Total Recall

“Ever heard of Rekall?
They sell those fake memories”

Un recuerdo falso es un recuerdo de un evento que no ocurrió, o una distorsión de un evento que ocurrió, según se puede saber por hechos corroborables externamente.
Se sabe que la memoria sólo es confiable hasta cierto punto, bien sea por no recordar cosas que se saben, o por recordarlas incorrectamente.
La continuidad de la memoria no es garantía de verdad, y la alteración de la memoria no es garantía de falsedad.
Hay una controversia importante respecto de los recuerdos falsos.
Nuestro sentido de identidad, de quiénes somos, y qué hemos hecho, está vinculado con nuestros recuerdos, y puede ser inquietante que eso sea cuestionado.
La amnesia, la enfermedad de Alzheimer, y el trastorno por estrés postraumático, son ejemplos de pérdida dramática de los recuerdos, con efectos devastadores para el enfermo, y para quienes lo rodean.
Los recuerdos falsos, también pueden ser traumáticos para cualquiera que esté involucrado, especialmente, si no hay acuerdo en que el recuerdo sea falso.
Las consecuencias se amplifican, cuando el recuerdo en sí es chocante, como en el caso de los recuerdos de haber sufrido abuso en la infancia, que salen a flote en la adultez.
Por lo tanto, en esos casos se hace imperativo no confiar solamente en la memoria, sino insistir en evidencia que pueda corroborar el hecho.
Sin embargo, dicha evidencia, que puede apoyar, o contradecir el recuerdo, puede no estar disponible, o puede no ser definitiva.
Dado que los recuerdos falsos pueden parecer tan vívidos y reales como cualquier recuerdo verdadero, se debe ir más allá, para entender las formas comunes como aparecen, como errores en las filas de identificación, o mala práctica terapéutica, y evitar esos errores.
Por ejemplo, los estudios han mostrado que los recuerdos falsos pueden surgir a partir del efecto de información incorrecta.
Si una persona recuerda un evento que no ocurrió, ante otro testigo, o para el cual no hay evidencia física que lo corrobore, la validez del recuerdo puede ser cuestionada, pero no desestimada.
Puede decirse que la ausencia de evidencia, no es evidencia de ausencia; pero la validación tiene la prioridad más alta.
Por ejemplo, uno puede decir que existen manadas de elefantes con alas.
Si bien es difícil probar concluyentemente, que esto sea falso, tampoco puede ser validado hasta que se encuentren varios de esos elefantes.
Surgen complicaciones cuando un recuerdo involucra un trauma infringido por otro.
Si negar ese recuerdo incriminatorio, es de interés para una tercera parte que probablemente esté involucrada, el recuerdo no puede desestimarse simplemente por la fuerza de dicha negación.
Igualmente, el solo recuerdo no garantiza la acusación de la tercera parte, por ello la necesidad de evidencia.
De ahí que el origen del falso recuerdo es controvertido.
Estudios realizados demuestran que técnicas como la hipnosis, “rebirthing” y la terapia de recuperación de la memoria entre otras, puede inducir la formación de recuerdos falsos.
Estas técnicas pueden llevar a hacer creer a un individuo, que fantasías y hechos que nunca ocurrieron, son reales.
Muchos defensores de los recuerdos recuperados, enfatizan sobre la importancia de distinguir entre los recuerdos comunes y los traumáticos.
Los estudios han mostrado, que los recuerdos pueden ser implantados, pero no hay estudios sobre recuerdos traumáticos implantados, y sus efectos relacionados, como el trastorno por estrés postraumático, y el trastorno de identidad disociativo, puesto que tales estudios no serían éticos.
Por su parte, el cine de los 80 y 90, estuvieron plagados de “blockbusters” protagonizados por tipos duros y musculosos, en un sinfín de películas, más llegaron a crear un subgénero dentro del cine de acción, al que podríamos denominar “Cinebolizante”
Sylvester Stallone, Chuck Norris, Jean-Claude van Damme, y Arnold Schwarzenegger fueron sus máximos exponentes.
Precisamente fue este último quien supo revestir a su carrera cinematográfica de algo muy próximo a la dignidad; ya fuera por suerte, o por su buena cabeza, el actor austríaco trabajó para directores tan relevantes como:
James Cameron, John McTiernan, John Milius o Paul Verhoeven, elevando el nivel de sus películas, muy por encima de las protagonizadas por sus compañeros de gimnasio.
“If I am not me, then who the hell am I?”
Total Recall es una película de ciencia ficción dirigida por Paul Verhoeven en 1990.
Protagonizada por Arnold Schwarzenegger, Sharon Stone, Michael Ironside, Rachel Ticotin, Ronny Cox, Marshall Bell, Mel Johnson Jr., Michael Champion, entre otros.
Total Recall fue escrita por Ronald Shusett, Dan O'Bannon y Jon Povill, basados todos en el relato de Philip K. Dick “We Can Remember It for You Wholesale” (1966) el cual es un cuento de ciencia ficción, publicado en The Magazine Of Fantasy & Science Fiction.
Como nota curiosa, el título del relato original, es un homenaje al musical “I Can Get It For You Wholesale”
Total Recall representa un clásico enmarañado, acerca de la realidad, la falsa memoria, y la memoria real; además de que obtuvo el presupuesto más alto producido por Hollywood hasta ese momento y lanzó al estrellato a Sharon Stone.
Total Recall ganó un premio Oscar Especial a los Mejores Efectos Visuales, y estuvo nominada como mejor sonido y efectos sonoros.
La superioridad de sus efectos especiales, respecto a los del resto de películas estrenadas esa temporada, hizo que la Academia de Hollywood la seleccionara como única nominada para los Premios Óscar en esa categoría, y le dio un premio especial por los efectos y logros alcanzados.
De inicio cabe señalar que el cine de Paul Verhoeven, siempre se ha caracterizado por su valentía, a la hora de mostrar la violencia en pantalla de una manera gráfica y sin concesiones y, tras ser clasificada X, Total Recall tuvo que rebajar algo de sangre para poder estrenarse finalmente, con la clasificación R para menores de 17 años, los cuales deben ser acompañados por un adulto.
Rodada en su mayor parte en México, buena parte de la responsabilidad de la factura visual de Total Recall procede de que, a pesar de que se trataba de una película de gran presupuesto, se utilizaron maquetas a gran escala, en lugar de recurrir a efectos CGI.
Por el contrario, aunque sí se utilizaron estos mismos efectos digitales para limar algunas secuencias, se hizo de una manera tan concienzuda, que parecían imágenes reales.
El conjunto profirió una dimensión onírica a Total Recall, que contribuía a reforzar la idea de que todo era un sueño, pero con la suficiente veracidad como para que también pudiera ser real.
Total Recall fue una de las últimas películas de Hollywood en hacer uso, a gran escala, de efectos especiales a base de miniaturas, en lugar de imágenes generadas por computadora (CGI)
De hecho, 5 compañías distintas:
Dream Quest Images, Hunter/Gratzner Industries, Industrial Light & Magic, MetroLight Studios y Stetson Visual Services Inc. intervinieron en el proceso.
Inclusive, la única toma de imágenes por computadora, el esqueleto de Arnold Schwarzenegger visto en Rayos X, fue realizada por MetroLight Studios.
Paul Verhoeven adapta el relato corto de Dick, uno de los más importantes gurús de la literatura de ciencia ficción, y lo convierte en una película visualmente fascinante, y dotada de un ritmo trepidante; además de un guión que contiene todos los ingredientes necesarios para atrapar al espectador desde el plano inicial.
Pero Total Recall no es pura ciencia ficción…
Ya desde que el personaje quiere ser espía, nuevos clichés del género policíaco entran en juego:
Las persecuciones, las peleas a pistola, o a puñetazos, los malos malísimos, los secuaces, los malos que son buenos, los buenos que son malos, la “femme fatale” del cine “noir” también está presente, el acompañante-ayudante del protagonista...
En definitiva, podríamos concluirla como ciencia ficción policíaca, con su toque romántico forzado, como siempre.
Su acierto es lograr un balance entre los diferentes elementos con los que juega.
Total Recall es una película de acción perfecta para Arnold, donde las balas vuelan y la sangre chorrea.
Es de ciencia ficción, por el cual toma lugar en Marte, usando extensamente los efectos prácticos para los mutantes en las ciudades futuristas; y existencialista, porque juega con los conceptos de la realidad, acerca de lo que es verdad o no, en la identidad de un individuo.
Un tema profundo; difícil de trasmitir al público comercial y palomitero.
“Your whole life is just a dream”
Total Recall sucede en el año 2084, en el cual, uno de los sueños de Douglas Quaid/”Hauser” (Arnold Schwarzenegger) es poder ir de vacaciones a Marte.
Pero Lori, su mujer (Sharon Stone) no lo comparte, y por ello, él decide acudir a “Rekall” una compañía especializada en implantar falsos recuerdos en la mente humana, para creer que ha viajado al planeta rojo.
Lo que no imagina, es hasta qué punto puede resultar peligroso, no saber si un recuerdo es falso o verdadero:
Tras un error en la implantación, Quaid creerá que es un agente secreto al que han descubierto, y al que quieren matar.
Pronto descubrirá que, realmente, alguien quiere acabar con su vida, y que se encuentra en una situación muy complicada.
La pregunta del millón es:
¿En verdad Quaid era “Hauser”, con una vida mucho más interesante que la suya, o todo es parte de la experiencia de “Rekall”?
Desde este punto, el pasado de Quaid, comienza a desenvolverse abruptamente.
Amigos y familia intentan eliminarlo, mientras es perseguido desde la tierra al planeta rojo, tratando de descubrir quién era antes, y cuál era su misión.
El “Ego Trip” de “Rekall” facilita un sueño vivido de una fantasía, a la que se le pueden añadir cuantos elementos se desee.
Con esta premisa, todo lo anterior a dicho “viaje” o “sueño” puede interpretarse como susceptible de ser añadido por Quaid, a un nivel subconsciente.
Sin embargo, Verhoeven, o el guión, o la novela, juega con la ambigüedad.
Igual que hay información que conduciría a esta conclusión, hay otros detalles que lo negarían.
Por ejemplo en la escena en la que Quaid le pregunta a un compañero de trabajo acerca de “Rekall”, éste no se lo recomienda.
Tras el breve diálogo, la cámara queda un momento con el personaje del compañero, comportándose con preocupación por esa idea que le ronda a Quaid.
Esto indicaría que lo que, más adelante, se supone que le pasa al protagonista es “realidad” y no “sueño”
Que es cierto que lo vigilaban...
Esta ambigüedad se mantiene a medida que progresa Total Recall.
El encargado de “Rekall” menciona el mal tiempo y… los taxistas molestos.
Y luego, tendremos un taxista igual.
Las imágenes que le ofrecen antes del “viaje” para que elija qué incluirá muestran escenarios que luego surgirán en sus aventuras…
Además, de la mujer que será clave en su misión.
En cierto modo, todos estos “sembrados” cumplen aún una tercera función:
Siembran ese equivoco que se asienta sobre el tema del guión:
Cómo se distinguen los sueños de la realidad, cuando aquellos son construidos por una nueva tecnología.
Una que da satisfacción a dichos sueños, también en su sentido de “fantasía”
Como espectadores, nunca sabremos si lo que vive Quaid es realidad, o parte de ese “Ego Trip”
Desde luego, hay escenas, bastantes, donde Quaid no está presente.
Lo que podría suponer que cuestionemos que esto pueda ser un sueño/fantasía.
Ahora bien, esto es precisamente eso:
Un sueño.
No un recuerdo.
No un flash-back.
Por tanto, podría ser dicha fantasía.
Quaid podría estar soñando escenas que construirían esta trama, sin que él esté presente.
Y todo lo que sucederá, coincide punto por punto, con esa fantasía que “Rekall” le prometió.
Será un agente secreto.
Será perseguido.
Tendrá una relación con una mujer morena.
Encontrará extraterrestres.
Y salvará el planeta.
Total Recall debe ser uno de los pocos ejemplos, si no el único, donde un guión anticipa todo lo que va a ocurrir.
Por eso, tiene doble mérito que Total Recall sostenga el interés.
La base de ello, es que se juega justo con esos elementos que Quaid deseaba para su fantasía y que, como veremos, no se alejan mucho de lo que cualquiera de nosotros desearía también.
¿Qué mejor forma de evadirse de una realidad aburrida, que convertirse en un héroe de acción?
Si hay algo que todavía funciona en Total Recall, con garantía, es que sigamos a un protagonista perseguido por algo que no es.
El sentimiento de injusticia siempre nos llama.
Pero aquí se le da la vuelta, y Quaid sí es quien los malos, como Richter (Michael Ironside), supone.
Sólo que con una personalidad con la que podemos conectar.
Al tener la memoria como agente borrada, Quaid ahora es, y se comporta como el “average man” con la ventaja de que dicho bagaje sí le convierte en un héroe de acción.
Es decir, no es, no puede, un tipo cínico y resabiado, o sin moral, como se intuye, y luego se confirma, que así era el “verdadero” Quaid, aunque tiene sus “poderes”…
Como se dice en una frase de diálogo:
“You are not you:
You are me”
Lo cual, por otra parte, insiste en aquello que luego le explicará el presidente de “Rekall”
En esa escena, por si el espectador se había dejado llevar demasiado por la trama, se nos vuelve a recordar todo aquello que estaba sembrado al principio.
Quaid no está despierto.
Quaid no es un agente, ni posee información que salve el mundo.
Es tan sólo un hombre que sufre un ataque de psicosis, con elementos paranoides y esquizofrénicos.
¿Es así?
¿No lo es?
No lo sabemos.
No hay respuesta única.
Hay pistas, detalles, escenas, que dan información a favor de esta teoría, y en contra.
Claro que su fantasía es paranoide.
Es nada menos que, decíamos, la historia de un hombre perseguido.
Claro que su fantasía es esquizofrénica.
Es la historia de un hombre con 2 identidades.
Y, pese a ello, pese a que esta explicación es lógica, y a tono con el género, esto no está situado al final.
Los guionistas no optan por esa revelación de último minuto, que fuerza a que revisemos toda la película.
No, el riesgo es aquí mayor.
Lo colocan a mitad del metraje, pero tampoco se arriesgan del todo.
Sea como sea, creamos al hombre de “Rekall” o creamos en toda esa historia del agente doble, lo peculiar es que ninguna opción impide que sigamos disfrutando sus aventuras.
Al fin y al cabo, el cine en sí, ya es un modo de plasmar nuestras fantasías:
Paranoides: Todos alguna vez creemos que todos están en contra de nosotros.
Esquizofrénicas: Todos queremos ser otra persona.
Hermosas e idealistas: Todos queremos liderar una revolución que cambie, al menos, un mundo, etc.
Sólo en la escena final, se nos presenta, quizá, un poco de incomodidad.
Cuando en el mismo escenario que aquel primer sueño, se cumple la salvación de Marte, y todo acaba bien, y el protagonista se queda con la chica.
Entonces, a lo mejor, se nos remueve algo dentro.
Y sentimos que es demasiado perfecto.
Y que se parece mucho a aquello que le prometieran en “Rekall”
Entonces, sólo entonces, quizá, tal vez, a lo mejor, descubramos que esto es ficción fantástica, y que se diferencia mucho de la realidad.
“All right, let's say you're telling the truth and this is all a dream”
Me mantengo firme en la noción de que un film así, no podría ser concebido con los parámetros de ahora.
Para comenzar, casi el 90% del metraje está plagado con efectos especiales prácticos:
Maquillaje, Látex e ingenio humano, nada de computadoras.
Lo que hace a los susodichos mutantes de Marte más grotescamente reales.
Los sets no son pantallas azules, fueron construidos desde sus cimientos.
Es cierto que a veces, las calles Marcianas pueden verse algo pequeñas y reclusas, pero eso es en pro del sentimiento de claustrofobia que se quiere transmitir, al mostrar, como es el día a día, de esta gente dentro de un domo.
Las escenas de acción serian imposibles de recrear en la actualidad, cuando los estudios buscan desesperadamente, la atención de todo el público, tanto joven como adulto.
Total Recall tiene las típicas secuencias de desmembramiento, que se podrían encontrar en cualquier film de la era dorada de Arnold.
Las audiencias actuales, inclusive, no tomarían con tanta normalidad, escenas como la chica de los 3 senos, que si llega a aparecer en el remake seguro estarán cubiertos, la introducción del líder Rebelde Kuato, o los minutos que Quaid y Melina, pasan expuestos en la superficie Marciana.
Si de por sí, el concepto mismo de Total Recall es increíble, su ejecución lo es aun mas.
Total Recall es pura adrenalina; una película en la que nada es lo que parece, de modo que el espectador está completamente expuesto a unos continuos giros de guión que, entre otras cosas, le hacen dudar a cerca de la naturaleza de su protagonista.
Verhoeven nos invita a identificarnos con él, pero en ningún momento garantiza que sea el “bueno” de la función; de hecho, podríamos decir que Quaid, nuestro principal asidero en Total Recall, no solo es un absoluto desconocido para él mismo, después de tanto injerto, sino también para el espectador.
Pero Verhoeven va más allá; lejos de conformarse con hacer una película endiabladamente entretenida, el cineasta holandés, intenta lanzar varias reflexiones al aire para quien quiera recogerlas.
Entre otras:
Está la necesidad de trascender del ser humano:
Quaid le dice a su falsa esposa, que quiere hacer algo más que manejar una taladradora en una obra cualquiera, que necesita experiencias más fuertes; después de su negativa a trasladarse a Marte, e intentar empezar de nuevo, decide acudir a “Rekall”, una empresa que injerta en la memoria recuerdos falsos, como si estuvieran basados en experiencias reales.
Si lo analizamos detenidamente, de lo que verdaderamente habla Verhoeven, es de un futuro en la que la manipulación del ser humano está al alcance de la mano, y los dilemas morales que ello implica.
El clásico conflicto entre el bien y el mal, desde el punto de vista del empleo de la tecnología, está servido:
“Rekall” lo utiliza como alternativa a una vida mediocre, o simplemente “normal”, en la que tus sueños más salvajes, no van a hacerse realidad; Vilos Cohaagen (Ronny Cox), el pérfido gobernador de Marte, lo utiliza para mantener su poder, y seguir sometiendo a la población mutante.
Todo este contexto social, enmarcado en ciudades utópicas con taxis sin conductor, televisores integrados en la pared, grandes carteles luminosos en la calle, coches de diseños poligonales y aerodinámicos… y uno de los personajes más característicos, es el líder de los mutantes, una especie de sabio en reflexología, fiel al cliché del anciano de la experiencia, correspondiente a la narrativa del “ciclo del héroe”
Esta especie de tumor parlante, alojado en el torso de un humano, ayudará a nuestro protagonista con su consejo para superar, en el último momento, cualquier dificultad final.
Verhoeven insinúa sus inquietudes, y aunque no las muestre de manera evidente, permanecen intactas en el subtexto de su argumento, y en la forma de comportarse de sus personajes.
La dualidad Quaid-Hauser en Arnold Schwarzenegger, es una buena muestra de ello; ambos representan el yin y el yan de una misma persona; aspectos que son perfectamente reversibles.
El cineasta holandés, sostiene que toda persona tiene tanto potencial para hacer el bien, como para hacer el mal; aunque en su opinión, según podemos deducir, el ser humano es bueno por naturaleza, algo bastante discutible si me permiten…
Una vez que el cerebro de Quaid es “reseteado”, su tendencia natural es hacer el bien, y olvidar su pérfida personalidad anterior.
Pero en Total Recall, también se denuncia la discriminación hacia personas diferentes, débiles, inadaptadas…
Tal y como podemos comprobar, observando el trato que reciben los mutante.
Asimismo, se critica la existencia de regímenes totalitarios, como liderado por Cohaagen, y el monopolio de los recursos naturales, como sucede con el oxígeno.
Evidentemente, todo está llevado al extremo; aunque si lo pensamos detenidamente, tampoco dista mucho de la realidad actual, en la que un número reducido de personas controlan el recurso natural más importante del planeta:
El petróleo.
El reparto femenino, también es interesante:
Rachel Ticotin y Sharon Stone interpretan a Melina y Lori.
Dos bellezas muy distintas, y dos personalidades opuestas como la dualidad de Arnold, el yin y el yan, más visualmente, una morena y la otra rubia.
La dualidad entre lo que representa para Quaid el riesgo, y el evadirse de la realidad, o la estabilidad emocional y familiar, aunque ambos personajes esconden más de una sorpresa.
Ticotin está más que correcta, y se desenvuelve bien en las escenas de acción, pero es Sharon Stone quien devora la pantalla en cada aparición, más por su belleza que por sus cualidades dramáticas.
Evidentemente, Verhoeven hace un hueco a sus fantasías sexuales; enfrenta a 2 mujeres que representan la lucha entre el Amor, Sharon Stone es supuestamente la mujer de Quaid, aunque en realidad no le ama, ya que se trata de un personaje sexualmente atractivo, para captar su atención; y el Sexo, Rachel Ticotin es un personaje que responde a las fantasías sexuales de Quaid, aunque en realidad, se trata de la persona de la que él estaba enamorado antes de ser “reseteado”, decantando la contienda a favor del sexo, o el amor, según quiera interpretarse, ya que ambos bandos son nuevamente reversibles.
Pero no contento con esto, Verhoeven nos deja una imagen para el recuerdo:
Una prostituta con 3 tetas que nadie que haya visto Total Recall olvidará jamás…
Sin comentarios.
Los efectos especiales son bárbaros:
Como cuando Quaid se saca el “chip” del cerebro, o cuando se saca la cabeza de mujer al llegar a Marte...
La escena donde se descubre quien es Kuato, me parece una escena original e impactante, en todos los sentidos.
También, cuando Kuato lee la mente a Quaid, y nos transporta con una música perfecta, e hipnotizadora, a las entrañas de Marte, me parece memorable.
Sin embargo hay algunos fallos:
¿Construyen bóvedas de cristal en Marte, con cristal rompible?
La primera vez que aparece el holograma de Quaid, los soldados no se dan entre ellos al disparar; pero cuando lo hace Melina, sí pasa.
“I've been trying to tell you, someone has erased his memory”
Resulta que Investigadores de los Estados Unidos, han estudiado los mecanismos de la memoria, y descubierto la forma de implantar falsos recuerdos en las personas, ya sea modificando episodios personales, ya sea fabricando sucesos que nunca ocurrieron, pero que se recuerdan como reales.
Determinaron que el 25% de la población, es susceptible de asumir recuerdos imaginarios, incluidos los de episodios relativos al primer año de vida, mediante recursos que develan lo fácil que es engañar a la memoria.
El experimento se realizó con un grupo de personas que, después de unos minutos de conversación, recordaban felices el día en que, siendo niños, Bugs Bunny los había abrazado en su visita a Disney World.
Incluso, sentían la piel del personaje, y sonreían de pensar cómo acariciaban sus enormes orejas.
Más de 1/3 parte de las personas que participaron en la investigación, recordaron ese momento, que es imposible que ocurriera, porque el famoso conejo no es un personaje de Disney, después de que un científico indujera deliberadamente esa falsa memoria.
Los investigadores sostienen, que cuando a una historia se le añaden detalles relativos al tacto, gusto, olor, y oído, las posibilidades de que sea considerada real por la mente, aumenta considerablemente.
Las personas que adoptan falsos recuerdos no son ingenuos, ni enfermos, ya que el proceso forma parte de los mecanismos naturales de la memoria humana, que fabrica recuerdos a partir de la experiencia y, también, a partir de sensaciones vividas como reales.
Los detalles sensoriales son la materia prima de los recuerdos, por lo que si a una historia falsa se la impregna de sensaciones, el proceso de la memoria se perturba, y la gente recuerda cosas que nunca existieron.
Los estudios muestran incluso, la forma de implantar recuerdos falsos en las personas.
Más aún, demuestran que la gente puede ser conducida a recordar el pasado de formas diferente a cómo ocurrió, e incluso, que pueden ser inducidas para que también “recuerden” eventos completos que nunca sucedieron.
La investigación sobre los falsos recuerdos ha ido más lejos, hasta llegar a lo imposible, jugando con episodios inmediatamente posteriores al parto.

“No wonder you're having nightmares.
You're always watching the news”



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