Paris Is Burning

“I always had hopes of being a big star”

A finales de los años 80, New York era una ciudad peligrosa, decadente, a punto del colapso financiero y social, pero con una intensísima actividad subterránea.
Esa podía ser la estampa breve que lucía por esa época “La Gran Manzana”, una ciudad que no era especialmente amigable para vivir.
Imaginen pues, todas las dificultades y zancadillas sociales propias de una Metrópolis, elevadas a la enésima potencia.
Con el lema de “Nunca serás nadie en la vida, eres negro, pobre... y homosexual” las “Drag Queens” y transexuales de todo el mundo, sobre todo los residentes neoyorkinos, estaban totalmente embriagados por el estilo de vida de los ricos y famosos.
Falsas y glamurosas vidas bombardeadas sin piedad, desde los medios de comunicación, vendiendo una imagen de perfección, comodidad vital, y felicidad totalmente inalcanzables para la mayoría de la población.
Y aún menos alcanzables para un grupúsculo de homosexuales negros y latinos, aficionados a ir por la vida vestidos de mujeres, amantes de la vida disipada.
Pero eran los años 80, y todo era posible entonces.
Allí nació la cultura de los bailes de la comunidad gay afroamericana y latina.
Los “Ball” o bailes, eran básicamente competencias de modelaje, donde los concursantes desfilaban, y eran juzgados en varias categorías, incluyendo su vestuario, forma física, belleza, y por supuesto, habilidades de baile.
Los participantes en estas competencias, se dividieron en facciones lideradas por figuras influyentes y carismáticas.
Para 1977, una elegante reina drag, llamada Crystal LaBeija, anunció que un iba a montar un “Ball”, patrocinado por La Casa de LaBeija, como lo hacían las Casas de Chanel o Dior.
El nombre era un truco, algo para añadir un poco más de “panaché” y, no incidentalmente, sino hecho para aumentar el brillo de Crystal LaBeija.
El concepto se apoderó de la ciudad, y de repente, cada “Ball” fue realizado por una casa.
Algunas Reinas Drag, nombraron su casa después de sí mismas, como:
La Casa de Pendavis, de Avis Pendavis; o La Casa de Corey, de Dorian Corey.
Otros tomaron los nombres de diseñadores famosos como Chanel o St. Laurent, o miembros de la comunidad.
Y a principios de los años 80, las reinas drag más jóvenes y menos experimentadas, se declaraban miembros de alguna casa, y compitiendo en esos bailes, bajo el nombre de la casa.
Inclusive algunos acudieron a los tribunales, y cambiaron sus nombres legales a Pendavis, Corey, Chanel, o St. Laurent.
Y las casas llegaron a ser gobernadas por sus estrellas más grandes, que eran conocidas como “madres”, y que exhortaron a sus miembros, “sus hijos”, a acumular tantos premios como sea posible, para la mayor gloria de la casa.
El sistema de los “Balls” es una colección de subjetividades sexuales y de género, que se extienden más allá de las categorías binarias de la sociedad dominante, tales como hombres/mujeres, gays/lesbianas, etc.
Eran categorías basadas en la presentación de caminar en pasarela.
Este sistema incluye 6 grandes categorías:
Butch Queens, Femme Queens, Butch Queens en Drag, Butches, Women, Men y  Padres de La Casa.
Los de la categoría femenina, son principalmente lesbianas femeninas o mujeres.
En general, el sistema de género, no rompe completamente con las normas hegemónicas de sexo, género y sexualidad, sino que ofrece más género e identidades sexuales de las que elegir.
El sistema de género, sirve especialmente para definir, qué papel desempeñan los miembros en la casa.
Así, en la cultura del salón de baile, las casas son estructuras por “parentesco”, que se configuran socialmente, en lugar de biológicamente.
El propósito es, proporcionar un hogar o lugar de reunión para los miembros.
En estas casas, tales miembros sirven como “madres” o “padres”, es decir, los padres de la casa; cuyo propósito es dar orientación a sus “hijos” de diversas edades, raza, y origen étnico.
Por ejemplo, las madres de la casa, realizan algunas de las mismas cualidades maternas, tales como cocinar, limpiar, y crianza.
Por otro lado, los padres de la casa, suelen servir como mentores de sus hijos.
Y proporcionan la dirección, sostienen la reputación de la casa, y sirven como figuras de autoridad.
En su mayor parte, la división del trabajo para los padres de la casa, es muy similar a los roles heteronormativos de género.
Otro dato de interés, es que los miembros de la casa, liderados por Willi Ninja, por ejemplo, adoptan el nombre “Ninja” como su apellido; así, los miembros de la casa encabezada por Angie Xtravaganza, usaran el apellido “Xtravaganza”, y los miembros de la casa dirigida por Avis Pendavis, usan el apellido “Pendavis”, etc.
Las casas de arrastre son entonces, una nueva manera de vivir, una estructura altamente definida y autoprotectora.
La estructura consiste en un sistema de casas donde los jóvenes funcionan como aprendices.
Reflejando una minoría frente al odio, las casas son asociaciones de amigos, presididas por una madre, que sustituyen a las familias biológicas; pero las casas son, esencialmente, cabales de jóvenes negros e hispanos, obsesionados con la moda y con ser fabuloso.
Además de proporcionar un sistema de apoyo para sus miembros, las casas “caminan” o compiten unas contra otras, en “Balls” donde son juzgados por sus habilidades de baile, trajes, apariencia y actitud.
Sobre todo en el “vogue”, una nueva forma de bailar denominada “vogueing”, que tuvo su origen en las discotecas gays de New York, y se caracteriza por hacer poses con los brazos y manos, como si se tratara de una sesión fotográfica.
Los participantes, se visten de acuerdo a la categoría en la que compiten, y se espera que muestren la “realidad” apropiada.
Así las cosas, dominados por la moda hip hop y la música, estos eventos son una tradición que se remonta al siglo XIX, y va fuerte en el siglo XXI.
Aunque algunas competencias implican el “crossdressing”, en otros casos, el objetivo es acentuar la masculinidad de un participante masculino, o la femineidad de una participante femenina, como una parodia de la heterosexualidad.
Entre las categorías, que son muchas y variadas, están:
“Butch Queen Vogue Fem”/Rendimiento Femenino, que es utilizar los elementos “vogue” de las manos, pasarela, “duckwalk”, rendimiento en el piso, giros, etc.
BQ Realidad, se juzga sobre la capacidad de los participantes para mezclarse con heterosexuales masculinos.
FQ Realidad, se juzgó sobre la capacidad de los participantes para mezclarse con las mujeres.
Realidad con giro/Twister, se juzga sobre la capacidad de los participantes para mezclarse con los heterosexuales, y luego volver al “vogue”
BQ/FQ/FF Runway, se juzga sobre la habilidad de los participantes en la pasarela, por lo general, con un traje o color solicitado.
Bizarre, a juzgar por la creatividad de los participantes para diseñar un disfraz basado en una categoría solicitada.
Etiquetas, se juzga sobre cuántas etiquetas lleva un participante, y su autenticidad.
BQ/FQ/FF Face, se juzgar la cara limpia y lisa de un participante.
BQ/FQ/FF Sex Siren, se juzga la sensualidad en ropa interior, sean tangas, bragas o bikinis.
Comentarista vs Comentarista, permite que los aspirantes muestren su capacidad de asombrar a la multitud.
Dipology, como Vogue Femme, son giros en las inmersiones solamente.
European Runway, se juzgan elementos con efectos vistos en un desfile de moda europeo.
American Runway, es similar al European Runway, con pero con Butch Queen, TransMen, o Butches/Studs.
Butch Queen asombrosas, se juzgan usando tacones altos.
FQ/BQ en presentación Drag femenino, se juzga la sincronización/imitación de una celebridad femenina.
Hands Performance, es bailar “vogue” con las manos solamente.
Virgin/Beginners Vogue, es la categoría “vogue” para los participantes que han hecho “voguing” por menos de 1 año.
Virgin/Beginners Runway, es hacer pasarela para los participantes que han estado caminando por menos de 1 año.
Mejor vestido; categorías legendarias/icónicas, categorías de estrellas para leyendas e iconos solamente.
Mujeres Vogue que hace “vogue” en todo el mundo; etc.
En general, dentro de la pista, hay varias formas de actuación, en las que se juzga a los intérpretes haciendo “voguing”, en pasarela y travestismo.
Se llama “Reading” a leer a una persona, o resaltar y exagerar todos los defectos de una persona, desde sus ropas ridículas, hasta su maquillaje defectuoso, y cualquier otra cosa que el lector pueda proponer.
Es una batalla de ingenio, en la que el ganador es uno que hace que la gente se ría más.
Se llama “Shade” a una forma de arte que se desarrolló a partir de la lectura.
En lugar de insultar a alguien, se trabaja con el medio de los cumplidos.
Un ejemplo es sugerir que el hermoso vestido de alguien, hace que la gente casi olvide que tiene una cara horripilante.
La forma de hacer “vogue”, se puede dividir en al menos 5 componentes diferentes, que se pueden utilizar en un “Ball”
Además de la pasarela y los componentes de actuación real, los participantes se juzgan en otras categorías variadas:
De realidad, que viene cuando el participante se mezcla con los heterosexuales, o “pasa” siendo un componente clave de la vida gay.
El desafío de esta categoría, es presentarse como heterosexual, y cómo se puede proyectar.
Hay al menos 3 tipos de realidades:
“Thug”, es para proyectar una imagen de un hombre recto, duro, que es un toque agresivo.
Ejecutivo, es directo, poderoso, rico y dominante.
Y colegial, es joven e inteligente, el típico chico de la escuela.
Se juzga la cara, sobre quién tiene una cara clásica hermosa.
Los jueces examinan los ojos, la nariz, los dientes, los labios y la estructura de la cara, la cual no debe tener mucho maquillaje, y debe aparecer impecable.
El cuerpo, es sobre la salud.
Los jueces estarán buscando a alguien que parezca atractivo y saludable.
No confunda esto con sensualidad, ya que hay una categoría completamente diferente para eso.
En “Sex Siren” los participantes harán todo lo posible para bromear, y estimular a los jueces.
Algunos lo hacen quitándose toda su ropa, otros lo hacen a través del baile erótico, y algunos combinan los 2 para intentar ganar.
Los bailes más grandes, duran hasta 10 horas, con decenas de categorías en una sola noche; aunque con menos espectadores, casi todo el mundo va a competir; ganándose algunos trofeos que llegan a medir 3.7m de altura, y/o un gran premio de $1,000, o más.
Como fenómeno contracultural, la cultura del baile o “Ball”, se basa entonces en la necesidad, y el desafío.
La cultura del salón de baile, ha existido por lo menos desde hace 5 décadas.
Sin embargo, sigue están todavía en el “underground”, siendo desconocido para muchos, y exclusivo para la comunidad negra y latina.
Estas competencias tienen la importancia dentro del ambiente, en permitir a todos disfrutar por “un minuto de fama”, que por su situación socioeconómica, por el color de su piel, y por su identidad sexual, les estaba triplemente vedado.
Así pues, todos los miembros de una casa, participan en competiciones, o “Balls”, en distintos temas y categorías relacionados con el baile, la belleza, el diseño, la estética y la moda; creando así, un nuevo arte que poco a poco se irá abriendo paso por EEUU, y el mundo.
Y es que esos bailes, conectaban varios mundos, incluyendo el modelaje profesional, el “show business”, y la vida en la marginalidad, incluyendo la prostitución transexual, alcanzando una fama dentro de la comunidad, sin precedentes.
“Having a ball... wish you were here”
Paris Is Burning es un documental del año 1990, dirigido por Jennie Livingston.
Protagonizado por Dorian Corey, Pepper LaBeija, Willi Ninja, Octavia St. Laurent, Angie Xtravaganza, Venus Xtravaganza, entre otros.
Paris Is Burning está considerado como una extraordinaria muestra del fin de la llamada “Edad Dorada” de los bailes drag en New York, además de una delicada exploración de los conflictos derivados de la raza, la clase social y el género, en EEUU; en un mundo muy difícil:
Son hombres negros y homosexuales, en una sociedad donde triunfa justo lo contrario:
Los hombres blancos y heterosexuales.
Como dato, Paris Is Burning no ganó una nominación de los Academy Awards por Mejor Documental, porque el público percibió que algunas asuntos y estilos de vida, no estaban incluidos en los Oscar, y esa fue la razón de los cambios posteriores, en cómo se proponen las candidaturas del Oscar.
Filmada en la segunda mitad de los años 80, durante varios años, relata el movimiento conocido como “cultura del baile” en la ciudad de New York, y los sectores sociales más implicados en él:
Gays latinos y afroamericanos, además de la comunidad transgénero, todos ellos muchas veces envueltos en el riesgo de exclusión social y la pobreza; en torno a las competencias de baile, la fama dentro de la comunidad, las aspiraciones, y todo el hedonismo y la superficialidad propia del brillo, la escarcha y la lentejuela.
Aquí, las personas entrevistadas son en su mayoría de raza hispana o negra, y pertenecen a barrios medios y bajos de New York.
Son jóvenes, cuyo único propósito o sueño en la vida, es concursar en un evento clásico denominado “The Ball”, pues allí es donde se hacen de un nombre en el ambiente.
Mientras se preparan, cuentan sus problemas y obstáculos que han tenido que enfrentar para pertenecer a este selecto gremio de 'personalidades.
Aquí también abundan las ganas y el deseo ante la limitación de recursos, pero lo importante es divertirse, hacer reír a los demás, y demostrar que se tiene lo que se necesita para estar en un escenario... y vaya si hay de que reírse.
Y algunas de las participantes, se exceden un poco en el afán de llamar la atención.
Explora las elaboradas, y muy estructuradas competiciones de baile que se celebraban en New York en esa época, en las cuales, los participantes adheridos a un tema o categoría muy específica, debían bailar, “caminando”, muchas veces imitando a los pasos de un desfile de moda.
Sus movimientos, eran juzgados sobre la base de distintos criterios, como por ejemplo, el aspecto estético “drag”, la belleza de sus ropas, o su habilidad en el baile, y el “vogue”
A lo largo del metraje, el documental oscila entre imágenes de las competiciones de baile y entrevistas con los más destacados miembros de este movimiento, entre ellos:
Pepper LaBeija, Dorian Corey, Angie Xtravaganza, y Willi Ninja.
Muchos de los que participaban buscando ganar un trofeo, pertenecían a las distintas casas del movimiento, un término asimilado también del mundo de la moda, pero que aquí adquiere un significado similar al de una suerte de familia, o grupo social, con unas características representativas propias.
Del mismo modo, aquellas casas y participantes que reiteradamente ganaban en estas competiciones, adquirían de hecho un estatus cuasi-legendario para el resto del movimiento.
Sin embargo, la directora Jennie Livingston asegura, que Paris Is Burning no solo trata de un baile lindo:
“Paris Is Burning es importante para cualquier persona, no importa si es gay o no.
Y es la prueba que todos estamos bajo el control de los medios de comunicación; demuestra cómo logramos algunas metas de la sociedad, cómo parecer modelos, o tener poder, a pesar de vivir en una cultura exigente.
Todos tratan de sobrevivir.
Se trata de personas quienes tienen han recibido prejuicios, y han aprendido a sobrevivir con un sentido de humor, dignidad, y energía.
Es una historia corta, sobre cómo todos nosotros hemos sobrevivido”
En lo personal, me recordó el tiempo que viví en San José, Costa Rica, y durante 2 años, tuve la experiencia de ver muy de cerca ese fascinante mundo lleno de música, “familia”, noche/madrugada, competencia, y diversión; que como en las mejores épocas, no volverá, pero que se vivió intensamente.
Aquí, Paris Is Burning refleja el fenómeno de los “balls”, desde 1987 hasta 1989, cuando ya ha llamado la atención de los medios de comunicación y la industria cultural percibe beneficios de lo que súbitamente es la nueva moda.
La raza, la clase y la identidad en un momento desconocido, que más de 20 años después de su estreno, sigue embelesando y teniendo la misma vigencia.
En realidad, ese es el contexto, pero aborda tantos temas que abruma:
El anhelo por la igualdad social de una minoría, los derechos humanos, el capitalismo atroz de New York, los métodos de emancipación del movimiento transgénero, la salida del armario en comunidades machistas y desfavorecidas, la lucha de clases desde la moda, los menores de edad en la calles, la prostitución, etc.
Y lo hace con una dirección novel, pero elegante, con algunos momentos de cine de muchísimo talento, sobre todo ese final…
Son 78 minutos que no tienen desperdicio, y es sin lugar a dudas, uno de los iconos más importantes de la comunidad LGBT, por todo lo que tiene de representación de un estilo de vida capaz de hacer brotar la mayor de las bellezas, en medio de una clandestinidad marginal y oscura.
“O-P-U-L-E-N-C-E:
Opulence!
You own everything.
Everything is yours”
Jennie Livingston, que nunca curso estudios de cine, tardó 6 años en realizar Paris Is Burning, y quiso concentrarse en entrevistar a las figuras claves del movimiento, muchos de ellos, contribuyen con monólogos que arrojan luz sobre esta cultura del baile, así como sobre sus propias personalidades.
Un auténtico documental centrado en hombres que aspiran a triunfar en la vida del espectáculo, como modelos y artistas femeninos.
De ahí que en muchos momentos, sabiendo que la cámara les está grabando, saquen su lado de artista, por lo que en realidad están haciendo la pasarela en esos desfiles.
La mayoría de ellos, han tenido que enfrentarse a una sociedad que los rechaza, empezando por sus padres y familia, pero es tan fuerte su convencimiento de lo que son, como son, y lo que quieren ser, que se lanzan a una aventura de final inseguro.
La cámara, está siempre en el punto adecuado, para mostrarnos el glamour, las lentejuelas, los movimientos ensayados mil veces, y que les pueden dar un momento de fama.
Pero la cámara no elude la realidad que se encuentra detrás de esta parafernalia y el oropel, presentando una pasarela cutre de tablas mal ensambladas, de vulgaridad en los espectadores, de cacerolas oxidadas al fondo de un cuerpo glamoroso, basureros, poca luz, etc.
No obstante, la cámara de Livingston dio espacio a voces menos privilegiadas:
Venus Xtravaganza, una rubia que se prostituía porque quería ostentar demasiados lujos.
Angie Xtravaganza, La Madre de La Casa Xtravaganza, un hombre que durante la filmación, murió debido a una enfermedad de transmisión sexual.
Y las estrellas del show:
Willi Ninja, Dorian Corey, y Pepper LaBeija; todas “Drag Queens” que compartían el deseo de alcanzar la fama.
El documental, nos adentra en sus vidas, ganándose rápidamente la atención, y fascinan a los pocos minutos de metraje, por su mezcla de incredulidad, admiración y estupor, es extrañamente atrayente.
Una serie de personajes ciertamente marginales, apartados y expulsados del rico mundo de raza blanca que marca la pauta, y domina el tempo, pero que son capaces, ni que sea por unas horas a través de sus “Balls”, de convertirse en otra persona, soñando con una vida de “glitter”, la buena alimentación y la “normalidad”
Estos bailes, organizados por las diversas casas, uno de los detalles estelares del documental, donde los nombres de las diversas casas/familias, tales como Pendavis, Dupree, LaBeija, Xtravaganza o St. Laurent, son bautizados a imagen y semejanza de las marcas de alta costura que tanto desean, y tan poco utilizan; que poblaban el ambiente de las “ballroom houses” de la época, son imitaciones de barrio de los desfiles de moda ochenteros, tan falsos como mentirosos,  son el eje central del documental.
La base a través de la cual, vamos conociendo la, en ocasiones triste y dura existencia de estos entrañables personajes del submundo drag neoyorquino.
Unos tipos valientes, raros, atrevidos, y muy homosexys, en una época en la que el creciente SIDA, la pobreza inherente en este colectivo, y la clásica ignorancia/homofobia, estaban arrasando con la comunidad gay, especialmente en EEUU.
También vemos como las casas se convierten en las nuevas familias para los jóvenes bailarines, cuya orientación sexual les había llevado muchas veces a tener que romper con sus familias biológicas.
Muchos de ellos, repudiados por sus propias familias, obligados a hacer la calle y vender su cuerpo al mejor postor, con los peligros que eso conlleva, como bien demuestra el trágico asesinato de la joven Venus Xtravaganza antes de finalizar el rodaje; encontraron en estas casas, una verdadera familia.
Fácil la analogía, sí, y más cuando las líderes, o “legendarias”, como se autodenominan estas divas de esas casas, se hacen llamar a sí mismas “madres”
Lo que te quitó tu familia y la sociedad, te lo devuelve el mundo drag.
Y algunos se hacen llamar todavía cristianos...
El documental, está muy bien narrado, no deja muñeca sin cabeza, y pasa por todas las categorías, que son muchas y muy curiosas, en las que esa pasarela, llamada “ball” haría las leyendas del mundo gay de la época; así como la música imperante, mucho antes que la misma Madonna popularizara su tema “VOGUE”
Todo el que vea, Paris Is Burning, conocerá, reconocerá, y por qué no, revivirá el otro mundo dentro de la comunidad gay, que no gira alrededor del sexo, sino que aspiraron a La Grandeza.
El documental, describe a personas con varias y distintas identidades entre géneros y/o comunidades, a quienes pertenecen, y sus varias formas de expresión.
Por ejemplo, algunos de ellos tuvieron que convertirse en trabajadores sexuales, como Venus Xtravaganza; otros robaban ropa, y algunos otros fueron expulsados de sus hogares, por la actitud homófoba de sus padres.
En otro de los casos, el objetivo es ahorrar para poder realizar la operación de reasignación de sexo.
Según Livingston, Paris Is Burning es una exploración de las varias capas de una subcultura de afroamericanos y latinos que muestra un microcosmo que la sociedad ha subestimado, en la clandestinidad, y desconocida en la cultura popular de los Estados Unidos.
El documental, también explora como estos sujetos luchaban cotidianamente con la adversidad que implicaba el racismo, la homofobia y la pobreza.
Una tras otra, las entrevistas ofrecen una mirada a las vidas y problemas de sus protagonistas, y la fuerza, orgullo y ánimo que estos debían mantener, para sobrevivir en un mundo rico, y sobre todo, blanco.
Solo el “Drag” es una representación compleja que toca temas de género, clase social, y raza, en los que uno puede expresarse, desear, y aspirar.
Y en la película, la comunidad afroamericana y latina, demuestra un rango diverso de identidades y géneros en sus presentaciones, que incluye hombres gay, “Butch Queens”, y hasta hombres y mujeres transgénero.
En el fondo, Paris Is Burning no tiene pretensión de ser moralista, y eso, en este tema, ya es difícil de conseguir.
Pues hemos visto muchos documentales, en los que en general, tratan de convencernos de lo que tenemos que hacer al respecto:
Ecología, racismo, deporte, ciudad, pueblo, etc.
Aquí no; aquí te muestra tal como es una realidad, y queda bien claro que es una parte de la realidad homosexual y heterosexual como sociedad “normalizada”
Pero también Paris Is Burning generó controversia, pues su estreno recaudó poco más de $4 millones en los cines de Estados Unidos, una buena cantidad de dinero en comparación con otros documentales; por lo que algunas de las estrellas, exigieron regalías por su participación; sin embargo, sus demandas no procedieron.
Es conocido que la película recibió fondos de National Endowment for the Arts (NEA) durante un período cuando la fundación fue juzgada por apoyar unos artistas polémicos, como Robert Mapplethorpe y Andres Serrano.
Pero Livingston fue consciente, que toda la publicidad acerca de su proyecto, no amenazó sus fondos, y evitó que fuera de su círculo de amigos, productores, y colaboradores, supieran de los detalles.
Para 1991, muchos de los participantes destacados en Paris Is Burning hicieron demandas para recibir beneficios y ganancias.
Paris Dupree, por ejemplo, buscó una liquidación de $40 mil millones de dólares, por la grabación sin permiso, en su evento de baile.
Los productores declararon, que siempre tuvieron en mente compensar a los participantes principales.
Pero después que los abogados confirmaron que los participantes habían firmado un acuerdo, ellos dejaron la demanda.
Entre los 13 participantes, los productores repartieron aproximadamente $55,000.
Pero si algo ha dejado para la posteridad este documental, es ante todo, su música.
Acompañando a los desfiles, que van desde el mejor traje de alta costura, a la mejor caracterización como ejecutivo o yupi adinerado, hasta el mejor atuendo de deportista u hombre heterosexual, aparecen temas de los Jungle Brothers, Marshall Jefferson, o Eurythmics, siendo este, el primer factor que hizo interesarme por el documental.
También, Paris Is Burning se concentra en los origines de un estilo de baile, el llamado “voguing”, donde los que compiten, caminan en la pasarela como modelos y se detienen, “freeze & pose”, en posiciones elegantes, como si ellos formaran parte de una sesión de fotografía para la portada de la revista Vogue.
El artista, Malcolm McLaren, produjo una canción, junto a William Orbit y Mark Moore de S’Express, llamada “Deep in Vogue”, incluida en la película, y mencionada por Pepper LaBeija, con Willi Ninja como bailarín.
Aunque parezca increíble, la canción alcanzó el primer puesto en los Billboard Dance Chart de EEUU; y 1 año después, Madonna salió con la canción “VOGUE”, que dio a conocer más al mundo, este particular estilo de baile.
Hoy en día, el debate persiste sobre, si las personas como Madonna, eran importantes embajadores de los homosexuales latinos y negros, dentro de la escena del baile; o simplemente fueron oportunistas, que robaron la cultura, para su propio beneficio, y siguieron adelante…
Por otra parte, los productores de música C&C + Music Factory, utilizaron partes de Paris Is Burning en una canción, “Bonus” o “Shade”, de su álbum “Gonna Make You Sweat”
El famoso “Drag Queen”, RuPaul, también usó unas palabras del documental en su película “Starrbooty” y en su serie “RuPaul's Drag Race”; y las palabras aparecen en la letra de su canción, “Supermodel (You Better Work)”, todo un éxito de 1992.
Esas palabras, no son otras que:
“Fierce”, “fierceness”, “work it”, “working it”, “fabulous”, y “fabulousness”
Estos términos, se hicieron más ampliamente utilizados en la jerga gay, la jerga de la industria de la moda, y el lenguaje corriente coloquial; e influenció la serie “Orange Is The New Black”, sobre una prisión federal de mujeres lleno de lesbianismo, racismo y transexualidad.
En 2006, Beyoncé Knowles le dijo a un reportero de The Independent:
“Lo inspirado que fue todo el circuito que arrastró en los Estados Unidos, una parte no reconocida de la cultura estadounidense negra, donde los hombres gay de la clase trabajadora, canalizaron ultra-glamour en desfiles de pasarela.
Todavía tengo eso en mí, la confianza y el fuego que ves en el escenario... es gracias a ellos”
Quedan momentos para el recuerdo:
Willi Ninja “vogueando” en un parque por la mañana, con unos abuelitos de fondo; pero también alguna entrevista donde anhelan y sueñan con la opulencia y el oropel, con La Grandeza, con fondos de basureros y ollas herrumbradas, o los mismos escenarios cutres y los niños homosexuales en la calle…
Desolador; pero lo que más ha sorprendido, es la pasión y la competitividad que se palpa en el ambiente, ver cómo las casas cumplen el papel de familias, cómo estas comunidades empezaron a ser admiradas poco a poco, cómo lucharon por sus derechos, y cómo han influido y marcado tan fuertemente nuestro presente; y fue precisamente gente como la que sale retratada, en todos los sentidos, en Paris Is Burning, quienes gestaron el germen de lo que más adelante se conocería como “cultura de club”
Un dato final, aconsejo esperar ver los títulos de crédito final, porque aparecen algunos planos interesantes, como epílogo de la película.
“When I first started going to balls it was all about drag queens who were interested in looking like Las Vegas showgirls, back pieces, tail pieces, feathers, beads and all that.
But as the seventies rolled around the things started changing, it started coming down to just wanting to look like a gorgeous movie star like Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor.
And now they're went from that to trying to look like models; like Iman and Christie Brinkley and Maud Adams and all those children”
Muy personalmente “SAN JOSE, CR IS BURNING” tiene mucho que contar.
Yo viví 2 años en San José, Costa Rica, para mi educación universitaria, y tuve la oportunidad de vivir “la movida” de la ciudad.
Estaban en pleno apogeo, los clubes como Tonite, La Avispa, Los Cucharones, y la muy “fashionista”, Déjà vu.
La primera fue la que inauguró mi curiosidad; era exclusiva para la música pop en inglés, donde de vez en cuando se hacían show temáticos, y las famosas barras libres de los miércoles y viernes; junto a los domingos de matinée, es decir, abrían a las 4am y cerraban hasta la madrugada.
La segunda era más abierta en cuanto a música, y más popular en cuanto asistencia, donde las lesbianas eran un porcentaje bastante elevado, muy probablemente porque la dueña del local, es lesbiana.
Los shows eran buenos, donde se mezclaba la música en inglés y en español, con todos los géneros.
Los Cucharones, era un lugar bastante cutre, feo, digámoslo todo, con piso de madera y telarañas reales, para nada decorativas, pero mantenía un elevado nivel en cuanto a shows, pues la mayoría de los asistentes y participantes, pertenecían al colectivo trans.
En cuanto a música, era casi igual a Los Cucharones.
Y finalmente, Déjà vu, que fue uno de los lugares donde fui casi un “inaugurador”, donde todos los asistentes eran o pretendían ser de una elevada posición económico social, allí los olores de Armani y Jean Paul Gaultier se apreciaba junto a lo último de la moda, la música 100% pop y electrónica, y unos shows elaboradísimos, con trajes traídos de EEUU, y algunos “performers” extranjeros como de Puerto Rico y Panamá, de las que me recuerdo, mi gran amiga July; de mi “madre” Mauro, y de mis hermanas: Fofo, Juanjo, Álvaro, Tony, Harry, La Caballona, y muchos otros cuyo nombre lamentablemente he olvidado, que muchos también han muerto, y que siempre, siempre seguirán siendo mis “zamas” en mi memoria fotográfica, y en mi corazón, por haber sido “mi familia” en esos 2 maravillosos e inolvidables años.
Porque admiro a todos esas personas que salen en este documental, porque demuestran unas dotes tremendos de supervivencia en esta sociedad castrada, más aún, la además represora sociedad estadounidense, y latinoamericana, y aplaudo el poder de la agrupación de quienes son marginados, porque ser fuerte cuando estás solo ante el mundo, ante todo el mundo, el más cercano a tu infancia y el más lejano, es como vivir la experiencia de sentir que el mundo y el universo quisieran aniquilarte sin haber hecho mal a nadie.
Las madres de los “Balls” retratadas aquí, muestran mucho sufrimiento en sus rostros, todos ellos.
Son rostros cansados, algunos con exagerada expresión de superioridad por el esfuerzo para alcanzar la superación/supervivencia.
Otros están más perdidos, y se lo toman menos en serio.
Pero homosexuales o no, humanos somos todos.
Ahora sabemos de una hipocresía más de nuestro sistema.
Se margina al quien crea, para idolatrar después sus invenciones…
En este caso, el mundo de la moda y el espectáculo…
Paris Is Burning es muy interesante y emotivo, sobre todo considerando que han pasado 30 años, y que lamentablemente la homofobia y la exclusión racial, siguen siendo una realidad extremadamente viva para millones en todo el mundo.
Más importante tal vez, y en una forma que resulta dolorosamente actual, el documental muestra las aspiraciones de una generación encandilada por la vida de los ricos y famosos.
Una generación que cree que el dinero y la fama de la gente que aparece en televisión, es la única forma de vida aceptable, y que todo lo demás constituye un fracaso.
Los bailes, son fundamentalmente contra-culturales, en términos de que redefinen los términos de lo que constituye “tener éxito”
Más de 2 décadas después, Paris Is Burning sigue siendo una herramienta para unir a los jóvenes gay y trans; una vía en cómo los académicos y los alumnos pueden examinar temas de raza, clase social, y género; una forma como los participantes de estos bailes, pueden encontrar y conocer sus ancestros; y un perfil de varias LEYENDAS notables, la mayoría hoy fallecida desde la producción, a las que dedico algunos datos.
Angie Xtravaganza, falleció el 31 de marzo de 1993, a los 28 años, a causa de una enfermedad en el hígado, complicación debida al SIDA.
Venus Xtravaganza, falleció el 21 de diciembre de 1988, a los 23 años, asesinada por estrangulamiento, y encontrada en una cama de The Duchess Hotel.
Su cuerpo se encontró 4 días después, y se desconoce quién fue el asesino, pues nunca se encontró.
William Roscoe Leake/Willi Ninja, murió en setiembre 2, de 2006; a los 45 años, por insuficiencia cardíaca, complicación debida al SIDA.
Ninja fue notable, como bien predijo en el documental, pues modeló para Jean Paul Gaultier, que fundó la compañía de danza Karole Armitage.
También instruyó a Paris Hilton en el perfeccionamiento de su caminar en pasarela.
Abrió una agencia de modelos, en 2004; e hizo una aparición en Jimmy Kimmel Live!
En la música, Ninja bailó en 2 de vídeos de Janet Jackson, de su álbum Rhythm Nation 1814, uno de los cuales era “Alright”, con apariciones de Heavy D, Cab Calloway, Cyd Charisse, y The Nicholas Brothers; y en “Escapade”
Octavia St. Laurent Mizrahi, murió el 17 de mayo de 2009, a los 44 años, tras una larga batalla con el cáncer.
Dorian Corey, murió el 29 de agosto de 1993, a los 56 años, de complicaciones relacionadas con El SIDA, en El Centro Médico Presbiteriano de Columbia, en Manhattan.
Como dato muy fuerte, después de la muerte de Corey, el cuerpo momificado de Robert Worley, alias Robert Wells, fue encontrado en las pertenencias de Corey, con una herida de bala en la cabeza.
Los investigadores determinaron, que el cuerpo había estado muerto durante unos 15 años…
Se especula que Worley fue un ex novio abusivo de Corey, o que lo mató en defensa propia, durante un robo potencial.
Pepper LaBeija, murió el 14 de mayo de 2003.
LaBeija sufría de diabetes mellitus tipo 2, y tuvo ambos pies amputados como resultado.
Vivió recostada por los últimos 10 años de su vida, hasta que murió de un ataque al corazón, en El Hospital Roosevelt en Manhattan, a la edad de 54 años.
Le sobrevivieron 2 hijos: un hijo y una hija.
Además los “balls”, siguen realizándose pero ya no solo en New York, sino que esta cultura se ha expandido por prácticamente todo Estados Unidos, y muchas otras partes del mundo.
La repercusión de Paris Is Burning ha sido asombrosa.

“Everybody wants to make an impression, some mark upon the world.
Then you think, you've made a mark on the world if you just get through it, and a few people remember your name.
Then you've left a mark”


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