The Blair Witch Project

“I'm afraid to close my eyes, I'm afraid to open them”

Stephen King sabe de terror, aunque cineastas y escritores conozcan la fórmula, fue King el que sintetizó la idea en una frase:
“Lo que nos aterra es lo que tiene que ver con nuestros miedos más primitivos”
En particular King explotó ese filón con un puñado de novelas que ponían el dedo sobre la llaga de los terrores infantiles.
Lo que realmente nos asusta es saber que alguien está en la oscuridad y que puede abalanzarse en cualquier momento.
La base está en que el horror más profundo es el que reside en nuestras mentes.
Son las fobias.
Como cuando éramos niños, que debíamos entrar a un cuarto oscuro y buscar a tientas la llave de la luz... sin saber si algo o alguien estaba esperando en las tinieblas y nos iba a tocar la mano.
Esos temores lo acompañan a uno de por vida.
Los documentales falsos o mockumentary en inglés son conocidos desde la década del 60.
En general este formato, presentar una gran mentira adornada de numerosos ribetes formales que le dan aires de veracidad, usualmente es utilizado para elaborar sátiras.
Pero sin dudas el padre de la idea es Orson Welles, que aunque no filmó nada, su legendaria emisión radial de War Of The Worlds en 1938 tiene todas las características sobresalientes del formato.
Una historia truculenta presentada como verídica, testimonios y escenas pre armadas para reafirmar la verosimilitud de los hechos, y su intención de manipular al espectador una vez que el concepto ha sido comprado.
Si uno quiere, un mockumentary no es más que un elaborado estudio del funcionamiento de la mente humana frente a la mentira: planteada ésta, se elabora todo un sistema de falsas creencias que tiende a saltar precisamente en aquellos momentos en que el espectador comienza a dudar de la historia, allí aparecen los paños fríos que consolidan su pseudoveracidad.
El director anticipa los momentos de duda del espectador y elabora mecanismos para abatirlos, con lo cual termina por incrementar su poder de manipulación sobre la audiencia.
Obviamente es un trabajo mucho más delicado que el de un director común, pero a la vez le brinda una capacidad de influencia colosal; si el tono y las imágenes son adecuados, el cineasta termina por trabajar directamente en el subconsciente de los individuos.
Es decir, no ha atrapado.
The Blair Witch Project es cine de miedo en estado puro mediante imágenes que producen sensaciones físicas en el que las contempla.
Una nueva forma de hacer cine y de repercutir en los espectadores ha tomado forma por fin y de la manera más brillante posible.
“What the fuck is that?”
The Blair Witch Project es una película de terror estadounidense de bajo presupuesto estrenada en el año 1999.
Fue dirigida por el cubano Eduardo Sánchez y el norteamericano Dan Myrick, a partir de un guion propio.
Protagonizada por Heather Donahue, Michael Williams y Joshua Leonard.
The Blair Witch Project generó una importante campaña de marketing viral en internet, promocionando su historia como basada en hechos reales.
Con un presupuesto estimado en apenas unos 22.000 dólares, la cinta recaudó la excesiva cifra de 248 millones de dólares aproximadamente, convirtiéndola en la película de cine independiente más rentable de toda la historia.
Para conseguir que The Blair Witch Project fuera una filmación sin precedentes, los autores de la película emplearon una técnica particularmente desacostumbrada y de gran riesgo:
"La filmación del procedimiento".
El objetivo era lograr una sensación de realismo absoluto emulando las imperfecciones y el caos del rodaje de un auténtico documental de gran impacto.
A diferencia de otros pseudo documentales, en ningún momento nos interrumpe un narrador para dar explicaciones o tranquilizarnos.
Esta decisión ayuda mucho a eliminar el tono clínico y frío del que con frecuencia sufre los documentales y elevan la obra a otro nivel, mucho más visceral, que nos permite sumergirnos en las situaciones y casi experimentar las emociones que sienten los protagonistas.
Dado que se supone que los personajes están rodando una película, los actores fueron entrenados durante dos días en el manejo de la cámara en una "escuela cinematográfica", y luego se les abandonó a su suerte.
Improvisaron de principio a fin; The Blair Witch Project fue rodada en tiempo real a lo largo de ocho días.
El resultado fue algo más parecido a unas maniobras de supervivencia que a un plató cinematográfico.
La enfermiza contemplación de las granulosas imágenes, los constantes desenfoques, los planos aberrantes, el movimiento frenético de la cámara producen auténticas sensaciones de pánico físico en la platea y cuando se ha conseguido este malestar corporal The Blair Witch Project avanza sin remedio hacia un final que se sabe trágico de antemano, de forma que uno se ve irrevocablemente atraído hacia un malestar mental.
Durante el rodaje, los actores se desplazaron de un punto predeterminado a otro punto predeterminado, encontrándose con actores establecidos al efecto y con civiles ocasionales, con quienes interpretaron escenas improvisadas.
La dirección se limitó a escribir notas y a pasárselas a los actores a lo largo del trayecto.
Esto fue bastante fácil durante los dos días que los actores estuvieron en la ciudad.
Pero se hizo mucho más difícil cuando se internaron en los bosques del Seneca Creek State Park de Maryland.
Aquí, los actores dependían de micro teléfonos del Global Positioning System (GPS) para desplazarse por entre los árboles, y el equipo de producción empleó el GPS y viejos y eficaces sistemas de rastreo para seguirles la pista.
Las notas, efectos personales, y alimentos les fueron suministrados por medio de cestos marcados con banderines de bicicleta de color naranja de gran luminosidad.
Pese a que, en términos generales, los actores recibieron información acerca de la naturaleza de lo que iban a afrontar con antelación suficiente, no fueron advertidos de los pormenores.
Eduardo y Daniel (directores) sorprendían a los actores dándoles sustos por las mañanas.
Era un trabajo nocturno para asustarles de veras, y se dice que alguno lloró de verdad.
Así, avanzaron a través de los bosques reaccionando sobre la marcha ante lo que iba presentándose, mientras lo iban rodando / grabando.
Curiosamente, el Departamento de Recursos Naturales del estado norteamericano de Maryland tomó la decisión de salvar del derribo la casa en que se rodó la escena final de The Blair Witch Project.
La casa tiene unos 200 años y se encuentra en estado de abandono.
“Are you a Religious Man, Sir?”
The Blair Witch Project significa el punto de encuentro de varios elementos fundamentales:
El uso de Internet para comercializar un relato de ficción como si se tratara de hechos verdaderos; la permanente búsqueda de alternativas distintas a las de los patrones estándar de Hollywood por parte del público; y el extendido anhelo, al final del siglo XX y a inicios del XXI, por hallar pruebas de que efectivamente existe lo paranormal y lo sobrenatural en un mundo como el nuestro tan científico y alejado de la espiritualidad.
Fue un ejemplo de "película oportuna estrenándose en el momento adecuado," promocionada por un nuevo medio: Internet.
The Blair Witch Project es un excelente ejemplo que para aterrorizar no es necesario ni millones de dólares en efectos especiales, ni inundar la pantalla con tripas.
Toda la puesta en escena es excelente, simplemente porque es creíble.
Las actuaciones son naturales, relajadas, verosímiles.
La parte más débil, que sería los hechos que dan lugar a la leyenda, son relatados de modo fragmentado y breve, de modo que uno no se detiene mucho a pensar si lo que dicen los testigos tiene mucho sentido.
Lo que lo hace coherente a The Blair Witch Project es el carácter natural de los personajes, y su interacción como grupo.
Desde el momento que les creemos a ellos, el resto es pan comido.
A pesar de que el escenario sea un bosque, The Blair Witch Project respira una atmósfera realmente claustrofóbica.
En realidad es una historia de pánico, las vivencias de un grupo perdido en un bosque enorme, que es algo que le podría pasar a usted y a mí.
La escalada de histeria es formidable, con los miembros yendo de la depresión a la euforia, las peleas y reproches, la desesperación a flor de piel.
Myrick y Sánchez lo único que hacen es agregar algo sobrenatural, alguien que los acosa desde las penumbras, que termina por volar por los aires los nervios crispados de los jóvenes.
El espectador está contagiado de la locura de los chicos cuando empiezan a aparecer las primeras señales de la bruja acosándolos.
Uno puede aceptar o rechazar por ridículas las señales, unas piedras amontonadas, unos muñequitos de madera colgados en el bosque, pero desde el momento en que usted está tan tenso como los jóvenes, todas esas locuras se transforman en ominosas señales de que algo maligno realmente los está acechando.
Si a esto se suma la escalada de tensión, con el paquete que descubre Heather con dientes y una lengua; los ataques nocturnos a la carpa; los gritos desgarradores en medio de la noche, es obvio que cuando llega el clímax, con los sobrevivientes corriendo y gritando en la cabaña abandonada del bosque, el corazón le da un vuelco al ver a Mike mirando fijo a la pared.
Eso es capacidad de shock sin derramar ni un litro de sangre.
Ya The Blair Witch Project a estas alturas es una marca registrada, es una forma de hacer terror de manera excéntrica.
Y por ello generó disímiles respuestas, desde obra maestra a una fallida producción que nada muestra más que mediocridad.
Mi parecer dista mucho de este último concepto, y la considero como una ingeniosa forma de salir del estereotipo de hacer terror mostrando, sino que las bases de fondo de The Blair Witch Project sea la subjetividad, la intriga, lo ansiógeno, y todos los elementos que nacen de la simpleza de la vida de unos adolescentes que tuvieron que vivir una pesadilla inesperada.
No se puede dejar de citar que The Blair Witch Project fue un fenómeno de masas, especialmente el público joven.
Aquel que se deja sorprender por lo oscuro y tenebroso que hay en un mito.
The Blair Witch Project tiene un lenguaje muy de adolescentes, con formas de expresión típica de ellos y creo que fue el sector hacia el cual se apuntó este proyecto.
A mi entender es efectivo, con simpleza se construye una buena pieza de terror.
Horror que insinúa, pero que atemoriza mucho más que la exposición con el objeto de miedo en forma directa.
Algo que es cierto y que debe tenerse en cuenta, es que en The Blair Witch Project no hay una clara línea divisoria entre realidad y fantasía.
Sólo el desenlace inclina la balanza hacia uno de los lados.
Ello siempre es positivo, porque el hecho que pueda llegar a ser real, nos cautiva, nos emociona, nos arma un mundo de conjeturas y el miedo escénico de un bosque oscuro nos deja pálidos de temor.
Desde ese punto de vista es una gran película, que esgrime como argumento más fuerte la insinuación de situaciones potencialmente tenebrosas.
The Blair Witch Project tiene un desarrollo correcto, se nos van aportando las distintas situaciones en tiempo y forma, nada se anticipa como para que perdamos el interés antes del desenlace.
Goza de buenas actuaciones, en especial Heather Donahue quien cautiva con registros dramáticos.
The Blair Witch Project es pura ambientación, sencilla, de dos pesos diríamos, con un clima denso, con mucho suspenso que es insinuado con estilo, sin demasiada (casi nada) parafernalia, ni soundtracks pegadizos.
Sólo el miedo, y el espectador, son los protagonistas cómplices de convertir a The Blair Witch Project en una gran obra de suspenso superlativo.
The Blair Witch Project es muy buena no por si misma si no por lo que significa, una senda alternativa a la monotonía y aburrimiento en el que habían caído las películas de terror, más precisamente las películas hollywoodenses.
Casi desapercibidamente se estableció una plantilla tipo para hacer filmes de terror con un asesino prácticamente inmortal estilo Jason de Friday The 13th o Mike Myers de Halloween, que más que personajes terroríficos se han degradado al nivel de delincuentes comunes o líderes de organizaciones criminales, litros de sangre y puñaladas a destajo, personajes unidimensionales, personajes secundarios inverosímilmente torpes y carnes de cañón, y en algunos casos provocan desearles el ser descuartizados, tramas simples y lineales, y carentes de toda lógica en algunos casos, sin suspenso y abusando del sobresalto, con miles de horrendos capítulos y pésimos remakes, algunas de ellas solo se diferencian de un filme de acción por el origen medio sobrenatural del villano.
Escenas que pasarán a la historia del cine de terror y que no podré quitarme de la retina:
La escena en la tienda de campaña, las voces de los niños y la huida en plena noche.
El testamento improvisado de la llorosa protagonista... impagable.
La escena final, la casa con las manos ensangrentadas en las paredes, el chico en la esquina y el golpe de la cámara contra el suelo.
The Blair Witch Project es uno de esos filmes que quedan con uno.
Cualquiera que vaya de camping precisamente recordará, a su pesar, las vivencias de The Blair Witch Project.

“I just want to apologize to Josh's mom, and Mike's mom, and my mom.
I am so sorry!
Because it was my fault.
I was the one who brought them here.
I was the one that said "keep going south"
I was the one who said that we were not lost.
It was my fault, because it was my project.
I am so scared!
I don't know what's out there.
We are going to die out here!
I am so scared!”


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