House Of Sand And Fog

“Some dreams can't be shared”

Poesía hecha cine; House Of Sand And Fog es un buen ejemplo de drama adulto de calidad, me recordó que llorar no es gratuito.
Estamos frente a una de las mejores películas que he visto en mi vida y no tengo dudas en compartirlo con ustedes.
Muchos factores hacen de House Of Sand And Fog una preciada forma de entretenerse pero a la vez aprender, y mucho, sobre la cultura musulmana desde adentro y desde la sencillez de una familia que llega desde Irán a EEUU para encontrar la paz.
House Of Sand And Fog es una curiosa mezcla para hablarnos de la necesidad de cualquier individuo de tener un lugar en el que asentarse, en el que vivir y donde formar una familia con cierta estabilidad.
Pero una pequeña chispa puede desatar un infierno.
Un bosque aparentemente calmo puede ser devorado en instantes por enormes llamas.
La vida de una persona puede terminar en el desastre sin que un gran evento ocurra.
Un pequeño error, un olvido puede desencadenar acontecimientos que inevitablemente terminen en la desgracia.
¿Por qué somos los humanos tan avariciosos, tan egoístas, tan manipuladores, tan materialistas?
¿Por qué recurrimos a la xenofobia cuando algo no ocurre como queremos?
¿Acaso no tenemos nuestras vidas marcadas?
“Soon we will return to the flowers of Isfahan...
The mosques of Qom...
And to the fine hotels of old Tehran.
I have taken us so far off our course.
But now it is time to return.
It is time for us to go home, to our destiny”
Resulta que el oráculo había advertido a Edipo acerca de su destino: que mataría a su padre y se casaría con su madre.
Y esto racionalmente era inaceptable tanto para él como para cualquier ser humano.
Los griegos fueron, así, los primeros en hablar de esa predeterminación asociada muy estrechamente a la condición humana: la tragedia, ese sino que golpea, a veces, a unos más que a otros, pero del que, al parecer, no podemos escapar ni mucho menos evitar.
En la tragedia, los individuos parecen ser las marionetas de unos acontecimientos previamente diseñados sin la más mínima conmiseración.
Son estas las raíces en que se basa la ópera prima de Vadim Perelman, House Of Sand And Fog (2003)
Pero: ¿qué motivó a Perelman llevar a la pantalla una historia tan terrible?
El libro lo leyó en un viaje de regreso de Roma y debe haberse sorprendido que una casa pudiera generar tal tragedia, pues en su país de origen él, y su familia compartían un apartamento en donde vivían unas 13 familias al mismo tiempo, toda una experiencia de convivencia comunitaria.
La travesía de su salida a Occidente, junto a su madre después de la muerte accidental del padre, nos da a entender que también él ha vivido en carne propia situaciones límites y duras.
“Pesaram, she is a bird, a broken one.
Your grandfather used to say that a bird which flies into your house is an angel.
You must look upon his presence as a blessing”
House Of Sand And Fog es una ENORME película del 2003 basada en la novela homónima escrita por Andre Dubus III.
Protagonizada ENORMEMENTE por Ben Kingsley (Massoud Amir Behrani), Jennifer Connelly (Kathy Lazaro), Ron Eldard (Lester Burdon), ENORME Shohreh Aghdashloo (Nadi Behrani) y ENORME Jonathan Ahdout (Esmail Behrani).
House Of Sand And Fog fue dirigida por el ucraniano Vadim Perelman en el que supuso su debut como director.
House Of Sand And Fog estuvo nominado a 3 Oscar: Mejor actor (Ben Kingsley), Mejor actriz secundaria (Shohreh Aghdashloo) y Banda Sonora (James Horner)
No hace falta ser un observador muy agudo, para darse cuenta que buena parte de los méritos del título que nos ocupa provienen de una base literaria rica en matices, que el realizador y guionista sabe trasladar a la pantalla, contando con un equipo técnico y artístico que –se nota-, se implicaron en un proyecto intenso y sensible.
No es poco para los tiempos que corren, encontrarse con un melodrama tan tierno y desesperanzado, tan lejano en apariencia y cercano en el fondo.
Y es que, a fin de cuentas, el ser humano es universal, y House Of Sand And Fog nos lo demuestra con una historia genuinamente norteamericana en el escenario elegido, pero generalizada en su alcance.
Muestra el devenir cotidiano de dos personas a las que el destino va a unir no de forma complaciente.
Por un lado nos encontramos con Kathy (Jennifer Connelly), una joven adicta a las drogas que no ha superado la muerte de su padre, quien le dejó como herencia la casa en la que vive en una localidad costera de California.
Su magro horizonte vital no hará más que iniciar una espiral hacia el abismo, cuando a partir de su desinterés pierda de forma incomprensible la propiedad de su vivienda.
Al no haber pagado una serie de impuestos sufrirá un embargo, abriéndose para ella una situación inesperada.
Causa y efecto.
El inmueble será comprado a un precio bajo por el coronel Behrani (Ben Kingsley), un hombre de mediana edad, casado y con un hijo, quien años atrás tuvo que huir de Irán a partir de la caída del régimen del Sha, teniendo que sobrevivir e integrarse forzosamente en el contexto de la sociedad norteamericana.
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A partir de aquí, lo sombrío, lo turbio, lo obsesivo va tomando fuerza, a esto contribuyen, en parte las siluetas, los contraluces y, en general, el trabajo fotográfico de Roger Deaking, y va instalándose como generador de lo trágico aun cuando ambas partes, Kathy y Behrani, finalmente lleguen a comprenderse en algún momento de la historia.
En este duelo, Perelman constantemente nos aclara la igualdad de condiciones de ambas fuerzas.
No por ser Kathy una chica con problemas de autoestima, es menos culpable o inspire más (o menos) compasión que Behrani; y tampoco este último, por ser inmigrante, genera una adhesión total hacia su causa.
Behrani (un memorable Ben Kingsley, sin dudas) maneja con mano fuerte los destinos de su familia y no acepta contradicciones a sus decisiones, como lo demuestra, la escena en que con violencia evidente le grita a la esposa, ante la protesta de ésta, su determinación de mudarse a una casa nueva.
De igual forma, algo sombrío en el pasado militar de Behrani, se maneja a lo largo del film sin que desaparezca del todo y sin que tampoco uno tenga el suficiente interés para querer saberlo: las huellas que indefectiblemente dejó el ejercicio del poder cuando era militar.
El veterano militar, un hombre con un gran conocimiento de la vida, encuentra en esta compra una manera de huir de un modo de vida dominado por el gasto, y con la mirada puesta en una operación especulativa que proporcione seguridad a su familia.
En la oposición de ambos caracteres, quedará marcada la relación que se establecerá entre Kathy y el agente de policía Lester (Ron Eldard), un joven en realidad débil, casado y con dos hijos, que encontrará en la muchacha un asidero dentro de su escaso estímulo vital.
Lamentablemente, la confluencia de ambos jóvenes no hará más que acentuar el pathos trágico de una historia a la que el destino ha marcado una conclusión llena de aparente infelicidad, pero que en realidad parece demostrar que la complejidad de la existencia, la propia configuración de la personalidad humana, y el peso de atavismos culturales y sociales, muchas veces están condenados al enfrentamiento.
Perelman hace en su primer film de demiurgo clásico eliminando de la historia cualquier elemento engañoso que pudiera llevar a una posible resolución racional del conflicto.
A manera de oráculo funciona esa primera escena donde vemos a Kathy (Jennifer Connelly) desde el balcón mientras una ambulancia se aleja, luego un paramédico le pregunta si es ella la dueña de la casa.
House Of Sand And Fog da, entonces, un salto atrás para contarnos su historia y la de Massoud Amir Behrani, inmigrante iraní, con esposa e hijos, antiguo coronel de las fuerzas militares del destituido Sha de Irán.
Pero ese prólogo nos advierte que lo que vamos a ver no será nada esperanzador, y esa sensación perturbadora acompaña al espectador a lo largo de la proyección.
House Of Sand And Fog sería la película perfecta para un premio colectivo de interpretación.
La sinceridad y entrega de Kingsley, Connelly, Aghdashloo o Eldard es tal, que en no pocos momentos se tiene la sensación de contemplar no al actor, sino al personaje que interpretan.
Soberbia es la interpretación de Ben Kingsley, con un complejo personaje de convicciones firmes y una dignidad intachable, muy bien dibujado en el guión y magistralmente incorporado de manera contenida, con una mirada que deja vislumbrar un pasado glorioso, nostálgico y una mentalidad profunda y culturalmente religiosa.
También el pasado de Kathy está dolorosamente asumido por Jennifer Connelly, que experimenta una soledad existencial, hundida en responsabilidades que son vistas a través de su “modus vivendi”
La buena dirección de la pareja protagonista aporta, por otra parte, toda la fuerza dramática necesaria para enganchar a un espectador que vivirá con ellos sus mismas tragedias existenciales.
De acuerdo con las mentiras y la volatilidad que caracterizan las vidas de Kathy y Behrani, incapaces de confesar a sus seres queridos los desesperados momentos por los que atraviesan, la acción transcurre mayormente en automóviles, aseos, cabinas telefónicas, despachos y oficinas, descampados, cabañas, exteriores nocturnos…
Lugares donde desplegar el anonimato, espacios que no pueden definirse como de identidad ni como relacionales o históricos, espacios que no son lugares antropológicos y que, por tanto, no integran los lugares antiguos, los lugares de memoria, de recuerdo agradable para la posteridad.
Curiosamente rescato al hijo de la pareja, el joven Jonathan Ahdout, cuya anterior experiencia en la actuación se limitó a obras de la escuela, fue elegido como Esmail Behrani dos días antes del inicio de la filmación.
Su audición original no había impresionado a Vadim Perelman, pero cuando este empezó a tener dudas sobre el actor que finalmente había contratado, pasó revista a los videos de las audiciones y vio algo en el rendimiento de Ahdout.
Perelman lo llamó para reunirse junto con Aghdashloo y la química entre ellos convenció a Perelman de que el niño era perfecto para el papel.
¡Y lo fue!
Es destacable también el odiado personaje de ayudante de Sheriff, que es el que más evoluciona, por lo que es capaz de hacer, así como por los medios que es capaz de utilizar, evidenciando el poder, o el abuso del mismo, que las personas que lo ostentan pueden llegar a ejercer con tal de conseguir lo que se pretenden.
Eldard es el tipo americano capitalista, soberbio y conservador, nublado por el poder efímero de la falda femenina y que cegado, es capaz de todo y perderlo todo en el intento, un suicida, que si bien junto con Connelly no llegaron a perpetrarlo, son muertos en vida, en una vida donde deberán cargar con el recuerdo de 3 seres extraños que jugaron bien un juego y perdieron.
El conjunto de personajes elegidos y la evolución moral y axiológica de los mismos, donde los que en un principio parecían de una manera, o apegados a unas determinadas convicciones, se pasean por House Of Sand And Fog cambiando de una manera normal y coherente sus puntos de vista.
Todos evolucionan en función del amor, unos hacía una persona del sexo opuesto, otros hacia la familia y la vida de boato (ostentación) anterior, y otros hacia una casa que costó ser adquirida en tiempos anteriores y que unen a todos irrevocablemente a la niñez.
Unas interpretaciones que demuestran al séptimo arte como verdadera manifestación de la esencia cultural del ser humano.
“I didn't come to America to live and walk the streets like a filthy Arab!
I came to America to LIVE!”
House Of Sand And Fog trata, sin duda alguna, de una sensación difícil de describir, pero fácil de entender para cualquiera que contemple su resultado.
La elegancia y precisión de su planificación, el acierto de su montaje, que es un elemento considerable a la hora de mostrar el devenir paralelo de sus personajes protagonistas, la delicadeza y aliento trágico de su banda sonora o las tonalidades de su paleta fotográfica, saber crear atmósfera, integrarse en la historia y amar a los seres que pueblan la función, con sus contradicciones, sus matices terribles y tiernos al mismo tiempo.
Todo ello le permitirá recrear un microcosmos que revela las causas y los efectos de un entorno, de su desarraigo, y unas soledades que buscan encontrarse sin acierto, y finalmente solo alcanzarán el caos de la imposible convivencia, por más que en muchas ocasiones prime en sus relaciones el afecto y la comprensión.
Afortunadamente, House Of Sand And Fog logra en su conjunto centrarse y amar a sus protagonistas y se muestra preciso en el apunte, el detalle, y la mirada aparentemente descuidada.
Es por ello que la descripción de este reducido entorno humano resulta atractiva desde los primeros minutos, prendiendo la narración en el espectador, ya que le permite ser partícipe del devenir de seres con los que se siente cercanos.
Seres a los que determina su pasado hasta el punto de marcarles un futuro inevitablemente trágico, pero ante el cual prácticamente no pueden más que asumir el mero hecho de vivir la expresión vital que el destino les ha deparado, como si de una espiral centrífuga les consumiera.
Y por último, es alabable el uso que se hace en House Of Sand And Fog del debate sobre de quién debería de ser la casa, pues se aleja de todo maniqueísmo, permitiendo al espectador entender ambas posturas.
“The woman's house was taken from her because she did not pay her taxes.
That happens when one is not responsable”
House Of Sand And Fog muestra lo que tiene que mostrar y cuenta lo que necesita contar, sin importar lo fuerte y problemática que resulta ser.
Demasiadas cosas malas en más de 2 horas de metraje, las cuales pierden esperanzas de recomponerse en cada momento, sin juicios de valor, sin falsos moralismos, sin salidas fáciles, puro egoísmo y finalmente, la obstinación.
No hay culpables, pero tampoco inocentes.
Más que una película, House Of Sand And Fog es un fragmento de vida, con todas sus complejidades, inseguridades y contradicciones.
He ahí su gran merito.
La escena para el recuerdo, el inicio y todo el metraje a partir del disparo al hijo hasta el inesperado desenlace.
Destaco el personaje de Ben Kingsley, darle el actor los rasgos que pueden caracterizar perfectamente a un hombre de un país como Irán no tiene precio, donde la mujer apenas tiene autoridad, y que, sin embargo, es capaz de respetar y comprender las normas de los EEUU, sin querer meterse en problemas, es digno de admirar y reflexionar.
House Of Sand And Fog es una historia sobre el orgullo y la búsqueda de un lugar en el mundo, con su intimismo y la mirada contrapuesta al sueño americano, mostrando por el contrario esas grietas y puntos débiles de su sociedad contemporánea.
Imbricándose en suma, el contexto de un melodrama con progresivos tintes trágicos, que revela más allá de sus apuntes puntuales e incisivos en torno al contraste de culturas, la tenue barrera que existe en el ser humano a la hora de mostrar su lado más terrible o compasivo en función de las circunstancias vitales que le rodeen.
Además, House Of Sand And Fog escarba en las deficiencias del sistema legal, en la incompetencia jurídica y en las terribles consecuencias que pueden acarrear sobre el comportamiento humano.
Clara denuncia del sistema judicial/legal americano, del "escondido" odio a lo que es distinto (al extranjero), de la manipulación que cualquier mujer bella puede ejercer sobre cualquier hombre, y de la prepotencia de un hombre con una pistola.
House Of Sand And Fog se pasea por todos los temas que presenta el vivir en sociedad, por los argumentos legales que cada uno cree tener a su favor, por los derechos que tienen las personas más allá del dinero; y se convierte en un durísimo alegato con un final estremecedor.
Hay gente que es capaz de cualquier cosa cuando se ve en una situación desesperada, se la haya buscado o no.
House Of Sand And Fog es una película intensa que no pierde ritmo en ningún momento, te toma de la mano y no te suelta debido a su inagotable ímpetu trazado con una regularidad trepidante de principio a fin.
La historia sigue las alternativas propias de un litigio por la propiedad de un inmueble.
Así iremos conociendo a los polifacéticos personajes que irán entrando en juego y que dirimen la legitimidad de habitar la casa.
Un planteo que pone al espectador en una posición sumamente neutral, donde es difícil tomar partido y ponerse del lado de una parte, dada la ambigüedad de la situación.
Por ello, la trama se va entretejiendo de tal forma que las circunstancias se van complicando cada vez más, tanto como la terquedad y el egoísmo humano entran en juego y se apoderan de la narración.
House Of Sand And Fog un drama psicológico, planteo de los conflictos enfrentados y de antagonistas que no deberían serlo.
En los dos hay un común denominador: la persecución de un sueño, que como tal, simboliza la realización de un deseo, el que hay que concretar por imperiosas razones.
Si bien se enfrentan dos culturas y dos visiones diferentes del sentido de la propiedad, también lo son respecto a los valores morales y las necesidades económicas.
Ambos protagonistas provienen de una perdida tan importante que ha colocado en peligro su identidad, y se aferran a recuperarla de diferentes maneras.
El pasó de ser alguien bien conocido en su país de origen a comenzar de cero como inmigrante, y es lo que da fuerza a su lucha, parece que persigue solo el símbolo del sueño americano, que restañara todas las pérdidas anteriores.
Ella lucha por conseguir lo propio y no perder lo que le queda al salir de una historia de un pasado solitario, depresivo y tortuoso en el que su adicción a las drogas la lleva a los abandonos y pérdidas.
Lo hace luchando con una fuerza desmedida, por una propiedad que nunca sintió propia, pero donde la necesidad de la pertenencia es más fuerte que el riesgo de correr cualquier peligro.
En House Of Sand And Fog es muy interesante el análisis de las dos personalidades tan opuestas, el militar, de aspecto adusto, calvo, con códigos de honor y moral rígidos que contrasta con los límites morales difusos en la vida de la protagonista y su adicción a las drogas.
¿Dónde está la belleza de House Of Sand And Fog?
Está en las tomas de la casa rodeada de niebla, a veces para representarla atractiva y a veces para mostrarla tenebrosa; está en la Connelly, que te desgarra con el sufrimiento de su desesperación; está en Kingsley, que te muestra la lucha de un hombre por sus convicciones y por lo que considera justo; está en Aghdashloo queriendo amoldarse a una vida en un país extraño en busca de felicidad; está en Ahdout amando a su familia, manteniendo la tradición sin perder la identidad ante un futuro prometedor; está en Eldard queriendo salir de un entorno del que no logra salir jamás y que resultara el ser el responsable de toda la avalancha, todos y cada uno de ellos victimas del Estado, la sociedad y las normas capitalistas.
En House Of Sand And Fog hay tristeza y hay dolor.
La tristeza de lo que se ha perdido de forma irrecuperable, que los deja, parafraseando al tango, con el dolor de ya no tener.
House Of Sand And Fog no es una película sobre los bienes materiales.
Aquí no se lucha por una casa, sino por el sentido de pertenencia y de arraigo de las personas, y la necesidad de mantenerse integro y ser feliz.
House Of Sand And Fog trata sobre todo del oscuro pasado del que se intenta huir, acerca de las personas que se pierden en las zarpas de su propia fragilidad, acerca de los prejuicios, acerca de los traumas que oprimen por dentro, de los errores, de las decisiones desesperadas, y de las formas de reaccionar cuando nos sentimos amenazados, agraviados o simplemente abandonados.
Existe una especie de comunión insondable entre la casa, la niebla, el sol y el paisaje, pero nada se advierte cercano, sino que todo parece encontrarse muy lejos, como si la bruma fuese a tragarse a los que se aventurasen dentro de ella para no dejarlos llegar al otro lado...
Esa impresión me transmite a veces la atmósfera remota y casi irreal de un lugar que no las tiene todas consigo.
House Of Sand And Fog es una película dura, ciertamente, una obra que nos habla de nuevo sobre esa ausencia de escape a cierto destino trágico que parece seguir acompañándonos desde los griegos.
Todo lo que se tenía que decir, se ha dicho.
No cabe sino la re contextualización.
Todos habitamos gustosamente esa casa de arena y niebla.

«No hay realidad, no hay historia, sino un simulacro de la realidad y la negación de la historia»

“I miss my dad.
He worked really hard for that house...
It took him... thirty years to pay it off.
And it took me eight months to fuck it up!”


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