Gaslight
“Jewels are wonderful things.
They have a life of their own”
Se conoce como Época Victoriana, al período en el que Inglaterra estuvo bajo el gobierno de la Reina Victoria, entre 1837 y 1901.
Esta era introdujo un status social para la mujer, diferente al que venía teniendo hasta ese momento.
Hasta ese momento, el ideal de mujer tenía que ver con su misión:
Ser una esposa, madre e hija perfectas.
Se la consideraba como la guardiana de la moralidad, y de la decencia.
Para los Victorianos, la familia era el eje central de sus vidas, y el hogar, el lugar idílico donde cuidarla.
El modelo familiar de esta clase media y alta, era la propia Reina Victoria y su amado esposo Albert.
El matrimonio real y sus 9 hijos, eran el espejo en el que las familias británicas se miraban:
Un hogar pacífico, amoroso y respetable.
En el rol familiar, el padre era el encargado de mantener a la familia, y sus decisiones eran incuestionables.
El papel de la mujer era el de ser buena esposa y madre, de hecho, hasta 1882, una mujer casada era propiedad de su esposo; la mujer era como decía el poeta:
“El ángel del hogar”
Era índice de buen estatus, estar casada con una persona de cargo, o estatus social alto, y que sus hijas lograran la mismo.
Matrimonios por conveniencia en la mayoría de los casos, y dedicadas al hogar, anfitrionas del mismo, y dirigir todas las labores del mismo.
La mujer en esa época solo servía para aprender música, a bordar, coser, etc. todo desde niña.
Luego casarse a conveniencia de sus padres y tener hijos; y vivir dentro del hogar.
Mientras que el hombre... no poseía restricción, inclusive podían pagarle a un montón de mujeres de vida airada, ya que fuera de su casa, daban rienda suelta a la lujuria.
Las mujeres debían ser respetables, y no podían formar parte del entorno público de la ciudad.
La visita dominical a la iglesia, por ejemplo, y las veladas cantando alrededor del piano, todas las jóvenes eran instruidas en piano y canto, jugando a las cartas, o haciendo labores mientras el padre leía en voz alta pasajes de la Biblia, eran parte de la vida cotidiana de la familia victoriana.
Por su parte, los sirvientes vivían en la planta baja; el número de sirvientes en una casa, dependía de la capacidad económica de la familia.
Las familias de clase alta, contrataban a un gran número de sirvientes; cada uno de ellos, usaba un uniforme diferente según su trabajo y su rango dentro del “staff” de los sirvientes; y todos ellos se reunían en un “hall” habilitado para ellos.
La mujer rica, entonces, permanece aislada en el hogar, dedicada a consumir, manteniendo así la sociedad industrial y mercantilista; y la mujer obrera es una mano de obra barata, pieza clave en la revolución industrial.
Se acepta siempre a la mujer en profesiones y actividades subordinadas, pero no en aquellas que puedan significar competencia con el hombre, en cargos de relevancia social, profesional, o económica.
La mujer que permanece en el ámbito privado, realiza la función de “ángel del hogar”, que aporta valores humanos al hombre, y lo purifica de la contaminación que supone la lucha en el mundo económico-social, pero esta misma mujer, es una fuente potencial de descontrol, si se separa del rol establecido.
Asimismo, en cada mujer queda representada la dualidad:
La belleza exterior, oculta la suciedad interior que debe ser expulsada para evitar que la mujer se convierta en “la loca del ático”
A las mujeres, se les exige un comportamiento social más controlado que al varón, su deseo sexual debe ser reprimido, pero al mismo tiempo, se afirma que las mujeres son seres influenciables por todos los estímulos.
La mujer debe dejar su cuerpo fuera de todo control que inhiba la salida al exterior de su flujo menstrual, pero tiene que reprimir sin embargo, su deseo sexual, siendo la manifestación de éste, una de las causas de ser considerada enferma mental.
“I am mad.
I'm always losing things and hiding things and I can never find them, I don't know where I've put them”
Gaslight es una película estadounidense de suspenso, del año 1944, dirigida por George Cukor.
Protagonizada por Charles Boyer, Ingrid Bergman, Joseph Cotten, Dame May Whitty, Angela Lansbury, Barbara Everest, Emil Rameau, Edmund Breon, Halliwell Hobbes, Tom Stevenson, Heather Thatcher, entre otros.
Gaslight fue el primer trabajo de Cukor para la MGM, tras licenciarse en el ejército; y se estrenó en Gran Bretaña, con el título “Murder In Thornton Square” ya que una primera versión cinematográfica de Gaslight se había rodado en el año 1939 en Gran Bretaña, dirigida por Thorold Dickinson, de la cual, la MGM trató de esconder por todos los medios, para que su película no fuese presentada por los críticos como un “remake”
Gaslight también, fue el debut cinematográfico de Angela Lansbury, entonces de 18 años de edad.
Gaslight obtuvo 2 Premios Oscar:
Mejor Actriz Principal para Ingrid Bergman, y Mejor Dirección de Arte para Cedric Gibbons, William Ferrari, Paul Huldschinsky y Edwin B. Willis.
Y obtuvo 5 nominaciones: Mejor película, actor (Charles Boyer), actriz secundaria (Angela Lansbury), fotografía B/N y guión (John L. Balderston, Walter Reisch y John Van Druten)
El guión está basado en la obra teatral “Gas Light” de Patrick Hamilton, quien también fue el autor de “Rope”, que más tarde, Alfred Hitchcock llevó al cine en 1948.
“Gas Light” es una obra de teatro, escrita en 1938, por un autor marxista, alcohólico, y arruinado, que se convirtió en un clásico del maltrato psicológico en familia.
La expresión “hacer luz de gas” es usada como sinónimo de la voluntad de dañar el equilibrio mental de la persona con la que se convive.
El concepto de crueldad mental, tan utilizada en los casos de divorcio, está íntimamente relacionado también, con este tipo de comportamiento.
Desde su estreno, la obra “Gas Light”, ha venido formando parte del repertorio de las compañías de teatro, siendo una pieza con pocos personajes, cuyo desarrollo supone un autentico reto de interpretación.
La trama gira en torno a unos recién casados, que se mudan a vivir a la casa de una tía recientemente fallecida.
No obstante, pronto empieza la mujer a oír por las noches en su ático, unos extraños ruidos que la aterrorizan.
Cuando la obra de teatro “Gas Light” llegó a los Estados Unidos bajo el nombre de “Angel Street” a comienzos de 1939, obtuvo un éxito inusitado.
De hecho, cuando llegó a Broadway, estuvo en cartelera por casi 3 años.
Al ver esto, los estudios Columbia rápidamente, se hicieron de los derechos para realizar una versión cinematográfica de la obra, pero por una serie de complicaciones, el proyecto quedó suspendido por un tiempo.
Sin preocuparse de la situación que estaba aconteciendo en Norteamérica, la productora inglesa, British Nacional, lanzó su propia versión de la obra en 1940, adelantándose a cualquier movimiento de la Columbia.
La cinta tuvo tan buena acogida en su país de origen, como lo que sucedió con la obra de teatro en los Estados Unidos, por lo que los ejecutivos de la Columbia se vieron en el dilema de ver, si ellos realizaban su propio film, o sencillamente, llegaban a un acuerdo de distribución con la productora inglesa, pudiendo así obtener ganancias, sin realizar ningún esfuerzo.
Conversaciones más, conversaciones menos, los ejecutivos de la Columbia, decidieron venderle los derechos de la cinta a la MGM, estudio que rápidamente comenzó a hacer las gestiones necesarias, para lanzar la versión norteamericana:
Gaslight.
Lamentablemente para las pretensiones del estudio, en aquel momento existía un buen número de copias de la versión británica circulando en los Estados Unidos.
Debido al miedo de que un posible relanzamiento de la versión inglesa, entrara en directa competencia con la versión norteamericana, la MGM cerró un curioso trato con la British Nacional; pese a que los británicos aceptaron no distribuir la cinta en Norteamérica, la MGM se empecinó en destruir todas las copias, y los negativos circulantes de la versión de 1940.
Afortunadamente, algunas copias sobrevivieron, por la que la versión original, “Gas Light” vio la luz nuevamente en 1950.
Para ese entonces, la versión de la MGM había logrado su objetivo; quedar en la retina del público, opacando de esta forma, a la cinta original.
El punto fuerte de ambas “Gaslight” es que presenta una historia realmente interesante e intrigante, cuyo potencial fue explotado de la mejor manera posible, tanto por George Cukor como por Thorold Dickinson.
Gaslight posee toques de intriga y tensión inquietantes, la fuerza del relato no está en saber quién es el malo o que busca, eso es previsible, lo excelente es, asistir al descenso a la demencia de Paula Alquist Anton (Ingrid Bergman), el “in crescendo” dramático es asfixiante, te ves atrapado en la angustiosa tela de araña tejida por el pérfido Gregory Anton/Sergius Bauer (Charles Boyer)
Esta relación de dominio, se resuelve con el tercer personaje típico de todo misterio, el de la pista, Gaslight más bien destaca, en retratar una mente quebradiza, siempre es más fácil llevar a la locura a una persona frágil, se trata de apagar una lámpara de gas poco a poco, y saben agonizar con su protagonista, extrañas percepciones, y juegos de memoria, la falsedad, y el desprecio, quedar en ridículo, la crueldad, y la desesperación, hace que ya no sea dueña de sus actos, luego ya el nexo de ayuda, las sospechas en un ambiente enrarecido, y unas joyas cuya investigación fue suspendida, ya vienen siendo algo más comunes en el cine de entonces y de ahora, inclusive.
Cae la noche en las calles empedradas de Londres, y la niebla se adueña de la realidad, dando paso al misterio de las formas que se intuyen, donde se pierde la seguridad y la confianza depositada en nuestros sentidos, indefensos ante la mente que rellena espacios vacíos de realidad, creando fantasmas que nos persiguen, donde los sonidos se acompañan de figuras deformadas que nos acechan, y entonces, aparece el miedo….
Hay otra niebla más poderosa, y otro miedo más aterrador...
La niebla que envuelve de irrealidad nuestra propia existencia, que convierte en duda cada una de las percepciones de nuestros sentidos, que transforma cada elemento de realidad en amenaza…
Un miedo que destruye nuestra esencia, en pro de una ilusión imaginada.
El miedo de comprender que traspasamos la delgada línea invisible, que separa la cordura de la locura.
El miedo de sentir que dejamos de tener el control sobre nosotros mismos.
Paula tiene luz, una luz que ilumina la pantalla cada vez que Cukor nos regala un primer plano.
Paula es alegría, alegría y entusiasmo, que conservó y mantuvo, a pesar de un pasado de noche oscura con niebla y tragedia…
Paula tiene luz propia, y esa luz, y esa alegría, se fortalecen con el amor, amanecer luminoso a orillas de un lago con los sonidos de “La Mattinata”
Pero el amor no es rival para la codicia, juguete en manos de una mente perversa… de alguna forma, Gregory Anton se las arregla para vivir en la casa de Londres, que ella se había prometido no volver:
Ya que allí asesinaron a su tía, un crimen que no se resolvió; y todo para satisfacer a su amado esposo, Paula acepta.
Pero de a poco, la historia se va enturbiando, y Paula empieza a escuchar sonidos de lugares que nadie habita, como el ático donde guardan las pertenencias y mobiliarios de su tía.
Y a la par de sonidos, poco a poco también escucha voces.
La ama de llaves es casi sorda, y no la ayuda demasiado, y para colmo, su marido contrata a la mucama Nancy Oliver (Angela Lansbury) cuya presencia irrita y empequeñece a la débil Paula.
La escenografía, harto barroca de su casa, va acechando a la protagonista hasta impedirle salir de la casa, y prácticamente del dormitorio:
Paula ha comenzado a volverse loca.
Pero aparece Brian Cameron (Un enorme Joseph Cotten) como asistente de la policía, que advierte un parecido increíble, entre Paula y su tía asesinada.
Y ese descubrir el parecido, es el comienzo de acercar a Paula a su tía, para impedir un nuevo crimen.
Gregory compone un memorable enfermo que martiriza a Paula psicológicamente, mientras seduce burdamente a Nancy.
“Un fuego inmenso se apoderó de mi mente, obnubilado por las joyas, solo así pude no observar tu belleza” le dice ya acabado a Paula.
La bruma de un Londres nocturno, es el alma de Gregory, y se contrapone a la luminosidad del día en el rostro de Brian.
“I knew from the first moment I saw you that you were dangerous to her”
Gaslight está ambientad en la época victoriana, y no hace falta irse tan lejos, sólo con mirar alrededor, te das cuenta de cómo muchas mujeres siguen sometidas a sus maridos, a su voluntad, a sus exigencias, a su poder... es fácil entender, que la protagonista crea estar volviéndose loca, porque hace lo que le dice su marido, y le cree a él, que es el amo de la casa, y podríamos decir que de ella también, porque así era como tenía que ser, era la época.
El no la ama, ni siquiera la quiere, no hay lugar para el amor, o la compasión en su mente maquiavélica.
Ella es el medio para llegar a su fin, y para él, ese fin justifica destruir el medio.
Y en su tortura lenta y calculada, de olvidos irreales, de sonidos que retumban en la mente convirtiendo las noches en una eterna agonía, de luz de gas que la sume en penumbra, alimentando sus miedos, sumergiéndola en la confusión, y en la duda, la convertirá en prisionera, encarcelándola en el terror de temerse a sí misma, convirtiendo su luz en sombra, envuelta en tinieblas, en luz que agoniza…
Ingrid Bergman era una actriz con luz propia, con unos primeros planos de esos que enamoran a la cámara.
Es precisamente, el magistral uso de su luz, lo que consigue que Gaslight adquiera un dramatismo mayor, a través del paralelismo que Cukor nos plantea, entre la luz que la tortura cada vez que pierde intensidad, y la de una mujer alegre y confiada, que poco a poco va apagándose hasta convertirse en una sombra de ella misma.
La historia se desarrolla en el Londres victoriano, y a George Cukor le hubiese encantado filmar parte del metraje en Londres, sin embargo, era inviable trasladarse a Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial, por lo que fue rodada íntegramente en estudio.
Es por ello, por lo que abundaba la niebla artificial, lo único que no gustó al director.
Pero la espesa niebla que se ve en las calles de la capital británica, no tiene ni punto de comparación, con la niebla que encontramos en la mente del protagonista, Gregory Anton, uno de esos tipos encantadores, “lobo con piel de cordero”, que al llegar a casa, cuelgan en el perchero su disfraz, y sacan a pasear al monstruo que llevan dentro.
Paula está tan enamorada de él, que prefiere torturarse a desengañarse.
Aunque por suerte para ella, se cruzarán en su camino Miss Bessie Thwaites (Dame May Whitty) y un comisario de Scottland Yard, Brian Cameron.
Cuando de madrugada, en ese siniestro caserón, las luces empiezan a apagarse, y el tintineo de la llama de las lámparas de gas empieza a disminuir, el presagio es, de que nada bueno va a ocurrir.
Si a ello le sumamos los ruidos en el piso de arriba, los escalofríos de la protagonista son entendibles.
Pero nosotros como espectadores con ventaja, sabemos más que ella, sabemos lo que ella se resiste a saber:
Sin embargo, ella es tan ingenua, y él tan malvado, que le hará dudar de sí misma, hasta conseguir que roce la locura.
Cuando las llamas de las lámparas de gas comienzan a tintinear, es señal de que la bestia se ha despertado...
“Entre toma y toma, yo solía ir a charlar con los actores para darles pequeños consejos, quizá un poco de ánimo, para ayudarles a mantener la concentración.
A la Bergman le comenté un chisme un poco a la ligera, y ella me lanzó una mirada...
¡Qué mirada!
Acto seguida, y con cierta frialdad me dijo:
“Ya me lo habías contado”
¿Ah, sí? -dije yo, y luego pensé:
Tendrás que tener más cuidado con esta joven sueca.
Pero luego lo reconsideré, y pensé que nada de eso, que sería ella la que tendría que tener cuidado conmigo, y acostumbrarse a mi modo de trabajar.
Y así lo hizo.
Y nos hicimos grandes amigos”, comentó una vez su director, George Cukor.
Ingrid Bergman ya había demostrado de sobra, lo que era capaz de hacer delante de las cámaras, pero en la débil piel de Paula Alquist, es donde realmente demostró lo que era.
Y los críticos no tuvieron más remedio que reconocérselo.
Ingrid Bergman tuvo que hacer un alarde de actuación, personificando a esa joven ingenua, que va paulatinamente perdiendo la cordura.
Su marido se encarga de que vaya descubriendo su supuesta tendencia a robar cosas, a esconderlas sin saber por qué, a perder objetos, y olvidar datos, hechos y lugares.
Por otra parte, los cambios realizados en el remake de la MGM son bastante variados.
Para comenzar, en la versión de 1944, la heroína está directamente relacionada con la victima del asesinato que da inicio a la trama; tras la muerte de su madre, Paula queda bajo la tutela de su tía Alice, quien es una famosa artista de la escena musical.
Es por este motivo, que Gaslight no pierde mucho tiempo, centrándose en el asesinato, sino que se preocupa de desarrollar el efecto traumático que este acontecimiento ha tenido en la joven Paula, trauma que posteriormente aprovechará su esposo, para intentar volverla loca.
En la versión de 1940, la víctima del asesinato es una señora adinerada, la cual vivía sola con sus criadas.
El asesinato se muestra con lujo de detalles, dejando entrever las razones que tuvo el asesino para cometer semejante crimen.
Como la heroína de Gaslight no tiene relación alguna con dicho hecho, su esposo la maltrata sicológicamente, a sabiendas de que ella había sufrido algunas crisis nerviosas en el pasado.
Esto claramente nos deja con 2 protagonistas de características distintas; mientras en la versión inglesa, se muestra a una mujer que en todo momento es frágil, en la versión de la MGM la protagonista, quien en un principio se muestra segura de sí misma, tras el asesinato, se convierte en una inválida emocional, que no puede lidiar de manera adecuada con la felicidad de su nuevo matrimonio.
Si en la versión original, el personaje que hacia las labores de detective, era un policía retirado que ahora trabajaba criando caballos, en la de MGM, la labor detectivesca se divide entre 2 personajes:
Por un lado tenemos a un joven detective que trabaja en Scotland Yard, personificado por Joseph Cotten, quien casualmente, decide reabrir el caso del asesinato ocurrido años atrás, y convenientemente, se convierte en una especie de romántico caballero al rescate de la heroína.
Respondiendo a una característica de “glamorización” de los personajes, el detective interpretado por Cotten, es retratado como una especie de “caballero aristócrata”, el cual es invitado a exclusivos conciertos, y posee amistades bien catalogadas socialmente.
Por todo esto, es justo considerar a este personaje, como la perfecta combinación entre, Sherlock Holmes y el príncipe encantador.
El otro personaje envuelto en las labores de investigación, está interpretado por Dame May Whitty, quien personifica a la Sra. Thwaites, la viejita curiosa del barrio, que muestra un inusitado interés por averiguar lo acontecido años atrás en aquel lugar.
Este personaje responde más bien, a una especie de alivio cómico a los diversos momentos de tensión, presentes en Gaslight.
Si bien, este personaje no molesta en lo absoluto, en ocasiones, tiende a desviar un poco la bien narrada historia.
A George Cukor tampoco le falló la intuición con Angela Lansbury, que encarna a Nancy, la criada.
Se la recomendó John Van Druten, director de esta obra en el teatro, y en esos instantes, ella se encontraba trabajando en unos grandes almacenes en plena campaña navideña.
Nancy es un personaje muy importante, pues contrasta con la inocente y angelical Paula.
Según Cukor:
“Nancy tenía una boca de lo más huraña, y el rasgo de quien está esperando sexo”, pero cuando le hizo la prueba de cámara a Angela, quedó atónito, estaba perfecta.
Otro de los personajes cuyas características fueron cambiadas, fue el de la criada Nancy, personificada en la versión de la MGM por una debutante Angela Lansbury, de tan solo 19 años.
Si bien, en la versión original, la criada se burlaba a escondidas de la dueña de casa, y en un determinado momento, comienza una relación extramarital con su patrón, en el remake, se muestra a Nancy como una joven sumamente insolente, la que incluso podríamos decir, que obtiene un cierto grado de placer, cuando se enfrenta, o ridiculiza a Paula.
En cuanto al adulterio, en la versión de 1944, no pasa del simple coqueteo, sin embargo, este aspecto no resulta realmente relevante en dicha versión.
La versión de 1944, sin duda, cumple con entregarnos unas buenas dosis de suspenso, y al mismo tiempo, deja que las estrellas brillen en cada una de las escenas donde participan.
El elenco en su totalidad, realiza un estupendo trabajo, en especial la pareja protagónica conformada por Bergman y Boyer.
Charles Boyer, en la opinión de Ingrid Bergman, era un actor fabuloso.
Ella lo calificó como uno de los hombres más brillantes con los que llegó a trabajar; y esta fue la primera, de las 3 películas en las que trabajaron juntos.
Sin embargo, Gaslight es la que ella misma definió, como la experiencia de su vida.
Charles Boyer, famoso actor francés, cuyo marcado acento en Gaslight dio a su personaje un cierto toque de elegancia y oscura petulancia, a lo vampiro de Transilvania, y cuya vida personal estuvo marcada por la tragedia; interpretando el papel del cínico y clasista asesino, melómano y amante de las joyas, de origen humilde, como así le gustaba a su creador Patrick Hamilton… está imponente, conjuga sus pautas, con un dominio total de la expresión, de cariñoso marido con sonrisa bendita, a despiadado y frío calculador, con una mirada medio cerrando los ojos, que lanza puñales asesinos.
Los momentos de los ruidos en el ático, y como baja la luz, tienen una fotografía genial con unos ángulos donde sabe captar el terror de esos momentos, pero no para nosotros, sino para la mujer encerrada en su habitación, angustiada creyendo que se está volviendo loca.
Otro momento irrepetible, es la escena del concierto, donde su marido hace lo posible, para que esta crea que le ha robado el reloj, y así avergonzarla delante de toda la clase alta de Londres.
Me quedo fundamentalmente, con las escenas de manipulación psicológica de que es objeto la protagonista.
Todas tienen maravillosos matices:
La del camafeo, la del cuadro, y sobre todo, la que se desarrolla en el concierto al que asiste el matrimonio.
También es interesante, como desde el principio, se van revelando pistas, como la importancia del cuadro, la casa y el oscuro asesinato.
Interesante además, el tema de la represión sexual en Paula y la liberación sexual de Nancy, los deseos reprimidos por el dominio del marido ante el descaro de la criada.
Por último, George Cukor haciendo gala de su cultura musical, introduce en la banda sonora, el aria de la locura de Lucia de Lammermoor de Gaetano Donizetti para dar un toque musical al trasfondo psicológico que vive la protagonista desde el matrimonio.
“I don't ask you to understand me.
Between us all the time were those jewels, like a fire, a fire in my brain that separated us, those jewels which I wanted all my life.
I don't know why...
Goodbye, Paula”
Y es que la temática de Gaslight, no se reduce a lo que cuenta, sino lo que subyace bajo ella:
El maltrato doméstico, la dominación, y la sumisión, el deseo sexual reprimido en aras de las convenciones y, la búsqueda del mismo, fuera del matrimonio, obsérvese la relación que mantienen el personaje de Boyer, y el de una jovencísima y estupenda Ángela Lansbury.
Gaslight no sólo es un buen film, sino que, además, se pueden extraer temáticas tan complejas, y a la vez tan de actualidad.
Para algunos, supuso la ruptura con los prejuicios, que durante siglos, la mujer había tenido que soportar:
La crueldad de un marido sustentador de la unidad familiar, abusador, y maltratador físico y psicológico…
Al punto todo esto, que incluso la expresión “hacer luz de gas” llegó a aceptarse comúnmente, como modo de referirse al maltrato psicológico, que algunos tipos infringen a sus esposas, el cual está basado en el poder, y la dominación.
El maltrato emocional, puede ser difícil de observar, cuando se desarrolla en la privacidad de un hogar, o en una institución cerrada.
Sin embargo, una conciencia y entendimiento del problema, es primordial para reconocerlo.
La siguiente, es una lista de indicadores de maltrato emocional, o síntomas presentados por la víctima:
Rechazo:
Ocurre cuando se niega a reconocer la presencia, o valor de una persona.
Esto se logra, comunicándole a la persona, que él o ella, es inferior, y devaluando sus pensamientos y sentimientos.
Por ejemplo, tratando a un hijo o esposo de manera diferente que al resto de sus familiares, de alguna manera injusta, o que denote desagrado por el hijo y/o esposo en cuestión.
Degradación:
Esto ocurre cuando se utiliza un comportamiento ofensivo, como ridiculizar, apodar, imitar, e infantilizar a la persona en cuestión.
Su propósito es disminuir la dignidad, y valor de la persona, y afecta su sentido de identidad en una manera desfavorable.
Algunos ejemplos son:
Gritar, usar palabras obscenas, humillar públicamente, o etiquetar a la persona como estúpida, imitar alguna discapacidad, o tratar a la persona como si fuera menor de lo que es, y no dejarlos tomar decisiones normales, para alguien de su edad.
Ser objeto de uso sexual, o rechazar inhumanamente, cuando fuese a ocurrir el acto sexual, rechazar a la persona frente a sus familiares, amigos y/o compañeros, utilización del cuerpo, y ser obligado a manipular otro cuerpo sexualmente.
Intimidación y atemorizamiento:
Se evoca un miedo extremo en la persona, por medio de la intimidación.
Puede incluir, poner o amenazar con poner a la persona en un ambiente peligroso o incómodo.
Algunos ejemplos:
Hacer a un niño, ver violencia perpetrada en personas a las que el niño quiere, o alguna mascota, amenazar con abandonar, o matar a un niño, amenazar con dañar las pertenencias de alguien, perseguir, y amenazar con hostigamiento permanente.
Tiene importancia, desde el punto de vista psicopatológico, en lo que se denomina estrés postraumático.
Reclusión:
La reclusión se refiere a limitar la libertad de una persona, para desenvolverse en una relación normal con otros.
Puede incluir un confinamiento físico.
Indiferencia emocional:
Esto supone, no proveer cuidados de una manera sensible, y se manifiesta mostrándose no involucrado e indiferente para con la víctima, interactuando solamente cuando es necesario, e ignorando las necesidades mentales y emocionales de la persona.
Algunos ejemplos:
Ignorar los intentos de un niño por interactuar, no demostrar cariño hacia un hijo, tratar a alguien como si fuera un objeto, o un trabajo por terminar, etc.
Al ser una mujer, víctima de maltrato emocional, automáticamente se convierte en una persona dependiente, es por eso, que muchas veces, algunas mujeres tardan años para separarse de su pareja, pues el miedo que sienten al abandono, es tan grande, que prefieren seguir torturándose, la dependencia es tanta en estos casos, que casi siempre, la víctima de estos maltratos psicológicos, termina disculpando y cediendo ante el maltratador.
El maltratador siempre se va a valer de insultos, ofensas, amenazas, críticas destructivas, gritos, indiferencias, descalificaciones, agresiones, malos modales intencionales, y desprecios, pues sólo con esos aspectos negativos, el maltratador creerá poseer “el poder” en la relación, “hasta gastar el gas que le da luz”
“If I were not mad, I could have helped you.
Whatever you had done, I could have pitied and protected you.
But because I am mad, I hate you.
Because I am mad, I have betrayed you.
And because I'm mad, I'm rejoicing in my heart, without a shred of pity, without a shred of regret, watching you go with glory in my heart!”
They have a life of their own”
Se conoce como Época Victoriana, al período en el que Inglaterra estuvo bajo el gobierno de la Reina Victoria, entre 1837 y 1901.
Esta era introdujo un status social para la mujer, diferente al que venía teniendo hasta ese momento.
Hasta ese momento, el ideal de mujer tenía que ver con su misión:
Ser una esposa, madre e hija perfectas.
Se la consideraba como la guardiana de la moralidad, y de la decencia.
Para los Victorianos, la familia era el eje central de sus vidas, y el hogar, el lugar idílico donde cuidarla.
El modelo familiar de esta clase media y alta, era la propia Reina Victoria y su amado esposo Albert.
El matrimonio real y sus 9 hijos, eran el espejo en el que las familias británicas se miraban:
Un hogar pacífico, amoroso y respetable.
En el rol familiar, el padre era el encargado de mantener a la familia, y sus decisiones eran incuestionables.
El papel de la mujer era el de ser buena esposa y madre, de hecho, hasta 1882, una mujer casada era propiedad de su esposo; la mujer era como decía el poeta:
“El ángel del hogar”
Era índice de buen estatus, estar casada con una persona de cargo, o estatus social alto, y que sus hijas lograran la mismo.
Matrimonios por conveniencia en la mayoría de los casos, y dedicadas al hogar, anfitrionas del mismo, y dirigir todas las labores del mismo.
La mujer en esa época solo servía para aprender música, a bordar, coser, etc. todo desde niña.
Luego casarse a conveniencia de sus padres y tener hijos; y vivir dentro del hogar.
Mientras que el hombre... no poseía restricción, inclusive podían pagarle a un montón de mujeres de vida airada, ya que fuera de su casa, daban rienda suelta a la lujuria.
Las mujeres debían ser respetables, y no podían formar parte del entorno público de la ciudad.
La visita dominical a la iglesia, por ejemplo, y las veladas cantando alrededor del piano, todas las jóvenes eran instruidas en piano y canto, jugando a las cartas, o haciendo labores mientras el padre leía en voz alta pasajes de la Biblia, eran parte de la vida cotidiana de la familia victoriana.
Por su parte, los sirvientes vivían en la planta baja; el número de sirvientes en una casa, dependía de la capacidad económica de la familia.
Las familias de clase alta, contrataban a un gran número de sirvientes; cada uno de ellos, usaba un uniforme diferente según su trabajo y su rango dentro del “staff” de los sirvientes; y todos ellos se reunían en un “hall” habilitado para ellos.
La mujer rica, entonces, permanece aislada en el hogar, dedicada a consumir, manteniendo así la sociedad industrial y mercantilista; y la mujer obrera es una mano de obra barata, pieza clave en la revolución industrial.
Se acepta siempre a la mujer en profesiones y actividades subordinadas, pero no en aquellas que puedan significar competencia con el hombre, en cargos de relevancia social, profesional, o económica.
La mujer que permanece en el ámbito privado, realiza la función de “ángel del hogar”, que aporta valores humanos al hombre, y lo purifica de la contaminación que supone la lucha en el mundo económico-social, pero esta misma mujer, es una fuente potencial de descontrol, si se separa del rol establecido.
Asimismo, en cada mujer queda representada la dualidad:
La belleza exterior, oculta la suciedad interior que debe ser expulsada para evitar que la mujer se convierta en “la loca del ático”
A las mujeres, se les exige un comportamiento social más controlado que al varón, su deseo sexual debe ser reprimido, pero al mismo tiempo, se afirma que las mujeres son seres influenciables por todos los estímulos.
La mujer debe dejar su cuerpo fuera de todo control que inhiba la salida al exterior de su flujo menstrual, pero tiene que reprimir sin embargo, su deseo sexual, siendo la manifestación de éste, una de las causas de ser considerada enferma mental.
“I am mad.
I'm always losing things and hiding things and I can never find them, I don't know where I've put them”
Gaslight es una película estadounidense de suspenso, del año 1944, dirigida por George Cukor.
Protagonizada por Charles Boyer, Ingrid Bergman, Joseph Cotten, Dame May Whitty, Angela Lansbury, Barbara Everest, Emil Rameau, Edmund Breon, Halliwell Hobbes, Tom Stevenson, Heather Thatcher, entre otros.
Gaslight fue el primer trabajo de Cukor para la MGM, tras licenciarse en el ejército; y se estrenó en Gran Bretaña, con el título “Murder In Thornton Square” ya que una primera versión cinematográfica de Gaslight se había rodado en el año 1939 en Gran Bretaña, dirigida por Thorold Dickinson, de la cual, la MGM trató de esconder por todos los medios, para que su película no fuese presentada por los críticos como un “remake”
Gaslight también, fue el debut cinematográfico de Angela Lansbury, entonces de 18 años de edad.
Gaslight obtuvo 2 Premios Oscar:
Mejor Actriz Principal para Ingrid Bergman, y Mejor Dirección de Arte para Cedric Gibbons, William Ferrari, Paul Huldschinsky y Edwin B. Willis.
Y obtuvo 5 nominaciones: Mejor película, actor (Charles Boyer), actriz secundaria (Angela Lansbury), fotografía B/N y guión (John L. Balderston, Walter Reisch y John Van Druten)
El guión está basado en la obra teatral “Gas Light” de Patrick Hamilton, quien también fue el autor de “Rope”, que más tarde, Alfred Hitchcock llevó al cine en 1948.
“Gas Light” es una obra de teatro, escrita en 1938, por un autor marxista, alcohólico, y arruinado, que se convirtió en un clásico del maltrato psicológico en familia.
La expresión “hacer luz de gas” es usada como sinónimo de la voluntad de dañar el equilibrio mental de la persona con la que se convive.
El concepto de crueldad mental, tan utilizada en los casos de divorcio, está íntimamente relacionado también, con este tipo de comportamiento.
Desde su estreno, la obra “Gas Light”, ha venido formando parte del repertorio de las compañías de teatro, siendo una pieza con pocos personajes, cuyo desarrollo supone un autentico reto de interpretación.
La trama gira en torno a unos recién casados, que se mudan a vivir a la casa de una tía recientemente fallecida.
No obstante, pronto empieza la mujer a oír por las noches en su ático, unos extraños ruidos que la aterrorizan.
Cuando la obra de teatro “Gas Light” llegó a los Estados Unidos bajo el nombre de “Angel Street” a comienzos de 1939, obtuvo un éxito inusitado.
De hecho, cuando llegó a Broadway, estuvo en cartelera por casi 3 años.
Al ver esto, los estudios Columbia rápidamente, se hicieron de los derechos para realizar una versión cinematográfica de la obra, pero por una serie de complicaciones, el proyecto quedó suspendido por un tiempo.
Sin preocuparse de la situación que estaba aconteciendo en Norteamérica, la productora inglesa, British Nacional, lanzó su propia versión de la obra en 1940, adelantándose a cualquier movimiento de la Columbia.
La cinta tuvo tan buena acogida en su país de origen, como lo que sucedió con la obra de teatro en los Estados Unidos, por lo que los ejecutivos de la Columbia se vieron en el dilema de ver, si ellos realizaban su propio film, o sencillamente, llegaban a un acuerdo de distribución con la productora inglesa, pudiendo así obtener ganancias, sin realizar ningún esfuerzo.
Conversaciones más, conversaciones menos, los ejecutivos de la Columbia, decidieron venderle los derechos de la cinta a la MGM, estudio que rápidamente comenzó a hacer las gestiones necesarias, para lanzar la versión norteamericana:
Gaslight.
Lamentablemente para las pretensiones del estudio, en aquel momento existía un buen número de copias de la versión británica circulando en los Estados Unidos.
Debido al miedo de que un posible relanzamiento de la versión inglesa, entrara en directa competencia con la versión norteamericana, la MGM cerró un curioso trato con la British Nacional; pese a que los británicos aceptaron no distribuir la cinta en Norteamérica, la MGM se empecinó en destruir todas las copias, y los negativos circulantes de la versión de 1940.
Afortunadamente, algunas copias sobrevivieron, por la que la versión original, “Gas Light” vio la luz nuevamente en 1950.
Para ese entonces, la versión de la MGM había logrado su objetivo; quedar en la retina del público, opacando de esta forma, a la cinta original.
El punto fuerte de ambas “Gaslight” es que presenta una historia realmente interesante e intrigante, cuyo potencial fue explotado de la mejor manera posible, tanto por George Cukor como por Thorold Dickinson.
Gaslight posee toques de intriga y tensión inquietantes, la fuerza del relato no está en saber quién es el malo o que busca, eso es previsible, lo excelente es, asistir al descenso a la demencia de Paula Alquist Anton (Ingrid Bergman), el “in crescendo” dramático es asfixiante, te ves atrapado en la angustiosa tela de araña tejida por el pérfido Gregory Anton/Sergius Bauer (Charles Boyer)
Esta relación de dominio, se resuelve con el tercer personaje típico de todo misterio, el de la pista, Gaslight más bien destaca, en retratar una mente quebradiza, siempre es más fácil llevar a la locura a una persona frágil, se trata de apagar una lámpara de gas poco a poco, y saben agonizar con su protagonista, extrañas percepciones, y juegos de memoria, la falsedad, y el desprecio, quedar en ridículo, la crueldad, y la desesperación, hace que ya no sea dueña de sus actos, luego ya el nexo de ayuda, las sospechas en un ambiente enrarecido, y unas joyas cuya investigación fue suspendida, ya vienen siendo algo más comunes en el cine de entonces y de ahora, inclusive.
Cae la noche en las calles empedradas de Londres, y la niebla se adueña de la realidad, dando paso al misterio de las formas que se intuyen, donde se pierde la seguridad y la confianza depositada en nuestros sentidos, indefensos ante la mente que rellena espacios vacíos de realidad, creando fantasmas que nos persiguen, donde los sonidos se acompañan de figuras deformadas que nos acechan, y entonces, aparece el miedo….
Hay otra niebla más poderosa, y otro miedo más aterrador...
La niebla que envuelve de irrealidad nuestra propia existencia, que convierte en duda cada una de las percepciones de nuestros sentidos, que transforma cada elemento de realidad en amenaza…
Un miedo que destruye nuestra esencia, en pro de una ilusión imaginada.
El miedo de comprender que traspasamos la delgada línea invisible, que separa la cordura de la locura.
El miedo de sentir que dejamos de tener el control sobre nosotros mismos.
Paula tiene luz, una luz que ilumina la pantalla cada vez que Cukor nos regala un primer plano.
Paula es alegría, alegría y entusiasmo, que conservó y mantuvo, a pesar de un pasado de noche oscura con niebla y tragedia…
Paula tiene luz propia, y esa luz, y esa alegría, se fortalecen con el amor, amanecer luminoso a orillas de un lago con los sonidos de “La Mattinata”
Pero el amor no es rival para la codicia, juguete en manos de una mente perversa… de alguna forma, Gregory Anton se las arregla para vivir en la casa de Londres, que ella se había prometido no volver:
Ya que allí asesinaron a su tía, un crimen que no se resolvió; y todo para satisfacer a su amado esposo, Paula acepta.
Pero de a poco, la historia se va enturbiando, y Paula empieza a escuchar sonidos de lugares que nadie habita, como el ático donde guardan las pertenencias y mobiliarios de su tía.
Y a la par de sonidos, poco a poco también escucha voces.
La ama de llaves es casi sorda, y no la ayuda demasiado, y para colmo, su marido contrata a la mucama Nancy Oliver (Angela Lansbury) cuya presencia irrita y empequeñece a la débil Paula.
La escenografía, harto barroca de su casa, va acechando a la protagonista hasta impedirle salir de la casa, y prácticamente del dormitorio:
Paula ha comenzado a volverse loca.
Pero aparece Brian Cameron (Un enorme Joseph Cotten) como asistente de la policía, que advierte un parecido increíble, entre Paula y su tía asesinada.
Y ese descubrir el parecido, es el comienzo de acercar a Paula a su tía, para impedir un nuevo crimen.
Gregory compone un memorable enfermo que martiriza a Paula psicológicamente, mientras seduce burdamente a Nancy.
“Un fuego inmenso se apoderó de mi mente, obnubilado por las joyas, solo así pude no observar tu belleza” le dice ya acabado a Paula.
La bruma de un Londres nocturno, es el alma de Gregory, y se contrapone a la luminosidad del día en el rostro de Brian.
“I knew from the first moment I saw you that you were dangerous to her”
Gaslight está ambientad en la época victoriana, y no hace falta irse tan lejos, sólo con mirar alrededor, te das cuenta de cómo muchas mujeres siguen sometidas a sus maridos, a su voluntad, a sus exigencias, a su poder... es fácil entender, que la protagonista crea estar volviéndose loca, porque hace lo que le dice su marido, y le cree a él, que es el amo de la casa, y podríamos decir que de ella también, porque así era como tenía que ser, era la época.
El no la ama, ni siquiera la quiere, no hay lugar para el amor, o la compasión en su mente maquiavélica.
Ella es el medio para llegar a su fin, y para él, ese fin justifica destruir el medio.
Y en su tortura lenta y calculada, de olvidos irreales, de sonidos que retumban en la mente convirtiendo las noches en una eterna agonía, de luz de gas que la sume en penumbra, alimentando sus miedos, sumergiéndola en la confusión, y en la duda, la convertirá en prisionera, encarcelándola en el terror de temerse a sí misma, convirtiendo su luz en sombra, envuelta en tinieblas, en luz que agoniza…
Ingrid Bergman era una actriz con luz propia, con unos primeros planos de esos que enamoran a la cámara.
Es precisamente, el magistral uso de su luz, lo que consigue que Gaslight adquiera un dramatismo mayor, a través del paralelismo que Cukor nos plantea, entre la luz que la tortura cada vez que pierde intensidad, y la de una mujer alegre y confiada, que poco a poco va apagándose hasta convertirse en una sombra de ella misma.
La historia se desarrolla en el Londres victoriano, y a George Cukor le hubiese encantado filmar parte del metraje en Londres, sin embargo, era inviable trasladarse a Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial, por lo que fue rodada íntegramente en estudio.
Es por ello, por lo que abundaba la niebla artificial, lo único que no gustó al director.
Pero la espesa niebla que se ve en las calles de la capital británica, no tiene ni punto de comparación, con la niebla que encontramos en la mente del protagonista, Gregory Anton, uno de esos tipos encantadores, “lobo con piel de cordero”, que al llegar a casa, cuelgan en el perchero su disfraz, y sacan a pasear al monstruo que llevan dentro.
Paula está tan enamorada de él, que prefiere torturarse a desengañarse.
Aunque por suerte para ella, se cruzarán en su camino Miss Bessie Thwaites (Dame May Whitty) y un comisario de Scottland Yard, Brian Cameron.
Cuando de madrugada, en ese siniestro caserón, las luces empiezan a apagarse, y el tintineo de la llama de las lámparas de gas empieza a disminuir, el presagio es, de que nada bueno va a ocurrir.
Si a ello le sumamos los ruidos en el piso de arriba, los escalofríos de la protagonista son entendibles.
Pero nosotros como espectadores con ventaja, sabemos más que ella, sabemos lo que ella se resiste a saber:
Sin embargo, ella es tan ingenua, y él tan malvado, que le hará dudar de sí misma, hasta conseguir que roce la locura.
Cuando las llamas de las lámparas de gas comienzan a tintinear, es señal de que la bestia se ha despertado...
“Entre toma y toma, yo solía ir a charlar con los actores para darles pequeños consejos, quizá un poco de ánimo, para ayudarles a mantener la concentración.
A la Bergman le comenté un chisme un poco a la ligera, y ella me lanzó una mirada...
¡Qué mirada!
Acto seguida, y con cierta frialdad me dijo:
“Ya me lo habías contado”
¿Ah, sí? -dije yo, y luego pensé:
Tendrás que tener más cuidado con esta joven sueca.
Pero luego lo reconsideré, y pensé que nada de eso, que sería ella la que tendría que tener cuidado conmigo, y acostumbrarse a mi modo de trabajar.
Y así lo hizo.
Y nos hicimos grandes amigos”, comentó una vez su director, George Cukor.
Ingrid Bergman ya había demostrado de sobra, lo que era capaz de hacer delante de las cámaras, pero en la débil piel de Paula Alquist, es donde realmente demostró lo que era.
Y los críticos no tuvieron más remedio que reconocérselo.
Ingrid Bergman tuvo que hacer un alarde de actuación, personificando a esa joven ingenua, que va paulatinamente perdiendo la cordura.
Su marido se encarga de que vaya descubriendo su supuesta tendencia a robar cosas, a esconderlas sin saber por qué, a perder objetos, y olvidar datos, hechos y lugares.
Por otra parte, los cambios realizados en el remake de la MGM son bastante variados.
Para comenzar, en la versión de 1944, la heroína está directamente relacionada con la victima del asesinato que da inicio a la trama; tras la muerte de su madre, Paula queda bajo la tutela de su tía Alice, quien es una famosa artista de la escena musical.
Es por este motivo, que Gaslight no pierde mucho tiempo, centrándose en el asesinato, sino que se preocupa de desarrollar el efecto traumático que este acontecimiento ha tenido en la joven Paula, trauma que posteriormente aprovechará su esposo, para intentar volverla loca.
En la versión de 1940, la víctima del asesinato es una señora adinerada, la cual vivía sola con sus criadas.
El asesinato se muestra con lujo de detalles, dejando entrever las razones que tuvo el asesino para cometer semejante crimen.
Como la heroína de Gaslight no tiene relación alguna con dicho hecho, su esposo la maltrata sicológicamente, a sabiendas de que ella había sufrido algunas crisis nerviosas en el pasado.
Esto claramente nos deja con 2 protagonistas de características distintas; mientras en la versión inglesa, se muestra a una mujer que en todo momento es frágil, en la versión de la MGM la protagonista, quien en un principio se muestra segura de sí misma, tras el asesinato, se convierte en una inválida emocional, que no puede lidiar de manera adecuada con la felicidad de su nuevo matrimonio.
Si en la versión original, el personaje que hacia las labores de detective, era un policía retirado que ahora trabajaba criando caballos, en la de MGM, la labor detectivesca se divide entre 2 personajes:
Por un lado tenemos a un joven detective que trabaja en Scotland Yard, personificado por Joseph Cotten, quien casualmente, decide reabrir el caso del asesinato ocurrido años atrás, y convenientemente, se convierte en una especie de romántico caballero al rescate de la heroína.
Respondiendo a una característica de “glamorización” de los personajes, el detective interpretado por Cotten, es retratado como una especie de “caballero aristócrata”, el cual es invitado a exclusivos conciertos, y posee amistades bien catalogadas socialmente.
Por todo esto, es justo considerar a este personaje, como la perfecta combinación entre, Sherlock Holmes y el príncipe encantador.
El otro personaje envuelto en las labores de investigación, está interpretado por Dame May Whitty, quien personifica a la Sra. Thwaites, la viejita curiosa del barrio, que muestra un inusitado interés por averiguar lo acontecido años atrás en aquel lugar.
Este personaje responde más bien, a una especie de alivio cómico a los diversos momentos de tensión, presentes en Gaslight.
Si bien, este personaje no molesta en lo absoluto, en ocasiones, tiende a desviar un poco la bien narrada historia.
A George Cukor tampoco le falló la intuición con Angela Lansbury, que encarna a Nancy, la criada.
Se la recomendó John Van Druten, director de esta obra en el teatro, y en esos instantes, ella se encontraba trabajando en unos grandes almacenes en plena campaña navideña.
Nancy es un personaje muy importante, pues contrasta con la inocente y angelical Paula.
Según Cukor:
“Nancy tenía una boca de lo más huraña, y el rasgo de quien está esperando sexo”, pero cuando le hizo la prueba de cámara a Angela, quedó atónito, estaba perfecta.
Otro de los personajes cuyas características fueron cambiadas, fue el de la criada Nancy, personificada en la versión de la MGM por una debutante Angela Lansbury, de tan solo 19 años.
Si bien, en la versión original, la criada se burlaba a escondidas de la dueña de casa, y en un determinado momento, comienza una relación extramarital con su patrón, en el remake, se muestra a Nancy como una joven sumamente insolente, la que incluso podríamos decir, que obtiene un cierto grado de placer, cuando se enfrenta, o ridiculiza a Paula.
En cuanto al adulterio, en la versión de 1944, no pasa del simple coqueteo, sin embargo, este aspecto no resulta realmente relevante en dicha versión.
La versión de 1944, sin duda, cumple con entregarnos unas buenas dosis de suspenso, y al mismo tiempo, deja que las estrellas brillen en cada una de las escenas donde participan.
El elenco en su totalidad, realiza un estupendo trabajo, en especial la pareja protagónica conformada por Bergman y Boyer.
Charles Boyer, en la opinión de Ingrid Bergman, era un actor fabuloso.
Ella lo calificó como uno de los hombres más brillantes con los que llegó a trabajar; y esta fue la primera, de las 3 películas en las que trabajaron juntos.
Sin embargo, Gaslight es la que ella misma definió, como la experiencia de su vida.
Charles Boyer, famoso actor francés, cuyo marcado acento en Gaslight dio a su personaje un cierto toque de elegancia y oscura petulancia, a lo vampiro de Transilvania, y cuya vida personal estuvo marcada por la tragedia; interpretando el papel del cínico y clasista asesino, melómano y amante de las joyas, de origen humilde, como así le gustaba a su creador Patrick Hamilton… está imponente, conjuga sus pautas, con un dominio total de la expresión, de cariñoso marido con sonrisa bendita, a despiadado y frío calculador, con una mirada medio cerrando los ojos, que lanza puñales asesinos.
Los momentos de los ruidos en el ático, y como baja la luz, tienen una fotografía genial con unos ángulos donde sabe captar el terror de esos momentos, pero no para nosotros, sino para la mujer encerrada en su habitación, angustiada creyendo que se está volviendo loca.
Otro momento irrepetible, es la escena del concierto, donde su marido hace lo posible, para que esta crea que le ha robado el reloj, y así avergonzarla delante de toda la clase alta de Londres.
Me quedo fundamentalmente, con las escenas de manipulación psicológica de que es objeto la protagonista.
Todas tienen maravillosos matices:
La del camafeo, la del cuadro, y sobre todo, la que se desarrolla en el concierto al que asiste el matrimonio.
También es interesante, como desde el principio, se van revelando pistas, como la importancia del cuadro, la casa y el oscuro asesinato.
Interesante además, el tema de la represión sexual en Paula y la liberación sexual de Nancy, los deseos reprimidos por el dominio del marido ante el descaro de la criada.
Por último, George Cukor haciendo gala de su cultura musical, introduce en la banda sonora, el aria de la locura de Lucia de Lammermoor de Gaetano Donizetti para dar un toque musical al trasfondo psicológico que vive la protagonista desde el matrimonio.
“I don't ask you to understand me.
Between us all the time were those jewels, like a fire, a fire in my brain that separated us, those jewels which I wanted all my life.
I don't know why...
Goodbye, Paula”
Y es que la temática de Gaslight, no se reduce a lo que cuenta, sino lo que subyace bajo ella:
El maltrato doméstico, la dominación, y la sumisión, el deseo sexual reprimido en aras de las convenciones y, la búsqueda del mismo, fuera del matrimonio, obsérvese la relación que mantienen el personaje de Boyer, y el de una jovencísima y estupenda Ángela Lansbury.
Gaslight no sólo es un buen film, sino que, además, se pueden extraer temáticas tan complejas, y a la vez tan de actualidad.
Para algunos, supuso la ruptura con los prejuicios, que durante siglos, la mujer había tenido que soportar:
La crueldad de un marido sustentador de la unidad familiar, abusador, y maltratador físico y psicológico…
Al punto todo esto, que incluso la expresión “hacer luz de gas” llegó a aceptarse comúnmente, como modo de referirse al maltrato psicológico, que algunos tipos infringen a sus esposas, el cual está basado en el poder, y la dominación.
El maltrato emocional, puede ser difícil de observar, cuando se desarrolla en la privacidad de un hogar, o en una institución cerrada.
Sin embargo, una conciencia y entendimiento del problema, es primordial para reconocerlo.
La siguiente, es una lista de indicadores de maltrato emocional, o síntomas presentados por la víctima:
Rechazo:
Ocurre cuando se niega a reconocer la presencia, o valor de una persona.
Esto se logra, comunicándole a la persona, que él o ella, es inferior, y devaluando sus pensamientos y sentimientos.
Por ejemplo, tratando a un hijo o esposo de manera diferente que al resto de sus familiares, de alguna manera injusta, o que denote desagrado por el hijo y/o esposo en cuestión.
Degradación:
Esto ocurre cuando se utiliza un comportamiento ofensivo, como ridiculizar, apodar, imitar, e infantilizar a la persona en cuestión.
Su propósito es disminuir la dignidad, y valor de la persona, y afecta su sentido de identidad en una manera desfavorable.
Algunos ejemplos son:
Gritar, usar palabras obscenas, humillar públicamente, o etiquetar a la persona como estúpida, imitar alguna discapacidad, o tratar a la persona como si fuera menor de lo que es, y no dejarlos tomar decisiones normales, para alguien de su edad.
Ser objeto de uso sexual, o rechazar inhumanamente, cuando fuese a ocurrir el acto sexual, rechazar a la persona frente a sus familiares, amigos y/o compañeros, utilización del cuerpo, y ser obligado a manipular otro cuerpo sexualmente.
Intimidación y atemorizamiento:
Se evoca un miedo extremo en la persona, por medio de la intimidación.
Puede incluir, poner o amenazar con poner a la persona en un ambiente peligroso o incómodo.
Algunos ejemplos:
Hacer a un niño, ver violencia perpetrada en personas a las que el niño quiere, o alguna mascota, amenazar con abandonar, o matar a un niño, amenazar con dañar las pertenencias de alguien, perseguir, y amenazar con hostigamiento permanente.
Tiene importancia, desde el punto de vista psicopatológico, en lo que se denomina estrés postraumático.
Reclusión:
La reclusión se refiere a limitar la libertad de una persona, para desenvolverse en una relación normal con otros.
Puede incluir un confinamiento físico.
Indiferencia emocional:
Esto supone, no proveer cuidados de una manera sensible, y se manifiesta mostrándose no involucrado e indiferente para con la víctima, interactuando solamente cuando es necesario, e ignorando las necesidades mentales y emocionales de la persona.
Algunos ejemplos:
Ignorar los intentos de un niño por interactuar, no demostrar cariño hacia un hijo, tratar a alguien como si fuera un objeto, o un trabajo por terminar, etc.
Al ser una mujer, víctima de maltrato emocional, automáticamente se convierte en una persona dependiente, es por eso, que muchas veces, algunas mujeres tardan años para separarse de su pareja, pues el miedo que sienten al abandono, es tan grande, que prefieren seguir torturándose, la dependencia es tanta en estos casos, que casi siempre, la víctima de estos maltratos psicológicos, termina disculpando y cediendo ante el maltratador.
El maltratador siempre se va a valer de insultos, ofensas, amenazas, críticas destructivas, gritos, indiferencias, descalificaciones, agresiones, malos modales intencionales, y desprecios, pues sólo con esos aspectos negativos, el maltratador creerá poseer “el poder” en la relación, “hasta gastar el gas que le da luz”
“If I were not mad, I could have helped you.
Whatever you had done, I could have pitied and protected you.
But because I am mad, I hate you.
Because I am mad, I have betrayed you.
And because I'm mad, I'm rejoicing in my heart, without a shred of pity, without a shred of regret, watching you go with glory in my heart!”
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