Barton Fink

“There's only one thing stranger than what's going on inside his head.
What's going on outside”

Una de las expresiones más corrientes y manidas, para referirse al cine, es aquella que lo define como una “fábrica de sueños”
Quizás algo de ello exista en lo mentado a su través, pues, aun cuando dicha expresión bordea el kitsch de lo retórico, nos permite articular 2 de los aspectos más relevantes de la producción cinematográfica, a saber:
Su carácter fabril, y su dimensión psicológica.
El artista, no es un privilegiado de la vida, no tiene derecho a vivir sin deberes, está obligado a un trabajo pesado, que a veces se convierte en su cruz.
Ha de saber que cualquiera de sus actos, sentimientos, pensamientos, constituyen el frágil, intocable, pero fuerte material de sus obras, y que, por tanto, no es libre en la vida, sino sólo en el arte.
Clifford Odets, fue un dramaturgo de New York, quien en 1930 se unió al Group Theatre, un grupo de dramaturgos, entre los que estaban:
Harold Clurman, Cheryl Crawford, y Lee Strasberg.
Sus trabajos, enfatizaban problemas sociales, y empleaban el sistema de actuación de Stanislavski, para recrear el sufrimiento humano, tan sinceramente como fuese posible.
Muchas de las obras de Odets, fueron exitosamente realizadas en Broadway, incluyendo:
“Awake and Sing!” y “Waiting for Lefty” ambas de 1935.
Cuando el gusto del público se alejó del teatro, políticamente comprometido frente el realismo familiar de Eugene O'Neill, Odets tuvo dificultades para producir trabajos que resultaran exitosos, así que se trasladó a Hollywood, y pasó 20 años escribiendo guiones para películas.
A finales de los años 30, Odets se trasladó a Hollywood, donde escribió guiones cinematográficos, y dirigió las películas:
“None but The Lonely Heart” (1944) y “The Story on Page One” (1959)
Entre sus obras posteriores como guionista, se encuentran:
“Notorious” (1946), “The Big Knife” (1949), “The Country Girl” (1950), “The Flowering Peach” (1954), y “Sweet Smell of Success” (1957)
Odets notificó su difícil transición de Broadway a Hollywood en su diario, publicado en 1988, titulado:
“The Time Is Ripe: The 1940 Journal of Clifford Odets”
El diario exploraba las deliberaciones psicológicas de Odets, acerca de la escritura y el romance; a menudo, invitaba mujeres a su departamento, y en su diario, describe muchas de sus aventuras.
Y es que desde los relatos épicos como “La Odisea” o “La Eneida”, en las historias, siempre hay un elemento reiterado que, en cierta forma, condiciona su estructura:
Todo héroe debe visitar el inframundo, ese lugar que los griegos asociaron con el reino de los muertos, y al que, con los siglos, el cristianismo otorgó el nombre de infierno.
Esa estructura, mutó hacia metáforas más complejas, en las que la constante era el encuentro con lo desconocido, de un lugar que se antojaba enigmático, y que inspiraba temor y curiosidad.
El canon de la escritura de guiones, convirtió ese encuentro, en un tópico fundamental para resolver argumentos.
“We're only interested in one thing, Bart.
Can you tell a story?
Can you make us laugh?
Can you make us cry?
Can you make us want to break out in joyous song?
Is that more than one thing?
Okay!”
Barton Fink es una comedia estadounidense, del año 1991, realizada de forma independiente, escrita, y dirigida por Joel e Ethan Coen.
Protagonizada por John Turturro, John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner, John Mahoney, Steve Buscemi, Tony Shalhoub, Jon Polito, Richard Portnow, entre otros.
El rodaje comenzó en junio de 1990, y duró 8 semanas, y un presupuesto final estimado de $9 millones; ambientada en Los Angeles en 1941, muestra el trabajo de un joven e intelectual escritor neoyorquino, tratando de terminar un guion para una película de Hollywood, mientras sufre un bloqueo que le impide desarrollar sus ideas.
En palabras más simples, sería una mirada detrás de bambalinas, al proceso creativo del autor, y su relación con su entorno.
Barton Fink contiene alusiones a varias personas, y eventos de la vida real, más notablemente, a los escritores:
Clifford Odets y William Faulkner.
Los personajes de Barton Fink y W.P. Mayhew son, en gran medida, representaciones ficticias de estos hombres, pero los Coen acentuaron importantes diferencias.
También, han admitido haber parodiado a magnates del cine, como Louis B. Mayer, pero también, que los agonizantes momentos en Hollywood, no tienen la intención de reflejar sus propias experiencias.
Barton Fink fue proyectada en mayo, en El Festival Internacional de Cine de Cannes, donde ganó el premio Palme d’Or por decisión unánime, como también los premios a:
Mejor Director (Los Coen) y Mejor Actor (John Turturro); lo que la convierte, en la única película en la historia del Festival, en ganar los 3 premios juntos.
Esta cantidad de premios en categorías importantes de Cannes, fue extremadamente rara, y algunos críticos sintieron, que el jurado fue demasiado generoso, y excluyó a otros participantes valiosos.
Preocupados por esta triple victoria, sin precedentes, después del Festival de 1991, Cannes decidió limitar a 2, la cantidad máxima de premios por película, para asegurar a valoración de otras películas, en futuros festivales.
Cuando se estrenó Barton Fink en Estados Unidos, además de recibir terribles críticas, fue acusada de antisemita, algo totalmente absurdo, si consideramos la ascendencia cultural de los Coen, y de “venganza” personal de los Coen contra Hollywood, algo todavía más absurdo, porque los Coen jamás habían trabajado en Hollywood, ni habían levantado proyectos caros, ni habían tenido el más mínimo problema en ese sentido.
Este era un relato, sobre el proceso creativo de escritura, y más al fondo, sobre la relación del artista y su público, con ramificaciones apasionantes, acerca de la fragilidad de la mente, cuando se enfrenta a una serie de deseos y fantasías no consumadas.
Ver en esto, una venganza, o un antisemitismo, es bastante sorprendente.
La extraña comedia negra que es a veces Barton Fink, no disimula, ni quiere, su condición de espeluznante radiografía de la mente humana, y hasta de la condición monstruosa del hombre.
El papel de Michael Lerner como Jack Lipnick, el egocéntrico productor de cine, fue elogiado por la crítica, e hizo recibir 3 nominaciones para los Premios Oscar como:
Mejor actor de reparto (Lerner), dirección artística, y vestuario.
Aunque fue elogiada casi universalmente por los críticos, Barton Fink solo recaudó $6 millones, 2/3 de su estimado presupuesto.
La acción tiene lugar en New York y en Los Angeles, en 1941, Época Dorada del Cine, donde un guionista intelectual llamado Barton Fink (John Turturro), acaba de tener éxito en New York con su última obra.
Es contratado por un productor de Hollywood, Jack Lipnick (Michael Lerner) con el objetivo de escribir un guion para un película clase B, de Wallace Beery, acerca de la lucha libre, una temática totalmente desconocida para Barton.
Al llegar a Los Angeles, se aloja en el solitario y oscuro “Hotel Earle”, donde a medida que transcurren los días, sufre cada vez más una crisis que le dificulta pensar con claridad, y desarrollar toda su creatividad.
A pesar de que Charlie Meadows/Karl Mundt (John Goodman), su vecino, una persona común, trata de ayudarlo, Fink sigue bloqueado, y entorpecido por su mala suerte, y algunos eventos que le impiden cada vez más, terminar el guion y lograr su objetivo.
Barton Fink parodia el mundo de Hollywood, poblado de directivos fatuos, e incompetentes; realizadores sin ideas; muchos más guionistas de los necesarios; el alcoholismo como respuesta a la frustración; la búsqueda obsesiva del éxito de público; la reiteración de temas y argumentos tópicos.
En un nivel más profundo, se explica el papel del buen guionista, “que trabaja con dolor, sacando a la superficie verdades ocultas de la vida”
En un tercer nivel, se critica con sorna el antisemitismo, el militarismo, la fuerza bruta, las burlas del trabajo intelectual, la violencia doméstica.
Mediante símbolos, se explica el desmoronamiento interior de Barton, como el papel de la pared, cola derretida; el coito de Barton y Audrey Taylor (Judy Davis) con el lavamanos; el alcoholismo a la romana, urinario; las masturbaciones de Barton con las manchas del muro; la mente en blanco de Barton con las gafas sobre almohada; y la presencia de la locura asesina, a modo de incendio dantesco.
Destacan los ambientes sórdidos y opresivos, claustrofóbicos, reforzados con la presencia de elementos perturbadores, como el vuelo invisible del mosquito, mosquitos necrófilos, paquetes misteriosos, llamas que no consumen lo que queman, timbres de sonido interminable, etc.
Barton Fink es un peculiar descenso a los infiernos.
El peso de la estructura, recae sobre el Hotel Earle.
Ya a su llegada, se le da al espectador, un indicio de las cosas por venir:
Barton pide “Sexto, por favor”, el lúgubre ascensorista, anuncia con voz de ultratumba:
“Próxima parada: sexto piso”
“Parada: sexto piso”
Además, el cuarto de Barton es el 621; es el 666, que conlleva connotaciones infernales, yendo a interpretaciones más esotéricas, 6 es el número del Hombre, 3 el de Dios, 3 veces 6 es el Hombre queriendo ser Dios; Barton jugando a ser Dios, ya en un estado de locura, en la escena del baile, Barton grita desaforado:
“Soy un Creador”
Incluso, la vida del otro escritor, W.P. Mayhew (John Mahoney), que remite a William Faulkner, también es un infierno, el posible futuro de Barton, y esta signada por el 6, su habitación es 15: 1+5 = 6.
Un timbre en la recepción que nunca se detiene, el horrible papel floreado del corredor, una constante a lo largo del metraje, la luz mortecina de las bombillas, el pasillo deshabitado e interminable, que asemeja la sala de espera del averno.
Barton parece estar aguardando su turno en el Purgatorio, en ese cuarto que suda, donde el papel se despega, el calor es insoportable, donde un mosquito lo asedia noche tras noche.
La luz que ilumina el cuarto, entra por 2 ventanas, que ni siquiera se pueden abrir, aumentando la sensación de ahogo.
Por otra parte, los espacios del poder son grandes, como la oficina de Lipnick, o su casa, en los cuales Barton, fuera de su ambiente pequeño, aparece aplastado justamente por la amplitud.
Es decir, la sensación de ahogo se genera desde una dialéctica del espacio:
A través de la opresión que producen los planos cerrados, y el pequeño cuarto de hotel, y por aplastamiento desde los ambientes grandes del poder de Lipnick.
Asimismo, el edificio esta corporizado en Charlie.
Su infección del oído, supura como la cola de la pared, suda como el papel.
Charlie hace referencia a que escucha todo, y lo atribuye a las cañerías.
El y el Hotel Earle, son uno mismo, escuchan y sienten de una misma manera, como en la escena del incendio:
“¡Les voy a mostrar la vida de la mente!”, vocifera Charlie, mientras las paredes se encienden a su paso, como si el edificio reaccionara físicamente a la ira de aquel, o cuando Barton y Audrey hacen el amor, que el sonido viaja a través de las cañerías, como si fuera el sistema auditivo de Charlie.
Charlie es el regente del infierno, el que necesita Barton para poder escribir.
“La vida de la mente... no hay mapas para ese territorio.
Y explorarlo, puede ser doloroso.
Un dolor del que la mayoría no conoce”, dice el protagonista, y es por eso que se introduce, y alimenta esa pesadilla.
Barton está solo en Los Angeles, solo con Charlie; solo con su infierno.
Son 2 de los temas centrales de Barton Fink; la cultura del entretenimiento, y el proceso de creativo de la escritura, están entrelazados y relacionados específicamente para la naturaleza de auto referenciación del trabajo, como también del trabajo dentro del trabajo.
Barton Fink es acerca de un hombre que escribe una película, basada en una obra, y en medio de la obra de Barton, está el mismo.
El diálogo en su obra “Bare Ruined Choirs”, también las primeras líneas de la película, de las cuales algunas se repiten al final, como líneas del guion que escribe Barton, “The Burlyman” nos presenta una visualización al auto descriptivo arte de Barton.
La madre en la obra se llama “Lil”, luego se revela que también es el nombre de la propia madre de Barton.
En la obra, “El chico”, una representación del propio Barton, se refiere a su casa “6 pisos arriba”, el mismo piso donde Barton reside en el Hotel Earle.
Además, el proceso de escritura de los personajes en Barton Fink, reflejan diferencias importantes entre la cultura del entretenimiento, en la zona de Broadway en New York; y Hollywood.
Barton Fink contiene material autorreferencial, como una cinta acerca de un escritor con dificultades para escribir, curiosamente, escrita por los hermanos Coen mientras tenían problemas escribiendo otro proyecto.
Barton, es atrapado entre su propio deseo de crear arte, con sentido y la necesidad de Capitol Pictures, de usar convencionalismos para conseguir ganancias.
El consejo de Audrey, de seguir la formula, hubiese salvado a Barton, si le hubiese hecho caso.
Él no lo hace, pero cuando él pone la misteriosa caja sobre su escritorio, ella podría, de alguna manera, ayudarlo de forma póstuma…
Con todo, Barton Fink se burla del manejo de las superproducciones cinematográficas, insulsas y burdas, critica el cuestionamiento hacia quienes emplean la mente, como elemental herramienta de trabajo, y connota, desde la sátira, el pensamiento y el modus operandi imaginativo del guionista, enlazando el proceso de creación, con dolencias y sufrimientos personales.
“Look upon me!
I'll show you the life of the mind!”
Barton Fink nos plantea un acertijo muy difícil de resolver, ya que funciona a varios niveles de simbolismos, y significados.
Es como las famosas imágenes o acertijos visuales, que desde una perspectiva, pueden ser una cosa, y desde otra, pueden ser otra.
Rara y extrema película, también valiente e impredecible.
Asimismo, los Coen aprovechan para criticar el sistema de producción de Hollywood, a través de la figura de su protagonista, un dramaturgo que a partir de un éxito abrumador, es contratado como guionista de una productora de cine.
Los Coen transmiten ansiedad y confusión, a través infinidad de pequeños detalles, y no menos simbolismos, que trastornan tanto al protagonista, como al espectador.
Unos Coen que poco o nada, tienen que ver con los de ahora, mucho más mecánicos, y que parecen haber dejado el piloto automático puesto.
Por sus diversos elementos, ha sido difícil clasificar a Barton Fink, dentro de un género:
En ocasiones, ha sido catalogada como cine negro, cine de terror y “buddy film”
La abandonada y surreal atmósfera del Hotel Earle, fue central para el desarrollo de la historia, su diseño fue muy cuidadoso.
La sala de estar de Barton, contrasta con los brillosos e inmaculados alrededores de Hollywood, especialmente, en la casa de su jefe Jack Lipnick.
Una simple imagen en la pared, captura la atención de Barton, y la imagen se repite al final de la película.
Aunque la imagen y otros elementos, incluyendo la misteriosa caja, aparecen cargados de simbolismo, y los críticos no se ponen de acuerdo con los posibles significados.
Los Coen han admitido, algunos elementos simbólicos intencionales, mientras que negaron un intento de comunicar cualquier mensaje holístico.
El proceso de escritura y la cultura del entretenimiento, son 2 temas prominentes de Barton Fink.
El mundo de Hollywood, es contrastado con el de Broadway, y analiza superficiales distinciones entre la alta cultura, y la cultura popular; y es la película que mejor ha descrito el bloqueo creativo de un escritor, podría haber sido cualquier otro artista, es a la vez, una feroz crítica a Hollywood, y a su constante desprecio por el auténtico talento, en favor de la comercialidad, de su intento constante de matar la iniciativa individual, y capturar el talento de los demás, para convertirlo en un subproducto del que sacar beneficios, y que a base de repetirlo incansablemente, termina perdiendo su esencia y su valor.
Barton Fink habla sobre el delicado equilibrio entre el artista y la persona.
Sobre la soledad del ser humano, de la inadaptación al sistema, de la amistad, de la incapacidad de amar, de la obsesión, de la diferencia entre realidad e ilusión.
Los personajes:
Barton Fink es un director y escritor de obras teatrales de origen judío; al cual se le hacen ofertas económicas interesantes, pero está tentado a rechazarlas, para no abandonar a su hombre común.
Barton no está interesado en Charlie, ni en el hombre común.
Le gusta profesar ideales, que no está dispuesto a practicar.
Prueba de esto son las conversaciones que tiene con Charlie, al que difícilmente deja hablar.
A él, solo le importa sus sueños obsesivos acerca del hombre común.
Lo que Barton no entiende, es que aunque sus obras traten acerca del hombre común, las mismas no son del interés de este grupo, sino de los intelectuales, nobles, y sofisticados.
Otras características importantes, son el ser creativo, solitario, soñador, y poco sociable.
Cree que el escribir, viene de un inmenso dolor interno.
Reconoce la diferencia entre el éxito económico, y éxito real.
Para su pesar, Lipnick no está interesado en el éxito personal, o en su autorrealización/maduración como artista.
W.P. Mayhew; es un personaje basado en el escritor americano de ficción, William Faulkner.
En Barton Fink, se muestra como un ex escritor entregado a la bebida, incapaz de controlar su temperamento, y sus actos.
Bill se volvió adicto al dolor y al sufrimiento, al punto que no pudo seguir creando.
Independientemente de esto, ya se había hecho un nombre en la comunidad de escritores, de modo que hasta las últimas de sus obras, las cuales fueron escritas por Audrey, recibieron cierto nivel de aclamación.
El responsable de su muerte, es desconocido, pero especulo que puede no haber sido asesinado, o que fue el mismo Barton Fink...
Charlie Meadows/Karl Mundt:
Charlie representa al hombre común.
Desde una segunda perspectiva, representa a los Estados Unidos de América.
El hombre común se muestra ruidoso, vulgar, confiado, sencillo, y humilde.
Listo para defender a quien considera su amigo:
Fink, los judíos…
Karl Mundt, es una creación de la mente de Barton.
Tantas horas sin dormir, tienen un efecto sobre su psique.
Barton proyecta en Charlie Meadows, la imagen de un asesino despiadado, precisamente para alejarse de la culpa inconsciente.
Desde la llegada de los detectives al hotel, el resto del metraje puede interpretarse como proyecciones de Barton.
Garland Stanford (David Warrilow) es sin duda, uno de los personajes más inteligentes y amistosos de Barton Fink.
Es muy moderado, y entiende el dilema de Barton, pero no puede sacarlo de sus delirios de grandeza de “salvar al hombre común”
Jack Lipnick es un personaje agresivo y muy activo.
Le interesan los resultados.
Es una especie de hipócrita, cuando estás en la cima, te trata bien, cuando estas en las malas, te sigue hundiendo.
Representa a Rusia/Unión Soviética.
Los Detectives: Mastroinotti (Richard Portnow) y Deutsch (Christopher Murney) sus nombres nos dicen todo.
Se trata de proyecciones de Barton Fink:
Uno representa Italia, y el otro, Alemania, de La Segunda Guerra Mundial.
Solo la ilusión que tiene Barton de Charlie Meadows, es decir, Karl Mundt, Estados Unidos, es capaz de aniquilar estas manifestaciones de culpa de la psique de Fink.
El Hotel en llamas, puede representar una alucinación de Barton.
El Hotel Earle, es un infierno creado por la culpa que el mismo Barton puso sobre sus hombros.
El personaje femenino principal, es la joven secretaria de W.P. Mayhew, Audrey Taylor.
Una vez más, el personaje femenino tiene una especie de problema, en específico, su conducta casi masoquista para con su empleador W.P. Mayhew.
Audrey se muestra distante con Barton.
Está enamorada de un hombre que la maltrata, y al que cuida como si se tratase de un niño.
Inconscientemente, esto tiene un efecto en el asesinato que Barton lleva a cabo más adelante.
La chica Muerta y Barton como asesino:
Barton, en un estado inconsciente, asesina a Audrey Taylor.
Las razones son varias:
Primero, está la decepción que sintió, al enterarse que su héroe de la literatura, es un borracho que ni siquiera escribe sus propias novelas.
Sumado a esto, están las razones más profundas e inconscientes.
Barton necesita del sufrimiento para crear.
En una de las escenas más tempranas, en la cual, Barton se reúne con Audrey y con Bill Mayhew, Fink nos da a entender, que su creatividad florece en periodos de sufrimiento personal.
El asesinato de Audrey, se dio de manera inconsciente, ya que Barton necesitaba que sucediera, para poder terminar su obra…
Underwood, la máquina de escribir, como un personaje más en esta historia, porque demuestra que en ocasiones, es difícil enfrentarse a tu más querido elemento, necesitas que todo se trastorne, hasta límites extremos para poder activar de nuevo esa chispa que despierta, poco a poco la genialidad oculta.
El significado del cuadro:
La escena del final, brinda la pista más importante para el acertijo que es Barton Fink.
Debido al costo que la falta de sueño he tenido sobre él, Barton empieza a proyectar desde su mente, una imagen que ha visto anteriormente en un cuadro.
Preguntas adicionales:
¿Qué hay dentro de la caja?
Nuestras cabezas.
Como dice Charlie Meadows:
“I’ll show you the life of the mind!”
No vale la pena perder la cabeza por ningún proyecto, ni creándolo, ni interpretándolo.
Barton Fink, está magistralmente interpretado por John Turturro, es el paradigma del anti-héroe, un escritor muy querido de sí mismo, incapaz de escuchar a nadie, como le apunta su vecino Charlie Meadows, un John Goodman muy divertido, que busca un contenido social en sus historias, que se centren en temas cercanos al ciudadano común, al obrero, y trabajador de a pie.
Sin embargo, Barton Fink, ya en Hollywood, hospedado en un ignoto hotel, con un peculiar recepcionista, el siempre impagable Steve Buscemi, con un contrato para la productora Capitol, que busca el “toque Fink” en sus películas de serie B, se ve completamente incapaz de escribir el libreto para una película con deporte, lucha libre concretamente, que no pasará a la historia, incluso, puede que ni se estrene, según el productor Ben Geisler (Tony Shalhoub)
La mencionada “página en blanco” persigue a Barton, que apenas puede pasar de una introducción, de tan sólo 2 líneas.
La “aparente” seguridad de lo que quiere, su exagerada concienciación de los problemas del pueblo, su asumida condición de “auteur”, hacen de él, un ser inaccesible, una persona contradictoria, claramente asociable.
Empero, también demuestra una insalvable timidez, una notable inteligencia, y una más que evidente ingenuidad.
Todo ello, eleva al personaje del arquetipo, a la categoría de persona auténtica, lo que le confiere el máximo de los intereses.
Barton Fink, perfectamente podría haber estado perseguido por El Comité de Actividades Antiamericanas.
Esto por supuesto, no es algo azaroso.
Nada es casual en la creación de los personajes, e historia de los films de los Coen.
Otras temáticas incluyen:
El Fascismo y La Segunda Guerra Mundial; esclavitud y condiciones de trabajo en industrias creativas; y como los intelectuales se relacionan con “el hombre común”
Varios matices religiosos aparecen, referencias al Libro de Daniel en El Viejo Testamento, Nabucodonosor II, y Bathsheba.
Barton Fink contiene influencias de varias películas clásicas, en las que se incluyen trabajos de:
Roman Polanski, particularmente “Repulsion” (1965) y “The Tenant” (1976)
Otras que también sirvieron de influencia son:
“The Shining” de Stanley Kubrick, y “Sullivan's Travels” del realizador Preston Sturges.
Barton Fink también contiene alusiones literarias, por trabajos de:
William Shakespeare, John Keats, y Flannery O'Connor.
Los Coen, escribieron con Odets en mente; imaginaron a Barton Fink como “un serio dramaturgo, honesto, comprometido políticamente, y bastante ingenuo”
Ethan dijo en 1991:
“Pareció natural, que él proviniera de Group Theatre, y la década de 1930”
Al igual que Odets, Barton cree que el teatro debe celebrar las pruebas y triunfos de las personas cotidianas; al igual que Barton, Odets fue muy egotista.
En Barton Fink, una crítica sobre la obra de Barton, indica que sus personajes enfrentan una “brutal lucha por la existencia... en las más miserables esquinas”
Estas palabras, son similares a las del biógrafo Gerald Weales, sobre los personajes de Odets:
“Pelean por la vida, entre mezquinas condiciones”
Líneas de diálogo del trabajo de Barton, recuerdan a la obra de Odets, “Awake and Sing!”
Por ejemplo, uno de los personajes declara:
“Ahora estoy despierto, despierto por primera vez”
Otro dice:
“Toma ese arruinado coro.
Hazlo cantar”
Sin embargo, muchas diferencias importantes, existen entre estos 2 hombres.
Joel dijo:
“Ambos escritores, escribieron el mismo tipo de obras, con héroes proletarios, pero sus personalidades son bastante diferentes.
Odets fue mucho más extrovertido; de hecho, fue bastante sociable hasta en Hollywood, y este no es el caso de Barton Fink”
Aunque él estaba frustrado por su declinante popularidad en New York, Odets tuvo éxito durante su época en Hollywood.
Varias de sus obras, fueron adaptadas por él y por otros al cine.
Una de ellas, “The Big Knife”, se ajusta a la vida de Barton, más que a la de Odets.
En ella, un escritor se ve abrumado por la codicia del estudio de cine que lo contrató, y finalmente se suicida.
Otra similitud con el trabajo de Odets, es la muerte de Audrey, que recuerda a una escena de “Deadline at Dawn”, una película de cine negro de 1946, escrita por Odets.
En aquella película, un personaje despierta, y descubre que la mujer con la que se había acostado la noche anterior, ha sido inexplicablemente asesinada.
Existen algunas similitudes entre el personaje W.P. Mayhew, y el novelista William Faulkner.
De la misma forma que Mayhew, Faulker se hace conocido como un supremo escritor de literatura sureña, y luego trabaja en el negocio del cine.
De la misma forma que Faulkner, Mayhew es un gran bebedor, y habla despreciativamente sobre Hollywood.
El nombre de Faulkner, apareció en el libro de Hollywood de los años '40, “City of Nets”, leído por los Coen, al tiempo que creaban Barton Fink.
Ethan explicó en 1988:
“Leí ésta historia al pasar, sobre que Faulkner fue designado para escribir una película sobre lucha libre...
Eso fue en parte lo que nos hizo interesarnos en hacer Barton Fink”
En 1932, Faulker trabajó en una película de lucha libre llamada “Flesh”, protagonizada por Wallace Beery, el actor para quien Barton escribe.
La temática de la lucha libre, fue fortuita para los Coen, a medida que participaron de este deporte, en la secundaria.
Sin embargo, los Coen rechazan una conexión significativa entre Faulker y Mayhew, calificando las similitudes como “superficiales”
“Según los detalles del personaje”, dijo Ethan en 1991, “Mayhew es muy diferente de Faulker, de quién las experiencias en Hollywood, no fueron en absoluto las mismas”
A diferencia de la imposibilidad de Mayhew de escribir, debido a problemas personales, y con la bebida, Faulker continuó escribiendo novelas, después de haber trabajado en el mundo del cine, ganando varios premios, por novelas escritas durante y después de su época en Hollywood.
El personaje del magnate del estudio, Jack Lipnick, es una composición de varios productores de Hollywood, incluidos:
Harry Cohn, Louis B. Mayer, y Jack Warner, 3 de los hombres más poderosos en la industria del cine, en la época en la que Barton Fink está ambientada.
Como Louis B. Mayer, Lipnick es originario de la ciudad bielorrusa Minsk.
Cuando La Segunda Guerra Mundial estalló, Warner estaba eufórico, y ordenó a su sección de vestuario, crear un uniforme militar para él; Lipnick hace lo mismo en su última escena.
Warner, una vez se refirió a los escritores como “idiotas con Underwoods”, en la película, Barton usa una máquina de escribir marca “Underwood”
Varios elementos de Barton Fink, incluyendo el estar ambientada al comienzo de La Segunda Guerra Mundial, han conducido a algunos críticos, a resaltar paralelismos entre el ascenso del fascismo en ese entonces.
Por ejemplo, los detectives que visitan a Barton en el Hotel Earle, se llaman Mastrionotti y Deutsch, apellidos italiano y alemán, evocadores de los regímenes de Adolf Hitler y Benito Mussolini.
El desprecio por Barton es claro:
“Fink es un nombre judío...
No pensé que este vertedero estuviese restringido”
Más tarde, después de matar su última víctima, Charlie dice:
“Heil Hitler”
Jack Lipnick, cuyo nombre podría ser un guiño a Leipzig, Alemania, es originario de la capital de Bielorrusia, Minsk, ciudad que fue centro de trabajo solidario en ese momento, y fue ocupada en los años 1940 por los nazis, bajo La Operación Barbarroja.
Los personajes, se ven inmersos en un mundo solitario, cercano a la desesperanza.
Los protagonistas, parecen ser los únicos pobladores de ese universo deshabitado.
La utilización de la profundidad de campo, combinada con planos muy cerrados, ayuda a generar esa sensación, centrando la atención, sobre los personajes por un lado, los planos cerrados; y sobre su soledad, con los planos abiertos, vacíos.
Es en ese mundo solitario, que los distintos personajes deambulan sin rumbo fijo.
En el caso particular de Barton, él vaga por un camino incierto, con el cuarto de hotel, como única certeza.
La atmósfera del hotel, fue hecha para conectarse con el personaje de Charlie.
Como Joel explicó:
“Nuestra intención, además, fue que el hotel funcionara como una exteriorización del personaje interpretado por John Goodman.
Las gotas de sudor, caen de su frente como el papel tapiz cae de las paredes.
Al final, cuando Goodman dice que es un prisionero de su propio estado metal, que esto es como algún tipo de infierno, fue necesario para el hotel, para ya sugerir algo infernal”
El papel tapiz que se despega, y el pegamento que hay entre él y la pared, es también un reflejo de la infección crónica de la oreja de Charlie, y el resultante pus.
Lo mejor de Barton Fink, además del guión, es la ambientación.
El aire de intensidad que se genera, lo sombrío, y enigmático; y las actuaciones de Turturro y Goodman, los cuales se le saca más jugo, cada vez que se la vuelve a ver.
La banda sonora, fue compuesta por Carter Burwell, quien había trabajado con los Coen desde la primera película.
“I could tell you some stories...”
En el mundo, hay mucha gente que se queja.
La verdad es que nadie nos garantiza nada.
No importa que se trate del Papa de Roma, El Presidente de los EEUU, o el hombre más popular del año.
Siempre hay cosas que salen mal.
Quéjese y cuente sus penas al vecino, pídale ayuda, y verá como no se la presta.
Pero en la realidad, nadie ayuda a nadie.
Por otra parte, el interés teórico por el cine, de hecho, surgió al poco tiempo de haber comenzado como una novedad tecnológica.
A comienzos del siglo pasado, por ejemplo, Hugo Münstenberg, publicó su estudio “The Photoplay: A Psycological Study” (1916), una obra teórica, en la que analizaba el cine, enfatizando sus aspectos psicológicos.
Por ese mismo entonces, y paralelamente al interés científico por las imágenes en movimiento, rápidamente se formó una industria que supo capitalizar comercialmente, la novedad químico-mecánica, y la encapsuló en una forma y estilo narrativo, acorde con los propósitos comerciales que animaron a las primeras grandes productoras.
Aparecieron así “las majors”, compañías de producción cinematográfica, conocidas como “grandes estudios”
El surgimiento de estas, se tradujo en la aparición y consolidación de Hollywood, su lugar de emplazamiento, como el tope cinematográfico por excelencia, como una suerte de “Meca” de la producción fílmica.
A Hollywood, arribaban en ese entonces, los peregrinos que buscaban la consagración artística y comercial.
Productores, directores y actores, destacaban como los principales protagonistas, en torno a la disputa por el control del ingente mercado de la creación, y la entretención cinematográfica, dirigido a capturar las nacientes masas consumidoras.
Los escritores, guionistas, en cambio, desempeñaban un papel más bien secundario; no obstante, ser ellos en muchas ocasiones, los principales responsables del éxito o fracaso de una producción.
En Barton Fink, los hermanos Joel y Ethan Coen, abordan precisamente el periodo de auge del cine clásico de Hollywood, datado entre las décadas de los años 20 y 40 del siglo pasado.
Y lo hacen a partir de uno de sus aspectos menos glamorosos:
El de la creación de guiones por encargo.
De esta forma, pues, Barton Fink puede concebirse como un ejercicio de reflexión fílmica, de cine dentro del cine, que opera estilística y narrativamente al tender, por un lado, una red de complicidades, con un espectador que reconoce en ella, una serie de alusiones cinéfilas, literarias, e históricas, materializadas en ciertas secuencias, personajes, y en la estructura misma de la cinta, y por otro lado, al ofrecer una de perplejidades para aquel que busca hilar coherentemente, una única historia de desenlace transparente.
Barton Fink es en suma, una crítica, y un homenaje fílmico a la textura, y factura de la imagen en movimiento, en el contexto histórico del proceso de su industrialización.
Pero para llegar a las cúspides, primero hay que escalar las laderas.
Una joya en honor a la verdad, de que sin un buen guión, no hay buena película que valga.
Anunciando mañanas aún mejores.

“Between Heaven and Hell There's Always Hollywood!”



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