Por La Libre

“¿Te irías de reventón a Acapulco con tu abuelo…?”

Esparcir las cenizas de un difunto al mar, era una vieja tradición vikinga.
En los países nórdicos, las familias se embarcaban durante 3 días, con un buen acopio de comida y bebida.
En ese viaje, además de despedirse de las cenizas, resolvían los asuntos de herencia, y renovaban los pactos familiares.
Según una investigación de La Cátedra de Prehistoria de La Universidad de Valencia, se asegura que la incineración, y el vertido de las cenizas al mar, formaron parte de una tradición mediterránea, de 3,500 años de antigüedad.
De hecho, no hay rastros de cementerios íberos.
En la investigación, se asegura que además de las cenizas, en esa cultura, se echaban al agua, objetos personales del muerto.
Por tanto, el acto de esparcir cenizas de un difunto en el mar, no es una costumbre, ni mucho menos moderna, y menos aún, fruto del “esnobismo”
Es una ceremonia muy seria, íntima, y que merece todo el respeto que el dolor merece.
Cuando un amigo, o un ser amado escoge ser cremado, quizá desees esparcir sus cenizas en el mar.
Varias áreas, permiten este tipo de ceremonias, aunque las leyes locales y las regulaciones varían.
No hay un procedimiento establecido para esparcir las cenizas del ser amado sobre el agua.
Cómo elegir lo que deseas hacer, es en gran medida, una cuestión de preferencia personal, o de los deseos finales del fallecido.
“Papá, estoy embarazada”
Por La Libre es una comedia mexicana, del año 2000, dirigida por Juan Carlos de Llaca.
Protagonizada por Osvaldo Benavides, Rodrigo Cachero, Ana de la Reguera, Otto Sirgo, Rosa María Bianchi, Pilar Ixquic Mata, Alejandro Tomasi, Gina Morett, Héctor Ortega, entre otros.
El guión es de Antonio Armonia.
Encasillada en el género “road movie”, Por La Libre da a conocer la historia de los primos, quienes se caracterizan por sus diferencias de personalidad.
Se podría decir, que uno de ellos es más bien, un chico fresa; y el otro alternativo, lo que resulta en una relación nada agradable.
En la primera rueda de prensa publicitaria de Por La Libre, en la que se le preguntaba al director “por qué tocaba temas tan fuertes, como las drogas y el incesto y no se comprometía, emitiendo un mensaje, o adoptando una posición al respecto”, Juan Carlos de Llaca respondió:
“El compromiso es con la historia…
Toda obra maneja valores, y éstos no pueden tratarse aisladamente, no deben tocarse de manera didáctica y/o aleccionadora.
Esto sólo desemboca en el aburrimiento, el acartonamiento, y la deshonestidad”
La primera vez que se proyectó Por La Libre, fue en El Festival de Toronto, y Juan Carlos no tenía la menor idea de cómo iba a ser la recepción, de si el público se conectaría con el humor de la historia, pues de tanto concentrarse en ella, no hubo muchas risas en el rodaje, ni en la mesa de edición.
Sin embargo, el público canadiense, terminó a las carcajadas, y Por La Libre fue exitosa también en México.
A la larga, no tuvieron que vender camisetas ni condones conmemorativos, para recuperar la inversión.
Por La Libre plantea como premisa, el hecho de que todo ser humano es susceptible de cambiar, dependiendo de las circunstancias a las que se enfrenta.
El chico alternativo contra el muy convencional, que sin embargo, a pesar de sus diferencias, se unen para encontrar la fuerza que uno ve en el otro, para enfrentar a unos padres autoritarios, y una sociedad rígida, con reglas establecidas.
A pesar de ser primos, de más o menos la misma edad, Rodrigo “Rocco” Carnicero Esquivel (Osvaldo Benavides), y Rodrigo Carnicero Martínez (Rodrigo Cachero) no se soportan.
Lo único que los une, es su afecto incondicional hacia su abuelo, don Rodrigo Carnicero (Xavier Massé), un médico nacido en España, quien adora a sus nietos, y se siente decepcionado de sus propios hijos.
Obviamente, Rocco y Rodrigo se detestan, y tratan de no verse; pero un día tienen que hacerlo:
Es el cumpleaños del abuelo, don Rodrigo, exiliado en México desde 1940.
En la celebración, se encuentra pues toda la familia, los nietos Rocco y Rodrigo, sus respectivos padres, Luis (Alejandro Tomasi) y Rodrigo (Otto Sirgo), la hija Pureza “Puri” (Pilar Ixquic Mata), una mujer con los 30 pasados que se ha quedado soltera, y virgen, dicen, por cuidar a su padre.
Llega también, Felipe (Héctor Ortega) un amigo español, que vino con el abuelo a México, y tiene un restaurante en Acapulco, lugar al que el abuelo va mucho…
Es más, piensa ir a vivir allá, y terminar sus días, lo que no es del gusto de sus hijos.
Pero en plena fiesta, el abuelo sufre un síncope, y muere.
La muerte del abuelo, y la promesa de arrojar sus cenizas al mar de Acapulco, logrará unir a los 2 jóvenes nietos, quienes emprenderán un viaje que los hará descubrir que, después de todo, no son tan diferentes como creían.
Durante el recorrido, Rocco y Rodrigo vivirán experiencias juntos, que ni ellos mismos se esperaron que algún día iban a tener, y todo a lado de la urna de su abuelo.
Sin duda Por La Libre te enseña sobre la amistad, prejuicios, y al amor a esos seres queridos, que en ocasiones vemos inalcanzables, y llenos de sabiduría.
Rocco y Rodrigo, son primos hermanos, pero no tienen nada en común:
Rocco es el fachoso, el vago, el que siempre anda “pacheco”, y no hace nada de provecho, aunque estudia, pero no sabe qué va a hacer en el futuro, su vida familiar es un desastre, tiene pocas relaciones con su padre, y estas son por lo menos tirantes.
Rodrigo es el buen chico, formal, bien vestido, se mueve en auto, tiene novia, estudia con la mira puesta en su futuro, tiene buenas relaciones con su familia, respeta a su padre, y no anda buscándole “3 pies al gato”
Así pues, en la lectura del testamento, el hijo Luis, se pone furioso porque su padre le ha dejado el auto, un Mercedes-Benz a su nieto Rodrigo, pues los hijos,  ya lo veían en su poder.
Además, ha dejado una fuerte cantidad de dinero para su amigo Felipe, lo que va a ser clave para develar un secreto...
Como sus padres han decidido alargar el lanzamiento de las cenizas del abuelo al mar en Acapulco, le dicen una misa contra su voluntad, los nietos, con todas sus desavenencias, se van a Acapulco en el Mercedes-Benz, para cumplir la última voluntad de su abuelo.
Todavía, van a llevarse una gran sorpresa, y Rocco pierde el miedo a las mujeres, gracias a una tía... Rocco y Rodrigo, los primos que no se soportaban, que eran la encarnación de la metáfora del “agua y el aceite”, terminan por ser solidarios, cómplices absolutos, y consiguen que el agresivo padre de Rocco, hay que ver su mirada desolada al Mercedes-Benz, parcialmente arruinado; se pliegue y se una a sus proyectos.
“¡Devuélveme a mi abuelo!”
Juan Carlos de Llaca, ha realizado su segundo filme de largometraje:
Por La Libre, que temáticamente, no está lejos de su obra de debut, aunque en esta ocasión, es evidente un mayor control y dominio sobre su material narrativo y dramático, así como en la dirección de actores, y con esta base, reitera una clara y asumida actitud autobiográfica, como en la anterior película pero, que quede claro, nunca directa, ni en primera persona, sino indirecta.
Andaría más bien, por la autobiografía generacional, aunque no se refiera a una generación determinada, es más general:
De Llaca habla de la juventud perteneciente a una clase social, perfectamente determinada y delimitada, que es seguramente la de su origen:
La clase media acomodada. Esta juventud, se mueve por medio de la genérica rebelión contra los padres, y en general, contra la autoridad.
La rebelión de Por La Libre, es más individual, está situada en la actualidad, y es un hecho el que los jóvenes de este tiempo, están más cerca de la moral, y las ambiciones del “yupi”, tanto que el comportamiento, y las maneras de uno de ellos, que desaliñado, siempre en contra, sin oficio ni aspiraciones conocidas, y con una eterna “bachicha de mota” en los labios, es como un anacronismo en este medio de puritanismo moral revisitado, puesto a la orden del día, y a fin de cuentas mezquino, como lo será la actitud de los padres con la muerte de su propio padre.
Si Rodrigo es tolerado por su padre, es por el cariño y la complicidad de un personaje clave, el abuelo. Rodrigo se ve muy lindo, y él realmente sabe cómo usar sus ojos.
En una escena, cuando Rocco ha probado las cenizas de su abuelo de nuevo, Rodrigo sólo se movió un ojo, para mostrar el asco que le provocaba, esa fue sólo la actuación perfecta.
El abuelo también está genial, a pesar de que sólo apareció al comienzo, su actuación es “de larga duración”
Así que cuando la gente hablaba de él, más tarde durante el metraje, todavía se puede tener su imagen en la mente.
Y cuando la gente habla de las cosas buenas que el abuelo ha hecho por ellos, era totalmente creíble.
Así las cosas, Por La Libre habla sobre el fin de la adolescencia, cuando los jóvenes resultan más maduros que sus padres, y la vida se vive en presente; trata de manera fresca y divertida, las relaciones familiares entre 3 generaciones.
También, se puede ver en ella, a un personaje muy representativo del trabajo del guionista, Antonio Armonía:
Un muerto que emprende un viaje.
Este guión, como curiosidad, se hizo después de múltiples adecuaciones y correcciones, hasta encontrar un tono convincente, y de profundidad en los temas, esto que es el gran mérito de Por La Libre.
Elegido el elenco, de forma muy afortunada, Juan Carlos realizó con ellos, improvisaciones de tipo teatral en busca de la espontaneidad, con puntos de partida similares a las situaciones del guión.
De esta manera, los actores lograron la construcción de sus personajes “sin darse cuenta”
Durante el rodaje, de Llaca incorporó algunos elementos de las improvisaciones.
La filmación fue bastante ágil, gracias al trabajo previo con los actores, pues “los personajes ya estaban muy bien construidos”
No obstante, estoy confundido acerca de algunas cosas:
¿Por qué Rocco decide probar las cenizas de su abuelo?
Después de que Rocco se enteró de que la muchacha con quien tuvo sexo, era su tía:
¿Por qué sigue besándola apasionadamente?
Al final:
¿Por qué el padre de Rodrigo no le golpeó de nuevo?
¿Y por qué no ingresó su padre al barco, después de todo, él condujo todo el camino de otra ciudad?
¿Evidente interés?
Por La Libre también tiene un problema:
¿Cómo Felipe averigua, dónde esos 2 chicos se quedan en la noche?
No le dijeron a Felipe donde van a ir después...
A pesar de los hallazgos, la premisa consiste en la avaricia de una familia, y el amor disfuncional.
El señor Carnicero ha muerto, y sus 2 hijos están en un trabajo “buitre” detrás del dinero que queda.
Uno de ellos es divorciado, a punto de volver a casarse, y tiene un hijo con su primera esposa, llamado Rocco, un tipo rebelde, que era el más cercano al abuelo muerto.
El otro, interpretado por el actor Otto Sirgo, ha cambiado el nombre, es un “yupi” llamado Rodrigo.
La familia no respeta la última voluntad del abuelo, como el rechazo de cualquier tipo de ceremonia religiosa, y para lanzar lo antes posible, las cenizas de Carnicero al Océano Pacífico, en la costa de Acapulco, además, siguen retrasando el tiempo de trabajo, tratando de vender la casa grande, con el fin de dividir el dinero…
Desde aquí, Por La Libre da un giro en una “road movie”
El gran tema es la rebelión de los jóvenes.
Al respecto, en conferencia de prensa, el realizador subrayó el hecho de que Por La Libre, es y fue concebida, como una película para adolescentes, precisamente, por desarrollar un tema que les compete directamente.
Los personajes, siendo de corta edad, tienen toda la posibilidad de cumplir con el propósito de cambio que plantea y, en una simbiosis de crecimiento mutuo, Rocco y Rodrigo, dejan de ser tan reventado el uno, y tan tradicional el otro, como lo eran al principio de la historia.
En un juego de azar, y del destino, los primos toman al abuelo, o más bien a sus cenizas, como guía de ese conducirse “por la libre” que los lleva a su propio destino.
En un alarde de personificación de aquel abuelo, comprensivo y “apapachador”, se manejan con la urna de cenizas, girándola para que decida en un desacuerdo:
Ir a la disco o a un bar, por ejemplo.
En ese ir, se extravía el abuelo, sus cenizas, y entonces, él mismo los encamina a la revelación de un secreto.
La temática tratada, a pesar de ser fuerte, como la drogadicción, la indiferencia de los padres, los secretos familiares, la doble moral, el incesto, es llevada con un tono ágil y suelto, no por ello, con poca profundidad, en una película divertida y seria.
Por La Libre, simple y sencillamente, ha contado una historia sin meterse en “rollos” moralinos y juicios preconcebidos, hay la voluntad de no juzgar.
“¿Sabes que más extraño del abuelo?”
La película Por La Libre de Juan Carlos de Llaca, puede ser calificada de ligera, pero no de frívola:
Es una obra sobre el aprendizaje, del amor por parte de Rocco; de la amistad y aprendizaje doble, tanto de Rocco, como de su primo Rodrigo; de la solidaridad, fundamentalmente con el abuelo; sobre el cumplimiento de las promesas.
Si Rocco aprende el amor, y seguramente da el primer paso hacia la libertad y la independencia, que antes era sólo rebelión ciega, necesidad de llevar la contraria, Rodrigo, que también cumple una promesa, y un compromiso fundamentalmente moral, encuentra la libertad que no es cuidar el cochecito, ir a la discoteca, y consumir... es algo más para la vida.
Con todo, no es la primera ocasión, en que el cine mexicano trata de los conflictos que provoca la brecha generacional, pero aquí, lo hace desde el punto de vista del joven, sin que haya el habitual regaño ni la lección, gracias a que hay una voluntad de describir la conducta juvenil, aun en renglones tan sobados últimamente, como el de la iniciación sexual.
“Por La Libre, es la película más comercial que he hecho”, confiesa el director, “y la más comercial que voy a hacer”
Su tirada, sin embargo, no es hacer películas solemnes, que complazcan a la crítica festivalera, sino verse representado en historias donde, según sus propias palabras:
“La profundidad se alcance por medio de la ligereza”, de manera que sí pueda acercarse al público, sin venderse a las fórmulas comerciales, ni al mercado de los festivales.
Sobre los problemas actuales del cine mexicano, y la falta de espectadores, de Llaca piensa que los 2 principales culpables, son ambos extremos de la cadena:
Los guiones y los exhibidores.
Juan Carlos está convencido de que el “vacío de contenidos” que todo lo puebla, se debe en gran parte, a que somos una “sociedad deprimida”, y el pesimismo no permite que veamos salidas, ni que nos demos cuenta de que tenemos mucho de qué hablar.
“La desesperanza te cierra, no es que no haya talento”, confiesa.
El cineasta, defiende su propuesta cinematográfica, al asegurar que su intención no es deprimir al público, sino mostrar en pantalla, algo divertido, interesante, y propositivo de la vida, es muy claro en pronunciarse por un cine de diversión, con temas íntimos, de los que el público pueda llevarse algo propositivo.
“El mundo ya está muy deprimido, como para que yo contribuya con una película pesimista” concluye el director.

“Dicen que los muertos manipulan el destino de los vivos”



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