Hook

“What if Peter Pan grew up?

La infancia es todo el recuerdo olvidado de un hombre que nunca mira a tras para recordarla.
No importa la edad que tengas, porque la nostalgia no es parcial, nos afecta a todos.
Cuantos momentos perdidos rememorando la infancia, o la juventud; y que sentimiento más extraño nos deja saber que nada, ni los mejores recuerdos, nos van a devolver esos momentos inolvidables.
La infancia es, en condiciones normales, un tiempo de juego y de curiosidad.
El mundo se abre progresivamente, y todo él, merece ser chupado, observado, cuestionado.
Surgen preguntas espontáneas, que abarcan desde los poderes de un héroe, hasta el origen de la vida humana:
Las cigüeñas fueron aliadas de padres asustados ante la cuestión esencial.
En el niño, lo mítico es real y, si fuera imaginable que a escala humana, la biografía recapitula la historia, participar en lo infantil, supondría retornar al mundo en que los dioses aun vivían sobre la tierra, satisfaciendo el deseo poético.
La psique de un Peter Pan cualquiera, es como una camisa de costuras apretadas, a través de las cuales, revienta el natural impulso de crecer.
El adulto responsable se compra una camisa nueva, y deja que se pudran los harapos de su infancia, en algún arcón del subconsciente, olvidando el ayer en función de las exigencias del mañana.
Es el proceso normal de la vida; así es como funcionan las cosas.
Jugar a la eternidad es divertido, hasta que empiezas a trabajar…
Que pasaría, si eso que nos pasa a nosotros cuando descubrimos los harapos del arcón olvidado, nos preguntamos por qué los hemos guardado en lugar de deshacernos de ellos.
Es un déjà-vu persistente que pincha en el corazón como una piedra en un zapato.
Lo que pasa es que a veces, es difícil darse cuenta, porque Peter Pan cambia de nombre, y a veces se llama otra cosa como por ejemplo:
Viajar, conocer gente extraordinaria, soñar con la jubilación, tocar en un grupo, hacer deporte, jugar al rol, comprar cosas estúpidas, leer libros estupendos, o bien, porqué no, ir al cine.
“Neverland.
Lost Boys.
Jim Hook, duel to the death, I'll tell you about it later.
Listen, I'd love to chat... but I gotta climb a drain pipe right now.
Why?
Because I ran out of fairy dust, if not I would've flown up”
Hook es una película de aventuras y fantasía, de 1991 dirigida por Steven Spielberg.
Protagonizada por Robin Williams, Dustin Hoffman, Julia Roberts, Bob Hoskins, Caroline Goodall, Maggie Smith, Laurel Cronin, Amber Scott, Phil Collins, Charlie Korsmo, Dante Basco, Gwyneth Paltrow, Glenn Close, Phill Collins, Jimmy Buffett, entre otros.
Hook obtuvo 5 nominaciones al Oscar:
Mejor dirección artística, vestuario, efectos visuales, maquillaje, canción: “When You're Alone” escrita por John Williams y Leslie Bricusse.
El guión lo firma Nick Castle junto a Malia Scotch Marmo, y constituye una continuación de la obra Peter Pan de J. M. Barrie.
El genio dramaturgo J.M. Barrie ya tendría un pensamiento alegre predominante, el haberse hecho esta maravillosa película.
Hook rescata el espíritu que lo inspiró a escribir el cuento, se trata de un homenaje a la vida y a la infancia, a la imaginación y a la fantasía, a la vivencia de nuestros sueños celestiales y a las hadas.
Hook es perfecta para los niños, pero no se confundan, un adulto puede ser más susceptible de emocionarse, pues puede entender mejor el mensaje; y hay que reconocer la originalidad del argumento:
¿Y si Frodo no hubiera entregado el anillo?
¿Y si Rocky se hubiera rendido?
¿Y si William Wallace no hubiera querido luchar?
Aquí se nos presenta un interesante “Y si...” donde Peter Pan abandona Neverland.
Steven Spielberg se tomó con Hook, la libertad de escribir la historia de Peter Pan, después de su salida de Neverland, algo que, bajo otro nombre, no hubiera llegado jamás al cine.
Hook posee una gran ambientación, vestuario, dirección, guión... en fin, todo está rigurosamente pulido, lo que no es de extrañar, tratándose del siempre perfeccionista Steven Spielberg.
Da realmente la sensación de que este último, al igual que J.M. Barrie, se sentía como un niño, al realizar su producción, un niño que cree en la hadas.
Los decorados de Hook, están perfectamente diseñados, pero Spielberg erra con tanto clasicismo, esto resta grandiosidad a Neverland, y la hace demasiado teatral.
Como fuere el caso, Hook cuenta básicamente, la historia de un Peter Pan distinto al que estamos acostumbrados a ver y leer, ya que por ejemplo Disney, explicaba la historia de Peter Pan de niño, y en Hook, se narra la historia de Peter Pan cuando se hizo adulto, y nos preguntamos:
¿Cómo va a hacerse mayor Peter Pan si no podía crecer?
La idea de que Peter Pan crezca, y se olvide de Neverland, de Tinker Bell y Los Niños Perdidos, del Capitán Hook y el cocodrilo....
Hook es algo así como una metáfora de nosotros mismos, de cómo crecemos y nos olvidamos, de los juegos que nunca más volvemos a jugar....
Todos somos, de algún modo, este Peter Pan.
Esto es para darnos cuenta, que a pesar de los años, uno conserva siempre el alma de un niño, solo que a veces, se esconde por miedo al mundo que nos rodea.
“It's Hook or me this time”
Hook gira en torna a Peter Banning/Peter Pan (Robin Williams) quien había sido un niño huérfano, y fue adoptado por una familia.
Ahora ya es adulto, es un prestigioso abogado, y tiene una encantadora familia, pero ha perdido el contacto con algo maravilloso:
Su infancia.
Por tanto, viaja a Londres para visitar a Wendy Darling (Maggie Smith)
Sin embargo, cuando sus hijos son secuestrados por su antiguo enemigo, el Capitán Hook (Dustin Hoffman) y llevados a Neverland, también él tendrá que viajar a ese reino encantado, donde, con la ayuda de Tinker Bell (Julia Roberts) y Los Niños Perdidos, podrá recuperar no sólo a sus hijos, sino también, al niño que un día fue, y su auténtica identidad:
Peter Pan.
Allí vivirá entonces, emocionantes y divertidas aventuras.
Pero aunque Peter haya olvidado, no todos se han olvidado de Peter.
Los Niños Perdidos necesitan un líder, Los Guerreros Indios un héroe, Las Sirenas un amante, Tinker Bell un compañero, y el Capitán Hook un enemigo.
Ellos acuden a territorio hostil, para recordarle a Peter que, aunque le pese la adultez, y se haya extinguido su fe, todavía es capaz de regresar.
Y Peter regresa.
Y hablando de no crecer nunca...
Peter Pan...
¿Abogado?
Bueno, respira hondo.
En cierto modo tiene lógica, hasta es bonito.
Se enamoró se quedó, y tuvo que crecer...
Después, este viejo aburrido no es mi Peter…
Pero supongo que precisamente, en esa frustración infantil, se basan los sentimientos que nos embarga en el desarrollo de Hook.
A medida que va despertando Peter Pan, poco a poco te sientes más niño...
Vuelve la ilusión, los juegos, la imaginación, la falta de preocupaciones, las ansias de aventura, las sonrisas y las carcajadas sin sentido...
Toda esa magia se transforma en una ilusión creciente, en una alegría casi enfermiza...
Bueno, si añoras tanto la infancia, como este servidor, te será bonito el visionado.
Pero volviendo a Hook; su mayor fuerte es precisamente el mensaje.
Ese deseo de permanecer siempre joven, de nunca perder el espíritu de la diversión; sumado al valor de la familia, y a la magia y añoranza de la historia original.
“So, Peter, you've become a pirate”
Robin Williams, que no es un actor de mi devoción, en Hook está en su mejor momento profesional para este papel.
Nos permite creernos que Peten Pan es un adulto, y nos sumerge en una búsqueda de la infancia perdida.
Destaco entre las curiosidades de Hook, que en un principio iba a ser un musical, e incluso había números musicales preparados, pero al final, no le convenció a Spielberg, y se desechó la idea original.
Aparte, no sé lo que pasó con Julia Roberts durante el rodaje, pero el director declaró que nunca volvería a trabajar con ella, y así ha sido hasta la fecha.
El papel de Peter Pan iba a ser interpretado por Michael Jackson, pero cuando vio el guión no le gustó que Peter Pan creciera, y se negó a interpretar el personaje, alegando estar demasiado ocupado con su carrera musical.
Esto hizo que el papel fuese interpretado finalmente, por Robin Williams, quien tuvo que afeitarse al derecho y al revés para su papel en Hook.
Por otro lado, si Michael Jackson hubiera protagonizado Hook, ahora sería una película de culto.
Además de que Michael Jackson, con un montón de actores infantiles, hubiera podido derivar en una polémica, y el plato hubiera estado más que servido.
Después viene Dustin Hoffman en la piel del Capitán Hook.
Que personaje más maravilloso.
Alguien que necesita, desesperadamente, a alguien a quien odiar.
Alguien que, sin un Peter Pan, no podría vivir.
El Capitán Hook es otra persona que se aferra desesperadamente, a su juventud.
Y no olvidemos a Tinker Bell (Julia Roberts) una de esas actrices que tiene la especial habilidad de cumplir con nota alta, cualquier reto que se le ponga.
Tinker Bell, con un gran secreto que guarda, es un personaje tierno y dulce a la vez.
Curiosamente, Hook es la única película de Peter Pan, donde Tinker Bell habla.
Otro actor del reparto, lo conforma el detective que está investigando las desapariciones de los niños, que no es otro que Phill Collins.
Glenn Close hace un cameo, y se esconde bajo las barbas de uno de los piratas, el que es condenado, en el barco de Hook, supuestamente por no creer en el plan de secuestrar a los niños.
Uno de los piratas que intenta robar los zapatos de Peter, cuando llega por primera vez a Neverland, está interpretado por el cantante Jimmy Buffett.
Los Niños Perdidos:
Todos los actores infantiles, como siempre, están graciosos, pintorescos, algunos simplemente adorables, y la nueva figura, el sustituto temporal de Peter:
Rufio (Dante Basco)
Este último, es un personaje curioso:
Rebelde, envidioso, con ganas de mantenerse en el liderazgo.
Queda abandonado hasta el final, así que no llegas a cogerle aprecio, pero tampoco se echa demasiado en falta.
La hija de Peter Moira (Caroline Goodall) adorable, y Jack (Charlie Korsmo) el hijo despechado y dolido.
Digamos que todos cuadran bien dentro de su dimensión, y que al final, todos cumplen con su parte tal y como se esperaba.
¿Predecible?
Por supuesto.
Pero eso forma parte del encanto de ser un niño…
¿O no?
Disfrutar de los finales felices.
Por su parte, John Williams y Leslie Bricusse intentaron crear Hook, como un musical en 1985, pero no llegó a buen puerto, componiéndose 10 canciones; una de ellas, se incorporaría a la película, siendo nominada al Oscar.
De ahí que la música incidental de Hook, procede en gran parte, del musical no-nato.
Williams nos sumerge en una trepidante montaña rusa musical, donde la fantasía, la espectacularidad, y el humor, se apoderan de la partitura, haciendo gala de una sobresaliente inspiración, dejando eso sí, algunos evocadores y nostálgicos momentos, donde el compositor también demuestra su gran maestría.
Una obra absolutamente imprescindible, en la colección de cualquier aficionado.
Y es que es una partitura que conjuga lo épico, con cierto sentido humorístico, y que remarca el mundo de ensueño en el que se desenvuelven las aventuras, mediante temas de corte infantil.
“The stories are true!
I swear to you!
I swear to you on everything I hold dear!
And now he's come back to seek his revenge.
The fight isn't over for Captain James Hook.
He wants you back.
He knows that you'll follow Jack and Maggie to the ends of the earth and beyond.
And by heavens, you must find a way.
Only you can save your children.
Somehow, you must go back.
You must make yourself remember”
Dejar la infancia no significa necesariamente madurar.
El transcurso del tiempo no se relaciona linealmente, con el acontecer biográfico, y es necesario acudir a lo bueno de los orígenes.
La pregunta de Nicodemo a Jesús:
“¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo?” es paradójicamente infantiloide, porque sí es necesario renacer.
Hay quien al ver una obra de arte abstracto, manifiesta que la podría pintar su nieto, sin darse cuenta de que precisamente eso es lo que puede conferir todo el valor estético a la pintura contemplada.
Algo parecido ocurre en la investigación científica.
El descubrimiento es ajeno a la erudición.
Los grandes matemáticos y físicos, muestran su genialidad siendo muy jóvenes.
Einstein tuvo su “annus mirabilis” a la edad de 26, desarrollando La Teoría de la Relatividad, a partir de una intuición de adolescente.
La Filosofía y la Ciencia comparten el afán epistémico, pero su método es diferente.
La erudición, en vastos campos del saber, favorece la construcción filosófica sistemática.
Para un científico, es mejor no saber casi nada, y crear desde esa ignorancia.
Los ejemplos abundan.
La Biología Molecular se desarrolló inicialmente por parte de físicos.
La computación con moléculas de ADN, se le ocurrió a Adleman, tras oír hablar por primera vez de esa molécula.
Hay quien construye origamis con ADN porque sí, por jugar, aunque después resulte que tengan aplicación práctica.
La gran ciencia surge del juego y de la curiosidad.
Siendo actividad lúdica, supone la permanencia de lo mejor de la infancia, su creatividad y su sed de exploración de preguntas sobre lo esencial.
La investigación científica realmente válida, supone ausencia de proyecto, decía el bioquímico estadounidense Arthur Kornberg, que “el mejor proyecto era no tenerlo”, puro juego de materias y lenguajes, para satisfacción de una mirada infantil omnipotente que se extasía ante lo bello, a tal punto que “es esa belleza la que frecuentemente sugiere la verdad de la teoría construida”, como afirmaba el físico teórico británico, Paul Adrien Maurice Dirac.
Es triste ver, cómo la infancia se sofoca mediante la imposición de currículos escolares y extraescolares sobrecargados, que cercenan lo lúdico y lo mágico.
Es triste ver, la asfixia del mito vivificante en aras de lo técnico.
Esa educación inhumana creada por “expertos” y deseada por muchos padres, conduce a lo peor.
En ausencia del mito y del juego, sin héroes, la ciencia es tomada en serio, y pasa a profesionalizarse, a industrializarse, a servir al comercio.
Nadie que no se haya preguntado lo importante en su infancia, podrá hacerlo nunca por mucha historia de la filosofía que estudie; sólo mostrará erudición inútil.
Pero abundan los profesionales del saber, quienes, despreciando la narración heroica, y considerando que la ciencia debe ser seria, hacen de ella un mito descafeinado, deificándola, convirtiéndola en la única posibilidad de salvación, y amaestrando a la juventud hacia la peor distopía:
La cientificista.
“Cuando uno no cree en Dios, cree en cualquier cosa”, decía G.K. Chesterton.
Cuando se abandona la riqueza mítica, y se ignora el método científico, se sucumbe fácilmente al atractivo de lo paranormal, de lo “New Age” o del “higienismo”, tantas veces preludio de la dictadura.
Sólo desde una perspectiva infantil es posible la Ciencia, del mismo modo que sólo desde la “infantilización” subyacente a tantas seriedades, se la adora, o se la confunde con ídolos miserables.

“That is the same window and this is the same room where we made up bedtime stories telling about Peter, Neverland, and scary old Captain Hook.
But did you know that Mr. Barrie... well, Sir James, our neighbor, he loved our stories so much that he wrote them all down in a book... oh dear me... 80 years ago”



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