Noche Sin Oscuridad

“¿Jesús?
¡No, mae!
Diego.
¿Se acuerda?”

La amnesia, es un tema muy usado en la ficción; y es un trastorno del funcionamiento de la memoria, durante el cual, el individuo es incapaz de conservar, o recuperar información almacenada con anterioridad.
En lo particular, la amnesia postraumática, generalmente es causada por una lesión en la cabeza, que no penetra el cráneo.
Es frecuentemente transitoria; la duración de la amnesia, está relacionada con el grado de daño causado.
Un trauma ligero, como un accidente automovilístico, que resulte en no más que un ligero latigazo, puede causar al ocupante, no recordar los eventos ocurridos, justo antes del accidente, debido a una breve interrupción en el mecanismo de transferencia de la memoria de corto, a largo plazo.
A este mecanismo se lo conoce como, “Consolidación de La Memoria”, y el mismo consta de cambios moleculares, basados en síntesis de proteínas que forman representaciones fijas en el cerebro.
En resumen, podemos definir la amnesia, como una enfermedad cerebral, que hace que las personas olviden datos previamente almacenados por el cerebro.
Los tipos de amnesia, pueden ser clasificados en función del rigor, o los patrones de dicha pérdida de memoria, según sean de carácter anterógrado, retrógrado, o disociativo.
En películas, es usualmente representado, que un segundo golpe en la cabeza, similar al primero, cura la amnesia.
Pero realmente, una segunda contusión, puede acarrear catastróficas consecuencias, como el síndrome conocido como “de doble impacto” y traer graves consecuencias.
Noche Sin Oscuridad es un cortometraje costarricense, del año 2014; editado, escrito, y dirigido por José Mario Salas.
Protagonizado por Sebastián Guillen, D.i. CotoBraña, Lianne Spong, Luis Fernando Montero, y Katherine Ulate.
Noche Sin Oscuridad fue producido por Carolina Medina, periodista de Radio Nacional de Costa Rica, para JSB Producciones, y Cinematografía 506; donde ella misma, hace de directora artística, adaptó el guión, y ayudó en sonido e iluminación.
Noche Sin Oscuridad fue producido para la Licenciatura en Realización y Producción Audiovisual, de La Universidad San Judas Tadeo, de San José, Costa Rica; el cual fue realizado sin fines de lucro, y está disponible para que cualquier persona pueda mirarlo a través de Internet.
Noche Sin Oscuridad tiene un metraje de 25 minutos, que promete hipnotizar al público espectador, de principio a fin; el cual narra, por lo menos, 12 horas en la vida de un hombre, y el encuentro con un joven.
La trama inicia con la vista de un San José iluminado, con tantas luces, como historias en cada bombillo que alumbra la noche.
Una noticia en un carro, sobre El Papa Francisco cuando recibió a La Reina de Inglaterra en un “encuentro informal” a 32 años del Conflicto de Las Malvinas, nos coloca en el tiempo de la acción, el año 2014.
Diego (Sebastián Guillen), se encuentra sentado en un parque josefino, cuando Javier (D.i CotoBraña) en su automóvil, lo localiza, lo observa, y se acerca a él, en ese momento, entabla una conversación, dentro de la cual, le ofrecerá hospedaje por esa noche, y una vez en su casa, sucederán situaciones inesperadas, que harán que la noche, no sea del todo oscura.
Y es que todo hace indicar al espectador, que éste joven muchacho, es quizás algún delincuente capitalino, que sobrevive gracias al robo, por medio de la violencia, ya que así lo atestigua su mano, al dejar caer una navaja.
En un mundo actual, donde la violencia es lo más “común”, la invitación de Javier para con el joven, incita al público a pensar, en un escenario diferente al que terminará resultando.
¿Qué hay tras aquella invitación, a subirse al carro, y dormir en la casa de Javier?
Pese a que el corto fue realizado con un presupuesto limitado, con unos $150 aproximadamente, se logra apreciar una excelente calidad de imagen, y un manejo genuino de la técnica.
Noche Sin Oscuridad, juega con la ambigüedad de los personajes, y las intenciones de sus acciones, y pone a dudar al espectador, haciendo partícipe del juego mental, y lo mantiene pegado a la pantalla, para ver de qué, y cómo va a terminar la trama; y parece curioso, que en un segundo visionado, se mantiene la trampa, pues después de conocer la trama en su totalidad, todavía se deja llevar por el juego; inclusive, la técnica de los actores, gestos y ademanes, provoca la misma reacción sin el uso del sonido; es decir, fácilmente puede verse y entenderse, en modo de silencio.
D.i CotoBraña, manifestó en su entrevista para Tribuglobal.com, que:
“Cada vez que leíamos el guión, las lágrimas, los sentimientos de impotencia, los sentimientos de frustración, o la culpabilidad, afloraban sin el menor esfuerzo”
Un detalle importante en Noche Sin Oscuridad, son precisamente, la redención y los recuerdos.
Recuerdos como ese colgante, que justo cuando Diego entra, los toca, también juega un papel a modo de recuerdo, de un pasado feliz, con esas campanas como móviles de un bebé, al que no le faltó nada, así como las flores, el pan con jalea, la película “Los Piratas del Caribe” pues según el atrezzo, Javier proviene de una clase media alta, y posee buenos ingresos, sino véase el carro que maneja, las máscaras de diferentes etnias que cuelgan de las paredes, los libros, y la música clásica, los viajes a Miami, Curacao, etc.
El detalle de las llaves del carro, y la puesta del celular en el desayunador, nos indica 2 cosas:
En la primera mitad, que es una tontería, que Diego las puede robar, pero si ya estamos en la segunda mitad, nos indica a modo de “flashback” en nuestro fuero interno, de que es un juego, un detalle para recordar.
Me impresionó lo fundamental que es para nuestro sentido del ser, la capacidad de rememorar nuestras experiencias, lo inquietante que debe ser, estar varado en el tiempo, sin conocimiento del propio pasado.
Me ha fascinado, el giro que da Noche Sin Oscuridad, al pensar de principio, que se trata de una invitación a un encuentro sexual, o a un simple momento de compañía, inocente, entre 2 almas solitarias, y que en la segunda mitad, se nos revela algo mucho más profundo, de gran calado emocional.
Me ha parecido interesante, que en el carro, se escuche solo noticias, en vez de música, eso da la impresión, de que se está completamente preocupado de la situación familiar; mientras la actitud del joven durante las transmisiones, hacen que tema que su seguridad, vaya ser una de las próximas noticias de la radio, ante lo que está viviendo…
Sobre el reparto:
D.i. CotoBraña totalmente contenido, él es el elemento dramático de la obra, demostrando ansiedad y desesperación, por una situación de incertidumbre, que lo agobia y lo tiene muerto en vida; quien todavía ve al joven como un niño, primera pista que nos revela, lo que hay detrás de la invitación a ir a dormir en su casa.
Sebastián Guillen, entre un drama oscuro que se desconoce en la primera mitad del metraje, contra el humor del que desprende en la segunda mitad, todo como parte de los cambios que tiene al afrontar ante las situaciones de encuentro vividas.
En ambos, los silencios son muy importantes, y demuestran el elevado nivel de actuación:
Re-descubrimiento e inocencia para Diego; pues el oye, toca, ve, huele, y saborea todo; frente a una intrigante naturalidad con humor para Javier, en el bello momento del “pa’n” y va de nuevo la preocupación de Javier al preguntar:
“¿Usted siempre acostumbra dormir donde personas desconocidas?”
Y la importancia de la voz en “off” como recurso para ir adelantando los hechos, y las situaciones de los protagonistas.
Lianne Spong como Alejandra, en un pequeño papel, demuestra el lado científico del problema, una gabacha tendida, da la impresión de que la hermana, es una profesional en el campo de la medicina.
Ella es determinante para poner a Javier en una posición de fuerza, para que enfrente la realidad, y asuma las consecuencias, para que no caiga en las depresiones, y acepte el eventual, peor escenario posible de su situación; no obstante, ella se muestra cariñosa y amorosa para con Javier y su situación, ella también afronta una lucha interna, la de su profesión contra sus sentimientos como tía; y curiosamente, ella es la que le dice, como la persona más cercana que es, que no pierda la fe, dándole esperanzas.
Los 2 “flashbacks” importantísimos:
El primero, nos aclara lo sucedido con Diego, donde vemos que también el impacto fue para Javier, al ver a Diego en el piso, si tan siquiera constatar que se encontraba bien, pues fue un golpe tremendo; y el segundo, sobre la felicidad que se vivía, al compartir la mejenga, unión, y empatía entre ellos.
El tratamiento del color en los “flashbacks”, en tonos fríos el primero, por el trauma vivido; y cálidos o sepias el segundo, a modo de una foto del recuerdo, es importante para capturar las emociones.
El momento:
El regreso de la memoria, con esa subida a los cielos, donde podemos observar, con esa luz brillante,  iluminando toda la escena en la planta alta, donde los milagros son escuchados, con abrazo y lágrimas, es en una palabra:
ROMPEDOR, con ese “welcome” en la espalda de la camiseta de Javier, lo dice todo… pero hay más escenas para no olvidar:
La escena de Diego en el baño, que se preguntaba a sí mismo:
“¿Cómo putas supe dónde estaba esa cobija?” me ha encantado, todos los trucos que ha utilizado para refrescar la memoria del hijo perdido; y como Javier, ya va involucrando a Diego en sus juegos mentales...
Interesante la escena de la llamada, después que Diego se fue, pues vislumbramos que lo hizo en silencio, pues la caja de breques está abierta, aparentemente desconectó toda la electricidad del hogar, para que no se escuchara la alarma…
El papel religioso en toda la obra, es crucial, iniciando con el rosario que cuelga en el retrovisor interno del automóvil, los crucifijos colgados, y los de pie…
El director mismo, en su exposición, el día de la defensa, dijo que “Noche Sin Oscuridad es para todo público, y debe ser vista en familia, pues rescata valores y, a la vez, muestra la importancia de la fe”
La Parábola del Buen Samaritano en El Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37 para la primera parte; y del Hijo Prodigo, en El Evangelio Según San Lucas, capítulo 15, versículos del 11 al 32, para la segunda parte; se hacen evidentes; y esas escaleras, que llevan al cielo donde está el crucifijo, y se arrodilla para rezar, mientras se recuerda el pasado feliz; o que bajan al infierno emocional, de la zozobra, al primer piso, donde habita la pérdida, y la noche con oscuridad.
La carta, como símbolo de esperanza, de una fe perdida, que puede hacer volver a los recuerdos, de hecho, una herramienta que se utiliza en casos de pérdida de la memoria, y que aquí se puede usar para la develación de los orígenes, como padre e hijo.
Por último, un mensaje acerca de la problemática social de los jóvenes en estado de indigencia o abandono, que pululan en nuestras calles, en busca de una mano amiga que les brinde ayuda, o una organización que les dé cobijo y oportunidades.
Y la escena final, maravillosa, con vista del cielo, a modo de que algo bueno está por comenzar; fruto del buen quehacer del guión y los actores, con la justa medida de drama y humor, que dejan un dulce sabor de boca, sin embargo, no todo ha sido oropel; pues hay puntos flacos:
En momentos, no se escucha bien los parlamentos, un problema de disposición de los micrófonos, o dicción para que se escuche todo claramente; hay situaciones en las que no se da más profundidad, como el pasado de Javier, los cuales nunca se explican; así como el por qué lo dejó la mujer… pues suponemos que le cobra la desgracia de su hijo.
Suponemos que han sido varias las veces, que los encuentros han tenido lugar, alrededor de un par de meses, pero no se nos explican esos encuentros anteriores.
Sorprende que en la carpeta llamada “Diego y yo” solo haya una foto de ellos…
El “product replacement” como Numar, Coca-Cola, Nestlé, etc., es demasiado evidente, pero es cosa de patrocinio, supongo.
A pesar de los detalles, me ha encantado, lo muy bien iluminada que está Noche Sin Oscuridad, con una fantástica profundidad de campo, bien cuidada en los encuadres, los elegantes barridos entre las escenas, buenas actuaciones, y una hermosa banda sonora, muy acorde con las emociones, todo eso, contemplado en un guión bastante bueno, que nos llama a la unión familiar y a la esperanza, sobre todo a no perder la fe.
Me pregunto, esos pajaritos hacia el final del metraje, serán producto del CGI, pues me parecen importantes, para simbolizar la libertad, la paz, y la vuelta a la tranquilidad natural.
La música, lamentable que no se de crédito a este departamento, presenta piezas clásicas, que relajan a la audiencia, y dice mucho de la educación de Javier, y las emociones de los personajes.
“¿Tal vez recuerde?”
Una persona con pérdida de la memoria, necesita mucho apoyo; y ayuda el hecho de mostrarles objetos, música, o fotos familiares; pues los recuerdos, son la raíz de quienes somos.
Durante el visionado, me di cuenta de lo común que es esta afección.
La gente que padece Alzheimer, por ejemplo, tiene problemas con la pérdida de memoria todo el tiempo, pero de alguna manera, es más chocante verlo en una persona joven, y sin embargo, no debería serlo.
Noche Sin Oscuridad, me trae a la memoria, aquello de:
“La realidad, imita a la ficción” según dijo Oscar Wilde, pues Clive Wearing, un director de orquesta, músico, y conductor de radio británico, nacido en 1938, que debido a un herpes simple, tipo 2(HSV-2), el cual derivó después a una encefalitis; en 1985, sufrió graves lesiones en el hipocampo, las cuales afectaron su memoria, dándole 7 segundos de retención de esta, además de haber perdido los recuerdos anteriores.
Cuestiones aprendidas desde la infancia, como el habla, tocar música, o escribir, siguen presentes en su cabeza.
Pero recuerdos de vivencias, personas, fechas, o de cuestiones más superficiales, se van rápidamente con el viento, sin que las pueda retener.
Por tanto, Clive no solo sufre de amnesia anterógrada, que es la incapacidad para recordar hechos ocurridos después de la aparición del agente causante; sino que también, padece de amnesia retrograda, que es la incapacidad para recordar hechos ocurridos, antes de la aparición del agente.
Wearing afirma:
“Sé lo que se siente al estar muerto.
Día y noche es lo mismo.
No tengo sentidos, mi cerebro está completamente inactivo”
Sin embargo, extrañamente, logró retener 2 recuerdos:
Aún toca exquisitamente el piano, y sabe que ama a su esposa Deborah.
El profesor David Shanks, del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres, explica que la parte del cerebro que se conoce como hipocampo, determina el funcionamiento de nuestra memoria.
El daño permanente al hipocampo, puede ser consecuencia de una lesión seria en la cabeza, o un derrame, cuando el suministro de sangre y oxígeno al cerebro, se interrumpe.
“Una vez dañado, incluso en una persona joven, hay una recuperación limitada en esta parte del cerebro.
No hay evidencia de plasticidad”, dice el profesor Shanks.
Para sobrellevar los efectos del daño cerebral, y la pérdida de memoria, la gente adopta distintas herramientas, y formas de gestionar la situación.
Luke Griggs, de la organización humanitaria Headway, especializada en lesiones cerebrales, dice que los problemas con la memoria son algo común.
“La pérdida de la memoria de largo plazo, puede hacer que la gente se olvide de segmentos enteros de su vida, como su infancia, mientras que la pérdida de la memoria de corto plazo, puede hacer que cumplir las labores sencillas del día a día, sea un verdadero desafío.
No hay cura para la pérdida de memoria; algunas personas recuperarán algunos recuerdos con el tiempo, pero otras, no serán tan afortunadas”, señala Griggs.

“Jesús fue un gran hombre, el ayudaba a los enfermos, el oraba por los necesitados... era muy cristiano”



Comentarios

Entradas populares