Day Of The Fight
“This is a fight fan.
“Fan” short for fanatic.
There's a legion just like him in the United States.
Each year he shoves his share of ninety million dollars under the wicket for the privilege of attending places where matched pairs of men will get up on a canvas-covered platform and commit legal assault and lawful battery”
Stanley Kubrick, el pesimista y misántropo incurable, el ajedrecista que siempre ganó la partida a sus espectadores, y el cabezota que se llevó a la tumba, el secreto del monolito de “2001: A Space Odyssey” (1968); hasta los que le detestan, coinciden con los que le adoramos, en que no hubo otro como él, ni lo habrá.
La filmografía del genio, es pura Historia Sagrada.
Era 1951; apenas media década que los Aliados derrotaron al régimen más terrible y repudiado por los historiadores.
Entre los vencedores, claro, la gran nación de las barras y las estrellas.
¿Y qué mejor forma de retratar el “American Way Of Life” que con uno de los deportes rey en los EEUU?
No obstante, la carrera profesional de Stanley Kubrick, comenzó el 12 de abril de 1945, en la escuela de secundaria, con una trayectoria prolífica de ausencias, vagando por las calles del Bronx, Kubrick tomó una foto de un distribuidor de periódicos cabizbajo, rodeado de titulares que anunciaban la muerte de Franklin Delano Roosevelt.
Como su amigo de la infancia, Alexander Singer, cuenta la historia:
“Kubrick de inmediato corrió a su cuarto oscuro, en su casa, que su padre había construido, para alentar el incipiente interés del bajo rendimiento escolar en la fotografía, imprime la imagen, y hace una venta, esa misma tarde, a la revista Look.
El año siguiente, aceptarían Kubrick, debido a su pobre historial académico, y Look lo contrató como fotógrafo personal, de tiempo completo”
Singer y Kubrick, habían forjado un vínculo sobre la apatía escolar, compartida, y el respeto mutuo de unos a otros, por sus logros extracurriculares:
Singer como editor de la revista de artes literarias de la escuela, y Kubrick como el chico con una cámara alrededor de su cuello:
“Era casi una caricatura, imaginar que un camarógrafo adolescente se vería así”, como lo describe Singer.
Cuando los planes de fotografiar una adaptación cinematográfica de largometraje de “La Ilíada” de Homero, escrita y dirigida por Singer, demostraron ser demasiado ambiciosos, Kubrick trajo la idea, de traducir uno de sus ensayos fotográficos, a la gran pantalla.
Ese ensayo, fue sobre el boxeo, publicado por Look, en enero de 1949, y descrito por Kubrick, según el biógrafo Vincent LoBrutto, como “el momento en que obtuvo la mayoría de edad, como fotoperiodista”
La historia de 7 páginas, representa escenas de la vida del nacido en el Bronx, el boxeador de peso medio, Walter Cartier, de cómo se entrenó y se preparó para entrar en el ring, contra los momentos de sus vidas románticas y domésticas.
A menudo, trabajan bajo la luz cruda, de arriba, con la película infrarroja, en las que Kubrick capturó imágenes de alto contraste, que hacían hincapié en el físico de Walter, y echó sombras incisivas, estudiándose mucho en su rostro.
La serie Prizefighter, sin embargo, pasaría por definir a Kubrick de otras maneras.
Podría haber sido su momento, como reportero gráfico, pero el ensayo, también serviría como la base, de la primera película que Kubrick dirigiría, llamada Day Of The Fight, publicada 2 años más tarde.
Y es que por aquellos años, Kubrick reafirmaba su carrera como fotógrafo de la revista Look, una revista que intentaba competir en formato con la célebre Life, y seguía viviendo del dinero que sacaba a los Potzer, o Patzer, es decir, a los jugadores de ajedrez inexpertos, a los que el futuro director les ganaba, día sí y día también, para sacarse el dinero suficiente para poder sobrevivir.
Así las cosas, en 1949, ya la revista Look había enviado al joven fotógrafo a cubrir un reportaje fotográfico, “Prizefighter” sobre el boxeador de peso medio, Walter Cartier, que será el mismo protagonista de The Day Of The Fight, en el que Kubrick nos mostrará, el día a día de un boxeador profesional.
La valía de Kubrick viene, cuando 2 años después, el 1951, decide empeñar gran parte de sus ahorros obtenidos en Look, para pasar la imagen congelada de Prizefighter, al movimiento.
Así fue como antes de pasar a los sacerdotes, y la gente del mar, que Stanley Kubrick comenzó con un documental de 16 minutos, sobre la profesión inusual de los boxeadores; siendo Day Of The Fight, la primera película de la mente maestra.
“It's a living.
For some, not much of a living.
There are six thousand men like these in America, professional prizefighters.
Only six hundred will make a living at all, and of these only sixty will make a good living.
One out of one hundred”
Day Of The Fight es un cortometraje documental estadounidense, del año 1951, de 16 minutos de duración, dirigida por Stanley Kubrick.
Protagonizada por Douglas Edwards, Walter Cartier, Vincent Cartier, Nat Fleischer, Bobby James, Stanley Kubrick, entre otros.
El guión es de Robert Rein, y está basado en la propia contribución fotográfica de Stanley Kubrick para la revista Look, centrada en la figura del boxeador irlandés Walter Cartier, particularmente en el día en que se enfrentó a Bobby James.
En 1950, el ahora legendario director, Stanley Kubrick, era un joven fotógrafo, que empezaba a estar fascinado, por las muchas películas que descubrió en sus visitas a las proyecciones realizadas por El Museo de Arte Moderno, y otras salas de cine de New York.
El descubrimiento de una amplia gama de diferentes películas, hizo un gran impacto en el talento del fotógrafo de la revista Look, que comenzó a experimentar con el medio, muy influido por el movimiento de fluidos, que era la marca del trabajo del director Max Ophüls.
Fue ese mismo año, cuando Kubrick tendría su primera oportunidad de hacer una película, como su amigo Alexander Singer, cuando le convenció para hacer un documental corto, que podía venderse a un distribuidor de noticieros cinematográficos.
Kubrick aceptó la propuesta, e inspirado por un artículo que había hecho para Look, comenzó a trabajar en su primera película.
Stanley Kubrick tenía 23 años cuando efectúo Day Of The Fight, que ciertamente atrae:
Un día en la vida de un boxeador.
Concretamente, fue el combate entre Walter Cartier y Bobby James.
Walter Cartier, siempre iba con su hermano gemelo, de masajista y entrenador.
El documental, esta descrito con la clásica “voz en off” atronadora que solía utilizar el posterior maestro de cine.
El peso mediano irlandés-estadounidense, Walter Cartier, fue seleccionado al azar, con un poco de ayuda del historiador de boxeo, Nat Fleischer, de los 6,000 luchadores profesionales más premiados de Estados Unidos, para darnos una idea, de la vida de la gente que rara vez se ve el televisión, que nunca considera que es lo que hay detrás de los hechos y las cifras, y de las columnas de las frías estadísticas en los libros de récords.
Day Of The Fight es entonces, la primera película de Stanley Kubrick, del que provino toda la financiación.
Kubrick, consiguió vender Day Of The Fight a RKO Pictures, por $4,000 ya que la realizó a base de préstamos de amigos, familiares, y sus propios fondos, consiguiendo así, un pequeño beneficio de tan solo $100.
Por desgracia, la película sobre actualidades de RKO “March Of Time” entró en liquidación, y RKO sólo pudo comprar Day Of The Fight por unos cientos de dólares más que su costo de producción, a pesar de que les gustaba, por lo suficientemente corto, como para ofrecerle a Kubrick, $1,500 para filmar una segundo documental llamado “Flying Padre”
Si bien la idea de Day Of The Fight era enteramente Kubrick, el guión de la narración, era enteramente la obra de Robert Rein, que sigue el estilo típico de la narrativa que había prevalecido durante los años 40, en los noticiarios semanales de “March Of Time”, ya que, de hecho, esa empresa fue el comprador previsto inicialmente de Day Of The Fight.
Sin embargo, desde que la compañía salió de negocio ese mismo año, Day Of The Fight, y luego la venta a RKO Pictures, que bajo la marca RKO-Pathé, se convirtió en el distribuidor de la película.
De todas formas, como está escrito más arriba, el guión de Rein, sigue las convenciones clásicas de los noticiarios de la época, mezclando los fines educativos del documental, con un uso intensivo de melodrama en la narrativa del “voice-over”
Sin embargo, el crédito debe ir a Rein, siendo muy realista, aunque sea sentimental, por la descripción de la vida de los boxeadores.
Day Of The Fight se estrenó el 26 de abril de 1951, en El Teatro Paramount de New York, como parte de la serie “This is America”, producida por RKO-Pathé, en la que Frank Sinatra presentó el espectáculo.
Como dato, se dice que Day Of The Fight, sirvió de inspiración a Martin Scorsese para “Raging Bull” (1980) como se aprecia en la escena final, cuando Jake LaMotta está contemplando en el espejo, entre otros planos detalle.
La trama de Day Of The Fight, muestra al boxeador de peso medio, Walter Cartier, de origen irlandés, en la cumbre de su carrera, el 17 de abril de 1950, día en el que luchó contra el boxeador negro, Bobby James.
Todo comienza con una pequeña sección sobre la historia del boxeo, y después narra el día de la pelea.
Pero antes de centrarse en Cartier, Day Of The Fight hace una breve descripción informativa del boxeo, su historia, y sus fanáticos; todo con la narración precisa y directa, realizada por el veterano periodista, Douglas Edwards.
Luego vemos a Cartier, viviendo con su hermano gemelo, Vincent Cartier, desayunando en su apartamento de Greenwich Village, más tarde, comiendo en su restaurante favorito, y luego, a las 4 de la tarde, empezando los entrenamientos para el encuentro, que Walter hace con el fin de convertirse en una máquina de combate.
Sobre las 8 de la tarde, está esperando en su vestuario de Laurel Gardens, a que comience la pelea.
Seguidamente vemos la contienda, en la que gana, después de una corta lucha.
En lo personal, Walter Cartier nació en el Bronx en 1922.
Él comenzó a boxear con sus hermanos, a una edad temprana, sobre todos con su hermano gemelo Vincent, quien sería más tarde su entrenador; y después de La Segunda Guerra Mundial; Cartier ganó prominencia en los círculos del boxeo en la ciudad de New York.
En el momento en que Kubrick rodó la historia para Look, Cartier era un luchador ascendente, de 24 años de edad, conocido por ser un preciso, inteligente, intenso boxeador de peso medio.
Se decía de él que “las grandes carteleras le escapan un año más, que planea dejar el ring, y asistir a la escuela de leyes”
Pero las grandes peleas llegaron, y durante años, estuvo constantemente en el punto de convertirse en el campeón de peso medio.
Como su obituario dice:
“Cartier fue que guapo chico de nocaut del Bronx que vendía entradas.
Aquí está un tipo especial de la vida, del combate limpio, le encantaba ser un boxeador, y siempre se mantenía en forma”
Un año después de la pelea narrada en Day Of The Fight, Walter Cartier entró en la historia del boxeo, tras noquear a Joe Rindone, en los primeros 47 segundos de contienda.
Cartier había aparecido ya antes en películas, y siguió haciéndolo hasta 1971, murió el 17 de agosto de 1995.
Como dato, por ese entonces, Stanley Kubrick no solo trabajo con Walter Cartier, sino también, fotografió al boxeador de peso pesado, Thomas Rocco Barbella “Rocky Graziano” (1919-1990), el más grande artista del nocaut en la historia del boxeo.
“Before a fight there's always that last look in the mirror.
Time to wonder what it will reflect tomorrow”
Day Of The Fight, parte precisamente de un reportaje fotográfico previo, “Prizefighter”, para recrear una jornada en la vida del púgil Walter Cartier.
Kubrick consiguió que la RKO comprara y distribuyera este documental, para completar sus sesiones dobles.
Respecto a la producción, Alexander Singer, era un amigo de la escuela de Stanley Kubrick, y actuó, fue ayudante de dirección, y cámara en Day Of The Fight.
También, apareció en las películas de Kubrick:
“Killer's Kiss” (1955) y “The Killing” (1956), y continuó su carrera como director de telefilmes.
Kubrick y Singer, utilizaron para Day Of The Fight, cámaras Eyemo de 35mm para grabar en blanco y negro.
Kubrick llevó una en la mano, y Singer sujetó la suya en un trípode.
Como dato curioso, los rollos, de 30 metros, requerían reposición constante; por lo que Kubrick estaba cambiando el suyo, cuando se produjo el golpe definitivo que noqueó a Bobby James.
Afortunadamente, Singer pudo inmortalizarlo.
Douglas Edwards, el narrador de Day Of The Fight, era un presentador veterano de radio y televisión.
En el momento del rodaje, presentaba la emisión matinal del telediario de la CBS, que pasaría a llamarse “Douglas Edward with The News”
Más tarde, Edwards dirigió las noticias de tarde de la CBS, hasta 1962, cuando fue reemplazado por Walter Cronkite; pero siguió trabajando en la radio CBS, hasta su jubilación, en 1988.
El estilo de Day Of The Fight, es similar al de los noticieros de esa época, pero la visión particular de Kubrick, se distingue desde entonces.
Las escenas fueron cuidadosamente planeadas, a excepción de los momentos de la lucha, que fueron filmadas en vivo, en el Laurel Gardens en Newark, Nueva Jersey, EEUU.
Y es que en el 1951, Stanley Kubrick no dejaba de ser un joven con talento, pero que carecía totalmente de presupuesto, para afrontar el gasto tan elevado que suponía realizar un film.
Por otra parte, Day Of The Fight no tiene ninguna característica especial, y no anticipa el genio que despertaría tiempo después…
De hecho, Kubrick nunca hizo una de las películas, a modo “realista” sobre la gente común; lo más cerca que llegó a un drama sencillo, era probablemente la película de robo, “The Killing” (1956)
Este rehuir el realismo, parece mostrarse en Day Of The Fight, este corto documental sobre el boxeador Walter Cartier, la preparación y la participación en una pelea.
Cualquier boxeador, es una persona especial, pero para algunos directores, pudieron haber retratado a Cartier, como un tipo normal, con una habilidad en particular; pero desde el principio, Kubrick subraya la atipicidad de Cartier, mostrando despertarse al lado de su hermano, e ir por la ciudad con su gemelo idéntico, que da un aspecto surrealista a Day Of The Fight.
La forma psíquica de Cartier, en sí mismo, con la lucha en su camerino, lo convierte en una máquina de combate, y también parece encajar con un interés posterior de Kubrick, en hacer películas sobre las personas bajo estrés, por ejemplo:
“Full Metal Jacket” (1987); o en un estado anormal, como en “A Clockwork Orange” (1971) y “The Shining” (1980)
También es intrigante preguntarse, si la afición del director en la narración de “voz en off” en sus películas, se deriva de Day Of The Fight, y sus otros documentales tempranos.
Por cierto, Day Of The Fight es la historia de un boxeador que nunca llegó a ser campeón, y se fue a trabajar a la TV y a hacer películas.
No obstante, el joven director se las arregló para crear una vibrante película, gracias a su uso del trabajo de cámara muy fluida y dinámica.
Eso sí, Day Of The Fight sigue siendo un documental limitado por su narración obligatoria, pues Kubrick utiliza su cámara para crear un personaje de la personalidad real de Walter Cartier, y mientras que el boxeador no tiene líneas de diálogo en el metraje, mucho de él puede ser conocido, gracias a cámara de la imágenes de Kubrick ha capturado de él.
A medida que el momento de la pelea se acerca, Kubrick acelera el ritmo, realmente aumentando la tensión, y da a la historia, un verdadero sentimiento de suspenso, como cuando la lucha comienza.
Las imágenes de la lucha, están muy editadas, y el resultado es una de las mejores escenas de un documental deportivo.
La “voz en off” está bien escrita por Kubrick, y su escritura es sólo una de las muchas sugerencias del alcance de los regalos del cineasta.
Dos ejemplos:
Una escena donde el luchador está en casa, jugando con su perro, mientras que las conversaciones de “voz en off” sobre la brutalidad que este hombre emplea en el ring, es un excelente contraste en los estados de ánimo.
Y el sonido, el cual es perfecto, siendo la única vez que lo escucharemos, cuando el boxeador entra en el ring, entonces usted oye sonidos, como la multitud, los locutores, todo.
Hasta entonces, Day Of The Fight es un documental con “voz en off”
Realmente, es una obra menor de un genio importante; una de las primeras lecciones para él, en lo que los productores pueden hacer, si no insiste en el control total.
No hace falta que hagamos hincapié, en la importancia del boxeo en la sociedad de EEUU de aquellos momentos, ni a la parafernalia que suponía, asistir a una velada pugilística, este ritual sería, lo que más fascinó a Kubrick durante aquellos años.
Como dato, Day Of The Fight es una muestra de cómo un boxeador, en el día anterior a su combate, limitada al ring, y a este deporte, una de las formas paradójicas de la sociedad, de instrumentar la violencia.
De poco interesante en el trasfondo, y en la escasa profundidad, Day Of The Fight oculta tras una retahíla de frases grandilocuentes, y biensonantes, tal vez sí; también tiene una calidad metodológica, como la cámara de Kubrick demorándose en las rutinas diarias, y rituales previas a la pelea de un joven boxeador.
Además, captura la claustrofobia del New York de 1950, la impersonalidad de la vida urbana, y la violencia del ring de boxeo.
Algunas secuencias cinéticas, recuerdan a “Killer's Kiss” (1953), y las secuencias de boxeo de “Barry Lyndon” (1975) donde Kubrick incluye todo tipo de tomas y ángulos, en la creación de una gama agradable a la vista.
También, Day Of The Fight es la primera película que compuso Gerald Fried, un amigo de la infancia de Kubrick, que compuso y dirigió más de 100 bandas sonoras de películas.
En 1976, Fried obtuvo una nominación a los premios de la Academia por “Birds Do It, Bees Do It”, y en 1977, compartió el Premio Emmy con Quincy Jones, por la música de la miniserie “Roots”
“This is the man who cannot lose, who must not lose.
The hard movements of his arms and fists are different from what they were an hour ago.
They belong to a fierce new person.
They're part of the arena man, the fighting machine that the crowd outside has paid to see in fifteen minutes”
Siempre es interesante, ir de nuevo al principio de la carrera de un director, en este caso, de Stanley Kubrick, y echar un vistazo a su trabajo anterior.
Kubrick comienza a ensayar su arte cinematográfico, con 3 documentales de relativo interés:
Day Of The Fight (1951), Flying Padre (1951) y The Seafarers (1953)
De estos 3, el más digno de mención, es el primero, puesto que supone un intento de suspense, y contiene algunos encuadres superlativos.
Algo así como un ensayo general, puesto que también se desarrolla en el mundo pugilístico, al igual que su película “Killer’s Kiss” (1953)
Los otros 2 trabajos, cortos documentales, algo enfáticos, y muy convencionales; de hecho, “The Seafarers” fue producido por El Sindicato Internacional de Marinos, y estuvo perdido durante 40 años.
Así pues, aquí estamos ante uno de los debuts, de uno de los más grandes directores del planeta Tierra, y eso no es poco.
Sin embargo, no dejemos que su fama y su gloria futura nos ciegue, y nos condicione en la crítica de este sencillo corto documental.
Kubrick financió Day Of The Fight, lo dirigió, lo escribió, y lo produjo.
En una charla con el escritor Joseph Gelmis, en 1969, el cineasta compartió diciendo:
“Yo era camarógrafo, director, editor, editor asistente, el de efectos de sonido, lo que sea, yo lo hice.
Fue una experiencia muy valiosa, que me obligó a hacer todo por mí mismo.
Adquirí un conocimiento sólido y exhaustivo, de todos los aspectos técnicos de la cinematografía”
El modesto y breve cortometraje en blanco y negro, Day Of The Fight, daría inicio a una filmografía singular y fascinante del legendario director.
Para cuando realizó su tercer y último documental, Stanley Kubrick ya se dedicaba de lleno al mundo del cine.
“One man has skillfully, violently overcome another, that's for the fan.
But K.O., name of opponent, time, date, and place, that's for the record book.
But it's more than that in the life of a man who literally has to fight for his very existence.
For him, it's the end of a working day”
“Fan” short for fanatic.
There's a legion just like him in the United States.
Each year he shoves his share of ninety million dollars under the wicket for the privilege of attending places where matched pairs of men will get up on a canvas-covered platform and commit legal assault and lawful battery”
Stanley Kubrick, el pesimista y misántropo incurable, el ajedrecista que siempre ganó la partida a sus espectadores, y el cabezota que se llevó a la tumba, el secreto del monolito de “2001: A Space Odyssey” (1968); hasta los que le detestan, coinciden con los que le adoramos, en que no hubo otro como él, ni lo habrá.
La filmografía del genio, es pura Historia Sagrada.
Era 1951; apenas media década que los Aliados derrotaron al régimen más terrible y repudiado por los historiadores.
Entre los vencedores, claro, la gran nación de las barras y las estrellas.
¿Y qué mejor forma de retratar el “American Way Of Life” que con uno de los deportes rey en los EEUU?
No obstante, la carrera profesional de Stanley Kubrick, comenzó el 12 de abril de 1945, en la escuela de secundaria, con una trayectoria prolífica de ausencias, vagando por las calles del Bronx, Kubrick tomó una foto de un distribuidor de periódicos cabizbajo, rodeado de titulares que anunciaban la muerte de Franklin Delano Roosevelt.
Como su amigo de la infancia, Alexander Singer, cuenta la historia:
“Kubrick de inmediato corrió a su cuarto oscuro, en su casa, que su padre había construido, para alentar el incipiente interés del bajo rendimiento escolar en la fotografía, imprime la imagen, y hace una venta, esa misma tarde, a la revista Look.
El año siguiente, aceptarían Kubrick, debido a su pobre historial académico, y Look lo contrató como fotógrafo personal, de tiempo completo”
Singer y Kubrick, habían forjado un vínculo sobre la apatía escolar, compartida, y el respeto mutuo de unos a otros, por sus logros extracurriculares:
Singer como editor de la revista de artes literarias de la escuela, y Kubrick como el chico con una cámara alrededor de su cuello:
“Era casi una caricatura, imaginar que un camarógrafo adolescente se vería así”, como lo describe Singer.
Cuando los planes de fotografiar una adaptación cinematográfica de largometraje de “La Ilíada” de Homero, escrita y dirigida por Singer, demostraron ser demasiado ambiciosos, Kubrick trajo la idea, de traducir uno de sus ensayos fotográficos, a la gran pantalla.
Ese ensayo, fue sobre el boxeo, publicado por Look, en enero de 1949, y descrito por Kubrick, según el biógrafo Vincent LoBrutto, como “el momento en que obtuvo la mayoría de edad, como fotoperiodista”
La historia de 7 páginas, representa escenas de la vida del nacido en el Bronx, el boxeador de peso medio, Walter Cartier, de cómo se entrenó y se preparó para entrar en el ring, contra los momentos de sus vidas románticas y domésticas.
A menudo, trabajan bajo la luz cruda, de arriba, con la película infrarroja, en las que Kubrick capturó imágenes de alto contraste, que hacían hincapié en el físico de Walter, y echó sombras incisivas, estudiándose mucho en su rostro.
La serie Prizefighter, sin embargo, pasaría por definir a Kubrick de otras maneras.
Podría haber sido su momento, como reportero gráfico, pero el ensayo, también serviría como la base, de la primera película que Kubrick dirigiría, llamada Day Of The Fight, publicada 2 años más tarde.
Y es que por aquellos años, Kubrick reafirmaba su carrera como fotógrafo de la revista Look, una revista que intentaba competir en formato con la célebre Life, y seguía viviendo del dinero que sacaba a los Potzer, o Patzer, es decir, a los jugadores de ajedrez inexpertos, a los que el futuro director les ganaba, día sí y día también, para sacarse el dinero suficiente para poder sobrevivir.
Así las cosas, en 1949, ya la revista Look había enviado al joven fotógrafo a cubrir un reportaje fotográfico, “Prizefighter” sobre el boxeador de peso medio, Walter Cartier, que será el mismo protagonista de The Day Of The Fight, en el que Kubrick nos mostrará, el día a día de un boxeador profesional.
La valía de Kubrick viene, cuando 2 años después, el 1951, decide empeñar gran parte de sus ahorros obtenidos en Look, para pasar la imagen congelada de Prizefighter, al movimiento.
Así fue como antes de pasar a los sacerdotes, y la gente del mar, que Stanley Kubrick comenzó con un documental de 16 minutos, sobre la profesión inusual de los boxeadores; siendo Day Of The Fight, la primera película de la mente maestra.
“It's a living.
For some, not much of a living.
There are six thousand men like these in America, professional prizefighters.
Only six hundred will make a living at all, and of these only sixty will make a good living.
One out of one hundred”
Day Of The Fight es un cortometraje documental estadounidense, del año 1951, de 16 minutos de duración, dirigida por Stanley Kubrick.
Protagonizada por Douglas Edwards, Walter Cartier, Vincent Cartier, Nat Fleischer, Bobby James, Stanley Kubrick, entre otros.
El guión es de Robert Rein, y está basado en la propia contribución fotográfica de Stanley Kubrick para la revista Look, centrada en la figura del boxeador irlandés Walter Cartier, particularmente en el día en que se enfrentó a Bobby James.
En 1950, el ahora legendario director, Stanley Kubrick, era un joven fotógrafo, que empezaba a estar fascinado, por las muchas películas que descubrió en sus visitas a las proyecciones realizadas por El Museo de Arte Moderno, y otras salas de cine de New York.
El descubrimiento de una amplia gama de diferentes películas, hizo un gran impacto en el talento del fotógrafo de la revista Look, que comenzó a experimentar con el medio, muy influido por el movimiento de fluidos, que era la marca del trabajo del director Max Ophüls.
Fue ese mismo año, cuando Kubrick tendría su primera oportunidad de hacer una película, como su amigo Alexander Singer, cuando le convenció para hacer un documental corto, que podía venderse a un distribuidor de noticieros cinematográficos.
Kubrick aceptó la propuesta, e inspirado por un artículo que había hecho para Look, comenzó a trabajar en su primera película.
Stanley Kubrick tenía 23 años cuando efectúo Day Of The Fight, que ciertamente atrae:
Un día en la vida de un boxeador.
Concretamente, fue el combate entre Walter Cartier y Bobby James.
Walter Cartier, siempre iba con su hermano gemelo, de masajista y entrenador.
El documental, esta descrito con la clásica “voz en off” atronadora que solía utilizar el posterior maestro de cine.
El peso mediano irlandés-estadounidense, Walter Cartier, fue seleccionado al azar, con un poco de ayuda del historiador de boxeo, Nat Fleischer, de los 6,000 luchadores profesionales más premiados de Estados Unidos, para darnos una idea, de la vida de la gente que rara vez se ve el televisión, que nunca considera que es lo que hay detrás de los hechos y las cifras, y de las columnas de las frías estadísticas en los libros de récords.
Day Of The Fight es entonces, la primera película de Stanley Kubrick, del que provino toda la financiación.
Kubrick, consiguió vender Day Of The Fight a RKO Pictures, por $4,000 ya que la realizó a base de préstamos de amigos, familiares, y sus propios fondos, consiguiendo así, un pequeño beneficio de tan solo $100.
Por desgracia, la película sobre actualidades de RKO “March Of Time” entró en liquidación, y RKO sólo pudo comprar Day Of The Fight por unos cientos de dólares más que su costo de producción, a pesar de que les gustaba, por lo suficientemente corto, como para ofrecerle a Kubrick, $1,500 para filmar una segundo documental llamado “Flying Padre”
Si bien la idea de Day Of The Fight era enteramente Kubrick, el guión de la narración, era enteramente la obra de Robert Rein, que sigue el estilo típico de la narrativa que había prevalecido durante los años 40, en los noticiarios semanales de “March Of Time”, ya que, de hecho, esa empresa fue el comprador previsto inicialmente de Day Of The Fight.
Sin embargo, desde que la compañía salió de negocio ese mismo año, Day Of The Fight, y luego la venta a RKO Pictures, que bajo la marca RKO-Pathé, se convirtió en el distribuidor de la película.
De todas formas, como está escrito más arriba, el guión de Rein, sigue las convenciones clásicas de los noticiarios de la época, mezclando los fines educativos del documental, con un uso intensivo de melodrama en la narrativa del “voice-over”
Sin embargo, el crédito debe ir a Rein, siendo muy realista, aunque sea sentimental, por la descripción de la vida de los boxeadores.
Day Of The Fight se estrenó el 26 de abril de 1951, en El Teatro Paramount de New York, como parte de la serie “This is America”, producida por RKO-Pathé, en la que Frank Sinatra presentó el espectáculo.
Como dato, se dice que Day Of The Fight, sirvió de inspiración a Martin Scorsese para “Raging Bull” (1980) como se aprecia en la escena final, cuando Jake LaMotta está contemplando en el espejo, entre otros planos detalle.
La trama de Day Of The Fight, muestra al boxeador de peso medio, Walter Cartier, de origen irlandés, en la cumbre de su carrera, el 17 de abril de 1950, día en el que luchó contra el boxeador negro, Bobby James.
Todo comienza con una pequeña sección sobre la historia del boxeo, y después narra el día de la pelea.
Pero antes de centrarse en Cartier, Day Of The Fight hace una breve descripción informativa del boxeo, su historia, y sus fanáticos; todo con la narración precisa y directa, realizada por el veterano periodista, Douglas Edwards.
Luego vemos a Cartier, viviendo con su hermano gemelo, Vincent Cartier, desayunando en su apartamento de Greenwich Village, más tarde, comiendo en su restaurante favorito, y luego, a las 4 de la tarde, empezando los entrenamientos para el encuentro, que Walter hace con el fin de convertirse en una máquina de combate.
Sobre las 8 de la tarde, está esperando en su vestuario de Laurel Gardens, a que comience la pelea.
Seguidamente vemos la contienda, en la que gana, después de una corta lucha.
En lo personal, Walter Cartier nació en el Bronx en 1922.
Él comenzó a boxear con sus hermanos, a una edad temprana, sobre todos con su hermano gemelo Vincent, quien sería más tarde su entrenador; y después de La Segunda Guerra Mundial; Cartier ganó prominencia en los círculos del boxeo en la ciudad de New York.
En el momento en que Kubrick rodó la historia para Look, Cartier era un luchador ascendente, de 24 años de edad, conocido por ser un preciso, inteligente, intenso boxeador de peso medio.
Se decía de él que “las grandes carteleras le escapan un año más, que planea dejar el ring, y asistir a la escuela de leyes”
Pero las grandes peleas llegaron, y durante años, estuvo constantemente en el punto de convertirse en el campeón de peso medio.
Como su obituario dice:
“Cartier fue que guapo chico de nocaut del Bronx que vendía entradas.
Aquí está un tipo especial de la vida, del combate limpio, le encantaba ser un boxeador, y siempre se mantenía en forma”
Un año después de la pelea narrada en Day Of The Fight, Walter Cartier entró en la historia del boxeo, tras noquear a Joe Rindone, en los primeros 47 segundos de contienda.
Cartier había aparecido ya antes en películas, y siguió haciéndolo hasta 1971, murió el 17 de agosto de 1995.
Como dato, por ese entonces, Stanley Kubrick no solo trabajo con Walter Cartier, sino también, fotografió al boxeador de peso pesado, Thomas Rocco Barbella “Rocky Graziano” (1919-1990), el más grande artista del nocaut en la historia del boxeo.
“Before a fight there's always that last look in the mirror.
Time to wonder what it will reflect tomorrow”
Day Of The Fight, parte precisamente de un reportaje fotográfico previo, “Prizefighter”, para recrear una jornada en la vida del púgil Walter Cartier.
Kubrick consiguió que la RKO comprara y distribuyera este documental, para completar sus sesiones dobles.
Respecto a la producción, Alexander Singer, era un amigo de la escuela de Stanley Kubrick, y actuó, fue ayudante de dirección, y cámara en Day Of The Fight.
También, apareció en las películas de Kubrick:
“Killer's Kiss” (1955) y “The Killing” (1956), y continuó su carrera como director de telefilmes.
Kubrick y Singer, utilizaron para Day Of The Fight, cámaras Eyemo de 35mm para grabar en blanco y negro.
Kubrick llevó una en la mano, y Singer sujetó la suya en un trípode.
Como dato curioso, los rollos, de 30 metros, requerían reposición constante; por lo que Kubrick estaba cambiando el suyo, cuando se produjo el golpe definitivo que noqueó a Bobby James.
Afortunadamente, Singer pudo inmortalizarlo.
Douglas Edwards, el narrador de Day Of The Fight, era un presentador veterano de radio y televisión.
En el momento del rodaje, presentaba la emisión matinal del telediario de la CBS, que pasaría a llamarse “Douglas Edward with The News”
Más tarde, Edwards dirigió las noticias de tarde de la CBS, hasta 1962, cuando fue reemplazado por Walter Cronkite; pero siguió trabajando en la radio CBS, hasta su jubilación, en 1988.
El estilo de Day Of The Fight, es similar al de los noticieros de esa época, pero la visión particular de Kubrick, se distingue desde entonces.
Las escenas fueron cuidadosamente planeadas, a excepción de los momentos de la lucha, que fueron filmadas en vivo, en el Laurel Gardens en Newark, Nueva Jersey, EEUU.
Y es que en el 1951, Stanley Kubrick no dejaba de ser un joven con talento, pero que carecía totalmente de presupuesto, para afrontar el gasto tan elevado que suponía realizar un film.
Por otra parte, Day Of The Fight no tiene ninguna característica especial, y no anticipa el genio que despertaría tiempo después…
De hecho, Kubrick nunca hizo una de las películas, a modo “realista” sobre la gente común; lo más cerca que llegó a un drama sencillo, era probablemente la película de robo, “The Killing” (1956)
Este rehuir el realismo, parece mostrarse en Day Of The Fight, este corto documental sobre el boxeador Walter Cartier, la preparación y la participación en una pelea.
Cualquier boxeador, es una persona especial, pero para algunos directores, pudieron haber retratado a Cartier, como un tipo normal, con una habilidad en particular; pero desde el principio, Kubrick subraya la atipicidad de Cartier, mostrando despertarse al lado de su hermano, e ir por la ciudad con su gemelo idéntico, que da un aspecto surrealista a Day Of The Fight.
La forma psíquica de Cartier, en sí mismo, con la lucha en su camerino, lo convierte en una máquina de combate, y también parece encajar con un interés posterior de Kubrick, en hacer películas sobre las personas bajo estrés, por ejemplo:
“Full Metal Jacket” (1987); o en un estado anormal, como en “A Clockwork Orange” (1971) y “The Shining” (1980)
También es intrigante preguntarse, si la afición del director en la narración de “voz en off” en sus películas, se deriva de Day Of The Fight, y sus otros documentales tempranos.
Por cierto, Day Of The Fight es la historia de un boxeador que nunca llegó a ser campeón, y se fue a trabajar a la TV y a hacer películas.
No obstante, el joven director se las arregló para crear una vibrante película, gracias a su uso del trabajo de cámara muy fluida y dinámica.
Eso sí, Day Of The Fight sigue siendo un documental limitado por su narración obligatoria, pues Kubrick utiliza su cámara para crear un personaje de la personalidad real de Walter Cartier, y mientras que el boxeador no tiene líneas de diálogo en el metraje, mucho de él puede ser conocido, gracias a cámara de la imágenes de Kubrick ha capturado de él.
A medida que el momento de la pelea se acerca, Kubrick acelera el ritmo, realmente aumentando la tensión, y da a la historia, un verdadero sentimiento de suspenso, como cuando la lucha comienza.
Las imágenes de la lucha, están muy editadas, y el resultado es una de las mejores escenas de un documental deportivo.
La “voz en off” está bien escrita por Kubrick, y su escritura es sólo una de las muchas sugerencias del alcance de los regalos del cineasta.
Dos ejemplos:
Una escena donde el luchador está en casa, jugando con su perro, mientras que las conversaciones de “voz en off” sobre la brutalidad que este hombre emplea en el ring, es un excelente contraste en los estados de ánimo.
Y el sonido, el cual es perfecto, siendo la única vez que lo escucharemos, cuando el boxeador entra en el ring, entonces usted oye sonidos, como la multitud, los locutores, todo.
Hasta entonces, Day Of The Fight es un documental con “voz en off”
Realmente, es una obra menor de un genio importante; una de las primeras lecciones para él, en lo que los productores pueden hacer, si no insiste en el control total.
No hace falta que hagamos hincapié, en la importancia del boxeo en la sociedad de EEUU de aquellos momentos, ni a la parafernalia que suponía, asistir a una velada pugilística, este ritual sería, lo que más fascinó a Kubrick durante aquellos años.
Como dato, Day Of The Fight es una muestra de cómo un boxeador, en el día anterior a su combate, limitada al ring, y a este deporte, una de las formas paradójicas de la sociedad, de instrumentar la violencia.
De poco interesante en el trasfondo, y en la escasa profundidad, Day Of The Fight oculta tras una retahíla de frases grandilocuentes, y biensonantes, tal vez sí; también tiene una calidad metodológica, como la cámara de Kubrick demorándose en las rutinas diarias, y rituales previas a la pelea de un joven boxeador.
Además, captura la claustrofobia del New York de 1950, la impersonalidad de la vida urbana, y la violencia del ring de boxeo.
Algunas secuencias cinéticas, recuerdan a “Killer's Kiss” (1953), y las secuencias de boxeo de “Barry Lyndon” (1975) donde Kubrick incluye todo tipo de tomas y ángulos, en la creación de una gama agradable a la vista.
También, Day Of The Fight es la primera película que compuso Gerald Fried, un amigo de la infancia de Kubrick, que compuso y dirigió más de 100 bandas sonoras de películas.
En 1976, Fried obtuvo una nominación a los premios de la Academia por “Birds Do It, Bees Do It”, y en 1977, compartió el Premio Emmy con Quincy Jones, por la música de la miniserie “Roots”
“This is the man who cannot lose, who must not lose.
The hard movements of his arms and fists are different from what they were an hour ago.
They belong to a fierce new person.
They're part of the arena man, the fighting machine that the crowd outside has paid to see in fifteen minutes”
Siempre es interesante, ir de nuevo al principio de la carrera de un director, en este caso, de Stanley Kubrick, y echar un vistazo a su trabajo anterior.
Kubrick comienza a ensayar su arte cinematográfico, con 3 documentales de relativo interés:
Day Of The Fight (1951), Flying Padre (1951) y The Seafarers (1953)
De estos 3, el más digno de mención, es el primero, puesto que supone un intento de suspense, y contiene algunos encuadres superlativos.
Algo así como un ensayo general, puesto que también se desarrolla en el mundo pugilístico, al igual que su película “Killer’s Kiss” (1953)
Los otros 2 trabajos, cortos documentales, algo enfáticos, y muy convencionales; de hecho, “The Seafarers” fue producido por El Sindicato Internacional de Marinos, y estuvo perdido durante 40 años.
Así pues, aquí estamos ante uno de los debuts, de uno de los más grandes directores del planeta Tierra, y eso no es poco.
Sin embargo, no dejemos que su fama y su gloria futura nos ciegue, y nos condicione en la crítica de este sencillo corto documental.
Kubrick financió Day Of The Fight, lo dirigió, lo escribió, y lo produjo.
En una charla con el escritor Joseph Gelmis, en 1969, el cineasta compartió diciendo:
“Yo era camarógrafo, director, editor, editor asistente, el de efectos de sonido, lo que sea, yo lo hice.
Fue una experiencia muy valiosa, que me obligó a hacer todo por mí mismo.
Adquirí un conocimiento sólido y exhaustivo, de todos los aspectos técnicos de la cinematografía”
El modesto y breve cortometraje en blanco y negro, Day Of The Fight, daría inicio a una filmografía singular y fascinante del legendario director.
Para cuando realizó su tercer y último documental, Stanley Kubrick ya se dedicaba de lleno al mundo del cine.
“One man has skillfully, violently overcome another, that's for the fan.
But K.O., name of opponent, time, date, and place, that's for the record book.
But it's more than that in the life of a man who literally has to fight for his very existence.
For him, it's the end of a working day”
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