Limitless

“Your powers are a gift from God or whoever the hell wrote your life script”

La superdotación intelectual, es una habilidad intelectual significativamente elevada, en contraste con las aptitudes medias establecidas por las diferentes escalas de evaluación de coeficiente intelectual de la población, como también por los parámetros elevados, en diferentes prácticas profesionales de medición, o referencia.
Esta es generalmente, aceptada como una aptitud innata para la actividad intelectual, que no puede ser adquirida por el esfuerzo personal.
Es diferente a una habilidad concreta, dado que ésta puede obtenerse a través del aprendizaje, o por comportamientos adquiridos.
Existen numerosas teorías sobre la definición, desarrollo, y métodos de identificar, y tratar la superdotación intelectual.
La superdotación, puede ser general o específica:
Un individuo puede tener un talento especial, o estar dotado para las matemáticas, pero no ser igualmente talentoso en materias referentes al lenguaje.
Aunque, originalmente, no hubo una definición unificada de superdotación, los avances en la teoría de las inteligencias múltiples, han creado un nuevo modelo en el que se distingue entre personas con uno o más talentos, es decir, que sobresalen en uno o más de los posibles tipos de inteligencia, y personas superdotadas, que sobresalen en general, en todos los tipos de inteligencia, o polimatía, y presentan además, una alta creatividad, y varios rasgos de personalidad característicos.
Por extensión, “superdotado” o “polimata” es el término usado para designar a aquellas personas que poseen esta característica.
Aunque, también suele utilizarse, en la actualidad, como sinónimo “Altas Capacidades Intelectuales”
Mayoritariamente, es aceptado, que la superdotación es hereditaria, aunque existe un debate al respecto.
Algunos autores proponen, que se hereda a través del cromosoma X, lo cual justificaría la diferencia estadística entre hombres y mujeres en los tests.
Siguiendo esta línea, algunos pedagogos y psicólogos, presentan la siguiente clasificación, para describir diferentes niveles de superdotación intelectual, con el Coeficiente Intelectual (CI) como punto de referencia:
Inteligencia brillante:
No alcanza la superdotación intelectual, más de 115 de CI; representa aproximadamente, el 14,31% de la población, es decir, 1 de cada 7.
Superdotación intelectual moderada:
Más de 130 de CI; representa el 1,94% de la población, 1 de cada 52.
Superdotación intelectual alta:
Más de 145 de CI; representa el 0,11% de la población, 1 de cada 924.
Superdotación intelectual excepcional:
Más de 160 de CI; representa el 0,0023% de la población, 1 de cada 41,916.
Superdotación intelectual profunda:
Más de 175 de CI; representa el 0,00002% de la población, 1 de cada 3,483.046, es decir, aproximadamente 2,009 personas en el mundo, con la población de 2011, que se aproxima a los 7 mil millones de habitantes.
Es así pues, que triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto.
Ni mejor ni peor, pero sí distinto.
Dicho de otro modo:
Albert Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente, sus inteligencias pertenecen a campos diferentes.
“Obviously I miscalculated a few things”
Limitless  es una película de ciencia ficción, del año 2011, dirigida por Neil Burger.
Protagonizada por Bradley Cooper, Abbie Cornish, Robert DeNiro, Anna Friel, Andrew Howard, Johnny Whitworth, Robert John Burke, Tomas Arana, entre otros.
El guión es de Leslie Dixon, basada en la novela de Alan Glynn, “The Dark Fields” (2003) la cual viene a ser, una actualización del mito de Ícaro con drogas neuro-estimulantes, tomando el lugar de las famosas alas.
La guionista, se cruzó con la novela “The Dark Fields” en una librería de segunda mano.
El libro, un thriller trepidante, y altamente conceptual, partía de una premisa que la intrigó inmediatamente:
“¿Qué pasaría, si hubiera una droga que pudiera convertirte en la mejor versión de ti mismo, una droga que te permitiera usar tu potencial al completo?
¿La tomarías?”
La historia, tiene una idea muy provocativa, que parecía la panacea perfecta para La Era de La Información, donde un fluir continuo de datos, nos supera a un ritmo intimidante.
“La premisa puede parecer cercana la ciencia ficción, pero es probable, que este tipo de tecnología, no esté muy lejana”, dice Dixon.
“Estoy segura de que ahora mismo, hay investigadores en laboratorios, intentando producir “drogas inteligentes” para mejorar la memoria, las funciones cognitivas, y los reflejos”, aseguró.
“Obviamente, tiene un precio” añade.
“Cualquier cosa que sea como un esteroide para la mente, es una idea intrínsecamente peligrosa”
“Ya hay drogas similares”, continua Burger.
“Provigil, Adderall y otras.
El NZT, es como aquéllas, pero multiplicadas por mil.
Está completamente más cargado.
Pero si todo esto se reduce a juguetear con la química cerebral, como si fuera un disco duro:
¿Dónde encaja la responsabilidad personal?
¿Cuáles son los límites de nuestra identidad moral?”, se cuestiona el director.
Limitless se empezó a rodar en marzo de 2010, en diferentes localizaciones de Estados Unidos y México.
Destacar las poblaciones de New York y Philadelphia en Estados Unidos, y Puerto Vallarta, y diferentes ciudades del estado de Nayarit, en México.
Limitless combina suspenso, acción, humor, y un aspecto visual con estilo propio, para un viaje emocionante e inolvidable.
¿Han escuchado eso de que, el ser humano utiliza sólo el 20% del potencial de su cerebro?
Pues Limitless trata precisamente de eso, nada de arañas radioactivas, anillos espaciales, ni armaduras súper avanzadas, trata de lo que seríamos capaces de lograr, si utilizáramos el máximo potencial de nuestras mentes:
El “poder” es simplemente pensar.
Limitless sigue a Edward “Eddie” Morra (Bradley Cooper), un aspirante a escritor, que sufre un bloqueo crónico a la hora de escribir sus libros, y además, recientemente ha finalizado una relación sentimental con su novia, Lindy (Abbie Cornish)
Sin embargo, su vida da un giro inesperado, cuando su ex cuñado, Vernon Gant (Johnny Whitworth), le da a conocer el NZT-48, un medicamento revolucionario, que le permitirá aprovechar todo su potencial cognitivo; con todos y cada uno de los impulsos nerviosos de su cerebro.
Con el NZT-48, Eddie puede recordar absolutamente todo lo que ha visto, leído, o escuchado, incluso, podrá aprender idiomas fluidamente, con tan solo escucharlos; siempre que siga tomando el fármaco experimental.
Eddie no tardará en obtener sus primeras recompensas gracias al NZT-48, como por ejemplo, su conquista de Wall Street.
Sus hazañas hacen que un importante magnate se fije en él, Carlos “Carl” Van Loon (Robert DeNiro), quien le invita a que forme parte de la fusión corporativa, más importante de la historia.
Pero no todo serán buenas noticias, ya que hay un grupo de personas desesperadas, por hacerse con una dosis de NZT-48.
En el centro de toda esta tormenta, su novia Lindy, se verá atrapada, en principio, por el comportamiento de Eddie, pero ante la nueva realidad, comienzan a surgir las situaciones para las cuales no estaba preparada.
Así las cosas, Eddie se verá implicado en una peligrosa trama policial, huirá de los que le persiguen, e intentará aferrarse a su cada vez menor suministro del medicamento.
Una píldora transparente, azulada, que tiene el poder de conectar, y poner en contexto, la información que se ha almacenado, y que se sigue adquiriendo sin límites, es decir, que “el disco duro del cerebro” aumente 80 veces su actividad de memoria.
Por supuesto, que ayuda mucho el que las personas que la tomen, sean “inteligentes”
Pero las pastillas se le agotan, y Eddie comienza a tener enormes lagunas mentales, que le impiden recordar qué hizo, y dónde estuvo en las últimas horas.
Y las cosas se salen de control, cuando Eddie descubre, que una de las chicas que frecuentaba, ha aparecido asesinada... sin que él pueda recordar, si es el responsable de su muerte.
Al final, ni Eddie sabe quién es realmente, pretencioso pensamiento existencial, ni el espectador puede discernir, si quien actúa es el escritor, o el adicto al NZT-48, porque el éxito de la droga, impide liberarse de su consumo, y siempre quiere más, porque da la impresión, de que la realidad está siempre falseada, o es corrupta en todos sus niveles, porque la historia es confusa en sus bucles y piruetas, hasta llegar a ese forzado golpe de efecto, con lo sucedido 10 años después.
Da la impresión, de que lo que nos cuenta Limitless no tiene fin, y tampoco orden, ni lógica racional.
En ocasiones, parece que estamos ante un cuento moral, que terminará con un mensaje contra las drogas, o sobre la necesidad de aceptarse como uno es, para después caer en la comedia sobre chantajes y guardaespaldas, y terminar con unas peleas poco cuidadas, y una oscura trama financiera.
La pregunta es:
¿Hasta cuándo podrá resistir?
¿Cuándo llegará a su límite físico, y mental?
Limitless puede considerarse una película digna de verse, o por lo menos, una película efectiva, que cumple sin problemas con su cometido:
Entretener… que mal…
Además, su visionado invita a cultivar la mente, lo cual siempre es una sana recomendación para el espectador, pues en la historia, se presenta al cerebro, como la más poderosa arma humana, capaz de seducir, impresionar, predecir, deducir, calcular, acertar…
Por eso, Limitless puede entenderse, como una obra en la que se rinde culto al intelecto, lo que hace de ella, un filme insólito e interesante, aunque, si se interpreta de otro modo, también a las drogas, lo que la convierte en un producto pernicioso, para el público más influenciable.
“For a guy with a four digit IQ, I must have missed something”
Neil Burger, traza un thriller con toques cómicos y dramáticos, junto a una incipiente historia de amor en 2 fases; un conato de denuncia de corrupción político-financiera-farmacéutica, y alguna que otra consideración existencial, que no se llega a desarrollar.
Limitless tiene elementos del cine negro, creatividad en cuanto a la movilidad de la cámara, y ciertos despliegues coreográficos interesantes, por ejemplo, cuando Morra está escribiendo de manera fluida su novela, se insertan letras que van cayendo del techo como gotas de lluvia, mientras que en el centro, está el escritor totalmente absorto.
Para presentar el meteórico ascenso del protagonista, a raíz de la ingesta de la peculiar sustancia, el director opta por la rabia visual, encontrando recursos originales y efectivos, que reflejan con acierto, los progresivos delirios de grandeza de la figura central; sin embargo, a medida que la sustancia comienza a presentar graves efectos secundarios, Burger olvida la fascinación del material de que dispone, como la adicción, degeneración, obsesión… para entregarse a un carrusel estridente y colorido, con un resultado frustrante y sorprendente, con el cineasta optando por la locura estética, hasta el punto de olvidar, lo que podría haber resultado considerablemente más interesante.
Aquí, el realizador ofrece montajes videocliperos, música estridente y repetitiva, y todo tipo de recursos relumbrones, modernos y amenos, pero progresivamente, diluidos e inútiles.
El guión, va acumulando situaciones y personajes de escaso, o nulo desarrollo, que solo sirven para que sigamos atentos a la pantalla, en una huida hacia adelante, con un final de compromiso.
Es cierto que con este material, se podía hacer mucho mejor, pero es lo que hay.
Bradley Cooper aguanta el tirón, pero es mucho mejor en películas más dramáticas, sin recursos de otros géneros; y DeNiro se deja caer, para cobrar el cheque…
La actriz, florero por donde se vea, que aparece justo en las escenas, para llevar a las parejas a las butacas.
Con todo, las diferencias entre la novela de Glynn, y la película de Burger, son significativas, de modo que hablar de una simple adaptación, resulta un tanto injusto.
Para empezar, el film no insiste en cuestiones como el espionaje farmacológico, y el recurso a la droga que optimiza la inteligencia, no es abordado en clave científica…
El director, comete muchas arbitrariedades, de información, que cumplen un fin narrativo, pero que son importantes de acotar.
Por ejemplo, cuando se dice que nada más utilizamos el 20% del cerebro.
Esta es una aseveración totalmente desmentida.
Recuerdo que se llegaba a afirmar, que Albert Einstein utilizaba sólo el 40%.
Aquí, casi siempre se añadía la pregunta:
¿Te imaginas lo que sería utilizar el 100%?
El cerebro y el cuerpo en general, eliminan todas las partes que no usa, lo que no se emplea, primero se atrofia, y después se suprime, y se suple por algo extra, de tal manera, que es totalmente arbitrario decir, que utilizamos un porcentaje bajo del cerebro.
Otra arbitrariedad, es la de las píldoras mágicas, que han sido “El Santo Grial” de la farmacología.
En el siglo XIX inclusive, se acuñó el término “Bala Mágica” para connotar un medicamento con muchos efectos curativos, y pocos del tipo secundario, para curar la sífilis.
Esta idea, con tintes de pensamiento mágico sigue en pie:
Pastillas mágicas para bajar de peso, para el crecimiento del pene, para la calvicie, para dormir, y para despertar.
Y sin embargo, existe el principal problema, los efectos secundarios, y la adición a los efectos primarios.
Fundamentalmente, una arbitrariedad mayor, es que nos traguemos que un adicto, puede deglutir la sangre de una persona, que ha consumido la misma droga, por vía intravenosa, y que eso le cure la supresión...
Bitch please!
Y el tramo final, roza el desastre, convertido ya el conjunto en un bombardeo de situaciones y proposiciones, a cual más descabellada.
La mala baba se pierde, el mensaje mordaz se pierde, la oportunidad de hacer algo distinto, se pierde.
Patético el desenlace en el apartamento, jeringuilla incluida, cuando no resulta ridícula, las demostraciones de idiomas, o de artes marciales en un lugar donde se desaparecen los caídos de ese combate; el romance con su novia, no emociona ni convence; y el dramatismo de los efectos secundarios de la droga, circula por cómodos terrenos efectistas, ese desdoblamiento de la personalidad, y de los espejos, es poco original…
Además, dejaron un montón de tramas inconclusas; a su vez, el libreto empieza a disparar intrigas que deja a medio cocinar:
No hay explicación, de por qué llegan a las manos del cuñado, las pastillas ultra secretas, que una farmacéutica va a poner a la venta.
Si pidió$100,000 a un “dealer”, para jugar en la bolsa, con su brillantez, debería haberlo triplicado, y devuelto en menos de una semana.
Lo mejor, son los efectos de la pastilla en el prestamista de Europa del este, a ese el único efecto que le hace la pastilla, es que le dan ganas de vestir ropa más hortera.
Y lo más grave, jamás se investiga el asesinato del ex cuñado; la existencia “limitada” de NZT-48 se multiplica, y se hace eterna; el protagonista “súper genio” esconde la droga en los lugares más estúpidos; la muerte de la prostituta en el hotel resulta inconclusa, los baches mentales, y hasta las secuelas del NZT-48, son subtramas que terminan siendo abandonadas, sin la más mínima consideración.
Ni hablar de un apartamento blindado, que cuesta $8 millones, y 3 rusos entran como “Pedro por su casa”, y el protagonista, da muestras de una amoralidad creciente, e impune.
Bradley Cooper, se supone, que es nuestro héroe, no un tipo despreciable, dispuesto a todo, con tal de obtener dinero y poder.
Eso no quita que Limitless, no tenga su cuota de buenos momentos, como la persecución en el parque, entre el asesino y la novia del protagonista, que debe tomar un NZT-48, para volverse brillante, y encontrar la manera de escapar… o la batalla campal en el bunker, que ha comprado Bradley Cooper, que son escenas que rebosan originalidad, y que se encuentran más en la vena de las aventuras de superhéroes; y el NZT-48, pasa a ser otro artefacto de poder, tal como el anillo de “The Lord Of The Rings”, en donde quien lo posee, puede transformarse en un superdotado, en cuestión de segundos.
Y cuando las cosas se ponen oscuras, como los apagones mentales del protagonista, Limitless entra definitivamente, en terrenos “dickianos” sobre la memoria, la identidad, y la expansión de los campos mentales.
Lástima que el libreto, no tiene ni idea, de cómo darle un broche a esas situaciones, las tapa con diarios, y sigue adelante, como si nada.
¿A nadie se le ocurre buscar, la manera de vivir más y mejor, sin necesidad de pelearle el poder a nadie, y sin llamar la atención, y de paso, comprender el Universo?
No, a nadie, todos quieren dinero y poder…
A pesar de todo, el mayor acierto es visual, que emplea una cámara nerviosa, que acelera los tiempos, se acelera, y sufre alteraciones en su estabilidad, se sumerge en “zooms” inacabables, refleja panorámicas de 360 grados, y la percepción del entorno, se modifica, hasta perder contacto con la realidad.
“I don't have delusions of grandeur, I have an actual recipe for grandeur”
Resulta pues, que los nootrópicos, también conocidos como “drogas inteligentes”, “estimulantes de la memoria” y “potenciadores cognitivos”, son fármacos, medicamentos, drogas, suplementos, nutracéuticos, o alimentos funcionales, que elevan ciertas funciones mentales humanas, las funciones y las capacidades del cerebro, tales como: La cognición,memoria, inteligencia, motivación, atención, y concentración.
Se incluyen sustancias vasodilatadoras periféricas, activadores cerebrales, agentes vasoactivos, neuroprotectores, neuroregeneradores, y activadores de los neurotransmisores.
Se cree que los nootrópicos, funcionan al alterar la disponibilidad de suministros neuroquímicos en el cerebro, como los neurotransmisores, enzimas y hormonas; mediante la mejora del metabolismo cerebral, o estimulando el crecimiento del nervio.
Sin embargo, la eficacia de las sustancias nootrópicos, en la mayoría de los casos, no se ha determinado concluyentemente.
Esto se complica, por la dificultad de definir y cuantificar la cognición y la inteligencia.
Los geriatras consideran, que la mayor parte de estas sustancias, son inadecuadas para los ancianos, por ser de eficacia muy dudosa, y no estar exentas de riesgos para la salud.
Por otra parte, las indicaciones están mal definidas, y se basan en estudios insuficientes, mal diseñados, y con importantes deficiencias en la metodología, por lo que las evidencias de la eficacia terapéutica de los nootrópicos, son dudosas o inexistentes.
La palabra “nootrópico” fue acuñada en 1972, por el Dr. Corneliu E. Giurgea, y deriva de las palabras del griego “nous” o “mente”; y “tropos” o “dirección”
El Dr. Giurgea, denomina como “nootrópicos” a aquellos fármacos psicoactivos, que mejoran la actividad integradora encefálica superior, siendo su perfil farmacodinámico, el siguiente:
Favorecen el aprendizaje, y protege frente a aquellos agentes que lo impiden, como la hipoxia, o el electroshock; facilitan la transferencia de información interhemisférica; incrementa la resistencia del cerebro, frente a la agresión; incrementan el tono del control córtico-subcortical; y carecen de efectos sedantes, o estimulantes.
Ya lo dijo Albert Einstein:
“Los intelectuales, resuelven los problemas; los genios los evitan”

“A tablet a day and I was Limitless...”



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