Bus Stop

Bus Stop
“I just got to feel that whoever I marry has some real regard for me, aside from all that lovin' stuff”

Debo de confesar que Marilyn Monroe fue una de mis actrices predilectas en mi adolescencia, y sobre todo, recuerdo con agrado una imagen del mito sentada en el arcón de una puerta, vestida en blusa sugerente, con su falda negra a pierna expuesta, bolso en mano y una sonrisa que denotaba que lo estaba pasando mejor que nunca, y esa imagen decoró mi habitación por años hasta caer en deterioro.
Dicen que los films hay que mirarlos según la época y criticarlos como tal, teniendo en cuenta la etapa en la que se realizó y las características de la misma, por tanto no podemos permitirnos castigar a Bus Stop.
El gran mito erótico de los cincuenta, Marilyn Monroe, sentada en el trono de los sex-symbols imperecederos, se ganó el aura del triunfo profesional en sus quince años de carrera fílmica.
Un brillo que desgraciadamente no se prodigó en su vida privada.
Aquella explosiva rubia daba el tipo perfecto para las comedias ligeras de aquella etapa del cine, en papeles de “pimpollo” dulce de poco cerebro y palmito que quitaba el hipo, como el que interpreta esta parada de autobús.
Ella era la fantasía que los varones de América, y de lo que no era América, se llevaban a la cama por las noches, era ese póster pegado en la pared de calenturientos como yo, que lucía sus curvas insinuantes y su rostro de ángel mitad ingenuo, mitad pícaro.
Bus Stop es una película dirigida por Joshua Logan en 1956, protagonizada por una ENORME Marilyn Monroe, ENORME Don Murray, Arthur O'Connell, Betty Field, Eileen Heckart, Robert Bray, Hope Lange, Hans Conried y Max Showalter.
Posee un guion de George Axelrod basado en la obra teatral del mismo título de William Inge.
Bus Stop obtuvo una nominación al Oscar como mejor actor de reparto para un insuperable Don Murray, que me dejó perplejo en la interpretación viva del vaquero adolescente en busca del amor y la felicidad que nunca experimentó.
Bus Stop a nivel cinematográfico, por su grácil y chispeante disposición narrativa, la buena progresión de sus caracteres y el despliegue de fenomenales momentos de humor, expuestos sin estridencias, con agudos diálogos y situaciones extremas de apreciable hilaridad, cortesía es una delicia de ver, apreciar y analizar sus entrelineas, muchas de ellas del doble sentido, usual en los filmes de la Monroe y de una gran carga sexual llena de descaro.
La dirección de actores de Logan resulta muy acertada, logrando que el histrionismo de Don Murray, nominado de manera increíble al Oscar como mejor actor ¡¡secundario!! concuerde a la perfección con la exposición psicológica de su personaje.
Nuestro chico se llama Beauregard 'Bo' Decker y es el prototipo de la bondad, la ignorancia y la candidez.
Su "ángel", la primera chica que encuentra en un bar musical cerca del hotel, habrá de soportar el acoso y los excesos de la espontaneidad del aspirante a esposo, padre y ranchero.
Por su parte Marilyn vuelve a demostrar su gran talento como actriz de comedia, encarnando con gracia a una cabaretera con pretensiones de artista de Hollywood.
Su director logró lo que muchos y buenos directores no pudieron, y fue dar otra imagen de lo que en realidad era Marilyn Monroe, hacerla pasar de una escena típica de comedia a otra llena de un gran patetismo, demostrando que era una verdadera actriz y no solamente una cara bonita, cosa que por lo cual hizo que se comiera ella sola la pantalla, metida en cuerpo y alma de Chérie, esa ingenua e inocente cantante que su único sueño es llegar a triunfar, pero que al final lo abandonará todo por el amor de ese vaquero rudo e impulsivo llegado de Montana.
“I hate you and I despise you!
Now give me back my tail!”
La presencia de la desafortunada rubia hace que la miremos con cariño y que sonriamos ante la previsible historia de amor y su desarrollo; porque en el fondo sabemos que esos enamoramientos, que en la sociedad actual encasillaríamos como propios de los retrasadillos o disminuidos psíquicos, tienen una carga de verdad y ternura difícil de superar, al menos en sus inicios, incluso por los grandes y sufridos amantes que la historia señala como prototípicos.
El aprendizaje del error, el contraste entre lo rural y lo urbano, el afán de superación, el amor verdadero, la atracción de los polos opuestos, y la segunda oportunidad que merece toda persona, son los focos principales que iluminan este entretenido título, fotografiado en cinemascope y en un exaltante colorido por Milton Krasner.
Como dato anecdótico decir que la rubia Hope Lange, quien tuvo que cambiar su tono de pelo por ''solicitud'' de la Sra. Monroe, descrita en el film por Murray como:
"Es un ángel, pero no es mi ángel", terminaría casándose con el actor unos meses después de concluir el rodaje, pero como era de esperar al poco tiempo se divorciaron, concretamente en 1961.
La escena de la cafetería es la escena de los anales interpretativos más importantes de la industria del cine y es en la que se me humedecieron los ojos, simplemente por su realismo y entrega de los actores con el personaje.
Creo que fue entonces cuando la categoría de Bus Stop subió desde una comedia corrientita, hasta una comedia dramática digna.
Ya que hasta ese momento, Beau el vaquero era bastante inaguantable, rol excesivo y cargante en su mayor parte, su mentor y protector contrarrestaba el efecto negativo de aquél, y Chérie era una cantante de club nocturno literalmente secuestrada por la tozudez de un muchacho bruto e inocentón que no había conocido mucho más que hombres de campo y reses.
Y llegó esta escena en aquella parada del autobús…
Y la Monroe resplandeció por unos minutos.
Sí, lo hizo.
Ya no era la rubia algo tontita.
Ya no era simplemente el mito erótico.
Ahora era una mujer bella de verdad.
Más por dentro que por fuera.
Y estoy convencido de que ella podía conseguir registros de una hermosura más interior que exterior, y eso que la exterior era como era.
Pero ella podía.
Quizás por eso siempre me ha despertado respeto y admiración.
Porque su carita de ángel tenía esas ventanas dulces y frágiles de sus ojos expresivos y tiernos.
OJO en la escena donde le coloca el abrigo, un orgasmo es estado puro.
Pero también estoy convencido de que era una buena actriz.
Aunque ella misma no lo supiera.
Aunque ella misma jamás lo hubiese creído, también era un ángel.

“Well, I've been thinkin' about them other fellas, Cherry.
And well, what I mean is, I like you the way you are, so what do I care how you got that way?”


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