Człowiek z żelaza (Man of Iron)
“Nie możemy czekać biernie.
Wolna Polska jest naszym celem, ale nikt nie da nam takiej wolności.
Nasza pasywność spowoduje, że coraz więcej z nas będzie mordować, coraz więcej ludzi będzie cierpieć.
Musimy się kształcić, bo nawet wtedy, gdy zostanie osiągnięta wolna Polska, naród będzie tak wyczerpany, że nie będzie nikogo, kto by ją poprowadził”
(No debemos esperar pasivamente.
Nuestra meta es una Polonia libre, pero nadie nos dará esa libertad.
Nuestra pasividad nos llevará a asesinarnos cada vez más a nosotros, en más y más personas sufriendo.
Debemos educar, porque incluso cuando se logre una Polonia libre, la nación estará tan agotada que no habrá nadie para dirigirla)
“Solidarność” es una federación sindical polaca, fundada en septiembre de 1980 y dirigida por Lech Wałęsa; de raíces cristianas, nació de las luchas obreras y campesinas por la libertad sindical, entendiendo esta como el poder constituir organizaciones independientes al Partido Obrero Unificado Polaco, que gobernaba el país, y en contra del gobierno comunista; y se convirtió en el primer sindicato independiente en un país del Bloque Soviético que dio lugar a un amplio movimiento social anticomunista.
En su momento de apogeo, este movimiento logró reunir a aproximadamente 10 millones de miembros, entre los cuales se contaban tanto a personas asociadas con La Iglesia Católica como a miembros de la izquierda anticomunista, que contribuyeron ampliamente a la caída del comunismo.
Solidarność se caracterizó por abogar a favor de la no violencia en las actividades de sus miembros; y como sindicato no gubernamental polaco, comienza en agosto de 1980 en Stocznia Gdańska, o los astilleros de Gdańsk, uno de los mayores astilleros polacos durante La Época de La República Popular de Polonia, siendo conocido como El Astillero Lenin, que tiene actualmente la categoría de Patrimonio Europeo; donde Lech Wałęsa junto a otros obreros lo fundaron con la principal demanda que era la constitución de sindicatos autónomos del partido y del gobierno, como existían desde mucho atrás en Yugoslavia, e intentaron hacer en 1968 en Checoslovaquia, durante La Primavera de Praga.
Lech Wałęsa, hoy de 74 años, es un político polaco, antiguo sindicalista y activista de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de La Paz en 1983; siendo Presidente de Polonia de 1990 a 1995.
El sindicato Solidarność se caracterizó por la gran militancia obrera católica y por su tenaz lucha contra el gobierno comunista; la iglesia estaba encabezada por Karol Wojtyła, el futuro Papa polaco, que comprendió a su vez las posibilidades que se abrían para acabar con el gobierno, convocado su primer congreso con tolerancia gubernamental en que dominaría la agenda sindical el sector pro-católico; se paralizaron todas las cuencas mineras, y se encerraron sus principales dirigentes en las minas de carbón, con miras a llamar la atención sobre el congreso.
El 2 de julio de 1980, el gobierno polaco anunció aumentos masivos de los precios de los productos alimentarios, lo cual provocó un estallido de huelgas.
La de los ferroviarios de Lublin, estratégico nudo ferroviario en la ruta a La Unión Soviética, preocupaba especialmente a Brézhnev que convoca a Gierek interrumpiendo sus vacaciones en Crimea, exigiéndole soluciones.
El Ministro de Defensa, Wojciech Jaruzelski, no consideró conveniente el empleo del ejército, y aconsejó dejar pasar el tiempo…
No obstante, esta organización, que acabó convirtiéndose en partido político y su líder, Lech Wałęsa, llegó a la presidencia del gobierno polaco, fue apoyada por los gobiernos conservadores de Estados Unidos, bajo la presidencia de Ronald Reagan; y de Gran Bretaña, bajo la presidencia de Margaret Thatcher.
“Wierzę, że będziecie demokratyczną parą, więc pozwólcie, że podzielę te kwiaty demokratycznie”
(Confío en que serás una pareja democrática, así que déjame compartir estas flores democráticamente)
Człowiek z żelaza (Man of Iron) es un drama polaco, del año 1981, dirigido por Andrzej Wajda.
Protagonizado por Jerzy Radziwiłowicz, Krystyna Janda, Marian Opania, Bogusław Linda, Wiesława Kosmalska, entre otros.
El guión es de Aleksander Ścibor-Rylski, y se basa libremente en la vida de Anna Walentynowicz, una heroína del trabajo socialista Stakhanovite, convertida en disidente; y alude a eventos de la vida política real de Polonia, como el despido de Walentynowicz desde el astillero, y la boda clandestina de Bogdan Borusewicz con Alina Pienkowska en 1983, un matrimonio realizado en secreto, pasando 5 años escondidos.
Bogdan Michał Borusewicz, era un político polaco que participó en la oposición contra el gobierno comunista, siendo miembro del Comité de Defensa de Los Obreros y Solidarność; mientras que Alina Pienkowska era una activista sindical polaca que estuvo involucrada en la creación de Solidarność, de la cual fue miembro de su comité organizador.
Por último, Anna Walentynowicz tuvo un papel fundamental a raíz del despido de su trabajo en El Astillero Lenin en Gdańsk, en agosto de 1980, un evento que encendió la huelga en el astillero, y desencadenó una ola de huelgas en toda Polonia, y rápidamente paralizó la costa del Báltico.
Ese Comité de Ataque Interconectado (MKS), con sede en el astillero de Gdańsk, finalmente se transformó en Solidarność, y para septiembre, más de 1 millón de trabajadores estaban en huelga, en apoyo de las 21 demandas de MKS, convirtiéndose en la huelga más grande de la historia.
La producción de Człowiek z żelaza (Man of Iron) se realizó durante la breve relajación de la censura en Polonia entre la formación de Solidarność en agosto de 1980, y su supresión en diciembre de 1981; por lo que narra la fundación del movimiento en los astilleros de Gdańsk y de Gdynia; y viene a ser la secuela del filme “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) también dirigida por Andrzej Wajda; una película que se hizo durante el breve deshielo de la censura comunista que apareció entre la formación de Solidarność y su supresión; y como tal es una notablemente crítica del régimen comunista.
Debido a esto, el filme fue prohibido en 1981 por el gobierno polaco; pues representa al movimiento sindical Solidarność, y su primer éxito al persuadir al gobierno a reconocer el derecho de los trabajadores a una unión independiente.
La implicación del director en este movimiento, llevó al gobierno polaco a ilegalizar la productora de Wajda.
Primeramente hay que señalar que el filme “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) narra el ascenso y la caída en desgracia de un ficticio albañil polaco, Mateusz Birkut, interpretado por Jerzy Radziwiłowicz, que se convierte en el símbolo Estajanovista, o de trabajadores que promueven el aumento de la productividad laboral de Nowa Huta, un nueva ciudad socialista cercana a Cracovia; mientras Agnieszka, interpretada por Krystyna Janda en su primer papel cinematográfico, es una joven directora de cine que está haciendo su película final como requisito para su graduación sobre la vida de Birkut, cuyo paradero nadie parece conocer décadas más tarde…
El título del film, se refiere pues a las estatuas de mármol que se hicieron a imagen de Birkut como propaganda soviética; y parece un poco sorprendente que en aquella época, Wajda fuese capaz de hacer una película que tan veladamente atacaba el realismo socialista de Nowa Huta, mostrando abiertamente el uso de propaganda, y la corrupción política durante el periodo del Estalinismo.
La película utiliza abundantes imágenes de documentales originales sobre la construcción de Nowa Huta y otros temas de la primera etapa comunista de Polonia, así como de la música propagandista de La Polonia Estalinista.
Człowiek z żelaza (Man of Iron) ganó La Palme d’Or y El Premio del Jurado Ecuménico en El Festival Internacional de Cine de Cannes; siendo la primera y hasta ahora única secuela de ganar el premio mayor, y la primera película polaca en ganarlo hasta “The Pianist” de Roman Polanski en 2002.
El filme fue nominado para el premio de La Academia a La Mejor Película en Lengua Extranjero, sin embargo, debido a la ley marcial en Polonia, las autoridades comunistas decidieron retirarlo, ya que no querían que representara al país; siendo el ganador de la categoría, la película húngara “Mephisto”, que anteriormente perdió La Palme d’Or en Cannes contra la película de Wajda.
El director Andrzej Wajda dirigió otras películas que participaron en esta categoría en los Oscar, aunque tampoco pudieron llevarse el galardón:
“Ziemia obiecana” (The Promised Land – 1974), “Panny z Wilka” (The Maids of Wilko – 1979), “Człowiek z żelaza” (Man of Iron – 1981), y “Katyn” (2007)
Cabe destacar que el cineasta recibió en el año 1999, El Oscar Honorífico por sus contribuciones al mundo del cine; que Wajda donó a la Universidad Jaguelónica de Cracovia.
Człowiek z żelaza (Man of Iron) resulta un documento histórico del momento, con imágenes reales de archivo de las manifestaciones que tuvieron lugar contra el régimen opresor socialista, así como un canto a la esperanza de que los pueblos puedan vencer a la tiranía; por lo que narra las jornadas revolucionarias en los astilleros navales de Gdańsk o Danzig, protagonizadas por los obreros del Solidarność, en el verano de 1980.
Ese mismo año, Winkiel (Marian Opania) una periodista radiofónica, más amiga del régimen comunista que de la verdad, debe cumplir una misión de difamación contra un destacado militante del Solidarność, que resulta ser Maciej Tomczyk (Jerzy Radziwiłowicz), el hijo del héroe del filme anterior, “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976)
Más allá de sus virtudes cinematográficas, Człowiek z żelaza (Man of Iron) destaca por ser un documento histórico, realizado prácticamente al tiempo que se desarrollaban los acontecimientos que narra, algo que es enormemente difícil de lograr, especialmente en una obra artística; sin embargo, Wajda alcanzó ese objetivo a plena satisfacción, y sin que ello le impidiese renunciar a sugerir su mensaje principal, mostrado a través de la lucha de 2 generaciones, la de Birkut y la de Tomczyk.
El triunfo de lo que éste último representa, es un homenaje a todos aquellos que, como su padre, comenzaron la lucha.
Y esa lucha era necesaria, porque hay combates que deben librarse, incluso para perderlos, porque otros los ganarán…
Todos los otros.
“Zdradziłeś ich.
Teraz władze zmiażdżą nas jak pluskwy”
(Usted los traicionó.
Ahora las autoridades nos aplastarán como chinches)
El director Andrzej Wajda fue uno de los mentores del Nuevo Cine Polaco, considerado como uno de los más relevantes de La Escuela Polaca de Cine; y narra una historia al estilo de una biografía sobre el cofundador del Solidarność, siendo uno de sus proyectos más personales; donde ambas películas “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) y Człowiek z żelaza (Man of Iron) indicaban el interés del director en Solidarność, enmarcado en una conversación que Lech Wałęsa mantuvo con la periodista Oriana Fallaci, poco antes de ser detenido durante 1 año por su labor política a principios de los 80.
Aunque Wajda siempre defendiera que esta película no era una simple secuela del filme de 1976, lo cierto es que ambas son indisociables, no tanto por el hecho no menor de compartir personajes y fórmula narrativa, sino principalmente por el espíritu que las anima, siendo un fiel retrato de la realidad polaca, con un guión escrito en tan solo 6 días; por lo que el filme mantiene un tono documental, con bastantes imágenes de archivo que aporta enorme realismo y autenticidad, sin por ello renunciar al imprescindible componente dramático, que es desarrollado eficaz y coherentemente, uniendo la experiencia del padre con la del hijo, o lo que es lo mismo, el pasado con el presente, en un filme político, realizado a mayor gloria del movimiento polaco por la libertad, que se anticipa en el tiempo a la caída del régimen comunista; siendo una buena forma de introducirnos en la historia de la Polonia de aquellos años, y el impacto que supuso la presencia de Lech Wałęsa en ese contexto.
Sin embargo, para una clase más didáctica sobre los acontecimientos ocurridos, es mejor recurrir a las enciclopedias; y para un retrato ambiguo pero coherente del personaje, habría que reestructurar parte de la narración y decidirse por un marco, o bien la entrevista con Fallaci, o bien las imágenes libres que forman el puzle de la personalidad del Premio Nobel. Człowiek z żelaza (Man of Iron)
Es durante las huelgas en los astilleros de Gdańsk, a comienzos de los años 1980, que Maciej Tomczyk (Jerzy Radziwiłowicz), el hijo de Mateusz Birkut (también Radziwiłowicz),es un obrero marcado por la muerte de su padre, que decide unirse a Solidarność para luchar a favor de los derechos sociales.
El gobierno comunista de la por aquel entonces República Popular de Polonia, encarga a Winkel (Marian Opania), una empleada de la televisión de Estado, que se infiltre entre los obreros en huelga de los astilleros para investigar la actividad de Maciej y del resto de la organización.
Durante la investigación, Winkel conoce a la esposa de Maciej, una compañera de estudios y varios personajes que le ayudarán a reconstruir la trayectoria sindicalista de Maciej.
Comienza entonces una retrospectiva de la vida de Maciej, que se sitúa en los disturbios de marzo de 1968, varios años atrás.
Por aquel entonces, Maciej era un líder estudiantil, e intenta convencer a su padre para que apoye la lucha contra el comunismo; pero él, en un gesto protector y paternalista, se niega rotundamente, y prohíbe a Maciej unirse a la manifestación.
Ya llegado el año 1970, los obreros polacos se sublevan de nuevo, y en una de las confrontaciones con la policía, muere su padre, por lo que Maciej se ve obligado a ir a un centro psiquiátrico.
Tras un tiempo en el asilo, Maciej regresa dispuesto a abandonar sus estudios por Solidarność, y comienza a trabajar en los astilleros, pero pronto es despedido tras intentar reconstruir los hechos de la muerte de su padre, por lo que el director del astillero descubre los trapos sucios de Maciej, y lo despide.
Ya sin trabajo, Maciej se dedica a escribir textos en contra del gobierno y del comunismo polaco, y es encarcelado 3 meses; y mientras cumplida la condena, Maciej se reincorpora a los astilleros de Gdańsk, y continúa activo en la movilización obrera, que estalla en 1980 en forma de huelga.
El resultado de esta huelga, es la fundación del sindicato obrero Solidarność.
Winkel, una vez ha averiguado toda la historia de Maciej, se da cuenta de que es víctima de una manipulación y, a pesar de la presión ejercida por su jerarquía, presenta su dimisión, y se acaba juntando los sindicalistas; así la vida del protagonista se va desmenuzando a partir de los recuerdos, cómo se gestó su compromiso social y su liderazgo; y lo que se presenta ante la cámara, es un hombre que poco a poco comienza a interesarse por las injusticias sociales, a menudo a pesar de sus compromisos familiares.
El tono cronológico que Wajda intenta imprimirle al asunto no parece, sin embargo, ser la mejor elección, aunque intenta darle una continuidad a las acciones de Wałęsa; detalles que sin embargo no acaban de encajar, provocan que al final, el espectador con una leve idea sobre la trayectoria del sindicalista tenga que acudir a otras fuentes para despejar confusiones; porque es compleja la descripción que se hace de la participación de Wałęsa en las huelgas de 1970, unas protestas que se saldaron con muertos y, según el filme, con la propuesta escrita de que Lech colaboraría con el régimen como informador, así como la fundación del propio sindicato o los 10 años que transcurren entre ambas revueltas, muchos de los cuales, Wałęsa pasa desempleado por culpa de su activismo.
Además, los “recuerdos” que surgen en la conversación con Fallaci, que tuvo lugar en 1980, sobrepasan el marco cuando comienzan a contar cosas ocurridas tras ese año, mientras la estructura continúa acudiendo a la entrevista.
La dificultad que comporta ordenar mentalmente lo que ocurre en pantalla, y que parece ser sucesivo pero que tiene un orden más arbitrario, es sólo una de las dificultades que Wałęsa, la esperanza de un pueblo, tiene que sortear.
Así, la tendencia a ensalzar parte de la figura que se ve que provoca turbulencias, aún hoy en la sociedad polaca, no hace mucho él pretendía sacar a los diputados homosexuales a la calle por representar a una minoría; es otro flaco favor que se le hace a un retrato que parece querer abarcar todos los matices de la personalidad del líder pero que, de tanto dar pinceladas, se pierde.
Dice Wajda que éste probablemente haya sido el filme más complicado de hacer de su vida, y a tenor de la información que circula sobre el protagonista, y lo difícil que es reducir el carisma a 2 horas de celuloide, merece la pena admirar el intento; y como tal, es la continuación de un film realizado también por el director que toma como hilo conductor a la periodista, Winkel, que es chantajeada por un agente del estado para que espié y se entere de toda la vida de Maciej Tomczyk, bajo las órdenes de Lech Wałęsa, que también participa en la cinta interpretándose a sí mismo, ya que el sindicato se ha puesto en huelga en los astilleros de Gdańsk, mantiene paralizada a la ciudad, y tiene en jaque al gobierno; siendo a través de diferentes entrevistas que mantiene Winkel con diferentes personas que han conocido a Tomczyk, que vemos cómo ha sido su lucha desde joven por los derechos de los trabajadores, y lo que ha sufrido.
Pero este filme aclara el final del anterior, que dejó la muerte de Mateusz Birkut ambigua, y afirma explícitamente que él murió en enfrentamientos en los astilleros en 1970.
Estas películas “gemelas” de Wajda, cuentan así la historia multigeneracional de la lucha polaca por la libertad y la justicia, en la era posterior a La Segunda Guerra Mundial que terminó en la década de 1980, con el Solidarność.
Los 2 filmes abordan el tema al examinar la historia de un trabajador principal, Mateusz Birkut, que se hace una “estrella socialista”, solo para verse derrotado por el corrupto sistema gubernamental; y su hijo, Maciej Tomczyk, quien continúa con la lucha de su padre, a través de la huelga estudiantil de 1968, y las huelgas de 1980.
Sin embargo, las películas enfocan sus historias, no directamente sino a través de la búsqueda de 2 diferentes reporteros de televisión/cine, Agnieszka y Winkel, para descubrir la verdad sobre ellos.
De esa manera, Wajda mezcla una cantidad de formatos de película diferentes para ayudarnos a sentir la complejidad de la relación de la película al pasado, especialmente en lo que respecta a la censura y propaganda gubernamental, como:
El metraje real del período, imágenes ficticias no utilizadas del período socialista, documentales ficticios del período socialista, “flashbacks” extendidos que recuerdan las personas involucradas con ambas historias; la inclusión ficticia de 2 individuos reales, Lech Wałęsa y Anna Walentynowicz, interpretándose a sí mismos en una boda; el modo “biopic”, el marco narrativo de la cultura de los medios, etc.
En resumen, las películas de Wajda pretenden reconstruir verdades reales sobre el pasado real, usando una historia ficticia de un padre e hijo, mientras los enmarcan dentro de la lucha para que los medios acepten el pasado real a través de la memoria de los entrevistados, incluso mientras buscan la verdad debajo de la historia oficial del estado controlador.
Esto es algo más complicado, cuando reconocemos que toda la historia, en cierta medida debe construir su narrativa de eventos en torno a un uso selectivo de hechos históricos, elaborando una trama con personajes, y analizando causas en ciertas direcciones; y se establecen para reflejar la historia, ya sea como documental, incluso si no son simples dramas; deben comprimir o condensar información sobre el pasado, puede tener que desplazar o alterar eventos para ayudar a estructurar sus dramas, y puede tener que reflejar en el diálogo o personajes compuestos, lo que tuvo lugar de otra manera en el eventos actuales.
En este caso, la indagación de Wajda no es acerca de acontecimientos pasados, sino de sucesos del presente, concretamente la huelga desatada a lo largo de 1980 en los astilleros de Gdańsk, que vería el triunfo del Solidarność, así como el comienzo de la decadencia final del régimen comunista.
Ahora es una periodista, alcohólica y desmovilizada ideológicamente, quien va a protagonizar la investigación acerca de la huelga, labor para la que es comisionada por sus jefes, que tratan de recabar información que permita al estado socavar la huelga.
Si en el primer filme era Birkut el símbolo de la lucha de los trabajadores, aquí lo es su hijo, Maciej Tomczyk, uno de los líderes de la huelga, secundando a Lech Wałęsa.
Los personajes, en general bien interpretados, muestran una amplia variedad de posturas y actitudes ante los hechos narrados, empezando por el propio Winkel, su paulatino cambio de actitud se identifica con el de la mayoría de la sociedad polaca, y siguiendo por aquéllos que encabezan la lucha o por los que hacen lo posible por liquidarla.
El conjunto, de gran veracidad, resulta beneficiado por un adecuado montaje y un buen guión; elogiar de inmediato tanto el “casting” como la actuación de Marian Opania, como Winkiel, quien transmite de manera excelente a una periodista televisiva muy creíble; cuyo estilo de vida puede ser típico de la profesión…
Somos testigos y compartimos sus esperanzas y ansiedades, de exprimir la tela que usaba para limpiar el vodka de la botella que acababa de romper en una taza de cepillo de dientes, sus otras partes mentales y físicas, y las situaciones muy reales de cortes de corriente y huelgas que afectan todo, como los teléfonos, etc.
Cabe señalar que Anna Walentynowicz y Jerzy Borowczak se interpretan a sí mismos, y Lech Wałęsa tiene un papel activo en la película, como invitado de la boda de Agnieszka y Maciej, convirtiéndose en el único ganador del Premio Nobel de La Paz que tiene un papel en una película que ganó La Palme d’Or.
La historia en sí, sugiere una lealtad de los trabajadores hacia La Iglesia Católica, lo cual es una sorpresa, teniendo en cuenta que en Los Países Bajos, las uniones católicas se desvanecieron ya en los años 70; y los polacos son obviamente diferentes, entre otros, debido a la población relativamente grande de pequeños agricultores conservadores; y así simplemente somos testigos del establecimiento de una unión católica en un estado bolchevique; y ahora podemos entender al reportero, que representa los intereses de los medios, que aprecia la libertad y la objetividad que acompañan a la pluriformidad social, y abraza a Solidarność después de su reconocimiento formal, pero no un momento antes.
Y podemos sentir empatía con el intelectual recalcitrante, que protesta contra la represión de la clase trabajadora; por tanto, el estado de confusión permanente, que impregna a todos los personajes de la película, parece justificado.
Además, para comprender completamente Człowiek z żelaza (Man of Iron), es necesario que la película de 1977, sea necesariamente vista; de lo contrario, será una experiencia confusa y difícil comprender las motivaciones, las emociones y el trasfondo político de los personajes, también se necesita investigar más sobre lo que sucedió en Polonia entre 1960 y 1980; de esa manera, entrar sin ninguna base al filme es casi un imposible; por lo que las cosas que hicieron de esta, una película inferior en comparación con la película anterior, es el tema político y la forma en que se usó en la película, en diálogos y escenas extensos que fueron un poco molestos y algo confusos en la presentación.
Y es que el guión cubrió un tema más complejo, y entrelazó los “flashbacks” recordándonos algunos de los personajes, y trayendo recuerdos de la primera película; lo que es muy difícil de poner en conjunto, pero la película tiene éxito en su gran mensaje, más del aspecto humanista de estar involucrado en la Solidarność y las huelgas, que el tema político demasiado racional hizo que esta película sea 10 veces mejor de lo que es.
Pero en conjunto, las 2 películas señalan, “conocer el pasado es muy importante para que podamos construir un futuro mejor”, y que los espectadores presten atención a los momentos pasados que se presentan aquí, para que puedan comprender su futuro, y toda su lucha; y si no tienes idea del movimiento Solidarność, el elemento emocional y universal está presente, por el amor de Maciej y Agnieszka, etc., pero Człowiek z żelaza (Man of Iron) es principalmente una historia de supervivencia y determinación frente a la corrupción y las hostilidades políticas; pues los polacos tomaron medidas increíbles contra su gobierno a finales de los años 60, y aquí vemos el final triunfante y culminante de estos esfuerzos.
De esa manera Wajda incorpora un documental interesante dentro de la película para hacerlo más efectivo y atractivo para su audiencia; y maneja también el punto de vista del individuo en el sistema comunista.
Una cosa fascinante, de ambos filmes, es la revelación de cuán impotente era el gobierno polaco:
Una dictadura, con control ideológico de la policía, los estudios cinematográficos, la prensa… no podía evitar que Wajda hiciera películas que los escoriaran.
Lo mejor que pudieron hacer fue censurarlos para la distribución polaca.
Y la esencia más profunda de la historia, parece ser que los sindicatos son indispensables, independientemente del sistema social en el que vivimos.
Atención especial a la banda sonora, sobre todo al tema de los créditos finales, son canciones de la época comunista que cuadran muy bien con el marco del filme haciéndolo muy realista.
“Wiesz dlaczego?
Ponieważ studenci i pracownicy działają w pojedynkę.
Kiedy się przeprowadziliśmy; powstrzymali się; teraz się ruszają i boimy się.
Zawsze będziemy gubić się w ten sposób”
(¿Sabes por qué?
Porque los estudiantes y los trabajadores actúan solos.
Cuando nos mudamos; ellos se contuvieron; ahora se están moviendo y tenemos miedo.
Siempre perderemos de esta manera)
El sindicalista, Presidente de Polonia y Premio Nobel de La Paz, Lech Wałęsa es un hombre repleto de claroscuros, de pasión y compromiso, de sacrificio y arrogancia, de generosidad hacia sus compañeros, y egoísmo frente a su familia.
Y para el 13 de diciembre de 1981, El Presidente del Gobierno, El Mariscal, Wojciech Jaruzelski, declaró La Ley Marcial, y encarceló a la mayoría de los dirigentes de Solidarność, que fue prohibido de nuevo el 8 de octubre de 1982.
Wałęsa fue uno de ello, siendo Presidente del Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre, “Solidarność”, hasta diciembre de 1981, siendo encarcelado durante 11 meses en el sureste de Polonia, cerca de la frontera con La Unión Soviética, hasta el 14 de noviembre de 1982.
En 1983, solicitó volver al Astillero de Gdańsk, a su antiguo puesto de electricista; y mientras fue tratado formalmente como un simple empleado, estuvo prácticamente bajo arresto domiciliario hasta 1987; y en 1983 recibió El Premio Nobel de La Paz; que no pudo recoger por miedo a que el gobierno no le dejase volver; siendo su mujer, Danuta Wałęsa, quien lo recibió; y que Wałęsa posteriormente donó el importe del premio al movimiento Solidarność.
La decisión de otorgarle El Premio Nobel de La Paz, no ha carecido de polémica para los comunistas, considerando que Wałęsa contribuyó a la desestabilización política y económica de Polonia, en su lucha contra el régimen comunista.
Levantada formalmente en julio de 1983, la Solidarność persistió solamente como organización clandestina; y a finales de los años 80, era suficientemente fuerte para frustrar las tentativas reformistas de Jaruzelski, donde las huelgas a nivel nacional en 1988, forzaron al Gobierno a negociar, y dejó de presentarse como sindicato, para hacer públicas sus pretensiones como partido político, especialmente de elecciones libres; y en un exceso de confianza, estimulado por Mikhail Gorbachov, que pretendía experimentar con las posibilidades, el gobierno cedió, perdiendo las elecciones.
Las negociaciones de la mesa redonda entre el gobierno y la oposición liderada por Solidarność, tuvieron como resultado las elecciones de 1989.
Y hacia fines de agosto de ese año, se había conformado un gobierno de coalición liderado por Solidarność, y en diciembre de 1990, Wałęsa fue elegido Presidente de Polonia; y poco después se continuó con el desmantelamiento del sistema gubernamental comunista, con la transformación a un estado democrático al uso occidental.
La supervivencia de Solidarność significó un quiebre en la postura de línea dura del comunista Partido Obrero Unificado Polaco (PZPR), lo que era un acontecimiento sin precedentes no solo para La República Popular de Polonia, perteneciente al área de influencia de La URSS y un sistema de organización política de Estado socialista unipartidista; sino para el todo El Bloque Oriental.
El ejemplo de Solidarność, contribuyó así a la propagación de ideas y movimientos anticomunistas a lo largo de los países del Bloque Oriental, lo cual debilitó a sus gobiernos; en un proceso que eventualmente culminó en Las Revoluciones de 1989, el llamado “Otoño de Las Naciones”, auspiciado por las potencias occidentales .
Por su parte, Lech Wałęsa fue Presidente de Polonia de 1990 a 1995; y bajo su presidencia, Polonia cambió completamente, de un régimen comunista bajo la influencia de La Unión Soviética, a un país capitalista con una economía de libre mercado de rápido crecimiento, y un régimen político con un sistema multipartidista.
Sin embargo, su estilo de presidencia fue fuertemente criticado por la mayoría de los partidos políticos, y perdió mucho del apoyo público inicial a finales de 1995.
Wałęsa perdió las elecciones presidenciales de 1995; y después de las elecciones anunció que iría a un retiro político, pero ha permanecido activo, tratando de establecer su propio partido político.
Wałęsa es conocido por su ferviente catolicismo; y el 1 de marzo de 2013, declaró que los diputados homosexuales deberían sentarse fuera del Parlamento, puesto que representan a una minoría:
“No quiero que esta minoría, con la que no estoy de acuerdo pero que tolero, se manifieste en la calle y haga girar la cabeza a mis hijos y nietos”, también dijo que los homosexuales tienen poca importancia como minoría, y por tanto tienen que “ajustarse a las cosas pequeñas”, a lo que Robert Biedroń, miembro del Parlamento respondió:
“Si aceptamos las reglas propuestas por Lech Wałęsa:
¿Dónde se sentarán los negros?
Ellos también son minoría.
¿Y qué tal las personas con discapacidad?”
¡Muy MAL Lech Wałęsa!
Por otra lado, en diciembre de 1989, Warner Bros., intentó producir una película “importante” sobre Wałęsa, que se realizará en 1990, y se estrenaría en 1991.
La compañía pagó a Wałęsa $1 millón por los derechos para producirla, pero nunca se hizo, y ese pago provocó controversia en Polonia, cuando 5 años más tarde, surgió que Wałęsa ocultó estos ingresos para evitar el pago de impuestos.
La oficina de impuestos de Gdańsk, inició un caso de fraude fiscal contra Wałęsa, pero luego fue desestimado, porque el plazo de prescripción de 5 años ya se había agotado…
¡Vaya usted a saber!
Finalmente, no que nos interesa, en los años 1990, la influencia de Solidarność sobre la escena política de Polonia disminuyó; y en 1996, se fundó un brazo político del movimiento sindical, La Acción Electoral Sindical (AWS), que ganaría las elecciones polacas parlamentarias en 1997, para perder las siguientes elecciones de 2001, después de realizar una política de corte conservador.
Desde entonces, Solidarność ha tenido poca influencia como partido político, aunque se convirtió en el sindicato más importante de Polonia.
De sus activistas más notables, el arresto de la sindicalista polaca y cofundadora de Solidarność, Anna Walentynowicz en la famosa huelga, se convirtió en un lema organizador.
“¡Traer a Anna Walentynowicz de vuelta al trabajo!”
Y en los primeros días de la huelga de Gdańsk, ella es mencionada por algunos como “la madre de la Polonia independiente”, siendo una de los muertos en el accidente aéreo de La Fuerza Aérea Polaca de 2010, cerca de Smolensk en Rusia, que también cobró la vida del Presidente de Polonia, Lech Kaczyński; La Primera Dama, Maria Kaczyńska, y muchos otros prominentes líderes polacos, mientras se dirigían a conmemorar el 70° aniversario de la masacre de Katyn, durante La Segunda Guerra Mundial.
Anna Walentynowicz tenía 80 años.
En Polonia aún existe un sindicato que se continúa denominando Solidarność, que cuenta en la actualidad con 1,5 millones de afiliados; siendo esa organización, el catalizador para la ruptura del comunismo en Europa Central y del Este, y La Unión Soviética, así como representó el final de La Guerra Fría y una nueva estabilidad en Europa; y de hecho en el mundo.
Solo teniendo esto en cuenta se puede ver Człowiek z żelaza (Man of Iron), y realmente apreciar lo poderosa que es.
“21 żądań, które przedstawiliśmy w 1980 r., Nadal ma znaczenie.
Nic nie zostało spełnione.
Ludzie wciąż muszą walczyć o godność.
To skandal”
(Las 21 demandas que presentamos en 1980 siguen siendo relevantes.
Nada se cumplió.
La gente todavía tiene que luchar para ser tratada con dignidad.
Eso es escandaloso)
Wolna Polska jest naszym celem, ale nikt nie da nam takiej wolności.
Nasza pasywność spowoduje, że coraz więcej z nas będzie mordować, coraz więcej ludzi będzie cierpieć.
Musimy się kształcić, bo nawet wtedy, gdy zostanie osiągnięta wolna Polska, naród będzie tak wyczerpany, że nie będzie nikogo, kto by ją poprowadził”
(No debemos esperar pasivamente.
Nuestra meta es una Polonia libre, pero nadie nos dará esa libertad.
Nuestra pasividad nos llevará a asesinarnos cada vez más a nosotros, en más y más personas sufriendo.
Debemos educar, porque incluso cuando se logre una Polonia libre, la nación estará tan agotada que no habrá nadie para dirigirla)
“Solidarność” es una federación sindical polaca, fundada en septiembre de 1980 y dirigida por Lech Wałęsa; de raíces cristianas, nació de las luchas obreras y campesinas por la libertad sindical, entendiendo esta como el poder constituir organizaciones independientes al Partido Obrero Unificado Polaco, que gobernaba el país, y en contra del gobierno comunista; y se convirtió en el primer sindicato independiente en un país del Bloque Soviético que dio lugar a un amplio movimiento social anticomunista.
En su momento de apogeo, este movimiento logró reunir a aproximadamente 10 millones de miembros, entre los cuales se contaban tanto a personas asociadas con La Iglesia Católica como a miembros de la izquierda anticomunista, que contribuyeron ampliamente a la caída del comunismo.
Solidarność se caracterizó por abogar a favor de la no violencia en las actividades de sus miembros; y como sindicato no gubernamental polaco, comienza en agosto de 1980 en Stocznia Gdańska, o los astilleros de Gdańsk, uno de los mayores astilleros polacos durante La Época de La República Popular de Polonia, siendo conocido como El Astillero Lenin, que tiene actualmente la categoría de Patrimonio Europeo; donde Lech Wałęsa junto a otros obreros lo fundaron con la principal demanda que era la constitución de sindicatos autónomos del partido y del gobierno, como existían desde mucho atrás en Yugoslavia, e intentaron hacer en 1968 en Checoslovaquia, durante La Primavera de Praga.
Lech Wałęsa, hoy de 74 años, es un político polaco, antiguo sindicalista y activista de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de La Paz en 1983; siendo Presidente de Polonia de 1990 a 1995.
El sindicato Solidarność se caracterizó por la gran militancia obrera católica y por su tenaz lucha contra el gobierno comunista; la iglesia estaba encabezada por Karol Wojtyła, el futuro Papa polaco, que comprendió a su vez las posibilidades que se abrían para acabar con el gobierno, convocado su primer congreso con tolerancia gubernamental en que dominaría la agenda sindical el sector pro-católico; se paralizaron todas las cuencas mineras, y se encerraron sus principales dirigentes en las minas de carbón, con miras a llamar la atención sobre el congreso.
El 2 de julio de 1980, el gobierno polaco anunció aumentos masivos de los precios de los productos alimentarios, lo cual provocó un estallido de huelgas.
La de los ferroviarios de Lublin, estratégico nudo ferroviario en la ruta a La Unión Soviética, preocupaba especialmente a Brézhnev que convoca a Gierek interrumpiendo sus vacaciones en Crimea, exigiéndole soluciones.
El Ministro de Defensa, Wojciech Jaruzelski, no consideró conveniente el empleo del ejército, y aconsejó dejar pasar el tiempo…
No obstante, esta organización, que acabó convirtiéndose en partido político y su líder, Lech Wałęsa, llegó a la presidencia del gobierno polaco, fue apoyada por los gobiernos conservadores de Estados Unidos, bajo la presidencia de Ronald Reagan; y de Gran Bretaña, bajo la presidencia de Margaret Thatcher.
“Wierzę, że będziecie demokratyczną parą, więc pozwólcie, że podzielę te kwiaty demokratycznie”
(Confío en que serás una pareja democrática, así que déjame compartir estas flores democráticamente)
Człowiek z żelaza (Man of Iron) es un drama polaco, del año 1981, dirigido por Andrzej Wajda.
Protagonizado por Jerzy Radziwiłowicz, Krystyna Janda, Marian Opania, Bogusław Linda, Wiesława Kosmalska, entre otros.
El guión es de Aleksander Ścibor-Rylski, y se basa libremente en la vida de Anna Walentynowicz, una heroína del trabajo socialista Stakhanovite, convertida en disidente; y alude a eventos de la vida política real de Polonia, como el despido de Walentynowicz desde el astillero, y la boda clandestina de Bogdan Borusewicz con Alina Pienkowska en 1983, un matrimonio realizado en secreto, pasando 5 años escondidos.
Bogdan Michał Borusewicz, era un político polaco que participó en la oposición contra el gobierno comunista, siendo miembro del Comité de Defensa de Los Obreros y Solidarność; mientras que Alina Pienkowska era una activista sindical polaca que estuvo involucrada en la creación de Solidarność, de la cual fue miembro de su comité organizador.
Por último, Anna Walentynowicz tuvo un papel fundamental a raíz del despido de su trabajo en El Astillero Lenin en Gdańsk, en agosto de 1980, un evento que encendió la huelga en el astillero, y desencadenó una ola de huelgas en toda Polonia, y rápidamente paralizó la costa del Báltico.
Ese Comité de Ataque Interconectado (MKS), con sede en el astillero de Gdańsk, finalmente se transformó en Solidarność, y para septiembre, más de 1 millón de trabajadores estaban en huelga, en apoyo de las 21 demandas de MKS, convirtiéndose en la huelga más grande de la historia.
La producción de Człowiek z żelaza (Man of Iron) se realizó durante la breve relajación de la censura en Polonia entre la formación de Solidarność en agosto de 1980, y su supresión en diciembre de 1981; por lo que narra la fundación del movimiento en los astilleros de Gdańsk y de Gdynia; y viene a ser la secuela del filme “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) también dirigida por Andrzej Wajda; una película que se hizo durante el breve deshielo de la censura comunista que apareció entre la formación de Solidarność y su supresión; y como tal es una notablemente crítica del régimen comunista.
Debido a esto, el filme fue prohibido en 1981 por el gobierno polaco; pues representa al movimiento sindical Solidarność, y su primer éxito al persuadir al gobierno a reconocer el derecho de los trabajadores a una unión independiente.
La implicación del director en este movimiento, llevó al gobierno polaco a ilegalizar la productora de Wajda.
Primeramente hay que señalar que el filme “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) narra el ascenso y la caída en desgracia de un ficticio albañil polaco, Mateusz Birkut, interpretado por Jerzy Radziwiłowicz, que se convierte en el símbolo Estajanovista, o de trabajadores que promueven el aumento de la productividad laboral de Nowa Huta, un nueva ciudad socialista cercana a Cracovia; mientras Agnieszka, interpretada por Krystyna Janda en su primer papel cinematográfico, es una joven directora de cine que está haciendo su película final como requisito para su graduación sobre la vida de Birkut, cuyo paradero nadie parece conocer décadas más tarde…
El título del film, se refiere pues a las estatuas de mármol que se hicieron a imagen de Birkut como propaganda soviética; y parece un poco sorprendente que en aquella época, Wajda fuese capaz de hacer una película que tan veladamente atacaba el realismo socialista de Nowa Huta, mostrando abiertamente el uso de propaganda, y la corrupción política durante el periodo del Estalinismo.
La película utiliza abundantes imágenes de documentales originales sobre la construcción de Nowa Huta y otros temas de la primera etapa comunista de Polonia, así como de la música propagandista de La Polonia Estalinista.
Człowiek z żelaza (Man of Iron) ganó La Palme d’Or y El Premio del Jurado Ecuménico en El Festival Internacional de Cine de Cannes; siendo la primera y hasta ahora única secuela de ganar el premio mayor, y la primera película polaca en ganarlo hasta “The Pianist” de Roman Polanski en 2002.
El filme fue nominado para el premio de La Academia a La Mejor Película en Lengua Extranjero, sin embargo, debido a la ley marcial en Polonia, las autoridades comunistas decidieron retirarlo, ya que no querían que representara al país; siendo el ganador de la categoría, la película húngara “Mephisto”, que anteriormente perdió La Palme d’Or en Cannes contra la película de Wajda.
El director Andrzej Wajda dirigió otras películas que participaron en esta categoría en los Oscar, aunque tampoco pudieron llevarse el galardón:
“Ziemia obiecana” (The Promised Land – 1974), “Panny z Wilka” (The Maids of Wilko – 1979), “Człowiek z żelaza” (Man of Iron – 1981), y “Katyn” (2007)
Cabe destacar que el cineasta recibió en el año 1999, El Oscar Honorífico por sus contribuciones al mundo del cine; que Wajda donó a la Universidad Jaguelónica de Cracovia.
Człowiek z żelaza (Man of Iron) resulta un documento histórico del momento, con imágenes reales de archivo de las manifestaciones que tuvieron lugar contra el régimen opresor socialista, así como un canto a la esperanza de que los pueblos puedan vencer a la tiranía; por lo que narra las jornadas revolucionarias en los astilleros navales de Gdańsk o Danzig, protagonizadas por los obreros del Solidarność, en el verano de 1980.
Ese mismo año, Winkiel (Marian Opania) una periodista radiofónica, más amiga del régimen comunista que de la verdad, debe cumplir una misión de difamación contra un destacado militante del Solidarność, que resulta ser Maciej Tomczyk (Jerzy Radziwiłowicz), el hijo del héroe del filme anterior, “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976)
Más allá de sus virtudes cinematográficas, Człowiek z żelaza (Man of Iron) destaca por ser un documento histórico, realizado prácticamente al tiempo que se desarrollaban los acontecimientos que narra, algo que es enormemente difícil de lograr, especialmente en una obra artística; sin embargo, Wajda alcanzó ese objetivo a plena satisfacción, y sin que ello le impidiese renunciar a sugerir su mensaje principal, mostrado a través de la lucha de 2 generaciones, la de Birkut y la de Tomczyk.
El triunfo de lo que éste último representa, es un homenaje a todos aquellos que, como su padre, comenzaron la lucha.
Y esa lucha era necesaria, porque hay combates que deben librarse, incluso para perderlos, porque otros los ganarán…
Todos los otros.
“Zdradziłeś ich.
Teraz władze zmiażdżą nas jak pluskwy”
(Usted los traicionó.
Ahora las autoridades nos aplastarán como chinches)
El director Andrzej Wajda fue uno de los mentores del Nuevo Cine Polaco, considerado como uno de los más relevantes de La Escuela Polaca de Cine; y narra una historia al estilo de una biografía sobre el cofundador del Solidarność, siendo uno de sus proyectos más personales; donde ambas películas “Człowiek z marmuru” (Man of Marble – 1976) y Człowiek z żelaza (Man of Iron) indicaban el interés del director en Solidarność, enmarcado en una conversación que Lech Wałęsa mantuvo con la periodista Oriana Fallaci, poco antes de ser detenido durante 1 año por su labor política a principios de los 80.
Aunque Wajda siempre defendiera que esta película no era una simple secuela del filme de 1976, lo cierto es que ambas son indisociables, no tanto por el hecho no menor de compartir personajes y fórmula narrativa, sino principalmente por el espíritu que las anima, siendo un fiel retrato de la realidad polaca, con un guión escrito en tan solo 6 días; por lo que el filme mantiene un tono documental, con bastantes imágenes de archivo que aporta enorme realismo y autenticidad, sin por ello renunciar al imprescindible componente dramático, que es desarrollado eficaz y coherentemente, uniendo la experiencia del padre con la del hijo, o lo que es lo mismo, el pasado con el presente, en un filme político, realizado a mayor gloria del movimiento polaco por la libertad, que se anticipa en el tiempo a la caída del régimen comunista; siendo una buena forma de introducirnos en la historia de la Polonia de aquellos años, y el impacto que supuso la presencia de Lech Wałęsa en ese contexto.
Sin embargo, para una clase más didáctica sobre los acontecimientos ocurridos, es mejor recurrir a las enciclopedias; y para un retrato ambiguo pero coherente del personaje, habría que reestructurar parte de la narración y decidirse por un marco, o bien la entrevista con Fallaci, o bien las imágenes libres que forman el puzle de la personalidad del Premio Nobel. Człowiek z żelaza (Man of Iron)
Es durante las huelgas en los astilleros de Gdańsk, a comienzos de los años 1980, que Maciej Tomczyk (Jerzy Radziwiłowicz), el hijo de Mateusz Birkut (también Radziwiłowicz),es un obrero marcado por la muerte de su padre, que decide unirse a Solidarność para luchar a favor de los derechos sociales.
El gobierno comunista de la por aquel entonces República Popular de Polonia, encarga a Winkel (Marian Opania), una empleada de la televisión de Estado, que se infiltre entre los obreros en huelga de los astilleros para investigar la actividad de Maciej y del resto de la organización.
Durante la investigación, Winkel conoce a la esposa de Maciej, una compañera de estudios y varios personajes que le ayudarán a reconstruir la trayectoria sindicalista de Maciej.
Comienza entonces una retrospectiva de la vida de Maciej, que se sitúa en los disturbios de marzo de 1968, varios años atrás.
Por aquel entonces, Maciej era un líder estudiantil, e intenta convencer a su padre para que apoye la lucha contra el comunismo; pero él, en un gesto protector y paternalista, se niega rotundamente, y prohíbe a Maciej unirse a la manifestación.
Ya llegado el año 1970, los obreros polacos se sublevan de nuevo, y en una de las confrontaciones con la policía, muere su padre, por lo que Maciej se ve obligado a ir a un centro psiquiátrico.
Tras un tiempo en el asilo, Maciej regresa dispuesto a abandonar sus estudios por Solidarność, y comienza a trabajar en los astilleros, pero pronto es despedido tras intentar reconstruir los hechos de la muerte de su padre, por lo que el director del astillero descubre los trapos sucios de Maciej, y lo despide.
Ya sin trabajo, Maciej se dedica a escribir textos en contra del gobierno y del comunismo polaco, y es encarcelado 3 meses; y mientras cumplida la condena, Maciej se reincorpora a los astilleros de Gdańsk, y continúa activo en la movilización obrera, que estalla en 1980 en forma de huelga.
El resultado de esta huelga, es la fundación del sindicato obrero Solidarność.
Winkel, una vez ha averiguado toda la historia de Maciej, se da cuenta de que es víctima de una manipulación y, a pesar de la presión ejercida por su jerarquía, presenta su dimisión, y se acaba juntando los sindicalistas; así la vida del protagonista se va desmenuzando a partir de los recuerdos, cómo se gestó su compromiso social y su liderazgo; y lo que se presenta ante la cámara, es un hombre que poco a poco comienza a interesarse por las injusticias sociales, a menudo a pesar de sus compromisos familiares.
El tono cronológico que Wajda intenta imprimirle al asunto no parece, sin embargo, ser la mejor elección, aunque intenta darle una continuidad a las acciones de Wałęsa; detalles que sin embargo no acaban de encajar, provocan que al final, el espectador con una leve idea sobre la trayectoria del sindicalista tenga que acudir a otras fuentes para despejar confusiones; porque es compleja la descripción que se hace de la participación de Wałęsa en las huelgas de 1970, unas protestas que se saldaron con muertos y, según el filme, con la propuesta escrita de que Lech colaboraría con el régimen como informador, así como la fundación del propio sindicato o los 10 años que transcurren entre ambas revueltas, muchos de los cuales, Wałęsa pasa desempleado por culpa de su activismo.
Además, los “recuerdos” que surgen en la conversación con Fallaci, que tuvo lugar en 1980, sobrepasan el marco cuando comienzan a contar cosas ocurridas tras ese año, mientras la estructura continúa acudiendo a la entrevista.
La dificultad que comporta ordenar mentalmente lo que ocurre en pantalla, y que parece ser sucesivo pero que tiene un orden más arbitrario, es sólo una de las dificultades que Wałęsa, la esperanza de un pueblo, tiene que sortear.
Así, la tendencia a ensalzar parte de la figura que se ve que provoca turbulencias, aún hoy en la sociedad polaca, no hace mucho él pretendía sacar a los diputados homosexuales a la calle por representar a una minoría; es otro flaco favor que se le hace a un retrato que parece querer abarcar todos los matices de la personalidad del líder pero que, de tanto dar pinceladas, se pierde.
Dice Wajda que éste probablemente haya sido el filme más complicado de hacer de su vida, y a tenor de la información que circula sobre el protagonista, y lo difícil que es reducir el carisma a 2 horas de celuloide, merece la pena admirar el intento; y como tal, es la continuación de un film realizado también por el director que toma como hilo conductor a la periodista, Winkel, que es chantajeada por un agente del estado para que espié y se entere de toda la vida de Maciej Tomczyk, bajo las órdenes de Lech Wałęsa, que también participa en la cinta interpretándose a sí mismo, ya que el sindicato se ha puesto en huelga en los astilleros de Gdańsk, mantiene paralizada a la ciudad, y tiene en jaque al gobierno; siendo a través de diferentes entrevistas que mantiene Winkel con diferentes personas que han conocido a Tomczyk, que vemos cómo ha sido su lucha desde joven por los derechos de los trabajadores, y lo que ha sufrido.
Pero este filme aclara el final del anterior, que dejó la muerte de Mateusz Birkut ambigua, y afirma explícitamente que él murió en enfrentamientos en los astilleros en 1970.
Estas películas “gemelas” de Wajda, cuentan así la historia multigeneracional de la lucha polaca por la libertad y la justicia, en la era posterior a La Segunda Guerra Mundial que terminó en la década de 1980, con el Solidarność.
Los 2 filmes abordan el tema al examinar la historia de un trabajador principal, Mateusz Birkut, que se hace una “estrella socialista”, solo para verse derrotado por el corrupto sistema gubernamental; y su hijo, Maciej Tomczyk, quien continúa con la lucha de su padre, a través de la huelga estudiantil de 1968, y las huelgas de 1980.
Sin embargo, las películas enfocan sus historias, no directamente sino a través de la búsqueda de 2 diferentes reporteros de televisión/cine, Agnieszka y Winkel, para descubrir la verdad sobre ellos.
De esa manera, Wajda mezcla una cantidad de formatos de película diferentes para ayudarnos a sentir la complejidad de la relación de la película al pasado, especialmente en lo que respecta a la censura y propaganda gubernamental, como:
El metraje real del período, imágenes ficticias no utilizadas del período socialista, documentales ficticios del período socialista, “flashbacks” extendidos que recuerdan las personas involucradas con ambas historias; la inclusión ficticia de 2 individuos reales, Lech Wałęsa y Anna Walentynowicz, interpretándose a sí mismos en una boda; el modo “biopic”, el marco narrativo de la cultura de los medios, etc.
En resumen, las películas de Wajda pretenden reconstruir verdades reales sobre el pasado real, usando una historia ficticia de un padre e hijo, mientras los enmarcan dentro de la lucha para que los medios acepten el pasado real a través de la memoria de los entrevistados, incluso mientras buscan la verdad debajo de la historia oficial del estado controlador.
Esto es algo más complicado, cuando reconocemos que toda la historia, en cierta medida debe construir su narrativa de eventos en torno a un uso selectivo de hechos históricos, elaborando una trama con personajes, y analizando causas en ciertas direcciones; y se establecen para reflejar la historia, ya sea como documental, incluso si no son simples dramas; deben comprimir o condensar información sobre el pasado, puede tener que desplazar o alterar eventos para ayudar a estructurar sus dramas, y puede tener que reflejar en el diálogo o personajes compuestos, lo que tuvo lugar de otra manera en el eventos actuales.
En este caso, la indagación de Wajda no es acerca de acontecimientos pasados, sino de sucesos del presente, concretamente la huelga desatada a lo largo de 1980 en los astilleros de Gdańsk, que vería el triunfo del Solidarność, así como el comienzo de la decadencia final del régimen comunista.
Ahora es una periodista, alcohólica y desmovilizada ideológicamente, quien va a protagonizar la investigación acerca de la huelga, labor para la que es comisionada por sus jefes, que tratan de recabar información que permita al estado socavar la huelga.
Si en el primer filme era Birkut el símbolo de la lucha de los trabajadores, aquí lo es su hijo, Maciej Tomczyk, uno de los líderes de la huelga, secundando a Lech Wałęsa.
Los personajes, en general bien interpretados, muestran una amplia variedad de posturas y actitudes ante los hechos narrados, empezando por el propio Winkel, su paulatino cambio de actitud se identifica con el de la mayoría de la sociedad polaca, y siguiendo por aquéllos que encabezan la lucha o por los que hacen lo posible por liquidarla.
El conjunto, de gran veracidad, resulta beneficiado por un adecuado montaje y un buen guión; elogiar de inmediato tanto el “casting” como la actuación de Marian Opania, como Winkiel, quien transmite de manera excelente a una periodista televisiva muy creíble; cuyo estilo de vida puede ser típico de la profesión…
Somos testigos y compartimos sus esperanzas y ansiedades, de exprimir la tela que usaba para limpiar el vodka de la botella que acababa de romper en una taza de cepillo de dientes, sus otras partes mentales y físicas, y las situaciones muy reales de cortes de corriente y huelgas que afectan todo, como los teléfonos, etc.
Cabe señalar que Anna Walentynowicz y Jerzy Borowczak se interpretan a sí mismos, y Lech Wałęsa tiene un papel activo en la película, como invitado de la boda de Agnieszka y Maciej, convirtiéndose en el único ganador del Premio Nobel de La Paz que tiene un papel en una película que ganó La Palme d’Or.
La historia en sí, sugiere una lealtad de los trabajadores hacia La Iglesia Católica, lo cual es una sorpresa, teniendo en cuenta que en Los Países Bajos, las uniones católicas se desvanecieron ya en los años 70; y los polacos son obviamente diferentes, entre otros, debido a la población relativamente grande de pequeños agricultores conservadores; y así simplemente somos testigos del establecimiento de una unión católica en un estado bolchevique; y ahora podemos entender al reportero, que representa los intereses de los medios, que aprecia la libertad y la objetividad que acompañan a la pluriformidad social, y abraza a Solidarność después de su reconocimiento formal, pero no un momento antes.
Y podemos sentir empatía con el intelectual recalcitrante, que protesta contra la represión de la clase trabajadora; por tanto, el estado de confusión permanente, que impregna a todos los personajes de la película, parece justificado.
Además, para comprender completamente Człowiek z żelaza (Man of Iron), es necesario que la película de 1977, sea necesariamente vista; de lo contrario, será una experiencia confusa y difícil comprender las motivaciones, las emociones y el trasfondo político de los personajes, también se necesita investigar más sobre lo que sucedió en Polonia entre 1960 y 1980; de esa manera, entrar sin ninguna base al filme es casi un imposible; por lo que las cosas que hicieron de esta, una película inferior en comparación con la película anterior, es el tema político y la forma en que se usó en la película, en diálogos y escenas extensos que fueron un poco molestos y algo confusos en la presentación.
Y es que el guión cubrió un tema más complejo, y entrelazó los “flashbacks” recordándonos algunos de los personajes, y trayendo recuerdos de la primera película; lo que es muy difícil de poner en conjunto, pero la película tiene éxito en su gran mensaje, más del aspecto humanista de estar involucrado en la Solidarność y las huelgas, que el tema político demasiado racional hizo que esta película sea 10 veces mejor de lo que es.
Pero en conjunto, las 2 películas señalan, “conocer el pasado es muy importante para que podamos construir un futuro mejor”, y que los espectadores presten atención a los momentos pasados que se presentan aquí, para que puedan comprender su futuro, y toda su lucha; y si no tienes idea del movimiento Solidarność, el elemento emocional y universal está presente, por el amor de Maciej y Agnieszka, etc., pero Człowiek z żelaza (Man of Iron) es principalmente una historia de supervivencia y determinación frente a la corrupción y las hostilidades políticas; pues los polacos tomaron medidas increíbles contra su gobierno a finales de los años 60, y aquí vemos el final triunfante y culminante de estos esfuerzos.
De esa manera Wajda incorpora un documental interesante dentro de la película para hacerlo más efectivo y atractivo para su audiencia; y maneja también el punto de vista del individuo en el sistema comunista.
Una cosa fascinante, de ambos filmes, es la revelación de cuán impotente era el gobierno polaco:
Una dictadura, con control ideológico de la policía, los estudios cinematográficos, la prensa… no podía evitar que Wajda hiciera películas que los escoriaran.
Lo mejor que pudieron hacer fue censurarlos para la distribución polaca.
Y la esencia más profunda de la historia, parece ser que los sindicatos son indispensables, independientemente del sistema social en el que vivimos.
Atención especial a la banda sonora, sobre todo al tema de los créditos finales, son canciones de la época comunista que cuadran muy bien con el marco del filme haciéndolo muy realista.
“Wiesz dlaczego?
Ponieważ studenci i pracownicy działają w pojedynkę.
Kiedy się przeprowadziliśmy; powstrzymali się; teraz się ruszają i boimy się.
Zawsze będziemy gubić się w ten sposób”
(¿Sabes por qué?
Porque los estudiantes y los trabajadores actúan solos.
Cuando nos mudamos; ellos se contuvieron; ahora se están moviendo y tenemos miedo.
Siempre perderemos de esta manera)
El sindicalista, Presidente de Polonia y Premio Nobel de La Paz, Lech Wałęsa es un hombre repleto de claroscuros, de pasión y compromiso, de sacrificio y arrogancia, de generosidad hacia sus compañeros, y egoísmo frente a su familia.
Y para el 13 de diciembre de 1981, El Presidente del Gobierno, El Mariscal, Wojciech Jaruzelski, declaró La Ley Marcial, y encarceló a la mayoría de los dirigentes de Solidarność, que fue prohibido de nuevo el 8 de octubre de 1982.
Wałęsa fue uno de ello, siendo Presidente del Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre, “Solidarność”, hasta diciembre de 1981, siendo encarcelado durante 11 meses en el sureste de Polonia, cerca de la frontera con La Unión Soviética, hasta el 14 de noviembre de 1982.
En 1983, solicitó volver al Astillero de Gdańsk, a su antiguo puesto de electricista; y mientras fue tratado formalmente como un simple empleado, estuvo prácticamente bajo arresto domiciliario hasta 1987; y en 1983 recibió El Premio Nobel de La Paz; que no pudo recoger por miedo a que el gobierno no le dejase volver; siendo su mujer, Danuta Wałęsa, quien lo recibió; y que Wałęsa posteriormente donó el importe del premio al movimiento Solidarność.
La decisión de otorgarle El Premio Nobel de La Paz, no ha carecido de polémica para los comunistas, considerando que Wałęsa contribuyó a la desestabilización política y económica de Polonia, en su lucha contra el régimen comunista.
Levantada formalmente en julio de 1983, la Solidarność persistió solamente como organización clandestina; y a finales de los años 80, era suficientemente fuerte para frustrar las tentativas reformistas de Jaruzelski, donde las huelgas a nivel nacional en 1988, forzaron al Gobierno a negociar, y dejó de presentarse como sindicato, para hacer públicas sus pretensiones como partido político, especialmente de elecciones libres; y en un exceso de confianza, estimulado por Mikhail Gorbachov, que pretendía experimentar con las posibilidades, el gobierno cedió, perdiendo las elecciones.
Las negociaciones de la mesa redonda entre el gobierno y la oposición liderada por Solidarność, tuvieron como resultado las elecciones de 1989.
Y hacia fines de agosto de ese año, se había conformado un gobierno de coalición liderado por Solidarność, y en diciembre de 1990, Wałęsa fue elegido Presidente de Polonia; y poco después se continuó con el desmantelamiento del sistema gubernamental comunista, con la transformación a un estado democrático al uso occidental.
La supervivencia de Solidarność significó un quiebre en la postura de línea dura del comunista Partido Obrero Unificado Polaco (PZPR), lo que era un acontecimiento sin precedentes no solo para La República Popular de Polonia, perteneciente al área de influencia de La URSS y un sistema de organización política de Estado socialista unipartidista; sino para el todo El Bloque Oriental.
El ejemplo de Solidarność, contribuyó así a la propagación de ideas y movimientos anticomunistas a lo largo de los países del Bloque Oriental, lo cual debilitó a sus gobiernos; en un proceso que eventualmente culminó en Las Revoluciones de 1989, el llamado “Otoño de Las Naciones”, auspiciado por las potencias occidentales .
Por su parte, Lech Wałęsa fue Presidente de Polonia de 1990 a 1995; y bajo su presidencia, Polonia cambió completamente, de un régimen comunista bajo la influencia de La Unión Soviética, a un país capitalista con una economía de libre mercado de rápido crecimiento, y un régimen político con un sistema multipartidista.
Sin embargo, su estilo de presidencia fue fuertemente criticado por la mayoría de los partidos políticos, y perdió mucho del apoyo público inicial a finales de 1995.
Wałęsa perdió las elecciones presidenciales de 1995; y después de las elecciones anunció que iría a un retiro político, pero ha permanecido activo, tratando de establecer su propio partido político.
Wałęsa es conocido por su ferviente catolicismo; y el 1 de marzo de 2013, declaró que los diputados homosexuales deberían sentarse fuera del Parlamento, puesto que representan a una minoría:
“No quiero que esta minoría, con la que no estoy de acuerdo pero que tolero, se manifieste en la calle y haga girar la cabeza a mis hijos y nietos”, también dijo que los homosexuales tienen poca importancia como minoría, y por tanto tienen que “ajustarse a las cosas pequeñas”, a lo que Robert Biedroń, miembro del Parlamento respondió:
“Si aceptamos las reglas propuestas por Lech Wałęsa:
¿Dónde se sentarán los negros?
Ellos también son minoría.
¿Y qué tal las personas con discapacidad?”
¡Muy MAL Lech Wałęsa!
Por otra lado, en diciembre de 1989, Warner Bros., intentó producir una película “importante” sobre Wałęsa, que se realizará en 1990, y se estrenaría en 1991.
La compañía pagó a Wałęsa $1 millón por los derechos para producirla, pero nunca se hizo, y ese pago provocó controversia en Polonia, cuando 5 años más tarde, surgió que Wałęsa ocultó estos ingresos para evitar el pago de impuestos.
La oficina de impuestos de Gdańsk, inició un caso de fraude fiscal contra Wałęsa, pero luego fue desestimado, porque el plazo de prescripción de 5 años ya se había agotado…
¡Vaya usted a saber!
Finalmente, no que nos interesa, en los años 1990, la influencia de Solidarność sobre la escena política de Polonia disminuyó; y en 1996, se fundó un brazo político del movimiento sindical, La Acción Electoral Sindical (AWS), que ganaría las elecciones polacas parlamentarias en 1997, para perder las siguientes elecciones de 2001, después de realizar una política de corte conservador.
Desde entonces, Solidarność ha tenido poca influencia como partido político, aunque se convirtió en el sindicato más importante de Polonia.
De sus activistas más notables, el arresto de la sindicalista polaca y cofundadora de Solidarność, Anna Walentynowicz en la famosa huelga, se convirtió en un lema organizador.
“¡Traer a Anna Walentynowicz de vuelta al trabajo!”
Y en los primeros días de la huelga de Gdańsk, ella es mencionada por algunos como “la madre de la Polonia independiente”, siendo una de los muertos en el accidente aéreo de La Fuerza Aérea Polaca de 2010, cerca de Smolensk en Rusia, que también cobró la vida del Presidente de Polonia, Lech Kaczyński; La Primera Dama, Maria Kaczyńska, y muchos otros prominentes líderes polacos, mientras se dirigían a conmemorar el 70° aniversario de la masacre de Katyn, durante La Segunda Guerra Mundial.
Anna Walentynowicz tenía 80 años.
En Polonia aún existe un sindicato que se continúa denominando Solidarność, que cuenta en la actualidad con 1,5 millones de afiliados; siendo esa organización, el catalizador para la ruptura del comunismo en Europa Central y del Este, y La Unión Soviética, así como representó el final de La Guerra Fría y una nueva estabilidad en Europa; y de hecho en el mundo.
Solo teniendo esto en cuenta se puede ver Człowiek z żelaza (Man of Iron), y realmente apreciar lo poderosa que es.
“21 żądań, które przedstawiliśmy w 1980 r., Nadal ma znaczenie.
Nic nie zostało spełnione.
Ludzie wciąż muszą walczyć o godność.
To skandal”
(Las 21 demandas que presentamos en 1980 siguen siendo relevantes.
Nada se cumplió.
La gente todavía tiene que luchar para ser tratada con dignidad.
Eso es escandaloso)
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