Il mio nome è Nessuno

“Nessuno, ma “nessuno”, conosce il problema lui è in!”

Entre 1965 y 1975, en Europa se realizaron alrededor de 600 Westerns.
Los críticos de Hollywood, que se dedicaron a atacar o ignorar estas cintas, las nombraron de manera peyorativa “spaghetti westerns”, debido a que en su gran mayoría, estaban financiadas por productoras italianas.
En Europa, desde siempre existió un interés por el género del western; los pocos westerns que se filmaron antes de la década del 60, en su gran mayoría son obras que continúan siendo desconocidas por gran parte del público.
En 1960, la producción de westerns de Hollywood había comenzado a menguar, debido a los cambios que estaba experimentando el mercado cinematográfico de la época, además de los crecientes problemas de distribución hacia Europa, que estaban sufriendo estas cintas.
Por este motivo, los productores europeos, comenzarían a explotar el género que les había sido tan esquivo.
El mundo que se nos mostraba en estos films, era totalmente opuesto al que habíamos podido ver en los westerns de EEUU.
Un Oeste sucio, polvoriento y sudoroso, un Oeste violento y vengativo, pero sobre todo, un Oeste realista; y sus personajes, mayormente carentes de moral, despiadados, y rudos.
Las locaciones donde se filmarían estas películas, serían casi tan importantes como los mismos actores.
La gran mayoría de los spaghetti westerns, serían filmados en España, usualmente en la ciudad costera de Almería.
Dicho lugar se asemejaba al suroeste de EEUU, razón por la cual, las historias de la mayoría de estos films, transcurrían en la frontera con México.
Los westerns alemanes, por su parte, utilizarían en su gran mayoría la región montañosa alrededor de la ciudad croata de Split.
Otras locaciones utilizadas, serían Los Alpes italianos, Sudáfrica, y Las Islas Canarias.
Posiblemente, el mayor director de cine de culto de la cinematografía italiana sea, junto con Federico Fellini, el renombrado Sergio Leone.
La vida y obra de Leone, fue un tanto particular:
Sus comienzos fueron realmente muy tempranos, era asistente del director a los 17 años; debutó en la dirección muy joven, a los 25 años, y prácticamente se había retirado a los 46 años.
Su última obra, “C’era una volta il West” (1968), fue rodada después de un intervalo de 10 años.
Uno no posee tantos datos sobre Leone, pero al parecer, era una persona altamente insegura e irascible, amén de que padecía de excesos alimenticios que le produjeron con el tiempo trastornos severos de salud, y que culminaron con el infarto fatal que segara su vida a los 60 años.
Con tan sólo 11 filmes en su haber, sin duda, Sergio Leone es uno de los directores más influyentes de la historia del cine.
Su Época Dorada, entre 1964 y 1971, introdujo un nuevo lenguaje cinematográfico, decodificando al Western según las reglas del mundo del comic.
Un cine de personajes, de actitudes, de cuidadísimos planos, de atmósferas…
Haciendo de Leone, la estilización del Western.
El apogeo del spaghetti western, también coincide con su primera obra de La Era de Oro:
“Per un pugno di dollari” (1964)
Y pronto, la cinematografía italiana, tan “exploitation” y acostumbrada a la baja calidad, se encontraría dando cátedra de excelente cine comercial.
Pero como suele pasar con todas las modas, la saturación de clones, terminó por derrumbar al género, en un momento en que Italia llegó a producir cerca de 600 filmes al año.
Ya para principios de los 70, las historias comenzaron a ser más artificiales, y los personajes más absurdos, dejando en evidencia el desgaste del género.
El comienzo del declive, lo marcará la mediocridad de las obras, así como la aparición de las comedias que parodiaban al género como la popular “Lo chiamavano Trinità...” (1970)
Es generalmente aceptado, que el último spaghetti western memorable, es precisamente “Il mio nome è Nessuno” (1974), un filme basado en una idea del mismísimo Sergio  Leone.
“Hai solo bisogno di una legge speciale, qualcosa che farà il tuo nome una leggenda”
Il mio nome è Nessuno es un western italiano, en tono de comedia, del año 1973, dirigido por Tonino Valerii y Sergio Leone.
Protagonizado por Terence Hill, Henry Fonda, Jean Martin, Piero Lulli, Mario Brega, Benito Stefanelli, Karl Braun, Leo Gordon, Marc Mazza, Steve Kanaly, Geoffrey Lewis, Alexander Allerson, entre otros.
El guión es de Ernesto Gastaldi, sobre una historia de Sergio Leone, Fulvio Morsella, y Ernesto Gastaldi.
Il mio nome è Nessuno, fue uno de los 2 westerns que produjo Leone, pero que no dirigió.
Aunque aquí tuvo más mano que la simple producción, es probablemente, el western más famoso de Tonino Valerii.
El proyecto surge de la mente del máximo responsable del spaghetti western, Sergio Leone, que estaba en cierto modo impactado por cómo “La Trilogía Trinità”, con Terence Hill y Bud Spencer, se burlaba de lo que él había hecho popular.
Si el spaghetti western ya subvierte elementos del género en sí, las comedias de la popular pareja, exageran hasta lo indecible, y siempre desde una perspectiva cómica, las propias exageraciones del spaghetti.
Hablamos de secuencias enteras, a base de tortazos y humor zafio.
La intención de Leone, era no sólo competir con la famosa saga, sino superarla.
Y las intenciones de Valerii, eran otras muy diferentes:
Hablar del fin de la época del western clásico.
Y el resultado se mueve entre lo desconcertante y lo fascinante.
Como dato, el título de la película, alude a la respuesta que Ulyssēs le dio cuando Polyphêmos, El Ciclope, cuando pidió su nombre:
“Para hacer que Polyphêmos se confiase, Ulyssēs le dio un barril lleno de vino muy fuerte sin aguar.
Cuando Polyphêmos le preguntó su nombre, Ulyssēs le dijo que se llamaba “ουτις outis”, un nombre que puede traducirse como “Ningún hombre” o “Nadie”; es decir Nessuno.
El film, es una producción Ítalo-alemana, filmada en Mogollon, Pueblo de Acoma, y Gallup, New Mexico; Colorado; New Orleans y Louisiana en EEUU; y en España.
Terence Hill ha dicho, que Il mio nome è Nessuno sigue siendo su película favorita, entre aquellas en las que protagonizó, en gran parte, debido a la participación de Sergio Leone; y cuenta con el personaje clásico del justiciero vengador, pero también tiene un personaje muy particular:
El cínico y bufón que ridiculiza a los malosos más presumidos.
La acción sigue a Jack Beauregard (Henry Fonda), cuando decide abandonar EEUU, enterrando de esta manera, la gran leyenda de justiciero que se ha forjado, para marcharse a Inglaterra, y empezar así una nueva vida.
Para ello, deberá llegar al barco que zarpará de New Orleans en 16 días.
De camino, mientras Jack busca a su hermano Nevada Kid, sin saber que está muerto, conoce a un misterioso forastero, cuyo nombre es Nessuno (Terence Hill), quien no se separará de él, y le seguirá a todas partes.
Mientras Jack busca a su hermano, para despedirse, descubre que fue asesinado por un tal Sullivan (Jean Martin), un rico hacendado, que ha hecho fortuna engañando y matando gente inocente.
Por lo que Jack planifica darle muerte a Sullivan, en venganza por la muerte de su hermano, pero antes tendrá que hacerle frente una escuadra de 150 pistoleros a las órdenes de Sullivan.
Sin embargo, Jack contara con la ayuda de Nessuno.
Ambos tendrán algún que otro desencuentro, pero Nessuno ayudará a Jack, a enterrar su pasado de justiciero de la manera más gloriosa posible, amén de meterle en algún que otro lío, ya que ha sido admirador suyo desde la niñez.
Il mio nome è Nessuno es un impresionante spaghetti western, con una gran ambientación del Lejano Oeste, y un sonido espectacular.
Nos encontramos ante una película, en que la seriedad de Henry Fonda choca claramente con la actitud despreocupada de Terence Hill.
Que aunque a simple vista parecen no congeniar, el resultado final es todo lo contrario.
Disfrutaremos del gran espectáculo que nos brinda ver al mejor Terence Hill encarnando a Nessuno, un risueño y guapo pistolero, con extraño nombre, y una asombrosa destreza con las armas y con los puños, será un tipo misterioso, del que posee unos amplios conocimientos sobre la vida de Jack Beauregard, pero que nunca sabremos cuáles son sus verdaderas intenciones.
Mientras que Henry Fonda, da vida a Jack Beauregard, un sobrio pistolero, cansado de su renombre, se sentirá intrigado por este extraño personaje que se ha encontrado en su travesía, y del cual, aceptará su compañía a regañadientes.
Western crepuscular de la más alta calidad cinematográfica.
“E 'sempre il meglio che sono i primi ad andaré”
El director, Sergio Leone, quería desmarcarse de sus trabajos en el spaghetti western, y no quedarse encasillado, pero lo cierto es que su labor como productor y creador de parte de la historia, no evita que se note su influencia en diversas escenas.
La dirección bebe mucho de Sergio Leone, director no acreditado, tanto en la confección de los planos, como en la elegancia en los movimientos de cámara y encuadres, la cuidada ambientación, los magníficos diálogos, la música del genial Ennio Morricone, personalizada para cada sujeto, las extravagancias como la feria en el Oeste, etc., advierten algunos chistes italianos, que quizás desmerecen la obra como cámaras aceleradas, bofetones, escatología, y bromas con los órganos sexuales, como la escena que cierra la película; todo ello se repetiría en las películas chistosas del personaje de Trinità de Terence Hill.
Y aquí vuelve a no existir el personaje femenino, ya que es una película de hombres de verdad, de muerte, no de creación de vida, aunque sí que hay esperanza...
La historia también incluye guiños cinéfilos del género, etc.
El director, Tonino Valerii, ayudante en varias películas de Sergio Leone, afirmó que “Sergio Leone se merecía una venganza artística”, por ende, la realización de Il mio nome è Nessuno; que tras su filmación, Valerii terminó muy enfadado con Leone, y dijo no querer volver a participar en ningún proyecto con él.
Así vemos la realidad que supera la ficción, en el veterano pistolero Jack Beauregard, que se encuentra en planes de retirarse, e ir a vivir a Europa.
Pero la noticia de la muerte de su hermano, Nevada Kid, lo pone en un sendero de venganza.
Nevada, participaba en la sociedad de explotación de una mina de oro, con el poderoso hacendado, Sullivan, el cual resultaba un timo camuflado para blanquear oro robado.
Mientras Beauregard se abre paso hacia Sullivan, eliminando a sus pistoleros, se le cruza en el camino, un extraño personaje que dice llamarse Nessuno.
Nessuno conoce toda la historia de Beauregard, sus intenciones, e incluso colabora para desmantelar numerosos atentados contra el veterano pistolero.
Intrigado por el extraño individuo, Beauregard lo acepta como compañero en su travesía, pero Nessuno termina por hacerle una extraña propuesta:
Abandonar la venganza contra Sullivan, e ingresar en los libros de historia, como una leyenda, al enfrentarse él solo contra la “pandilla salvaje”, una escuadra de 150 pistoleros a las órdenes de Sullivan, que se encuentra asolando al Oeste.
Una vez más, en el género cinematográfico por excelencia, se enfrentan la experiencia y la juventud, el crepúsculo y el amanecer.
Con 2 personajes antiéticos, que no sólo representan 2 formas de enfrentarse a la vida, sino 2 formas estilísticas de hacer cine:
Una, más clásica y sobria, la que enteramente pertenece a Valerii; y la otra, más “moderna”, exagerada y de tono paródico, de la cual el propio Leone dirigió algunas secuencias para ahorrar tiempo de filmación.
El sentido del humor, está presente en muchos momentos del relato, y eso ayuda a suavizar los momentos de tensión que se viven en los diferentes enfrentamientos a punta de pistola.
Los responsables de la película, juegan con la imagen de los 2 protagonistas, y con la idea del argumento para plasmar el cambio de ciclo que se estaba produciendo en el panorama cinematográfico y, a su vez, recalcar la evolución del western, con Fonda y Hill, como los representantes del pasado y futuro de un género.
Y es que Il mio nome è Nessuno, es un western curioso.
Desde el punto de vista comercial, fue vendido como si fuera un filme de Leone, y prácticamente, el 70% de las escenas, calzan a la perfección en el estilo del maestro.
Pero el 30% restante, es la comedia payaseada de Terence Hill, que repite todos los manierismos de su querido Trinità.
El problema es que esos 2 filmes, a veces chocan:
Por un lado, la estilización y la solemnidad del relato de Henry Fonda; y por el otro lado, Terence Hill haciendo sus habituales juegos de manos y trompadas.
Sin embargo, con cada aparición de Nessuno, la cinta se eleva en el tono de comedia sobre la seriedad del western clásico.
Y como es de esperar, Il mio nome è Nessuno tiene un concepto alegórico:
“El Ángel Guardián” del pistolero, la súper banda de 150 matones que viene a ser como un enjambre del mal, la calificación a Beauregard de que “es la única semilla de justicia en estos lugares”, etc.
Por ejemplo, la venganza de Beauregard, queda truncada, y uno podría asumir que el ángel convenció al pistolero de la futilidad del “ojo por ojo, diente por diente”
Pero no; Beauregard simplemente es comprado…
Es más; “El Ángel” motiva al pistolero, a que desate una matanza contra la súper pandilla que asola el Oeste.
Y en vez de aniquilarla, sólo elimina a la gran mayoría, quedando Nessuno en el lugar de Beauregard, con la idea de crear su propia leyenda.
Es incomprensible.
Del reparto, un actor tan carismático y divertido como Terence Hill, sólo puede ser enfrentado con su némesis:
Henry Fonda, que con 68 años, aún conservaba su talento, en un papel que no le hace sombra por su grandeza; de ahí el título “Il mio nome è Nessuno”
Sólo por volverle a ver mirar, moverse, andar y montar a caballo, merece la pena la película, tal como John Ford dijo una vez:
“¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda?
Eso es cine”
Mientras Terence Hill, con su imagen simpática, pendenciera y guapérrima, llenaba muy bien el papel, y sirve de contrapunto con la solemnidad de Fonda, actor magnífico, donde los haya.
De hecho, Hill vuelve a encarnar a su personaje más famoso, Trinità:
Un pícaro sucio y desarrapado, veloz como el rayo con el colt, y apasionado de las judías que engulle en grandes sartenadas, y bueno para los tragos y la cerveza.
Aquí los vemos representando a 2 generaciones distintas, destinadas a separarse de alguna manera:
Fonda aporta su veteranía y saber hacer, ofreciendo una interpretación sólida en lo que parece una colaboración especial, por el trabajo que compartió con Sergio Leone.
Terence Hill, aporta frescura y desenfado, en un papel más propio de la comedia.
Pero para Il mio nome è Nessuno, representó el último western de Henry Fonda.
Como dato, sólo Henry Fonda se dobló a sí mismo para la versión en inglés, pues la obra está rodada en italiano.
También vemos guiños cinéfilos en las secuencias protagonizadas por Terence Hill, que aquí realiza un homenaje al perfil de Clint Eastwood, creado por Leone:
El pistolero de pasado oscuro y sin nombre.
Así como otros guiños a los propios filmes de Hill junto a Bud Spencer, véase esa secuencia con el muñeco de madera…
Pero en las que ambos actores comparten escena, se da un “tour de forcé” inigualable, donde es difícil saber quién se come a quién claramente.
El enfrentamiento de estos 2 tipos de actores tan diferentes, se hace presente en todo el metraje.
Pero es el personaje de Fonda, Jack Beauregard, el que capta toda nuestra atención por el fondo; y el otro por la forma.
Fonda es el viejo pistolero que tiene que utilizar gafas para leer, como una de las últimas muestras de un tiempo que acaba.
Los ecos de Sam Peckinpah, son bien claros.
Además de que, temáticamente, Il mio nome è Nessuno se hermana con alguna conocida obra de Peckinpah, sobre todo “The Wild Bunch” (1969), que también así se le llama al enorme grupo al que se enfrenta en un momento dado, bastante épico, tirando además del ralentí, Beauregard, en cámara lenta por momentos, siendo en marcadas para la historia de la leyenda.
Y es que se puede ver Il mio nome è Nessuno, como una alegoría al mito del pistolero, entendido como una rueda interminable, en la que un pistolero famoso es abatido por un desconocido, por un “Don Nadie” o en este caso por Nessuno, el cual, pasa a usurpar la fama, hasta que a su vez, llegue otro pistolero anónimo en busca de la fama, y así sucesivamente.
Pero el otro aspecto curioso, es el carácter alegórico de la historia:
Por un lado, reparamos en los ecos de la mitología griega que despierta su título, en relación a la aportación de las claves culturales europeas añadidas a los paisajes, fábulas, personajes y situaciones del western de Hollywood.
Il mio nome è Nessuno, le decía Ulyssēs al cíclope Polyphêmos, para despistarle con un juego que le encaja muy bien a este otro Ulyssēs viajero por el oeste reinventado para el spaghetti western, que es “ninguno/nadie” encarnado por Terence Hill, un bromista amigo de los juegos, cuyo nombre es también un guiño, una broma, y un juego del propio Leone a sus seguidores, que recuerda al Pistolero Sin Nombre, encarnado por Clint Eastwood.
Porque Nessuno es una especie de “ángel”, que viene a ayudar al personaje de Henry Fonda; y lo vemos en varias escenas, como en que se encuentra por comprar un caballo, anda con la cabalgadura a cuestas, la que tiene forma de alas…
Sus apariciones misteriosas e inesperadas, sus excelentes habilidades como pistolero, su extraño nombre, sus raros propósitos, toda la información que posee acerca de Jack Beauregard... es obvio que no es una persona normal.
Uno incluso puede pensar, que es un ángel que ha venido a llevarse al pistolero.
La escena final con Henry Fonda, partiendo a Europa, puede parecer la partida hacia el otro mundo...
Una partida con gloria.
Y desde el primer momento se aprecia la intención de identificar a cada uno de los personajes, con una forma distinta de entender las películas del Oeste, puesto que el viejo pistolero representaría al caduco western clásico, expulsado por la nueva corriente humorística a la que da vida Nessuno.
En este sentido, Il mio nome è Nessuno cuenta con abundantes y estupendos diálogos, de una fuerte carga simbólica, como la que Beauregard le dice a Nessuno:
“¿Sabes qué les pasa a los admiradores?
Terminan volviéndose envidiosos, arrogantes y fatuos.
Seguros de sí y, por último, cadáveres”
Mientras que Nessuno le responde:
“Sí hay a quienes les sienta mal vivir demasiado”
O bien aquella que se desarrolla en el cementerio, en la que Nessuno reconoce que:
“A mí me gusta que la gente me vea”
Y Beauregard le responde:
“Puede que la gente no comparta tu gusto”
O distintas afirmaciones del maduro pistolero dirigiéndose al joven del tipo de:
“Veo que has conseguido encontrar el puesto adecuado”; o “Prefiero morir por mi culpa, que vivir por la tuya”
Quedando reforzado el carácter simbólico de la historia de Beauregard, con la emotiva carta que le escribe a su joven compañero, al final de la historia.
En definitiva, aquí hay tiros, mucha acción, peleas, comedia a carcajadas… una obra de arte de un cine que definitivamente, ya no se hace, y que por ello, la convierte en intemporal.
Con muchas escenas para el recuerdo, que reinventó Quentin Tarantino para sus filmes.
Un dato curioso se nos presenta en una escena cuando, al caminar a través del cementerio Boot Hill, Nessuno señala a Beauregard, uno de los nombres de una lápida, que no es otro que Sam Peckinpah.
Tiempo más tarde, Clint Eastwood rodaba “High Plains Drifter” (1973), que tenía una escena en un cementerio llamado “Boot Hill”, y que incluía una lápida con el nombre de Sergio Leone.
Il mio nome è Nessuno no sólo reverencia los spaghetti westerns, sino que también dedica un pequeño homenaje a varios clásicos del Oeste de Hollywood, como “Forty Guns” (1957) de Sam Fuller, y la escena de los espejos, a Orson Welles y su “The Lady from Shanghai” (1947), etc.
En sus últimos compases, notamos un carácter elegíaco, bastante embriagador.
La emotiva carta que Beauregard le deja al “hombre sin nombre”, no sólo rinde tributo a los viejos tiempos, sino que abraza los nuevos, un legado que se cede cual herencia a los nuevos pistoleros.
Il mio nome è Nessuno es un ejercicio arriesgado, porque el ritmo va a resentirse inevitablemente de ese cambio del spaghetti western serio, al de broma; del protagonismo bicéfalo de 2 personajes tan distintos, como el serio tipo duro encarnado por Fonda, y el gamberro entrañable que interpreta Hill, pero al final, consiguen su propósito.
El relevo generacional, queda claro.
Fonda sale de escena elegantemente, dejándole sitio a Hill, que cierra la jugada replicando el gesto de arranque del otro en la barbería, pero de una manera más gamberra, más ordinaria, poniendo el dedo en el culo del oponente, en lugar de meterle el cañón del revólver entre las piernas.
La banda sonora es obre del compositor Ennio Morricone, que se burla de su propia serie de películas del “Hombre Sin Nombre”, de Sergio Leone, con una banda sonora exagerada, incluyendo voces chillonas, y un silbido entrelazado con un pasaje recurrente de Richard Wagner.
También, la banda sonora reutiliza parte del tema de “Frank” del filme “C’era una volta il West” (1968), para la secuencia del tiroteo.
Pero además de la banda sonora del enorme Ennio Morricone, también hay que destacar el papel que juegan los sonidos en la película, que ayudan en el desarrollo de la trama.
Mención especial merece la secuencia en la barbería, donde no hay espacio para la banda sonora, y donde el pase de la cuchilla por la barba de 2 días de Fonda, es el sonido predominante, logrando un efecto similar al ofrecido en la ya mencionada, “C’era una volta il West” (1968)
Muy curiosamente, yo pensaba que el uso de “Ritt der Walküren” de la ópera “Die Walküre, WWV 86b” de Richard Wagner, era propio del “Apocalypse, Now” (1979) de Francis Ford Coppola, me equivoqué.
Aquí es usado brillantemente por Morricone, para el grupo de los bandidos.
Todo un precedente importantísimo para la cultura popular.
“Il segreto di una lunga vita è che si tenta di non accorciarlo”
El ocaso para el western, tendría que llegar tarde o temprano.
Al igual que el spaghetti, vino a deconstruir el moribundo género del viejo oeste, películas como Il mio nome è Nessuno, si bien exitosas, comenzaron a tener una ambientación más relajada, que desmitificó el aura de cintas previas, y poco a poco se convirtieron en auto parodias.
Cuando la venganza, la amoralidad y la cacería de recompensas se volvieron cliché, tuvo que llevarse a cabo una nueva deconstrucción, que vendría a poner el último clavo en el ataúd del western, con el honor y respeto que merecía.
En 1992, Clint Eastwood produjo, dirigió y protagonizó la oscarizada “Unforgiven”, sobre un ex forajido que, ya viejo, busca pasar sus últimos días en paz; pero el destino y la necesidad, lo arrastran de vuelta al mundo de la muerte, a cambio de dinero.
Este filme, desviste de romanticismo a la venganza, y muestra las consecuencias devastadoras que puede traerle al vengador, seguir el camino del plomo y la sangre.
Al final, el caza recompensas, sólo es el instrumento de la represalia, es su única función, y existe atrapado en un ciclo de violencia, consumido por el odio y la pérdida, hasta que la violencia misma le haga pagar sus crímenes.
Ahora, luego de su caída como género, el spaghetti western es homenajeado por directores nostálgicos como Quentin Tarantino; así como también hay ejemplos de homenajes en cintas animadas, visualmente imponentes como “Rango” (2011) de Gore Verbinski.
Gracias a estos tributos, la mítica figura del llanero, aún es visible como una majestuosa silueta mientras cabalga hacia el horizonte, extendiendo su trágica y estoica sombra hasta nuestros días, como lo ha hecho ninguno.
Un género que nació en el cine y que murió con él.
Después de ahí…
¡NADIE!

“Caro Nessuno, morire non è la cosa peggiore che possa capitare a un uomo.
Guardami...
Sono stato morto da tre giorni ormai, e finalmente trovato la mia pace.
Si diceva che la mia vita era appesa a un filo.
Forse è così, ma temo è la tua vita che è appesa ad un filo ormai.
E c'è un bel po 'di persone che vorrebbero tagliare quel filo.
Sì, credo che sia il tuo modo di sentirsi vivi.
Vedi, c'è un intero differenza tra te e me:
Cerco sempre di stare lontani dai guai, mentre ti sembra di essere alla ricerca di tutto il tempo.
Ma devo ammettere, siete stati in grado di risolvere la tua parte, anche se come gli altri a prendere il merito.
In questo modo, si può rimanere un “nessuno”
Hai tutto ben capito.
Ma si scommesso troppo grande questa volta, e non c'è troppa gente che so che sei “qualcuno”, dopo tutto.
E non avrete molto tempo per giocare ai tuoi giochi divertenti.
Faranno la vita sempre più difficile per voi, fino a quando anche voi incontrerete qualcuno che vuole mettere alla storia.
E così si scopre che l'unico modo per diventare un nessuno è di nuovo a morire.
In ogni caso, d'ora in poi, sarete a piedi in stivali, e forse non sarà da ridere più così forte.
Ma si può ancora fare una cosa:
È possibile conservare un po 'di quella illusione che mi fece segno di spunta generazione.
Forse lo farai nel proprio modo divertente, ma sarete grati lo stesso.
Credo che guardando indietro, sembra che eravamo tutti un branco di pazzi romantici.
Siamo ancora convinti che una buona pistola e una rapida resa dei conti potrebbe risolvere tutto.
Ma poi, l'Occidente ha usato per essere spazi aperti con un sacco di spazio di manovra, e non avete mai corse nella stessa persona due volte.
Con il tempo si è arrivato, è stato cambiato.
Ha ottenuto più piccolo e affollato, e ho continuato a sbattere contro le stesse persone per tutto il tempo.
Ma se siete in grado di correre in Occidente mosche pacificamente cattura, è solo 'compagni di causa, come me, ci sono stati prima.
Sì, lo stesso tizio che si desidera vedere scritto nei libri di storia, perche 'la gente ha bisogno di credere in qualcosa, come dici tu.
Ma non sarà in grado di avere a modo tuo molto più a lungo, perche 'il paese non è più la stessa, e sto già sentendo un estraneo me stesso.
Ma, quel che è peggio, la violenza è cambiato, anche.
E 'cresciuto, e ha ottenuto organizzato, e una buona pistola non significa più un accidenti.
Ma credo che è necessario conoscere tutto questo, perche 'e'... il vostro tipo di tempo, non la mia.
E ho anche capito il morale per la storia di tuo nonno, quello sulla mucca che copriva l'uccellino in cowpie per mantenerlo caldo, e quindi il coyote tirò fuori e lo mangiò.
E 'la morale di questi nuovi tempi di il vostro:
Persone che gettano lo sporco su di voi non sono sempre cercando di farti del male, e la gente che si tira fuori di un inceppamento non sono sempre cercando di aiutarti.
Ma il punto principale è, quando si è fino a il naso nella merda, tenere la bocca chiusa.
Questo è il motivo per cui persone come me devo Va', e questo è il motivo per cui si finto che scontro a fuoco per tirarmi fuori del West pulita.
Comunque, mi è stato sempre di essere un altro veterano, e gli anni non faccio la saggezza, fa solo la vecchiaia.
Si può essere giovani negli anni e anziani in ore, come te.
Credo che sto parlando come un dannato predicatore, ma è colpa tua; cosa ci si può aspettare di un monumento nazionale?
Beh, mantenere la vostra mente e il vostro cuore aperto, e se mai incontrato uno di quegli uomini che si incontrano quasi mai, è possibile mantenere ogni altra società, e non sarà così solo per voi.
Si dice che la distanza fa amicizia crescere più forte.
Forse è così, perche 'dopo tre giorni senza di te dogging mie tracce, ho un po' manchi.
Davvero devo 'di firmare ora, quindi, anche se sei stato un stinkin' piantagrane ficcanaso per tutto il tempo, grazie di tutto lo stesso.
P.S.:
Solo un altro pezzo di consulenza da un veterano:
Quando stai ricevendo una rasatura e un taglio, assicurarsi il diritto dell'uomo che indossa una giacca!”



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