
Es a lo largo de este viaje, donde prima la intriga frente al tono de nostalgia que poblaba la primera mitad de la narración, Lillian muestra su valentía y, sobre todo, su fidelidad hacia Julia.
La narración es pausada, se desarrolla en el marco de una visión intimista y muy personal, que se detiene en el análisis de unos pocos bloques de hechos.
El estilo es minucioso, detallista, desapasionado, pulcro y elegante; y no se plantea como una autocrítica, ni como una revisión encomiástica.
A la búsqueda de un atractivo y seductor realismo, el autor pone en el ánimo de la protagonista, y a la vez narradora, propósitos de objetividad y verismo, que el paso del tiempo ha matizado, difuminado y subjetivizado.
El largo “flashback” que contiene el relato, incorpora a la vez otros “flashbacks” referidos a los años de infancia; y aporta el interés de la confrontación de 2 personajes femeninos diferentes, y en parte contradictorios, lo que brinda la ocasión de presentar una visión contrastada y vitalista de las 2 amigas:
Una se muestra frágil, dependiente, necesitada de apoyos, reflexiva e insegura; y la otra es extrovertida, independiente, autónoma, segura e idealista.
La definición de los caracteres y la amistad blanca que las une, condicionan y explican el desarrollo de la historia, su grata complejidad y riqueza de matices.
No es irrelevante observar la diferencia de estatura de las 2, y las posiciones relativas que tienden a adoptar una respecto de la otra:
Una se anticipa, lleva la iniciativa del dúo, etc.; y la evolución de los personajes principales se dibuja en sentido contrario.
Mientras Julia nace en una familia rica, adquiere una cultura importante y desarrolla una personalidad fuerte y atractiva; la otra, aun consiguiendo fama y prestigio, convierte su vida en una gran fiesta en la que no puede dejar de arrastrar sus debilidades; y su amistad está siempre lastrada por esa superioridad moral de Julia respecto a Lillian; porque Julia está siempre un escalón por encima, y eso convierte la relación en algo parecido a lo que conocemos como amistad.
Por esto, ver en la película del realizador austriaco sólo un trasfondo soportado por esa relación de amistad verdadera y pura, es una equivocación.
Al fin y al cabo, Julia utiliza a su amiga para conseguir objetivos que nada tienen que ver con ella… triste pero cierto, en pos de un objetivo más altruista:
Salvar vidas.
Y es que el film se inicia con la voz “en off” de la propia Hellman, explicándonos cómo será contada la historia:
La mujer nos comparte el recuerdo de algunos de los momentos de su vida, especialmente los que tienen que ver con esa amiga inolvidable, Julia, y con el también escritor, Dashiell Hammett, que fue su compañero durante muchos años.
Así mismo, nos aclara el significado de la palabra “Pentimento”, término que se usa en pintura para hablar de las modificaciones que un cuadro puede sufrir cuando el artista realiza su trabajo: “se arrepiente”, y cubre lo hecho con otra figura o color.
¿Acaso nos habla de “la ficción de la obra” sobre un hecho real que fue voluntariamente ficcionado para parecer “real”?
Seguidamente, en un muy bien logrado “flashback”, la historia nos lleva a la infancia y la adolescencia de las 2 mujeres.
Julia, para ese entonces, ya demuestra su sensibilidad social, que la acompañará en su madurez y que la hace rechazar a su opulenta familia para dedicarse a luchar contra el fascismo.
Y Lillian, por su parte, empieza a orientarse hacia la literatura.
Son 2 mujeres totalmente diferentes, pero que se complementan y la narración, que se apoya en un excelente guión, se desarrolla pausadamente, y con un tono lleno de melancolía e intimidad.
Hay un perfecto equilibrio entre las primeras imágenes, alegres, y despreocupadas, alusivas a los años de infancia; y otras, llenas de tensión y drama, como las del viaje de Lillian en el tren, o las que muestran a Julia como activista política.
El sentido distendido, despreocupado, alegre y lúdico, que preside las escenas iniciales da paso, unas veces, a escenas de un intenso dramatismo y, en otras ocasiones, a escenas de elevada tensión, como el viaje en tren; por lo que la obra elogia la amistad femenina y la amistad en general, la ayuda mutua, el esfuerzo, la defensa de los ideales de libertad, la lucha contra el nazismo y toda forma de autoritarismo...
Muestra la suma de opiniones diferentes que integran la oposición al nazismo y el sadismo que éstos practican con saña y chulería.
Son escenas para el recuerdo:
La pesadilla de Lillian, el lanzamiento de un profesor por las escaleras y otro al vacío desde un tercer piso, el recuerdo en sueños del paseo de Lillian y Julia en barca a vela, el encuentro de las 2 amigas en el restaurante de Moscú, etc.
Sobresaliente la ambientación; e impecable la puesta en escena y la recreación de época, que está cuidada con total esmero.
Especial mención para el gran trabajo de vestuario; pues Julia posee una excelente dirección de arte y cuidado vestuario de época, así como también guiños dedicados a Buñuel, como el encuadre fetichista de pies caminando; la solemne bofetada de Jane Fonda a un cínico bravucón y el cálido homenaje que Zinnemann dedica, en voz baja, a Viena, su ciudad natal y a los violines del vals:
“Me interesaba mucho mostrar los orígenes del nazismo.
Yo mismo fui testigo en Viena, mi ciudad natal, de cómo comenzó todo aquello.
Estudiaba en el Liceo y siempre pensé que la gente, en aquellos primeros años, subestimaba a Adolf Hitler, a quien consideraban una especie de payaso.
Un día, un compañero de clase llegó con una cruz gamada en el brazo.
Le increpé y discutimos; 6 meses después nos peleamos, y 1 año más tarde tiraban a la gente por las ventanas de la Universidad”, dijo el director.
No obstante, cabe señalar que la trama de la película completa gira en torno a las restricciones en la Alemania Nazi antes de La Segunda Guerra Mundial sobre la importación de moneda extranjera, como la estadounidense; pero no hubo tal restricción; ya que la moneda extranjera estable fue bienvenida en una era en la que la inflación extrema era un recuerdo reciente.
En cuanto a la fotografía de Douglas Slocombe, nos brinda imágenes de una gran belleza, destacando en primeros planos los rostros de las 2 protagonistas, como una especie también de homenaje a estas grandes divas; y busca el realismo más absoluto, pero al mismo tiempo, los primeros planos en los que, con el uso de filtros, realza la brillantez o la decadencia de los personajes dependiendo del estado de ánimo de cada uno de ellos, y el momento de su vida que les hace pensar en un futuro más o menos aciago o luminoso.
Acertado trabajo de Zinnemann en lo que tiene que ver con la dirección de actrices en este caso, con 2 interpretaciones soberbias; y un aspecto más que interesante, es la peculiar forma de relacionarse que tienen estas 2 mujeres.
Es posible que el amor que siente Lillian por su amiga Julia sea absoluto; sin embargo, Zinnemann, que durante la cinta no deja de sugerir, se cuida de no traspasar una línea que, quedando difuminada, hace que el espectador tenga que sacar sus propias conclusiones.
Así, la película se entiende de otro modo, esa lectura permite que las piezas encajen mejor; y de pronto, las actitudes comienzan a tener un sentido que va más allá de lo que nos enseñan en pantalla; y con ello, Zinnemann demuestra su talento y su honestidad narrativa.
Sin embargo, el perfil de los personajes queda sin detallar con la suficiente solvencia y, sobre todo, sin justificar:
Es verdad que sabemos que Julia detesta, desde niña, actitudes que vive en su propia casa respecto a los empleados de hogar; visitando El Cairo reprocha la actitud inhumana de sus abuelos con los pobres de la ciudad...
Pero no conocemos las motivaciones que le llevan a convertirse en una activista dejando todo atrás.
Lo mismo ocurre con Lillian.
Del reparto, cabe destacar que en el elenco de la película incluye 5 ganadores del premio Oscar:
Jane Fonda, Vanessa Redgrave, Jason Robards, Maximilian Schell y Meryl Streep; y un nominado al Oscar, Hal Holbrook.
Pero se cuenta que durante el proceso de “casting”, se mencionaron los nombres de Jane Fonda y Vanessa Redgrave como posibles estrellas para la película… e inicialmente los productores vetaron a ambas actrices por consejo del departamento de publicidad, temiendo que la peor opción sería elegir a Fonda y Redgrave, ambas conocidas por sus convicciones políticas, en una película juntas.
Al final, por supuesto, ambas actrices fueron elegidas y la película pasó a un gran éxito crítico y de taquilla:
Jane Fonda fue originalmente elegida como Julia, sin embargo, los productores vieron que sería mejor si interpretaba el papel de Lillian Hellman, que Fonda disfrutó enormemente ejercitando sus ideas feministas como respuesta a la moda en Hollywood de las parejas de actores que tanto éxito tenían aquellos años en el cine:
“Ya era hora de poder interpretar escenas con otra mujer.
El público podrá ver una película sobre 2 mujeres que piensan y se preocupan la una por la otra, en lugar de estar definidas en función de su relación con un hombre”
Y como era habitual en ella, para preparar su papel fue a visitar a la autora a su casa de Massachusetts, la escuchó hablar y aprendió varios detalles como su forma de sentarse o cruzar las piernas, e incluso algunas expresiones curiosas; también la forma de fumar y de beber de la escritora, y algunas costumbres más que la actriz suavizó en el film.
Por otra parte, Zinnemann originalmente quería una actriz estadounidense para interpretar a Julia, pero después de haber trabajado con Vanessa Redgrave, 10 años antes en la oscarizada “A Man for All Seasons”, sabía que ella tendría el papel.
Vanessa Redgrave y Jane Fonda se hicieron muy amigas durante el rodaje, aunque Jane no compartía las ideas políticas de Vanessa.
Jane dijo entonces:
“Yo soy una demócrata progresista, y ella una trotskista no muy amiga del Estado de Israel, así que evitamos hablar de política”
Como dato curioso, este fue el debut en el cine de Meryl Streep.
Al principio, el director Fred Zinnemann realmente consideró la posibilidad de elegir a Streep para el papel principal; sin embargo, como Streep era casi totalmente desconocida como actriz, tenía solo una obra en su haber, y nunca apareció en una película, Zinnemann decidió elegir a Vanessa Redgrave.
Un detalle, es que la persona sombría sentada en el bote de pesca al principio y al final de la película, es en realidad Lillian Hellman.
Jane Fonda hizo la voz “en off” y en esa escena ella pronuncia las palabras del prólogo del libro de Hellman:
“La antigua pintura al óleo, al correr el tiempo, en ocasiones pasa a ser transparente.
Cuando esto sucede, es posible, en algunos cuadros, ver los trazos originales:
Aparecerá un árbol a través del vestido de una mujer, un niño abre paso a un perro, un barco grande ya no se ve en un mar abierto.
A esto se le llama “Pentimento” porque el pintor se “arrepintió”, cambió de idea”
Y es que Lillian era una mujer de fuerte carácter, algo difícil y físicamente con una nariz prominente, por lo que inicialmente puso algún que otro reparo a la elección de Jane Fonda para que la interpretara en la pantalla:
“Yo no soy tan guapa como Jane Fonda” al mismo tiempo que recriminó a ésta un gesto que se le achaca a ella, y que la actriz hace en la ficción:
Tirar una máquina de escribir por la ventana en un momento en que no le salían las ideas.
“Yo nunca hubiera hecho algo así con mi herramienta de trabajo”
Necesario mencionar la presencia de Jason Robards como Dashiell Hammett, celebrado autor de “El Halcón Maltés” que, en la vida real como en el filme, fue para Lillian Hellman apoyo moral, intelectual y afectivo, hasta que la vida le permitió el último respiro; y grato ver también a Maximilian Schell en su breve aparición como Johan, el mensajero.
Con Julia, Zinnemann nos ofrece, además de una reflexión hermosa sobre la verdadera amistad, una obra paradigmática del buen cine; sin embargo, se le pudo haber sacado más partido a la historia, ya que el personaje de Julia no está profundizado en absoluto.
Se aborda poco la obra de la escritora ni se habla especialmente de ninguno de sus trabajos.
Tampoco se profundiza en el personaje de Hammett, un escritor que junto a Chandler y James M. Cain, fue el maestro de la novela negra.
Todo se queda en un fútil intento, pues todas esas historias están desdibujadas o, más bien, solo esbozadas.
No existe un desarrollo y una profundización, así que el espectador no entiende bien qué pasa, con lo cual la trama, el argumento, da la impresión de ser un absurdo, porque no se comprende a los personajes ni su forma de actuar ni su papel en el desarrollo de los acontecimientos.
Parece una historia inverosímil, sin sentido:
¿Por qué necesitan a Lillian para pasar el dinero si ella no es capaz de hacer nada sola?
Continuamente necesita gente alrededor que le vaya indicando cada pequeño paso, y encima, está tan azorada y confundida que se delata; además, por si fuera poco, es judía, lo cual hace la misión más peligrosa.
¿Es que todos esos que la acompañan, antes de subir al tren, durante el viaje y al llegar, no podían haberlo hecho más fácil solos y sin tener que ir al cuidado del personaje de Jane Fonda, que ni se entera de nada ni sería capaz de hacer absolutamente nada bien, de no ser porque hay varias personas continuamente encima de ella?
Y aunque cuenta con 2 extraordinarias actrices, Fonda y Redgrave están sencillamente perfectas, que se entregan en cuerpo y alma a esos personajes, pero nunca se acaba de entenderlos, por un guión que no deja ver los motivos y pasiones de esa furtiva relación; y se podría pensar que toda la trama de espionaje es solo una excusa argumental, algo secundario, al igual que su relación pseudolésbica con Julia, pues el objetivo principal es ver cómo supera la protagonista el bloqueo creativo que sufre.
Pero también en esto fracasa el guión, siendo el final un disparate ilógico no concluyente.
Más valdría no ir de sobrados con tantas pretensiones intelectuales, y haber hecho simplemente un film discreto, bonito y sencillo.
Por último, la banda sonora a cargo de Georges Delerue, incluye melodías que refuerzan la expresividad de algunas escenas; y llama la atención el fragmento de “La Cucaracha”, bellamente interpretado; y un hermoso el homenaje que el director le brinda a su ciudad natal, Viena, a través de las notas de violín y vals.
“There are women who reach a perfect time of life when the face will never again be as good, the body never as graceful, powerful.
It had happened that year to Julia”
A menudo conmueve comprobar que algunas amistades no envejecen, como no envejecen muchas películas.
Después de más de 40 años, Julia aún contiene la frescura de una bellísima narración sobre la amistad al mismo tiempo que rescata la sensación de que alguien nos observa desde cerca…
Sin embargo, su celebridad como historia está impregnada de controversia:
En una entrevista televisiva de 1979 con Dick Cavett, la autora Mary McCarthy, enemiga política de Lillian Hellman y objeto de su juicio literario negativo, la difamó y Hellman respondió presentando una demanda por $2,500.000 contra ella, el entrevistador Dick Cavett y PBS.
Pero McCarthy presentó pruebas que, según ella, demostraron que Hellman había mentido en algunos relatos de su vida.
Mientras Cavett dijo que simpatizaba más con McCarthy que con Hellman en la demanda, pero que “todos perdieron” como resultado de ello.
Norman Mailer intentó infructuosamente mediar en la disputa a través de una carta abierta que publicó en el New York Times; y al momento de su muerte, Hellman todavía estaba en litigio con McCarthy; pero sus ejecutores dejaron caer la demanda.
Lillian Hellman murió el 30 de junio de 1984, a la edad de 79 años, de un ataque al corazón cerca de su casa en Martha's Vineyard, y está enterrada debajo de un pino en un extremo de Abels Hill / Chilmark Cemetery, en Chilmark, Martha's Vineyard, Massachusetts.
Pero la controversia continuó, y en 1983, la siquiatra de New York, Muriel Gardiner, se involucró en la demanda por difamación entre McCarthy y Hellman.
Ella afirmó ser el modelo para el personaje llamado Julia en las memorias de Hellman, “Pentimento” (1973), y en la película “Julia” basada en un capítulo de ese libro.
Pero Hellman, que nunca conoció a Gardiner, dijo que Julia era otra persona.
Gardiner era una estadounidense rica, que fue a la escuela de medicina en Viena antes de La Segunda Guerra Mundial, y se involucró en la resistencia antifascista allí, antes de su regreso a los Estados Unidos en 1939; y escribió que, aunque nunca conoció a Hellman, a menudo había oído hablar de ella a través de su amigo Wolf Schwabacher, que era el abogado de Hellman.
Según parece, después de que Muriel Gardiner y Joseph Buttinger se mudaron a Brookdale Farm en Pennington, New Jersey en 1940, dividieron la casa en 2; y le alquilaron la mitad a Wolf y Ethel Schwabacher por más de 10 años.
Como los eventos que Hellman describió corresponden al relato de Gardiner sobre su vida, y la familia de Gardiner estaba estrechamente vinculada al abogado de Hellman, Wolf Schwabacher, algunos críticos creen que Hellman se apropió de la historia de Gardiner sin atribución…
Una investigación de Samuel McCraken sobre los pormenores de la historia de Hellman en Julia, publicada en Commentary en junio de 1984, concluyó que la funeraria en Londres, donde Hellman dijo que el cuerpo de Julia había sido enviado, no existía, no había constancia de que Hellman había navegado a Inglaterra para reclamar el cuerpo de Julia en el barco, y dijo que había hecho el crucero transatlántico, y no había evidencia de que Julia hubiera viva o muerta.
Además, McCracken encontró muy poco probable, al igual que Gardiner, que había trabajado con la clandestinidad antifascista, que tanta gente hubiera sido utilizada para ayudar a Hellman a conseguir dinero para Julia, o que el dinero se enviaría de la forma en que Hellman dijo lo hizo, como Hellman admitió que Julia recibió dinero del JP Morgan Bank.
Ephraim London, el abogado de Hellman en su demanda por difamación contra Mary McCarthy, que había cuestionado públicamente la veracidad de Hellman, incluida su historia “Julia”, admitió que, si bien creía que había habido una verdadera Julia, Hellman probablemente dramatizó su historia, y agregó incidentes y elementos de la trama que no eran estrictamente verdaderos.
Sin embargo, en el medio literario, mucha gente cree que Hellman basó su historia en la vida de Gardiner; y el editor de Gardiner citó la improbabilidad de que hubiera 2 mujeres estadounidenses millonarias que fueran estudiantes de medicina en Viena, a fines de la década de 1930.
Todavía Julia sigue en el misterio…
“I'm old now and I want to remember what was there for me once and what is there for me now”
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