Absolution

“One man, two boys... one deadly game”

En la teología católica, la absolución, del latín “absolvere” que es “liberar de”, o “exculpar”, es un pronunciamiento del perdón de los pecados, hecho a una persona que se ha arrepentido, otorgada durante el sacramento de la penitencia.
La tradición católica señala, que este rito está basado en el indulto que Jesús de Nazaret otorgó a los pecadores durante su ministerio, y en la autoridad otorgada a Simón Pedro, para “atar y desatar” (Mateo 16, 19; 18, 18 y Juan 20, 21-23)
En los primeros tiempos de la iglesia, el sacerdote absolvía a los pecadores arrepentidos, después de haber confesado y realizado su penitencia públicamente.
Canónicamente, es el acto por el cual, un sacerdote, teniendo la necesaria jurisdicción, restituye la gracia perdida por el pecado.
Es parte esencial del Sacramento de Reconciliación, por el cual, Dios perdona los pecados.
La absolución, requiere que el penitente haga una buena confesión; y conforme al Código de Derecho Canónico, la absolución no puede darse, si no media la confesión individual de los pecados, salvo en los casos en los que el peligro de muerte, haga imposible oír dicha confesión, y ante una “necesidad grave”
“Despair, despair, despair, despair”
Absolution es una película de suspense, del año 1978, dirigido por Anthony Page.
Protagonizado por Richard Burton, Dominic Guard, Dai Bradley, Andrew Keir, Billy Connolly, Willoughby Gray, Preston Lockwood, James Ottaway, Brook Williams, Jon Plowman, entre otros.
El guión es de Anthony Shaffer, basado en su propia obra teatral llamada “Play With A Gypsy”, mientras que Absolution, en la televisión, también se conoce como “Murder By Confession”
El guionista, Anthony Shaffer, comentó y comparó una vez el improvisado drama teatral, con la obra teatral “Child's Play” de Robert Marasco:
“En la obra de Marasco, el mal es desenfrenado.
La figura central, es un sacerdote, no un mal sacerdote, pero uno que no entiende a los seres humanos.
Él está tan ligado por sus votos, y por la rígida adhesión a la ortodoxia católica, que él no sabe cómo hacer frente a la malicia.
Se convierte en la presa de los animales muy malvados.
Los animales, son los chicos de la escuela, que cree que le están diciendo la verdad.
“Play With A Gypsy” no es una obra anticatólica, simplemente trata de decir que la iglesia, con sus rigideces, engendra ciertos conflictos con los cuales es difícil de hacer frente”
El productor, Elliott Kastner, fue informado del guión de Anthony Shaffer de la película, por el actor Richard Burton, quien aparentemente había esperado varios años para interpretar el personaje principal.
Absolution se estrenó en El Reino Unido, en la TV, en 1978, pero por razones legales, no fue lanzada en los Estados Unidos hasta 1988, inclusive, 4 años después de la muerte de Burton.
Filmado en el Ellesmere College, Shropshire, y en Pinewood Studios; muchos de los estudiantes del Ellesmere College, aparecieron en la película como extras.
La acción tiene lugar en una escuela pública católica, donde Benjamin “Benjie” Stanfield (Dominic Guard), está cansado de ser el ojo derecho de su profesor, El Padre Goddard (Richard Burton), y decide gastarle una broma.
Goddard enseña latín en la escuela, y en la mayor parte de su trato con los estudiantes, es un hombre desagradable y frío.
Es tan frío, que naturalmente engendra desprecio en algunos de sus estudiantes; y esta frialdad y falta de flexibilidad, con el tiempo será su perdición.
En el curso de su trabajo, El Padre Goddard también ha logrado alienar a un extraño, un vagabundo llamado Blakey (Billy Connolly)
En lugar de mostrar el amor de Dios, Goddard es frío y despectivo con él.
Sin embargo, uno de los estudiantes, Benjie, dice encontrar en el vagabundo su alma gemela; por lo que se hacen amigos, y el joven comienza a encontrarse con Blakey a escondidas, por la noche, para pasar tiempo con él.
Durante una confesión, Stanfield le dice a Goddard, que primero ha tenido sexo con Blakey y luego con su novia… obviamente es la broma planeada; pues Benjie es rechazado por el padre, sexualmente… no sabemos bien la verdad de este hecho.
Y al serlo, busca en Blakey su reemplazo.
Pero al ser rechazado por éste, después que Goddard enviara a la policía, también lo rechaza; y Benjie lo mata.
En otra confesión, Benjie admite que ha matado accidentalmente a su amigo Blakey, y que le ha enterrado en el bosque.
Cuando Goddard va al bosque, encuentra enterrado un espantapájaros…
Debido al secreto de confesión, Goddard no puede expulsar al muchacho, pero lo mantiene en su punto de mira.
Más acosado que nunca, Stanfield entra de nuevo en el confesionario, y le cuenta que lo que anteriormente era una broma, pero que ahora se ha hecho realidad, que lo ha matado y que se encuentra enterrado en el mismo lugar.
Goddard vuelve al bosque, y esta vez encuentra el cadáver de Blakey.
Todo se complica, cuando Benjie le confiesa que ha sentido el gusto por matar, por lo que después, otro estudiante, el tullido Arthur Dyson (Dai Bradley), desaparece misteriosamente...
Por tanto, El Padre Goddard se enfrenta a un terrible dilema:
Mantener el secreto de confesión, o acudir a la policía para relatarles los crímenes cometidos por uno de sus alumnos, su favorito y posible cura de la iglesia.
La tensión mental en Goddard es inmensa.
Por un lado, él sabe quién es el asesino; pero por el otro, no puede hacer nada, porque su religión dice que “todo lo que se pasa en la confianza en un confesionario, debe permanecer siempre en secreto”
Loco de desesperación, Goddard toma medidas desesperadas para poner fin a esta situación, sólo para descubrir demasiado tarde, que no todo es lo que parece.
Absolution es una buena película, bastante gótica, que juega con la iglesia y su manera de pensar ante unos hechos para poner en tela de juicio.
Una doble moral católica, que nuestro protagonista tendrá que soportar estoicamente.
“Boyhood innocence.
Deadly secrets.
Burning truths.
Absolution es un drama de misterio, de producción británica, que acaba tomando el curso de un “thriller”, y que recupera el tema del secreto de confesión y el dilema moral que supone mantenerlo.
Dirigida por Anthony Page, Absolution es también uno de los últimos filmes que protagonizó Richard Burton antes de su fallecimiento, en este papel, de Padre Goddard, superado por las circunstancias.
Quizás, por una mala distribución, o quizás por tratar un tema tan espinoso, la película tardó casi 10 en llegar a América.
De hecho se estrenó con poca fanfarria en Gran Bretaña.
La acción tiene lugar en un entorno aislado y realista, pero la verdadera fuente de tensión, está dentro de los personajes.
Shaffer, nunca toma partido, y es hasta el final que deja a la audiencia simpatizar con diferentes personajes, nunca muy seguro de quién entre ellos es bueno o malo.
Debido a esa constante incertidumbre, la atmósfera de Absolution es muy oscura, inusualmente amarga, que le viene como algo bastante natural.
Estamos en un internado católico para varones, en la campiña inglesa.
El protagonista de la historia, es un sacerdote llamado Padre Goddard (Richard Burton), que funciona como instructor de la escuela, y es el encargado de un sector en el internado, que vela por los estudiantes, viendo posibles aspirantes.
Pero su conducta sin sentido del humor, no le hace congraciarse con sus alumnos.
El Padre Goddard, es particularmente desdeñoso de un estudiante lisiado y nerd, bastante impopular llamado Arthur Dyson, pero su alumno más apreciado, es el más popular y carismático: Benjie Stanfield, quien Goddard espera se convierta en cura algún día.
Para decepción del mismo Goddard, Benjie se hace amigo de un simpático vagabundo llamado Blakey, que está acampando en los bosques que rodean la escuela; por lo que Goddard ordena a su alumno, permanecer lejos de él.
Pero Benjie está bastante harto de ser “el animal doméstico del profesor”, y quiere algún tipo de retribución, por lo que Blakey le da una idea para hacerle una broma.
Benjie hará una confesión al Padre Goddard, sobre la práctica de la desviación sexual con Blakey, por lo que Goddard estará obligado a callar por el sello confesional, y no puede imponer ninguna consecuencia por ello.
Sin embargo, con el tiempo, las cosas toman un giro mucho más oscuro, cuando Benjie confiesa que ha cometido un crimen…
Por supuesto, esto causa un gran dilema al Padre Goddard, mientras se enfrenta a si debe o no romper el sello confesional, sobre todo una vez que él cree que Benjie tiene la intención de asesinar a otra persona…
En definitiva, Absolution es la historia de un sacerdote que se vio obligado a permanecer en silencio, acerca de una confesión de asesinato.
A diferencia de la obra de Hitchcock, “I Confess” (1953), pero en Absolution, nada es lo que parece; y deja constantemente en vilo, sobre si ha habido un asesinato, quién pudo haberlo cometido, o si todo esto es sólo alguna elaborada broma.
Por su parte, Shaffer se especializa en escribir historias donde siempre está un paso por delante de la audiencia, y las verdaderas motivaciones de los personajes, nunca quedará claro hasta el final.
Aquí se tiene un primer acto de ritmo deliberado, que hace pensar que esto va a ser una historia de choque generacional, pero inesperadamente se convierte en una película de suspenso, con mucha tensión, una vez que el elemento del asesinato entra en la ecuación.
Las películas de Shaffer, por lo general, acumulan un giro final, y Absolution no es una excepción, y mientras el giro aquí puede parecer un poco exagerado, una vez que comience a pensar en retroceso, todo funciona bastante bien, y tiene éxito en por impactante y sorprendente.
Pero lo que hace que la mayor parte de los primeros trabajos de Shaffer sean tan efectivos, es que los giros se ajustan en general a la narrativa, con la plausibilidad del misterio.
En el fondo, y no solo en Absolution, sino en todas las obras de los hermanos Shaffer, encontramos ambigüedades sexuales masculinas, y aquí implica que El Padre Goddard, pueda ser un homosexual reprimido, o que Benjie lo sea, y sea rechazado por este, que solo lo ve como objeto para ser pulido como sacerdote.
Y es interesante ver en Burton, ese conflicto interno de Goddard, entre su disgusto sobre las confesiones de Benjie, y su potencial de emoción por los sucios secretos que podría oír de él.
Los efectos de favoritismo del Padre Goddard hacia su pupilo Benjie, a expensas de un Dyson más inteligente, es el juego de la propuesta.
La dinámica homoerótica entre Goddard / Benjie; Blakey / Benjie; Goddard / Dyson, más el sadismo de Benjie hacia el masoquista Dyson, que en última instancia es más inteligente, es donde se palpa el misterio.
De hecho, las secuencias en los bosques, ayudan seriamente a dar ese matiz espeluznante, con secretos y personajes como el lobo de los cuentos, que se come a los inocentes, o donde viven las brujas, llenas de perversiones y ritos sexuales.
Del reparto, inconmensurable Richard Burton, en un papel memorable, y junto a su argumento, da como resultado un rendimiento formidable, no exento de momentos lentos, pero necesarios.
Burton, es totalmente convincente en el tipo de papel que había nacido para jugar:
Un cura/profesor guía rígido, pero con restos de la humanidad por debajo.
Él es muy creíble como una figura sin sentido del humor, que a veces actúa de manera muy cruel, en la llamada creencia de que está haciendo bien a sus estudiantes.
Pero él no es tan bueno... pues su única voluntad es usada para ayudar a los estudiantes para sus propios fines egoístas, enfermos e impíos, con el simple hecho de castrar las oportunidades de vida, para ser entregadas a Dios.
Si bien hay muy poca acción, si hubo una explosión de violencia, que toma por sorpresa por su brutalidad, y por inesperada:
El asesinato de su pupilo, su bien más preciado, con un hacha en la cara.
Y con Burton vemos el otro lado, en otro personaje:
El padre se ve realmente molesto por todo; mientras que Blakey es pura felicidad, puros, licor, sexo, y libertad.
De hecho, Billy Connolly debuta aquí con este personaje.
Mientras Dominic Guard, se muestra intenso en la mirada, y oscuro en sus verdaderas intenciones, su actuación es tan dulce como aterradora por momentos.
De igual forma, aunque inesperada, pues no se ve venir, el malicioso personaje de Dai Bradley como Dyson, está excelente para dar por terminada la obra.
Un dato, es que en Absolution no hay personajes femeninos, salvo Louella (Sharon Duce), quien hizo de novia del personaje de Connolly, con la que Dominic Guard se casaría más tarde.
Y el final, inesperado, por lo que creo que estaba muy bien escrito, muy bien fundido, y muy bien dirigido.
Cuando Goddard recibe otra confesión, de que Benjie ha matado a Dyson, esto lo conduce a la locura, buscando el cuerpo de Dyson, hasta que finalmente mata a Benjie, sólo para descubrir que Dyson, celoso de las capacidades de Benjie, y el desfavoritismo hacia Dyson por Goddard, se había hecho pasar por Benjie en las confesiones.
Como dato, hubo un desacuerdo entre Shaffer y Page, en cuanto a cómo la película debería terminar:
En lugar de revelar a Dyson, como el asesino; Shaffer quería que la película mostrara retrospectivamente las acciones del chico en todas partes, llevando gradualmente al espectador, a la conclusión aterradora.
Pero el hecho tiene una pista importante:
En una escena, en la que Arthur revela su talento para imitar voces, al hacerse pasar por El Padre Goddard; y otras de la misma naturaleza fueron cortadas de la película, al igual que una escena que refuerza el odio aparente de Goddard hacia Dyson, en el que el sacerdote le tira bolas de cricket al muchacho que apenas puede defenderse.
Algunas de las escenas entre Stanfield y Blakey, que revelan más sobre su relación, también fueron cortadas.
Pero lo que realmente gusta, es la sensación de claustrofobia de una escuela católica y rígida,  para chicos.
Se puede decir que el problema más grande, más importante ahora más que nunca, es como delitos pueden ocultarse dentro de La Iglesia Católica, que se ve como encima de la ley, y por encima de la familia/amistad, y los bien intencionados sacerdotes que perpetúan todo esto, debido a que se les inculca que este es su más alto deber.
Absolution es simple, pero extremadamente inteligente, porque muestra Cómo La Iglesia Católica puede ser impotente para proteger a las personas debido a que, en teoría, sus sacerdotes están obligados a guardar secreto de confesión, y no pueden apelar a la policía secular.
Por último decir que el poema que El Padre Goddard está discutiendo con Stanfield, es “The Leaden Echo and The Golden Echo”, escrito por Gerard Manley Hopkins.
“Give beauty back, beauty, beauty, beauty, back to God, beauty’s self and beauty’s giver”
El Catecismo de La Iglesia Católica #1467 dice:
“Dada la delicadeza y la grandeza del ministerio de la confesión, y el respeto debido a las personas, La Iglesia declara que todo sacerdote que oye confesiones, está obligado a guardar un secreto absoluto sobre los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas” (CIC can. 1388,1; CCEO can. 1456)
Tampoco puede hacer uso de los conocimientos que la confesión le da, sobre la vida de los penitentes.
Este secreto, que no admite excepción, se llama “Sigilo Sacramental”, porque lo que el penitente ha manifestado al sacerdote, queda “sellado” por el sacramento.
Es un crimen romper dicho sigilo, ya sea de palabra o de cualquier otra forma, o por cualquier motivo; y no hay excepciones a esta ley.
Son materia directa del sigilo:
Los pecados mortales en general, y en particular, los veniales en particular, pues en general, no hay hombre que no los tenga y, por tanto, no son materia de sigilo; su objeto, cómplices y circunstancias.
Materia indirecta, es todo aquello por donde se puede venir en conocimiento del pecado o del pecador, y cuanto a éste pudiera causar confusión, sospecha o daño, y por esto, caen bajo sigilo la penitencia impuesta, indisposición del penitente, denegación de absolución, defectos naturales y morales, escrúpulos conocidos solo por la confesión, y cuya revelación pueda molestar al penitente.
El sigilo, obliga por derecho natural, en virtud del cuasi contrato establecido entre el penitente y el confesor.
Por derecho divino, en el juicio de la confesión, establecido por Cristo, el penitente es el reo, acusador y único testigo; lo cual supone implícitamente la obligación estricta de guardar secreto.
Y por derecho eclesiástico, en El Código de Derecho Canónico, c. 983.
El sacerdote que viole el secreto de confesión, incurre en excomunión automática.
El Código de Derecho Canónico, canon 983,1 dice:
“El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual, está terminantemente prohibido al confesor, descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”
Si el sacerdote se encuentra con el penitente, no puede comentar nada de lo que escuchó en confesión, a menos que el mismo penitente lo comente primero.
Sólo entonces, puede el sacerdote discutirlo, y sólo con el penitente.
De lo contrario, debe permanecer en silencio.
Entonces:
¿Qué puede hacer un sacerdote si alguien le confiesa un crimen?
El sacerdote debe ayudar al penitente, a llegar a una verdadera contrición, la cual incluye arrepentimiento, reparar en lo posible y propósito de enmienda.
Pero aun si el penitente no sigue sus consejos, el confesor debe de guardar el sigilo de confesión.
¿Y qué pasa si las autoridades judiciales podrían obligar a un sacerdote a revelar un secreto de confesión?
Las autoridades civiles, no tienen derecho a exigir que un sacerdote viole el sigilo de confesión.
Pero aun si amenazaran al confesor, este no puede quebrantar el sigilo sacramental, bajo ningún pretexto, cualquiera que sea el daño privado o público que con ello se pudiera evitar, o el bien que se pudiera promover.
El derecho al secreto, no es tanto del sacerdote como de quien se confiesa; por otra parte, no se puede forzar a un cura, a elegir entre el perjurio o la expulsión de La Iglesia.
Otra cosa es que, sin identificar al pecador, no puede dar pistas que sirvan para evitar la comisión de un grave delito.
Pero si el delincuente fuese acusado por la denuncia del confesor, esa sola prueba no podría ser la única en la que un juez basase una sentencia condenatoria.
El secreto, no pretende encubrir tramas, complots o misterios, sino proteger la intimidad de la persona.

“Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris, et Filii,+ et Spiritus Sancti”



Comentarios

Entradas populares