El Emigrante
“¿Qué queremos olvidar?”
El microrrelato, es una construcción literaria narrativa, distinta de la novela o el cuento.
Es la denominación más usada, para un conjunto de obras diversas, cuya principal característica, es la brevedad de su contenido.
El microrrelato, también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo, o minicuento; y no es un fenómeno nuevo, aunque sienta sus bases en La Edad Media, en los llamados “bestiarios” y más adelante, es posible encontrarlo en las sentencias del Conde Lucanor, pero aún más atrás, existen antecedentes en Las Parábolas de Jesús, vistas de forma individual, separada del texto, como estructuras narrativas completas y breves, exigencia de un microcuento.
Entonces, pues, son textos escritos u orales, de corta extensión, que aparecen a lo largo de todos los tiempos como fábulas, adivinanzas, parábolas, epitafios, graffittis, etcétera.
Para entender el microcuento, no se necesitan referentes externos, salvo aquellos de orden cultural, que permiten otorgar sentido a algunas expresiones.
Esta narración, es por sobre todo concisa, es decir, breve y precisa, y de una gran intensidad expresiva, pues es un verdadero extracto, no en el sentido del resumen, sino en el sentido de “esencia”, es decir, aquello que contiene lo más importante, lo central.
Sus principales características son:
La brevedad, si es verdadero asegurar que la brevedad, noción que también aplica al cuento, sea lo más común de este tipo de textos; sin embargo, es una característica bastante subjetiva, ya que existen microrrelatos, de más de una página.
Contar el número de palabras, es sólo una forma de ilustrar el concepto de brevedad.
Los títulos suelen ser pertinentes, porque pueden ayudar a la focalización, o a completar aquello que, por la brevedad, no se dice.
En algunos casos, son imprescindibles para completar el sentido.
También es cierto que, varios microrrelatos, carecen de título, hecho que parece plantear la expectativa de que sea el lector quien “abra” o “expanda” el relato presente, en este tipo de narrativa.
La temática, como otras obras literarias, los microcuentos abarcan las más diversas, que van desde la ficción pura, la inclusión de otros discursos, sea políticos, sociales, etcétera, hasta el uso de la intertextualidad.
Tiene la particularidad, de presentar un desenlace inesperado, con respecto a los sucesos narrados, es decir, quiebra las expectativas del lector sobre su final, condicionado por los sucesos narrados, antes del desenlace.
Y la ironía; en la gran mayoría de microcuentos, está el recurso literario de la ironía.
Este recurso consiste, en decir algo como si fuese en serio, pero en realidad, se quiere demostrar lo contrario.
Habría que considerar también, ya que se menciona la intertextualidad, que no sólo la ironía está presente en el microrrelato; en varias ocasiones, se trabaja a partir de juegos de palabras, o malentendidos.
En México, Juan José Arreola, y Augusto Monterroso, crearon las condiciones para que el microrrelato irrumpiera con mayor fuerza.
Por su parte, Luis Felipe Lomelí, es considerado, junto con Monterroso, el autor del cuento más corto en español, llamado:
“El Emigrante”
“El emigrante” es un microcuento del escritor mexicano incluyó en su libro “Ella sigue de viaje”
Y es una simple frase, que constituye el más corto relato, jamás escrito en español.
“Ella sigue de viaje” es el primero del libro de Lomelí, pero podría ser el último, pues sintetiza el sentir de cada uno de los personajes que habitan las 130 páginas del texto.
“El Emigrante”, es un cuento introductorio, pero también de síntesis, que carga una historia mucho más amplia, detrás de las 19 letras que conforman las 2 frases; es reflexivo, y a la vez nostálgico, es doloroso al mismo tiempo, que apasionado, es toda una historia en 4 palabras.
El autor explicó, que comenzó a escribir “Ella sigue de viaje”, para hablar de la violencia o los distintos rostros que tiene, como la causada por el narcotráfico, una devaluación, o la inseguridad, pero se dio cuenta, que requería localizar un fragmento de ese todo, y lo encontró:
“Lo más atroz de la violencia, es que se mete en la cama”
Antes de su publicación en 2005, el relato más corto de la lengua española, había sido “El Dinosaurio”, del escritor guatemalteco, y de origen hondureño, Augusto Monterroso.
Por tanto, se cree que Lomelí, realizó “El Emigrante” para quitar la fama mundial del cuento más pequeño del mundo.
Este cuento, tan breve, es de una profunda significación, porque en un título, y en una frase, ha podido describir y definir el gran dolor del emigrante, que es el no poder olvidar jamás sus orígenes, su país, y la lucha interna por lograrlo alguna vez.
El texto íntegro de “El Emigrante” es el siguiente:
“¿Olvida usted algo?
¡Ojalá!”
El Emigrante, es un cortometraje dirigido en el año 2013, por Mario Cardona, con revisiones realizadas por Jaime Gamboa, Ignacio Sánchez Cantillano, y Manuel Gavilán Jr.
Protagonizado por William Conejo, Mimi Johnson, Paulette Sánchez, entre otros.
El guión de Mario Cardona, está basado en un microrelato llamado “El Emigrante” del mexicano Luis Felipe Lomelí, ingeniero físico, biotecnólogo, ecólogo, y candidato a doctor en Filosofía.
La pieza audiovisual, tiene una duración aproximada de 15 minutos, y que se filma en el bar “Bbdero”
El cortometraje, está filmado con una cámara digital HD Arriflex Alexa, similar a la que se usó para rodar la película “Hugo” (2011), de Martin Scorsese.
La fotografía, es uno de los elementos más elogiados en El Emigrante, y fue obra de Fernando Montero.
Los créditos de la música, se los lleva Luis Pelín Muñoz, y el diseñador de sonido, Cristhian Solís.
El Emigrante tuvo su estreno nacional, el 31 de mayo de 2014, en la edición de las 07:00pm de Telenoticias, de Teletica Canal 7 de Costa Rica.
“Estoy muy emocionado, de que el corto se vaya a ver, finalmente, en los hogares de Costa Rica”, expresó Cardona emocionado.
“Espero que nos mueva hacia la reflexión.
Que se exalten los valores humanos, a raíz de las emociones que genere el corto, como el no juicio y la tolerancia.
Que haya una ampliación de oportunidades para todos, que no obligue a la gente, a tomar malas decisiones”, agregó Cardona.
El Emigrante, narra la historia de Omar (William Conejo), hombre que camina solitario, cargando un gran peso en el alma, en medio del Festival de La Luz.
El hombre, llega a la capital, huyendo de algo inminente, él no sonríe como la mayoría de la gente a su alrededor.
Con los juegos artificiales de fondo, y con gran sigilo, Omar se guarece en un bar.
En el interior, otros personajes en decadencia, parecen velar su intenso drama.
Omar aún no ha podido hablar con su familia, a la que abandonó.
En medio de su desesperación, e incluso antes de saber qué hará, conoce a Julia (Paulette Sánchez) quien, sin proponérselo, lo acompañará cuando se revele que la verdadera dimensión de su tragedia, que no tiene vuelta atrás.
El mismo texto de Lomelí, estará en el corto de forma sorpresiva, y como punto clave dentro de la narración.
Los 3 personajes, muestran en el guión, síntomas de depresión social, pues Omar estuvo involucrado en el tráfico ilegal de drogas; Flora (Mimi Johnson) es una prostituta, y la pequeña Julia, trabaja en las calles.
Los 3 personajes muestran duras realidades.
Aunque son varias las problemáticas que el corto refleja en sus imágenes, es el flagelo del narcotráfico, el que lleva el mayor peso de la historia.
Omar, nunca midió las consecuencias de enredarse con el narco.
“El trabajo, es sobre un ser humano que ha dado pasos en falso.
Cuando dice “¡Ojalá!”, como en el cuento, es cuando afronta su propia historia, intentando olvidar cosas que le han sucedido”, dijo el director.
Y es que Mario Cardona, director, cinematógrafo, y productor costarricense, pertenece desde hace 30 años, al paisaje de la cultura, la creación artística, y la comunicación, todo esto, a través de largometrajes de ficción, documentales, y publicidad.
Sus incursiones en Centroamérica, Europa, y Estados Unidos, lo hacen un protagonista internacional de la imagen, habiendo trabajado con diversas productoras alrededor del mundo, entre las que se encuentran:
Televisión Italiana, Nordisk Films Dinamarca, TF1 Francia, Fox Cable Entertainment y Icon Productions.
Este costarricense, se ha encargado de generar sus propias trincheras, las cuales le han permitido proyectar su trabajo mundialmente.
El Emigrante, llegó a Cardona por medio de un amigo publicista, el cual le invitó a escribir el guión para un cortometraje, a partir del microcuento más corto del mundo, del autor mexicano Luis Felipe Lomelí.
Su conexión con este cortometraje, se remonta al hecho de que el director se encuentra en un proceso personal “en el que quiero dejar el espacio libre, para que mi luz y mi sombra convivan, y se fundan en ese juego que expande mis alas, hacia la liberación de mi propio espíritu.
Quiero dejar una huella que ayude al ser humano en su proceso de apertura, y exploración de su universo interno, y lo utilice para el bien común.
Primeramente, fue un reto técnico, desarrollar una historia basada en un texto tan breve.
Luego, lo fuimos explorando, fuimos encontrando más posibilidades de desarrollo”, dijo Cardona.
“El trabajo, es sobre un ser humano que ha dado pasos en falso.
Cuando dice “¡Ojalá!”, como en el cuento, es aquel que confronta su propia historia, y olvida cosas que le han sucedido”, agrega el cineasta.
Según Natalia Suárez, periodista de Telenoticias de Costa Rica, tiene un elenco muy particular, pues ninguno tenía experiencia en cine, e inclusive, algunos no son actores de profesión.
Omar, el personaje principal, llegó al cortometraje por casualidad.
“El corto representa la realidad, donde todos somos una dualidad; es decir, que el hombre puede ser bueno o malo.
Omar, por ejemplo; hace algo malo por necesidad, pero en el fondo, él es bueno”, explicó William Conejo.
Conejo, con su mirada, devora la pantalla, es un actor nato, que sabe dónde y cómo mirar, y la cámara se deja seducir.
El personaje es un hombre superviviente, que nos invita a reflexionar para aprender de las experiencias de los demás, y evitar un desenlace de tragedia.
Uno de los que más llama la atención, es quien personifica al actor principal en su niñez.
La otra actuación infantil, requirió de un esfuerzo de casting, pues desde un principio, se concibió una niña con características muy particulares, sobre todo, porque desempeña un papel crucial en la historia.
Los papeles en El Emigrante, no se reparten sólo en personas, La Cantina donde se desarrolla la trama, es un personaje de más de la propuesta cinematográfica.
Como punto flaco, el inicio, con ese momento del niño, nadando libre en un río, cuyas aguas no se detienen, como la vida misma, me parece que no calza bien con la trama; no obstante, está rodada de manera maravillosa y delicada, con la banda sonora, muy acorde con las imágenes.
Un detalle como dejar a una niña entrar a un bar, me pareció fuera de lugar, aun tratándose de pobreza extrema, si El Emigrante está montada en tiempos actuales, un propietario de bar, no hubiera dejado que entrara una mejor de edad…
Como es usual, las segundas lecturas del corto, muestran cómo, bajo las mismas narices del pueblo, regulado por la ley, se mueve la oscuridad, ante tanto artificio, se inmiscuyen los delitos, como es el narcotráfico, donde quienes lo trasiegan, llegan a convertirse en meros muñecos de quienes jalan las cuerdas, probablemente, los verdaderos degustadores de los juegos artificiales.
Es interesante, como Omar trata de comunicarse con su familia, pero no lo logra, y aumenta su preocupación, pues ya sabe que lo que se hace por necesidad, de cuyas consecuencias, la sufrirán también su familia.
La canción que suena de fondo, con los versos:
“Por qué me abandonaste, porque tú me dejaste”, le resultan premonitorios, antes de entrar al bar, para lograr tranquilizarse.
La mirada perdida, entre zozobra y gran preocupación, devora la pantalla; y nos hace intuir su pasado, una niñez con ausencia de padre, y posible abuso hacia la madre.
Interesante es el papel que juega el espejo en el bar, donde se refleja la otra cara de esa vida perdida, una mujer que vende su vida, para poder salir adelante, una prostituta que pide algo de tomar.
Una niña, a modo de ángel, pues le cubre un sutil halo de luz, entra al bar, donde están los adultos, cantando una canción, la niña intenta vender flores, y recolectar dinero, ella también debe sobrevivir.
Ninguno de los 3, gustan de lo que hacen, y hay una historia tras cada una de sus caras.
La niña, se dirige hacia donde la mujer, y pide dinero, con espíritu maternal, la prostituta decide ayudarla, dándole una moneda, sin embargo, no le compra las flores; y regresa a su trabajo, tratando de conquistar el sustento que le depara la noche.
De pronto, entran unos hombres, sospechosos, y se deja escuchar el latir del corazón de Omar, acelerarse; son los hombres que vienen por la droga, y Omar corre al baño para esconderla, así ellos irán por ella, y terminará el trabajo.
Al regresar, Omar se encuentra con la niña en la barra, en un puesto junto a él, comiendo.
La música calla, y se continúa escuchando el latir del corazón de Omar, angustiado; los hombres se van, y la música regresa, el corazón se calla; y la tranquilidad aparente, regresa nuevamente.
Sin embargo, al mujer espectadora, a lo lejos, sabe lo que ha ocurrido, ella es un ser de la noche, y sabe de la vida de las calles, e intuye la inexperiencia de Omar.
El hombre mira a la niña, aliviado, y le acerca su plato de comida, para que lo coma; posiblemente, añorando saber de su familia, que pronto le llevará también el plato servido, como resultado de un trabajo canalla.
Las imágenes del recuerdo, a modo de “flashback” nos presenta la familia de Omar, una bebé y su mujer, en un hogar muy humilde; se detiene la música, y queda el vacío de la memoria.
Se muestra una mujer enferma, presumiblemente, el motivo, junto con la pobreza extrema, lo que movió al personaje principal, a encontrar dinero fácil… pero:
¿A qué costo?
Regresa la escena del bar, solo para un avance de noticias, donde se informa el asesinato de 2 personas, en Barra del Colorado, lugar de residencia de Omar, donde encontraron los cadáveres amarrados y amordazados de una mujer y una niña, de aproximadamente 10 años.
Este detalle nos dice, que Omar dejó su familia, siendo emigrante de otro país, o de la montaña, como se revela en la nota de noticias, hacia la ciudad, cuando la niña era muy joven, y que hacía trabajos de narcotráfico, para poder mandarle dinero a su esposa.
Las víctimas fueron el resultado del vínculo de Omar con el narcotráfico, la niña que lo observa, le brinda agua para tranquilizarlo…
Pronto, se revela el trabajo del protagonista en el trasiego de drogas en el río, como el padre de esa familia asesinada por venganza del narcotráfico.
Omar, decide abandonar el pago por la droga, que ahora resultará innecesario…
Con gran pesar, el hombre se decide abandonar el lugar, sin el dinero; la prostituta, sabedora de todo, le dice:
“Papi, se le olvida algo”
La música se detiene, y Omar si voltearse, le responde:
“¡Ojala!”
Omar sale, y deja atrás a la mujer y a la niña, como aquella familia que dejó y olvidó hace mucho tiempo.
Al respecto, el autor Luis Felipe Lomelí, comentó que “El Emigrante” se trata de una especie de resumen, que quiso poner como la premisa de todas las historias del libro “Ella sigue de viaje”, aunque también tiene como interés, el hablar de los migrantes espaciales, de los mexicanos que viven en Estados Unidos, específicamente.
“Es muy fácil para una persona que no se ha visto en la necesidad de emigrar a la fuerza, o por gusto, pero forzados no hablar del tema, o tacharlo de moda, lo cierto es que los emigrantes comienzan a mirar su historia con distinciones geográficas, ocurre que no logran disociar ni empatar lo de allá con lo de acá, hay un choque siempre”, comentó el autor.
Pero lo cierto es que la gran mayoría de sus personajes, los que cuentan, viven, y padecen relatos como los encontrados en el libro, como:
“Dos acequias”, “No me ignores”, “La sombra de los peces en la arena”, “Abril está en otra parte” y “Un poco de alivio”, son casi todos, emigrantes del amor.
Pero también los hay fugitivos de la soledad y del erotismo, de la violencia citadina y de los sueños, del país que los expulsó.
Para nadie, en Costa Rica es lejano e indiferente, el tema del narcotráfico y las consecuencias que este tiene sobre las familias, y la sociedad.
El cortometraje El Emigrante, hace eco de esa realidad, y lo logra a través del microcuento más corto de la lengua española, escrito por Lomelí.
Como dato, por más interesante, la producción se realizó sin fines comerciales, algo que está lejos de la cotidianeidad del cine.
Inspirado más en la conciencia, que en cualquier otro interés, para el cortometraje El Emigrante, fue sencillo encontrar el apoyo financiero que ocupaba, para ponerse en pantalla.
Su director concluye diciendo:
“Cuando más se toca fondo, es cuando se suelta toda la esencia, todos sufrimos, todos tenemos potencial para mejorar, para encontrar una segunda oportunidad para una redención, con esperanza”
“Y en tu sombra, también encontrarás la luz”
El microrrelato, es una construcción literaria narrativa, distinta de la novela o el cuento.
Es la denominación más usada, para un conjunto de obras diversas, cuya principal característica, es la brevedad de su contenido.
El microrrelato, también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo, o minicuento; y no es un fenómeno nuevo, aunque sienta sus bases en La Edad Media, en los llamados “bestiarios” y más adelante, es posible encontrarlo en las sentencias del Conde Lucanor, pero aún más atrás, existen antecedentes en Las Parábolas de Jesús, vistas de forma individual, separada del texto, como estructuras narrativas completas y breves, exigencia de un microcuento.
Entonces, pues, son textos escritos u orales, de corta extensión, que aparecen a lo largo de todos los tiempos como fábulas, adivinanzas, parábolas, epitafios, graffittis, etcétera.
Para entender el microcuento, no se necesitan referentes externos, salvo aquellos de orden cultural, que permiten otorgar sentido a algunas expresiones.
Esta narración, es por sobre todo concisa, es decir, breve y precisa, y de una gran intensidad expresiva, pues es un verdadero extracto, no en el sentido del resumen, sino en el sentido de “esencia”, es decir, aquello que contiene lo más importante, lo central.
Sus principales características son:
La brevedad, si es verdadero asegurar que la brevedad, noción que también aplica al cuento, sea lo más común de este tipo de textos; sin embargo, es una característica bastante subjetiva, ya que existen microrrelatos, de más de una página.
Contar el número de palabras, es sólo una forma de ilustrar el concepto de brevedad.
Los títulos suelen ser pertinentes, porque pueden ayudar a la focalización, o a completar aquello que, por la brevedad, no se dice.
En algunos casos, son imprescindibles para completar el sentido.
También es cierto que, varios microrrelatos, carecen de título, hecho que parece plantear la expectativa de que sea el lector quien “abra” o “expanda” el relato presente, en este tipo de narrativa.
La temática, como otras obras literarias, los microcuentos abarcan las más diversas, que van desde la ficción pura, la inclusión de otros discursos, sea políticos, sociales, etcétera, hasta el uso de la intertextualidad.
Tiene la particularidad, de presentar un desenlace inesperado, con respecto a los sucesos narrados, es decir, quiebra las expectativas del lector sobre su final, condicionado por los sucesos narrados, antes del desenlace.
Y la ironía; en la gran mayoría de microcuentos, está el recurso literario de la ironía.
Este recurso consiste, en decir algo como si fuese en serio, pero en realidad, se quiere demostrar lo contrario.
Habría que considerar también, ya que se menciona la intertextualidad, que no sólo la ironía está presente en el microrrelato; en varias ocasiones, se trabaja a partir de juegos de palabras, o malentendidos.
En México, Juan José Arreola, y Augusto Monterroso, crearon las condiciones para que el microrrelato irrumpiera con mayor fuerza.
Por su parte, Luis Felipe Lomelí, es considerado, junto con Monterroso, el autor del cuento más corto en español, llamado:
“El Emigrante”
“El emigrante” es un microcuento del escritor mexicano incluyó en su libro “Ella sigue de viaje”
Y es una simple frase, que constituye el más corto relato, jamás escrito en español.
“Ella sigue de viaje” es el primero del libro de Lomelí, pero podría ser el último, pues sintetiza el sentir de cada uno de los personajes que habitan las 130 páginas del texto.
“El Emigrante”, es un cuento introductorio, pero también de síntesis, que carga una historia mucho más amplia, detrás de las 19 letras que conforman las 2 frases; es reflexivo, y a la vez nostálgico, es doloroso al mismo tiempo, que apasionado, es toda una historia en 4 palabras.
El autor explicó, que comenzó a escribir “Ella sigue de viaje”, para hablar de la violencia o los distintos rostros que tiene, como la causada por el narcotráfico, una devaluación, o la inseguridad, pero se dio cuenta, que requería localizar un fragmento de ese todo, y lo encontró:
“Lo más atroz de la violencia, es que se mete en la cama”
Antes de su publicación en 2005, el relato más corto de la lengua española, había sido “El Dinosaurio”, del escritor guatemalteco, y de origen hondureño, Augusto Monterroso.
Por tanto, se cree que Lomelí, realizó “El Emigrante” para quitar la fama mundial del cuento más pequeño del mundo.
Este cuento, tan breve, es de una profunda significación, porque en un título, y en una frase, ha podido describir y definir el gran dolor del emigrante, que es el no poder olvidar jamás sus orígenes, su país, y la lucha interna por lograrlo alguna vez.
El texto íntegro de “El Emigrante” es el siguiente:
“¿Olvida usted algo?
¡Ojalá!”
El Emigrante, es un cortometraje dirigido en el año 2013, por Mario Cardona, con revisiones realizadas por Jaime Gamboa, Ignacio Sánchez Cantillano, y Manuel Gavilán Jr.
Protagonizado por William Conejo, Mimi Johnson, Paulette Sánchez, entre otros.
El guión de Mario Cardona, está basado en un microrelato llamado “El Emigrante” del mexicano Luis Felipe Lomelí, ingeniero físico, biotecnólogo, ecólogo, y candidato a doctor en Filosofía.
La pieza audiovisual, tiene una duración aproximada de 15 minutos, y que se filma en el bar “Bbdero”
El cortometraje, está filmado con una cámara digital HD Arriflex Alexa, similar a la que se usó para rodar la película “Hugo” (2011), de Martin Scorsese.
La fotografía, es uno de los elementos más elogiados en El Emigrante, y fue obra de Fernando Montero.
Los créditos de la música, se los lleva Luis Pelín Muñoz, y el diseñador de sonido, Cristhian Solís.
El Emigrante tuvo su estreno nacional, el 31 de mayo de 2014, en la edición de las 07:00pm de Telenoticias, de Teletica Canal 7 de Costa Rica.
“Estoy muy emocionado, de que el corto se vaya a ver, finalmente, en los hogares de Costa Rica”, expresó Cardona emocionado.
“Espero que nos mueva hacia la reflexión.
Que se exalten los valores humanos, a raíz de las emociones que genere el corto, como el no juicio y la tolerancia.
Que haya una ampliación de oportunidades para todos, que no obligue a la gente, a tomar malas decisiones”, agregó Cardona.
El Emigrante, narra la historia de Omar (William Conejo), hombre que camina solitario, cargando un gran peso en el alma, en medio del Festival de La Luz.
El hombre, llega a la capital, huyendo de algo inminente, él no sonríe como la mayoría de la gente a su alrededor.
Con los juegos artificiales de fondo, y con gran sigilo, Omar se guarece en un bar.
En el interior, otros personajes en decadencia, parecen velar su intenso drama.
Omar aún no ha podido hablar con su familia, a la que abandonó.
En medio de su desesperación, e incluso antes de saber qué hará, conoce a Julia (Paulette Sánchez) quien, sin proponérselo, lo acompañará cuando se revele que la verdadera dimensión de su tragedia, que no tiene vuelta atrás.
El mismo texto de Lomelí, estará en el corto de forma sorpresiva, y como punto clave dentro de la narración.
Los 3 personajes, muestran en el guión, síntomas de depresión social, pues Omar estuvo involucrado en el tráfico ilegal de drogas; Flora (Mimi Johnson) es una prostituta, y la pequeña Julia, trabaja en las calles.
Los 3 personajes muestran duras realidades.
Aunque son varias las problemáticas que el corto refleja en sus imágenes, es el flagelo del narcotráfico, el que lleva el mayor peso de la historia.
Omar, nunca midió las consecuencias de enredarse con el narco.
“El trabajo, es sobre un ser humano que ha dado pasos en falso.
Cuando dice “¡Ojalá!”, como en el cuento, es cuando afronta su propia historia, intentando olvidar cosas que le han sucedido”, dijo el director.
Y es que Mario Cardona, director, cinematógrafo, y productor costarricense, pertenece desde hace 30 años, al paisaje de la cultura, la creación artística, y la comunicación, todo esto, a través de largometrajes de ficción, documentales, y publicidad.
Sus incursiones en Centroamérica, Europa, y Estados Unidos, lo hacen un protagonista internacional de la imagen, habiendo trabajado con diversas productoras alrededor del mundo, entre las que se encuentran:
Televisión Italiana, Nordisk Films Dinamarca, TF1 Francia, Fox Cable Entertainment y Icon Productions.
Este costarricense, se ha encargado de generar sus propias trincheras, las cuales le han permitido proyectar su trabajo mundialmente.
El Emigrante, llegó a Cardona por medio de un amigo publicista, el cual le invitó a escribir el guión para un cortometraje, a partir del microcuento más corto del mundo, del autor mexicano Luis Felipe Lomelí.
Su conexión con este cortometraje, se remonta al hecho de que el director se encuentra en un proceso personal “en el que quiero dejar el espacio libre, para que mi luz y mi sombra convivan, y se fundan en ese juego que expande mis alas, hacia la liberación de mi propio espíritu.
Quiero dejar una huella que ayude al ser humano en su proceso de apertura, y exploración de su universo interno, y lo utilice para el bien común.
Primeramente, fue un reto técnico, desarrollar una historia basada en un texto tan breve.
Luego, lo fuimos explorando, fuimos encontrando más posibilidades de desarrollo”, dijo Cardona.
“El trabajo, es sobre un ser humano que ha dado pasos en falso.
Cuando dice “¡Ojalá!”, como en el cuento, es aquel que confronta su propia historia, y olvida cosas que le han sucedido”, agrega el cineasta.
Según Natalia Suárez, periodista de Telenoticias de Costa Rica, tiene un elenco muy particular, pues ninguno tenía experiencia en cine, e inclusive, algunos no son actores de profesión.
Omar, el personaje principal, llegó al cortometraje por casualidad.
“El corto representa la realidad, donde todos somos una dualidad; es decir, que el hombre puede ser bueno o malo.
Omar, por ejemplo; hace algo malo por necesidad, pero en el fondo, él es bueno”, explicó William Conejo.
Conejo, con su mirada, devora la pantalla, es un actor nato, que sabe dónde y cómo mirar, y la cámara se deja seducir.
El personaje es un hombre superviviente, que nos invita a reflexionar para aprender de las experiencias de los demás, y evitar un desenlace de tragedia.
Uno de los que más llama la atención, es quien personifica al actor principal en su niñez.
La otra actuación infantil, requirió de un esfuerzo de casting, pues desde un principio, se concibió una niña con características muy particulares, sobre todo, porque desempeña un papel crucial en la historia.
Los papeles en El Emigrante, no se reparten sólo en personas, La Cantina donde se desarrolla la trama, es un personaje de más de la propuesta cinematográfica.
Como punto flaco, el inicio, con ese momento del niño, nadando libre en un río, cuyas aguas no se detienen, como la vida misma, me parece que no calza bien con la trama; no obstante, está rodada de manera maravillosa y delicada, con la banda sonora, muy acorde con las imágenes.
Un detalle como dejar a una niña entrar a un bar, me pareció fuera de lugar, aun tratándose de pobreza extrema, si El Emigrante está montada en tiempos actuales, un propietario de bar, no hubiera dejado que entrara una mejor de edad…
Como es usual, las segundas lecturas del corto, muestran cómo, bajo las mismas narices del pueblo, regulado por la ley, se mueve la oscuridad, ante tanto artificio, se inmiscuyen los delitos, como es el narcotráfico, donde quienes lo trasiegan, llegan a convertirse en meros muñecos de quienes jalan las cuerdas, probablemente, los verdaderos degustadores de los juegos artificiales.
Es interesante, como Omar trata de comunicarse con su familia, pero no lo logra, y aumenta su preocupación, pues ya sabe que lo que se hace por necesidad, de cuyas consecuencias, la sufrirán también su familia.
La canción que suena de fondo, con los versos:
“Por qué me abandonaste, porque tú me dejaste”, le resultan premonitorios, antes de entrar al bar, para lograr tranquilizarse.
La mirada perdida, entre zozobra y gran preocupación, devora la pantalla; y nos hace intuir su pasado, una niñez con ausencia de padre, y posible abuso hacia la madre.
Interesante es el papel que juega el espejo en el bar, donde se refleja la otra cara de esa vida perdida, una mujer que vende su vida, para poder salir adelante, una prostituta que pide algo de tomar.
Una niña, a modo de ángel, pues le cubre un sutil halo de luz, entra al bar, donde están los adultos, cantando una canción, la niña intenta vender flores, y recolectar dinero, ella también debe sobrevivir.
Ninguno de los 3, gustan de lo que hacen, y hay una historia tras cada una de sus caras.
La niña, se dirige hacia donde la mujer, y pide dinero, con espíritu maternal, la prostituta decide ayudarla, dándole una moneda, sin embargo, no le compra las flores; y regresa a su trabajo, tratando de conquistar el sustento que le depara la noche.
De pronto, entran unos hombres, sospechosos, y se deja escuchar el latir del corazón de Omar, acelerarse; son los hombres que vienen por la droga, y Omar corre al baño para esconderla, así ellos irán por ella, y terminará el trabajo.
Al regresar, Omar se encuentra con la niña en la barra, en un puesto junto a él, comiendo.
La música calla, y se continúa escuchando el latir del corazón de Omar, angustiado; los hombres se van, y la música regresa, el corazón se calla; y la tranquilidad aparente, regresa nuevamente.
Sin embargo, al mujer espectadora, a lo lejos, sabe lo que ha ocurrido, ella es un ser de la noche, y sabe de la vida de las calles, e intuye la inexperiencia de Omar.
El hombre mira a la niña, aliviado, y le acerca su plato de comida, para que lo coma; posiblemente, añorando saber de su familia, que pronto le llevará también el plato servido, como resultado de un trabajo canalla.
Las imágenes del recuerdo, a modo de “flashback” nos presenta la familia de Omar, una bebé y su mujer, en un hogar muy humilde; se detiene la música, y queda el vacío de la memoria.
Se muestra una mujer enferma, presumiblemente, el motivo, junto con la pobreza extrema, lo que movió al personaje principal, a encontrar dinero fácil… pero:
¿A qué costo?
Regresa la escena del bar, solo para un avance de noticias, donde se informa el asesinato de 2 personas, en Barra del Colorado, lugar de residencia de Omar, donde encontraron los cadáveres amarrados y amordazados de una mujer y una niña, de aproximadamente 10 años.
Este detalle nos dice, que Omar dejó su familia, siendo emigrante de otro país, o de la montaña, como se revela en la nota de noticias, hacia la ciudad, cuando la niña era muy joven, y que hacía trabajos de narcotráfico, para poder mandarle dinero a su esposa.
Las víctimas fueron el resultado del vínculo de Omar con el narcotráfico, la niña que lo observa, le brinda agua para tranquilizarlo…
Pronto, se revela el trabajo del protagonista en el trasiego de drogas en el río, como el padre de esa familia asesinada por venganza del narcotráfico.
Omar, decide abandonar el pago por la droga, que ahora resultará innecesario…
Con gran pesar, el hombre se decide abandonar el lugar, sin el dinero; la prostituta, sabedora de todo, le dice:
“Papi, se le olvida algo”
La música se detiene, y Omar si voltearse, le responde:
“¡Ojala!”
Omar sale, y deja atrás a la mujer y a la niña, como aquella familia que dejó y olvidó hace mucho tiempo.
Al respecto, el autor Luis Felipe Lomelí, comentó que “El Emigrante” se trata de una especie de resumen, que quiso poner como la premisa de todas las historias del libro “Ella sigue de viaje”, aunque también tiene como interés, el hablar de los migrantes espaciales, de los mexicanos que viven en Estados Unidos, específicamente.
“Es muy fácil para una persona que no se ha visto en la necesidad de emigrar a la fuerza, o por gusto, pero forzados no hablar del tema, o tacharlo de moda, lo cierto es que los emigrantes comienzan a mirar su historia con distinciones geográficas, ocurre que no logran disociar ni empatar lo de allá con lo de acá, hay un choque siempre”, comentó el autor.
Pero lo cierto es que la gran mayoría de sus personajes, los que cuentan, viven, y padecen relatos como los encontrados en el libro, como:
“Dos acequias”, “No me ignores”, “La sombra de los peces en la arena”, “Abril está en otra parte” y “Un poco de alivio”, son casi todos, emigrantes del amor.
Pero también los hay fugitivos de la soledad y del erotismo, de la violencia citadina y de los sueños, del país que los expulsó.
Para nadie, en Costa Rica es lejano e indiferente, el tema del narcotráfico y las consecuencias que este tiene sobre las familias, y la sociedad.
El cortometraje El Emigrante, hace eco de esa realidad, y lo logra a través del microcuento más corto de la lengua española, escrito por Lomelí.
Como dato, por más interesante, la producción se realizó sin fines comerciales, algo que está lejos de la cotidianeidad del cine.
Inspirado más en la conciencia, que en cualquier otro interés, para el cortometraje El Emigrante, fue sencillo encontrar el apoyo financiero que ocupaba, para ponerse en pantalla.
Su director concluye diciendo:
“Cuando más se toca fondo, es cuando se suelta toda la esencia, todos sufrimos, todos tenemos potencial para mejorar, para encontrar una segunda oportunidad para una redención, con esperanza”
“Y en tu sombra, también encontrarás la luz”
bueno
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