Lo chiamavano Trinità...

“La mano destra del diavolo”

Al comienzo de la década de los 70, el western rodado en Europa comenzaba a apagarse…
Las recaudaciones cada vez eran más flojas, y ya cada año se producían menos películas.
Al público, ya empezaba a no interesarle las historias sobre pistoleros violentos y sanguinarios; pero entonces, una película cambió el escenario del género en los pocos menos de 5 años que le quedaba de vida.
Enzo Barboni, antiguo director de fotografía, y que ya se había estrenado como realizador en “Ciackmull – L’Uommo della Vendetta” (1970), tuvo la idea de volver a juntar a Terence Hill y Bud Spencer, pareja de actores que ya pudimos ver en algunos westerns de Giueppe Colizzi unos años antes; pero Barboni tenía claro, que su película tenía que ser distinta a todo lo visto en los cientos de westerns rodados en la década anterior, así que para llegar a su objetivo, utilizó 2 métodos:
La exageración y la parodia.
Básicamente, Barboni llegaba a la parodia por medio de la exageración.
Si en las películas anteriores, se veían a los pistoleros pocos aseados y con bastante polvo en su vestimenta, Barboni hacía que la suciedad extrema llegara a impactar al espectador, sobre todo con un protagonista que parece ser que pocas bañeras ha visto en su vida.
Si los pistoleros eran hábiles con el revólver, aquí eran capaz de disparar sin mirar, disparando hacia atrás, hacia los lados, y hasta arriba...
Si como marcaba los cánones del género, veíamos al menos una pelea cuerpo a cuerpo de varios minutos en toda cinta que viésemos en aquellos años, en Barboni había auténticas coreografía de golpes.
Además, en este nuevo western, apenas había muertes; pues las balas se cambiaron por tortas, casi literalmente.
Como en un tipo de cine de hacía muchos años, el espectador observaba como los protagonistas apaliaban una y otra vez a los mismos malosos.
Aparte, Barboni se reía del western de Hollywood, del europeo, de la religión, del poder, y de todo lo que pillara en el camino.
En definitiva, en sus filmes, a diferencia de los spaghetti westerns de siempre, no hay muertos, sólo puñetazos; y ese fue el punto de partida.
“Chi lo ha detto che eravamo fratelli?”
Lo chiamavano Trinità… es un western de comedia italiano, del año 1970, escrito y dirigido por Enzo Barboni.
Protagonizado por Terence Hill, Bud Spencer, Farley Granger, Elena Pedemonte, Steffen Zacharias, Gisela Hahn, Dan Sturkie, Ezio Marano, Luciano Rossi, Fortunato Arena, Riccardo Pizzuti, Ugo Sasso, Remo Capitani, Luigi Bonos, Paolo Magalotti, Franco Marletta, entre otros.
Lo chiamavano Trinità...fue un gran éxito, y lanzó a la fama internacional a sus actores principales; siendo la película italiana con el mayor número de espectadores en los teatros italianos hasta 1986; tanto que le siguieron 2 secuelas:
“...continuavano a chiamarlo Trinità” (1971), y “Trinità & Bambino... e adesso tocca a noi!” (1995); ambas dirigidas por Enzo Barboni, acreditado bajo el seudónimo de E.B. Clucher; y ésta última no fue protagonizada por Terence Hill y Bud Spencer, sino por otros 2 actores que interpretaban a los hijos de Hill y Spencer.
Desde la primera película de “La Trilogía Trinità”, el papel de Terence Hill siempre será el de “pillo astuto”, y el de Bud Spencer el de “bruto bonachón y cascarrabias”, en 19 comedias conjuntas en general, llenas de peleas y mamporros.
Pero aquí, Barboni nos muestra un “Far West” bastante más realista y aproximado a como debió ser en la realidad:
Árido, seco, pueblos miserables, explotados por magnates avariciosos y sus matones, fugitivos, bandidos, prostitutas, borrachos, gente de dudosa moralidad, desaliñada; sucia, con barbas y cabellos polvorientos, etc.
El propósito era romper con la imagen clásica de las películas antiguas de John Ford o Raoul Walsh, por un tipo de western al tiempo más desenfadado como cómico.
Se rodó enteramente en Italia y España, en un valle cerca de Camerata Nuova, una pequeña ciudad italiana, cerca de las fronteras de las regiones de Lacio y Abruzzo; y en Almería, un pequeño pueblo en el sudeste de España, donde muchas películas de Hollywood fueron filmadas, incluyendo spaghetti westerns.
La acción inicia en La Era del Lejano Oeste de EEUU, después de atravesar un desierto, Trinità (Terence Hill) se encuentra con su hermano, apodado “Bambino” (Bud Spencer), para descubrir que es el sheriff de un pequeño pueblo.
Trinità, decide quedarse allí para descansar y comer; su hermano le pide que se vaya, pero Trinità le ruega que le deje ocupar el puesto de ayudante, y así poder mantener a raya al malvado Maggiore Harrimann (Farley Granger) entre los 2.
A partir de este planteamiento, suceden una habitual y prolongada cadena de situaciones que acaban de la forma más campechana, a puñetazo limpio, dando lugar al lado más picaresco, desinhibido, y hasta simpático modo de ver los westerns.
Lo chiamavano Trinità... en sí, es las aventuras y desventuras en El Viejo Oeste almeriense, de un personaje tan universal como el pícaro, bohemio, sucio y vago hasta el extremo, pero en el fondo bueno y honrado, casi siempre, y dispuesto siempre a ayudar a los demás; y lo que tenemos pues, es un western atípico hasta el momento, donde los protagonistas están lejos de ser unos héroes, sino más bien, 2 simpáticos sinvergüenzas, que se dejarán llevar por los acontecimientos, los cuales resolverán por lo general a tiros, o a mamporros, eso sí, siempre con sentido del humor y cierta bondad, pues ambos hermanos, en realidad son unos bonachones, solo que curtidos en el mundo duro y despiadado del Salvaje Oeste, repleto de pistoleros, ladrones, explotadores, y todo tipo de gentuza.
¿Producto de los tiempos?
Pero con corazón.
“Non si sa mai come fare qualsiasi altra cosa”
A raíz del éxito mundial de “La Trilogía del Dólar” de Sergio Leone, el spaghetti western comenzó a poblar las pantallas de pistoleros arquetípicos:
A los famosos pistoleros encarnados por Clint Eastwood y Lee Van Cleef, se añadieron los de Giuliano Gemma (Ringo), Franco Nero (Django), Gianni Garko (Sartana), y algunos más, como Terence Hill, actor que había trabajado en “Il Gattopardo” (1963) con su auténtico nombre, Mario Girotti, y que no escapó de esta tendencia, y dio vida al pistolero más zafio y tosco de todos:
Trinità.
Este personaje, era una caricatura del pistolero, sin más vida que la que le aportaba la simpática sonrisa del actor más guapo de ojos azules.
Pero la combinación con su compañero de reparto, Bud Spencer, otro pistolero, simpático, barbudo y barrigón, creó una de las parejas más taquilleras de los años 70.
Dirigida por Enzo Barboni, el cual basaría casi toda su carrera en dirigir la carrera de estos 2 grandes actores, tanto en spaghetti westerns como en comedias llenas de acción y aventuras, no se puede decir que Lo chiamavano Trinità... sea su ópera prima, lo que sí se puede decir, es que posee un excelente trabajo directivo, que agrada a todo el mundo, y tiene una manera muy original de mostrarnos sus ideas.
La pareja protagonista de spaghetti westerns, alcanzó su primer gran éxito con Lo chiamavano Trinità... que, aunque ambientada en El Salvaje Oeste, ya ejemplificaba los derroteros artísticos por los que luego discurriría su carrera:
Cine de humor con catárticos finales a base de mamporros, y con una dualidad en los personajes, basada en la fuerza expeditiva y acción directa de Bud, frente al audaz y manipulador Terence.
Así las cosas, en pleno esplendor del spaghetti western, el italiano E.B. Clucher, seudónimo de Enzo Barboni, le pone humor al asunto, asociando a Bud Spencer, nacido Carlo Pedersoli; y a Terence Hill, de nombre real, Mario Girotti; para ubicarlos en paisajes del Oeste, dando mamporros y patadas a espuertas, y librando a los agricultores mormones del Maggiore corrupto, y de unos bandidos mexicanos, un tanto pesados, que abusan de la buena fe y el comportamiento pacífico de la comunidad de fieles.
Un sucio y sudoroso Trinità, el pistolero más rápido del Lejano Oeste, es el hermano del orondo fortachón Bambino, que suelta unos golpes a la cabeza que descolocan, mientras cumple con su faena de sheriff en un pequeño pueblo.
Ambos no se soportan, pero claro, la sangre tira, y terminan uniéndose para poner en su sitio, a los malhechores del lugar, y ayudar a los mormones.
Aunque al tiempo, Trinità aprovechará la coyuntura para intentar ligarse a unas rubias de buen ver…
La pareja aprovecha bien la química y el “slapstick” derivado de su violencia cómica:
Trinità es un forajido, un pistolero tan rápido que dicen de él, que es “la mano derecha del diablo”, pero es vago, roñoso, perezoso, pendenciero, provocador, divertido, que no duda en perseguir a su hermano, vaya donde vaya, y metiéndolo continuamente en problemas y situaciones de lo más peligrosas, y a la vez divertidas.
Mientras Bambino es un bandido de porte serio, no se ríe, que no deja nunca de pensar en su siguiente golpe, es rudo pero bonachón.
Estos 2 hermanos, no dudan, pese a estar siempre enfrentados, en unir sus fuerzas para enfrentarse a un terrateniente que abusa de unos pobres colonos, y a un temible bandido Mexicano, Mezcal (Remo Capitani)
Pero todo lo hacen con doble intención, para así poder apoderarse de una gran partida de caballos.
De los actores:
Terence Hill es Trinità, y su personaje queda definido en los primeros minutos.
Trinità aparece cruzando el desierto, echado sobre una camilla que lleva atada al caballo, y mientras el animal anda, él duerme de forma relajada.
Ni siquiera se despierta cuando pasan por un río…
Su aspecto es literalmente harapiento, cubierto de polvo y arena, aunque no parece importarle mucho, ya que cuando llega a una posada, lo único que hace en ella, es comerse una sartén entera de judías.
En el siguiente pueblo, Trinità reconoce a Bambino, su hermano mayor, que es el sheriff de la localidad.
Una cosa rara, piensa Trinità, ya que él sabe que su hermano es un ladrón evadido de la justicia.
Pese a ser hermanos, Bambino realmente no aguanta a Trinità, y ambos son muy diferentes en todos los aspectos:
Trinità es el “anti estereotipo” por excelencia, como coprotagonista; y busca con astucia, explotar a su hermano no tan despierto, Bambino, para lograr sus objetivos, sino también que busca la demostración del afecto fraternal cuando sea necesario.
Es básicamente un tipo provocador, que se aferra a cualquier pretexto para desencadenar peleas y satisfacer su cuota de golpes cuando se enfrenta a otro hombre armado y experto.
El hermano de Trinità, Bambino, es un ladrón de caballos, profesional y experto pistolero, le llaman “la mano izquierda del diablo”, precisamente porque dispara con la mano izquierda.
Por temperamento, Bambino es un “oso” en el verdadero sentido de la palabra, de hecho, es un tipo muy sociable, pero utiliza formas groseras e impacientes con facilidad, mientras que muestra las características de su “buen carácter”
Escapado de la prisión de Yuma, formó un pequeño grupo compuesto por Il Timido y Faina, que se separaron durante la persecución por los Rangers.
Después de haber lisiado y robado al sheriff (Ugo Sasso), se estableció en la ciudad para usurpar el lugar, a la espera de sus hombres, y atacar a la manada de caballos que aún no han sido marcados por Maggiore Harrimann.
Pero con la llegada de su hermano Trinità, tratará en un primer momento de persuadirlo para quedarse, y ayudarlo en su plan al enfrentarse a la provocación del Maggiore, por temor a atraer la atención de los Rangers, y lo acepta para después echarlo.
Bambino se cree un experto ladrón, pero en realidad es todo menos inteligente, como señala Trinità.
Como dato, el apodo de “Bambino”, en el guión original no existía, pero más tarde se añadió, específicamente para Bud Spencer.
Precisamente, aparte de los “golpes” de humor, nunca mejor dicho, de la historia, más la química entre el contraste de ambos personajes, fue sin duda lo que hizo que Lo chiamavano Trinità... llegará a donde llegó.
Curiosamente, en prácticamente ningún momento de esta película, ni de la continuación del año siguiente, se muestra una relación cercana entre ambos, propia de hermanos, pues Bud siempre está buscando la oportunidad de librarse de su hermano.
Supongo que, como los 2 actores han trabajado juntos muchísimo, y deben de ser por tanto, grandes amigos en la vida real, les debió de parecer divertida la idea de interpretar un par de películas en las que se muestran un tanto enfrentados, sobre todo Bud, para el que la presencia de su hermano, siempre supone turbación y algún tipo de problema, que es totalmente contrapuesta a su modélico estilo de vida, de hombre brusco, que no se anda con formalismos ni busca chicas, y desea llevar una existencia cuanto más tranquila posible.
Destacar la sorprendente y bizarra aparición de Farley Granger como Maggiore Harrimann, el antagonista principal; de clase alta burguesa, obsesionado con los caballos y su belleza.
Aquí utiliza la intimidación violenta, llevada a cabo por sus hombres, que trata de “convencer” a los mormones para darle el valle para hacer pastar a sus animales.
Él siempre tiene una respuesta preparada, y modales refinados, aunque no es un hombre de espíritu particular.
El Maggiore, también debe defenderse, incluso de los bandidos mexicanos dirigidos por el Mezcal, tratando de adueñarse de los caballos, pero más tarde, tras el fracaso de unos asesinos a sueldo, contratado por él, para eliminar a Trinità y a Bambino, entrará en una alianza con su enemigo histórico, el Mezcal, todo con tal de sacar a los mormones fuera del valle.
Pero es derrotado, cuando sus hombres se desembarcan a golpes en una batalla abierta por los agricultores mormones; mientras Mezcal es exiliado, y el Maggiore obligado a vagar por los valles hacia Nebraska.
También está Jonathan Swift (Steffen Zacarías), el ayudante de Bambino, como sheriff; el cual detesta a Trinità, porque causa solo problemas, y se encarga de las celdas, la cocina y la higiene en general, lo que permite a Trinità darse un baño después de meses.
Se muestra divertido, al ver cómo los mormones sufren el acoso de los hombres del Maggiore, y más adelante, también se mostrará oportunista, al descubrir la verdadera identidad de Bambino, por lo que intentará obtener un beneficio personal.
Tobia (Dan Sturkie), es el líder de la comunidad mormona, y es un hombre que conduce su vida en el nombre de la pobreza, el trabajo y la oración.
Él repudia la violencia, y sólo sigue lo que se hace referencia en Las Escrituras, por lo que también es una víctima de los ladrones mexicanos, que de vez en cuando lo ridiculizan y golpean.
A pesar de estos abusos persistentes por ambos lados, del Maggiore y de los mexicanos, sigue animando a los hermanos a mostrar siempre la otra mejilla y orar, como lo hace en varias ocasiones.
Trinità, una vez que se unió a la comunidad, intentará convencer a Tobia y a otros más, para defenderse con las armas.
A lo sumo, se le dará la enseñanza de la defensa con las manos… en unas escenas impagables.
Al final, incluso Tobia y sus hermanos mormones entienden que un poco de golpes en la parte inferior, no es pecado; es decir, utilizan la interpretación de Las Escrituras para su beneficio.
Sarah (Gisela Hahn) y Judith (Elena Pedemonte), son las 2 chicas mormonas, que se enamoran de Trinità, y lo convencen a que se una a ellos para defenderlos de la intimidación del Maggiore Harrimann.
Lo que lo hace decidirse es que su religión permite la poligamia, y por tanto, ambas tienen planes de casarse con Trinità que, después de darse cuenta de qué tipo de vida le espera, que no es exactamente lo que esperaba, huye.
Mezcal, es la cabeza de los bandoleros mexicanos, un grupo de ladrones, que el Maggiore Harrimann aprovechará, para exigirle a los mormones por medio de la violencia.
Él lleva un enorme sombrero de estilo mexicano, y tiene la costumbre de estar siempre riendo; hasta que fue vencido por los mormones.
Faina (Ezio Marano) e Il Timido (Luciano Rossi) son los 2 cómplices de Bambino, que fueron apodados así, respectivamente, por la risa y la infamia del primero; y la timidez manifiesta del segundo.
Ellos llegan al pueblo, y también ayudaran a los mormones, contra el Maggiore y Mezcal; y también robando todos los caballos del Maggiore.
Por último, la banda sonora fue compuesta por Franco Micalizzi, que transmite ese ritmo tan ameno con el que transcurre toda la película, y con un tema tan pegadizo que agrada.
“Questa era una città tranquilla prima di venire.
Città disgustoso, ma tranquillo”
Tras la muerte de Bud Spencer, el pasado 27 de junio de 2016, a los 86 años, es inevitable pensar en todo el legado que deja tras una vida dedicada al cine.
Al igual que otras parejas de estrellas cinematográficas, es imposible disociar el nombre de Bud Spencer del de Terence Hill; ambos se convirtieron en las estrellas de los spaghetti western, y en los maestros de los golpes y mamporros.
Era una época, en la que veíamos ese cine de forma distendida, sin prejuicios, todo aquello nos parecía magnífico.
Unas pequeñas dosis de esa inocencia no nos vendrían mal hoy día, en estos días en lo que todo está cargado de cierta formalidad técnica.
Este cine y su protagonista, está por encima de la calidad fílmica, de si es buen cine o no.
Sencillamente nos hacía disfrutar y reír a carcajadas, de manera sana; en un canto a la amistad, a no distinguir entre religiones, sino en el respeto por los demás, especialmente los más desfavorecidos, y en ser los adalides de la justicia, sin violencia gratuita, ni muerte sangrienta… que ni falta hacía.

“Bene, mi hai chiesto di dare una mano”



Comentarios

Entradas populares